-"El Conde Montelpuciano"- (Secuela De Un Amor En 1920)

Autor: vaneian08
Género: Drama
Fecha Creación: 11/09/2010
Fecha Actualización: 12/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 57
Visitas: 52257
Capítulos: 26

¿Que sucedio con la vida de Bella despues de la muerte de Edward? ¿Edward muerto? ¿Que sucedera cuando el nuevo conde llegue a poner orden al pueblo y a la vida y familia de Bella?. Secuela de un amor en 1920

Autora; LOkiicita Cullen.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 16: -"Inesperado"-

EPOV

¿Cómo me iba a zafar de la situación sin herir los sentimientos de Jane? Fácil, la misma Bella me dio la solución antes de que Jane lo arrastrara hasta su cuarto.

-¿Cómo que qué tiene de malo? Aún no están casados por lo que es muy mal visto e incorrecto- sonreí levemente al ver a Bella celosa, se veía aún más linda de lo que es.

-¿Incorrecto? Estamos a meses de casarnos, además ¿Con que moral me recriminas si tu tampoco llegaste virgen al matrimonio?- Jane le sonrío a Bella de un modo que no supe descifrar, por otra parte Bella se veía tan molesta y asombrada que tampoco supe como tomarlo ¿Jane sabia que Bella había perdido su virginidad conmigo, ósea Edward, en el pasado?

-¿Qué acaso estas borracha?- le pregunto sarcástica para ocultar el dolor que le estaba produciendo la situación y era bastante entendible si minutos atrás nos habíamos entregado completamente. Ese fue el mejor momento para sacar a Jane de ahí, al girarme para mirar a Bella se veía muy afligida y triste ¿Creía acaso que me iba a dar por vencido de buenas a primeras? La mire y le guiñe un ojo.

Jane en cuanto llego a mi cuarto se quito la bata y se metió a mi cama con una sonrisa picara que lejos de parecerme seductora me provoco un escalofrío como si fuese la bruja mala del cuento.

-Anthony no tienes que pensar en lo que dijo esa mosca muerta de Isabella- me contuve para no soltarle un par de palabras por tratar a mi Bella de esa manera –Yo estoy completamente segura de que tu eres el hombre de mi vida y que luego de casarnos estaremos por siempre juntos por eso no me importa entregarte mi virginidad ahora- ¿virginidad? ¿Qué acaso me vio cara de niño que aún se chupa el dedo? Camine a ella con mirada decidida y lo más seductora que pudiese, tambaleándome un poco me aproveche de aquel olor que se impregnaba tan fácilmente.

-Yo tam…bien lo quie…ro- me aguante las ganas de reírme cuando la vi haciendo una mueca de asco por el olor a alcohol.

-Anthony ¿estás borracho?- me preguntó malhumorada.

-Cla…ro que nooo- le dije cuando me tire sobre ella y en cuestión de minutos me hice el dormido, me empujo lanzándome a su lado y ella se subió a horcajadas sobre mi regazo.

-¿Anthony estás dormido?- podía escuchar la nota de desconcierto y enfado en su voz –Despierta- dijo mientras me golpeaba sobre el pecho y zarandeaba por los hombros –¡Anthony despierta!- seguía repitiendo frustrada y enojada, cuando se bajo de mi bufo y antes de escuchar la puerta de mi habitación azotarse la escuche decir -Borracho- abrí un ojo suavemente para mirar entre mis pestañas y en efecto mi cuarto estaba vació, con una sonrisa triunfante me acomode lo mejor que pude sobre mi cama y me dormí pensando en mi Bella.

A la mañana siguiente desperté con nuevas fuerzas y una sensación extraña de que algo pasaría, algo que cambiaria mi vida, sonreí ante la perspectiva de que aquello incluyese a Bella.

Baje a tomar desayuno con una sonrisa no solo por aquel sentimiento, por suerte Jane hoy se marcharía y me dejaría aunque fuese un día más a solas con mi amada.

Bella ya estaba sentada en el comedor con su rostro compungido y lleno de dolor, al verme bajo su mirada a la taza de su café.

-Buenos días mi amor- le susurre al oído y dejaba un beso en su frente cuando pase a su lado para sentarme frente a ella, Bella se contrajo levemente y me miro a los ojos, en ellos no había otro sentimiento más que dolor, ni recriminación o enojo, solo dolor.

-¿Dor…domiste con…se acostaron?- pregunto con dificultad, como si con solo mencionarlo lacerara su corazón, me levante y me acerque a ella arrodillándome a su lado, eche una rápida mirada y la abrace por el costado.

-Digamos que estuve muy ebrio como para cumplir como hombre- le dije y besé su cuello a lo que ella respondió girándose con una grandiosa sonrisa en sus labios y me abrazo.

-Gracias, gracias, gracias- dijo mientras me daba cortos besos en los labios.

-¿Gracias por que?- la mire a los ojos –Bella cariño, tienes que confiar en mi y que jamás haría algo como eso, te amo- me acerque a su oído –Solo me gusta dormir contigo entre otras cosas- de sus labios se escapo un exquisito y suave gemido, nos separamos rápidamente cuando escuchamos unos tacones bajar por la escalera. Me acomode frente a Bella y como si estuviese esperando, María apareció para preguntarme que deseaba para desayunar.

Jane no mencionó el incidente de la noche pasada y Bella no dejaba de sonreír como una niña pequeña, a los pocos minutos el par de revoltosos aparecieron por el comedor para desayunar con nosotros, los pequeños estaban entusiasmados por un nuevo día de paseo para seguir conociendo Francia.

-Pensé que saldríamos a solas, como es mi ultimo día- dijo Jane extrañada mirando a los pequeños con odio, antes de que hiciera algún comentario mal intencionado la frene.

-Lo lamento querida pero ya me comprometí con los pequeños, como no sabia que vendrías ya hice planes- le dije como si realmente lo lamentara, de reojo podía ver como Bella intentaba contener la sonrisa.

Finalmente y con una pelea de por medio Jane se marcho dejándonos al fin solos, Theo se encargó de llevarla al aeropuerto ya que estaba tan molesta que ni eso me permitió, obviamente le monte una escena haciéndome el herido y casi rogándole para que me perdonara y me dejara llevarla pero su egocentrismo fue tanto que no me lo permitió, por suerte.

En cuanto puso un pie afuera le pedí a María que fuese por mi familia, en cosa de minutos Alice llego corriendo llevándose a Bella para interrogarla por todo lo ocurrido en la noche recién pasada.

Pase parte de la mañana y de la tarde revisando documentos que debía presentarle a Alec acerca de la inversión de su dinero, pobre cretino pensaba que este se triplicaría cuando en realidad de manera paulatina disminuiría llevándolo a la quiebra y con un poco de suerte estaría lleno de deudas, cuando note que llevaba muchas horas ya enclaustrado en el despacho, salí en dirección a la cocina por un vaso de jugo.

Tío Anthony- escuche la voz de Charlie, mire hacia abajo y el pequeño de ojos chocolatados como los de su madre me miraba expectante.

-Dime pequeño- le dije mientras revolvía sus cabellos.

-¿Dónde esta mi mamá?- pregunto con cierta tristeza, lo tome entre mis brazos y lo senté sobre la encimera.

-Esta con tía Alice hablando cosas de chicas- Charlie hizo una mueca de asco provocando que me riera de su expresión –¿Necesitas algo?- le pregunte, él asintió levemente y cuando iba a contestar su estomago profirió un fuerte gruñido ganándose otra risa por mi parte -¿Qué es lo que te apetece?- el se llevo las manos hacia el estomago y pensó.

-Quiero leche con cereales- dijo muy convencido, yo lo mire algo extrañado.

-uhm ¿Y tú me dirías donde encuentro los cereales?- me parecía insólito que en mi propia casa no supiese donde estaba algo tan trivial como una caja de cereales.

-Mamá los guarda al fondo de la alacena para que no los saque a escondidas- se llevo las manos a la boca al darse cuenta que había hablado de más.

-No te preocupes será nuestro secretos ¿quieres que yo te cuente uno?- él asintió con sus ojos brillantes por la emoción –Yo le sacaba a mi madre la mermelada y me la comía a cucharadas- Charlie comenzó a reír con aquella risita tan aguda que te hacia sonreír en compañía.

-Buena idea- dijo como si le hubiese contado los secretos de la vida.

-Pero no le digas a tú mamá o sino me va a retar- le dije a modo cómplice.

-Secreto- susurro bajito, fui a la alacena que él me indico y tome la caja de cereales, tome un bol y la leche y vertí el liquido en el recibiendo agregando cereales, senté al pequeño sobre el taburete y le tendí la comida.

-¿Quieres mucho a tu madre?- le pregunté cuando el pequeño ya estaba comiendo sus cereales con leche.

-Ella es la mejor del mundo- me dijo con un brillo especial en los ojos –Aunque me gustaría que siempre sonriera como lo hace cuando esta con usted- me dijo con una tímida sonrisa, yo me tensé al escuchar el análisis al que había llegado su cabecita.

-¿Qué quieres decir?- le pregunté curioso.

-No soy un bebé y me doy cuenta que mamá es más feliz con usted que con papá no solo por su sonrisa, sino por que en sus ojos lo veo cuando lo mira además él no la trata como se lo merece y a mi me gusta como usted lo hace- Charlie bajo de su silla y corrió hasta mi para abrazar mis piernas –Me hubiese gustado que usted hubiese sido mi padre- escuche un fuerte jadeo y mi mirada se fue de inmediato a la entrada de la puerta donde estaba Bella observando aquella escena con sus manos sobre sus labios y sus ojos anegados en lagrimas.

Charlie al ver a su madre se asusto y salio corriendo en dirección sabe quien, yo estaba ahí anclado con una sensación extraña en el pecho, al intentar traducir aquellas emociones note que una parte estaba afligida por Bella y su situación con Alec al convivir juntos pero la más fuerte era la confesión de Charlie.

-Edward yo…- Bella se veía igual de asombrada que yo, no quería hacerla sentir mal por aquellos ocho años que ella creyó que estaba muerto, la decisión de aceptar a Alec lo único bueno que podía tomar era que ella tenia a Charlie en su vida y eso era lo más importante, no quise que comenzara a justificarse por lo que solo me limite a abrazarla.

-No te preocupes, entiendo que los niños fácilmente pueden apegarse a la gente cuando se les trata bien- Bella comenzó a sollozar –No pasa nada- le dije para calmarla.

Por asuntos de unos informes que debía analizar y ser riguroso para presentarle a Alec y que viese que todo marchaba en perfectas condiciones, es que no pudimos salir aquella tarde pero los niños se las estaban pasando igual de bien junto a los hijos de mis hermanos, Bella compartía un poco más con mi madre, Alice y Rose ya que solo quedaba parte de la noche para estar juntas.

Por la noche Bella y yo nos entregamos de una manera única y nueva como si la vida se nos fuese en ello, la perspectiva de no saber cuando volveríamos a estar así a solas, juntos sin el miedo a ser descubiertos nos llevo a perder la cordura y a desatar todo tipo de pasiones.

-Te amo como no lo imaginas- me dijo tras recuperar la respiración.

-Creo tener un atisbo de ello puesto que yo te amo con locura- le dije y besé sus labios, aquella noche no le dí tregua y ella se veía complacida de que así fuera.

Al día siguiente me levante muy temprano para preparar el viaje de retorno, Bella por su parte se veía igual de "entusiasma" como yo a dejar aquel paraíso que tomamos como aquella luna de miel que nunca pude darle como realmente merecía.

La despedida fue muy larga ya que Rose no soltaba a Bella y le hacia prometer que dejaría pronto a Alec, Bella solo le sonreía sintiéndose más culpable.

Alice y mi madre fueron otro cuento, ellas tenían cierta complicidad con Bella por lo que solo les entregaban su apoyo incondicional, aunque tengo que añadir que no pase por alto algo que le susurro Alice a Bella, algo así como "avísame como lo toma" ¿a quien se referirá? La despedida fue más larga con los niños a quienes no dejaban de abrazar y decirle lo mucho que los querían, ambos se veía encantados con la idea de tener más tíos y primos con quienes compartir sobre todo por que ellos les entregaban más amor.

-Cuídate hija, sabes que aquí tendrás siempre una familia que te apoya- le dijo mi madre con tanta seriedad y amor que Bella no resistió en abrazarlo y sollozar en sus brazos.

Finalmente estábamos en el avión de regreso a America, Bella iba distraída mirando por la ventanilla mientras los pequeños no dejaban de jugar con algunos juguetes que mi hermana les había regalado.

-¿Qué sucede cariño?- le pregunte algo asustado, Bella se mordió el labio en un claro indicio de estar nerviosa y en sus ojos pude ver que se estaba debatiendo internamente en si contarme o no.

-Necesito decirte algo- dijo finalmente –Es muy, muy importante por lo que necesito pedirte que vayas mañana a verme- iba a protestar para que me lo dijese ahora pero ella lo intuyó –No es un buen momento- y su mirada se fue a los pequeños que no dejaban de jugar, asentí y pude ver una lagrima rodar por su mejilla por lo que me asuste.

-¿Tan malo es?- le pregunte realmente asustado tomando sus manos, ella negó pero la duda se implanto en su rostro.

-Digamos que no se si es el momento adecuado- aquello me dejo peor aún y solo rogaba que este avión al fin llegase a destino y el día se pasara más rápido.

Antes de aterrizar Bella hablo seriamente con sus hijos.

-¿Recuerdan la historia que les contó Alice acerca de la bruja de Hansel y Gretel?- le preguntó ella, yo lo mire extrañado –Eso también corre en casa por lo que no pueden nombrar a ningunos de sus tíos y amiguitos ¿bueno?- los niños asintieron algo preocupados y yo estaba más extrañado aún, Bella me miro y me guiño un ojo para luego susurrarme bajito –Larga historia, luego te la cuento- asentí.

Theo nos llevo de inmediato a la mansión Vulturi en donde me encontré con una imagen que no me gusto y me asusto tanto que olvide toda venganza en ese momento y solo pensé en mi Bella y de ser necesario me delataría en ese mismo momento para llevarlos conmigo, Alec estaba una vez más ebrio.

-Mi essposa a llegadoo- le dijo cuando se acerco a ella para besarla de manera brusca. Tome a Bella por la cintura para apegarla a mi cuerpo sirviendo de escudo también para los niños.

-Alec no seas cargante- le pedí casi implorándole.

-Mi buen amiggo Anthonyy- dijo acercándose a mí para abrazarme, su halito a alcohol era tan fuerte que me aparte para que no me tocara.

-Estas borracho- le dije con una mueca de asco.

-Fueron solo ungas coppitas- escupió un poco al decir aquello provocándome asco.

-Me llevare a Bella y a los niños mejor para que descanses y ellos también estén bien- dije y me gire con Bella que temblaba asustada aún pegada a mi cuerpo.

-¡Ustedes no se van!- rugió fuerte Alec provocando que todos saltaran asustados, Bella tomo entre sus brazos a Anne y Charlie me abrazo la pierna más asustado.

-no nos deje tío Anthony, yo quiero que usted sea mi papá- repitió Charlie y todo fue tan rápido que no lo vi venir, Alec enrojeció por la ira tanto así que podía ver la vena de su frente al borde del colapso, en una acción rápida para un hombre que no estaba en sus cinco sentidos, tomo del brazo a Charlie y lo zarandeo provocando que él cállese al suelo fuertemente.

-¡Charlie!- grito Bella que se soltó de mi dejando a Anne en mis brazos aún impactado por todo aquello, se tiro tapando a su hijo de un Alec que estuvo a punto de perder los estribos, fue que reaccione cuando lo vi con su brazo alzado listo para golpear a Bella.

-Corre a tu cuarto- le dije a Anne cuando la puse en los peldaños de la escalera, ella se veía asustada pero aún así entendió lo que le pedí, rápido me interpuse entre Alec y Bella.

-Si se te ocurre golpear a una mujer en mi presencia es que no respondo de mi Alec- le rugió con toda la rabia contenida por estos ocho años.

-Retíraate Sanjinetti o también recibirás lo tuyo por inmiscuirrte en asuntos de mii familia- dijo desafiante pero poco inteligible debido a su borrachera –Esee mocosso aprenderaa a respetarme quiera o no.

-Tú lo asustas con tus actitudes- le defendió Bella que aún estaba detrás de mi.

-¿Aún no aprendes a respetarme tu tampoco Isabella? ¿Qué ya no recuerdas a Eleonora?- su voz dejo toda borrachera de lado para ponerse serio, mire a Bella quien se veía sumamente asustada y llevaba sus manos a su vientre como si recordase algo, se aferro más a Charlie y verla así tan desprotegida y asustada me preocupo aún más, definitivamente aquí habían muchas cosas por decir aún.

-¿Qué esta pasando aquí?- escuche la voz de Dídima minaras bajaba con una bata puesta y Marcus pisándole los talones, ambos se veían contrariados por la imagen que presentábamos.

-Dídima dile a tu hijo que mejor se vaya a dormir- le pedí amablemente, mire a Bella quien parecía estar a kilómetros de aquí a punto de llorar.

-¿Qué sucede hijo?- le pregunto ella en tono cariñoso al borracho de su hijo.

-Solo teníamos un intercambio de opiniones con Sanguinetti- dijo mientras me fulminaba con la mirada.

-Bien, ya es tarde por lo que es inaceptable estar haciendo escándalos a estas horas de la noche- pidió ella, luego me miro a mi y me sonrío como si nada hubiese ocurrido –Peleas de casados, nada importante- dijo –Ya lo descubrirás a su tiempo y verás las ventajas de una pelea- dijo justo cuando llego a mi lado y me separaba de Bella para llevarme en dirección a la puerta principal, intente quedarme pero ella presionaba más para apartarme, la mire sin entender –Las reconciliaciones son lo mejor- y me guiño un ojo provocando aún más el no querer apartarme de ella.

Mire a Bella quien aún no era capaz de responderme la mirada, ella solo estaba ahí tirada en el piso con Charlie entre sus brazos y su mirada perdida, no quería dejarla, todo mi ser me decía que no lo hiciera ¿pero que excusa dar para no separarme de ellos?

Mi corazón me decía que había hecho mal en dejarla sola, debí haberme revelado y mandar todo al carajo, simplemente ella y sus hijos eran lo más importante para mi, nuevamente la había defraudado y deje que me apartaran fácilmente de su lado, aunque hace mucho había dejado de tener fe en Dios, esta vez le roge para que los cuidara.

No pude pegar un ojo en toda la noche pensando en Bella y en algún plan para sacarla de esa casa, la situación no daba para más por lo que idee muchas maneras desde fugarnos hasta fingir un secuestro masivo, el tiempo nuevamente no estuvo a mi favor, pues ahora cuando quería que pasara rápido éste se empeño en torturarme y hacer cada segundo el más desquiciante de mi vida ¿no pudo haber sido así cuando Bella y yo estuvimos juntos? No, el maldito tiempo traicionero no estaba a mi favor, la verdad es que nunca lo estuvo y nunca lo estará.

Cuando el maldito reloj marco una hora prudente para realizar una visita, no lo pensé más y tome el primer vehiculo que encontré aparcado, Theo intento retenerme al verme así tan fuera de mi mismo sin contar que no me había aseado, salí tal cual estuve el día anterior.

Al llegar a la mansión Vulturi me baje sin preocuparme de quitar el contacto de la llave, solo Bella estaba en mi cabeza, golpee presuroso y cuando la sirvienta de aquella casa me abrió entre como un loco.

-¿La Señora Isabella?- le pregunte, ella me quedo mirando asustada debatiéndose en si contestar o no -¡Le hice una pregunta!- le grite molesto.

-¿Qué sucede aquí?- escuche la voz de Alec, quien venia bajando por las escaleras con una sonrisa radiante –Mi amigo Sanguinetti que modales son esos- dijo sin quitar aquella sonrisa de su rostro, las ganas de estamparle mi puño en su rostro estaban al limite.

-¿Dónde esta Isabella?- le pregunte sin rodeos, el arqueo una ceja.

-No me imaginaba que se habían hecho tan buenos amigos- dijo burlón –Te agradezco tú preocupación pero es innecesaria, mi mujer esta en perfectas condiciones –claro que no le creí –Lamento el incidente de ayer pero no hay de que preocuparse, ya nos arreglamos y todo quedo en el pasado- dijo como si lo que presencia ayer hubiese sido cosa de todos los días.

-¿Dónde esta ella?- pregunte con las manos echa puños.

-Aún esta descansando, hoy amaneció sumamente agotada- y algo de aquello no me gusto, sobre todo cuando una sonrisa arrogante cruzo por su rostro, Alec interpreto mi extrañeza.

-Lo mejor de una pelea son las reconciliaciones hombre- dijo como si nada palmeándome la espalda –Y si hay algo de lo que me puedo jactar es de lo bien que lo hace mi mujer- palidecí, aquello no podía ser verdad, esta rata no podía haberse meditó en la cama de mi Bella.

-Ella no…- la lengua se me trabo sin saber que decir.

-¿De que te extrañas amigo? Hace mucho venimos con la idea de tener un hijo así que sería muy romántico que ese bebé se creara a partir de una reconciliación ¿no? Si no es así seguiremos intentándolo hasta que resulte- su sonrisa entupida se ensancho más aún y yo no pude soportarlo, salí huyendo de ese lugar que me estaba atormentando, necesitaba verla y que ella me dijese que ese era otro invento de ese miserable.

Pise el acelerador a lo que más daba y en cuestión de minutos llegue a mi hogar, tan vacío y desprovisto de aquellas risitas que comenzaba a acostumbrarme, de aquel calor familiar que comenzaba a gustarme, de aquella paz que me entregaban Anne, Charlie y sobre todo Bella. Ella no podía permitir que Alec le pusiera una mano encima y menos aún sembrara una semilla de él en ella, no ahora que sabía que yo estaba de regreso en su vida.

Me olvide del mundo, de mi vida y del dolor que me laceraba a cada momento solo con recordar o imaginarme a Bella debajo del cuerpo de Alec, me consumí en el alcohol, un buen método de olvido.

-¿Qué a sucedido?- Theo me miraba con tristeza y miedo, no podía contestarle ya que no coordinaba mi boca con lo que mi cerebro necesitaba, solo podía seguir moviendo mi mano para seguir bebiendo de la botella –Deja de hacer eso- escuche que me regañaba mientras me quitaba mi botella y al parecer yo me quejaba, no lo recuerdo muy bien por que de un momento a otro me fui a negro. Una nueva imagen me llego a la cabeza como un destello -¿Qué has hecho?- escuche a lo lejos decir creo que a Theo, no lo supe con certeza ya que no pude abrir los ojos por que me pesaban horrores, tampoco es que estuviese muy consiente para percatarme y nuevamente me fui a negro.

Desperté por el fuerte dolor punzante que tenia en la cabeza, al abrir mis ojos me encontraba en mi cuarto con las cortinas completamente cerradas.

-Hasta que despiertas- escuche decir a Theo quien camino hacia la ventana y de un solo tirón abrió las cortinas permitiendo que los rayos del sol entraran de sopetón quemándome las pupilas y aumentando el dolor.

-¡Ciérralas!- le grite mientras me tapaba los ojos.

-Eso es por tomar como si el mundo se acabara- me regaño Theo -¿Me contaras que a sucedido que te pongas de ese modo?- me pregunto, guarde silencio largo rato recordando lo sucedido.

-¿Qué día es hoy?- le pregunte inconcientemente.

-Lunes- respire tranquilo –Exactamente día lunes, una semana después de que llegases de Francia- me dijo a lo que quite mis manos de mis ojos, me forcé a acostumbrarme a la luz y lo mire sin poder creerlo.

-¿He estado casi inconciente por una semana?- le pregunté sin poder creerlo, él asintió y antes de procesar salté de la cama y me dirigí al baño por una buena y necesaria ducha, mi aspecto era como de un mendigo con una barba algo crecida y áspera.

En cuestión de minutos estuve preparado para salir, Theo alzo una ceja pero no me cuestiono, sabia que lo que me sucediese realmente debía ser grave para que reaccionase así.

-Tú abuelo ha llamado cada media hora para saber de ti, ya se me acaban las excusas- dijo preocupado, me acerque a mi buen amigo y lo abracé.

-Dile que salí a ver a Jane y que en cuanto regrese le devolveré el llamado. El asintió y salí para ver a mi Bella, necesitaba saber que estaba bien.

Al llegar nuevamente a su casa la sirvienta se veía temerosa al verme.

-Me disculpo por lo ocurrido la vez pasada- le dije educadamente –Si es posible, me gustaría ver a la Señora Isabella- ella se lo pensó un momento.

-El Señor Alec no esta por lo que dudo que le guste saber que alguien a entrado al cuarto de la señora- dijo apenada ¿eso quiere decir que la tiene encerrada? -¿Y los niños?- le pregunte.

-Están en su cuarto con su institutriz- asentí, al menos existía la posibilidad de que estuviesen bien.

-¿Le molesta si espero a Alec en el salón?- ella negó y me llevo hasta el lugar, en cuanto la vi salir rumbo a la cocina, me colé a hurtadillas por las escaleras y las subí de dos en dos hasta el cuarto de Bella.

Sin tocar ni esperar me adentre a su cuarto con sigilo y mi corazón se detuvo, ella estaba acostada boca arriba con sus ojos rojos y perdidos y su rostro húmedo por lagrimas silenciosas, solo su perfil me basto para ver lo mal que estaba.

-Amor- le dije llegando en dos zancadas a su lado, ella no reacciono -¿Qué te han hecho?- le pregunte a la vez que tomaba su rostro entre mis manos y la obligaba a mirarme, sus ojos vacíos y llenos de dolor me transmitieron tanto que me llene de los peores temores.

-No estuviste junto a mi- no fue una recriminación ella solo estaba confirmando algo obvio.

-Amor perdóname, Alec invento algo horroroso y no fui capaz de soportarlo yo…- Ella me miro fijamente a los ojos y con ese movimiento su rostro quedo expuesto a mi, mostrándome una mancha entre carmín y azulado con bordes amarillentos sobre su mandíbula. Gemí, él la había golpeado -¿Qué te ha hecho ese mal nacido?- rugí provocando que ella se asuntara, me arrodille nuevamente y la abrace –Perdóname, perdóname, matare a ese mal nacido por ponerte una mano encima.

-Olvídalo, es demasiado tarde- me separe de ella para mirarla a los ojos y en ellos leí que Alec había dicho la verdad, él había abusado de mi Bella.

-Jamás podré perdonarme mi amor, yo debí quedarme a tu lado y que nadie nos separara nuevamente- la abrace pero ella no fue capaz de responderme.

-No aguanto más Edward- dijo y al mirarla nuevas lágrimas surcaron su rostro.

-Te sacare de aquí- le dije con determinación, ella me miro a los ojos como si buscase algún atisbo de mentira o duda en mis palabras.

-Necesitamos hablar antes- me dijo a la vez que se recomponía levemente y se sentaba apoyando su espalda sobre la cabecera de la cama, no pase por alto la dificultad con la que le costo levantarse y más aún cuando un pequeño quejido de dolor salio de sus labios por lo que la ayude sin decir nada, ya me las arreglaría con Alec, esta vez ya no era por mi sino por ella, vi con horror otros cardenales más pequeños estaban sobre su brazo izquierdo, cuello. Ella de inmediato se los tapo como si con ello yo lo olvidase –Necesito que estés aquí y no pensando en venganzas ni nada por el estilo- que bien me conoce, pensé –Ya no más secretos Edward, eso se acabo, seré sincera y que sea lo que Dios quiera- me dijo temerosa.

-Tengo una pregunta- le dije, ella asintió dudosa.

-¿Quién es Eleonora?- su rostro palideció y llevo sus manos a su vientre, aquella reacción me indicó que no se esperaba eso como primer tema, respiro profundo.

-La melliza de Charlie- creo que mis ojos demostraron lo que no pude decir con palabras ya que me dejo mudo –La hermana melliza de Charlie, no nacida- dijo con nuevas lagrimas en sus ojos, tome sus manos entre las mías para darle apoyo, fuese lo que fuese a decirme podía ver lo mucho que le costaba mucho hablar de ello.

-Tranquila, aquí estoy- le dije a modo de apoyo, ella asintió y una leve sonrisa que no llego ni por asomo a sus ojos me dio.

-Se que te cuestionas por que me casé tan pronto con Alec y eso tiene una justificación, puede que sea pobre pero para mi es lo suficientemente importante, de haber sabido que las cosas terminarían así puede que no lo volvería a hacer y preferiría ser señalada con un dedo- la mire sin entender –No quería que mi hijo creciera en este mundo como un bastardo, que se rieran de él cuando creciera o que la sociedad le diera la espalda- negué sin comprender –Charlie en realidad tiene siete años, no seis- algo se contrajo en mi pecho dolorosamente teniendo la certeza de cual serian sus siguientes palabras –Alec solo fue una tapadera y un apellido para mi hijo- me miro a los ojos con una suplica de dolor en ellos –Nuestro hijo- mi cuerpo se tenso y pronto mis ojos se cristalizaron con aquella confesión, me levante y me separe de ella procesando sus palabras, ella no pudo haber hecho algo así, ella no pudo haberme negado ese derecho y menos aún desde que regrese nuevamente a ella meses atrás, la mire y no se de que modo ya que ella se contrajo y cerro sus ojos que botaron más lagrimas si era posible –Alec lo supo desde un comienzo y se ofreció a darle un apellido a mi hijo, Dídima solo movió sus influencias para inscribirlo con menos edad y que no pareciera sospechoso- mi respiración comenzaba a tornarse agitada y pesada –Alec era muy distinto a como lo ves ahora, él se comportaba amable y cariñoso, jamás lo llegue a amar por si lo llagas a pensar, es solo que con sus actos termine por convencerme de que quizás podía llegar a ser una especie de padre para Charlie y me case con él antes de que se me notara el embarazo- seguía sin poder creerlo.

-¿Cuándo?- ella me miro sin entender -¿Cuándo te enteraste que estabas embarazada?- le pregunte, ella me esquivo la mirada que ahora se poso en sus manos.

-Él día que me entere que mi padre fue asesinado- ahora me miro nuevamente -¿Recuerdas que ese día me desmaye y Carlisle trajo un doctor?- asentí -Bueno el me hizo unos análisis y me informo que estaba embarazada, la noticia no sabia como tomármela, una parte estaba que se regocijaba de felicidad al saber que tú y yo tendríamos un bebé pero en la situación en que estábamos, luego llegaron esos policías diciendo que habías sido tú y que la condena seria la muerte ¿Qué querías que hiciera?

-¡Pudiste quedarte con mi familia!- le recrimine con un pequeño grito sin querer y al ver que se asustaba me excuse –Disculpa, es que todo esto me toma…no se como me toma- dije llevándome las manos a los cabellos que jale por la frustración.

-El día que me entere de que serían mellizos no podía creerlo, ese día recibí mi castigo por no haber hecho las cosas por mi misma, por no haber sido valiente y haberme enfrentado yo sola con mi hijo ante el mundo- volví a arrodillarme a su lado –Alec que entero de que serían dos, dos hijos del la persona que más odiaba por haberle arrebatado algo que según él era suyo- me estremecí –Como podrás imaginar no reacciono bien y discutimos, aquel día la discusión termino como la de noches atrás- dijo girando su rostro y mostrándome su hematoma –Solo que esa vez hubo una gran diferencia y es que al caer cuando él me azoto, me fui directo con la esquina de un mueble provocándome sangrado inmediato, legue al hospital y mi pequeña Eleonora, como había decidido llamarla, estaba muerta- sus sollozos se hicieron más fuertes y no apartaba sus manos de su vientre –No se pudo hacer nada y desde ese día supe que esa seria mi condena por haber aceptado a Alec- me sentí horrible conmigo mismo por haber reaccionado así con ella, todas las veces que me pensé y la juzgué por que ella se habría casado tan pronto con ese desgraciado, ella solo intentaba cuidar a nuestro hijo y peor aún, se castigaba así misma por la muerte de nuestra hija siendo que aquí había un solo culpable.

-Perdóname- le dije y me abrace a su regazo, ella comenzó a acariciar mis cabellos.

-No Edward, perdóname tu por no haber sido más valiente y haber cuidado bien de tus hijos- mi corazón egoísta salto de felicidad al escuchar aquello, mis hijos.

-Jamás vuelvas a repetir algo como aquello, no tengo nada que perdonarte, has sido tan valiente todos estos años soportando tanto- le dije, pero me prometí que eso no volvería ser así jamás.

-Creo que fue por eso que acepte a Anne en mi vida, mi parte egoísta jamás supero la perdida de mi pequeña- sus ojos se perdieron en la nada –Cuando intente separarme de Alec fue cuando comenzaron las amenazas de Dídima, pensé que solo era para asustarme pero cuando Charlie cayo al hospital…- la corte mirándola horrorizada.

-¿Qué le hizo a mi hijo?- ella se puso nerviosa y apenada a la vez.

-Se supone que estaría en su cuarto y cuando fu por él ya no estaba, paso todo el día perdido y cuando lo encontraron fue en el hospital con un golpe en su cabecita, nunca supieron darme explicaciones de lo que realmente le ocurrió pero siempre supe que había sido ella- toda la rabia salio de mi a flote, aquella que contuve desde que supe que mi hijo a estado viviendo en esta casa maldita bajo el mismo techo de víboras sin corazón.

-¿Por qué no te alejaste y te fuiste con mis padres?- le recrimine ¿Qué hubiese sucedido si a Charlie también le hubiese pasado algo más grave? ¿Podría ser capas de perdonarla? Aleje esa idea.

-Tú madre no te contó acerca del día que la asaltaron? ¿o por que mágicamente tu padre perdió todas sus cosechas y espontáneamente tú casa de la infancia se prendió fuego?- aquello me pillo volando bajo.

-¿Qué?- pregunte sin poder creerlo.

-Ellos también sufrieron las consecuencias y hasta el día de hoy me siento culpable por ello, Jacob también tuvo que huir antes de que Nessi pagase las consecuencias ¿no lo ves? Todo aquel que intentaba ayudarme terminaba dañado, yo simplemente no podía meterlos a ellos en mis problemas.

-¡Pero nuestro hijo Bella!- le grite –Ese maldito a echo lo que quiere con ustedes hasta el día de hoy- me frustre y no pude contenerme.

-¡Estuve sola todos estos años Edward! Incluso en ese entonces cuando te creí muerto, mi padre acababa de fallecer y quede sin mas familia!- me grito ella de regreso ocultando sus lagrimas, su cuerpo tiritaba al igual que el mío por la rabia

-Entiendo amor, de verdad que lo hago pero necesito hacer algo- dije mientras caminaba hacia la puerta –No me importa mi venganza o si me descubren, lo matare con mis propias manos y los sacare a Ti, Anne y a Charlie de este lugar- Bella comenzó a negar frenética.

-No es tan fácil ahora- y su rostro se puso tenso nuevamente.

-¿Qué es ahora?- le pregunte exasperado, su respiración se acelero tanto que pensé que en cualquier momento podría darle algo.

-Edward yo…- estaba hiperventilando asustada y me acerque a ella, realmente su reacción me asusto.

-¿Tú que amor?- le pregunté al borde de la impaciencia.

-No es tan fácil ahora por que yo…estoy embarazada y él lo sabe- solté sus manos mirándola horrorizado y mi corazón se detuvo, el dolor cubrió sus ojos y ella pudo ver que con eso termino por matar mi corazón.

Continuara...

Hola a todas espero q les haya gustado el capitulo

Chicas no se esperaban lo de Charli hijo de Edward y lo de Eleonora no odian al bastardo de alec comentenme por favor si les gusto y q les parecio el capitulo nos vemos el miercoles

Capítulo 15: -"Jene"- Capítulo 17: -"Celebraciones"-

 
14439438 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios