-"El Conde Montelpuciano"- (Secuela De Un Amor En 1920)

Autor: vaneian08
Género: Drama
Fecha Creación: 11/09/2010
Fecha Actualización: 12/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 57
Visitas: 52253
Capítulos: 26

¿Que sucedio con la vida de Bella despues de la muerte de Edward? ¿Edward muerto? ¿Que sucedera cuando el nuevo conde llegue a poner orden al pueblo y a la vida y familia de Bella?. Secuela de un amor en 1920

Autora; LOkiicita Cullen.

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Capítulo 20: -"Didema"-

BPOV

Luego de visitar a Edward y a su abuelo en su mansión había llegado a casa y me fui directo a mi cuarto en donde revise detalladamente las bolsas que Edward había dejado para mí en el coche, tengo que decir que cada ropita, cada mantita era una más tierna que la anterior provocando que las lagrimas pronto aparecieran.

-Veo que te compraste las tiendas completas- me asuste al escuchar de la nada la voz de Alec, alce mi mirada y él estaba recargado en el marco de la puerta con una gran sonrisa.

-Algo así- dije escuetamente y él se acerco para sentarse a mi lado.

-Estoy seguro que será un gran Vulturi- dijo muy orgulloso y yo rogué a Dios que eso nunca llegase a pasar, estaba guardando todo de nuevo en las bolsas y cajas cuando sentí las manos de Alec comenzar a acariciar mi vientre y la sensación de peligro me invadió por completo, me removí tomando las cosas para ir a acomodarlas por el momento en mi cajones -¿Sucede algo?- por su tono de voz molesto decidí mejor no provocarlo.

-Es solo que estoy algo cansada- él se acerco a mi tan rápido que no me lo espere.

-Será mejor que te recuestes, no más salidas de compras por un buen rato- aquello no me gusto mucho ya había pensado que esas podían ser unas buenas excusas para salir a ver a Edward, tendría que pensar en otra cosa.

-¿Cómo van los negocios?- pregunte como si nada mientras me metía en la cama y me tapaba casi hasta el cuello para así evitar alguna nueva muestra de cariño por parte de Alec.

-Todo muy bien- pero no se me paso por algo una mirada extraña que puso –Esta semana que viene estaré fuera por unos asuntos importantes- su rostro se volvió serio y eso me preocupo.

-¿Para ti esta todo bien?- le pregunte como esposa abnegada preocupada cuando en realidad necesitaba saber que Edward no estaría en ninguna clase de peligro.

-Todo bien- me sonrío fingido, se levanto de la cama y me beso la frente -¿Necesitas algo? Puedo ir por lo que quieras- encantada le diría que fuera por Edward para que estuviese a mi lado pero estaba claro que no podría.

-Me gustaría un vaso de leche, gracias- asintió y cuando iba casi saliendo del cuarto lo llame nuevamente –Alec- él se giro esperando -¿Podrías traer a los niños?- le pedí de manera tímida ya por que desgraciadamente desde que Alec sabia que estaba embarazada había tomado la actitud de que los pequeños no debían estar muy cerca ya que al ser algo revoltosos y alocados podrían pasar a hacerle algo al bebé –Prometo que los mantendré tranquilos y no le harán nada al bebé- que absurdo era tener que alejar a mis hijos de su hermanito, él asintió no muy convencido y me dejo ahí esperando por mis bebes.

Mis pequeños llegaron un par de minutos después de que Alec saliera del cuarto y podría jurar que les había dado expresas instrucciones ya que parecían soldaditos caminando casi al mismo paso.

-No es necesario que hagan eso- les dije haciéndoles un espacio en la cama para que subieran y me hicieran compañía. Ese día completo me pase en la cama ya que a decir verdad estaba exhausta, como si realmente hubiese estado toda la mañana de compras, me quede junto a mis pequeños que no dejaban de hacer preguntas de su hermanito e incluso Charlie me pregunto nuevamente por Edward o en su caso por "Tío Anthony" ya que lo extrañaba mucho.

-No te preocupes que pronto vendrá a visitarte- lamentablemente ese pronto no llego en toda esa semana. Alec estuvo fuera por asuntos que nunca me explico y Jane estaba como una loca con los asuntos de su boda que fastidiosamente ya era la comidilla de toda la ciudad y eso me recordaba que iban quedando ya casi cinco semanas, de lo poco que hablábamos con Edward por teléfono cuando Heidi me dejaba al menos respirar mi propio aire, nunca mencionaba el hecho de que estaba próximo a casarse y es que me mantenía algo alejada de todo ese asunto para según él, no preocuparme.

-Cuando mi hermanito crezca ¿tu barriga será como una bolita?- me pregunto mi hijo aquella tarde cuando estábamos en el jardín jugando los tres con sus mascotas.

-Así es, cuando tu estabas aquí- le señale mi vientre que al observarlo detenidamente se podía notar una leve diferencia y es que llevar casi dos meses de embarazo con mi contextura comenzaba a notarse pronto, al menos el doctor era un gran amigo de mi familia y más de Charlie, por lo que pedirle su ayuda con respecto a lo que debía decir acerca del tiempo de gestación que llevaba había sido un peso menos que cargar –Mi barriga era enorme y tu te movías mucho- le dije con una sonrisa mientras veía sus ojos que expresivamente eran iguales a los de Edward ¿Cuántos años me había pasado mirándolo como una boba solo por que me recordaba a su padre?

-¿Yo tamben me movia mami?- me pregunto mi pequeña con su vocecita nasal mientras se acercaba para abrazarme, aquella pregunta aunque era muy simple dentro de mi causo estragos sin dejar de mencionar las hormonas revueltas, las lágrimas se asomaron evidentes.

-¿Por qué lloras mami?- me pregunto Charlie preocupado –Anne eres una boba, hiciste llorar a mamá- le regaño mi pequeño y yo negué de inmediato al ver que mi pequeña comenzaba a hacer pucheritos al sentirse mal.

-Es solo que recordarlos de bebé me pone sentimental- dije desviándome del tema que inconcientemente Anne había tocado, abracé a ambos y al quedarme así un buen rato pronto los dos comenzaron a removerse por dejarlos mucho rato pequeños a mi, finalmente los pequeños se fueron a jugar con la pequeña perrita que poco a poco crecía un poco más y pronto incluso seria más grande que la misma Anne.

Para mi mala fortuna uno de esos días había aparecido Jane con una sonrisa tan grande que me temí que no sería buen augurio y en efecto así fue cuando iba pasando por afuera de su cuarto el que se encontraba con la puerta completamente abierta, dentro estaba ella junto a Dídima y ambas observaban el hermoso vestido blanco de novia que estaba completamente extendido sobre la cama.

-Hermoso ¿no?- salí de mis pensamientos cuando escuche la voz de Jane muy cerca y fue ahí que me di cuenta que ella me observaba con una sonrisa arrogante –A todas nos toca su momento Isabella, si te da nostalgia ver mi vestido de novia podrías pedirle a Alec que renueven sus votos, después de todo su matrimonio fue algo discreto y aburrido ya que tenían que ocultar ciertas cositas- dijo con una sonrisa burlona y me gire para salir de ahí, un poco más allá de su puerta escuche las risas de ambas disfrutando de lo que Jane había dicho.

¿Qué era lo que Edward tenía pensado con todo eso? Me ponía nerviosa y ansiosa que no me lo dijera pero sabia que debía confiar en él y así lo haría.

Esa misma tarde Dídima y Jane habían salido, claro ya sabia la cita de ésta última ya que Edward me lo había informado y solo con recordarlo me hervía la sangre, lo bueno de eso claro es que aproveche en buscar en el dichoso documento que me había pedido Archibald, después de informarle a Heidi que personalmente me encargaría de hacer dormir a mis pequeños que ya podía retirarse, así me aseguraba de que se durmiera, me fui al estudio de Alec, revolví sus cajones del escritorio, del librero y hasta carpetas pero nada, pensé que seria un poco más fácil por lo que me puse algo nerviosa ya que la hora estaba pasando y nada, pocas veces se me daba esta buena oportunidad de encontrarme sola por lo que no podía desaprovecharla, fue en ese momento que mi cerebro se ilumino y recordé la caja fuerte que estaba detrás del cuadro tan amado de Alec, claro que mejor que tapar sus tesoros con otro que con la obra de Salvador Dalí .

Estuve cerca de veinte minutos pensando en contraseñas e incluso intente con cuatro pero me daba miedo seguir intentando ya que al alcanzar un máximo de erróneas esta podría bloquearse y así el se enteraría de que estuve husmeando, un flash de recuerdo me llego en ese momento de la nada.

"El día que nos casamos ha sido la fecha más importante para mi"me dijo un día que intento ponerse romántico y yo no le había puesto mucha atención, sonreí e inmediatamente introduje dichos números y woola, el cerrojo hizo un click abriéndose completamente y de pura felicidad comencé a dar saltitos como si fuese una niña pero para mi mala suerte choque con uno de los muebles y paso en cámara lenta, uno de los jarrones los vi tambalearse y podría decir que corrí con mis brazos extendidos para tomarlos pero este paso de largo impactando en el suelo con un estridente ruido, mi corazón comenzó a latir de inmediato a gran velocidad y como me lo espere, escuche una de las puertas abrirse de esas que conectan al final del pasillo, cerca de la cocina.

-Heidi- jadee y como pude cerré la caja fuerte y la volví a tapar con el cuadro, en cuestión de segundos me escondí en el cuarto del baño contiguo al estudio, solo debía esperar a que se alejara del pasillo para salir por la otra puerta.

Ella se acerco a grandes pasos con dos de los guardias de Alec que custodiaban la casa esos días mientras pasábamos gran parte del día.

-Escuche ruidos ahí dentro, no duden en disparar si hay algún ladrón- dijo ella muy segura y los hombres entraron seguida de ella, aproveche ese momento y corrí hasta mi cuarto, al llegar me metí de inmediato a mi cama aún con el corazón acelerado para hacerme la dormida y en cosa de minutos Heidi asomo su cabeza por mi habitación para asegurarse de que estuviese bien ¿o quizás para intentar pillarme? No lo se, solo se que me quede muy quieta intentando respirar pausadamente como si durmiese.

A la mañana siguiente podía asegurar que algo estaba ocurriendo porque me encontraba en el comedor tomando desayuno solo con mis pequeños ¿Dónde se había metido Jane y Dídima? Debo añadir que la última me importaba muy poco saber donde estaba, bueno de Jane también pero solo no quería pensar que se había quedado con Edward por que eso si que no podría soportarlo.

-¿Sabes donde esta Dídima y Jane?- le pregunte a Heidi cuando ella apareció para servirnos nuestra comida.

-No señora, lo siento- dijo ella escuetamente.

-¿Al menos sabes si llegaron a dormir?- pregunte con una ceja alzada, podía ver que le costaba responder a mis preguntas, la muy… podía llegar a ser bien fiel con ese par de víboras.

-Me parece que no señora, permiso- dijo saliendo de ahí evitando más preguntas y me puse más nerviosa ¿Dónde se había metido Jane? Peor aún ¿se habría ido con Edward?

Estuve así prácticamente todo el día hasta que apareció Alec.

-¿Estas bien?- me pregunto preocupado en cuanto me vio y me extraño que me abrazara como si con eso me estuviese salvando de algo.

-Si todo bien ¿pero que sucede?- le pregunte preocupada y él me miro como si no comprendiera lo que le decía –¿Que pasa, por que estas aquí?- se supone que él regresaba en un par de días más.

-Jane- dijo él mientras intentaba pensar en algo –Ella me ubico y me dijo que debía de volver cuanto antes- ¿le habrá pasado algo a Edward? Mi respiración comenzó a acelerarse.

-¿Qué más te dijo?- él me miro raro al sonar tan impaciente y preocupada.

-Nada más, solo que debía volver cuanto antes y bueno, pensé que algo les había sucedido a ti o al bebé- su rostro se relajo pero yo no se que cara habré puesto por que solo con verme él se tensó -¿Qué esta pasando?- gruño molesto por no entender y justo en ese momento apareció Jane por el salón seguido de Edward quien se veía extraño.

-Yo te diré lo que esta pasando primo- su rostro estaba completamente afligido y sus ojos hinchados y rojos confirmaban que había estado llorando.

-¿Alguien te hizo daño?- su voz sonaba fiera mientras miraba a Edward esperando a que Jane le dijera que él le había hecho algo.

-Tío Marcus esta por llegar y en ese momento hablaremos- a pesar de que su rostro estaba triste, su voz sonaba rencorosa –Acompáñame al estudio- le pidió y él asintió de inmediato –Anthony ¿me esperarías?- le pregunto ella en tono cariñoso a lo que Edward asintió de inmediato, Alec y Jane se fueron juntos a su estudio dejándome sin saber que pensar.

-¿Qué paso?- le pregunte a Edward en cuanto esos dos se perdieron por completo, algo de aquello no me cuadraba muy bien, Jane estaba completamente destrozada pero Edward me sonrío tan radiante que incluso daba miedo.

-Una menos- dijo triunfal mientras me guiñaba un ojo, me indico que volviera a sentarme en el sofá y espere a que me contara que había sucedido.

-Edward por favor, sabes que no me gusta el suspenso- le dije molesta por que seguía jugando con mi paciencia y él solo sonreía, él se acerco a mi en plan confidente y yo me acerque aún más.

-Te eche de menos- y me dio un rápido beso en los labios provocando que sonriera.

-También yo- le confesé –No solo yo, Anne y Charlie han preguntado mucho por ti- y aquello ilumino por completo sus ojos.

-Yo los extrañe aún más, incluso a esta cosita- dijo acariciando mi vientre y se lo permití encantada, justo en ese momento la puerta principal se abrió muy fuerte y ambos nos levantamos de un salto asustados.

-¿Isabella que esta pasando?- pregunto Marcus igual de confundido que Alec hace unos minutos atrás, negué sin saber que decirle.

-Jane y Alec están en su estudio esperándolo Marcus- dijo Edward de manera solemne y el aludido asintió dirigiéndose de inmediato a ese lugar.

-¿Me vas a contar o no?- le pregunte enfurruñada y él volvió a besarme en los labios.

-Pareces una nena- dijo sin dejar de sonreír –Y no te preocupes que pronto lo sabrás- lo mire molesta y sin más se volvió a sentar esperando no se que cosa, los minutos seguían pasando y simplemente nos dedicamos a mirarnos a los ojos, algo de todo eso le causaba mucha gracia y yo solo quería saber que.

Más y más minutos pasaron que me estaban volviendo loca de la curiosidad y Edward no dejaba de sonreír, hasta que observo el reloj de la pared y como si hubiese invocado algún espíritu, la puerta principal volvió a sonar indicando que alguien había llegado, espere a ver quien era y quede congelada en mi asiento cuando vi aparecer a Dídima como nunca antes la había visto, sus ojos hinchados a más no poder, su rostro completamente afligido sin dejar de mencionar que esa era la misma ropa que había utilizado el día de ayer.

Ella le dio una mirada a Edward como si le estuviese pidiendo ayuda pero él solo le indico la dirección del estudio y pronto las piezas se unieron como un puzzle.

-¿Jane descubrió a Dídima?- le pregunte preocupada y él asintió triunfal, estaba claro que ella no era de mi agrado pero temí por ella -¿Qué hiciste?- ahora me preocupaba él de que no se metiera en problemas.

-¿Yo? nada- fingió indignación por la pregunta –Fue Jane quien la descubrió en una situación muy poco decorosa en un restaurante a las afueras de la ciudad con su tío Cayo- me lleve las manos a la boca y pasados unos minutos comenzaron los gritos, mi vista viajo en dirección al estudio como si de un momento a otro todos ellos aparecieran ya que sus voces se escuchaban muy cerca.

-¡¿Dime que eso no es verdad?- salte en mi lugar al escuchar, por primera vez en mi vida, gritar a Marcus, a pesar de que era una escoria al igual que su hijo siempre había sido muy pasivo y muy poco demostrativo, nos quedamos en esa misma posición con Edward sin saber que hacer, tampoco es que nos acercaramos de modo cariñoso por el peligro de que alguien saliera sin previo aviso.

-¡No te atrevas a negarlo!- le grito Jane y mis ojos no daban más del asombro por la situación, tengo que decir que solo con imaginármela ya me daba pena.

Sonó una quebrazón de vidrios seguido por gritos de Dídima.

-¡Marcus por favor, déjame explicarte!- le pedía a gritos y pronto vi aparecer a todos ellos, cual de todos estaba más consternado, enojado o desilucionado.

-Papá no seas tan duro con mamá- la voz de Alec sonaba dolida pero sus ojos lo eran aún más mientras observaba como Dídima iba siendo arrastrada hacia la puerta principal su aspecto mostraba que no le había tocado muy bueno ahí adentro.

-Ve y pídele ayuda a ese bastardo de Cayo y de paso dile que no se aparezca por aquí si no quiere ir a parar al cementerio- Marcus sujetaba con mucha fuerza el brazo de Dídima.

-No tengo donde ir- se defendía ella mientras intentaba liberarse de las manos de su esposo.

-Eso ya no es asunto mío y que si no tomo medidas serias con respecto a nuestro matrimonio solo es por Alec- dijo él firme –Pero te aseguro que haré todo lo que esta en mis manos para que no vuelvas a ver dinero en tus manos- Dídima lo miro horrorizado y seguía intentando zafarse.

-¡Papá basta!- le pidió Alec pero poco pudo hacer.

-Si vas a intentar vivir de Cayo mi querida Dídima, te digo que poco te funcionara por que no pienso darle ni un chelín de la herencia de nuestros padres y dudo que el vago de mi hermano sepa trabajar- Jane se acerco a su tío para intentar tranquilizarlo pero era como si Marcus estuviese poseído por alguna fuerza externa.

-Marcus por favor, por los años de matrimonio- le rogaba ella cuando estuvieron en la entrada principal, Jane se acerco donde Edward para abrazarlo y esconder su rostro en su pecho y por los movimientos de sus hombros pude notar que estaba llorando, Alec por su parte se acerco a mi con todo el dolor en sus ojos.

-Mi familia se esta destruyendo Bella- y se abrazo a mi cintura cayendo de rodillas y hundió su rostro en mi vientre, pronto comenzó a llorar como un niño sin importar que hubiesen más personas en ese momento.

-¡Darío, Bladimir!- llamo Marcus a los guardias –Saquen a esta prostituta de mi casa y asegúrense que no vuelva a poner un pie en los terrenos, entre los dos hombre se miraron sin saber que hacer incrédulos de la petición de Marcus pero su rostro completamente enajenado no dejaba duda alguna.

Cuando las puertas se cerraron, se instauro un incomodísimo silencio que solo era roto por los sollozos de Alec y Jane.

-¡Heidi!- grito Marcus a viva voz y en cosa de segundos Heidi estaba frente a él con su rostro asustado –Ve a mi cuarto y saca todas las cosas de Dídima y las quemas, no me importa si son caras o importantes, las quemas y ya- Heidi asintió con una pequeña reverencia y desapareció escaleras arriba. Jane se soltó de Edward y fue a abrazar a su tío quien se derrumbo por completo.

-Tío perdóname por haberte contado algo como esto pero no podía permitir que siguieran engañándote- le dijo ella sin dejar de abrazarlo, algo le contesto Marcus pero no pude llegar a entenderlo ya que tenia su rostro escondido en el cabello de Jane –Vamos a al cuarto de huéspedes- le dijo ella intentando levantarlo –Anthony perdona todo esto- Edward se acerco a su lado y beso su frente y yo por supuesto me puse que me reventaba por los celos.

-No te preocupes comprendo, mañana pasare a ver como estas- dejo una leve caricia en su mejilla y se volteo para salir pero antes me miro, me guiño uno y verbalizo sin pronunciar palabra un lindo "Te amo"

-Vamos Alec, será mejor que te recuestes- le dije a Alec que seguía en el suelo abrazado a mi, puede que no sea la mejor esposa pero me daba pena su situación.

Trate de levantarlo por hombros pero cuando notó que estaba haciendo fuerza se levanto por si solo.

-Amor, sabes que no puedes hacer fuerza- dijo de modo automático y de la misma manera comenzó a caminar conmigo de la mano hasta su cuarto, llegamos y él simplemente se saco los zapatos y se metió así tal cual dentro de la cama, lo acomode y cuando me gire para irme, él me tomo por la muñeca y lo mire algo asustada –Quédate conmigo esta noche- rogó con sus ojos cristalizados, creo que vio el miedo en los míos –Prometo no hacerte nada, solo no quiero estar solo con todo lo que a pasado- mire hacia todos lados como si con eso alguien pudiese ayudarme, luego lo volví a mirar y se veía tan destruido que el corazón se me encogió de pura lastima.

-Está bien- acepte sin saber que decirle, me fui a mi cuarto a cambiarme por algo más cómodo y volví junto a él que en cuanto me vio aparecer, me hizo un espacio a su lado, me metí implorando que al menos todo lo sucedido lo mantuviera tan cansado como para que pronto se quedara dormido.

-Gracias Bella, no sabes lo mucho que significa para mi lo que haces- cruce mis brazos sobre mi pecho y me quede mirando al techo mientras él seguía con su momento de sensibilidad –Se que no me e comportado de la mejor manera sobre todo las semanas antes pasadas pero me vuelve loco no tenerte cerca- se acerco más a mi y me abrazo, escondiendo su rostro en mi cuello lo que me hizo reaccionar con un pequeño salto –Prometí no hacerte nada y lo cumpliré, es solo que quiero estar a tu lado, es mi mejor calmante- así se abrazo más a mi llevando una de sus manos a mi vientre dándole pequeñas caricias circulares, podía sentir que inhalaba mi aroma y luego comenzaron sus sollozos que se fueron apagando a medida que pasaban las horas, finalmente se quedo dormido pero yo, que se supone debía descansar, estaba más despierta que nunca atenta a cualquiera de sus movimientos.

Me removí incomoda cuando sentí unos labios sobre los míos y ellos no reconocieron a los únicos que les gustaba sentir, abrí mis ojos asustada y me encontré con la mirada de Alec que aunque era llena de tristeza, una sonrisa surcaba sus labios.

-Siempre soñé con despertar de esta manera- me abrazo y en ese momento me pareció ya más un abuso que a lo triste que podría estar.

-Iré a ver como están los niños, por suerte con todo el escándalo de anoche no se despertaron- me salí de la cama sin esperar una respuesta por su parte y camine directo a los cuartos contiguos.

-Veo que la reconciliación cada vez va mejor- escuche la voz irónica de Jane a mis espaldas justo en el momento en que salía del cuarto de Alec.

-No creo que eso sea de tu incumbencia- le espete molesta.

-No claro que no pero me parece bien que alguna vez en tu vida te comportes como lo que eres, la esposa de mi primo- chasquee la lengua por sus impertinencias camine hasta el cuarto de Charlie pero ella me seguía –Sobre todo en estos momentos en que tanto te necesita- me gire ya demasiado molesta.

-¿No te gustaría ocupar mi lugar a caso?- le dije ácidamente y creo que sus ojos se abrieron por el asombro, no se si fue por que era la primera vez que la enfrentaba o porque era la primera vez que aludía un hecho tan evidente pero que sinceramente nunca me a interesado.

-No se de que estas hablando, yo estoy por casarme con Anthony pero sobre todo Alec es mi primo- dijo ella muy digna como si con eso fuese a engañarme.

-No nos hagamos las tontas Jane que se perfectamente que entre Alec y tú hubo algo- le sonreí triunfante -¿Eso lo sabría tu futuro marido no?- por su rostro pálido y asustado sabia que había dado un muy buen golpe, la deje ahí temblando de miedo y me fui a ver a mis hijos que eran lo más importante para mi.

Ese día fue de los más extraños que había vivido en esta casa pero en parte me gusto, ya que a pesar de que todos estaban en casa, claro menos Dídima, no se les vio a ninguno merodear y eso ayudaba mucho a la convivencia.

-Mamá ¿Dónde están todos? ¿Dónde esta papá?- como me hubiese gustado decirle que estaba en su casa y que pronto nos vendría a visitar, le sonreí algo fingido debo añadir.

-Todos tienen mucho trabajo y cosas que hacer cariño- bese su frente mientras veía como la pequeña Anne intentaba guiar a su perrita con la correa, pero el animal era más fuerte por lo que era ella la que iba siendo llevada –Anne sal afuera con copita- le dije con una sonrisa que estaba a punto de convertirse en carcajada por la situación.

-¿Podemos ir al parque?- me pregunto mi pequeño con la ilusión estampada en el rostro, solo de verlo así me dificultaba el negarle algo.

-Déjame ir a preguntarle a Alec si podemos salir- él pequeño asintió y corrió junto a su hermana para salir al jardín, me encamine al estudio de Alec ya que sabia que estaba ahí desde la mañana.

Cuando iba por el pasillo e iba a empujar la puerta semi abierta del estudio de Alec, me detuve en seco al escuchar la voz de Heidi.

-Señor hice lo que su padre me pidió- silencio –Lo que quiero decirle, es que entre las cosas de la señora Dídima encontré esto- por la curiosidad me asome levemente para ver que le entregaba un trozo de papel.

-¿Una carta?- le preguntó él molesto mientras estaba sentado en su sillón principal detrás del escritorio, tomo el papel –Supongo que no me vas a entregar cartas de amor de mi madre- le dijo en el mismo tono.

-No señor- se defendió de inmediato Heidi –Esa carta esta a nombre de su señora y no sabia que hacer con ella- me tensé de inmediato e intente observar un poco más, Alec al igual que yo estaba extrañado y la giro para verla, su rostro se transformo entre asombrado y asustado.

-¿Charles Swan?-

Continuara...

Hola a todas perdon por la tardanza aca les dejo el capitulo, estan empezando a caer uno por uno. Quien sera el proximo?

Capítulo 19: -"Sola" Capítulo 21: -"Marcus"-

 
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