-"El Conde Montelpuciano"- (Secuela De Un Amor En 1920)

Autor: vaneian08
Género: Drama
Fecha Creación: 11/09/2010
Fecha Actualización: 12/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 20
Comentarios: 57
Visitas: 52242
Capítulos: 26

¿Que sucedio con la vida de Bella despues de la muerte de Edward? ¿Edward muerto? ¿Que sucedera cuando el nuevo conde llegue a poner orden al pueblo y a la vida y familia de Bella?. Secuela de un amor en 1920

Autora; LOkiicita Cullen.

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Capítulo 18: "Aliados"-

BPOV

-Mami ¿mi nevo hemanito será ñiña como yo?- me pregunto Anne con aquella vocecita algo gangosa y chillona a la vez, mis pequeños y yo nos encontrábamos tendidos sobre el césped del jardín trasero disfrutando el simple hecho de estar los tres juntitos, aunque ciertamente daría mi vida por que fuésemos cuatro en esos momentos, si era más precisa serian 5 en un par de meses más.

-Eso no lo sabemos aún mi princesa, tu hermanito estará aquí una temporada y cuando quiera conocernos al fin saldrá y sabremos que es- le acaricie sus cabellos rubios mientras veía hacia el otro lado a mi pequeño Charlie tan concentrado mirando aquellos manchones de nubes que pasaban rápidamente -¿Qué miras?- le pregunte con una sonrisa, él giro su rostro que estaba apoyado bajo mi brazo entre mi pecho y mi estomago, en la misma posición que su hermana pero desde el otro lado.

-Mira, esa nube tiene forma de conejo- me señalo los manchones blancos, a decir verdad si utilizaba bien la imaginación y me concentraba en ello, se podía ver una bolita con orejas y una cola pequeña y redonda.

-¿Quién te enseño eso?- le pregunte curiosa.

-Tío Anthony- se me contrajo el corazón de ternura y una enrome sonrisa se formo en mi rostro -Me dijo que cuando extrañase a alguien que lo hiciera y vería su rostro en las nubes pero aún no resulta- dijo mientras miraba nuevamente al cielo y presionaba su vista imaginadote algo ahí arriba.

-¿A quien extrañas?- Anne comenzó a cantar una canción distraída mientras jugaba con sus deditos.

-Tío Anthony me prometió que vendría a vernos pronto- dijo apenado, y recordar aquello me entristeció de igual manera. Habían pasado dos largas semanas desde que él estuvo aquí conmigo, precisamente en la cena en que Alec dio la gran noticia de "su" bebé, já.

-Ya vendrá mi pequeño, es solo que a estado muy ocupado por el trabajo- no quería mentirle pero a decir verdad Edward no había querido decirme en que andaba, solo me pedía que confiara en él y eso siempre lo haría.

-Quizás ya se olvido de nosotros ahora que tendrá nueva familia con tía Jane- y un fuerte dolor en el pecho, exactamente en el corazón me golpeo tan certero por lo obvio que no lo pude dejar pasar por alto, aquello me estaba poniendo de los nerviosa, esto era una cuenta regresiva que me mataba poco a poco a la espera de una solución que me diera, que me dijera que tenia todo planeado para evitar esa boda, pero aún no me decía nada. Yo en casa solo veía a Jane de aquí para allá hablando de diseños, colores y lugares. Morir, puede ser por eso que me gustaba pasar más tiempo en el jardín que en la casa las últimas semanas.

-Él no nos olvidara hijo, nos ama demasiado como para eso- mi pequeño me observo con una gran sonrisa como si me hubiese pillado en algo.

-Se que lo hace- su respuesta me extraño pero sobre todo por su mirada cómplice.

-¿A que te refieres?- él se encogió de hombros y siguió en lo suyo dejándome completamente picada por saber.

-Te quero mami- dijo de pronto mi pequeña abrazándome.

-Yo también má- dijo Charlie también abrazándome –Y a mi hermanita nueva- y beso mi plano vientre, sin poder resistirme un par de lágrimas brotaron de mis ojos por la ternura.

-Yo los amo más mis tesoros preciosos- les dije a ambos respondiendo a sus abrazos, me levante para dejarlos debajo de mi y comencé a llenarlo de besos –Me los como, me los como- les dije mientras aprovechaba de hacerles cosquillas a sus costados.

-¡No mami, no!- me grito entre risitas Anne.

-¡Isabella!- me detuve en seco al escuchar la voz fuerte de Alec, mis pequeños se removieron inquietos y algo asustados -¿Qué te he dicho de ser cuidadosa?- se acerco hasta nosotros y me tomo del brazo para levantarme –Tienes que tener cuidado y cuidar a nuestro hijo- me abrazo por la espalda y posos sus manos sobre mi tripa, provocándome de inmediato aquel rechazo asqueado, me aparte de él y me arrodille para quedar abrazada a mis hijos.

-Creo que me levante muy rápido- mentí haciéndome la mareada, lo bueno de todo esto es que Alec intento varias veces meterse a mi cama, claro como lo había hecho un par de veces la semana pasada creía que así sería siempre de aquí en adelante pero con lo del embarazo le sugerí que podría ser peligroso para nuestro bebé alguna clase de intromisión.

-¿Te llevo a tu cuarto?- dijo preocupado arrodillándose también a mi lado.

-No te preocupes, imagino que tienes mucho trabajo ¿no?- y pensé en una sutil idea –Yo creo que si por que no e visto a Anthony por aquí por lo que supongo que el trabajo te lo estas llevando todo tu- intente sonar comprensiva.

-Algo así- dijo frotándose la frente –Lo bueno es que el negocio va marchando excelente, el dinero por lo menos se a duplicado las ultimas semanas- sonreí a sabiendas de lo que ello significaba.

-¿Y donde esta Anthony?- le pregunte como quien no quiere la cosa.

-Tuvo un viaje repentino a no se donde, me dijo que volvería en un par de días pero ya lleva una buena semana allá- fruncí el ceño, él no me había informado de nada de eso.

-¿Y no…?- no alcance a preguntarle por que llego Heidi.

-Señor, tiene una visita en su despacho- Alec asintió como si lo hubiese estado esperando, beso mi frente y despeino a los pequeños para entrar a la casa dejándome con una enorme pregunta en la cabeza ¿Dónde estaba Edward?

Finalmente ya era algo tarde por lo que entre con los niños a la casa, los lleve al cuarto de baño y los bañe juntos como hace mucho no hacia, los pequeños solo reían y salpicaban agua con espuma por todos lados, esta era la imagen perfecta para poder respirar en paz, ver a mis hijos felices abstraídos de las cosas malas del mundo, solo me faltaba a uno más para poder vivir, respirar podía ser fácil, vivir no tanto sin él.

Unos golpecitos en la puerta de la habitación de Anne me hicieron reaccionar, mi pequeña estaba profundamente dormida luego de que se tomara su biberón completo y le leyese un cuento sin contar que los baños siempre fatigaban a los pequeños.

-Señora Isabella, tiene una llamada telefónica- me informo Heidi desde la puerta, me levante de la cama y camine con el máximo sigilo hasta ella.

-¿Quién es?- le pregunte mientras pasaba por fuera del cuarto de Charlie y comprobaba en efecto que también estaba dormido.

-Una mujer que dice ser su amiga, una tal Aurora Stevenson- sonreí agradecida y baje casi corriendo las escaleras hasta el estudio de Alec.

-¿Aurora?- pregunte emocionada.

-No mi amor, lo siento solo soy yo- al escuchar la voz de Edward mis piernas temblaron como un flan.

-Mi amor, esto es mucho mejor- dije bajito conteniéndome al máximo para no ponerme a gritar.

-Me alegra, te e echado mucho de menos- podía escuchar su voz afligida.

-Estoy bien, te lo prometo- le dije para tranquilizarlo, podía imaginar que estaría hecho un manojo de nervios todos estos días pensando en que si Alec me había hecho algo.

-¿Segura? No había podido comunicarme antes por que estaba fuera de la ciudad y moría por saber de ti mi amor- eso me recordó que quería preguntarle donde estaba.

-También te amo precioso ¿Dónde estabas?

-De eso quería hablarte, necesito verte ¿puedes inventar algo para mañana en la mañana?- me lo pensé un poco.

-Es que no me deja sola ni a sol ni a sombra, quizás si le digo que quiero comprar cosas para el bebé me deje o me mande a Heidi de perro guardián- bufé.

-Enviare a Theo para que te espere en la plaza, si consigues llegar él te traerá- se produjo un pequeño silencio en donde intuí que Edward estaba pensando en algo.

-¿Sucede algo?- le pregunte algo asustada.

-Me estaba volviendo loco todos estos días ansioso de saber como estabas- su voz triste me lleno de la misma tristeza –Saber como estaba tú, nuestro bebé, Charlie y Anne- sonreí por que nos consideraba a todos como un solo pack.

-También te extrañe horrores- en ese preciso momento escuche la puerta abrirse y al girarme Alec estaba observándome.

-Ya tendremos tiempo para estar solos y quizás portarnos un poquito mal- su voz juguetona me hacia reír pero me contuve ya que la mirada especulativa de Alec me ponía nerviosa.

-También me alegro saber de ti Aurora- le dije para que me entendiera y Alec por su parte sonrío satisfecho con aquella respuesta.

-Comprendo, ese imbécil ya te fue a supervisar.

-Así es- dije como si nada.

-Nos vemos mañana bonita, sueña conmigo.

-Siempre Aurora y muchos besos al pequeño Matt.

-Besos para ti también, te amo- y corte la comunicación.

-¿La esposa de Stevenson?- se acerco a mi y me abrazo por la cintura, ni su cercanía me arruinaría el momento de felicidad por hablar con Edward.

-Así es, quería saber como me encontraba por lo del embarazo- el sonrío y miro mi estomago para acariciarlo.

-Es lo más lindo que pudo pasarnos- sus ojos brillaron tanto que me asuste.

-Estoy cansada- le dije zafándome de su abrazo –Bañe a los niños luego de jugar toda la tarde- camine en dirección a la puerta para marcharme.

-Debes dejarle esas labores a Heidi- su voz demandante me hizo girarme algo molesta.

-Yo soy la madre y seguiré haciendo todo por mis hijos, estoy embarazada no discapacitada- me gire de nuevo para salir pero recordé algo importante –Eso me recuerda ¿mañana puedo ir de compras?- él me miro escéptico –Quiero comprarle algunas cosas al bebé- sonrío solo con nombrarlo.

-¿Quién te acompañara?- fruncí el ceño.

-No necesito una niñera puedo cuidarme perfectamente bien, además es algo que quiero hacer con algo de intimidad, prometo cuidarme y si llegase a sentir cualquier malestar llamare para que me vayan a buscar- su rostro mostraba todos los cuestionamientos que estaban pasando por su cabeza.

-No creo que sea…- me acerque a él con mirada tierna.

-Es importante para mí el poder elegir la ropita de nuestro bebé- asco, eso es lo único que me producía incluirlo a él en algo que jamás seria real.

-¿Estas segura? Quiero decir, que antes sola por las calles puede ser peligroso- sonreí internamente, estaba cediendo.

-Alec, tienes que confiar en mi por que ¿quien mas que yo quiero que nuestro bebe este sano?- él asintió y con todas las fuerzas en mi estomago me acerque para dejar un casto beso sobre sus labios –Gracias- le dije y pude ver sus ojos consternados y con cierta emoción.

Salí de ahí antes de que me exigiera algo más que aquello y llegue a mi cuarto con la sensación de triunfo, al menos mañana vería a Edward después de dos largas semanas.

Puntualmente a eso de las 10 de la mañana, Theo me esperaba entre la gente sin llamar mucho la atención, camine sin verlo fijamente y cuando divise el automóvil camine directo sin hablarle y entre, él me siguió a los pocos minutos y se sentó en el asiento del piloto.

-Buenos días señora Isabella- me saludo con una gran sonrisa cuando se giro para verme.

-Hola Theo- le respondí de igual manera.

Aprovecho para felicitarme por el nuevo integrante a la familia Cullen y que me debía de cuidar, además de decirme que se me notaba el aire materno ya que me veía más hermosa de lo habitual. Al llegar a la imponente mansión, Edward salio como un bólido para recibirme, no fue necesaria ningún tipo de palabras, me saco del auto en un férreo abrazo y luego comenzó a besarme como si el mundo se le fuese en ello.

-Si no le das un poco de aire, dudo que me dejes poder hablar con ella antes de que se desmaye- me tense cuando escuche una voz que no conocía, me separe de Edward y vi a un hombre observarnos desde la gran puerta de la mansión con una gran sonrisa, su pelo color cenizo iba a juego con su larga barba, vestido elegantemente se acerco a mi algo dubitativo, pero miro a Edward y alguna clase de seña le hizo que, que el hombre termino por acortar la distancia, me tendió su mano y yo alargue la mía para que dejara un casto beso en ella –Archibald Masen, un gusto- me tensé de inmediato al saber que era el abuelo de Edward.

-Un…gust…yo…- él me sonrío al ver lo nerviosa que me puse.

-Tranquila Bella, Edward y yo ya hemos hablado tendido y se que tienes algo para decirme pero eso lo dejaremos para después ¿nos acompañas con un té?- asentí sin saber mucho que hacer, Edward dejo su mano sobre mi espalda y juntos entramos todos a la gran mansión.

-¿Por qué no me dijiste?- le pregunte en un susurro cuando íbamos por el largo pasillo hasta el comedor.

-Temí que no quisieras venir- me dijo con una sonrisa juguetona.

-Así que otro bebé ¿eh?- me dijo el abuelo de Edward mientras tomábamos un té acompañado de algunas galletas, me sonrío ampliamente y me sonroje mirando a mis manos.

-Le conté a este viejo cascarrabias lo de Charlie también, espero no te moleste- Edward tomo mi mano para darme apoyo.

-No esta bien, después de todo eres el papá- pude sentir las amplias sonrisas de abuelo y nieto sobre mi y me ruborice aún más.

-Como lo has llevado hasta hoy habla de la gran valentía y temple que posees muchacha, creo que te subestime- lo mire asombrada.

-Gra…gracias- dije avergonzada.

-Bien, creo que hay ciertas cosas que hablar ¿no?- dijo el anciano levantándose de la mesa, Edward me ayudo a ponerme de pie y juntos los tres nos fuimos al estudio de Edward.

-¿Qué era aquello que necesitabas hablar con Bella?- pregunto sin rodeos Edward.

-Hijo, me gustaría que nos dejaras a solas- Edward lo miro como si fuese a estrangularlo por la absurda idea y yo lo mire sin saber que decirle.

-Tengo que saber que le vas a pedir- dijo tajante.

-Por eso mismo necesito que salgas de aquí, te doy mi palabra que no la pondré en peligro pero tienes que entender que ahora ella esta tan metida en esto como nosotros ¿acaso tu le cuentas todo lo que hablamos?- Edward puso su mejor cara molesta pero al parecer aquel reclamo había surtido efecto, él me miro a mi preocupado.

-No estas en la obligación de aceptar nada que no creas prudente, recuerda que ahora no solo tienes que cuidarte por Charlie y por Anne- acaricio mi tripa y dejo un casto beso sobre mis labios –Y tú- le dijo mirando a su abueloNo te pases- y salio del lugar dejándome completamente nerviosa con aquel hombre imponente.

-Edward es más testarudo que yo incluso en mis mejores años- sonrío amablemente y me indico que me sentara frente a él –Se que no me porte muy bien contigo y la relación que tienes con Edward, creo que de cierta manera me encegueció las ganas de vengarme al fin ¿Edward te contó que perdí a mi querida Amelie por culpa de esos bastardos?- asentí –Aún no puedo superarlo del todo y me hizo olvidar que la relación que tienes con mi nieto es igual de hermosa que la que yo tuve con su abuela.

-Lo lamento- le dije sinceramente.

-No te preocupes muchacha, Edward tiene razón y tú ahora solo debes preocuparte en cuidar de tus hijos y el nuevo que viene en camino- sonreí.

-Pero también quiero ayudar, supongo que Edward también le contó acerca de la melli…- suspire para darme animo.

-Los mellizos, si lo hizo no te preocupes- me dijo él para ayudarme.

-Bueno, como verá también tengo mis motivos y haré lo que pueda y lo que este en mis manos- él asintió y lo vi analizando mejor sus palabras.

-Seré claro contigo, conozco muy bien a esa familia y a pequeño Alec prácticamente lo vi nacer, se que el muchacho es imperioso pero sobre todo tiene aquel instinto avasallador con el que cuida todo aquello que cree que le pertenece –asentí en acuerdo –Por lo que podemos reducir que en estos momentos tú y ese nuevo bebé son lo más importante para él, podría jugar que incluso sobre su dinero- negué extrañada aquella hipótesis.

-Su fortuna es algo que él nunca cedería por nadie- le rebatí.

-Te equivocas- dijo tajante -¿Nunca te preguntas como es que llegaste precisamente a ojos de alguien como los Vulturis? Puede que tengas un titulo de duquesa pero ellos podrían incluso a codearse con princesas, lo que el vio en ti va más allá del dinero, las obsesiones son peligrosas y cuando calan hondo pueden llegar a hacerte perder el juicio para obtener lo que quieres- mi cuerpo vibró levemente por miedo.

-Mi padre me presento a aquella familia- dije recordando con nostalgia a Charles.

-Lo se y por lo que me a informado Edward, se que también sabes que tú padre hace muchos años atrás hizo un trato con ciertas personas para deshacerse del amante de tu madre y de paso escalar ciertos niveles- ese golpe si que me dolió y asentí entre avergonzada y triste –No te preocupes cariño, los errores de los padres no tiene por que asumirlo los hijos- sus ojos se llenaron de tristeza –Voy a saberlo yo con los muchos que cometí y con ello aleje a mi pequeña Esme- recuerde aquella conversación años atrás con Esme.

-Algo se de aquello- dije tímidamente y el asintió.

-Me lo puedo imaginar, te has ganado la confianza de toda la familia- sonrío orgulloso –Bien, espero no sonar rudo Bella pero sobre lo de tu padre- retomo la platica -¿No puedes llegar a imaginar con quien estuvo haciendo aquellos tratos tu padre?- negué, la verdad es que nunca lo había pensado y como si fuese lo más obvio la verdad llego a mi, abrí mis ojos desmesuradamente.

-Los Vulturis- dije no como una pregunta, sino como una afirmación, la afirmación más absurda que podía haber dicho ¿Cómo no lo vi antes?

-No quiero ser el villano de la historia Bella pero en efecto tu padre consiguió todo aquello, dinero y poder no por bolitas de dulce- respire profundo a sabiendas de lo que diría –El te vendió- y mi mundo cayo tan profundo que pensé que no habría manera de reconstruirlo, mi respiración se acelero –Tranquila Bella, me consta que tú padre solo estaba cegado por la rabia de saber que había sido engañado pero con el tiempo lo pago caro- negué, aquello no tenia justificación –Se que él intento casarte por todos los medios con el chico Black para impedir que llegaras a manos de los Vulturis, tarde se dio cuenta del error pero lo hizo y me consta ya que él fue años atrás a pedirme ayuda- lo mire incrédulo –Tú padre tenia muy arraigado todos sus ideales acerca de las leyes y la justicia pero con el tiempo descubrió que este mundo estaba lleno de traidores dispuestos a sobornar y pasar impunes ante la ley, es por eso que con todo su orgullo por el suelo decidió pedirme ayuda para alejar a los Vulturis de ti pero en ese entonces yo estaba sumido en salvar a mi esposa que no escuchaba a nadie, quizás si lo hubiese ayudado en ese entonces Amelie estaría comigo- sus ojos se cristalizaron y sentí la necesidad de acercarme y apoyarlo pero su rostro impertérrito no me lo permitió.

-¿Qué hizo él?- pregunte asustada.

-No mucho, como te dije intento casarte con el hijo de su mejor amigo pero las amenazas al parecer fueron más firmes cuando el hijo menor de los Vulturis te conoció, ya no había vuelta atrás y al parecer la aparición de mi nieto lo desquicio por completo- intente pensar de manera racional para no sentir odio por mi padre fallecido, si las cosas eran como las decía Archibald, él había intentado apartarme de todo esto.

-Pero ellos consiguieron cobrarse lo de mi padre ¿no?

-No como se debía- dijo preocupado –Eras tú a cambio de lo que ellos le habían dado, como tu padre se negó rotundamente fue otro manera con la que ellos se cobraron –lo mire extrañada ¿Cómo si habían conseguido que me casara con él?

-No entiendo.

-Bella, tu padre fue asesinado y no precisamente por mi nieto- no supe que decirle, siempre tuve la certeza de que Edward era inocente ¿pero como demostrarlo? –Mi muchacho solo estuvo en el momento equivocado y bueno, Dídima y Alec me visitaron para encerrar a aquel joven tras inculparlo en una muerte- mis puños se cerraron con rabia, odio y resentimientos –Las vueltas de la vida es que jamás pensé que estaría encerrando a mi nieto.

-Edward esta aquí por ello, él necesita limpiar su nombre- le dije intentando calmarme.

-Así es y lo primero que necesito es que hurgues en las cosas de Alec y encuentres la solicitud que me habían enviado, es una carta en donde el explica que es un hombre del que necesitan deshacerse y que esta siendo inculpado en el jefe de policía de la ciudad, Bella con ello podemos demostrar que esa familia envío a Edward a Alcatraz- asentí decidida –Tienes que ser cuidadosa por que si te llegan a pillar buscando aquello pueden comenzar a atar cabos.

-Lo haré cuando no allá nadie- él me sonrío calidamente.

-Lo demás te lo diremos en su momento, solo procura cuidarte ¿bueno?- él en un rápido movimiento se levanto de su silla y llego a mi para darme un abrazo realmente cariñoso –Gracias por haber mantenido con vida a Edward todos esos años en los que no supe que era mi familia y gracias por devolverle la vida ahora- lo acompañe en su sonrisa amable y en ese momento Edward entro al estudio.

-¿Interrumpo algo?- pregunto preocupado.

-Nada hijo, solo agradecía su buen corazón- dijo el anciano mostrándose por primera vez como un hombre con debilidades y miedos.

-Es solo que ya se esta haciendo tarde y no quiero que Alec envíe a alguien a buscarla- me gire a Archibald y sin pensarlo le deje un beso en la mejilla.

-Gracias por confiar en mi- le dije y me separe de él para ir donde Edward quien estaba sonriente y mirando a su abuelo.

Caminamos hacia la gran puerta principal tomados de las manos, aún tenía cosas dando vueltas en mi cabeza y sabia que en algún momento debía hablarlas con Edward, estaba claro que él sabía todo aquello del asunto de mi padre.

-Puedo imaginar lo que hablaron tú y mi abuelo y antes de que comiences a regañarme, todo aquello era algo que él debía decirte por si te asaltaban dudas y yo no podía responder, además se vería un poco extraño que el supuesto culpable de su muerte hablara esas cosas de él- me gire para encararlo.

-Edward, siempre e sabido que tú no eras el culpable, incluso ese día que te separaron de mi lado, es solo que todo me había pillado desprevenida y bueno, el embarazo y todo eso no ayudaron a mi reacción- él me sonrío y me abrazo dulcemente.

-Lo se pequeña, hablando de eso- me indico el auto –Encontraras algunas bolsas con cosas para nuestro bebé, pensé que podía ayudar a la coartada y bueno…- sus mejillas se tintaron suavemente de un exquisito carmín –Quería ser el primero en comprarle algo a nuestro hijo- me puse de puntillas y simplemente lo besé con todo el amor que podía darle.

-Gracias, nuestro bebé sabrá siempre que eres el mejor padre que podría llegar a tener.

-Te amo.

-Te amo también- me quede en silencio unos minutos.

-¿Qué anda por esa cabecita?- me pregunto divertido.

-Había pensado en que quizás el viernes podríamos vernos, Alec se reunirá con unos socios, Marcus esta fuera de la ciudad, Jane- puse mala cara –Está como una loca preparando la "boda"- Edward me sonrió complacido.

-Celosa- me beso rápidamente y lo mire feo pero continúe.

-Dídima siempre sale los viernes por lo que estaré sola por la noche luego de que los pequeños duerman, había pensado en que quizás tú…- me ruborice.

-No te imaginas lo que me encantaría poder ir a verte y entrar por tu habitación como un ladrón pero…- puse mala cara al ver su semblante preocupado –He quedado con Jane para cenar fuera- bufe frustrada y completamente celosa.

-Perfecto- dije dando grandes zancadas para llegar al interior del vehiculo.

-Bella no te pongas así, no voy en plan romántico pero si todo resulta como lo espero tendremos a uno menos muy pronto- lo mire sin entender y él solo me guiño un ojo, se agacho levemente cuando estuve ya sentada en el asiento trasero y se inclino para besarme –Te juro que más pronto de lo que crees estaremos juntos- y con aquella hermosa promesa me aleje de él pero completamente segura de que cumpliría su palabra.

Continuara...

hola aca esta el capitulo del sabado y me digan q les parecio la charla de Bella y el abuelo de Edward.

Nos vemos el miercoles y gracias por sus comentarios

Capítulo 17: -"Celebraciones"- Capítulo 19: -"Sola"

 
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