(Bella Pov)

Un pequeño rayo de sol apuntaba hacia mi rostro y abrí los ojos con lentitud, por un momento estuve quieta tratando de abrir los ojos, observe a mi alrededor y levante mi cabeza al descubrir que no estaba en mi habitación, sentí que algo tibio se movía bajo mi mano y me di cuenta de de que estaba abrazada a Edward, lentamente fui recordando cómo había llegado allí, Bella, tonta, te casaste ayer. Trate de acomodarme hacia mi lado de la cama pero el despertó. Abrio los ojos lentamente, observo la habitación y me miro con ternura y una sonrisa de lado.

-Buenos días Bella…-

-Buenos días… - Le sonreí.

-¿Tuviste buena noche?- Pregunto acariciando mi brazo. Al percatarme de mi desnudez, trate de tapar mi cuerpo con la sabana y el rio suavemente.

-Si…-

Trataba de no cruzar muchas palabras con él y me miraba pensativo, con el ceño fruncido. Se sentó en la cama y luego se levanto, moví mi rostro para no mirarlo, aun no me acostumbro. Se vistió con la bata de la noche anterior y volvió a sentarse en la cama sin dejar de mirarme, me senté, cubriéndome con la sabana y clave mis ojos en los suyos, sentía cierta atracción hacia él, atracción que iba mas allá de la entrega carnal. Acaricio mi mejilla y le sonreí dulcemente.

-Bella, mi Flor…- Baje la mirada, ¿Cómo podía ser tan tierno y   amable con migo cuando fui tan grosera con el antes de la boda? – Creo que es mejor que te vistas Bella, no querrás que Rosalie tumbe la puerta como estuvo a punto de hacer con Jasper y Alice… - Reí en voz baja y observe como caminaba hasta la ventana para que yo me vistiera, no quería incomodarme. – Vístete Bella… - Obedecí. Una vez vestida volví a sentarme en la cama, una pequeña curiosidad daba vueltas en mi cabeza; se había ``portado muy bien´´ la noche anterior, ¿en verdad era virgen como mandaba el libro sagrado…? Me arme de valor y le dirigí la palabra no con monosílabos.

-Edward, ¿puedo preguntarte algo?-

-Lo que quieras- Dijo dulcemente, sentándose de nuevo en la cama.

-¿Tu, eras, vir…vir…virgen?-Tartamudee y me sonroje, el me miro sonriendo.

-Por supuesto Bella, nunca he tocado a ninguna mujer, hasta anoche... ¿Por qué?-

-Sabias bien lo hacías… - Baje la mirada por vergüenza.

-Bella viví unos años en Brasil igual que tú, tuve amistades que pues,  hablaban del tema… Supongo que preste atención a lo que no debía escuchar…- Decía sonrojándose levemente y lo mire confundida, ¿vivió en Brasil? – He de suponer que Rosalie no hablo de nuestra estadía en Brasil…-

-No, no lo menciono, ¿Por qué no lo dijo?-

-Quizás pensó que nadie iba a querer casar a sus hijas con dos hombres que crecieron fuera de Fez, alejados de las costumbres… Asistí, se levanto y tomo en sus manos un pañuelo blanco, en un movimiento del mismo, note que había una mancha color rojo oscuro, abrí la boca, ¿En qué momento…?

-¿Cómo es que? – Señale el pañuelo sin terminar mi pregunta.

-Creo que no te diste cuenta Bella- Sonrió. – Coloque el pañuelo debajo de nosotros cuando pues… - Se sonrojaba al hablar de la noche anterior, al parecer es algo tímido. Me limite a asistir, y se acerco a mí para besar mi frente. - ¿Lista?-

Me pregunto refiriéndose así ya podía abrir la puerta y puso el pañuelo en mis manos, asentí y abrió la puerta. En efecto, Rosalie tenía el puño en el aire, dispuesta a tocar la puerta siendo descubierta por Edward quien la miraba con una ceja alzada, bajo la mano y estiro el cuello, simulando que no pasaba nada. Entro a la habitación junto con Alice, Esme y otras mujeres mientras los demás esperaban afuera, estiro una mano hacia mi observándome con seriedad, coloque el pañuelo en su mano, alzando mi rostro, abrió un poco el pañuelo que yo había doblado, se doblo un poco hacia el lado de Esme para mostrárselo y luego se lo enseño a Alice, las tres sonrieron al mismo tiempo y Alice se lanzo sobre mí para abrazarme, Rosalie fue hasta la entrada de la habitación y abrió el pañuelo frente a todos, las mujeres comenzaron a hacer su típico ruido y pude observar como mi padre alzaba las manos al cielo, comenzaron a abrazarse unos con otros, la música no se hizo esperar, Alice me levanto de la cama y me animo a bailar. Bailaba y de vez en cuando miraba a Edward sonriente, el no me quitaba la vista de mi, a veces sonreía y otras me miraba con seriedad. La celebración de mi boda continuaba por los siguientes días mientras me mudaba a la casa de Edward.

Una semana después…

Ha pasado una semana y ya estoy instalada en la que es mi casa, tengo sirvientes y Edward me llena de mimos y regalos, regalos que Rosalie ve como un gasto inmerecido, por ahora me siento feliz y acompañada porque Alice vive con nosotros, pero en unos días ella se irá a Brasil con Jasper y me dejara sola con la pesadilla de Rosalie. Trato de evadirla porque no quiero problemas, Edward dijo que no quería desavenencias en su casa y tengo que comportarme. A pesar de que mi esposo ha sido muy tolerante conmigo y siempre trata de llamar mi atención, de conquistarme, no acabo de aceptar tener que vivir Aquí, siempre a su lado. Hace un par de días tuvimos nuestra primera discusión; Rosalie entro a mi habitación y estaba probándose mis joyas, si hay algo que me molesta es que me registren mis cosas, en cuanto la vi comencé a discutir con ella y Edward llego del mercado de camellos en ese momento, Rosalie comenzó a chillar y a decir que yo era una grosera y que siempre la trataba mal, que sus hermanos ya no la querían que solo querían a sus mujeres, en vista de ello Edward me quito la llave de la habitación y se la entrego a Rosalie quien sonreía victoriosa y luego me ``castigo´´ prohibiéndome salir de la casa, para nada, nunca más se metió en mi habitación, solo me quería molestar. Alice había salido con Jasper y yo estaba sola en casa con Rosalie, me puse mi velo y sube las escaleras para ir a la sala y salir de la casa, necesitaba aire. Rosalie estaba en el sofá como Cleopatra leyendo revistas y me miro detenidamente.

-¿A dónde vas?-

-Voy a casa de mi padre… - conteste con altanería.

-¡A casa de mi padre, a casa de mi padre, es todo lo que sabes hacer, no sabes cómo mantener una casa, no cuidas de la limpieza ni de la comida de tu marido, esta casa se va a caer en la cabeza de Edward y el no se va a dar cuenta! – Comencé a molestarme.

-¡Rosalie, no quiero estar encerrada todo el día en casa, no me acostumbro!-

-¡Claro, prefieres andar por las calles exhibiéndote, tu madre no  te enseño nada, ah. Mujeres malagradecidas, tienen marido y no les importa, si yo tuviera un marido, lo cuidaría y lo vigilaría día y noche! – Siguió reclamándome y la ignore saliendo de la casa. – Yo sería buena esposa, pero me quieren como esclava, como camello… Chillaba en el sofá mientras yo caminaba en dirección a la casa de Charlie.

Camine por las calles con rapidez, quería alejarme de esa casa, de Rosalie, de todo. Quería estar con mi padre y con Esme. Quería a mi madre… Al llegar a la casa me detuve en la puerta, camine con lentitud y estaban algunas criadas reunidas alrededor de la pequeña fuente cantando y aplaudiendo, algunas me abrazaron y otras bailaban y me sonreían. En cuanto vi a Esme, corrí hasta ella la abrace con fuerza. Me llevo hasta la que antes era mi habitación y acariciaba mi rostro con dulzura. Nos sentamos en mi antigua cama y volvía abrazarla, esta vez besaba sus mejillas una y otra vez, luego me detuvo y tomo mi mano sonriente.

-Bella, -``Al-hundu-lellah´´, no sabes cómo me alegra que viniste!- Dijo con emoción.

-Esme, y tú no sabes cuanta falta me haces…-

-Dime Bella, ¿estás bien, todo bien en tu casa?-

-Esme…- La mire preocupada. – No lo soporto más…-

-¿A Edward, ha hecho algo contra ti, ha hecho algo mano?-

-No, todo lo contrario, solo me prohibió salir de la casa, ¡Esme estoy prisionera en mi propia casa! – Esme llevo su mano derecha a sus labios. – Rosalie, ¡Es una víbora!, me vigila todo el tiempo. Me mete en problemas, yo quiero volver a mi casa Esme…-

-Bella, eso no se puede, ahora perteneces a la familia de tu marido, deber es estar con él…-

-¿No hay modo de volver con ustedes?- Pregunte algo desesperada.

-Bueno, el único modo, es que tu marido te devuelva, que se divorcie de ti…-

-¿Me puedo divorciar? – Pregunte con curiosidad.

-No debí de decir eso, no debí decir eso… - Se levanto y camino de un lado a otro.

-Esme, por favor, explícame- Le suplique, quería saber cómo podía separarme de Edward.

-¡Bueno, está bien!- Volvió a sentarse. – Para divorciarse,  tu marido debe decir tres veces; Yo te repudio, y ya…-

-¿Ya, es todo?-

-Sí, el debe decir; yo te repudio, yo te repudio, yo te repudió, y se divorcian…-

-¿Y cómo logro que me diga eso?-

-Debes hacerlo enojar, pero no con cualquier maldad, debes hacer algo que lo enfurezca, no aguantara y te repudiara- Sonreí y abrace a Esme para besarla de nuevo.

-¡Esme eres mi salvación!-

-¡Soy tu perdición Bella, no sabes lo horrible que es ser devuelta, no quiero ni imaginarlo! – Por su mente paso una imagen en la que yo era señalada por todos como la deshonra de mi familia y movió su cabeza para todos lados. - ¡``Allah´´, no permitas que eso pase, seré sacrificada, me darán los ochenta latigazos por conspiradora!.

-Esme no va a pasarme nada, y tampoco a ti, nadie tiene que enterarse de que me estas ayudando-

-Bella, de todas maneras, ¿Qué harías?, no tendrás marido ni casa…-

-Voy a estudiar Esme, me voy a ir a Brasil, voy a vivir la vida que quiero para mí…-

-Bella, confórmate con tu destino, tienes un marido que es guapo de doler los ojos y te trata como una reina, Bella, no se puede luchar contra lo escrito por ``Allah´´… - En ese momento entro Edward a la habitación y Esme corto en seco la conversación. – Yo, deje el carnero cocinándose, voy a, voy a ver que no se queme…- Se fue rápidamente dejándome sola con Edward.

-Rosalie dijo que habías venido a la casa de tu padre, Bella, no quiero que estés siempre fuera de la casa…-

-¡Ya no soporto estar encerrada Edward!- No lo deje concluir. –Alice, se va pronto y en casa no hay nadie con quien hablar…-

-Rosalie puede hacerte compañía...-

-¡Ella no me soporta Edward!-

-Bella, no te pongas así, si hubiera algo que pudiera hacer para verte reír... - Acaricio mi mejilla. Y si, se lo pedía en este momento, no, no podía ser tan mala…

Deja que salga de la casa, y…-

-Está bien Bella, eres libre de salir, ¿y?-

-Edward, déjame estudiar, deja que valla a la universidad… Frunció el seño sin dejar de acariciarme.

-Hablaremos de eso después, en cuanto, Jasper viaje, hablaremos... – Asentí. – Bella, haría cualquier cosa por ti, no sé qué has hecho conmigo…-

Beso mi frente y se acerco a mis labios lentamente, no me negué. Sentir sus labios de nuevo me hizo estremecer. Por un lado quería estar lejos de él pero por otro, comenzaba a gustarme su trato hacia mí… Nos fuimos a nuestra casa y mientras el sacaba unas cuentas en la mesa que estaba en la sala yo veía por la ventana a las personas pasar, pensaba en cómo podía hacer para hacerlo enojar de verdad, no quería que me empezara a gustar de verdad, tenía que parar esto a como diera lugar…

Continuara…

¡HOLA! GRACIAS POR SUS COMENTARIOS ACA LES DEJO OTRO CAPITULO VOY A TRATAR DE PUBLICAR MAS SEGUIDO SI USTEDES SON ``BUENAS´´ Y ME DEJAN SUS COMENTARIOS Y SOS VOTOS ``FORFIS´´. Y ME DICEN Q PIENSAN DE ROSALIE NO LA ORCARIAN? Y DE LA TERCA DE BELLA. NOS VEMOS EN EL PROXIMO CAPITULO Y DE NUEVO GRACIAS POR SUS COMENTARIOS.

COMO YA LES DIJE ESTA HISTORIA NO ES MIA, PERO ME GUSTO Y LA QUISE COMPARTIR CON USTEDES.