Mi Flor del Desierto (+18)

Autor: vaneian08
Género: + 18
Fecha Creación: 03/06/2010
Fecha Actualización: 11/08/2010
Finalizado: SI
Votos: 17
Comentarios: 37
Visitas: 82642
Capítulos: 24

Bella es descendiente árabe y pierde a su madre. Debido a esto, es enviada de regreso a Marruecos con su padre donde es obligada a casarse con un hombre desconocido mientras ella quiere a otro. ¿Sera que el amor nacerá de la convivencia en verdad?...

Hola esta historia no es mía la autora de llama JUST.JAYX- espero que les guste tanto como a mi es distinta, es otro país, otra cultura, otra religión.

                                 -TERMINADA-          

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Capítulo 23: -No Mas Sociedad-

(Bella POV)

Edward y yo no pudimos tener una verdadera luna de miel debido a sus negocios así que pensé que sería buena idea aprovechar este viaje para hechizarlo con mis encantos, me aparté de él y le pedí que saliera de la habitación y esperara en la sala de la suite, obedeció sin chistar y comencé a preparar la habitación, coloqué velas blancas en lugares exactos y apagué las luces artificiales, coloqué un CD con la música típica de nuestro país y lo detuve mientras terminaba de arreglar la habitación. En cuanto acabé la habitación había quedado iluminada con tonos naranja y rojo y luego entré al baño para cambiarme, antes del viaje, yo había comprado un traje de odalisca rojo con pedrería dorada que volvería loco a cualquiera, por otro lado, me tomé la libertad de llevar una serpiente a nuestro viaje metida en una cesta, realmente inofensiva, no venenosa, esto lo mataría. Una vez vestida, tomé la larga serpiente y la coloqué encima de mi hombro, el animal enrolló el resto de su ser en mi cintura como si supiera para qué la iba a utilizar, alboroté mi cabello y me vi una vez más al espejo para gritarle a Edward que ya podía pasar, vi como entraba a la habitación y sonreía al ver la habitación ambientada para una noche de pasión, se recostó en la cama y veía hacia todos lados buscándome.

Dejé que la música comenzara y salí del baño envuelta en un velo rojo, sonrió y le devolví la sonrisa, abrí los brazos y dejé al descubierto mi cuerpo, Edward abrió los ojos de par en par al ver el animal que se paseaba por mi cuello, comencé a menear mis caderas de un lado a otro de manera seductora sin dejar de sonreírle a Edward con picardía, llevé mis manos a mi cabello y recogí mi cabello sin soltar el velo y Edward me observaba maravillado mientras movía mis caderas, luego extendí los brazos y puse el velo a la altura de mi nariz y dibujé una S con mi cuerpo bajando, como agachándome, volví a enderezarme y me acerqué a Edward con pasos seguidos que simulaban que mi cadera se movía como una balanza. Me di la vuelta y moví mi trasero con rapidez, me di la vuelta de nuevo y mis piernas se turnaban; primero una daba un paso adelante y luego la otra sin dejar de mover mis caderas, dejé que el velo callera y tomé la serpiente por la cabeza con una mano y la cola con la otra, la alcé por encima de mi cabeza y me meneaba de un lado a otro, Edward mordió su labio inferior y se deshizo de su camisa, quedando sólo con sus pantalones, me acerqué más a él y movía mis hombros repetitivamente haciendo que mis senos se menearan, se acercó para besarlos y sonreí, me alejé de nuevo y bailé por toda la habitación, él sólo me seguía con la mirada. Sostuve a la serpiente por la cabeza con una manos mientras la otra se movía libremente y la dejé enroscarse en mi cintura, Edward no apartaba la vista de mi, la canción se detuvo y comenzó otra, la misma que tocaron el día en que presentamos a Renesmee en sociedad y sonreí.

Me acerqué a una cesta que estaba cerca el pie de la cama y dejé a la serpiente allí bien encerrada, llevé mis manos a mi cabello de nuevo y observé a Edward sonriendo y el me miró con deseo, bailé hasta él meneando mis hombros y él aplaudía al ritmo de la música, me paseé de nuevo por la habitación y él se levantó de la cama para seguirme, se detuvo frente a mí y en un momento en que los tambores se escuchaban con fuerza llevé mis manos al nivel de mis ojos y los movía como si fueran serpientes, Edward me miraba con una sonrisa simple dibujada en los labios, me di la vuelta y pegué mi cuerpo al suyo y me agaché simulando una S, eso lo encendió, sentí su hombría dura y oculta en su pantalón me puse frente a él en cuanto la música se detuvo y me tomó por la cintura para pegarme a él y besarme con pasión, respondí al mismo feliz, me abrazo con fuerza y llevé mis manos a su cuello, caminó de espaldas tratando de no tropezar hasta la cama y se dejó caer sobre la misma conmigo encima, sonreí y él besó mi frente con ternura, dio vuelta haciéndome quedar debajo de él y acarició todo mi cuerpo lentamente, con ternura, me dio un corto beso para deslizarse por mi cuello y seguir bajando sin dejar de besar toda la piel que encontraba a su paso, yo acariciaba su cabello y me dedicaba a disfrutar. Se acercó de nuevo a mi rostro y se escondió en mi cuello, trazó círculos con su lengua en el mismo provocándome un leve gemido y susurró en mi oído.

-Bella, te amo tanto...-

-Yo también te amo Edward... Más que a mi vida-

Él sonrió y devoró mis labios con deseo, acaricié su espalda y rasguñé levemente su piel y recibí un gruñido por respuesta, Edward llevó sus manos a mis muslos y los apretó con fuerza mientras hacía chocar nuestras caderas, el roce de nuestros ya excitados sexos nos hizo gemir de una manera algo audible, Edward desató hábilmente la falda de mi traje y la sacó de mi cuerpo con rapidez, rodé sobre él y desabroché mi brassier y lo arrojé a algún lado de la habitación y él sonrió de manera seductora, lo besé con algo de necesidad y luego bajé por su cuello dando pequeños mordiscos, su respiración se tornaba dificultosa, seguí mi camino hasta llegar al borde de su pantalón, le lancé una mirada pícara y él frunció el ceño confundido, comencé a deshacerme de su cinturón y desabroché su pantalón, lo bajé un poco con su ayuda y frente a mi quedó su miembro totalmente necesitado, sonreí y terminé de sacar su pantalón, mordí mi labio inferior algo insegura por lo que ahora iba a hacer, tomé su miembro entre mis manos y se retorció levemente en su asiento, su reacción me invitó a continuar, acerqué mi boca a el y dejé un corto beso en la punta del mismo y Edward suspiró audiblemente, ignoré sus reacciones por un momento y me concentré en darle placer con mi boca, introduje su miembro en mi todo lo que pude y él gemía mi nombre seguidamente, comencé a acelerar el paso y Edward se agarraba de las sábanas con fuerza, me hizo detenerme acercándome a él y devorando mis labios con pasión, rodó sobre mi y llevó sus manos a mis senos, comenzó a acariciarlos y luego los besó y succionó cierta delicadeza haciéndome delirar, siguió bajando por mi cuerpo dejando suaves besos por mi piel y llegó al centro de mi excitación, sonrió maliciosamente y se dispuso a devorarme arrancándome gemidos bastante audibles, hundí mis dedos en su cabello y sentí como todo mi placer se arremolinaba en mi vientre, continuó con sus tortuosas caricias y mi espalda de arqueó en el momento en que toque la cima, Edward se acercó a mis labios y me besó con ternura mientras se posicionaba entre mis piernas.

-Bella, te deseo...-

-Edward...- Susurré su nombre entrecortadamente.

Comenzó a adentrarse en mí y ambos gemimos al sentir nuestros cuerpos juntos por completo, me dejé invadir por el placer una vez más mientras Edward comenzaba a embestirme, besó mi cuello fervorosamente y yo no dejaba de gemir su nombre, si había algo que disfrutaba cada vez más con el paso del tiempo era entregare a Edward por completo, sentir como nuestros encajaban perfectamente, esto era el paraíso. Nuestra danza se volvía cada vez más salvaje, estábamos cerca del final, di vuelta y quedé sobre él para tomar el mando de las embestidas, me acerqué a su oído y le susurré la otra parte de la sorpresa que tenía guardada para él.

-Ed... arwd... estoy... esperan... do... otro... hijo...-

Se detuvo por un instante y le sonreí dulcemente, respondió a mi sonrisa y con una última embestida, ambos llegamos a la cumbre de nuestro placer. Estuvimos inmóviles por largo rato, Edward acariciaba mi espalda y yo sólo me dejaba consentir, levanté mi rostro y me observó con curiosidad, me hizo sentar sobre él y acarició mi vientre, sonriéndome con ternura.

-¿Otro hijo?- Preguntó dudoso y asentí.

-Ahora viene el varón...- Sonrió y me besó una vez más para hacerme recostar a su lado y dejarnos caer en un sueño profundo.

Al día siguiente pedimos el desayuno a la habitación y comimos entre juegos y mimos totalmente despreocupados. Edward me dijo que fuéramos a casa de Alice y Jasper para buscar a Renesmee y llevarla a pasear un rato. Una vez vestida salimos del hotel tomados de la mano, cosa que no era muy apropiada en nuestro país porque demostraba exhibicionismo, pero aquí no estamos en Fez. Cuando llegamos a casa de Jasper nos topamos con plena celebración del carnaval y, obviamente, Jasper los tenía a todos en casa para evitar tentaciones. Cuando entramos a la casa nos encontramos con una discusión entre Jasper y Rosalie mientras los demás miraban entretenidos.

-¡Ese hombre te ha deshonrado, sea amigo de Bella o no te ha deshonrado!- Gritaba Jasper desesperado.

-¡'La', 'la', 'la', Jasper, él sólo me besó, no es 'harám', 'la'!- Entramos a la casa y Renesmee corrió hasta nosotros sonriente.

-Rosalie, ese hombre no es tu marido, ¡no es tu marido!- Decía Jasper tomando el rostro de Rosalie entre sus manso con dulzura, saludamos a los demás y nos sentamos en el sofá a observar la escena sin percatarnos de cerrar la puerta.

-¡Como exageras Jasper, las mujeres en el Cairo besan a sus novios en público, no tiene nada de malo!-

-Primero, él, no es tu novio, segundo, ¡no vivimos en el Cairo!-

-¡Pero estamos en Brasil, aquí es peor, se tocan en público mientras andan semidesnudos!-

-¡Rosalie!-

-Además, Emmett es ¡mi futuro marido!, nos casaremos muy pronto-

-¿Casarse?, ¡¿Casarse tú y ese, ese, occidental exhibicionista?- Justo en ese momento apareció Emmet en la sala con un enorme ramo de rosas en las manos y Rosalie casi murió de infarto al verlo de nuevo.

-¿Me llamaban?- Preguntó con sarcasmo. –Buenas...- Se acercó a Rosalie de manera seductora y dejó el ramo de rosas en sus manos y ésta las recibió sonriente, Jasper estaba a punto de un colapso emocional, se paró en el medio de Rosalie y Emmett y observó las rosas con desaprobación.

-¿En qué podemos...?- Empujó a Rosalie levemente y ésta casi lo ahorca al instante. -¿Ayudarle...?-

-¿No es obvio Jasper?, ¡vino a verme a mí!-

-¡Así es!, vine a visitar a mi dama del desierto- Contestó Emmett acercándose a Rosalie para abrazarla y no pude evitar reírme ante su comportamiento. -¿Qué hay Bella, todo bien?-

-Todo bien Emmett- Contesté sonriente.

-Señor, creo que es bastante clara la situación, usted le ha faltado el respeto a mi hermana y debe responder-

-¿A qué se refiere?-

-¡¿No es obvio?, usted deshonró a mi hermana el día que la besó y exijo que pague!-

-¿Se refiere a que me case?- Todos miramos a Emmett automáticamente y Rosalie se sonrojó por completo. –Pues bien, ¡me caso!- Rosalie gritó y abrazó a Emmett y le estampó un largo beso y Jasper trató de tapar los ojos de sus hijos sin tener éxito. Lo que Rosalie hacía no era permitido por nuestras leyes pero Rosalie era la oveja negra de la familia.

Al rato después Edward recibió una llamada e interrumpió a Jasper para preguntarle por unos papeles, luego se acercó a i y besó mi frente y la de Renesmee y se apresuró a salir de la casa, lo seguí corriendo y le pregunté que a dónde iba y me dijo que haría algo que debió haber hecho hace mucho tiempo. Tomó un taxi y le dijo al conductor cual dirección debía tomar. El taxista fue por la vía indicada y Edward ojeó los papeles mientras tanto. El auto se detuvo frente a un gran edificio, al frente había un gran letrero que decía; "Black's Company". Edward se bajó del auto y se dispuso a entrar en dicho edificio. Se acercó a la recepcionista y le preguntó dónde podía encontrar la sala de conferencias, ella le dijo que subiera por el ascensor hasta el piso veintidós y caminara hacia el lado derecho, la primera puerta era la sala, Edward agradeció y se subió al ascensor. En el tiempo que tardó subiendo pensó en las mil cosas que podría decirle a su socio en cuanto éste leyera los papeles, una vez en el piso indicado, caminó hasta la supuesta sala y tocó la puerta, desde adentro una voz de mujer le dijo que podía pasar y obedeció, en cuanto estuvo adentro divisó a las figuras presentes, había un mesón largo y estaba lleno de empresarios de punta a punta, en el centro del mesón estaba Jacob muy bien ubicado y sonrió victoriosamente al ver a Edward, se sentía superior por el simple hecho de que gracias a él Edward tenía buenos negocios, no se imaginaba que eso acabaría en ese mismo instante.

-Buenas tardes caballeros- Saludó Edward con cortesía y todos respondieron a la vez.

-Toma asiento Edward- Dijo Jacob sin dejar de sonreír.

-No te preocupes, no tardaré mucho-

-¿Cómo que no? Tenemos un gran negocio que proponerte... Estás en mis manos- Pensó un Jacob muy confiado.

-Yo creo que no...- Edward extendió la carpeta y se la entregó a Jacob quien lo miró confundido, abrió la misma y leyó los papeles con rapidez.

-¿Qué es esto?- Preguntó un Jacob confundido al ver los papeles.

-Eh, renuncio, no hay más sociedad...- Respondió Edward despreocupado.

-¿A qué se debe esto?-

-Pues, mi sociedad contigo me trae ciertos problemas así que, no hay negocio...- Respondió Edward haciendo énfasis en ciertos. –Digamos que a mí y a mi esposa, no nos agradará vivir en Brasil, así que mejor no hay negocio-

-¿Desperdiciarás tantos años de sociedad y el negocio de tu vida por una mujer?- Edward se acercó al mesón y se agachó un poco para enfrentar a Jacob.

-A diferencia tuya, yo dejaría cualquier cosa por ESA mujer...- Respondió Edward con decisión. –Te agradecería mucho si firmas- Jacob sonrió con superioridad.

-¿Acaso temes perder a tu esposa Cullen?- Preguntó con desdén y todos rieron a su alrededor.

-Lamento recordarte que, si ella de verdad hubiese querido, ya estaría contigo- Todos miraron a Jacob con asombro. –Pero...- Edward acarició su mentón y sonrió saliendo él victorioso. –Me prefirió a mi...- Jacob gruñó y firmó los papeles con rapidez y le entregó la carpeta a Edward.

-Desaparece de mi vista Cullen, ¡ahora!-

-¡Esta bien, me voy!, y me voy junto con MI Bella, y nuestra hija- Edward se dio la vuelta y Jacob vociferó un par de palabras que él ignoró, salió de la sala y sintió una clase de paz en su interior.

Se dirigió de nuevo a casa de Jasper para llevarme a mí y Renesmee a la playa y mientras ella jugaba en la arena, nos sentamos en una mesa y no pude evitar preguntarle a donde había ido.

-Fui a ver a Jacob Black-

-¿Por qué?- Pregunté dudosa.

-Bella- Tomó mis manos y las acarició son dulzura. –No habrá más sociedad, le hice firmar unos papeles donde se anulaba nuestra sociedad-

-¿De verdad?- Asintió sonriente.

-Ya no tenemos que preocuparnos por él- Sonreí y lo abracé para volver a sentarme y mirarlo confundida.

-Pero, era el negocio de tu vida, ¿por qué lo dejaste?-

-Ya aparecerá un mejor postor, además, lo hice por ti-

-¿Por mí?-

-No es justo que tengas que ver a ese tipo cada vez que viajemos para acá, se que te incomoda, además no le daría el gusto de tener el poder de deshacerse de mí cuando quisiera, de que me tuviera en sus manos-

-Edward- Negué con la cabeza.

Nos dispusimos a volver al hotel y Renesmee se quedó dormida en medio de nosotros, nos limitábamos a mirarnos fijamente y sonreíamos como dos adolescentes. Jamás pensé que llegaría a amar tanto a ese hombre, a mi Edward...

Continuara...

Hola despues de tanto tiempo. perdon me quede sin Word y no podia publicar, este es el anteultimo  capitulo para q termine esta historia

Capítulo 22: -La Propuesta Del Futuro- Parte Dos. Capítulo 24: El Felices Para Siempre-

 
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