La camarera (+18)

Autor: Sasha_amane
Género: + 18
Fecha Creación: 22/05/2014
Fecha Actualización: 06/06/2015
Finalizado: NO
Votos: 26
Comentarios: 173
Visitas: 78109
Capítulos: 26

Isabella una camarera honrada y trabajadora del hotel Vulturi que lucha por sacar adelante a sus hermanos, se encontrará con su escritor favorito, el atractivo Edward Cullen, autor de exitosas novelas de romance, cuando este haga una conferencia de prensa en el hotel para promocionar su más reciente libro.

 

Lo que ella no sabe es que Cullen ve en ella todo lo que quiere y no perderá la oportunidad de poseerla por completo. La estadía de Cullen en aquel hotel dura diez días en los cuales ambos disfrutan de una aventura pasional.

 

Cuando llega la hora de que Edward parta, Isabella queda desolada pero lo que ella no se imagina es que sus caminos se van a volver a cruzar, o que más bien... Edward no la dejará ir.  Isabella es suya para siempre. 

___________________________________________________________________

 

Hola :) este es mi primer fan fic y espero que les guste. Me siento feliz de poder publicar mi novela aquí después de mucho pensarlo. Muchisimas gracias a Keit, mi amiga, que me ha ayudado con la portada y el prefacio. 

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 10: Sorpresas

Hola nenas, por alguna maldita razón no puedo contestarles por comentario, así que las respuestas están hasta el final del capítulo jajaja. Bueno pues que SE JODA mi computadora que no me deja comentar ¬¬. jajaja. 

_______________________________________________-

Capítulo 10: Sorpresas 

               

POV Bella:

 

Mi cabeza no deja de darle vueltas al asunto. Nunca se han peleado… ¿Por qué me tienen que culpar de todo lo que Edward ha hecho en estos días? ¿Por qué soy yo la responsable de sus actitudes no habituales?

 

Ahora vamos de camino a casa. Anthony está sonriente por haber hecho una nueva amistad. John les pidió que lo visitaran de nuevo. También me di cuenta de que miraba mucho a Bree y se puso rojo cuando ella le dio un beso en la mejilla al despedirse.

 

Eso me causó ternura y dejé de pensar un momento en lo que había pasado con Edward, pero ahora mi mente me está torturando. Ni siquiera la felicidad de Bree por conducir en las piernas de Peter me quita la preocupación.

 

Al llegar a mi casa, mis hermanos y yo nos bajamos. Nos despedimos de Tanya y Peter quienes se van segundos después. Me acuerdo de que debo ir al supermercado y le pido a Rose que me cuide a los niños y acepta. Cuando veo a Chris, termino de confirmar que se parece demasiado a Emmett. Podría decir incluso que es una copia exacta pero en pequeño. Es muy extraño pero no se lo digo a Rose. Ella jamás ha hablado del padre de su pequeño y sus razones tendrá.

 

Voy a mi departamento y saco el dinero que necesito del cajón. Después me dirijo a la recámara donde guardo el celular que me dio Edward. Solo voy a llevar el de Emmett. Puede que me llame.

 

Salgo de mi casa y cierro la puerta para después bajar. Cuando llego a la salida choco contra alguien que después me abraza. Oh, Dios ¡Es Edward!

 

—   Edward, ¿qué haces aquí?— le pregunto.

 

—   Fui a comprarte un coche y vine a buscarte…

 

 

—   ¿Qué?

 

 

—   Quiero que lo tengas todo, quiero demostrarte que me voy a quedar a tu lado, que quiero que seas mía…

 

Mientras dice eso me da besos por todo el rostro. Yo estoy intentando asimilar lo que me ha dicho. Un coche, se va a quedar conmigo, quiere que siga siendo suya. Estoy abrumada.

 

—   Ven a verlo— susurra.

 

—   ¿Por qué has hecho esto?— pregunto con fastidio.

 

 

—   No quiero que vayas en metro, quiero que te mantengas a salvo ¿de acuerdo?

 

—   Edward, tú y yo terminamos, bueno, ese no es el término más adecuado pero ya sabes a lo que me refiero

 

 

—   No, Bella, no…

 

—   Sí, Edward…

 

Suspira y se rasca la parte de atrás de la cabeza. Está muy nervioso. Doy un paso atrás para alejarme de él y poder respirar.

 

—   ¿Vendrás conmigo a la fiesta?— pregunta. Niego con la cabeza.

 

—   No, no contigo, me dijo Alice que podía ir con ella…

 

 

—   Yo quiero que vengas conmigo

 

—   No, Edward, tú y yo no somos nada, ni siquiera amigos…

 

 

—   Sí somos algo… tú eres mi mujer

 

Intento que no me emocionen esas palabras. Cuando dice “mi mujer” no se refiere a lo normal, a ser su pareja, se refiere a que soy la mujer con la que tiene sexo cada vez que se le antoje y a la que puede controlar como se le dé la gana.

 

—   No, no lo soy y nunca lo he sido, al menos en el sentido normal…

 

—   Bella…— protesta pero alzo la mano para hacerlo callar.

 

 

—   Bella, nada… ahora déjame, me voy al supermercado, luego nos vemos

 

—   Yo te llevo, digo, te llevo en tu auto, ¿sabes conducir?

 

 

—   Sí, mi padre me enseñó cuando tenía catorce años…

 

—   Bien, entonces puedes conducir tu nuevo coche…

 

 

—   No quiero conducir nada, me voy a la estación del metro

 

—   Bella, por favor, al menos velo y dime si te gusta…

 

 

—   Está bien, ¿dónde está?

 

 

—   Afuera, esperando a su posible dueña— sonríe. Lo miro con mala cara antes de salir del edificio. Afuera está estacionado un hermoso Mini Cooper en color negro. Intento con todas mis fuerzas no quedarme boquiabierta y voltear para patearle las bolas al demente de Edward.

 

—   Es horrible, no lo quiero— espeto. Estoy mintiendo a medias. El coche es hermoso pero no lo quiero.

 

Edward abre mucho los ojos y después mira al piso murmurando algo que no entiendo. Oh, Dios, está avergonzado y lo peor del caso es que me siento mal. No, Bella. Sé firme.

 

—   Bueno… podríamos ir a cambiarlo por otro— sugiere con la voz algo temblorosa. Es la misma voz que me sale a mí cuando han herido mis sentimientos. Oh, joder, me siento muy muy mal.

 

¿Y él se ha sentido mal por herir los tuyos? Me cuestiona mi subconsciente ¿Acaso él no se burló de tus sentimientos por él? Tiene razón. Aun así, me sigo sintiendo mal. Quizá sea porque yo si soy buena persona y me preocupo por sus sentimientos.

 

—   No quiero ningún auto… — le digo casi gritando.

 

—   Pero… bueno, está bien— suspira—. Entonces yo me quedo con el auto, a mí sí me gusta…

 

Hago una mueca que espero que él no vea. Me está haciendo sentir bastante mal.  

 

—   Bueno, quédatelo tú, yo me iré al supermercado…

 

—   Te llevo

 

 

—   No gracias…

 

—   Bella, por favor… tú bien sabes que no dejaré que te vayas sola

 

 

—   Pues tendrás que venir conmigo en el metro porque yo no me subo a ese estúpido auto… está horrible, por Dios…

 

—   Bella… — le vuelve a temblar la voz y hace un puchero. A la mierda, no lo soporto más.

 

—   Bien, el carro me parece lindo ¿de acuerdo? ¡Es un Mini Cooper! ¿Quién no querría uno?

 

 

—   No lo sé… ¿Tú? — me mira con los ojos entrecerrados.

 

Me río. No me quiero reír pero lo hago.

 

—   Entonces te gusta… — dice emocionado.

 

—   Sí, pero no lo quiero, así como tampoco quiero el departamento…

 

 

—   Vas a tener todo lo que te he comprado, Isabella, no discutas

 

—   Sí, si discuto, no quiero nada de esto… y vámonos de una maldita vez, no quiero que nadie nos escuche

 

 

—   Está bien, tú mandas

 

Pongo los ojos en blancos mientras él abre la puerta del coche y me meto. Tú mandas… Sí, claro, como no. Si yo mandara él no me habría comprado absolutamente nada.

 

El carro huele muy bien, a nuevo. Me gusta, pero decir eso me pone en peligro de que Edward me obligue a quedarme con él.  

 

Edward enciende el auto y arranca. Pronto llegamos a un supermercado y nos bajamos del Mini Cooper. Ahora que lo pienso bien, parecemos una pareja normal que va de compras ya que Edward me tiene agarrada de la mano.

 

Mientras entramos finjo que así es. Edward y yo somos una pareja completamente normal que va de compras al supermercado. Es fantástico.

 

Mi fantasía se ve interrumpida por las muchas miradas femeninas dirigidas hacia Edward. Unas tienen la boca abierta y creo que eso es porque lo han reconocido. Edward no parece darse cuenta y me pregunta que es lo que voy a llevar.

                                                          

—   Solo lo esencial— respondo—. No llevo mucho dinero conmigo

 

Edward me suelta y se pellizca el puente de la nariz. Suspira con frustración antes de mirarme.

 

—   Tienes al lado a alguien que acaba de comprarte un auto, ¿y me dices que solo vas a comprar lo esencial?

 

—   Hey, alto ahí— le digo enfadada—. No vas a pagar mis compras…

 

 

—   Oh, por supuesto que lo haré…

 

Quiero hacer una rabieta como la de Alice cuando estábamos en su casa. Me contengo y aprieto los puños.

 

—   Mierda,  no entiendo de donde sacas tanto dinero— le digo. 

 

—   Mmm… la verdad es que yo tampoco— se muerde el labio. Oh, Dios mío, se ve tan sexy—. Es broma, siempre he sido de familia adinerada, soy socio de una firma de abogados en Londres, recibo muy buenas ganancias, dirijo varias empresas que antes eran de mi abuelo,  pero he contratado gente para que lo haga por mí y además, soy un maldito escritor que ha vendido millones de libros, creo que por eso tengo dinero…

 

—   ¿Acaso me estás presumiendo todo lo que tienes?— le gruño.

 

—   No, tú has preguntado de donde saco tanto dinero…

 

 

—   Está bien, yo he preguntado, tienes razón, pero bueno, señor multimillonario, permite que esta humilde camarera haga sus compras y las pague ella…

 

 

—   Humilde camarera— murmura—. ¿No querrás decir sexy camarera?

 

—   Bueno, sexy y humilde, como sea— volteo la cara para evitar que él vea que estoy roja.

 

Nuestra relación es sumamente voluble. Ayer estábamos peleando, terminando lo que sea que estaba ocurriendo entre nosotros y ahora estamos aquí, de compras y me la estoy pasando bien.

 

—   Por favor, haz bien la compra...— me regaña Edward al ver lo poco que he llenado el carro.

 

—   No tengo dinero para hacerlo bien— respondo.

 

 

—   Aunque lleves poco lo voy a pagar yo, así que…

 

—   ¡Está bien!— exclamo—. Tú ganas… pero vas a arrepentirte, me llevaré todo el supermercado

 

Edward sonríe satisfecho mientras yo empiezo a echar cosas al carro. Meto varias cajas de cereal caro, helado, revistas, un libro, leche, papel higiénico, carne, cremas para el cuerpo y todo lo demás que jamás he podido comprar en una sola venida al supermercado. Al final, el carro está tan lleno que Edward tiene que ir por otro y cuando se llena el segundo, va por otro.

 

—   Estoy muy orgulloso de ti— me dice Edward cuando ve el ticket. Han sido más tres mil dólares ¡Por todos los cielos!

 

Le lanzo una mirada furibunda mientras metemos todo en el pequeño auto. Recuerdo la cara de la cajera que nos atendió. Creo que estaba impresionada por el hombre que estaba atendiendo y por la cantidad de cosas que llevamos. Me pregunto qué pasaba por su mente (a excepción de los pensamientos pecaminosos hacia Edward). 

 

—   Quiero hacerte mía— dice cuando ya vamos de camino a mi casa. Me muerdo el labio pero sé que no es lo mejor.

 

—   No, Edward… yo no quiero eso ahora

 

 

—   Está bien— dice con voz suave.

 

—   De todos modos tú has tenido sexo con alguien ayer por la noche— mascullo y Edward me mira confundido.

 

 

—   ¿De qué hablas?

 

—   Ayer te emborrachaste, me lo dijo Peter…  seguramente debiste pasar una muy buena noche con alguna mujerzuela

 

 

—   Isabella— se ríe—. ¿Estás celosa?

 

—   ¿Qué? Yo no…— le miento.

 

 

—   Lo estás…

 

—   Bueno, no son celos, es confusión, no entiendo por qué sigues empeñado en seguir conmigo cuando lo cierto es que podrías ir a cualquier bar y ligarte a una chica para pasar un buen rato…

 

 

—   Isabella… ayer me emborraché, es cierto… quería encontrar a alguien a quien cogerme, también es cierto… pero no pude, maldita sea, no pude porque nadie me atraía, tú eres la única a la que deseo… no sé qué me hiciste, la idea de tener sexo con alguien que no seas tú… no me parece excitante

 

—   No me la creo— musito. Estoy estupefacta.

 

—   Créeme— suplica. Detiene el auto enfrente del edificio en donde vivo—. Eres la única para mí, cuando me di cuenta de que no iba a poder cogerme a alguien me emborraché para ver si lo conseguía pero no pude, no me atreví a acercarme a nadie, regresé al hotel y me dormí pensando en ti…

 

—   Edward…

 

 

—   Eres mía, la única que puede encenderme desde que nos conocimos, eres todos mis fetiches a la vez y por eso me alteré tanto cuando te conocí… por eso te deseé desde el primer momento

 

—   ¿Cuáles son esos fetiches?— pregunto con la respiración entrecortada. Su rostro está a escasos centímetros del mío. 

 

—   No quiero decírtelos ahora, ya después te hablo de eso— dice con un mohín—. Pero lo que sí quiero decirte es que tú eres la combinación de todos, los transformas en uno solo, estás hecha para mí…

 

Me acaricia el rostro con ambas manos. Mi corazón late desbocado por sus palabras, por el hecho de que esté tocándome.

 

—   ¿Vas a ir mañana a la fiesta?— pregunta soltándome.

 

—   No, no pienso ir— suspiro—. Te dije lo de Alice, pero la verdad es que no quiero ir ¿podrías respetar eso?

 

 

—   Está bien, no vengas, pero prométeme que te cuidarás y que pensarás en lo que va a pasar con nosotros…

 

—   Está bien, lo pensaré, pero tendrás que aceptar lo que decida… ahora, ayúdame a llevar las compras

 

 

—   Perfecto— sonríe y se baja.

 

Mis hermanos se quedan de piedra cuando ven todas las cosas que hemos traído. Después de la impresión se ponen a saltar de felicidad y eso casi me hace llorar. Edward me ayuda a guardar las cosas y eso me hace fantasear de nuevo con la idea de ser una pareja normal.

 

Edward se va y yo lo acompaño hasta la salida.

 

—   Gracias por todo— le digo sinceramente y él sonríe.

 

—   No hay de que…— se acerca y me besa suavemente en los labios. Tiene las manos en mi cintura y me mira con intensidad—. Tú eres importante para mí, de repente te has convertido en el centro de mi universo, no deseo perderte…

 

Mi corazón se acelera el escuchar esas palabras. Yo le importo. Quizá si deba darle una oportunidad, estar bien con él. Tal vez deba darle celos con Emmett para que admita que me quiere.

 

—   Lo sé— suspiro—. Yo tampoco quiero perderte…

 

—   Oh, Isabella— me besa pero ya no levemente. Ahora me besa con pasión. Le respondo y rodeo su cuello con mis brazos. En ese momento estoy convencida de que lo amo, de que le he pertenecido desde el primer momento en que nos vimos. Quiero que seamos una pareja.

 

 

Escuchamos de repente un carraspeo y nos separamos inmediatamente. Es Charlie quien nos mira con una ceja arqueada. Me sonrojo.

 

—   Papá… — le intento explicar.

 

—   No me expliques nada— se ríe—. Creo que es obvio lo que acabo de ver… ustedes se gustan

 

 

—   Sí, me gusta su hija— dice Edward y yo me quedo boquiabierta—. Sé que se preguntará por qué, si estoy casado

 

—   Bah… creo que eso de que estás casado con un hombre es una vil patraña— dice mi padre—. Cuando nos conocimos vi como observabas a mi hija… bueno, iré a ver televisión, hoy he salido temprano de trabajar…

 

 

—   Papá, déjame que te explique…— gruño.

 

—   Hija, no soy estúpido, sé lo que ocurre, la verdad es que me alegra…

 

 

Mi padre entra en el edificio y yo me muerdo los labios con nerviosismo. Edward me mira con el ceño fruncido.

 

—   Si no quieres que te viole en un estacionamiento otra vez, deja de hacer eso— me dice y dejo de hacerlo—. Bueno, nena, me tengo que ir… nos vemos pasado mañana— me da un beso en la frente—. Este auto es tuyo, pero te lo pediré prestado hoy…

 

—   No, no lo quiero, es hermoso, pero no— me quejo.

 

 

—   Mira, hagamos un trato… tú dices que no aceptas mis cosas porque te voy a dejar— asiento y él continua—. Entonces si regreso quiero que lo tomes todo, quiero que te mudes al departamento, aceptes el coche, entre otras cosas más

 

—   Bien— gruño—. Solo si regresas y me demuestras que no me dejarás…

 

 

—   ¿Cómo voy a dejar algo que fue hecho para mí?— pregunta y luego esboza su sonrisa torcida a la que yo llamo “la matadora”.

 

—   ¿Cuándo dejarás de decir mentiras?— le digo con una sonrisa burlona.

 

—   No son mentiras— responde besando la punta de mi nariz—. Jamás he hablado con tanta sinceridad…

 

 

Luego de decir eso me besa otra vez en la frente y se marcha en el Mini Cooper. Doy media vuelta y me dirijo al edificio. Cuando estoy en las escaleras vibra el celular que me dio Emmett. Dice “escuela” así que contesto.

 

—   ¿Emmett?— respondo.

 

—   Hola, Bella, te llamo para preguntarte si vas a ir a la fiesta

 

 

—   No lo sé, Emmett… estoy insegura

 

—   Ven y así le damos celos a mi hermano… oye, lo que dije de que me gustabas no es cierto, eres hermosa, pero ya sabes que yo solo le pertenezco a una mujer…

 

 

—   No te preocupes, Emmett— sonrío—. Sé que lo hiciste para que Edward tuviese celos

 

—   Y los tiene, me ha golpeado… jamás había pasado eso, nunca nos hemos peleado

 

 

—   Lo sé, Peter me lo dijo…

 

—   En verdad quería devolverle el golpe, pero Peter y recordar que tú le gustas a Edward me detuvo… quiero a mi hermano, y deseo que se dé cuenta de que está enamorado de ti…

 

 

—   ¡Emmett!— exclamo sonrojada—. Él no está enamorado de mí

 

—   Hola, Bella— me saluda Rosalie cuando sale del edificio. Tiene a Chris en los brazos. 

 

—   Hola, Rose— le respondo y saludo con la mano a Christopher. 

 

—   ¿Con quién estabas hablando?— me pregunta Emmett. Suena alterado.

 

—   Con una vecina que estaba con su hijo, ¿te pasa algo? — pregunto extrañada.

 

 

—   No— suelta una risa un tanto histérica—.  Lo siento, es que me sonó familiar la voz, como la de una maestra de mi colegio…

 

—   Ah… hablando de colegios, se supone que no deberías estar allí, es domingo…

 

 

—   Oh, no… es que los domingos vengo a supervisar todo… ahora están instalando aires acondicionados nuevos en un salón y tengo que estar aquí, ya sabes…

 

—   Ya… te entiendo— me río.

 

—   Bueno, Bella… mañana te recogeré en casa de Alice… ella va a arreglarte

 

—   Pero ella no me ha dicho nada…

 

 

—   No te preocupes, hace cinco minutos he arreglado las cosas con ella… irá por ti mañana temprano, a las ocho… después te arreglará y pasaré por ti a las doce para irnos al aeropuerto… vamos a irnos en el Jet privado de Edward…

 

—   ¡¿Qué?!— exclamo y Emmett se carcajea.

 

 

—   Sí, vamos a darle celos desde un principio, lo vamos a enloquecer de celos…

 

—   Estás loco, Emmett, de verdad estás loco, no quiero que te golpee de nuevo…

 

 

—   No te preocupes, Edward no lo hará, si me toca lo lanzaré del Jet

 

—   ¡Emmett!— exclamo enfurecida.

 

 

—   Es un chiste— se carcajea—. No va a pasar nada, te prometo que si me golpea le voy a responder…

 

—   Pero no quiero que te golpee…

 

 

—   Me cubriré, no te preocupes…

 

—   Eso espero… si algo sale mal, te culparé y jamás volveré a hablarte…

 

 

—   De acuerdo, Bella… bueno, debo irme, necesito encargarme de algo…

 

 

—   Está bien, hasta mañana, Emmett— le cuelgo.

 

Subo a mi departamento y cuando entro papá me aborda con preguntas con respecto a la despensa.

 

—   Edward ha insistido en pagar todo— le explico tratando de sonar despreocupada.

 

—   Vaya, ustedes dos van más en serio de lo que pensaba…

 

 

—   Alto ahí, no somos novios— le digo molesta.

 

—   Pues cualquiera pensaría lo contrario si los hubiera encontrado en esa situación…

 

Suspiro. Me siento frustrada.

 

A la mañana siguiente no tengo trabajo pero me levanto a la misma hora de siempre para preparar el desayuno. Mis niños siguen felices por la despensa y por los juguetes que les he traído. Antes de llevarme a Bree a la escuela reviso mi celular y hay un mensaje de Edward diciéndome que me cuide mucho.

 

Le respondo que estaré mucho más que bien.

 

“¿A qué te refieres con eso?” responde.

 

“Nada… que me quedaré en mi casa sola, sana y  a salvo”

 

“¿Sola?”

 

“Sola, completamente sola”

 

Oh, mierda.

 

“Entonces no iré a la fiesta, iré a tu casa y te daré muy duro”

 

Me muerdo los labios.

 

“Es una broma, tengo trabajo Cullen… No me voy a tomar el día libre porque no iré a la fiesta, me dejarás en paz si no quieres que te mande al diablo”

 

“Está bien… Isabella, no me ilusiones así, realmente creí que estarías solaL”

 

Me echo a reír y Charlie entra al cuarto.

 

—   Bella… ¿No vas a llevar a Bree a….?

 

Se queda a la mitad de la frase cuando me ve con el celular.

 

—   ¿De dónde rayos sacaste eso?— me pregunta estupefacto.

 

—   Papá…

 

 

—   Te lo dio Edward, ¿no es así?— suspira. Asiento, no puedo mentirle—. Ay, hija, y tú dices que no son novios…

 

—   Joder, es un préstamo… se lo regresaré cuando se vaya

 

 

—   Ve a llevar a Bree, se hace tarde…

 

Bien, ha dejado el tema. Salgo de la habitación y me encuentro con Bree quien me está esperando. La llevo a la escuela. La maestra de Bree me mira con curiosidad otra vez pero sigue sin decirme nada.

 

Regreso a mi casa y me preparo el desayuno. Como lentamente mientras espero a que Alice pase por mí. A las ocho, como ha dicho Emmett, Alice viene a buscarme.

 

Mientras estamos en el Porche ella me pide disculpas por milésima vez por lo que pasó.

 

—   Ya no te preocupes— le sonrío—. Ya no estoy enojada, te perdono, ya te lo dije

 

—   Muchas gracias, Bella…ahora vamos a hacer que Edward se muera de celos

 

 

—   No creo que pase eso— pongo los ojos en blanco—. Puede que no tenga reacción alguna

 

—   Bueno — se encoje de hombros—. Por lo menos lo vamos a intentar…

 

Un rato después llegamos frente a su casa en donde Alice tarda horas en que ambas estemos arregladas.

 

Frente a mí, está una mujer totalmente transformada. Me veo muy guapa, tengo que admitirlo. Alice me ha maquillado tal de manera en que mis facciones lucen más delicadas. El maquillaje no es muy cargado, más bien, es muy natural como a mí me gusta.

 

El vestido se me ve genial junto con los tacones negros que Alice me ha prestado. Mis piernas parecen más largas de lo que son en realidad.

 

—   Te ves fantástica— me dice Alice. En ese momento Carmen entra en la recámara y se queda boquiabierta cuando me ve. Ella se ve increíblemente hermosa con su cabello recogido en una coleta y su vestido verde.

 

—   Opino lo mismo

 

Me ruborizo.

 

—   Muchas personas van a mirarte— se ríe Alice quien está incluso más hermosa que su madre. Lleva un vestido color morado y su larga cabellera negra totalmente alaciada. Su maquillaje es natural al igual que el mío.

 

—   Eso ni lo dudes— le dice Carmen.

 

 

—   Bueno, ya son las doce, Emmett debe estar abajo esperándote, Bella…

 

Asiento y las tres salimos de la recámara. Cuando bajo veo a Dimitri quien me mira con la boca abierta. Me siento incómoda y no emocionada a pesar de que él es un chico bastante apuesto.

 

—   Estás guapísima, Isabella— me dice y yo le muestro una falsa sonrisa.

 

 

—   Gracias…— respondo y veo que Emmett está detrás de Dimitri. Cuando me ve emite un silbido que me hace enrojecer otra vez.

 

—   Te ves espectacular— exclama.

 

—   Gracias, Emmett…

 

 

—   Bah… eres hermosa, no tienes por qué agradecer, bueno, vámonos… debemos encontrarnos con Edward y Peter en el aeropuerto…

 

—   Yo me iré con mi familia, Bella— me explica Alice cuando volteo a verla—. Jasper vendrá conmigo, ahora mismo debería estar esperándome en el aeropuerto…

 

 

—   Está bien— sonrío.

 

Emmett y yo nos dirigimos a su auto y nos subimos. Estoy muy nerviosa… ¿cómo va a tomarse esto Edward? Ayer me dijo que se quedaría a mi lado, fue lindo conmigo y ahora le hago esto… sin duda soy de lo peor. No Bella, me dice mi subconsciente, haces esto para darle celos, para que se dé cuenta de que te quiere o de que comienza a hacerlo.

 

Sigo nerviosa mientras vamos de camino al aeropuerto. Estoy a punto de morderme las uñas pero no lo hago. Emmett suelta una risita cuando me ve.

 

—   Ya cálmate, Bella

 

 

—   No puedo, no sé qué reacción tendrá tu hermano

 

—   Pues se va a sorprender, pero su reacción no es algo que deba tenerte así

 

 

Suspiro e intento mantenerme tranquila. Quizá Emmett tenga razón y Edward solo se sorprenda. No hay nada que temer.

 

Llegamos al aeropuerto y él me toma de la mano para dirigirnos hacia una sala VIP. Emmett y yo nos sentamos en una mesa y le regreso el celular que me había prestado.  De repente alguien llega con nosotros. Son Tanya y Peter.

 

—   ¡Bella!— exclama mi amiga quien se ve guapísima con su vestido corto. Me levanto y ella me abraza y me da un beso en la mejilla a modo de saludo—. Vas a venir, que alivio…

 

—   Sí…

 

 

—   Hola, Bella— me saluda Peter y yo le sonrío.

 

—   Hola, Peter… ¿dónde está Edward?

 

 

—   Se ha quedado en el hotel a buscar algo… dijo que nos adelantáramos, lo vamos a esperar

 

—   Oh…

 

 

—   Edward me había dicho que no venías, ¿sabe él que vas a venir?— inquiere.

 

—   Viene conmigo— le explica Emmett rodeándome la cintura con su brazo. Emmett es un hombre bastante atractivo pero no me provoca lo mismo que su hermano cuando me toca. Cuando estoy con Emmett siento como si hablara con cualquier otra persona pero cuando Edward está a mi lado, me siento diferente, emocionada. Seguramente es porque estoy enamorada de él.

 

—   Emmett, sin ofender, pero eres un suicida, Edward te golpeó por decir que le gustas y ahora si haces esto te a lanzar del Jet o como mínimo te va a partir la madre… — le advierte Peter.

 

 

—   Lo que dije ayer de que me gustaba no era cierto… quiero que Bella le de celos a Edward para que ese idiota se dé cuenta de que la quiere y al fin poderla llamar cuñada— responde Emmett.

 

Peter se queda boquiabierto y luego sonríe de oreja a oreja. Tanya hace lo mismo y yo me termino ruborizando.

 

—   Lo mantendremos en secreto— dice ella y me mira emocionada… ¿desde cuándo ella está de acuerdo con que tenga algo con Edward?

 

—   Los ayudaremos— afirma Peter—. Edward se dará cuenta de una vez por todas de que le pasó lo mismo que a mí

 

Peter voltea a ver a Tanya con tanto amor que me da envidia. Ojalá Edward me mirara así.

 

De pronto nos llaman y nos dicen que el Jet está listo. Comienzo a temer que Edward no va a venir. Es muy probable que quiera quedarse conmigo en el hotel. Emmett, Peter, Tanya y yo nos dirigimos a la puerta de embarque que nos han indicado. Pasamos rápidamente por el pasillo y de pronto ya estamos en el Jet.

 

Miro el interior. Hay cuatro asientos blancos y un sofá grande. Me impresiono cuando veo que hay un pequeño bar en el fondo del Jet, justo al lado de una puerta que creo que debe ser el baño.

 

Emmett y yo nos acomodamos en el sofá y Peter y Tanya van a sentarse a los asientos, quedando los dos frente a frente.

 

—   Mierda, me parece que Edward no va a querer venir— gruñe Emmett mientras mira su reloj.

 

—   Pienso lo mismo— se ríe Peter volteando a verlo—. Quizá se quedó en el hotel para buscar a Bella…

 

 

Me sonrojo.

 

—   Yo le dije ayer que trabajaría— digo nerviosa y Peter suelta una carcajada.

 

—   Es obvio que ya no va a venir…

 

 

 

Miro el celular que me regaló Edward. Lo he traído conmigo con la esperanza de que me localice. En este momento me conviene que sea un acosador. Sí, ahora quiero que me vea con Emmett, tengo el apoyo de Peter y Tanya, ya no tengo nada que temer.

 

—   Nos vamos a tener que ir sin él, que aburrido— se queja Emmett y me mira triste.

 

—   Comienzo a creer que eres masoquista o que te encanta meterte en problemas— le dice Peter con el ceño fruncido.

 

—   Un poco de pelea no está mal— contesta Emmett encogiéndose de hombros de forma despreocupada.

 

 

—   Bueno, allá tú… — susurra el novio de mi amiga.

 

—   No me armará alboroto, ya lo verás… creo que todos le tienen demasiado miedo, Edward es muy tranquilo— gruñe Emmett.

 

¿Tranquilo? ¡Ja!  Mataría por ver eso.

 

—   Bueno, Edward era un hombre tranquilo y normal hasta que conoció a la chica que tienes al lado… — se burla Peter.

 

Me pongo como un tomate por milésima vez.  Digo milésima vez porque ya perdí la cuenta de todas las veces que he enrojecido a lo largo de este día.

 

—   Lo sigue siendo— dice Emmett con un tono escéptico parecido al que empleó Edward cuando le di un nombre falso.

 

—   Todo saldrá bien— intervengo. Peter, Emmett y Tanya me miran atentamente.

 

 

—   Si tú lo dices… — Peter pone los ojos en blanco. Emmett me pasa un brazo por los hombros y me mira.

 

—   No te preocupes, ya habrá otra ocasión para que le podamos dar celos ¿Está bien? Ahora disfrutaremos de la fiesta solamente…

 

 

 

—   Mmm… está bien… — respondo.

 

En ese instante alguien entra en el Jet. Es Edward. Él no tarda en verme ya que el sofá está frente a la puerta. Cuando me observa sus ojos se abren mucho y se queda boquiabierto; después, ve que Emmett me tiene abrazada y su mirada pasa del asombro a la más terrible ira.

 

—   ¡¿Cómo diablos se atrevieron a hacerme esto?!— brama enfurecido.

 

Me aparto inmediatamente de Emmett.  Estoy en problemas, en muchísimos problemas y nada ni nadie me salvará de la furia de Edward. 

_______________________________________________________________________

Holaaa!! Les tengo el capítulo nuevo. Tenía planeado subirlo ayer, pero no lo había terminado, pero ya está ¡TERMINÉ!. Me voy a apurar para tener listo el siguiente capítulo para mañana o pasado. Espero que disfruten del capítulo y que les siga gustando esta historia. Les agradezco demasiado el apoyo que ustedes me han brindado, estoy muy contenta y animada a seguir escribiendo. Pfff... por alguna extraña razón este mensaje no lo puedo dejar en comentario, así que disculpen por ponerlo al final...

 

Honbatz: Muchas gracias por ser mi fan :D Me alegro muchísimo de que mi historia te guste. No tienes idea de lo feliz que me siento cada vez que leo los comentarios que me dejan. Todas ustedes me animan a seguir escribiendo, y a tratar de mejorar. La verdad, yo no me considero muy buena escribiendo, siento que tengo muchas cosas que aprender todavía pero me pone feliz que a ustedes si les guste como escribo y me consideren buena. Muchas gracias por leer mi fic y dejar tu comentario.

 

gatablack: Hola!! Espero que te guste el capítulo… y sobre Emmett, aquí se explica que no está enamorado de Bella… jjajaj a ver si nuestro querido Ed no lo lanza del Jet a mitad del vuelo J . Edward y Bella van a estar llenos de problemas en un principio porque el Edward no quiere admitir que la quiereee ¬¬ jajaja hasta a mí me da coraje y eso que soy la autora del fic jajaja. Como dije en al principio, espero que te guste el capítulo. Muchas gracias por tu apoyo J

 

gloriacullen: Hola! Me alegra mucho que te haya gustado el capítulo. Cuando los leo digo: Nooo, no van a gustarles, estoy algo loca jajaja. Hablando de Ed, sí, golpeo a su hermano, cosa que nunca antes había hecho. Ahora ya te imaginarás como Bella ha cambiado su vida jajaja. Espero que no te hayas mordido las uñas jajaja. Las necesitarás para este cap jajaja no te creas xD. Muchas gracias por pasarte por mi historia y dejar tu comentario.

 

ingridcollen: Jajaja me alegro de que se hayan aparecido como tú dijiste. Me gusta que aparezcan nuevas lectoras. Sabes? Me siento sorprendida de que esta historia la estén recibiendo tan bien… no me la esperaba XD. Jajaja sobre lo de la boda xD yo también mataría a quien se atreviera a hacerme esooo… Jajaja mi mamá se casó embarazada de mí y le hicieron lo del vestido un día antes de su boda. Qué suerte que no me abortó por el coraje ni nada parecido XD.  Los dos teléfonos… jajaja ya quisiera yo un Iphone, si, si no los quiere que nos los regale… Tú te quedas con el de Eddy y yo con el de Emmett jajaja ok no. Siii, este último es lindo pero como verás no puede enamorarse de Bella porque le pertenece a una sola mujer cuya identidad es desconocida para ustedes JAJAJA, bueno, tú ya la sospechas… pero ya no diré nada más porque ya muy pronto se sabrá. Muchas gracias por seguir esta historia y apoyarme :D

 

stephiipattz: Hola mi querida fan #1. Muchas gracias por seguirme en esta loca historia y por considerarme una autora con mucha imaginación. Tengan cuidado porque si no me la creeré y me volveré creída y altanera jajaja nah, cómo crees? Yo soy buena onda (o eso creo jajaja, bueno, bueno, trato de serlo, a mí me gusta llevarme bien con ustedes y bromear). Me alegra mucho que seas adicta a esta historia así como yo soy adicta a escribirla (en serio, amo escribir este fic) Jajaja espero que el final de este capítulo te guste tanto como el anterior. Claro que me emociona su apoyo… siempre que leo lo que me escriben me pongo de buenas inmediatamente. Gracias por seguir siendo mi fan #1. Espero que te guste este capítulo :D y… sobre tus sospechas jajaja pronto sabrás si son ciertas o no jejeje.

 

AileenBlanco: Muchas gracias por leer mi historia y dejar tu comentario. Contestando a tu pregunta ¡SSSSIII! Los leí todos! Amo a Christian Grey y he tomado cosas de su personalidad pero esta historia la empecé antes de que conociera los libros de cincuenta sombras. Los primeros tres capítulos los tenía escritos pero eran una porquería así que los edité y me animé a subirlos y como ya había leído los libros dije: Lo haré parecido a Christian. Pero bueno… Edward será peor que Grey… jajaja le dije eso a una amiga y me respondió “como estás traumada con eso” jajaj y eso que ella es fan de la trilogía, así que ya sabes cómo estoy yo. Jajaja esperaba con ansias que alguien me preguntara eso y tú lo has hecho.

 

MUCHISIMAS GRACIAS POR TODO SU APOYO…. AQUÍ LES DEJO EL CAPÍTULO QUE ESPERO QUE LES GUSTE.  BESOS!!!!  

 

Capítulo 9: La disputa Capítulo 11: La fiesta

 
14439336 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios