La camarera (+18)

Autor: Sasha_amane
Género: + 18
Fecha Creación: 22/05/2014
Fecha Actualización: 06/06/2015
Finalizado: NO
Votos: 26
Comentarios: 173
Visitas: 78104
Capítulos: 26

Isabella una camarera honrada y trabajadora del hotel Vulturi que lucha por sacar adelante a sus hermanos, se encontrará con su escritor favorito, el atractivo Edward Cullen, autor de exitosas novelas de romance, cuando este haga una conferencia de prensa en el hotel para promocionar su más reciente libro.

 

Lo que ella no sabe es que Cullen ve en ella todo lo que quiere y no perderá la oportunidad de poseerla por completo. La estadía de Cullen en aquel hotel dura diez días en los cuales ambos disfrutan de una aventura pasional.

 

Cuando llega la hora de que Edward parta, Isabella queda desolada pero lo que ella no se imagina es que sus caminos se van a volver a cruzar, o que más bien... Edward no la dejará ir.  Isabella es suya para siempre. 

___________________________________________________________________

 

Hola :) este es mi primer fan fic y espero que les guste. Me siento feliz de poder publicar mi novela aquí después de mucho pensarlo. Muchisimas gracias a Keit, mi amiga, que me ha ayudado con la portada y el prefacio. 

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 24: Unión

 

Capítulo 24: Unión

 

 

—      Me compraste una isla— murmuro. Edward me mira suplicante.

 

—     Perdóname cariño, yo…

 

—     Es excesivo— me quejo—. Primero un auto, luego un departamento y ahora…

 

—     ¿Una isla?

 

—     Si…

 

—     Te mereces esto y más…

 

—     No, no es cierto— digo aturdida.

 

—     Por favor no te enojes conmigo, disfruta solamente

 

—     No sé si pueda hacerlo— admito mientras me siento a su lado. Edward me dedica una hermosa sonrisa antes de encender la lancha y arrancar.

 

No hablo durante todo el camino. Me limito a disfrutar de la deliciosa brisa y las gotas de agua que golpean mi rostro de vez en cuando. Mi esposo está sonriendo como un niño pequeño y voltea a verme cada pocos segundos.

 

Aunque quiero, no puedo seguir enojada con él. Su sonrisa me hace olvidar las ganas que tenía de matarlo por ser un despilfarrador.

 

—     Mira, mi amor, allí está tu pequeña isla— Edward alza un brazo para señalar una enorme y hermosa isla.  A pesar de que estamos muy alejados todavía el tamaño me impresiona—. Intenté conseguir algo sencillo porque no quiero que te enojes conmigo

 

—     Edward, creo que tenemos un concepto totalmente distinto de lo que es pequeño y sencillo— le contesto—. La isla es preciosa, pero es demasiado

 

—     Nada es demasiado para mi princesa— responde y me inclino para darle un sonoro beso en la mejilla.

 

—     Te amo, tonto despilfarrador— me río.

 

—     Yo te amo más 

 

Cuando nos acercamos más, mis ojos se llenan de lágrimas. La casa que está en la playa es hermosa; blanca y con grandes ventanales que seguramente tienen una grandiosa vista del mar.

 

—     ¡Es hermosa, Edward!— exclamo.

 

—     ¿Te gusta?— pregunta entusiasmado.

 

—     Me fascina, aunque sigo pensando que es excesivo

 

—     Solo disfrútalo, mi amor, no te preocupes si es excesivo o no, es nuestra luna de miel

 

—     Está bien, lo haré solo porque me gusta mucho la casa

 

Edward suelta una carcajada que me resulta contagiosa y no podemos evitar reír como dos idiotas.

 

—     ¿Por qué nos reímos?— cuestiona Edward.

 

—     No lo sé— confieso antes de volverme a reír.

 

—     Bah, no me importa ¡estoy feliz! — grita.

 

—     Cállate— le doy un leve puñetazo en el hombro sin dejar de reírme.

 

—     No quiero ¡Te amo, Isabella, y quiero que todo el mundo se entere! Aunque no hay nadie, esta isla es solo para los dos

 

—     ¿De verdad?

 

—     Sí, estaremos solos, completamente solos

 

Le sonrío de forma pícara. Los dos solos en una isla… creo que no la pasaré tan mal después de todo.

 

<<>> 

 

Cuando por fin pongo un pie en la arena siento que todo me da vueltas y Edward tiene que sostenerme. Aquel viaje en lancha me ha mareado.

 

—     Bella, ¿estás bien?— pregunta preocupado.

 

—     Me mareé un poco

 

—     Te llevaré al médico— murmura.

 

—     Hey, es normal, no te asustes

 

—     Pero…

 

—     Si me vuelve a pasar me llevas ¿de acuerdo?

 

—     Está bien— dice gruñendo—. Mmm… iré a llevar el equipaje, tú quédate aquí

 

—     ¿Por qué?

 

—     Solo espera aquí ¿de acuerdo?

 

—     Está bien— pongo los ojos en blanco.

 

Edward baja el equipaje de la lancha  y me ofrezco a ayudarlo pero mi esposo se niega. Frunzo el ceño mientras lo observo alejarse con las últimas maletas y entrar en la casa. Estoy ansiosa por ver el interior.

 

— ¿Estás lista, cariño?— me pregunta Edward cuando regresa a mi lado.

 

—   Sí— contesto emocionada.

 

—   Muy bien, allá vamos— me dice antes de cargarme. Rodeo su cuello con mis brazos y lo beso repetidas beses en la mejilla.

 

—  Me haces muy feliz, Edward— susurro antes de mordisquear el lóbulo de su oreja.

 

— Bella, deja de hacer eso— se queja gruñendo.

 

— ¿Qué estoy haciendo?— pregunto de forma inocente.

 

—  Provocarme, por lo menos espera a que lleguemos a la habitación, joder

 

— Está bien— digo riéndome. Edward deposita un rápido beso en mi mejilla antes de seguir caminando. Cuando estamos cerca de la casa me quedo boquiabierta pues de cerca parece más grande que cuando estábamos en el muelle.

 

—  ¿Te gusta, princesa?

 

—  Me encanta, Edward, es hermosa

 

—  Tú me encantas más

 

 Finalmente llegamos hasta la puerta de madera que Edward tarda en abrir porque me lleva en brazos. Al entrar, me sorprendo todavía aún más; el interior es hermoso pero no reparo mucho en los detalles ya que Edward me besa con desesperación antes de subir las escaleras.

 

Cuando deja de besarme, hundo mi rostro en su cuello y él comienza a subir. Puedo sentir los frenéticos latidos de su corazón y yo me muerdo los labios sin que se dé cuenta.

 

—  Quiero hacerte mía— dice con voz ronca y yo suelto un gemido—. Pero entenderé si estás cansada

 

Lo miro ceñuda.

 

—  Quiero ser tuya— afirmo con intensidad y él me sonríe—. No estoy cansada

 

—  Mucho menos yo

 

 Edward dobla a la izquierda y hay otras escaleras las cuales sube de forma rápida. En el segundo piso solo hay un pasillo y en él hay muchas puertas.

 

—  ¿Dónde está nuestra habitación?— cuestiono.

 

—  Es la tercera puerta, la habitación principal— contesta, adentrándose en el pasillo.

 

 Cuando nos detenemos frente a las puertas dobles Edward me dedica una sonrisa libidinosa y trata de abrir.

 

— ¿Quieres que me baje?— pregunto al ver lucha para poder abrir.

 

— ¡No! Quiero cumplir con la tradición

 

No puedo evitar echarme a reír. Edward jamás ha sido tradicional y pretende serlo en este momento lo cual me resulta gracioso. Luego de unos segundos, mi esposo logra abrir y entramos a la recamara que tiene un hermoso ventanal en la pared de enfrente.

 

—     ¡Wow!— exclamo asombrada mientras me bajo de sus brazos rápidamente para luego correr hacia el ventanal—. Edward ¡es precioso! Tiene la mejor vista— estoy saltando como una niña pequeña pero es que no puedo evitarlo. De todas formas, no creo que a Edward le moleste que actúe de forma infantil por un rato. 

 

—     Me encanta verte tan feliz— dice mientras se acerca y me abraza por detrás. Deposita un pequeño beso en mi cuello que sorprendentemente no es apasionado sino lleno de amor, de ternura.

 

—   Lo soy, Edward, lo soy— susurro. Mi esposo baja un tirante de mi vestido y mordisquea mi hombro lo que me hace jadear.

 

—  Te deseo, nena, quiero hacerte el amor

 

—  Yo también, hazlo, Edward, hazme tuya

 

Escucho su suave carcajada y después lleva una mano a mi espalda para bajar lenta y torturosamente el cierre de mi vestido pero cuando llega a la mitad se detiene y baja el otro tirante para luego bajar al mismo tiempo los del sostén. Me besa la clavícula, haciendo que me moje por el torrente de sensaciones que me dejan sus besos. Baja un poco más el cierre y el vestido queda por debajo de mi busto.

 

—  Eres perfecta— musita mientras desabrocha mi sostén el cuál le ayudo a retirar por completo—. Mírame…

 

 Doy media vuelta lentamente para encontrarme con aquella mirada que siempre logra derretirme. Aquellos hermosos ojos verdes están llenos de pasión, de amor, de devoción y un sinfín de sentimientos hermosos. Edward acuna mi rostro entre sus manos y me besa con todo el amor que siente por mí. Mi pecho arde por lo rápido que late mi corazón y mis pulmones luchan por seguir respirando y no colapsar por tanta intensidad. Mi esposo deja mi rostro para tomarme por la cintura y apretarme contra él. Siento un mar entre mis piernas y a su miembro duro y erecto rozarlas.

 

 Edward regresa a mi cierre para bajarlo por completo y esta vez, el vestido cae por fin al suelo, quedando yo en una diminuta tanga. Él se relame los labios mientras me observa de pies a cabeza, acción que logra que me muerda el labio con mucha fuerza.

 

— Te ves deliciosa— me dice con ojos brillantes.

 

Resisto el impulso de poner los ojos en blanco. Si él piensa que me veo deliciosa es que no se ha visto a él mismo. Se ve tan exquisito con su traje aun puesto pero lo será aún más sin él. Coloco mis manos en su cuello y desabrocho botón por botón muy despacio. Cuando por fin y casi después de una eternidad logro desabrochar toda la camisa, se la saco por los hombros, cayendo por sus brazos hasta el piso de madera. Su torso tan marcado y tan típico de modelo de revista es el paisaje más perfecto que mis ojos han contemplado en toda mi vida.

 

Edward me toma por la nuca en un movimiento algo brusco y acerca su boca a la mía, devorándome, hurgando dentro de mi boca con su lengua húmeda y cálida. Logro sentir las palpitaciones de su miembro en mi vientre y eso me excita de sobremanera.

 

Aquella ágil y experta lengua me hace mojar aún más. Mi interior siente necesidad, añoranza; lo deseo dentro de mí, lo quiero lento, suave, como si fuera la última vez, como si el tiempo se detuviera, como si fuera eterno. Llevo mis manos a su cinturón y con mucho desespero logro quitárselo para luego quitar el estorboso botón y bajar la cremallera.

 

—  Tranquila, princesa, tenemos tiempo de sobra— se ríe él, dejando de besarme.

 

—  No puedo— respondo con voz ronca y carraspeo para que deje de sonar así—. Te necesito, Edward, no sabes cuánto…

 

— Yo también

 

Edward vuelve a cargarme y me lleva en brazos hasta la enorme cama blanca con dosel que está ubicada en la pared izquierda. Me recuesta en la cama con delicadeza y se separa de mí para quitarse los zapatos, terminar de bajarse el pantalón y quedar solo en un bóxer negro ajustado.

 

<< Ese hombre es mío>> pienso maravillada.

 

Paso la lengua por mis labios para humedecerlos y él se abalanza rápidamente sobre mí para morder mi labio inferior. Deja un reguero de besos desde mi boca, pasando por mi clavícula, hasta mis senos y rodea con su lengua mi pezón que está más duro que una roca. Se queda allí masajeando y jugando con mis senos por un rato mientras su boca baja lentamente hasta detenerse un momento en mi obligo para lamerlo y continua con su recorrido para terminarlo en mi vientre. Sus manos dejan mis senos para posarse en mis muslos los cuales abre con delicadeza, me quita la pequeña braguita y su lengua pasa por el inicio de mi vagina; hurgando en ella para llegar a ese minúsculo botón de excitación llamado clítoris. De pronto siento como mucho líquido caliente sale de entre mis piernas, chorreando mis nalgas y el edredón de la cama. Mi rostro comienza a arder por la vergüenza; jamás me he mojado tanto.

 

Edward levanta el suyo para mirarme. Tiene la nariz, boca y barbilla mojadas de mis fluidos vaginales. Me quedo boquiabierta al ver como los relame y me sonríe de forma pícara.

 

—  Estás exquisita, no te avergüences, mi niña

 

Mi esposo se incorpora rápidamente y baja su bóxer. Su miembro luce más grande de lo normal y abro mucho los ojos por la impresión. Se acerca a mí de manera lenta y amenazante con su enorme amiguito cerca de mi entrepierna. Al estar sobre mí comienza a besarme de forma apasionada, y me saboreo a través de su boca.

 

 Edward entra en mí con suma lentitud. Sabe lo que quiero y me lo dará sin que tenga que pedírselo. Acerca sus labios a mi oreja derecha, haciendo que sienta un cosquilleo por su respiración errática.

 

— Grita, Bella, quiero que grites lo que sientas, no te reprimas, quiero tenerte solo y puramente para mí— lo escucho decir con su voz sumamente ronca y divina.

 

Termina de introducirse por fin en mi interior y grito. Grito del placer que me embarga porque lo siento aún más dentro que las veces anteriores. Él mueve sus caderas despacio y yo lo acompaño en aquel vaivén del delirio. Él alza su rostro para mirarme y cuando nuestros ojos se encuentran todos los recuerdos hermosos a su lado pasan por mi mente como una película y cuando esta termina lo entiendo todo y me embarga una sensación de auténtica felicidad que ocasiona que mis ojos se llenen de lágrimas. No solo nuestros cuerpos están entrelazados, nuestra unión va más allá de lo físico. Son nuestras almas que se han convertido en una sola.   

 

—  ¿Sentiste eso?— gimotea Edward quien también está llorando—. Por Dios, Isabella, jamás he sentido algo así, te amo tanto, más que nunca

 

Asiento débilmente y un sollozo brota desde lo más profundo de mi garganta. Una de sus lágrimas cae sobre mi rostro y él continúa moviéndose. En cada lenta estocada no puedo evitar suelto un delicioso grito que no parece provenir de mí pero que sin embargo así es. Mientras se mueve besa y chupa mi cuello y mis senos los cuales están deseosos de ser tocados y saboreados. Cuando sus labios atrapan uno de mis pezones grito fuertemente por el placer tan grande que siento. Escucho a mi esposo gruñir una y otra vez de forma dura y rítmica y eso es sumamente excitante.

 

El tiempo parece haberse detenido. Todo parece más grande, más delicioso, menos efímero.

 

—  Te amo, Isabella ¡te amo!— brama Edward moviéndose como si su vida dependiera de eso. Me desea, me necesita y lo sé porque yo siento lo mismo—. Jamás, escúchame bien, jamás vas a irte de mí… ¡eres mía!

 

—  ¡Tuya!— exclamo al mismo tiempo en que ese cosquilleo tan típico del éxtasis me recorre el cuerpo.

 

—  Voy a venirme, voy a venirme, ¡Voy a venirme, por Dios!— grita y después de unas estocadas más, nos hundimos juntos en un grande y delicioso orgasmo que nos hace llorar aún más de lo profundo, grande y celestial que es.

 

Ambos proferimos un ruidoso grito cuando por fin nuestros cuerpos encuentran la liberación. Edward besa mis mejillas, absorbiendo mis lágrimas en el proceso y coloca su frente junto a la mía, tratando de controlar su respiración.

 

— ¿Lo sentiste, mi amor?— me pregunta nuevamente.

 

—  Lo sentí— respondo con un sollozo.

 

—  Es… no sé cómo describirlo, como si mi alma…

 

—  Lo entiendo

 

— ¿Qué me hiciste, Bella? ¿qué?

 

— No lo sé, pero lo que sí sé es que te amo

 

—  No tanto como yo a ti, eres… mi universo, eres el aire que respiro, esto fue hermoso

 

—  Hermoso es quedarse corto— me río.

 

Edward sale lentamente de mi interior y se acuesta a un lado, para luego atraerme hacia su cuerpo. No puedo resistirlo y deposito besos en su pecho y él suspira de satisfacción.

 

— Tienes razón. Decir que fue hermoso es un insulto a lo que pasó… fue celestial

 

 Lo miro asombrada. Yo también había pensado lo mismo.

 

—  Yo, yo lo pienso igual— contesto.

 

—  Nacimos para ser uno solo— susurra antes de besar mi cabeza.

 

—  Sí…

 

—  Jamás había tenido un orgasmo así, Bella… creí por un momento que no lo resistiría

 

—  Ni se te ocurra— le advierto—. No puedes dejarme sola

 

— No lo haré, preciosa, me tendrás para siempre

 

— Más te vale

 

Edward acaricia mi espalda una y otra vez pero sin segundas intenciones de por medio. Lo hace con amor, con dulzura, como si pretendiera hacer que me quede dormida y vaya que lo está logrando. De pronto, mi traicionero estomago gruñe, exigiendo alimento y me sonrojo furiosamente.

 

—  Vamos a comer algo, mi cielo

 

—  Mmm…— hago un mohín y mi esposo niega con la cabeza.

 

— Tienes que alimentarte, princesa

 

—  Pero no quiero moverme

 

—  Está bien, yo te traeré el desayuno

 

— Gracias

 

Edward se levanta de la cama y cuando está de pie niega con la cabeza.

 

— ¿Sabes qué? Tendrás que venir conmigo, no quiero separarme de ti — dice serio mientras se pone el bóxer. Le sonrió de forma coqueta.

 

— Pues vas a tener que llevarme en brazos porque puedo caerme— no miento. Mis piernas ahora se encuentran temblorosas por lo que acaba de pasar

 

— Lo haré

 

Edward rodea la cama, llega hasta donde yo estoy y me levanta ágilmente haciéndome soltar una carcajada por lo rápido que fue.

 

— Es en serio, no te quiero alejada ni un segundo de mí— susurra en mi oído provocándome un estremecimiento.

 

— No lo estaré  

 

Edward me lleva en brazos hasta la cocina que no es muy grande, con techo de madera y un comedor plateado pasando la barra de la cocina.

 

— ¿Puedo bajarme? — le pregunto a Edward.

 

—  Sí, está bien— murmura mientras me baja—. Siéntate, en un momento te haré tu comida

 

—  ¿No puedo hacerlo yo?— alzo una ceja.

 

— No, Isabella, hoy voy a consentirte

 

— ¿Aún más?

 

—  Sí, aún más

 

 <<>> 

 

—  Oh, esto es delicioso— digo con la boca llena. El huevo revuelto está delicioso. Me sonrojo al ver que mi esposo me mira fijamente—. Lo siento— me tapo la boca con la servilleta pero Edward me la arrebata.

 

—  No lo hagas, me gusta verte con la boca llena— responde con una sonrisa lasciva y comprendo que no habla de comida precisamente.

 

—  Edward— lo reprendo mientras el rubor sube de nuevo a mis mejillas. Mi esposo se echa a reír y no tardo en reírme con él.

 

—  ¿Qué quieres hacer hoy, princesa?

 

—  Relajarme— admito mientras bostezo—. O quizá darme un baño…  

 

—  Eso haremos, bebé…— me guiña un ojo mientras me da otro bocado. Le había dicho que podía hacerlo sola pero él insistió en darme de comer—. No necesitaremos desvestirnos

 

 En ese preciso momento me percato de que estoy completamente desnuda y me levanto de golpe.

 

— Estoy desnuda— susurro. Edward se encoge de hombros.

 

—  No necesitarás la ropa, mi vida… estamos solos

 

—  No, no voy a ir desnuda por la casa— gruño antes de salir corriendo de la cocina.

 

—  ¡Bella!— exclama Edward mientras me persigue.

 

—  ¡Tengo que cambiarme!— grito antes de soltar una sonora carcajada. Estoy por llegar a las escaleras.

 

—  Bella, no corras… ¡Bella!

 

 Es demasiado tarde para reaccionar. Caigo de rodillas en uno de los escalones y estás duelen demasiado al igual que mis manos.

 

—  ¡Ay!— me quejo.

 

—  ¡Bella!— grita mi esposo mientras me levanta—. Mi vida ¿estás bien?— pregunta frenético y yo asiento. Edward me abraza por detrás.

 

—  Estoy bien, Edward

 

—  Mi amor, por favor no corras, casi me da un infarto al verte caer…

 

—  Tranquilízate, estoy bien

 

—  No quiero que vuelvas a hacerlo nunca más ¿me has entendido?

 

—  ¿Correr? Oh, no, no puedes pedirme eso

 

 

—  Bella— gruñe.

 

— Edward, no puedo estar desnuda todo el tiempo…

 

—  Está bien, pero no corras, podrías caerte y lastimarte…

 

—  Aceptaré no correr si me dejas vestirme

 

— De acuerdo, vamos a las recamara…

 

—  ¿Dejaste las maletas allá?

 

—  Sí…

 

—  Vaya, no me di cuenta

 

Los dos subimos a la recamara y veo que las maletas están a un lado de la cama. Corro hacia ellas y abro la mía. Me echo a reír al ver las prendas diminutas que mis amigas eligieron para que llevara a la luna de miel.

 

—  No las vas a necesitar— dice Edward sentándose en el suelo conmigo para examinar las prendas—. Terminaré rompiendo todo y dudo que eso te guste…

 

—  Y no me sorprendería que lo hicieras— contesto sacándole la lengua.

 

— ¿Quieres ir a la playa?

 

— ¡Sí!— exclamo—. Necesito broncearme, ¡vamos!

 

—  A mí me gusta tu piel blanca, pero tengo curiosidad de verte bronceada— sonríe—. Pero, vas a usar esto— me tiene una botella. Leo la etiqueta; es protector solar.

 

— Vaya, te preparaste mejor que yo para esto— digo riéndome.

 

—  Mmm… digamos que sí, ahora ponte un bikini, iremos a la playa…

 

 Saco un bikini azul de la maleta y me levanto para ponérmelo. Al ponerme de pie siento que mi vejiga está llena.

 

—  Iré al baño

 

—  Voy contigo…

 

—  No, quiero hacer mis necesidades

 

—  No me importa, yo voy

 

—  Edward, no…

 

—  Isabella, sí, soy tu marido, no tienes de que avergonzarte

 

—  Quiero hacer pis, “sola”— hago énfasis en la última palabra mientras me cruzo de brazos.  

 

—  Me parece que no, cuando dije que no quería separarme de ti ni un segundo, hablaba en serio

 

— Está bien, supongamos que me acompañas a hacer pis ahora, ¿pero qué pasara cuando quiera…?— dejo la pregunta inconclusa porque no hay necesidad de decirlo. Él debe saber a lo que me refiero.

 

— ¿Cuándo quieras qué…?

 

—  Hacer lo otro, ya sabes— murmuré—. Lo que no es pis…

 

—  Igual iré contigo— se carcajea y yo le pongo mala cara.

 

—  Pervertido— mascullo.

 

—  Contigo siempre…— dice mientras entramos al baño. Edward observa cada uno de mis movimientos y eso me hace sentir incomoda.

 

—  Voltea, por favor— le pido cuando ya estoy sentada en la taza y mi esposo niega con la cabeza.

 

—  No, quiero ver esto

 

—  ¡No seas asqueroso!— exclamo. Edward pone los ojos en blanco y se voltea. Sonriendo y con los ojos cerrados, hago mis necesidades pero cuando termino y los vuelvo a abrir, Edward me está mirando.

 

—  Te ves tan sexy— suspira.

 

—  ¡Te dije que no miraras!— le grito molesta—. A ti no te gustaría que…

 

—  Oh, pero claro que me gustaría que me miraras, no me molesta en lo absoluto

 

—  Pero no lo haré, yo si respeto tu privacidad…

 

—  Tú y yo somos uno mismo— musita mientras me toma de las manos—. Nunca debes avergonzarte ante mí

 

 Sus palabras me hacen sonreír aunque no quiera.

 

—  Bien, vendrás al baño conmigo— respondo—. Pero solo cuando haga pis… lo otro, está fuera de discusión

 

—  Eso ya lo veremos…

 

 <<>> 

 

Sentir el sol sobre mi piel es genial. Miro mis brazos y llego a la conclusión de que necesitaré mucho tiempo antes de comenzar a broncearme un poco. Estoy blanca como una hoja de papel.

 

—  Bella, déjame ponerte el protector, maldita sea— me riñe Edward.

 

—  Maldita sea, no lo necesito aun, cuando estuvimos en la lancha no me pediste que…

 

 

—  Pero estaba nublado, ahora ya empezó a salir el sol, no quiero que te pase nada…

 

—  Quiero broncearme

 

—  Lo harás, pero con precaución

 

—  ¿Seguro?

 

—  Sí… no puedes evitar quemarte aun con protector solar, pero si evitar el cáncer de piel

 

—  Bien, me lo pondré

 

—  Eso sí que no, no vas a privarme del placer de ponerle protector solar a mi esposa…

 

 Llegamos casi a la orilla de la playa y Edward saca unas enormes toallas de la pequeña maleta que ha traído y las coloca extendidas en la arena.

 

—  Estamos a una distancia perfecta, no estamos ni cerca ni lejos— dice mi esposo.

 

— Esto es vida— comento mientras me recuesto en una de las toallas.

 

—  Ponte de espaldas, mi amor, voy a ponerte protector

 

Me muerdo los labios antes de voltearme como él me ha pedido y lo siguiente que siento son las manos de Edward desabrochando la parte de arriba de mi bikini.

 

—  ¿Me lo vas a quitar?— pregunto.

 

—  No, voy a ponerte protector solamente ¿por qué eres tan pervertida?

 

—  Ejem… solo hay un culpable, tú lo conoces

 

—  Es un maldito afortunado, le tengo tanta envidia— responde antes de aplicarme aquella crema sobre la piel. Sus manos se mueven ágilmente sobre mi espalda y eso me transporta a otro mundo, donde no existen las preocupaciones.

 

—  ¿Habías hecho esto antes?— cuestiono.

 

—  Sí, con mamá… cuando era un niño e íbamos de vacaciones a mi madre le encantaba broncearse y yo y Emmett nos peleábamos por ponerle el bronceador…

 

—  ¿Por qué?— suelto una risa al imaginarlos.

 

—  Porque el que lo hiciera recibía cincuenta dólares más de mesada…

 

—  Malditos interesados— bromeo y Edward se encoje de hombros sin dejar de masajearme.

 

—  Supongo que si…

 

—  ¿Y qué pretendes obtener de mí por ponerme el protector?

 

—  Muchas cosas, señora Cullen, muchas cosas

 

Señora Cullen. Aquel apelativo suena tan sexy en sus labios… Edward baja sus manos hasta llegar a mi trasero. Se aplica un poco más de protector en las manos para luego comenzar a masajearlo de nuevo.

 

— Supongo que tendré que pagar

 

—  Oh, por supuesto que sí, nena…

 

 Edward termina de ponerme el protector solar y me pide que me voltee para hacerlo enfrente no sin antes amarrar de nuevo el bikini. Me incorporo para quedar sentada y él sigue aplicándome el protector.

 

—  Amor, tengo una sorpresa para ti— sonríe ampliamente y se levanta para abrir la maleta que ha traído.

 

—  ¿Qué es?— digo emocionada. Edward me guiña un ojo antes de sacar de la maleta un grueso libro engargolado.

 

—  Toma, léelo…

 

Prácticamente le arrebato aquel libro y leo la primera página. Me quedo boquiabierta y miro a mi esposo con incredulidad.

 

—  Esto es…

 

—  Sí, es un libro que yo escribí… mi editor ni siquiera lo ha visto, quiero que seas tú la primera en leerlo… me dijiste que no dejara de escribir y por ti lo haré

 

—  ¡Edward!— exclamo antes de dejar el libro sobre la arena y lanzarme a besarlo—. Te amo, te amo, te amo ¡eres el mejor! ¿lo sabías?

 

—  No, Isabella, tú eres la mejor— responde riéndose. Después se deja caer hacia atrás y yo me recuesto sobre él para besar una y otra vez sus hermosos labios—. ¿Vamos a estar juntos siempre?— me pregunta

 

—  Para siempre, mi amor, para siempre….

 

—  Soy demasiado feliz…

 

—  ¿Vamos a nadar?— propongo.

 

—  Está bien, solo déjame ponerme algo de protector

 

—  De acuerdo

 

Ambos nos levantamos y espero a que se ponga algo de protector para hacer una pequeña travesura.

 

— Atrápame si puedes— reto a Edward antes de echarme a correr hacia el mar.

 

—  ¡Isabella!— lo escucho gritar desesperado y eso me hace reír.

 

Lanzo un improperio cuando siento el agua helada en mis piernas pero aun así no me detengo hasta que unos fuertes brazos aprisionan mi cintura. El agua me llega hasta la altura de mis senos.  

 

—  ¿Por qué me haces esto?— me reclama. Me estremezco cuando Edward mordisquea mi cuello y gimo.

 

—  Quiero jugar

 

—  A mí no me gusta jugar, no así— gruñe—. No tolero que te alejes

 

Sonrío malévolamente. Oh, Edward, tendré bastante diversión aquí y no precisamente dentro de la cama.

 

—  Está bien, no lo haré de nuevo— miento y me volteo para mirarlo.

 

—  ¿Por qué siento que no lo cumplirás?— pregunta irónicamente.

 

Suelto una carcajada antes de besarlo en los labios. Edward me aprieta más contra él y puedo sentir que lo estoy provocando. De forma rápida me sumerjo en el agua y Edward no tarda en hacer lo mismo.

 

 Ambos entrelazamos nuestras manos y nos besamos bajo el agua. No salimos hasta que nos falta el aire.

 

—  Te amo con todo mí ser— dice. Se ve endemoniadamente sensual con el cabello mojado y echado hacia atrás.

 

—  Yo también— respondo con vehemencia y después volvemos a sumergirnos en el agua.

 

<<>> 

 Después de pasar una tarde muy divertida en la playa y una tarde jugando ajedrez en la sala estoy agotada y tumbada en la cama, leyendo el manuscrito de Edward. La historia es excepcional.

 

—  Es un malnacido— mascullo y Edward se ríe. Empiezo a odiar a William, el personaje antagonista de la novela.

 

—  Sabía que lo detestarías, no sé por qué…

 

—  Lo odio y bastante, pero esta historia es genial ¿cuándo la escribiste?

 

—  Hace bastante tiempo, a decir verdad

 

—  ¿Qué? ¡¿Y por qué privas al mundo de semejante libro?!— gruño.

 

—  No lo sé, creo que quería mantener esa historia solo para mí…

 

—  ¿Entonces por qué me la has mostrado?

 

—  Porque eres mi esposa, el ser que más amo en este mundo

 

—  ¿Sabes? Es conveniente que me ames tanto, así puedo leer tus libros  antes de que los publiques— bromeo.

 

—  Y me acusabas de interesado…— pone los ojos en blanco y luego se ríe.

 

—  Pues sí, soy una interesada, me casé contigo por los libros— le saco la lengua.

 

—  ¿Ah, sí?— ese brillo en la mirada me indica que está planeando algo perverso. Comienzo a retorcerme de risa cuando Edward extiende sus brazos y me hace cosquillas haciendo que el libro salga volando y aterrice en el suelo.

 

—  ¡Para!— exclamo antes de que se me escape una estruendosa carcajada—. ¡Para, por favor!

 

 

 

—     No lo haré, niña traviesa…

 

 

 

Me falta el aire de tanto reír y mi esposo me deja en paz cuando ve que mi piel (que no está muy bronceada como me gustaría) se torna roja.

 

 

 

—     Eres lo mejor que me pasó en la vida ¿lo sabías?— se coloca encima de mí y me besa suavemente en los labios.

 

 

 

—     Yo siento lo mismo— contesto con una enorme sonrisa al sentirlo endurecerse.

 

 

 

—     ¿Tienes ganas de jugar?— pregunta con una sonrisa lasciva y asiento, imitando aquel gesto.

 

 

 

—     Muchas ganas, señor Cullen — me muerdo el labio.

 

 

 

—     Oh, no debió hacer eso, señora Cullen, no seré delicado esta vez…

 

 

 

—     No lo seas, no te controles

 

 

 

—     ¡Arg!— gruñe antes de atacar mis labios y a partir de ahí me olvido hasta de mi nombre.

 

 

 

Hacemos el amor un sinfín de veces hasta que el sol comienza a ponerse. Edward es insaciable pero no puedo quejarme ya que las mismas ganas que tiene mi esposo las tengo yo. Pero, hay un momento en el que ambos nos cansamos a tal grado de que nos quedamos dormidos casi sin darnos cuentas.

 

 

 

Cuando abro los ojos la habitación está a oscuras. La única iluminación proviene de la luna y contemplo maravillada a través del ventanal. Deseo ir, pero el brazo de mi esposo me tiene abrazada de forma posesiva. Con cuidado de no despertarlo, lo aparto y me levanto lentamente.

 

 

 

Me dirijo sin hacer el ruido hacia el ventanal y observo como las olas del mar se mueven tranquilamente. En ese momento una idea aparece en mi mente y sonrío de forma juguetona. Iré a la playa y Edward se asustará al no verme… hacerlo enfadar es bastante divertido.

 

 

 

Me vuelvo para mirarlo y compruebo con alivio que sigue dormido. Parece un ángel sin lugar a dudas, pero un ángel al que me encanta molestar. Voy hacia la maleta y saco un vestido playero el cual me pongo haciendo el mínimo ruido posible. La respiración de mi amado es acompasada, señal de que duerme profundamente.

 

 

 

Cuando me detengo frente a las puertas dobles mi determinación de salir de la recamara flaquea un poco. Miro de nuevo a Edward quien está en la misma posición.

 

 

 

<< Tú puedes, Isabella, tú puedes hacerlo>>

 

 

 

Con cuidado abro la puerta y suspiro de alivio al ver que no rechina ni siquiera un poco. Al estar en el pasillo hago un bailecito ridículo por el triunfo y prácticamente corro hacia las escaleras, bajando sigilosamente a pesar de estar descalza.

 

 

 

Al sentir la arena en mis pies, comienza a invadirme el miedo y considero el regresar a la habitación. Luego me recuerdo que no debo ser cobarde y sigo avanzando hacia el mar. Después de todo, no estoy haciendo nada malo, es mi isla y puedo hacer lo que me plazca en ella. Llego hasta la orilla y el agua moja mis pies; disfruto de esa sensación y después avanzo más hasta que el agua me llega a las rodillas. Estoy a punto de sentarme cuando un grito desesperado, casi agónico me deja paralizada.

 

 

 

—     ¡Isabella!

 

 

 

Una oleada de pánico me recorre el cuerpo. Edward me matará, sin duda, me matará. 

 

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

FELIZ DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD CAMARERAS DE SEATTLE!!!! (atrasado u.u)  Espero no me odien por haberme tardado ¡otra vez! Pero es que tengo motivos para haber estado ausente. Ya saben que tuve que hacer exámenes L y pues ya los hice todos afortunadamente y uno lo pasé con muy buena calificación (saqué 9 y se habrían reído de mi si me hubiesen visto saltar de alegría) los demás aun no sé el resultado y espero también pasarlo aunque me conformo con un 6 J. Bien, este capi es como mi regalito para todas ustedes… espero que lo disfruten así como yo disfruté escribiéndolo. También he estado tratando de ponerme al corriente con la escuela puesto que falté una semana por lo de mi operación :/ pero ahora estoy casi como si nada, excepto por la maldita cicatriz de porquería que estoy intentando quitar con un gel L…espero me entiendan y sigan aquí n.n . las quiero muchoooo!!! Toda esta historia es por y para ustedes, ya lo saben

 

Pequeña_vampiro_97: Holaaaa amiga socia de la maldad! Espero que te guste más este cap que el anterior, por lo menos a mí sí me gustó más este jejeje. Sobre Renné muajaja *risa malévola* no se sabrá todavía, quiero que haya más luna de miel jijiji. Y lo de la operación waa ni me lo recuerdes xD *aunque no fue tan malo, solo me inyectaron la anestesia y todo se volvió oscuro después de preguntarle al doc que era lo que me inyectaba xD* me desperté toda mareada, por la madrugada tuve náuseas y vómito, muchas ganas de hacer pis (y no podía ir al baño así que me tuvieron que poner un… cómodo, orinal o como sea que se llame,  para hacer y por estar acostada me costaba bastante hacer, fue un maldito infierno :( y sobre el bebé… a veces lloro pensando en él, pero hoy estoy happy :D porque el ginecólogo me revisó y dijo que todo estaba bien a pesar de tener un microaborto. Pero tendré que inyectarme cada mes  (como Anastasia xD) para evitar que me pase lo mismo (solo espero que no se me olvide ponérmela un día o varios como Ana y salir con mi pequeño Bip jajajaja ntc) y ya quiero jugar béisbol, estoy lista  :D *ok no, tengo que recuperarme aun waaa* y nos compraremos uniformes super fashion con la tarjeta de tu millonario marino n.n y bueno, aquí ando de nuevo contando mis chocoaventuras xD así que no llores que me harás llorar a mi WAAAAA!!! Te mando un enorme abrazo (por cierto, yo vivo en Sinaloa ;) más específicamente en el maravilloso puerto de Mazatlán xDDDok, solo hay zonas donde es bonito, donde yo vivo es feo, bueno, de hecho no, aquí vive gente con dinero *pero yo soy de los pobres :C*) Besooosss! Mil gracias por tus siempre hermosos comentarios n.n  y apoyo ah y tu voto wiii me hace feliz recibir votos xD. Te quiero peque <3

 

 

Honbatz: Holaaa nena!  Muchas gracias por desearme bien y estar contenta porque salí bien en mi cirugía n.n.. Sobre el baby, bah… son cosas que pasan en la vida, le he llorado sí, pero sé que algún día volverá y esta vez será cuando la situación esté mejor, todo en esta vida se acomoda o eso es lo que yo creo. Y tienes razón, con apoyo (sobre todo el de ustedes porque a mi familia no le importó ni un ápice lo que pasó con él) estoy aprendiendo a vivir con eso y bueno, es una lección de la vida para que aprenda a hacer las cosas bien. Sobre las recomendaciones que te di, no hay de que :D para eso estamos las amigas (y las camareras de Seattle jaja) para apoyarnos mutuamente J y wooooh seré tu fan #1 ya dijiste ¬¬ jajaja no le puedes dar el puesto a nadie más xD. Volviendo a la trama, ya sé ya sé que puedes darle vueltas a ese asunto, pero no odies a Amparo, es una de las nuestras je je  xD odia el secreto que está ocultando solamente… jajaja pero ese no se sabrá por lo pronto XDDD. Jejeje lo del avioncito solo fue un calentamiento xD, no saldrán de la isla sin sus buenos… ¿Cómo decirlo apropiadamente? momentos de pasión *sí, eso está bien*. Mil gracias por pasarte y dejarme tu comentario, me anima mucho saber que aún están aquí conmigo. Bueno, tu amiga camarera chocoaventurera se despide xD. Besossss!! Tqm <3

 

violetamoon: Holaaa! Primero que nada, muchísimas gracias por pasarte y tomarte el tiempo de comentar J  No te preocupes, entiendo que a veces te puedas perder. La vida a veces nos pone en situaciones difíciles :C pero me alegra muchísimo que ya no andes depre (la depre debería irse a la mierda ¬¬) Awww eres un amor, me hace feliz que mi fic sea uno de tus favoritos y sobre Reneé y Amparo y su correspondiente secreto muajajaja las dejaré con la duda xD (ni yo misma sé cuál es el secreto, ok, si lo sé porque soy la autora del fic jajaja, solo quería ponerle misterio a esto y les aseguro que van a odiar lo que es y les traerá malos recuerdos o quizá no, pero bueno, ya veremos *sonrisa maliciosa*)  gracias por alegrarte de que haya salido bien en mi operación :D fue… fue una tortura después de haberme despertado y antes de que me llevaran a quirófano. Me latía el corazón a mil por hora cuando el tipo de la camilla fue por mí para llevarme D:  (no quiero volver a repetir la experiencia) y sobre el bb pues me duele aun, pero es algo que tengo que aprender a aceptar. Lo amaba, pero por algo pasan las cosas y sé que algún día voy a tener un pequeño bip en mi panza y que todo saldrá bien y como ves, la inspiración volvió *o al menos vestigios de esta* no las dejaré solas ;) besos y abrazos desde México, te quiero J

 

gatablack: Holaaa hermosa! Aquí me tienes nuevamente actualizando está lo… *ok esta es una historia completamente NORMAL no loca* mi forma de ver la locura cambió desde que leí el fic de “naturaleza de una obsesión” aun la estoy leyendo y me pone los nervios de punta ese Edward tan loco, obsesivo y desquiciado *pero que me encanta jajaja*  en serio, ese fic es demasiado para mí. Yo pensé que mi Edward era loquillo pero no se compara a ese otro o.o. tengo mello, abrazame waaaaa. Pero bueno, al leerlo me puse el reto de ir un paso más adelante y crear al peor Edward que ha conocido la humanidad MUAJAJAJAJA (pero será después de que termine aquí, así que tendrán que esperar n.n o quizá convierta a este Ed en algo peor ok no) en serio, tengo miedo y será todo un desafío inventar un peor Ed que ese. El fan fic me encanta y no sé si ya lo leyó alguna de las aquí presentes, pero por si no, se los recomiendo J *acariciando sus brazos para los vellos de punta se controlen xD* sobre mi bebé como dije antes, estoy triste pero la vida es así y Dios sabe por qué hace las cosas. Afortunadamente ya estoy mejor e inspirada, no pienso dejarlas solas por ningún motivo. Gracias por enviarme un nuevo pack de nuevas vibras y bendiciones, en serio las necesito para la escuela y para estar inspirada y no sufrir un derrame cerebral con ese fic que te dije WAA. Y sobre mi alegría y energía, me siento renovada :D soy la misma de antes, aunque quizá un poco más madura debido a lo que pasó (ok quizá no soy más madura, pero ahora comprendo que todo acto tiene consecuencia y debo aprender a ser responsable). Me siento tremendamente feliz de contar con el apoyo de ustedes, mis fieles amigas (no mis lectoras, yo las considero más que eso, son mis amigas, mi familia de LNM, mis hermanitas camareras de Seattle  que se ganaron un enorme espacio en mi loco corazón jajaja *salí poeta* y con quien comparto las locas *mejor dicho normales* ideas  de mi cabecita) Muchísimas gracias por siempre dejarme tus hermosos comentarios y por entender mis demoras y recortes de caps n.n y shu shuuuu Amparo no es mía es tuya *bueno, de ambas je je. Yo le daré vida en mi historia pero tú me prestaste el nombre y no me demandaste así que también te pertenece :D jajaja* te quiero, amiga mil gracias por tu otro pack de bendiciones y buenas vibras *yujuuuu, definitivamente no tendré derrames cerebrales, me has dejado una buena reserva :D* Lo mismo va para ti, un montón de bendiciones,, éxitos y buenas vibrasss!

 

 

Keit: Hermanita mi de mí!!! MIL MILLONES DE GRACIAS jajajaj por ayudarme con el capi como siempre. Gracias a ti mis caps (sobre todos los lemmons) no son un auténtico desastre, tengo suerte de contar con tu apoyo. Yo también te quiero hermanita! Eres muy importante para mí desde el día en que nos conocimos n.n. Me has regañado, nos hemos peleado por tonterías pero siempre estás ahí cuando ocupo un consejo o cuando ocupo lo del fic. Siempre encuentras tiempo para mí y es algo que jamás dejaré de agradecerte :D espero que te guste este capítulo, nena.

 

CarlieCullen: Holaaa!!! Muchas gracias por hacerte un tiempo para comentar mi fic. Es un honor que una mujer de negocios venga a leerme n.n  *ya que eres una mujer de negocios ¿Qué tal te parecería unirte a mi empresa de palas y bates? Jajaja* XD eres de la mías, flojas de hueso colorado jajaja ok no. Pfff pasando a temas tristes, sobre mi baby L no sabes cuánto desearía tenerlo conmigo y estarlo esperando aun, pero ni modo, el destino no quería eso para mí Ja ja. Pero ya lo tendré, estoy joven aun y tengo una vida por delante. Jeje tienes razón, una queda como Barbie cuando la operan jajaja, bajé mucho de peso y mi cintura se hizo más pequeña xD aunque no tanto para mi gusto L jajaja yo no podría sobrevivir a base de puro arroz D: te admiro definitivamente, no sé como lo lograste jhajaj. Por cierto, ya me pasé por tu fic Y simple y sencillamente ¡ES GENIAL! si no has visto mi comentario es que no he leído porque la verdad estaba esperando a que salieran más capis xD y no quedarme tan clavada como la ves que llegue hasta el tope y quede ¡¿  queeeeee, hasta ahí lo dejó??!! Waaaaa! *haciendo puchero* Pero ya me tendrás ahí molestando para que subas más, es una promesa :D

 

Monserrat Pattinson: Eres un amor sin lugar a dudas n.n jajaja. Bah, no digas que soy excelente escritora que me sonrojo *se sonroja de verdad je je* muchísimas gracias por leer esta historia también n.n y me alegra muchoooo que te guste así como a mí me gusta escribirla. Este fic y el otro es por y para ustedes como dije anteriormente y me hace feliz que lean lo que sale de mi cabecita xD. Gracias por desear que me mejore, sus buenos deseos y la buena vibra que transmiten me ayudaron a mejorarme bastante rápido, estoy como nueva :D bueno, casi jaja. Aun no puedo moverme como quisiera besos!!!

 

belibeli: Hola J muchísimas gracias por pasarte por el fic y dejarme tu comentario. Me alegra que hayas encontrado mi historia y que te guste, no sabes lo feliz que me hace que me consideren buena *la verdad me considero una escritora regular y que aún tiene muchas cosas que aprender antes de llegar a ser una escritora profesional je je* espero de todo corazón que te guste el capi y que sigas leyendo esta historia hasta el final n.n besos!!!!

 

 

Bueno camareras lindas, hermosas es todo por ahora je je. Espero que disfruten del cap. A mí me ha gustado pero no sé si a ustedes y eso es lo que me preocupa *cara de angustia* bueno, cualquiera que sea su opinión (buena o negativa) háganmela saber plis… no sé cuándo pueda subir el próximo cap pero intentaré ponerme a escribir jajaja. Si le encuentran incongruencias al capi desde ya les pido mil disculpas. No lo mande a editar, se los estoy dando recién salido del horno jajaja. Las quiero camareras de Seattle ;) besos y abrazos para todas!! Espero que me manden mis cajas de chocolate jajajaja ok no.

 

Atte:

La camarera beisbolista choca autos roba gelatinas C: *que tiene antojo de chocolate*

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 23: Viaje Capítulo 25: Error

 
14439254 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios