La camarera (+18)

Autor: Sasha_amane
Género: + 18
Fecha Creación: 22/05/2014
Fecha Actualización: 06/06/2015
Finalizado: NO
Votos: 26
Comentarios: 173
Visitas: 78068
Capítulos: 26

Isabella una camarera honrada y trabajadora del hotel Vulturi que lucha por sacar adelante a sus hermanos, se encontrará con su escritor favorito, el atractivo Edward Cullen, autor de exitosas novelas de romance, cuando este haga una conferencia de prensa en el hotel para promocionar su más reciente libro.

 

Lo que ella no sabe es que Cullen ve en ella todo lo que quiere y no perderá la oportunidad de poseerla por completo. La estadía de Cullen en aquel hotel dura diez días en los cuales ambos disfrutan de una aventura pasional.

 

Cuando llega la hora de que Edward parta, Isabella queda desolada pero lo que ella no se imagina es que sus caminos se van a volver a cruzar, o que más bien... Edward no la dejará ir.  Isabella es suya para siempre. 

___________________________________________________________________

 

Hola :) este es mi primer fan fic y espero que les guste. Me siento feliz de poder publicar mi novela aquí después de mucho pensarlo. Muchisimas gracias a Keit, mi amiga, que me ha ayudado con la portada y el prefacio. 

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 17: Castigo

Capítulo 17: Castigo

 

POV Bella:

 

—   Pretendiente— masculla Edward. Está muy tenso.

 

—   Sí, un pretendiente, ¿Te molesta?— responde Alec.

 

Edward lo agarra por el cuello de la camisa y comienza a sacudirlo violentamente. La mochila cae al suelo.

 

—   ¡Aléjate de ella!— grita Edward—. Si no quieres que te mate, aléjate de ella

 

—   No lo haré, Bella me gusta y tú no me puedes impedir que la vea, es mi vecina

 

Pongo los ojos en blanco pero como estoy detrás de Edward nadie lo nota.

 

—   Ya no más— se ríe Edward—. Me la llevaré de aquí

 

—   ¡¿Qué?!— exclama Alec.

 

—   Es cierto— le digo—. Me voy de aquí

 

—   Pero… — Alec comienza a protestar pero yo empujo a Edward para que me deje pasar.

 

—   Me iré, Alec— lo interrumpo—. Cambiando de tema, hace un rato vino tu hermana a buscarte

 

—   ¿Amparo?— pregunta Alec con sorpresa. Edward me abraza por detrás de forma posesiva.

 

—   Sí, ella…

 

—   Vaya, la llamaré

 

—   Yo tengo su tarjeta— saco la tarjeta de Amparo que había metido en el bolsillo antes de salir del departamento y se la muestro. Alec me sonríe.

 

—   No te preocupes, Bella… yo tengo su número, muchas gracias por siempre ser tan considerada conmigo

 

Edward suelta un pequeño gruñido y me abraza con más fuerza pero sin llegar a lastimarme. Yo meto la tarjeta a mi bolsillo otra vez.

 

—   Alec, tú sabes que eso no es cierto— le digo incómoda.

 

—   Vámonos de aquí— masculla Edward y me suelta. Recoge mi mochila del suelo y se la cuelga en un hombro. Luego me toma de la mano.

 

—   Adiós, Alec— me despido.

 

—   Adiós, Bella— contesta él con resignación.

 

Edward y yo bajamos las escaleras rápidamente.

 

—   Ese tipo está enamorado de ti— dice Edward con furia cuando salimos del edificio.

 

—   No exageres— le gruño y libero mi mano de su agarre. Después volteo hacia el frente y veo el Mini Cooper estacionado. Peter se lo quedó cuando Edward se fue— ¿Te lo prestó Peter?— le pregunto.

 

—   Sí, tú no lo querías— contesta con tono mordaz.

 

—    Tú no me querías dejar nada— le recuerdo empleando el mismo tono.

 

—   ¿Querías que te dejara algo?— me pregunta preocupado—. Si me lo hubieras dicho, yo…

 

—   No, tomaste una buena decisión al no dejarme nada, bueno… el Iphone no me lo quitaste

 

—   Charlie me dijo que lo rompiste— Edward entrecierra los ojos. Lo miro avergonzada.

 

—   Bueno, sí, pero…

 

—   No te preocupes— sonríe—. Te compraré otro, cariño

 

Pongo los ojos en blanco mientras nos dirigimos hacia el auto. Edward me abre la puerta y yo entro. Después se quita la mochila y me la da.

 

—   Ponte el cinturón— me dice antes de cerrar la puerta. Dejo la mochila en el suelo y me pongo el cinturón moviéndome lo menos que puedo para no sentir dolor.

 

Edward se mete al auto y lo enciende.

 

—   Estoy emocionado— dice de repente con una enorme sonrisa. Su alegría le llega a los ojos y eso me hace sentir muy bien.

 

—   ¿Por qué estás emocionado?— le pregunto con una ceja arqueada.

 

—   Por vivir contigo— responde.

 

—   No creo que te guste tanto— me río.

 

—   Me encantará vivir contigo, te lo aseguro— me guiña un ojo y yo me ruborizo.

 

—   No, yo suelo roncar por las noches— le digo.

 

—   Bella— gruñe—. Yo ya he dormido contigo, no roncas

 

—   Bueno, pero soy insoportable— replico.

 

—   Insoportablemente hermosa, sí

 

Me pongo más colorada.

 

—   No soy hermosa— lo contradigo.

 

—   Lo eres solo que tú no lo ves

 

—   Edward, parezco un zombi, estoy llena de moretones en la cara y no dudo que los tenga también en el cuerpo…

 

—   Bueno, ahora mismo tienes un aspecto terrible— admite—. Pero igual sigues siendo muy hermosa

 

—   Cómo tú digas— suspiro y fijo mi vista al frente.

 

—   Después de que te recuperes iremos a ver departamentos, ¿te parece bien?— pregunta cuando se detiene en un semáforo. Me mira y alza una mano para acariciar mi rostro. Cierro los ojos ante el agradable contacto.

 

—   ¿Realmente quieres vivir conmigo?— cuestiono mientras abro los ojos. Edward me suelta ya que el semáforo se ha puesto en verde y pone en marcha el Mini Cooper.

 

—   Sí, lo deseo más que nada

 

—   Vaya…

 

—   ¿Te parece raro que quiera vivir con la mujer que amo? Yo lo veo como algo normal

 

Me quedo sin palabras… ¿Cómo puede ser normal para él eso? Bueno, tiene razón hasta cierto punto, es normal que dos personas que se aman quieran vivir juntos pero… nosotros no somos una pareja convencional. Él es un escritor, un abogado exitoso y empresario, yo… yo solo soy una camarera de un hotel que trabaja para sacar adelante a sus hermanos y ayudar económicamente a su padre. Edward carraspea haciendo que salga de mis pensamientos y me percato de que estamos en un estacionamiento.

 

—   ¿Aquí vive Peter?— inquiero.

 

—   Sí, en el tercer piso…

 

—   ¿Él está ahí?

 

—   No lo sé… — él se encoje de hombros.

 

—   ¿No le molestará que yo…?

 

—   Por supuesto que no— contesta Edward negando con la cabeza.

 

—   Pero es su departamento…

 

—   A Peter no le molesta, de hecho, a él no le gusta vivir solo

 

—   Oh…

 

—   Bueno, vamos…

 

Edward se baja del auto y después me abre. Toma la mochila antes de ayudarme a bajar. El ascensor se abre antes de que Edward pueda llamarlo y adentro vemos a una pareja besuqueándose. Cuando se separan y nos ven se ruborizan y salen rápidamente del ascensor. Edward y yo nos reímos cuando las puertas se cierran.

 

—   ¿Por qué no hacemos eso?— me propone Edward con una sonrisa pícara.

 

—   No— contesto a pesar de que muy en el fondo lo deseo—. No quiero que me toques

 

—   Bella…

 

—   Te advertí que no te gustaría vivir conmigo— le digo en tono burlón y luego le saco la lengua. Edward suspira frustrado y pulsa el botón del tercer piso.

 

—   No te preocupes, voy a seducirte— murmura. Yo no le contesto y me limito a esperar a que lleguemos al tercer piso.

 

Se abren las puertas y salimos a un pasillo largo y al final de este hay una puerta blanca. Edward saca unas llaves y abre. Entramos y nos dirigimos a la sala; yo comienzo a estudiar el lugar con la mirada. La habitación es de color crema con un sofá marrón en forma de L y una mesa de cristal verde frente a él, con un portarretrato en donde está una foto de Tanya y Peter abrazados. Debajo de la mesa se encuentra una alfombra de terciopelo marrón claro. En una esquina se encuentra una especie de mesón alto revestido de madera negra. Frente a esta hay unos bancos de color blanco y doy media vuelta para observar la pared en donde se encuentran tres cuadros que juntos forman el paisaje de una playa.

 

—   Es muy bonito el departamento— sonrío.

 

—   Sí— suspira él dejando mi mochila en el sofá. Luego me mira y se acerca. Yo sonrío con incomodidad.

 

—   Quiero darme un baño— murmuro.

 

—   Yo también, no pude bañarme porque me llamaron para decirme que te habías escapado

 

—   Déjame hacerlo a mi primero— le pido.

 

—   No debemos desperdiciar agua, Isabella— me regaña Edward.

 

—   No me voy a bañar contigo— replico

 

—   Oh, sí que lo harás

 

Bueno… ahora que lo pienso bien, no suena tan mal. Puedo castigarlo así, no dejándome tocar. Aunque no estoy muy segura de cómo voy a lograrlo decido arriesgarme.

 

—   Está bien— concedo—. Nos bañaremos juntos

 

Los ojos del escritor se oscurecen por el deseo. Oh, Edward, ni lo sueñes, pienso con diversión. Edward vuelve a tomar la mochila y se acerca de nuevo.

 

—   Ven, vamos a la habitación para que te desvistas— me dice él y me toma de la mano para llevarme a una habitación de color blanco con muy buena iluminación. Al fondo hay un gran ventanal cubierto por unas gruesas cortinas color naranja. En el medio de la habitación hay una cama matrimonial de dosel color perla. La cabecera está revestida de madera color negro; a cada lado de la cama hay una mesita con sus respectivas lámparas de noche. Arriba de la cabecera hay un cuadro de un paisaje hermoso. Al lado de la ventana se encuentra un escritorio negro con una laptop sobre ella y dos sillas con tapicería del mismo color que el edredón. Frente a la cama hay un gabetero de madera negra y justo encima del mismo hay una televisión plasma de aproximadamente cuarenta y dos pulgadas.

 

—   Me gusta— comento sonriendo. Edward pone la mochila en la cama y me devuelve la sonrisa.

 

—   Sí, también me gusta…

 

—   Es muy linda

 

Edward me toma por la cintura y me intenta besar pero yo volteo mi cara y el beso termina en la comisura de los labios. Me río y Edward emite un gruñido casi inaudible y me sonríe de forma sardónica.

 

—   Vamos a bañarnos, ¿quieres?

 

Asiento y nos dirigimos al baño el cual es increíble. Las paredes están revestidas con un papel tapiz color blanco con detalles en plateado. La cerámica del piso tiene un diseño a cuadros en color blanco con tonos grises. El inodoro que está casi frente a la puerta es de un color perla brillante; al lado de este hay un lavamanos del mismo color. Enfrente del lavabo hay dos escalones con azulejos de tonos plateados. Al final hay un mueble individual donde se encuentran varias toallas perfectamente dobladas y paños y frente a este hay una tina blanca de cerámica. Al fondo de la habitación y al lado de la tina se encuentra un mueble de madera oscura donde hay más toallas y paños. Este último mueble separa a la tina y a la ducha la cual es completamente de cristal y por lo tanto se puede ver libremente desde afuera o desde adentro. 

 

Comienzo a desvestirme con mucha cautela.

 

—   Déjame ayudarte, mi amor— dice Edward. Alzo los brazos y dejo que él me quite la camisa. Ahora estoy en ropa interior. Edward me examina detenidamente y frunce el ceño. Yo carraspeo para que detenga su escrutinio.

—   No me veas— le gruño.

 

—   Eres mía, yo puedo verte— contesta. Después suspira y comienza a quitarse la ropa. Yo me dirijo hacia la tina y abro la llave para no verlo y caer en la tentación. De repente se me ocurre una forma para provocarlo. Me levanto y me quito las bragas y las dejo en el piso y luego me quito el sostén. Me volteo y miro a Edward tratando de contenerme para no ir a violarlo. Está completamente desnudo y me mira con angustia.

 

—   ¿Qué demonios te hicieron?— pregunta horrorizado. Miro mi panza y está llena de cardenales. Hago una mueca.

 

—   Me golpearon, eso fue lo que pasó— respondo tratando de no darle importancia—. ¿Ves? No soy hermosa

 

Edward carraspea para atraer mi atención y lo observo señalando hacia abajo. Oh por Dios… se le ha parado. Eso es bueno, aunque… es una maldita tentación para mí. Tienes que aguantar, tienes que aguantar repito mentalmente.

 

—   Oh, mi amor, eso no te va a servir de nada— espeto y mi subconsciente me mira con los ojos entornados pero se abstiene de decir algo al respecto. No sabemos qué puede pasar a raíz de ese comentario.

 

—   ¿Ah no?— cuestiona Edward con una sonrisa socarrona. Avanza rápidamente hacia mí pero suspiro aliviada cuando toma las esencias y las sales de baño y las pone en el agua de la tina.

 

Esperamos un poco antes de meternos al agua. Edward se mete antes que yo y abre las piernas para que yo me siente allí. Él me ofrece su mano para ayudarme y me meto a la tina. Oh, el agua está riquísima.

 

—   Bella, te he extrañado demasiado— jadea Edward aferrándose a mí. Yo estoy a punto de dejarme llevar pero me pongo tensa.

 

—   Edward, solo nos vamos a bañar— le recuerdo—. Si sigues así voy a tener que salir

 

—   Isabella, por favor, no seas así— suplica—. Quiero hacerte el amor…

 

Intenta tocarme los senos pero le aparto las manos con brusquedad. Puedo sentir su erección en mi trasero y siento algo de lastima por él. No, no sientas lastima, se merece este castigo, me dice mi subconsciente adquiriendo la forma de Rosalie señalándome con un dedo.

 

—   ¡Bella!— protesta él y yo niego con la cabeza.

 

—   No, nada de eso, Cullen, usted está castigado

 

—   Hum… ¿Entonces puedo hacer algo para complacerte? Puedo tocarte donde quieras— pregunta ilusionado. Me muerdo los labios—. Oh, te muerdes los labios, lo sé… quieres eso

 

Me dejo de morder los labios y volteo un poco para observarlo.

 

—   No tengo ganas— resoplo y sueno muy convincente. He dicho las mismas palabras que dijo Edward cuando fui a su cuarto y me rechazó.

 

—   Yo sé que quieres, te conozco— susurra en mi oído haciéndome estremecer de pies a cabeza—. Mira cómo te pones, estás ansiosa

 

—   Me iré de aquí— lo amenazo con la voz entrecortada. Mierda, tengo que sacar fuerzas de donde sea para poder resistir.

 

—   No te irás, cielo… te amo, castígame de otra forma pero con esto no, te deseo como un loco…

 

—   Pues deséame como quieras, yo no tengo ganas de hacerlo y punto— le digo molesta. Joder, eso ha sido perfecto—. No es no, respeta mi decisión, además estoy lastimada

 

—   Cierto— masculla y luego suspira con resignación. He ganado aunque no me siento muy bien. Muy en el fondo quería sexo salvaje. Mi cuerpo entero lo necesita.

 

—   Que bien que lo comprendes— sonrío y vuelvo a mirar hacia el frente.

 

Después de eso ya no vuelve a intentar nada. Creo que le preocupa bastante que yo este lastimada. Solo se dedica a besar mis hombros de forma tierna y luego se inclina para tomar el gel de baño y una esponja. Me lava el cuerpo despacio, con adoración y yo me siento en las nubes.

—   Eres perfecta, nena—  musita. Yo me río suavemente y sigo disfrutando de esto. Cuando llega la hora de lavar mi parte intima le digo que lo haré yo. Edward intenta protestar pero lo hago callar con un gruñido. Me lavo rápidamente y seguimos bañándonos. Cuando salimos espero a que me dé una toalla pero lo que hace me deja totalmente sorprendida… me carga como si fuese un bebé.

 

—   ¿Qué haces?— pregunto respirando agitadamente.

 

—   Te llevare a la cama— me dice y comienza a avanzar. Le cuesta respirar al igual que a mí.

 

—   Sí, mojados— digo sarcástica.

 

—    Si, mojados— repite mientras sale del baño.

 

—    Bájame— exclamo y él me recuesta en la cama antes de colocarse arriba de mí con sus manos apoyadas en cama para sostenerse. Como él también esta mojado las gotas de agua caen en mi rostro

 

—    Déjame entrar en ti una vez, solo una — me suplica.

 

—    ¿Qué?, no...

 

—    Por favor—  me pide con voz temblorosa—. Una vez, solo entrare y saldré, lo prometo Suelto un gemido de excitación y frustración.

 

—   Una vez— acepto—. Una sola ¿de acuerdo?

 

—   Una sola— promete con voz solemne. Abro mis piernas y Edward sonríe—. Gracias, nena— me dice antes de penetrarme de forma lenta. Duele un poco porque estoy cerrada. Edward cierra los ojos y baja un poco, apoyándose con sus antebrazos ahora para que nuestros rostros queden a pocos centímetros uno del otro

 

—   Estoy dentro de ti—  susurra maravillado. En ese momento estoy convencida de que no será una sola estocada.

 

—   Si—  gimo.

 

—    ¿Lo hacemos?—me pregunta abriendo los ojos y sonríe de forma traviesa. Esa propuesta hace que pierda la poca cordura que me quedaba y lo beso con desesperación. Edward vuelve a embestirme de forma lenta pero intensa. Se siente delicioso. Edward muerde mi labio inferior y me devuelve el beso antes de moverse una y otra vez. Edward deja de besarme y me mira con intensidad— Te amo, eres mi vida- grita cuando deja de besarme.

 

—    Te... te amo—  tartamudeo y de golpe recuerdo que esto no está bien y dejo de moverme. Edward se detiene también y me mira confundido.

 

—    Se acabó, Edward— le digo seria.

 

—    Pero...

 

—   He dicho que se acabó... — Edward gime y junta su frente a la mía.

 

—    Déjame terminar—  me implora—. Quiero correrme junto a ti, yo sé que lo deseas al igual que yo...

 

—   No, si quieres correrte mastúrbate, ahora quítate de encima Edward niega con la cabeza pero se separa de mí y se levanta. Su miembro tiene un poco de sangre y yo suelto un grito ahogado. Edward hace una mueca al ver lo que yo estoy viendo pero no parece asqueado.

 

—    ¡Me vino el puto periodo!—  exclamo enojada y muy apenada. Me levanto con rapidez para evitar ensuciar el edredón.

 

—   Cálmate, no pasa nada—  se ríe Edward mientras me toma por los hombros. Yo estoy roja como un tomate por la vergüenza.

 

—    Es asqueroso— digo sollozando.

 

—    No lo es—  me asegura Edward—. Nada de ti me da asco

 

 Me aparto de Edward y tomo mi mochila. Estoy segura de que metí mis tampones aquí. Suelto un suspiro de alivio cuando veo la cajita. La saco, sintiéndome completamente agradecida conmigo misma por haber sido precavida. Me dirijo al baño a grandes zancadas y cierro la puerta con seguro. Edward no tarda en tocar.

 

—    Bella, déjame pasar, tengo frio, necesito lavarme y secarme

 

—    Espera, déjame ponerme el tampón

 

—    Ábreme, yo quiero ver eso - dice desesperado.

 

—    ¡Pervertido!—  grito escandalizada.

 

—    Contigo sí, quiero ver eso, vamos

 

—    No, Jodete…

 

 Abro la caja y saco uno de los tampones y me lo pongo rápidamente. Camino hacia la puerta y le abro a Edward quien me mira decepcionado.

 

—   Te lo pusiste ya ¿verdad? —  me pregunta y yo asiento—. Maldita sea...

 

—   Pervertido de mierda— mascullo y él solo pone los ojos en blanco. Entra al baño y va a la ducha a lavarse. Mientras tanto yo tomo una toalla del pequeño mueble y me seco. Cuando me inclino para secarme el cabello Edward emite un silbido adentro de la ducha.

 

—    Que buena vista tengo—se ríe y yo me levanto para mirarlo enfadada.

 

—    Será mejor que me vista afuera— gruño antes de salir del baño. Me seco rápidamente y me cambio. He traído un cambio de ropa y mi pijama. Me pongo lo último ya que supongo que debo descansar. Compruebo con alivio que el edredón no se ha manchado de sangre, solo está algo mojado.

 

—   Joder, ya te vestiste- reniega Edward cuando me ve. Él por fortuna se ha puesto un albornoz blanco. Si solo tuviese una toalla perdería la cordura otra vez.

 

—   Si, ya lo hice ¿Por qué?

 

—    No nada, mmm... ¿quieres comer algo, cariño?...

 

—    Si- respondo.

 

—   Te voy a preparar algo ¿de acuerdo? Tú acuéstate...

 

—    Está bien— le sonrío y el sale de la habitación. Yo me recuesto en la cama y veo que el control de la tele está en la mesita de noche. Lo tomo y enciendo la televisión. Está True Blood, una serie de vampiros y seres sobrenaturales.

 

—   Estos vampiros son geniales— digo bostezando. Cierro los ojos y de pronto ya no estoy en la habitación, estoy en aquella ciudad desconocida. Mi pesadilla ha comenzado. Corro como si algo me estuviese persiguiendo y me detengo en un parque lleno de parejas, niños y mujeres embarazadas. De repente la fría voz de Edward me llama y como siempre volteo a verlo. Luce insoportablemente hermoso.

 

—    Me voy, Bella... tú no me importas, jamás llegaremos a esto- con la cabeza señala a una familia

 

—    Yo te amo, Edward— replico—. Tú también lo amas, me lo demuestras siempre

 

—    Solo lo hacía para acostarme contigo — se carcajea—. Tú solo eres una aventura, una zorra que se entregó a mi rápidamente, eras mi objeto sexual pero ya me aburrí y por eso me voy

 

—    ¡No!—  bramo y me acerco a él. Me arrodillo y me abrazo a sus piernas con todas mis fuerzas.

 

—   Suéltame

 

—   No, Edward... por favor no me dejes—sollozo.

 

—   ¡Me tienes harto!— exclama Edward antes de patearme lo cual me hace caer de nalgas al suelo. Después me jala el cabello y a continuación comienza a golpearme.

 

—   ¡Detente!— grito—. No me pegues, no, Edward, por favor no Edward se detiene y me deja tirada en la banqueta. Luego llega una chica pelirroja y Edward y ella se besuquean. Yo profiero un grito desgarrador y me despierto. Edward me abraza con mucha fuerza.

 

—   Bella, amor, ¿qué te pasa? — cuestiona histérico. Yo aún estoy asustada por el sueño y pataleo y muevo los brazos.

 

—   Suéltame, no me pegues...— sollozo. Edward me suelta un poco y toma mi rostro entre sus manos.

 

—   Escúchame, cielo, jamás te golpearía, te amo ¿lo entiendes?—  asiento y me abrazo a él llorando desconsoladamente.

 

—    Nena ¿qué te ocurre?— me pregunta con la voz rota.

 

—   Fue una pesadilla— contesto entre sollozos—. No te preocupes

 

—   Si me preocupo, ¿por qué sueñas eso?

 

—   No lo sé, desde que te fuiste tengo ese tipo de pesadillas— confieso y los ojos de Edward se llenan de lágrimas.

 

—    Bella, no me digas eso...

 

—    No me dejes de nuevo— imploro.

 

—    Nunca, mi amor, nunca te volveré a dejar... soy tuyo y nunca me iré de tu lado, te lo juro

 

Me besa la frente y me vuelve a abrazar. Él está sentado en la orilla de la cama y yo me muevo un poco para darle más espacio.

 

—   Gracias—  dice acomodándose. Yo paso un brazo por su torso para abrazarlo y recuesto mi cabeza en su pecho.

 

—   Te amo, Edward—  susurro.

 

—   Oh, nena, yo más—  responde yo alzo la cara para mirarlo—. Eres lo más importante para mí, y quiero que sepas que jamás te lastimaré de nuevo... créeme por favor

 

—   Te creo—  le digo totalmente convencida. Edward sonríe mostrando todos sus hermosos dientes. Alzo mi brazo y coloco mi dedo encima de sus labios—. Amo tu sonrisa— susurro y él suelta una risita y me muerde el dedo pero sin llegar a lastimarme. Ambos reímos y yo bajo mi brazo para volver a abrazarlo.

 

—   Yo lo amo todo de ti— dice y yo me sonrojo.

 

—   No creo que ames mis gritos a mitad de la noche— respondo con amargura. Edward me mira afligido.

 

—   Ya no quiero que te pase esto, mi amor, ¿qué podemos hacer?

 

—   Creo que tendrás que dormir abrazado a mí—  sonrío—. No te queda otra opción

 

—   Tienes razón, ambos necesitamos dormir muy abrazados— asiente fingiendo seriedad. Me echo a reír—. Ya tengo tu comida lista, bebé— me dice—. Ahora mismo te la traigo

 

—   No te vayas— hago un mohín. Edward me mira preocupado.

 

—   Nena, no me iré a ningún lado, solo voy por tu comida

 

—   ¿Qué me has preparado?— le pregunto. Ahora que lo pienso tengo hambre.

 

—   Un sándwich— contesta avergonzado—. Lo siento, pero es que Peter no tiene muchas cosas en la cocina— suspira.

 

—   No te preocupes- respondo riéndome. Edward hace un puchero—. Hey, no me estoy burlando de ti

 

—   Eso espero

 

—   Ve por el sándwich, tengo hambre— gruño y él se levanta con cuidado para no lastimarme.

 

—   Ahora vuelvo, cielo— me vuelve a besar la frente antes de irse rápidamente. Después de unos cuantos segundos llega con una bandeja. El sándwich se ve delicioso y tiene lechuga, tomate, mayonesa, jamón y queso amarillo. Justo como me gusta. También hay un vaso de Coca- Cola.

 

—   Peter tenía muy pocas cosas en la cocina ¿eh?— me burlo y Edward se encoge de hombros.

 

—   Solo tiene para preparar sándwiches, tiene cereal, leche y Coca-Cola, eso me parece poco...— frunce el ceño. Yo tomo el sándwich entre mis manos y le doy una mordida mientras Edward se sienta a mi lado.

 

—   Esto es delicioso— digo con la boca llena sin importarme un carajo lo que piense Edward. Creo que tenía más hambre de lo que pensaba. Doy otro bocado y mastico rápidamente y trago.

 

—   Hey, Bella, te vas a ahogar—  me riñe Edward y me tiende el vaso de Coca- Cola. Lo tomo y doy un sorbo. Cuando me termino el sándwich Edward me está mirando con mucha ternura.

 

—    ¿Qué ocurre?—  cuestiono confundida.

 

—    Te ves tan linda comiendo desesperadamente— se ríe—. Ya veo que mi regreso te ha devuelto las ganas de comer

 

—    Si- admito con una media sonrisa.

 

—    ¿Por qué te pusiste tan mal?— pregunta dolido—. No me lo merezco... no merecías sufrir de esa forma

 

—   Me puse así porque te amaba y te necesitaba—  respondo triste.

 

—    Nunca me voy a poder perdonar el haberte abandonado—dice con histeria—. Te hice sufrir demasiado, yo también sufrí como no tienes una idea... cada noche lloraba por nuestra separación, la culpa me estaba matando, todos los días llamaba para preguntar por ti y no me puse peor porque sabía o más bien me hicieron creer que estabas bien... pero de haberlo sabido te juro que me habría puesto peor que tú y habría regresado a pedirte perdón de rodillas...

 

—   Por favor no sigas con esto— lo interrumpo—. Dejemos este tema, por favor

 

—   No, Bella... tienes que saberlo, me siento un miserable por haber huido... yo descubrí que te amaba y me espanté... creí que si ponía tierra de por medio te olvidaría y que tu también lo harías y me fui como el cobarde que soy... pero al estar lejos descubrí que no podría olvidarme de ti, muchas mujeres se me insinuaron pero nunca les hice caso, solo podía desear a mi hermosa camarera y lo único que me produjo placer todo este tiempo fueron mis maravillosos recuerdos y algo que dejaste olvidado en el baño aquella noche

 

Abro los ojos como platos ya que recuerdo perfectamente lo que no me pude poner: mis bragas. Me ruborizo.

 

—    ¿Dónde están mis bragas?— le pregunto y Edward suelta una carcajada.

 

—    No te las daré, son mías ahora

 

—   Eres un pervertido—  digo entre dientes.

 

—    Contigo, nada más

 

—   Eso espero— contesto con seriedad. Edward se levanta y recoge la bandeja y se la lleva. Cuando regresa, le pregunto por Peter.

 

—   Oh, está con Tanya— responde—. Con esto de su hijo se han vuelto locos y ya planean vivir juntos

 

—    ¿De verdad?— pregunto alegre.

 

—   Sí—dice antes de sentarse conmigo y abrazarme.

 

—   Quiero ver a mis hermanos— suspiro.

 

—   Los verás, preciosa, en un rato van a venir a visitarte

 

—   ¿En serio?— pregunto con emoción

 

—   Sí, le he  dado a Charlie la dirección de este departamento y van a venir en un rato

 

—   Muero por verlos— sonrío.

 

—   Los amas mucho ¿verdad?— pregunta.

 

—   Más que a mi vida— le digo.

 

—   ¿Sabes? Pienso que serás una excelente madre…

 

—   Todavía no…— hago un puchero.

 

—   Lo sé— dice hundiendo su rostro en mi cabello mojado. Después vuelve a mirarme—. Cuando te recuperes te llevaré con una ginecóloga para que comiences a cuidarte…

 

—   Mi madre solía decir que eran mejor los ginecólogos...

 

—   Ni loco dejaré que un hombre te toque— gruñe y me abraza más fuerte.

 

—   Pero solo es un médico

 

—   No me importa...

 

—   Está bien, iremos con una doctora— me río.

 

—   Eso está bien

 

—   ¿Y si la doctora es lesbiana?— cuestiono riéndome. Edward aprieta la mandíbula.

                                                             

—   Si me entero de eso, la mato… no me importa si es hombre o mujer, tú eres mía… nadie puede desearte más que yo

 

—   Eres un celoso— le saco la lengua.

 

—   Celoso con lo que es de mi propiedad

 

—   Si yo soy tuya, tú eres mío, ¿verdad?

 

—   Soy completamente tuyo, Isabella, para siempre— responde con su hermosa sonrisa torcida.

 

 

 ____________________________________________________

 

 

 

Hola mis hermosas camareras. Espero que les guste este capítulo y que no me quieran asesinar con bates y zapatos por mi bromaaa… el próximo capítulo será más (+18) así que no me hago responsable si se corrompe su inocencia jajaja ok no… ahora no subí adelanto porque pasó un milagro y pude terminar el capítulo JAJAJA. Una vez más, perdón por la broma jajajajaja XD

 

 

gloriacullen: HOLAAAA!!! Como tú dices que bueno que Bells le hizo caso a Rosalie xD así ese “canalla” va a sufrir (jajajaj gracias a ti recuerdo insultos que tenía olvidados :D)   espero que no te decepcione la escena +18 que les puse allí jjijij. Bella casi se deja llevar pero detuvo todo antes de que alguno de los dos se… “orgasmeara” jajajaja. Y sobre Alec uff tengo unas cuantas ideas para él y su hermana. Van a seguir apareciendo solo que un personaje va a ser maldades y otro ayudará jajaja. Espero que te guste el capítulo y la reacción de Ed jajaja, plisss que no te de un ataque cardiaco, tu corazón debe resistir, faltan máaas cosas aun jhajaja. Muchas gracias por leerme y siempre dejar tu comentario, te cuidas mucho tú también y te me vas por la sombritaaa eh? Jajajaja.

 

Pequeña_vampiro_97: Holaaa peque!! Jajaja que bueno que no tienes registrado ese nombre *Soy muy joven para ir a prisión D: * jajaja sii, sería buena idea mandarte a Ed y que te ayude con tu hermoso negocio. Ambos títulos me gustaron y no sabía por cual decidirme así que los mezcle jajaja “Camareras armadas y peligrosas ¬¬* jajaja ok no. Que bueno que te gustara el capítulo y que Bella haya hecho sufrir a Edward. En este cap estuvo a punto de ceder, pero le hizo algo peor que no dejarse tocar jajajaja, lo dejo con las ganas XDDDD.  Y sobre la reacción de Ed, bah… <<todavía>> no hay motivo para pegarle a Alec jajajaj. Los bates o las palas las vamos a reservar para una parte de la historia que mi maquiavélica mente está pensando MUAJAJAJAJA.  Bueno, mi querida amiga socia de la maldad (jsjajaja mi ídolo sin duda alguna eres tú jajajaja) muchas gracias por seguir aquí leyendo mi loca historia xD

 

gatablack: jajajaja, sí, tienes los ojos azules, mi querida Amparo… eres hermanita de Alec. E alegra muchisimo que te haya gustado el capítulo. No te preocupes por lo de los Blogs, tu personaje será experta en eso jajaja. Bah… no suena mal que te haya gustado pegarle a Ed, se lo merece el cabrón ¬¬  jajaja hum… hubo un tiempo en el que yo fui más TEAM Jacob jaja *cuando leí luna nueva u.u * pero bueno, escribo más de Ed y de Bella porque me gusta la parejita jijiji aunque bueno, creo que te gustará un Fanfic que está en la página de actualizados donde sospecho que Bella se quedará con Jacob D: o tal vez ya lo leas, no lo sé jajaja. Ah por cierto, una vez escribí un OS de Alec y Bella jajaja Ed vale madre en ese OS L se llama “la promesa” lo hice con otro usuario xD. Si quieres pasarte a leerlo lo puedes hacer, pero no hay presión, lo más probable es que lo odies jajaja. Bueno bueno, volviendo al tema de Eddy, no le darás cachetadas, no te preocupes, quizá nalgadas jajaja. En el próximo capítulo se las querrás ponchar ya que habrá Sex hardcord jajajaj ntc, habrá mucho lemmon (o creo que así se llama ¿sabes? Con trabajo sé lo que es un POV jajajaj, la verdad esos términos de fanfics están raros u.u ) Bella te agradece esos aplausos jajaja, la verdad también a mí me gustó su actitud xD. Es cierto, no es fácil resistirse a los encantos de ese hombre… AHHH *suspira como chiquilla enamorada* jajaja upsss… te gusta el hermanito que te he puesto jajaja, no quería poner incesto, pero bueno… jajaja no te creas, bah… al final vas a quedar con alguien lindo tanto que tu ex vendrá corriendo a tratar de recuperarte pero sabes que? Yo le voy a decir nuestro lema QUE SE JODA...jaja muchas gracias por apoyarme y por decir que mi. lectoras tienen buen. GustO *se sonroja furiosamente* muchas gracias por dejarme incluirte en la historia ( y por no demandarme jajaaja) 

 

BUENO HERMOSAS CAMARERAS, ESPERO QUE DISFRUTEN EL CAPÍTULO. EN ESTE CAPÍTULO ALGUNAS DE USTEDES NO ME DEJARON SU COMENTARIO PERO BUENO, NO SIEMPRE ES POSIBLE COMENTAR LAS  HISTORIAS Y YO SÉ QUE SIGUEN AQUÍ. ESPERO QUE LES GUSTE EL CAPÍTULO Y QUE NO ME QUIERAN MATAR POR MI BROMITA… YA ME CONOCEN, SOY BIEN SIMPLE XD. BESOS Y ABRAZOS PARA TODAS !!!!

Capítulo 16: Lección Capítulo 18: No molestar

 
14439076 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios