La camarera (+18)

Autor: Sasha_amane
Género: + 18
Fecha Creación: 22/05/2014
Fecha Actualización: 06/06/2015
Finalizado: NO
Votos: 26
Comentarios: 173
Visitas: 78110
Capítulos: 26

Isabella una camarera honrada y trabajadora del hotel Vulturi que lucha por sacar adelante a sus hermanos, se encontrará con su escritor favorito, el atractivo Edward Cullen, autor de exitosas novelas de romance, cuando este haga una conferencia de prensa en el hotel para promocionar su más reciente libro.

 

Lo que ella no sabe es que Cullen ve en ella todo lo que quiere y no perderá la oportunidad de poseerla por completo. La estadía de Cullen en aquel hotel dura diez días en los cuales ambos disfrutan de una aventura pasional.

 

Cuando llega la hora de que Edward parta, Isabella queda desolada pero lo que ella no se imagina es que sus caminos se van a volver a cruzar, o que más bien... Edward no la dejará ir.  Isabella es suya para siempre. 

___________________________________________________________________

 

Hola :) este es mi primer fan fic y espero que les guste. Me siento feliz de poder publicar mi novela aquí después de mucho pensarlo. Muchisimas gracias a Keit, mi amiga, que me ha ayudado con la portada y el prefacio. 

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 18: No molestar

Mis capítulos están dedicados a ustedes, ya lo saben pero esta vez, el capítulo es para Keit mi editora porque no se ha sentido muy bien y además yo le dije que este sería su capítulo jajaja. Tú ya sabes porque Keit, jajaja. 

_________________________________________________

Capítulo 18: No molestar

 

POV Bella:

 

Han pasado ya dos semanas desde que salí del hospital (o más bien, desde que me escapé) y ya me encuentro recuperada. Edward todo este tiempo ha sido el hombre más tierno y atento del mundo. Me tiene demasiado mimada pero aun así, he seguido castigándolo y no he dejado que me toque ni me lleve al trabajo. Cada mañana me escapo del departamento en donde vivimos desde hace tres días y que es simplemente hermoso. La primera vez que me escapé Edward casi se vuelve loco.

Abrí los ojos y vi en el despertador que eran las cinco cincuenta de la mañana. Tenía que ir a trabajar. Aro estaba enterado de lo que me había pasado y me dio unos cuantos días de descanso, pero ya no quería abusar así que iría al trabajo. Edward había dicho la noche anterior que no iba a permitir que yo trabajara pero al diablo con eso. Yo iba a seguir trabajando y punto. Me levanté con cuidado de no despertar a Edward quien me abrazaba posesivamente. Casi me da un infarto cuando oí que murmuró mi nombre seguido de un “te amo” y continuó durmiendo. Juro que en ese momento casi me derrito pero no debía perder tiempo y fui a vestirme. Me puse mi ropa vieja ya que la nueva era demasiado elegante y a la moda como para ir al trabajo. Alice y Rosalie (a petición de Edward, claro y también porque ellas querían) me llenaron el clóset de ropa nueva. Una sola prenda costaba más de lo que yo ganaba en seis meses e intenté convencer a Edward de que no me comprara nada pero él me salió con la frase “tú te mereces lo mejor” Bah… yo solo quiero que me ame, no necesito tener tanta ropa, la que tengo está bien ¿O no?. O quizá es de esos hombres que necesita tener una mujer a su altura y le avergonzaría que yo usara mi humilde ropa cuando esté con él en público, si es así, mejor lo terminaré o me gastaré todo el dinero de la tarjeta que me dio como venganza. Una vez vestida caminé hacia la mesita de noche, tratando de no tropezar con ningún mueble y arruinar todo mi plan de huida. Tomé mi nuevo celular (otro Iphone) y lo guardé en el bolsillo trasero del pantalón. Después de eso me dirigí hacia la puerta la cual abrí con mucho cuidado. Después bajé las escaleras y cuando estaba a punto de abrir la puerta de entrada…

 

—   ¡Bella!— escucho gritar a Edward—. Bella, ¿dónde estás?

 

Escuché que salió de la habitación y yo salí rápido del departamento y me subí al elevador. Los segundos me parecieron interminables mientras bajaba hacia la planta baja. Logré llegar al trabajo pero Edward me siguió y me armó un escándalo que hizo enfadar a Aro y alteró a varios huéspedes. Mis compañeras del trabajo me miran mucho desde entonces, me preguntan desde cuando salgo con él y cosas parecidas. Estoy harta… harta de ser tan popular por ser novia de Edward. Y para colmo ya no estaba Tanya para defenderme porque dejó de trabajar debido a su embarazo.

 

Estoy furiosa con Edward y por eso no dejo que me toque y me sigo escapando. Hoy también lo haré. Son las cinco y media… me voy a ir antes. Cuando me incorporo me doy cuenta de que Edward no está en la cama. De repente se enciende la luz haciendo que parpadee muchas veces. Mi novio está junto al apagador y me mira furioso.

 

—   Ni pienses que te vas a volver a escapar— me dice acercándose. Yo suspiro con frustración.

 

—   Tengo que ir a trabajar— protesto.

 

—   No, eres mi mujer, no tienes necesidad de trabajar— replica.

 

—   Eres un machista, claro que tengo necesidad de trabajar

 

—   Bella, antes trabajabas para salir adelante, ahora eres mi mujer y yo te puedo dar todo…

 

—   Pero yo quiero trabajar…

 

—   Si quieres trabajar te puedo dar un puesto en mi empresa— gruñe. Edward a partir del lunes comenzará a trabajar en la agencia de modelaje de la que él es dueño y que manejará junto con Peter.

 

—   No, gracias, prefiero mi trabajo— respondo—. Además no tengo una carrera

 

—   ¿Y si la estudias?— pregunta.

 

—   ¿Qué cosa?

 

—   Podría pagarte la universidad— sonríe y se sienta en el borde de la cama.

 

—   No, ni lo pienses— me cruzo de brazos.

 

—   ¿Por qué no?

 

—   Porque debe ser muy cara

 

Edward pone los ojos en blanco.

 

—   Bella, te recuerdo que yo puedo pagar eso y más, no te preocupes por el maldito dinero— me regaña.

 

—   Edward, no es el dinero, es que… no deberías hacer todo esto por mí

 

—   Nena, eres mi mujer… yo quiero darte todo, por favor acéptalo

 

—   Ed…

 

—   No digas nada, ahora vuelve a dormir, por la tarde iré con Aro a decirle que ya no trabajarás más en el hotel

 

—   ¿Qué? No puedes hacer eso…— grito.

 

—   Claro que puedo… vas a estudiar la universidad, está decidido

 

Me dejo caer dramáticamente en la cama y miro el techo. Edward va y apaga la luz y regresa conmigo. Me intenta abrazar pero me doy vuelta y le doy la espalda.

 

—   Bella, yo solo quiero…— me intenta decir pero lo corto

 

—   Cállate, me voy a dormir

 

—   Está bien— Edward suspira pesadamente y al poco tiempo yo me quedo dormida. Cuando despierto la habitación ya está iluminada. Edward está aferrado a mí como si su vida dependiera de ello. Sonrío como estúpida y después de unos segundos mi estómago gruñe, exigiendo el desayuno. Me intento levantar pero Edward me abraza más haciendo que se me dificulte la respiración.

 

—   Edward... no puedo respirar— me quejo y Edward se despierta de forma brusca y me suelta.

 

—   ¿A dónde ibas?— cuestiona adormilado.

 

—   Quiero comer algo— respondo—. Vuelve a dormir…

 

—   No, yo te preparo el desayuno, amor…

 

—   No es necesario…

 

Edward se levanta y me sonríe.

 

—   Vamos a la cocina a desayunar— me dice tendiéndome una mano. Yo la tomo y con mis rodillas avanzo hacia él. Edward deposita un casto beso en mis labios y yo rodeo su cuello con mis brazos—. Te amo— susurra mirándome a los ojos.

 

—   Yo te amo más— respondo.

 

—   Imposible— murmura antes de besarme de nuevo. Noto que Edward se está excitando y decido apartarme.

 

—   No— le digo riéndome.

 

—   Bella— protesta con voz ronca—. No me has dejado tocarte ¿hasta cuándo vas a seguir castigándome?

 

—   Hum… debemos desayunar— respondo simplemente y me bajo de la cama. Edward solo suspira con tristeza mientras bajamos las escaleras y nos dirigimos a la cocina.

 

Edward prepara un omelette de jamón y queso que me devoro. Estaba delicioso.

 

—   Cocinas exquisito— le digo a Edward antes de tomar jugo de naranja que yo he preparado.

 

—   No soy un inútil— se ríe—. ¿Ya me crees?

 

—   Ya te creo— contesto riéndome también.

 

—   Bella… hoy quiero ir a conocer la empresa donde voy a trabajar, ¿me acompañarías?— me pregunta.

 

—   Sí, claro— frunzo el ceño—. ¿Tengo que vestirme bien?

 

Edward suelta una carcajada.

 

—   Usa lo que quieras, mi vida...

 

—   Está bien, pero si me veo horrible, no te quejes…

 

Un rato más tarde estoy en el clóset decidiendo qué diablos me voy a poner. Termino eligiendo un pantalón de mezclilla entubado, una sudadera gris y unos converse negros. No tengo ganas de arreglarme y quizá eso no sea lo más apropiado pero me gusta así. Edward sale del baño con una toalla alrededor de la cintura. Casi suelto un jadeo al verlo. Mi novio es el tipo más jodidamente sexy que he visto en la vida. Lo deseo y no entiendo cómo es que he podido resistirme a sus encantos.

Edward me sonríe coqueto antes de pasarme por un lado y entrar en el clóset. Yo me dirijo hacia la cama en donde me siento y lo espero. Cuando sale lo miro con los ojos entrecerrados. Se ve guapísimo con su traje pero no me había dicho a mí que me tenía que vestir bien.

—   ¿Por qué no me dijiste qué…?— comienzo a reclamar pero Edward me interrumpe.

 

—   Bella, tú no necesitas ir arreglada, yo sí porque me voy a ver a la persona que se ha estado encargando de la agencia y tendremos una reunión

 

—   ¿Peter también estará ahí? Lo pregunto porque me dijiste que…

 

—   Sí, también estará allí— dice serio—. ¿Por qué?

 

—   Por nada, espero que lleve a Tanya— sonrío.

 

—   Créeme que sería una buena idea, así no te quedas sola mientras entro a la reunión, lo llamaré y le preguntaré

 

—   Sí— asiento de forma entusiasta.

 

Edward camina hacia la mesita de noche en donde está su celular y le marca a Peter. Cuando cuelga me dice que Tanya si irá.

 

—   Genial— digo en voz baja y Edward se acerca a mí.

 

—   Que hermosa eres— susurra tomando mi rostro entre mis manos. Yo comienzo a respirar con dificultad y se me acelera el corazón. No puedo evitarlo.

 

—   No… no es cierto

 

—   Lo eres, y por eso me enamoré de ti

 

—   ¿Por el físico?— intento sonar  burlona pero no sé si lo logré.  

 

—   No, por todo, me gusta todo lo que eres…

 

—   ¿A qué hora debes estar allá?— le pregunto para cambiar el tema.

 

—   A las diez, ahora son…— alza su muñeca izquierda y mira su lujoso reloj—. Las nueve quince… tenemos tiempo de sobra, la agencia está cerca, podemos ir a hacer un recorrido por las instalaciones

 

—   Me parece bien— sonrío.

 

—   O quizá pueda hacer un recorrido rápido por aquí— dice apretándome el trasero con sus dos manos. Le gruño aunque en el fondo eso me encantó.

 

—   Mejor vámonos, Edward

 

—   No…— hace un puchero pero doy media vuelta y camino hacia la puerta—. Está bien, vámonos— resopla.

 

Mientras nos dirigimos hacia la agencia decido que ya es hora de levantarle el castigo.

 

—   Edward— lo llamo cuando nos detenemos en un semáforo.

 

—   ¿Qué pasa, Bella?— responde mirándome con una sonrisa muy tierna.

 

—   Voy a levantarte el castigo— susurro y él frunce el ceño confundido.

 

—   ¿Qué dijiste?

 

—   Que voy a levantarte el castigo, dejaré que me vuelvas a tocar cuando regresemos— respondo—. Bueno, sí es que estás libre después de la reunión

 

—   ¡¿Es en serio?!— exclama—. Bella, puedo mandar al diablo la reunión y…

 

—   No... irás a esa reunión, si no, no dejaré que me toques— le advierto.

 

—   Bella, entonces no debiste decirme— reniega—. Estaré ansioso todo el tiempo

 

Le saco la lengua y luego me río.

 

—   Sufre…

 

Después de unos segundos el semáforo se pone en verde y Edward avanza. En menos de cinco minutos llegamos a la agencia. Edward deja estacionado su auto cerca de la entrada del enorme edificio blanco de tres plantas. Arriba tiene unas letras que dicen EC & PCO

 

—   Es muy lindo el lugar— comento mientras Edward me ayuda a bajar del auto.

 

—   Gracias— responde él riéndose—. Pero dudo que sea más lindo de lo que va a pasar en el departamento

 

 

Me ruborizo.

—   Cállate— mascullo al ver que un señor mayor se nos queda viendo extrañado al pasar.

 

—   Está bien— se ríe Edward y cierra la puerta del carro el cual es un flamante Mustang rojo el cual compró hace dos días. La verdad es que me gustaría tener uno igual pero no me atrevo a decírselo a Edward ya que éste me lo comprará de inmediato o quizá no, pero no pienso arriesgarme. Ya una vez me compró un auto, podría volver a hacerlo.

 

Edward me toma de la mano y nos dirigimos hacia las puertas eléctricas de la entrada. Cuando nos acercamos se abren de inmediato y yo miro hacia todas las direcciones. La recepción es de paredes de color crema y una sala con sillones blancos de cuero. En el mostrador está una guapa recepcionista quien nos sonríe y se acerca a nosotros.

 

—   Usted es el señor Cullen ¿no es así?— pregunta.

 

—   Sí— contesta Edward con una sonrisa educada.

 

—   Ha llegado muy temprano— comenta la recepcionista—. Mi nombre es Elimar, soy la recepcionista… encantada de conocerlos

 

Extiende su mano hacia mí y ambas estrechamos las manos a modo de presentación.

 

—   Tú debes ser la novia ¿verdad?— cuestiona en tono algo pícaro. Su sonrisa es muy linda y me cae bien de inmediato—. Vi la conferencia de prensa, señor

 

—   Sí, ella es mi novia, Isabella Swan— dice Edward ampliando su sonrisa mientras estrecha su mano con Elimar. 

 

—   Mucho gusto— murmuro con las mejillas encendidas.

 

—   El señor Torres aun no llega señor Cullen— anuncia la recepcionista con tono avergonzado—. Pero si quiere puede esperar aquí en la recepción y les traigo un café o si gusta puede ir a hacer un recorrido por las instalaciones

 

—   La segunda opción me parece mucho mejor— responde Edward.

 

—   Muy bien, entonces suban y recorran todas las instalaciones, espero que todo sea del agrado de ambos— nos dice ella con cortesía.

 

—   Muchas gracias— decimos Edward y yo al mismo tiempo antes de dirigirnos hacia el ascensor.

 

En el segundo piso están los vestidores, las pasarelas, una sala para maquillar a las modelos (las cuales son extremadamente guapas pero Edward no parece tomarlas mucho en cuenta a pesar de que esas zorras se lo comen con la mirada y me miran con desdén). Finjo que no me doy cuenta y me limito a disfrutar del recorrido por las hermosas instalaciones. Las paredes son de color menta y en los pasillos hay candelabros; en las paredes hay posters de las modelos estrella. Cuando vamos a la pasarela de nuevo me quedo boquiabierta. Todas las modelos están vestidas de camareras. Edward las mira y sonríe. Detesto a Edward en este momento porque no las deja de mirar. Ninguna de ellas nos ha visto ya que nos encontramos en el umbral de la puerta y ellas están haciendo lo suyo. De pronto me entran unas ganas horribles de ir al baño.

 

—   Quiero ir al baño— le digo a Edward. Mi novio me mira con ternura.

 

—   Hay un baño al final del pasillo— responde señalando una puerta negra—. Vamos…

 

—   No, yo voy sola— digo fríamente. Estoy celosa, muy muy celosa y dudo mucho que me deje tocar cuando lleguemos al departamento. Quizá le tiré toda mi nueva colección de zapatos en la cabeza.

 

—   Está bien, cariño— se ríe y yo me dirijo al baño con paso apresurado. Me meto en uno de los cubículos y me bajo el pantalón. Hago mis necesidades y salgo para lavarme las manos.

 

—   No temas, Isabella, Edward solo te ama a ti— le digo a mi reflejo. En mis ojos puedo ver la inquietud y que no me estoy creyendo nada de lo que me dije. Edward no dejaba de mirar a las modelos, le atraen. No sé por qué está conmigo si puede tener a la mujer que quiera. Dejo escapar un débil sollozo. Estos celos van a acabar conmigo—. No puedes dudar de Edward, él te ama a ti— vuelvo a hablarme. Joder, creo que estoy loca. Niego con la cabeza y me alejo del espejo. Luego, me dirijo hacia la puerta y la abro para salir.

 

Voy mirando el piso pero un gemido fuerte me hace levantar la vista. Una modelo que está vestida de camarera y Edward se están besando. La chica está rodeando a “mi” novio con las piernas y él la sostiene por la cintura, intentando alejarla. Quiero echarme a llorar, gritar, hacer un escándalo pero todo lo que hago es aplaudir lentamente haciendo que los dos tórtolos se separen.

 

—   ¡Quítate!— le grita Edward y luego me mira.

 

—   Que hermoso espectáculo, Edward— le digo tranquila. Mierda, yo quiero gritar, ¿qué mierda me pasa?—. Te dejo solo cinco minutos y ya estás engañándome… ¿Y quieres que crea que no estuviste con nadie más el mes y medio que estuviste en Londres?

 

—   Bella, mi amor, yo no…

 

—   No me digas mi amor— lo corto. Mis palabras suenan frías, cortantes, carentes de sentimiento aunque la verdad es que me estoy muriendo de rabia, de desilusión—. Tú y yo terminamos, eres una porquería, Cullen

 

Doy media vuelta y echo a andar con paso firme. Edward no tarda en tomarme del brazo y hacerme girar.

 

—   Por favor, Bella, escúchame, ella se me echó encima y yo intentaba alejarla

 

—   Dile la verdad, Eddy— interviene la modelo (que es de cabello oscuro como yo pero increíblemente guapa) con voz chillona—. Aun me quieres

 

—   ¡Tú cállate!— brama Edward volteando a verla—. Estás despedida, estúpida perra y hay de ti que te vuelvas a aparecer en esta agencia porque si no te mato, ¿me entiendes?

 

La modelo (que está vestida de una camarera puta) lo mira con horror y con lágrimas en los ojos.

 

—   Suéltame, amenazándola no vas a conseguir que te perdone por eso— le digo con voz temblorosa. Mi pulso está tan acelerado que mi pecho duele. También tengo revuelto el estómago por lo que presencié.

 

—   Isabella, por favor, mírame— me suplica Edward—. Yo te amo a ti, eres la única a la que deseo, jamás te traicionaría

 

—   ¡Yo no nací ayer, Edward!— le grito y me logro soltar de su agarre. Me intenta volver a tomar del brazo pero lo esquivo—. Te estabas besuqueando con esta— señalo a la modelo que de inmediato entra a la habitación donde está la pasarela. Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas al fin.

 

—   No, mi amor, no… tienes que creerme— dice Edward a punto de llorar también—. Te amo, nena

 

—   Y yo a ti, pero…esto se acabó, no puedo soportar como te besas con otras

 

—   Bella, por favor, no me digas que estás terminando conmigo por esto

 

—   Sí, lo estoy haciendo

 

—   ¡Por Dios! Isabella, no seas desconfiada…

 

—   ¡¿Cómo no quieres que lo sea si te vi besándote con otra?!— exclamo.

 

—   No me puedes dejar— dice aprisionándome entre sus brazos. A ambos nos cuesta respirar de manera normal—. Por favor cree en mí, no puedes desconfiar

 

—   Sí lo hago, ahora suéltame, esto se terminó

 

—   ¿Estás segura de que eso quieres?— me pregunta enfadado mientras me suelta. El corazón se me termina de romper en ese instante… ¿eso significa que no insistirá?

 

—   Sí— susurro.

 

—   Entonces está bien— masculla—. Vete, maldita desconfiada

 

—   Eso haré— afirmo furiosa y con ganas de llorar desconsoladamente.

 

Vuelvo a dar media vuelta y me dirijo corriendo hacia los ascensores. Edward comienza a llamarme desesperado pero entonces se abren las puertas y me meto. Me invade una sensación de déja vu cuando las puertas se cierran. Ya es la tercera vez que pasa. Me habría reído de no ser porque me siento pésimo.

Llego a la planta baja rápidamente. La recepcionista se levanta y me mira alarmada cuando avanzo hacia la salida maldiciendo en voz alta. Cuando me llama me volteo y la señalo con el dedo.

 

—   Por favor, dígale a Edward Cullen que se pudra y que en su puta vida me vuelva a buscar

 

—   Señorita, cálmese, ¿qué sucedió?— pregunta acercándose a mí.

 

En ese momento se abren las puertas del ascensor y Edward sale.

 

—   Pregúnteselo a él— le digo sonriendo un poco.

 

—   Señorita, cancele la reunión de hoy, tengo un asunto que atender con mi mujer— le dice Edward.

 

Me echo a correr pero a mitad del estacionamiento Edward me alcanza.

 

—   Nena, por favor, déjame explicarte— solloza Edward abrazándome por detrás. Yo estoy casi hiperventilando por haber corrido y por la cercanía de Edward.

 

—   Déjame, por favor— le suplico.

 

—   No, princesa… te amo, por favor, tienes que confiar en mí… 

 

Me volteo hacia él.

 

—   Llévame a casa— le digo con voz severa.

 

—   Sí, hablemos allá, solo déjame decirle a Peter que no hay reunión, acaba de llegar

 

—   Si no me llevas ahora, entonces me voy sola

 

—   Vámonos ahora, entonces, ya después le llamo…

 

—   Está bien

 

Nos dirigimos hacia el coche en donde nos subimos. Tengo un plan: voy a largarme de ese departamento. No hablamos durante todo el camino y cuando entramos en el departamento echo a correr hacia la habitación y cierro con seguro. Edward toca desesperadamente.

 

—   Bella, ¿qué estás haciendo?— pregunta con histeria. Yo estoy tomando mi ropa, la que me compré yo. No quiero nada de él.

 

—   Me voy— grito metiendo mi poca ropa en mi mochila.

 

—   ¡No!— exclama lleno de pánico y abre la puerta de una patada. Cuando me ve con mi mochila en las manos corre hacia mí y me la arrebata—. Tú no te vas de aquí

 

—   Me… me voy— titubeo.

 

—   No, Bella, te lo suplico, cree en mí— dice arrodillándose. Se abraza a mis piernas así como Emmett hizo con Rosalie—. Te amo más que a mi vida, no soportaría perderte, por favor quédate— gimotea.

 

—   Yo…

 

—   Quédate, déjame demostrarte que tú eres la única en mi vida

 

—   ¿Por qué te besó?— le pregunto con la voz quebrada.

 

—   Ella… ella era una de las tipas con las que me acosté en Londres y me reconoció, pero nena, solo fue una vez y fue hace mucho tiempo…

 

—   ¡Maldita sea!— grito.

 

—   Bella, por favor, yo te necesito a mi lado, te amo, eres mi mujer, la única con la que he dormido, la única a la que he amado, por la que daría mi vida…

 

—   ¿En serio?— cuestiono y él se levanta.

 

—   En serio… eres lo más importante para mí y si tú quieres que no trabaje ahí, no lo haré

 

—   ¿Vas a despedirla?

 

—   En su vida volverá a modelar, créeme, yo me encargo de eso…por su culpa estás dudando de mí

 

—   ¿Me juras que soy la única, que me amas?— hago un puchero. Le creo a Edward. Su mirada y sus palabras son sinceras, lo sé.

 

—   Te lo juro, mi cielo, te amo con todo mi ser, soy tuyo, te pertenezco para siempre

 

—   Te creo, mi amor, te creo— sollozo y me abrazo a él con todas mis fuerzas. Edward me abraza también y me besa el cabello.

 

—   Gracias, mi amor, gracias— susurra.

 

—   Hazme el amor, Edward— le imploro. Edward me suelta un poco y me mira incrédulo—. Hazme olvidar ese mal rato, por favor

 

—   Encantado— murmura antes de besarme con desesperación. Doy un salto y lo rodeo con mis piernas como esa zorra hizo con mi novio.

 

—   Yo soy la única que puede hacer esto, ¿me entiendes?— le gruño cuando dejamos de besarnos para tomar aire.

 

—   Tú eres la única que puede hacer esto— repite mientras me deposita en la cama. Después de eso se incorpora y se quita la ropa. Yo me quito los zapatos y las calcetas. Luego, bajo mi pantalón y mis bragas al mismo tiempo. Edward mira fijamente mi parte íntima y se muerde los labios.

 

—   ¿Ves algo que te guste?— le pregunto.

 

—   Oh, pero por supuesto que sí— asiente y luego me separa las piernas con ambas manos.

 

—   ¿Qué… qué haces?— jadeo cuando él pone su rostro entre mis piernas. Roza mi intimidad con la punta de su lengua haciéndome soltar un pequeño grito de sorpresa. Después muerde  mi clítoris débilmente logrando que me retuerza y gima de placer. Siento como su lengua se mueve por toda mi vagina y como me da pequeñas estocadas con su lengua y mordiditas.

 

De repente siento un cosquilleo en mi vientre que va subiendo por todo mi cuerpo, como si algo en vez de salir quisiera entrar en mí. Me siento muy cerca del orgasmo y no paro de gemir y apretar su rostro contra mi vagina.

 

—   Ah, más rápido— le pido gimoteando.

 

Él cumple mi petición mordiendo un poco más fuerte y lamiendo más rápido mi intimidad que siento tan caliente como su aliento en mí. El cosquilleo aumenta y llego al orgasmo gritando el nombre de Edward. Me corro, pero él sigue chupándome como si de una fresa con crema se tratara lo cual provoca que mi orgasmo se prolongue unos segundos más.

 

—   Oh, detente— le suplico ya que me siento morir. Edward alza el rostro y sonríe. Sus labios están llenos de mis fluidos.

 

—   Nunca me cansaré de tu sabor, es simplemente exquisito— me dice antes de colocarse arriba de mí

 

—   Te amo— respondo con la respiración acelerada. Aun no me recupero del todo del orgasmo.

 

—   Yo más— susurra antes de ayudarme a quitarme la sudadera y el sostén—. Eres tan perfecta, tan hermosa… sigo sin creer que estés a mi lado

 

—   Créelo— le digo rodeando su cuello con mis brazos—. Estoy aquí y te amo…

 

—   Yo más— gime antes de entrar en mí. Yo también suelto un gemido y me arqueo. Edward me besa y puedo sentir mi propio sabor.

 

—   ¡Eres mío!— exclamo mientras le muerdo el labio inferior con fuerza. Edward me embiste una y otra vez. Sus movimientos son rápidos, duros lo cual me fascina. Me siento en el cielo.

 

—   Y tú eres mía— gruñe. Yo muevo mis caderas de arriba a abajo y entierro las uñas en su espalda—. Ah, me vuelves loco, te amo— grita.

 

De repente mis paredes comienzan a contraerse en torno a su miembro. Me siento a punto de estallar.

 

—   Vamos, mi amor, córrete, quiero sentirlo— me pide él.

 

—   ¡Edward!— grito cuando el orgasmo me atrapa. Edward grita mi nombre y se viene al mismo tiempo que yo.

 

—   Esto fue fantástico— dice eufórico sin salir de mí. Yo estoy respirando de forma descontrolada al igual que él.

 

—    Sí, estoy de acuerdo— respondo con una sonrisa. Edward me da besos por todo el rostro y yo me río.

 

—   Te deseo solo a ti, ¿ya lo entendiste?— me pregunta mirándome fijamente a los ojos. Los suyos parecen más claros por la luz que entra por el ventanal con vista a la ciudad.

 

—   Ya lo entendí— digo ruborizándome un poco.

 

—   No vuelvas a dudar de mí, por favor…

 

—   No, jamás lo volveré a hacer

 

—   Bueno, algo bueno salió de todo esto— se ríe y se incorpora para luego tumbarse a mi lado. Me acerco y ambos entrelazamos nuestras piernas y nos abrazamos—. Me levantaste el castigo

 

—   Aun sigues castigado— frunzo el ceño y Edward me mira preocupado—. Tendrás que ser mi esclavo sexual— continúo riéndome y luego escondo mi rostro en su pecho. Edward acaricia mi espalda y su mano baja hasta mi trasero.

 

—   Me encanta esa idea

 

—   Pues ese será tu castigo

 

—   ¿Sabes dónde tengo ganas de hacértelo?— cuestiona. Levanto la cabeza para mirarlo—. Arriba del piano

 

Me quedo boquiabierta y no puedo evitar imaginarme la erótica escena.

 

—   Pero antes— carraspea Edward—. Tengo que llamar a Peter, al señor Torres, dejé una reunión importante

 

—   Si quieres ve a la reunión— suspiro con tristeza.

 

—   No, no iré… los llamaré para decirles que me surgió un asunto importante y que está prohibido molestar…

 

Me carcajeo.

 

—   ¿Y sí ponemos algo que diga no molestar en la puerta? Digo, por si vienen a buscarte— le digo.

 

—   Creo que deberíamos ponerlo en todo el departamento

 

—   ¿Por qué?

 

—   Porque voy a cogerte en el piano, en la cocina, en el sofá… en el baño… hoy vamos a recuperar el tiempo perdido— contesta antes de besarme y ponerse encima de mí. Me siento excitada de nuevo y le abro las piernas pero él me deja de besar y niega con la cabeza.

 

—   Vamos a darnos un baño ¿qué te parece?

 

—   Hum… — hago un mohín.

 

—   Por favor, vamos, quiero ducharme contigo

 

—   Está bien

 

Ambos nos levantamos y nos dirigimos al baño. Cuando entramos Edward y yo vamos a la ducha que es completamente de cristal como la de la casa de Peter. Edward abre la llave de la regadera y el agua comienza a caer sobre nosotros.

 

—   El agua está deliciosa— murmuro.

 

—   No más deliciosa que tú— replica él haciendo que sonría como tonta antes de que me abrace. Comienzo a sentir su erección en mi vientre y de repente se me ocurre algo.

 

—   ¿Puedo hacer algo contigo?— pregunto con timidez.

 

—   Lo que quieras, mi amor ¿pero qué cosa?— me mira confundido.

 

—   Ya lo verás— respondo sonriendo coquetamente. Él me sonríe también pero sigue confundido.

 

 

Necesito intentar esto, quiero saborearlo como él hizo conmigo. Quiero romper todo tabú entre nosotros así que me arrodillo muy lentamente hasta que su pene queda frente a mis ojos los cuales abro mucho por la impresión. Tengo vista plena de él, de cada centímetro, cada vena marcada, además de eso, luce más largo de lo que yo creía.

 

—   ¿Qué haces, Bella?— lo escucho preguntar pero no lo miro. Toco su miembro con delicadeza y él gime.

 

Abro un poco mi boca dispuesta a saborear a Edward por completo. Acerco su pene a mi boca y bajo mi mano este se siente caliente e incluso puedo sentir como palpita. Solo introduzco la cabeza en mi boca y se siente más caliente que en mi mano. Su sabor es algo salado pero es delicioso. Lo introduzco aún más y escucho el fuerte jadeo de Edward cuando su pene llena por completo mi boca. Percibo como palpita más deprisa y lo sorbo ganándome un pequeño grito y un apretón de cabello por parte de Edward. Siento su mano entre mi cabello presionándome un poco hacia él.

 

—   Oh, nena, que rico—  dice y alcanzo a ver de reojo que él echa la cabeza para atrás. Yo muevo mi cabeza de atrás a adelante sin dejar de chupar, sorber y morder débilmente su pene. Cuando llego a la punta paso fuertemente la punta de mi lengua por el orificio de la cabeza tan regordeta de su pene lo que arranca otro gemido de placer a Edward. Noto en este preciso momento cuando rozo un poco las piernas que me encuentro totalmente mojada y excitada. Estando tan pendiente del placer de Edward me he olvidado de mí. Aun así no paro con mi labor. Rozo mis piernas creando una fricción deliciosa haciéndome excitar aún más y logrando que mi clítoris se hinche. Sigo chupando su pene y muevo mi mano de la base de su pene a sus testículos. Los acaricio, los masajeo y chupo rápidamente para excitarlo más hasta que siento como la vena más gruesa en la base de su pene se mueve. Espero ansiosa su néctar sin dejar de chupar y de repente mi boca se inunda de un líquido caliente y viscoso pero no paro y no pienso detenerme hasta que salga la última gota. Quiero saborearlo por completo. Me trago lentamente sus fluidos y limpio ese pequeño orificio en la punta de su cabeza sin dejar ninguna gota de semen en él. Me lo trago y lo saboreo como era mi intención, sin dejar de apretar y rozar mis piernas por la excitación. Lo observo con una sonrisa traviesa y Edward me toma por el cabello y me lleva hasta él. —. ¿En dónde estuviste toda mi vida?— pregunta antes de besarme con pasión, pegándome a los azulejos de la ducha. Me alza una pierna y al siguiente segundo me alza también la otra y me embiste tan fuerte y repentinamente que pego un grito por la sorpresa. Mi espalda choca fuertemente contra los azulejos debido a que Edward me embiste con mucha fuerza pero yo estoy feliz de que lo haga ya que no podría aguantar más la excitación que tenía sin llegar a un orgasmo—. ¡Ah, eres una diosa!— exclama. Sus estocadas se vuelven más fuertes y yo estoy a punto de volver a correrme.

 

Finalmente me dejo ir gritando su nombre con todas mis fuerzas. Él también se viene y  cuando me deja en el piso estoy temblando de pies a cabeza. Me siento como una gelatina. Edward me abraza para que no me caiga y abre la llave de la regadera.

 

—   ¿Estás bien, mi amor?— inquiere preocupado al sentirme temblar. Logro asentir a duras penas.

 

—   Me has dado muy duro…— respondo tratando de controlar mi respiración y él se echa a reír.

 

—   Todavía falta más— susurra en mi oído.

 

—   No, por favor no— me quejo—. No puedo más, quiero dormir

 

—   Está bien— se carcajea—. Mmm… así que estás cansada, me pregunto si me dejarás bañarte…

 

—   Sí, hazlo, pero no abuses de mí, solo báñame— le advierto.

 

—   Claro que sí, lo que pida mi diosa

 

Me pongo roja pero Edward no lo nota ya que le acabo de dar la espalda para que me bañe. Nos duchamos en diez minutos y salimos envueltos en toallas. Yo me acerco al espejo y tomo un cepillo. Comienzo a peinarme y mientras lo hago bostezo. Edward llega de repente y me abraza por detrás depositando un tierno beso en mi hombro. Cuando alza la cabeza nuestros ojos se encuentran en el espejo.

 

—   ¿Cómo es que sabes hacerlo tan bien?— me pregunta.

 

—   ¿Hacer qué?— frunzo el ceño.

 

—   Ya sabes, lo que me hiciste en la regadera— sonríe—. ¿Lo habías hecho antes?— masculla pasando de estar sonriente a enojado. Me echo a reír.

 

—   Claro que no, Edward, contigo he tenido todas mis primeras veces

 

Edward sonríe como un idiota y me abraza más fuerte.

 

—   Te amo…— dice con intensidad.  

 

—   Yo también y no soporto que otras tipas se te acerquen…

 

—   Nunca voy a volver a dejar que me pase lo mismo, lo juro— musita.

 

—   Eso espero

 

—   ¿Te seco el cabello?— me dice tomando la secadora en la mano.

 

—   Sí, quiero dormir

 

—   Está bien…

 

Edward me seca el cabello y yo realmente estoy a punto de caer rendida. Cuando él termina me sonríe con ternura y me lleva cargando hasta la cama. Estoy totalmente desnuda pero poco me importa en estos momentos. Me volteo para quedar boca abajo y Edward no pierde la oportunidad de acariciar mi trasero cuando se acuesta a mi lado. Él también se ha quedado completamente desnudo.

 

—   Duerme, mi amor — me susurra mientras acaricia mi mejilla con una mano. Él taradea una canción y yo no tardo en caer en los brazos de Morfeo. Cuando despierto Edward está dormido a mi lado y su brazo rodea posesivamente mi cintura. Hasta dormido es posesivo, pienso divertida. Me intento levantar y por fortuna lo logro. Mi estómago gruñe, tengo hambre.

 

Con cuidado de no hacer ruido me pongo un albornoz rojo y salgo de la habitación. Cierro la puerta con mucho cuidado y bajo las escaleras. Cuando llego a la cocina abro las dos puertas del refrigerador. Tomo una lata de refresco y saco las cosas para prepararme un sándwich. Últimamente he desarrollado una obsesión por éstos.

Cuando le estoy por poner mayonesa al pan Edward grita.

 

—   ¡Bella!

 

Suelto una risita y observo como Edward baja las escaleras buscándome como loco. Cuando me ve en la cocina se acerca rápidamente y me abraza.

 

—   Me asustaste, Isabella— me reclama—. Creí que te habías escapado otra vez

 

—   No, claro que no, tontito, me vine a preparar un sándwich

 

—   Creo que ya te obsesionaste con eso— se burla.

 

—   Déjame en paz— le digo gruñendo y me aparto de él. Me termino de preparar el sándwich y le doy la primera mordida.

 

—   ¿Pedimos algo para almorzar?— sugiere. Yo asiento—. ¿Qué quieres?

 

—   Pizza— respondo inmediatamente.

 

—   Está bien— me sonríe—. Iré a pedirla

 

—   Me parece bien

 

Edward vuelve a ir a la habitación en busca de su teléfono. Yo mientras tanto miro el piano y no puedo evitar morderme los labios. Edward ha dicho que quería hacerlo allí. Se me ocurre una idea. Me termino mi último bocado del sándwich y me limpio. Después dejo caer al piso el albornoz y me dirijo hacia el piano. Me siento sobre la tapa y cruzo las piernas y pongo mis brazos hacia atrás para apoyarme y darle una vista perfecta de mis pechos. Cuando Edward baja y me ve así sus ojos se oscurecen por el deseo. Se quita el albornoz que él tenía dejándome contemplar por completo toda su perfecta anatomía.

 

—    Quieres hacerlo arriba del piano ¿Eh?— pregunta en tono coqueto.

 

—   Sí, quiero que me hagas tuya aquí— contesto.

 

—   Eso haré, princesa…

 

Se termina de acercar a mí y comienza a masajear mis pechos. Pellizca mis pezones y eso me hace gemir y echar la cabeza hacia atrás. Después Edward se inclina un poco e introduce en su boca uno de mis erectos pezones y comienza a succionarlo.

 

—   Edward—gimo. Éste suelta mi pezón y después se pasa al otro, estimulando con sus hábiles manos al que acaba de dejar. Yo tiro un poco de su cabello  y aprieto las piernas ya que estoy sumamente excitada.

 

Cuando estoy por venirme por tercera vez en este día escucho que las puertas del ascensor se abren. Edward se separa de mí y voltea hacia la entrada. Me quedo paralizada al ver quien ha entrado. Es Alec quien nos está mirando furioso. 

____________________________________________________

Holaaaa niñas!! Estoy aquí de vuelta con otro capítulo más de la camarera. Espero que les guste y que me perdonen si no hay tanto lemmon como prometí. Lo que pasa es que me siento desganada, no tenía inspiración :( y además dispongo de pocas horas para escribir. Por favor perdónenme. En los siguientes capítulos sacaré más perversiones jajaja. Espero no dejarlas picadas con lo último MUAJAJA  *risa malvada*

 

Keit: Hola mi hermosa editora!! Gracias a ti mis capítulos no son una porquería jajaja. Soy yo la que está encantada de que seas mi editora, eres una diosa con eso de los lemmos. Espero con ansias tu libro, quiero mi copiaaaaa!!! Waaa!  Y si es una excelente idea que lo publiques aquí o en fanfiction. Jajaja creo que si te entretienes bastante con mi fic ya que tú lo editas, me corriges mis infernales errores y las cosas sin sentido que pongo a veces xD. No creo que mi historia sea tipo libro pero me alegra mucho que lo creas así n.n *se pone roja* y… si te he agarrado en muchos de tus ratos de mal humor y me quieres hasta matar, perdón por eso, porque yo llego con mis tonterias y tú de malas D: pero bueno, yo te quiero hermanitaa! Gracias a ti por estar ahí siempre que te ocupo, por ser mi amiga y por editarme mis capítulos. Espero con ansias tu libroooo!! Ya lo quiero en mis manos jajaja. Espero que les guste a todas el trabajo que hicimos con este capítulo :D

 

Pequeña_ vampiro_ 97: Holaaa peque!! Jajaja era mi intención que cayeran en la broma, ese día andaba un poco risueña y con ganas de hacer maldades jijijji. Pobre de tu hermana la has de haber asustado jajaja me reí cuando leí tu comentario, me imaginé toda la escena con tu hermana jajajajaja. Que bueno que no te dio un paro cardiaco, no me gustaría que algo les pase a mis lindas camareras porque yo las quiero mucho. Ya no volveré a bromear en un rato querida  amiga socia de la maldad y pasando al cap… pues no, Bella no cayó *al menos no del todo* en los encantos de nuestro sexy escritor ( incluso siendo la autora del fic sinceramente no sé como Bella lo logró yo no me habría resistido ni cinco minutos jajajaja ok no) No te preocupes querida, Alec recibirá sus trancazos en algún momento MUAJAJAJA. Claro que te meteré en mi fic, pero asi como le dije a amparo primero dime tu nombre o el nombre con el que quieres salir en mi historia… te aseguro que sales en el próximo capítulo y le pegas a Alec. Desgraciadamente no hay maquinas clonadoras (si existieran uso mi tarjeta de crédito y me la compro bahh… a quien engaño? Soy pobre u.u y no tengo tarjeta de crédito porque soy menor de edad D: pero ya en seis meses lo seré y conquistaré al mundo ¬¬ jajaja ok no ) No creo que haga falta que enciendas el ventilador… no hay tanto lemmon, perdónenme si las decepciono u.u *llorando* como recompensa te envio a mi ed abogado para que te ayude con tu negocio jajaja. Espero que cumplas y lo recibas con los brazos bieeeen abiertos jajaj. Mil gracias por no querer demandarme :D. no quiero ir a prisión porque si no podría escribir y yo también te quiero muchooo! *Sollozando* jajaja creo que ya también me puse sentimental. Muchas gracias por comentar y leerme siempre :D ¿ya te dije que te quiero amiga socia de la maldad? *sigue llorando * jajaja

 

gatablack: jajaj  Holaaa! que bueno que te guste mi nueva portada!! Decidí que ya era hora de un cambio Bah, ya se me subieron los humos *ni me miren, plebeyos* jajajaja no te creas, es un chiste,  solo es una frase que dijo mi madre una vez,  jamás se me subirían los humos ni me volveré creída, yo las quiero mucho (si lo llego a hacer pues me dan un batazo para que me componga nada más jajaja. Si algo creo es que todos debemos tener los pies en la tierra y por más famoso que uno se vuelva siempre hay que ser agradecidos con las personas que te apoyan desde que empiezas. Si me volviera famosa por x razón sería como Edward en “el actor y la periodista”, ese tipo es genial n.n)  y Bueno, creo que si tienes razón, tengo más lectoras de lo que yo esperaba y eso me alegra muchísimo pero yo no las veo como eso, yo las veo como mis amigas con las que yo comparto mi pasión por la escritura *se sonroja* y la verdad es que las aprecio demasiado. Y pasando a tu personaje Sip, les darás las nalgadas a Edward con sentimiento de Team Bella cuando se vuelva a portar mal jajaj y sí, tendrás pareja, peroooo… recuerda que Jake es hijo de Billy, es un peque de 10 años así que ya tengo en mente con quien vas a quedar *cof cof un actor que interpreta a cierto lobito* bueno si tú quieres :D sino tienes todo el derecho a elegir con quien quieres quedarte :D pero no lo consolarás, tú serás el motivo de su sufrimiento muajajaja , mierda, creo que estoy spoileando mucho D: que bueno que mi ed y mi bella no te sean indiferentes… *se pone roja OTRA VEZ*  y pues al igual que tú, yo tampoco pensaba en jake y bella como pareja, pero admito que odie a Edward en luna nueva y quise que bella se quedara con Jacob por un tiempo xD. Jajaja sip, jake es tuyo y hay de aquel que se atreva a quitártelo porque lo matamos jajaja, creo que he citado a Ed en este cap jajaja me morí de risa escribiendo esa parte jajaja. Respecto a mi OS, que bueno que te pasarás por él, espero que te guste :D aunque la verdad era un fiasco escribiendo en ese tiempo (de hecho creo que sigo sin ser buena, pero bah… mientras a ustedes les guste mi historia no dejaré de escribir este fic) que bien que te haya encantado el capítulo jajaja y tienes razón, hay que aplaudirle y darle un Oscar a Bella (como dije, yo no me habría aguantado ni cinco minutos, yo si me dejo violar por ese hombre *mirada lujuriosa y se muerde los labios* jajajaja ok no) y sobre el cap HOT pues desde mi perspectiva siento que me faltó mucho más pero ya saben cual es mi problema, el poco tiempo que tengo para estar en la compu WAAAAA!!  (jajaja shiii, somos algo bipolares, primero si, bella, hazlo sufrir y después awww que lo disfrute) muchimas gracias por tu comentario, por tus buenas vibras y tus bendiciones. Ya sabes, que las necesito y más ahora que me peleé con mi novio u.u bueno, algo así. Pero bah,… QUE SE JODA, yo voy a seguir escribiendo.

 

gloriacullen: Holaa amiga! Me alegra muchisimooo que te haya gustado el capi, de verdad que me esforcé pero si no les gusta háganmelo saber… realmente estuve desganada sin inspiración D: bueno, pasando al cap, pues si, Edward se contuvo DEMASIADO con Alec pero ya sabes jajaja primero la hago de emoción para que no pase nada y después BUM,… les doy lo que esperan jajaja *sangre, golpes, violencia jajaja ok no* así que ten por seguro que habrá violencia después de este cap (joder, ¿Por qué no me callo la maldita boca? Jajaja. Espero que te guste este capítulo y no decepcionarlas :( les pido mil disculpas. Bueno,  tienes razón creo que nosotras ya no nos podemos pervertir más muajajaja, somos unas perver jajjajaja somos “las camareras pervertidas* no tenemos remedio ok no jajaja. Mil gracias por comentar y apoyarme y repito, espero que te guste el capítulo y no estés decepcionada *llorando* dios, estoy sensible… pero leerlas me hace muy feliz y olvidarme de las cosas malas y dejar de llorar *hace rato lloraba por esa pelea con mi novio L* ay ya mejor dejo las cosas tristes.

 

Ingridcollen: Hola querida hermanita!!! Ahora tú eres la fantasmitaaa, yo las estoy buscando y no aparece ninguna de ustedes. Estoy sufriendo y las necesito waaaaa! Joder.. ¿Comías palomitas y  golosinas y no me invitaste? Ahora me compras unaass jummm *indignada* jajaja (y también helado, para la depre) . Ya hermana, ya sabes que soy así primero las decepciono, pero después habrá violencia de esa que tanto nos encanta muajajaja. Jajajaja le pedirás un Ed a los reyes? Creo que yo también pero también a santa jajaj quiero dos yupiiii! (ojala existiera una tienda de eddys y de Greys, yo compraría no uno sino MUCHOS jajjaja) que bueno que te gustó el capítulo hermanita amenazadora, extraño con toda mi alma tus amenazas para que suba el cap D: jajaja no a Eddy no le da asco nada de ella, ni siquiera el periodo pero yo pienso: waaa el periodo es lo más desagradable del mundo, lo odioooo. Jajaja sipi, su amiguito se quedo con las ganas pero en este capi no, jajaja *espero no estés decepcionada por los pocos lemmons de este cap D:  pero por mi depresión no estuve inspirada*ajajaja troglodita jajajaja esa palabra me encanta, la tengo que usar en un cap. De verdad que todas me hacen acordar nuevos insultos jajaja. No te preocupes por pensar que me jodiera jajaj lo merecía por tan fea broma D: que bueno que bajaste la página y leíste que era broma y guardaste tus instrumentos de tortura, no quiero ser golpeada *paniqueada* ya me conoces y sabes como soy yo, y aaa puse a nuestra hermanita aquí :D como tú me dijiste muajajaja. Ah me haces sonrojar, Ingrid, no es impresionante mi cap jajaja solo lo hice con mucho mucho amor jajajaja y pues este cap no está tan HOT que digamos, ya sabes “mi desgana y depresión* y no, claro que ya no tenemos inocencia. LNM y Christian Grey no las arrebataron jajajaja. Espero que te gusten mis escenitas perver. En el siguiente cap agregaré más :D

 

clary 69: Holaa!  Me da muchísimo gusto  que te guste mi historia y que me hayas dejado tu comentario, como verás, todo se trataba de una pequeña broma. Yo me llevo muy bien con todas y dije ¿Por qué no bromear un poco? Y pues lo hice poniéndole fin en el capítulo. No te preocupes, trataré de ponerle más emoción a mi historia y seguir mejorando, cualquier sugerencia o duda o crítica constructiva que me quieran hacer yo la recibo con mucho gusto. Yo haré esta historia larga (tendrá más de cuarenta capítulos, es casi seguro) y por lo tanto seguirá habiendo emoción jajaja. Tendrán camarera por un rato jajaja. Y cuando termine espero que lean mis fics que siguen (ya tengo escritos algunos capítulos de otros fics y no te miento, muero por subirlos pero no, me esperaré y terminaré con la camarera). Muchas gracias por comentar, espero poder seguir leyéndote y que no te decepcione mi historia.

 

gdds: Holaa! Jaja no sé si tu comentario es un hola solamente o escribiste más pero el caso es que solo me aparece un hola. Bueno igual muchas gracias por comentar :D. Me causó gracia el hola, yo siempre digo hola jajaja xD.

 

BUENO, ESO ES TODO, AQUÍ LES DEJO EL CAPÍ. ESPERO DE TODO CORAZÓN QUE LES GUSTE. LAS QUIERO MUCHO MIS HERMOSAS CAMARERAS, Y COMO LE DIJE A UNA DE USTEDES, JAMÁS ME VOLVERÉ CREÍDA JAJAJA YA SABEN, ME PUEDEN DAR BATAZOS SI LO HAGO PERO ME QUIERO MANTENER CON VIDA ASÍ QUE SEGUIRÉ SIENDO NORMAL JAJAJA OK NO. SEGUIRÉ SIENDO NORMAL PORQUE SI, QUE SE JODAN LAS CREÍDAS!!!! FUERAAAA. CREARÉ UN CLUB ANTICREÍDAS JUM… Y USTEDES ME AYUDARÁN A ELIMINARLAS DEL PLANETA JAJAJA. AMPARO CREO QUE TENDRÁS QUE CREAR OTRO BLOG JAJAJAJ OK NO. 

 

Capítulo 17: Castigo Capítulo 19: Amenazas

 
14439337 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios