La camarera (+18)

Autor: Sasha_amane
Género: + 18
Fecha Creación: 22/05/2014
Fecha Actualización: 06/06/2015
Finalizado: NO
Votos: 26
Comentarios: 173
Visitas: 78115
Capítulos: 26

Isabella una camarera honrada y trabajadora del hotel Vulturi que lucha por sacar adelante a sus hermanos, se encontrará con su escritor favorito, el atractivo Edward Cullen, autor de exitosas novelas de romance, cuando este haga una conferencia de prensa en el hotel para promocionar su más reciente libro.

 

Lo que ella no sabe es que Cullen ve en ella todo lo que quiere y no perderá la oportunidad de poseerla por completo. La estadía de Cullen en aquel hotel dura diez días en los cuales ambos disfrutan de una aventura pasional.

 

Cuando llega la hora de que Edward parta, Isabella queda desolada pero lo que ella no se imagina es que sus caminos se van a volver a cruzar, o que más bien... Edward no la dejará ir.  Isabella es suya para siempre. 

___________________________________________________________________

 

Hola :) este es mi primer fan fic y espero que les guste. Me siento feliz de poder publicar mi novela aquí después de mucho pensarlo. Muchisimas gracias a Keit, mi amiga, que me ha ayudado con la portada y el prefacio. 

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 20: Preparativos

Capítulo 20: Preparativos

 

POV Bella: 

 

 Edward me pone el anillo y luego me levanta, me carga y me da vueltas. — ¡Bájame!— exclamo mientras me río.  

 

— ¡Me haces el hombre más feliz del mundo!— dice al bajarme. Toma mi rostro entre sus manos y deposita un sonoro beso en mis labios—. Te amo, princesa  

 

— Yo también te amo, Edward— respondo muy emocionada—. ¿De verdad quieres casarte conmigo?  

 

— Claro que sí— se ríe—. Es lo que más deseo, quiero compartir mi vida contigo  

 

— Yo también— digo conmovida y me abrazo a él.  

 

— Siempre vamos a estar juntos ¿de acuerdo?— susurra en mi oído. Asiento. 

 

 — Siempre— contesto.  

 

— ¿Sabes por qué tu padre dejó su mala actitud conmigo?— me pregunta y yo lo suelto para mirarlo a la cara.  

 

— ¿Por qué? — Porque le dije esto— sonríe. — ¿Qué le dijiste?  

 

— Le dije que iba a proponerte matrimonio, le aseguré que yo quería algo serio contigo Arqueo una ceja.  

 

— ¿Así que solo te casas conmigo para que mi padre me deje quedarme en el departamento?— bromeo.  

 

— No, mi amor, no pienses eso… me quiero casar contigo, lo he deseado incluso antes de irme Me río al recordar que me pidió matrimonio antes de marcharse a Londres. 

 

 — Creo que eso si es cierto— respondo. 

 

 — Es la verdad, cuando te pedí matrimonio yo ya sabía que te amaba, pero de pronto me llené de pánico y me fui, tienes que perdonarme— me mira con tristeza. 

 

 — Estás perdonado— le digo—. Ahora ya no importa nada, tú me amas, yo te amo y vamos a ser felices…  

 

— Me pregunto qué cosa buena habré hecho para merecerte— dice abrazándome otra vez.  

 

— Bah… no soy tan especial  

 

— Lo eres y mucho— replica. 

 

 — No lo soy, soy una chica común y corriente Edward se ríe.  

 

— Créeme, no tienes nada de común y corriente— me contradice—. Eres hermosa y eres mi mujer… 

 

 — Tú eres mi dueño— murmuro. Edward suelta un gemido y comienza a besarme.  

 

— No sabes cómo me excita que me digas eso— gruñe mientras me pega más a su cuerpo. Siento como su erección crece y yo empiezo a humedecerme. Lo deseo aquí y ahora jamás me cansaré de esto. Edward me suelta un poco y me quita la bata, dejándome completamente desnuda. Al ver mis chupetones se queda boquiabierto y me mira arrepentido. 

 

 — No te preocupes, estoy bien— le digo riéndome de su cara.  

 

— Soy un desgraciado— murmura y luego se sienta en la cama—. Y un salvaje…  

 

— No eres eso, a mí me encantan estas marcas  

 

— ¿Por qué?— pregunta horrorizado.  

 

— Porque son tus marcas… mi piel es toda tuya Edward sonríe maravillado y me pide que me acerque. Me paro frente a él y pone sus manos en mi cintura. Besa mi vientre con adoración pero después introduce un dedo en mi intimidad provocando que yo jadee. 

 

 — Ahora me gustan esas marcas— dice mientras mueve su dedo de arriba a abajo adentro de mí. 

 

 — Ah— gimo. De pronto saca su dedo y lo chupa como si fuese un caramelo. Lo miro enojada pero antes de que pueda protestar Edward se levanta, me toma por la cintura y me hace girar tan rápido que ambos caemos en la cama. Los dos nos reímos.  

 

— Ahora voy a hacértelo y te quedará más claro que tú eres mía— masculla antes de incorporarse y quitarse la ropa. Se vuelve a colocar sobre mí y me penetra de forma brusca pero sin llegar a lastimarme. — Siempre tan mojada y lista para mí— musita antes de embestirme otra vez—. Eres mía, Isabella, solo mía  

 

— Solo tuya— respondo. 

 

— Ah, me encanta que lo sepas— Acerca su rostro al mío y comienza a besarme al mismo tiempo que se mueve una y otra vez dentro de mí. Ambos alcanzamos el clímax minutos después y nos quedamos acostados. — Quiero pedirle tu mano a tu padre— me dice y yo le sonrío. 

 

 — Sí, eso estará bien  

 

— ¿No te parece anticuado?— pregunta con una sonrisa de alivio.  

 

— Claro que no, ¿por qué creíste que me lo parecería? 

 

 — No lo sé— se encoje de hombros. 

 

 — Me parece algo hermoso— confieso—. De pequeña soñaba con el día en que pidieran mi mano 

 

 — Sigo sin creer que yo sea el afortunado que vaya a pedirla— susurra y yo en menos de un segundo me siento a horcajadas sobre él y lo beso. 

 

 — Créelo…  

 

— Bella— protesta con la voz ronca mientras se incorpora un poco para quedar sentado y me penetra. 

 

 — ¿Qué?— pregunto con mi voz seductora.  

 

— Nada— sonríe—. Solo queria entrar en ti Comienzo a moverme lentamente lo cual hace que Edward cierre los ojos y gima. Me muerdo los labios al verlo tan excitado y me sigo moviendo de la misma manera.  

 

— Oh, mi amor, me estás matando— gruñe y yo suelto un gemido. De pronto comienzo a moverme más rápido. Mi cuerpo necesita liberarse pronto.  

 

— Te amo— le digo jadeando.  

 

— Yo también te amo— contesta antes de morder mi hombro. Seguramente me dejará otro chupetón—. Déjate ir, nena…  

 

— Ya… ya voy— respondo y segundos después ese conocido cosquilleo me recorre todo el cuerpo y estallo soltando fuertes gemidos. El orgasmo ha sido tan arrollador que no pude pronunciar palabra alguna.  

 

— Isabella— susurra él antes de venirse en mi interior. Yo recuesto mi cabeza en su hombro mientras intento calmar mi respiración. Edward se ríe y me abraza con fuerza 

 

—. Eres la mujer de mi vida ¿lo sabías?— me pregunta.  

 

— Lo sé, mi amor— digo sonriendo como una tonta—. Y tú eres el hombre de mi vida  

 

— Te amo tanto que podría explotar— dice. Yo me echo a reír.  

 

— No puedes explotar, te necesito entero 

 

 — Entonces deja de enamorarme más a cada segundo que pasa— replica. Pongo los ojos en blanco sin dejar de sonreír.  

 

— Tú tienes la culpa, tú estás enamorándote más— aparto mi rostro de su hombro y lo miro antes de sacarle la lengua—. Yo no te hago nada  

 

— Isabella, tú me haces todo, me enamoras más a cada segundo por el simple hecho de ser tú Me ruborizo y no puedo ocultar mi enorme sonrisa. 

 

 — ¿Ves? Ya estoy más enamorado— dice Edward entre risas—. Te ves hermosa cuando te pones roja, te ves tan inocente… 

 

 — ¿Inocente?— pregunto con una ceja arqueada—. Tú te encargaste de quitarme toda mi inocencia… 

 

 — Me encanta ser yo quien te la quitó 

 

 — Pero yo no te la quité a ti— digo triste y me bajo de él para acostarme a su lado.  

 

— Mi amor…— el rostro de Edward refleja tristeza. 

 

 — No importa— lo interrumpo.  

 

— Amor, tú no fuiste la que me quitó mi inocencia, pero hiciste algo mejor que eso 

 

 — ¿Qué?— cuestiono apartando la cara cuando él me intenta besar.  

 

— Déjame besarte— gruñe antes de posicionarse encima de mí.  

 

— Dímelo primero  

 

— Fuiste tú quien me robó el corazón— responde y yo lo miro seria intentando reprimir mi sonrisa de emoción—. Eres la mujer con la que quiero estar toda mi vida, con la que quiero despertar cada mañana, eres la razón de mi existencia, entiéndelo… 

 

 — Edward…  

 

— Sí, mi amor, es verdad todo lo que te digo… y solo te he dicho la milésima parte de lo que siento por ti porque si intentara explicarlo por completo no tendría palabras para describirlo Se me eriza la piel al escucharlo Sus palabras van a hacer que me derrita o que tenga una combustión espontánea, estoy segura— Te amo Isabella, eres y serás la única mujer por la que yo sienta algo así… si pudiera regresar el tiempo evitaría a toda costa haber hecho lo que hice para que tú te encargaras de arrebatarme mi inocencia— me muestra su sonrisa torcida y yo me muerdo los labios. Edward suelta un pequeño gruñido—. Y dices que yo tengo la culpa de enamorarme— pone los ojos en blanco y yo dejo de morderme los labios. 

 

 

 

 

 ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 

 

 

 

— Mi vida, deja de estar tan nerviosa— me pide Edward mientras esperamos a mi padre y a mis hermanos en la sala. 

 

 — No puedo— le gruño mientras aliso las arrugas inexistentes de mi vestido Arturo Vitalli temporada de verano 2014, que se podría decir que es muy hermoso y elegante. Es corto a una cuarta más arriba de la rodilla ceñido al cuerpo de mangas largas, un pequeño escote en la espalda y totalmente cubierto en el pecho, todo neutro en azul marino. Me puse este ya que no quiero que mi padre vea las “pequeñas” marcas que mi querido prometido me hizo. En unos cuantos minutos él y mis hermanos van a venir, Edward los ha invitado a comer. 

 

 — Amor, el que va a pedir la mano soy yo, no tú…  

 

— ¿Y si no quiere que nos casemos?— pregunto con nerviosismo.  

 

— Va a aceptar, he hablado de esto con él, le dije que me quería casar contigo  

 

— Bueno, voy a confiar en ti— suspiro.  

 

— Estás hermosa— susurra en mi oído lo cual me hace estremecer.  

 

— Tú también estás muy guapo— respondo con sinceridad. Bueno, decir que está guapo es quedarme corta, Edward está más que guapísimo. Tiene puesto unos jeans negros, con una camisa blanca sin corbata y los dos primeros botones de su saco negro abiertos. Edward solo sonríe. De repente nos levantamos ya que las puertas del ascensor se han abierto. Lo primero que veo son a mis hermanitos quienes corren hacia mí. — ¡Mis niños!— exclamo mientras me agacho para abrazarlos. Anthony me da un beso en la mejilla y Bree se abraza a mi cuerpo como si su vida dependiera de ello.  

 

— Te extraño, Bella— dice mi hermanita.  

 

— Yo también, mi vida— susurro. 

 

 — Me gusta mucho mi nueva casa— me cuenta Anthony—. He jugado mucho Lo miro con ternura.  

 

— Qué bueno, mi amor… después iré a jugar contigo ¿qué te parece?— le sugiero. 

 

 — ¡Sí!— exclama.  

 

— Hola, hija— me saluda Charlie y yo me levanto para ir a abrazarlo. Mi padre retomó su carrera de abogado pero en una firma en Seattle para no tener que mudarse a Forks. 

 

 — Hola papá— digo antes de besar su mejilla. 

 

 — Estás preciosa— contesta mi padre tomándome de las manos.  

 

— Muchas gracias— respondo algo ruborizada.  

 

— La comida está servida— anuncia Edward.  

 

— Es comida tailandesa— intervengo. Charlie abre mucho los ojos ya que esta es su comida favorita. Creo que mi idea fue buena. 

 

 — Me parece que quieren quedar bien conmigo— nos dice a mí y a Edward con tono burlón. 

 

 — Para nada, papá— le digo intentando parecer despreocupada. Todos nos dirigimos al comedor y nos sentamos. Mi padre está en la cabecera de la mesa por insistencia de Edward. Mientras comemos mi padre me mira varias veces y eso aumenta mi nerviosismo. No puedo disfrutar del todo mi curry Massaman. Todos almorzamos en silencio y cuando terminamos los niños van a jugar. Además de nuestro cuarto, Edward ha puesto un cuarto de juegos para cuando los niños estuvieran de visita. Ahora Edward y yo estamos sentados frente al sofá en dónde está mi padre. 

 

 — Bien— dice Charlie con seriedad—. ¿Qué es lo que tienen que decirme? Mi vista se dirige al suelo rápidamente. No quiero mirar a mi padre a los ojos. Edward me toma de la mano y suspira. 

 

 — Yo… quiero que nos de su bendición para casarnos— dice Edward volteándome a ver—. Le pido que me concededa la mano de Isabella Charlie se cruza de brazos.  

 

— ¿Por qué quieren casarse?— nos cuestiona—. ¿Isabella está embarazada? Me ruborizo… ¿cómo se le ocurre a mi padre semejante tontería? 

 

 — ¡Claro que no!— exclamo ofendida.  

 

— Hija, es que no encuentro otra explicación— me dice mi padre.  

 

— Nos estamos casando por amor, no por un embarazo— interviene Edward poniéndose muy serio y tenso. Charlie suspira. 

 

 — Es muy pronto, acaban de conocerse 

 

 — Charlie, me dijiste que estabas de acuerdo en que me casara con ella— dice Edward con un tono molesto. 

 

— Pero no pensé que fuese a ser tan pronto…— replica mi padre.  

 

— Papá, me dejas vivir en unión libre con Edward ¿y ahora estás en contra de que me case? 

 

 — Unión libre— murmura Charlie para sí mismo y luego me mira aterrado—. Es verdad… en ese caso es mejor que vengas a vivir conmigo de nuevo y te olvides de esta tontería 

 

 — ¡¿Qué?!— exclamamos Edward y yo al mismo tiempo.  

 

— Sí, es una tontería que se casen tan jóvenes, y apenas se conocen, por Dios…  

 

— Dime que esto no está pasando— me susurra Edward.  

 

— Está pasando— mascullo. Mi padre nos mira a ambos y después empieza a reírse a carcajadas. Yo suelto un gruñido.  

 

— ¿Qué es tan gracioso?— pregunta Edward.  

 

— Sus caras— responde Charlie entre risas—. Debieron ver sus caras… 

 

 — ¿Esto es una broma?— pregunto algo esperanzada. Mi padre deja de reírse y asiente.  

 

— Claro que es una broma, ¿cómo no voy a dejar que se casen? Ustedes se quieren pero eso sí— señala con el dedo a Edward a modo de advertencia—. Tienes que cuidar mucho de mi hija y hacerla feliz, si no te las vas a ver conmigo Edward sonríe.  

 

— Por supuesto, Charlie, la voy a cuidar con mi vida y la haré inmensamente feliz— contesta. 

 

 — Bueno, pues entonces, bienvenido a la familia, hijo— dice Charlie y abre los brazos. Edward lo abraza y mi padre le da unas cuantas palmadas en la espalda antes de soltarlo. 

 

 

 

 

 ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::  

 

 

 

 

— Te dije que todo iría bien— me dice Edward cuando mi padre y mis hermanos ya se han ido. 

 

 — Pero casi caes en la broma de mi padre— me burlo. Edward se ríe y asiente. 

 

 — Bella… ¿cuándo quieres casarte?— me pregunta mientras me toma por la cintura con ambas manos. 

 

 — No lo sé… ¿cuándo quieres hacerlo tú?  

 

— Lo más pronto posible— dice rápidamente.  

 

— ¿En dos meses?— sugiero. Edward hace un mohín y niega con la cabeza. 

 

 — No se queda pensando unos segundos. En dos semanas 

 

 — ¡¿Qué?! Pero eso es demasiado pronto— protesto—. Yo me casaría contigo mañana mismo, pero se supone que una boda debe planearse con calma 

 

 — Lo sé, pero yo ya no puedo esperar más tiempo 

 

 — Ni yo tampoco, pero es muy apresurado, todo saldrá mal… no quiero una boda por todo lo alto pero…  

 

— Entonces saldrá bien todo, mi cielo, tranquilízate…  

 

— ¿Cuándo se lo vamos a decir a los demás?— pregunto.  

 

— Mañana mismo podemos reunirnos con los demás y darles la noticia  

 

— Pero Alice y Jasper están en plena luna de miel— musito con tristeza—. Deberíamos esperar a que regresen  

 

— Llámalos y diles 

 

 — ¿Por teléfono?— arqueo una ceja. Edward asiente levemente—. No creo que a Alice le guste que se lo diga así  

 

— Yo creo que no le gustará que no se lo digas hasta que regrese— me contradice—. Mejor llámala y díselo de una buena vez  

 

— Está bien— respondo y tomo mi celular el cual está en la mesa de la sala. Le marco a Alice y esta me contesta al segundo tono.  

 

— ¡¿Bella?!— exclama.  

 

— Hola, Alice, perdón que te moleste pero…  

 

— Isabella Swan— pronuncia mi nombre con tono de regaño—. ¿Hasta cuándo vas a entender que eres como mi hermana? Jamás me molestarías… Me río nerviosamente. — ¿Qué sucede?— inquiere—. Te escucho nerviosa 

 

 — Llamaba para preguntar como estabas, como te ha ido en tu luna de miel  

 

— Maravillosamente— responde suspirando—. Pero presiento que no me has llamado para eso Pues presientes bien, pienso. 

 

 — Bueno, quería decirte algo— murmuro y Edward me mira fijamente. 

 

 — ¿Qué cosa? 

 

 — Yo y Edward… 

 

— ¿Tú y Edward qué?  

 

— Nos comprometimos— contesto y Alice se queda en silencio unos segundos—. ¿Alice? Un segundo después Alice comienza a gritar como loca haciendo que mi oído duela. — Alice— me quejo riéndome por su reacción—. Casi me revientas el tímpano  

 

— Lo siento, pero… ¿cómo fue? ¿cuándo se casan? 

 

 — Fue algo muy romántico y sobre la fecha… no sabemos cuándo nos casamos  

 

— Queremos casarnos en dos semanas— dice Edward para que Alice lo escuche.  

 

— ¡¿Dos semanas?!— exclama Alice con la voz muy aguda por la sorpresa—. No puede ser, es muy poco tiempo  

 

— Se lo dije a Edward pero… 

 

 — No te preocupes— me interrumpe Alice—. Yo soy la mejor planificadora de bodas de la historia, así que tendrás una boda de ensueño 

 

 — Pero estás de luna de miel— mascullo.  

 

— Que se joda mi luna de miel… no pienso perderme tu boda y mi oportunidad de organizarla Suspiro con pesadumbre. Esto va a ser una pesadilla. 

 

 — Entonces serás mía en dos semanas— sonríe Edward cuando le cuelgo a Alice. Ella y Jasper van a llegar mañana. 

 

 — Edward, ya soy tuya… no necesitamos casarnos tan pronto  

 

— Por favor, acepta casarte conmigo en dos semanas— me pide con un puchero.  

 

— Está bien, tramposo— gruño y rodeo su cuello con mis brazos. Edward me da un suave beso en los labios.  

 

— Por cierto, hoy iré a una agencia de custodios… ya no quiero que estés desprotegida…  

 

— Está bien— contesto—. ¿Pero no será exagerado? 

 

 — Para nada, tú necesitas toda la protección del mundo… si te pasa algo yo me muero  

 

— Entonces me voy a mantener a salvo para que no mueras  

 

— Gracias, mi amor 

 

 — ¿Puedo acompañarte?  

 

— No, preferiría que te quedaras en casa 

 

— ¿Y si Alec me intenta llevar otra vez?— pregunto nerviosa.  

 

— Créeme que no lo hará, han reforzado la seguridad en el edificio 

 

 — ¿Por qué no quieres que vaya?  

 

— Por cómo estás vestida— gruñe. — ¿Qué hay de malo con esto?  

 

— Estás demasiado atrevida… 

 

 — ¡Eso no es verdad!— exclamo—. Pero bueno, si quieres me cambio 

 

 — No quiero que vengas conmigo a esto y punto  

 

— ¿Qué? ¿Acaso irás a verte con la tipa con la que te besaste?— cuestiono. Edward se queda boquiabierto.  

 

— Claro que no, soy incapaz de engañarte… es solo que la agencia está llena de hombres y…  

 

— Ya no me digas nada, vete… déjame sola— murmuro y me dirijo hacia las escaleras. Edward me sigue mientras subo y cuando entro en la recámara él me toma por un brazo y me hace girar.  

  

 

Jamás te engañaría, cielo, tienes que creerme— susurra. 

 

 — No te creo, es tanta tu insistencia en ir solo, que…  

 

— Por favor, confía en mí… eres la única mujer que deseo y amo, ¿cómo puedes dudar de mí? Me mira tan intensamente que no puedo evitar morderme los labios. Edward emite un pequeño gruñido antes de pegarme más a su cuerpo y estampar sus labios en los míos. Al principio pongo algo de resistencia pero termino besándolo. 

 

 — Quédate conmigo— le pido cuando nos separamos para tomar aire.  

 

— Bella… sabes que tengo que ir y si te pones así no podré… 

 

 — Está bien, está bien, ve a la agencia— le digo mientras me separo de él. Comienzo a quitarme el vestido y Edward abre mucho los ojos. 

 

 — ¿Qué haces?— pregunta mientras me mira de arriba a abajo.  

 

— Nada, solo me estoy desvistiendo para acostarme— respondo recostándome de una forma provocativa.  

 

— Ponte algo, podrías resfriarte 

 

— No, estaré bien…  

 

— Bella…— su voz es ronca.  

 

— ¿Qué?— pregunto con una sonrisa juguetona. Me pongo en cuatro y él niega con la cabeza.  

 

— Me tengo que ir, debo ir a la agencia y a hablar con Aro — dice tratando de no mirarme. se aprieta el puente de la nariz y suspira pesadamente.  

 

— Está bien, ya te dije que te fueras… Edward vuelve a mirarme. Su mirada es ardiente, oscura y eso hace que me sienta esperanzada.  

 

— Te prometo que cuando vuelva… 

 

 — No me prometas nada— lo corto—. Ahora vete y haz lo que tengas que hacer…  

 

— Mi amor, es por ti por quien hago esto, no podemos vivir sin protección— protesta—. Por favor no te enojes conmigo Suspiro. 

 

 — No estoy enfadada, solo vete ¿quieres?— respondo. Edward asiente y da media vuelta antes de marcharse. Yo mascullo maldiciones mientras me acuesto de nuevo. Tomo el control de la televisión y la enciendo. Hago zapping por un rato hasta que encuentro Criminal Minds en un canal. Cuando se termina ese programa comienza otro el cual solo veo hasta la mitad porque me quedo dormida.  

 

— Mi amor, despierta— susurra Edward. Abro los ojos y me encuentro con una mirada llena de pasión. Mi novio está encima de mí con el torso desnudo.  

 

— ¿Ya volviste? ¿tan rápido?— pregunto con la voz pastosa. Debí dormirme un buen rato.  

 

— Amor, me fui cuatro horas… 

 

— ¿Cuatro horas?— pregunto sorprendida. 

 

— Sí, cuatro horas y ahora vengo a hacerte mía…  

 

— ¿Ah, sí?— pregunto burlona—. ¿Y quién te dijo que yo quiero?  

 

— Lo deseas, lo sé— dice restregando su erección en mi sexo y descubro que no tengo puestas mis bragas. 

 

 — ¿Mis bragas?— cuestiono. 

 

— Te las he quitado mientras dormías— responde triunfante.  

 

— Cabrón pervertido— le gruño.  

 

— Contigo, sí— contesta y mete uno de sus dedos en mi interior.  

 

— Ah— gimo y me retuerzo un poco.  

 

— Estás tan mojada— musita. Yo solo le sonrío. — Te haré mía, y no voy a ser suave— me dice antes de sacar el dedo. Yo abro más mis piernas y él me penetra rápidamente logrando que suelte un fuerte gemido. 

 

 

 

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 

 

 

 

 — ¡¿Se van a casar?!— grita Tanya. Peter solo sonríe.  

 

— En dos semanas, aproximadamente— responde Edward poniendo su mano encima de la mía con delicadeza.  

 

— ¡¿Qué?!— pregunta ella. 

 

 — Sí, en dos semanas— susurro avergonzada.  

 

— ¡Es demasiado pronto!— exclama mi amiga horrorizada soltando su tenedor el cual hace ruido al chocar con el plato—. Tenemos poco tiempo para organizar todo, lo siento, no los felicité, muchísimas felicidades por su boda  

 

— Gracias— decimos Edward y yo al mismo tiempo. Después de haber pasado una noche apasionada, Edward y yo al levantarnos decidimos invitar a Peter y a Tanya a desayunar para darles la noticia. Alice y Jasper llegaron hoy pero mi prometido y yo quedamos de reunirnos con ellos mañana para almorzar. 

 

 — Me alegra mucho que se casen— interviene Peter—. Pero… ¿qué va a pasar con el trabajo, Edward? 

 

 — Ya no voy a trabajar en la agencia de modelaje, lo haré en la de publicidad cuando Bella y yo regresemos de nuestra luna de miel Me quedo con la boca abierta…  

 

¿luna de miel? Vaya, ni siquiera se me pasó por la mente que tendríamos una. 

 

 — Sí, Bella, tendremos una— se ríe Edward al ver mi expresión.  

 

— Está bien— murmuro y me encojo de hombros. 

 

 — No pareces feliz— me dice Peter con una ceja arqueada.  

 

— No es eso, es solo que no lo esperaba— admito con una media sonrisa. Edward se inclina un poco para darme un beso en la sien.  

 

— Queremos empezar a preparar la boda pronto— le comenta Edward a mi amiga—. ¿Podrías ayudarnos? 

 

— ¡Por supuesto!— contesta Tanya. Peter frunce el ceño.  

 

— Edward, mi mujer está embarazada, no creo que sea conveniente que…  

 

— Peter— lo interrumpe mi futuro esposo—. Me refiero a que ayude a Bella con los detalles, no le estoy pidiendo que cargue cosas ni que se canse…  

 

— Estoy embarazada, no invalida— resopla Tanya y mira a Peter amenazadoramente—. Y tú no me vas a decir que puedo o que no puedo hacer Peter niega con la cabeza pero se está riendo.  

 

— Está bien, ayuda a Bella con los detalles, pero no hagas esfuerzos ¿de acuerdo?— le dice Peter a su novia quien asiente entusiasmada. 

 

 — No haré nada peligroso, gracias mi vida, eres el mejor— contesta ella besando a Peter en la mejilla. Seguimos desayunando y hablamos sobre la boda. Tanya sigue diciendo que es muy pronto y nos propone que esperemos un mes pero Edward se niega rotundamente.  

 

— La boda es en dos semanas y se acabó la discusión 

 

 Y es por eso que desde hace más de una semana estoy ajetreada. Alice está hiperactiva y me lleva a muchos lugares. Obviamente vamos con nuestros recién adquiridos guardaespaldas, James y Diego. Edward también nos acompaña porque a pesar de tener guardaespaldas no quiere separarse ni un centímetro de mí. Teme que Alec intente raptarme de nuevo y mira con recelo a Amparo cada vez que viene con nosotros para ayudarnos con la organización de la boda. Tanya, Alice, Rosalie y Amparo son mis damas de honor. Nuestros padrinos de anillos serán los padres de Edward y el del lazo mi padre y una tía de mi novio, los de arras serán Aro y su esposa. 

 

 — Tenemos que ir a comprar el vestido, no puedes acompañarnos— grita Alice y se cruza de brazos. Ya falta menos de una semana  

 

— ¡¿Y por qué Jasper si puede ir?!— exclama mi prometido. Yo miro al suelo para evitar hacer contacto visual con Edward. No me quiero meter en la discusión. De repente me da un pequeño dolor en el vientre. 

 

— Porque él no es el novio…— Alice le saca la lengua.  

 

— Voy al baño— les digo a todos y antes de que alguien pueda decir algo subo corriendo a la habitación. Me meto a baño y me reviso. Maldita sea, me ha venido el periodo a muy pocos días de la boda. Después de ponerme el tampón me siento en la taza y murmuro maldiciones… mi vestido (el cuál no he comprado) se va a manchar, no podré hacer el amor en mi luna de miel… Con mis dedos comienzo a hacer cálculos y suspiro con alivio al comprobar que el periodo se me quitará un día antes de la boda. Estaré completamente limpia. Me levanto y me lavo las manos antes de salir. Edward recorre la habitación de un lado a otro como animal enjaulado. 

 

— No puedes ir sola— dice al verme—. No me quiero alejar de ti 

 

 — Estaré bien, mi amor— le aseguro—. Están Diego y James y voy con mis amigas y Jasper  

 

— Me da miedo no ir contigo— contesta con preocupación—. Aunque fueras con mil personas de confianza, me siento ansioso cuando no estoy contigo, no sabes lo que me costó dejarte sola en casa el día que fui a la agencia 

 

 — Me hubieras llevado contigo— le digo con los ojos entornados.  

 

— No, estabas muy provocativa además no creo que hubieses querido hablar con Aro sobre tu renuncia ¿o sí? Hago una mueca de horror y asiento. Edward se ríe de mi cara y me da un beso en la frente. Me da otro pequeño cólico y frunzo el ceño. 

 

 — ¿Te duele algo?— me pregunta Edward alarmado.  

 

— Sí, solo son cólicos, me acaba de venir el periodo  

 

— ¿Qué?— susurra. Parece… decepcionado. 

 

 — ¿Qué pasa?— cuestiono. 

 

 — No, nada 

 

 — Dime… 

 

 — Bueno… yo quería que… 

 

— ¿Qué querías? 

 

— Un hijo — dice en voz baja.  

 

— ¿En serio?— pregunto incrédula.  

 

— Bueno… en realidad, te enojarás conmigo si te digo la verdad  

 

— Dímelo, no puedo enojarme contigo 

 

— ¿De verdad?— me mira inseguro.  

 

— Vamos, dime— insisto. 

 

— Bueno, es que en realidad aun no estoy preparado para ser padre, pero… tengo tanto miedo de perderte que un bebé sería una manera de… de que te quedes conmigo Lo miro enternecida. Acaricio su mejilla, me encanta cuando se afeita.  

 

— No seas tonto, no me voy a ir nunca, en todo caso el miedo debería tenerlo yo… tú ya me dejaste una vez— respondo con un suspiro. Edward me mira con los ojos llenos de sufrimiento y me arrepiento al instante—. Amor, perdóname, no quise decir… 

 

— No digas nada, mi amor… tienes razón, fui yo quien te dejó, soy una basura y es por eso que no te merezco 

 

— No digas eso— le pido con la voz temblorosa—. Ambos nos merecemos, nos amamos mucho y vamos a ser felices  

 

— Eres demasiado perfecta, demasiado hermosa… no sé qué hice para que me amaras  

 

— Ser mi escritor favorito— bromeo—. Desde que leí tus libros me enamoraste Edward sonríe pero con tristeza.  

 

— Pienso dejar de escribir— confiesa y yo abro mucho los ojos.  

 

— ¿Qué dices?  

 

— Sí, me gusta escribir, pero… me gusta más ser abogado, además tú llegaste a cambiar mi forma de ver el amor… ya no creo en nada de lo que escribí  

 

— ¿En serio?— pregunto sarcástica—. Te comportas igual que tus personajes ahora mismo  

 

— Bueno, quizá sí, pero al menos ya no te veo como mi objeto— sonríe.  

 

— Recuerdo lo mucho que me enfadé cuando dijiste eso — mascullo.  

 

— Te ves demasiado sexy enfadada, pero no me gusta que estés enfadada conmigo… es extraño  

 

— Bella, ya vámonos— dice Alice irrumpiendo en la habitación. Me toma por un brazo y me aparta de Edward—. Y tú, no vas a venir con nosotros, te quedas acá  

 

— Tienes que seguir escribiendo— le digo a Edward mirándolo con mala cara.  

 

— Vámonos, Bella— insiste Alice jaloneándome. Finalmente suspiro y me voy con ella. Edward nos sigue y cuando nos encontramos con todos insiste en que debe venir.  

 

— ¡No!— exclaman todos al mismo tiempo y Edward respira con resignación. 

 

— Cuídate mucho, mi amor— susurra cuando estoy por meterme en el ascensor. Luego mira a los demás.— Si le pasa algo me las van a pagar— advierte antes de empujarme levemente hacia el interior del ascensor. Pongo los ojos en blanco y estoy segura de que los demás han hecho lo mismo. 

 

 En la camioneta que Jasper ha adquirido recientemente, vamos Alice, Amparo, TanyaRosalieJasper y yo. Peter y Emmett van a llevar a Edward a comprar su esmoquin. La boda será en la casa de los Vulturi en su hermoso jardín. Me siento muy emocionada pero también muy nerviosa… tengo miedo de no ser una buena esposa, de fallarle, de no estar a su altura.  

 

— ¿En qué piensas?— me pregunta Amparo cuando me descubre mirando por la ventanilla de forma distraída. Tanya y Rosalie platican animadamente, se volvieron amigas desde el día en que las presenté. 

 

— Solo estoy nerviosa — susurro.  

 

— No te preocupes, todo estará bien— me sonríe. No tardamos mucho en llegar a la tienda de vestidos de novia. Alice hubiese preferido que me diseñaran el vestido pero por falta de tiempo no se pudo.  

 

— Ese no me gusta— dice Alice haciendo una mueca.  

 

— La verdad es que a mí tampoco— comenta Rosalie 

 

— Es lindo pero no, tampoco me gusta, no es tu estilo— dice Amparo. Tanya solo niega con la cabeza. Tengo puesto un vestido largo y sencillo con tirantes y un pronunciado escote. La verdad es que tampoco me gusta así que decido probarme otro el cual tampoco les gusta mucho y cuando me pruebo el tercero todas me dan su aprobación. Es un vestido largo con mangas largas de encaje y un bonito escote. Es hermoso, y no solo por el diseño sino porque será el vestido que usaré para unir mi vida a la de Edward, el vestido con el que me convertiré en su esposa. En ese momento miro a una chica que también se está probando un vestido de novia, su madre está abrazándola y no puedo evitar que se me llenen los ojos de lágrimas. Me gustaría compartir este momento con mi madre… ¿por qué tuvo que abandonarnos? Ahora mismo podría estar emocionándose conmigo, dándome consejos.  

 

— ¿Qué te pasa, Bella?— inquiere Rosalie con preocupación.  

 

— Nada— respondo con una sonrisa—. Solo estoy emocionada por mi boda Rosalie me devuelve la sonrisa pero sé que no me ha creído.  

 

— Bella, hoy iremos a un bar, será tu despedida de soltera— dice Alice.  

 

— Alice, creo que no es buena idea— le respondo mientras miro a mis guardaespaldas. Edward ni loco me dejará ir.  

 

— Claro que lo es, necesitas salir  

 

— Nosotras vamos a cuidarte y los guardaespaldas también— dice Tanya 

 

— Tanya, tú no puedes tomar— protesto. Ella se ríe. 

 

— Pues no, pero nada me impide ir a un bar a ver hombres bailar…  

 

— Nada de eso— gruñe Jasper y todas se echan a reír al igual que yo. 

 

— No iremos a ver hombres bailar, solo iremos a un bar— le explica Alice.  

 

— Eso espero, Emmett, Peter y yo le haremos hoy una despedida de soltero a Edward— responde él.  

 

— No quiero que vean bailar a mujeres— le advierto.  

 

— No te prometo nada— me dice mi amigo.  

 

— Bella, te doy permiso para que le pegues— gruñe Alice.  

 

 Quizá no sea solo un baile, puede que Edward se despida de su soltería con un pequeñísimo desliz…—dice Jasper con una sonrisa  

 

— ¡¿Qué?!— exclamo y Jasper se carcajea.  

 

— Es una broma, Edward es incapaz de hacer eso, está embobado contigo  

 

— ¿Y tú si eres capaz verdad?— le pregunta Alice con las manos en la cintura.  

 

— ¿Qué? ¡No!— dice Jasper 

 

— No te creo, ahora mismo quiero el divorcio maldito infiel— solloza ella y Jasper me mira desesperado. Espera que lo defienda como lo hacía cuando recién empezaron a salir. Siempre tenían malentendidos y yo era la salvadora pero esta vez solo me cruzo de brazos y niego con la cabeza. No voy a defenderlo, que se joda.  

 

— Vamos a salir a un bar y conocerás a otro hombre— la consuela Tanya 

 

— ¡No!— grita Jasper. La señora que nos atiende y me trae los vestidos lo regaña y lo echa del lugar.  

 

— Nos vamos al bar — afirma Alice.  

 

— La señorita Isabella no puede ir— dice Diego con seriedad. Es un tipo bastante alto y fornido. Tiene el cabello negro a diferencia de James que es rubio; ambos usan unos lentes oscuros y usan un traje negro—. Tenemos órdenes estrictas del señor Cullen de no llevarla a lugares que él no autorice  

 

— Vaya y dígale al señor Cullen que puede irse yendo a la…  

 

— ¡Alice!— la interrumpo para que no diga la grosería—. Bien, iré a ponerme mi ropa, este es el vestido que quiero— sonrío y voy a cambiarme no sin antes pedir que lo ajusten un poco. Una vez vestida salgo y me voy con mis amigas de regreso al departamento. El vestido se quedará en la tienda hasta mañana para que lo ajusten y lo llevarán a casa de Amparo donde me quedaré un día antes de la boda para no dormir con mi futuro esposo. Edward se negó rotundamente a que no durmiera con él pero estoy segura de que lo voy a convencer. Cuando se abren las puertas del elevador Edward me abraza.  

 

— Qué bueno que estás bien— susurra en mi oído.  

 

— Las chicas van a tener que irse— dice Emmett con un vaso de whisky en las manos. Le da un sorbo—. Hoy es la despedida de soltero de Edward  

 

— ¿Ah sí?— pregunto amenazante. Edward me mira cariñosamente y me acaricia la mejilla.  

 

— Tú vas a quedarte, cielo… jugaremos cartas, tomaremos, solo eso… no habrán chicas bailando  

 

— No, mejor me voy a un bar, no dejes de ver lo que te gusta por mí— digo con tono mordaz.  

 

— Tú no vas a ningún lado— me dice—. Y ya estoy viendo lo que me gusta  

 

— Sí claro— respondo sarcástica pero mis mejillas comienzan a enrojecer.  

 

— Él si ama a su mujer, no como otros— masculla Alice. Jasper la intenta abrazar por milésima vez y ella se aparta. Sigue bastante enfadada y no le habla.  

 

— Yo te amo, Alice, eres la única— le insiste Jasper 

 

— Cállate— responde Alice. Edward me mira interrogante, como queriendo saber que pasó entre ellos.  

 

— Él dijo que tendrías una despedida de soltero con chicas bailando y que cometerías un pequeño desliz Omito la parte en que Jasper dijo que no era cierto. Quiero verlo sufrir.  

 

— Yo lo mato— musita Edward—. Dime que no le creíste…  

 

— No, por supuesto que no…  

 

— Por favor, abandonen este departamento, es solo para caballeros— exclama Emmett 

 

— Mi mujer no se va a ningún lado— le gruñe Edward abrazándome de forma posesiva.  

 

— Deja que vaya y se divierta— se queja Peter. Él está tomando vino tinto—. Son mujeres, no pueden hacer cosas malas, son responsables  

 

— Te amo— le dice Tanya con una sonrisa coqueta. Peter le devuelve la sonrisa y la abraza. 

 

— Y yo a ti— responde Peter—. No haremos cosas malas, solo vamos a jugar cartas, tomar, recordar viejos tiempos… te lo juro por nuestro bebé 

 

— Está bien, ya me quedo más tranquila 

 

— Bueno, ustedes vayan, pero Bella se queda aquí— dice Edward. 

 

— No puede haber una despedida de soltera sin la novia— dice Rosalie 

 

— Eso es exactamente lo que yo pienso— interviene Emmett 

 

— ¡No va y punto!— grita Edward. Emmett chasquea los dedos y en menos de dos segundos Edward es apartado de mí. Peter y Jasper lo retienen por los brazos fuertemente y mis amigas prácticamente me arrastran con ellas hasta el ascensor.  

 

— ¡No!— exclamo cuando las puertas del ascensor se cierran y suspiro con resignación.  

 

— Te vas a divertir, Isabella— me asegura Amparo.  

 

— Espero que no me obliguen a hacer algo malo— le respondo con los ojos entrecerrados. Rosalie me pasa un brazo por los hombros.  

 

— No haremos nada malo, despreocúpate— me dice Rose. ¿No dijo Rosalie que no haríamos nada malo? Me pregunto con rabia mientras miro a los tipos bailar. La verdad es que están sumamente bien pero no son nada comparados con mi prometido. Suspiro por milésima vez en esta tarde. Quiero estar con Edward.  

 

— Voy al baño— le aviso a Tanya quien está embobada viendo a los tipos. Ella me mira un segundo.  

 

— Está bien Las demás también están fascinadas viendo a los hombres que no se dan cuenta de cuando me bajo de mi silla y me dirijo a la salida. Cuando salgo alguien me pone una mano en la boca y me arrastra con él. Intento gritar pero me tranquilizo cuando me doy cuenta de que es Edward.  

 

— Estabas viendo hombres— me dice antes de soltarme con brusquedad. Yo me volteo para verlo. Sus ojos irradian mucha ira.  

 

— Yo te juro que no me gustan, iba a llamarte para que vinieras por mi— lloriqueo mientras me abrazo a él.  

 

— ¿En serio?— pregunta conmovido. Asiento.  

 

— Llévame lejos  

 

— Está bien, cielo, vámonos a otra parte, me alegra saber que tú si eres fiel Me echo a reír.  

 

— Pero claro que lo soy, te amo...  

 

— Yo más… salí del departamento en cuanto entraron las bailarinas  

 

— ¡¿Bailarinas?!— grito y Edward hace una mueca, incómodo.  

 

— Cuando se fueron estuvimos un rato jugando póker, vimos un partido de basquetbol pero de repente Emmett hizo pasar a unas chicas que bailaban y yo le grité y dije que me iría… no quiero que te enojes conmigo— hace un tierno pucherito y no puedo evitar tomar su rostro entre mis manos y plantarle un pequeño pero apasionado beso.  

 

— Me alegra saber que tu si eres fiel— le digo repitiendo las palabras que él ha dicho segundos antes. Una sonrisa torcida se dibuja en su rostro.  

 

— Tengo a la mujer más hermosa a mi lado ¿cómo podría mirar a otras?— pregunta y yo me sonrojo—. Vamos a… un lugar más privado— me propone con una sonrisa descarada.  

 

— Lo siento, pero mi prometido se enfadaría mucho y yo lo amo y lo respeto— bromeo. Los ojos de Edward se oscurecen.  

 

— No creo que le importe— replica con un tono de voz seductor. Me muerdo los labios sin poderlo evitar—. A la mierda tu prometido— dice antes de besarme desesperadamente. Cuando nuestras lenguas se rozan yo suelto un pequeño gemido. Lo deseo tanto que me siento a punto de estallar. Puedo sentir el sabor del alcohol combinado con su delicioso aliento y eso me excita aún más. 

 

— Te amo— digo contra sus labios.  

 

— Yo más, princesa, yo más— contesta cuando se aparta de mí—. Vamos a un motel Estoy a punto de decirle que sí pero recuerdo que tengo el periodo.  

 

— Tenemos un pequeño problemita rojo— le recuerdo en voz baja para que nadie me escuche. Edward me sonríe despreocupadamente.  

 

— Eso no me va a detener, además lo que quiero hacer hoy no involucra para nada aquella parte de ti  

 

— ¿Entonces que me harás?— pregunto casi sin aliento. Mi mente imagina algunas cosas y eso me prende aún más.  

 

— Ya lo sabrás…  

 

 

 

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::  

 

 

 

— Edward, ¿va a dolerme?— cuestiono. Estoy en cuatro con las piernas muy abiertas. Edward me está poniendo lubricante en el trasero. He escuchado que el sexo anal es horrible, que duele demasiado.  

 

— Un poco, mi amor… pero no te preocupes, seré muy cuidadoso Trago saliva con nerviosismo. Francamente estoy asustadísima.  

 

— Si te duele demasiado vamos a parar— me promete. 

 

— ¿Has hecho esto antes?— pregunto. Edward se ríe.  

 

— No… a ninguna mujer le he hecho algo así  

 

— ¡¿Qué?!— exclamo—. ¿Entonces como carajo sabes que vas a ser cuidadoso?  

 

— Tranquila, cielo… te aseguro que seré sumamente cuidadoso, quiero que seas mía de todas las formas posibles… Suelto un gemido pero no de excitación (esa ya se evaporó hace un buen rato) sino de preocupación. De pronto siento que me penetra con su dedo. Estoy a punto de gritar pero descubro que no duele demasiado.  

 

— Quiero estar aquí— dice mientras mueve su dedo. Después de unos segundos comienzo a sentir placer y gimo—. Es hora de entrar yo… Asiento al mismo tiempo en que saca su dedo. Y por el rabillo del ojo alcanzo a ver que se coloca un condón. Se posiciona encima de mí y me penetra lentamente.  

 

— ¡Ah!— grito—. Duele mucho— me quejo. Edward se sale inmediatamente de mí.  

 

— Amor, ni siquiera terminé de entrar— dice él con tristeza. Las lágrimas se están acumulando en mis ojos. Esto me duele tres veces más de lo que me dolió mi primera vez.  

 

— Duele… — lloriqueo.  

 

— Tú puedes, mi amor, tendré más cuidado Asiento y Edward vuelve a intentarlo. Tengo que hacer esto por él. Muerdo la almohada que tengo debajo de mí para reprimir el grito de dolor. Esto es el peor dolor que he sentido en toda mi jodida vida. Mi novio me da una pequeña embestida y yo ahogo un sollozo.  

 

— ¿Estás bien, amor?— me pregunta Edward con preocupación.  

 

— Estoy bien— gruño.  

 

— Mejor me salgo, no soporto verte así— dice arrepentido.  

 

— No, continua— le pido. Tengo que acostumbrarme.  

 

— ¿Estás segura?— su voz está llena de ansiedad.  

 

— Segura— murmuro. Edward se mueve lentamente durante un rato hasta que el dolor casi desaparece por completo. Incluso puedo decir que comienza a sentirse placentero.  

 

— Se siente bien— susurro y Edward se detiene un poco para preguntarme si es verdad—. Sí, es verdad, comienza a sentirse bien  

 

— Esto es genial— responde él antes de moverse un poco más rápido. Oh, sí, se siente rico, pienso—. Ah, te amo tanto— gime.  

 

— Yo igual— contesto. 

 

— Eres mía, Isabella— gruñe.  

 

— Soy tuya— respondo fervientemente.  

 

 

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::  

 

 

 

— ¿Te ha gustado, cielo?— me pregunta Edward cuando salimos del motel en el coche. No he podido llegar al orgasmo con eso pero Edward se encargó de que lo hiciera torturando mis pezones.  

 

— Muchísimo— respondo encantada.  

 

— Ya eres mía por completo— dice maravillado mientras se incorpora al tráfico.  

 

— ¿Es verdad que nunca habías hecho esto con otra mujer?— pregunto.  

 

— Es verdad… el sexo anal era algo que me daba asco, de hecho no me atreví a hacer muchas cosas, el sexo no era la gran cosa hasta que apareciste tú No puedo reprimir la sonrisa de satisfacción al escuchar sus palabras. — Cuando estoy contigo de esa manera me siento pleno— continúa—. Quiero hacer miles de cosas contigo…  

 

— Yo igual— respondo—. Mmm… ¿Ahora a dónde vamos?  

 

— A cenar, quiero celebrar mi despedida de soltero con un pequeño desliz, espero que mi prometida no se entere de lo que estoy haciendo— me sonríe juguetonamente y yo le mando un beso.  

 

— Seguramente ella esté también teniendo una aventura por ahí— me río y Edward me sonríe con complicidad.  

 

— Te amo… me encanta festejar mi despedida de soltero contigo…  

 

— A mi igual… aunque los demás deben estarse preguntando en donde demonios estamos  

— Me importa una mierda— se encoje de hombros y sigue conduciendo. Todos nos regañan cuando llegamos al departamento por habernos escapado. Ni Edward ni yo nos sentimos mal por haber hecho lo que hicimos.  

 

— Queríamos festejar los dos solos, solo hemos ido a cenar— les dice Edward mientras me abraza de forma protectora.  

 

— No tiene ningún sentido así— se queja Alice.  

 

— Yo me la pasé mejor con Edward que en el bar— le digo con el ceño fruncido—. Yo no quería ver bailarines 

 

— Ni yo bailarinas  

 

— ¡Me juraste por nuestro bebé que no habrían!— exclama Tanya. Peter hace una mueca.  

 

— Yo no sabía que iban a haber bailarinas, Emmett las trajo de repente Rosalie se acerca a Emmett y le da una cachetada que hasta a mí me duele.  

 

— Eres un estúpido— le grita Rose a su prometido—. me las vas a pagar, tres meses sin nada de nada ¿me entendiste?  

 

— ¡¿Qué?!— exclama Emmett con los ojos desorbitados por la sorpresa. Yo me río por lo bajo.  

 

— Sí, te lo mereces por infiel— Rosalie se cruza de brazos.  

 

— No te fui infiel, osita— dice mi cuñado con un puchero e intenta abrazar a mi amiga.  

 

— Me fuiste infiel, trajiste bailarinas  

 

— En todo caso ustedes también fueron infieles — gruñe Edward—. Ustedes fueron a ver bailarines, yo las vi  

 

— ¡¿Qué?!— exclaman Emmett, Peter y Jasper al mismo tiempo. Después de eso hay una discusión colosal en nuestra sala así que Edward y yo decidimos subir a nuestra recámara.  

— Parece que arde Troya allá abajo— se ríe Edward mientras yo me siento en su regazo. Le rodeo el cuello con mis brazos y le doy un pequeño beso en los labios.  

 

— Sí, creo que sí— le doy la razón. Hasta acá puede escucharse la discusión entre las tres parejas.  

 

— Pues se lo buscaron por ser unos infieles— me dice serio. Yo lo vuelvo a besar.  

 

— Por suerte tú y yo no lo somos  

 

— Exacto, solo somos tú y yo… nadie más  

 

— ¿Para siempre?— pregunto.  

 

— Para siempre, mi amor… hasta que la muerte nos separe  

 

 

 

 

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 

 

 

 

 

 Me despierto sobresaltada y con miedo al no sentir a Edward a mi lado. Después de unos segundos comprendo que estoy en casa de Amparo porque mañana es la boda. Suspiro y me recuesto nuevamente mientras miro al techo. Estoy nerviosa, muy muy nerviosa como si algo muy malo fuese a ocurrir. Tengo una opresión en el pecho desde ayer que no me deja estar tranquila. Tengo que llamar a Edward para saber si no se ha arrepentido de la boda. Quizá por eso estoy tan nerviosa, Edward podría arrepentirse. Me incorporo de nuevo y prendo la lámpara de noche. Tomo mi bolsa y saco mi celular para marcarle a Edward aunque sean las tres de la mañana. Mi boda es hoy, no mañana.  

 

— Mi amor— contesta al primer tono. No suena adormilado—. ¿Te pasó algo? ¿Quieres que vaya por ti? Sabía que no era buena idea que te quedaras allí…  

 

— Edward basta, estoy bien— le digo al borde del llanto.  

 

— ¿Qué te pasa? ¿Por qué te escucho mal?  

 

— Porque estoy nerviosa— respondo sollozando—. Tengo miedo, tengo un mal presentimiento  

 

— Oh por favor no… no me digas que te estás arrepintiendo  

 

— No, mi amor… lo que más quiero en el mundo es casarme contigo, pero siento que tú podrías arrepentirte…  

 

— No, mi cielo… jamás me arrepentiría, me siento nervioso por la boda, pero… estoy totalmente convencido de que quiero casarme, te juro por mi vida que no voy a dejarte plantada  

 

— ¿De verdad?  

 

— De verdad, cielo… ¿quieres que vaya por ti?  

 

— No, estoy bien… me dejas más tranquila— contesto mientras me limpio las lágrimas con el dorso de mi mano.  

 

— No llores, mi cielo… no soporto escucharte así  

 

— No te preocupes, estoy bien, estoy paranoica con esto de la boda  

 

— Quiero tenerte en mis brazos en este momento— susurra—. Por favor déjame ir por ti, no he podido dormir nada, creo que mañana te casarás con un monstruo  

 

— No lo creo, tú eres guapísimo como sea… y no, no vengas por mí, se supone que los novios no deben verse antes de la boda, así que técnicamente estamos rompiendo las reglas…  

 

— No estoy viendo a mi novia, estoy hablando con mi amante en este momento— bromea.  

 

— Si lo pones así, entonces no está mal— respondo sonriendo como una tonta. Me siento totalmente tranquilizada y me convenzo de que mi inquietud es por estar lejos de Edward. Él se ha vuelto indispensable para mí.  

 

— Déjame ir por ti— insiste.  

 

— No te conviene hacer eso, Amparo tiene un arma y creo que no le importará dispararte 

 

— Amparo— masculla—. Yo he tratado de llevar la fiesta en paz con ella, pero sigue con su idea de hacer un blog contra mis libros  

 

— Aun no le caes bien— me río—. Pero estoy segura de que no te odia… solo odia tus libros  

 

— Yo no tengo la culpa de que su estúpido novio siguiera al pie de la letra lo que dicen mis libros, debería saber que es solo ficción— gruñe.  

 

— Lo sé…  

 

— Ya quiero que llegue la hora— dice—. Quiero verte con tu vestido de novia…  

 

— Está hermoso— respondo.  

 

— ¿Cómo es?— inquiere.  

 

— No te lo diré  

 

— Una pista, por favor… solo dime donde está el cierre  

 

— Que pervertido y ansioso es usted señor Cullen— me burlo.  

 

— Anda, cariño, dame una pista  

 

— Es blanco, solo puedo decirte eso— digo carcajeándome—. Además ¿para qué quieres saber? Vas a terminar quitándomelo…  

 

— Tienes razón— contesta con voz ronca—. Me muero por arrancarte el vestido de novia, hacerte mía hasta que caigamos rendidos  

 

— ¿Estás intentando tener sexo telefónico conmigo?— le pregunto.  

 

— Mmm… quizá  

 

— Eres un desvergonzado— contesto con un tono de voz seductor.  

 

— Contigo nada más, nena  

 

— Eso espero— entrecierro los ojos. Edward bosteza unos segundos después—. Duérmete, cariño…  

 

— No— se queja—. Quiero seguir charlando contigo Finjo bostezar.  

 

— Yo ya tengo sueño, amor— le miento.  

 

— Está bien— dice resignado—. Hasta más tarde, te extraño, mi amor  

 

— Yo más, me entristece no estar contigo en la cama  

 

— Por favor déjame ir por ti— insiste una vez más.  

 

— No, ahora quiero que duermas, que te relajes… si no lo haces no me casaré contigo— lo amenazo.  

 

— Está bien, está bien— gruñe como niño regañado—. Ya me voy a dormir, cuelga tú primero  

 

— No, tú— respondo.  

 

— No, tú cuelga primero, yo no soy capaz  

 

— Colguemos al mismo tiempo ¿Si?— le propongo.  

 

— Perfecto, a la una, a las dos y a las tres… Ninguno de los dos cuelga y nos echamos a reír.  

 

— ¡Ya cuelga!— exclamo.  

 

— Hazlo tú… Suspiro antes de colgar. Pongo el celular en la mesita de noche y me levanto. Iré a la cocina por un vaso con agua. No podré conciliar el sueño, de eso estoy segura.  

 

— Tú tampoco puedes dormir ¿eh?— me pregunta Amparo cuando entro en la cocina. Ella está recargada en la barra con un vaso de jugo en las manos.  

 

— No puedo, supongo que serán los nervios de la boda— admito mientras cruzo los brazos. Comienzo a frotármelos de forma nerviosa—. ¿Y tú? Creí que tenías mucho sueño  

 

— Tampoco puedo dormir— sonríe antes de darle un trago a su jugo.  

 

— ¿Se puede saber por qué?  

 

— Es… es una tontería  

 

— Bueno, si no quieres contarme está bien— le digo.  

 

— Bien, te lo diré… acabo de dejar a mi novio— suspira. Me quedo boquiabierta y me acerco a ella.  

 

— Amparo eso es terrible…  

 

— Sí… pero es lo mejor, ya no soportaba sus escenitas de celos, sus gritos y su posesividad  

 

— Has hecho muy bien— asiento y luego la abrazo. Ella solloza en mi hombro unos segundos.  

 

— Lo amo demasiado, Isabella… pero no pienso permitir que me maltrate más… ¿crees que hice bien en dejarlo?  

 

— Por supuesto que sí… — dejo de abrazarla y apoyo mis manos en sus hombros. Quiero infundirle ánimos. A pesar de conocerla desde hace muy poco tiempo se ha convertido en una muy buena amiga. 

 

— Bueno… no lo dejé por eso— confiesa con las mejillas empapadas por las lágrimas.  

 

— ¿Entonces por qué?  

 

— Me engañó con otra mujer— responde—. Él mismo me lo confesó pero me suplicó que no lo dejara  

 

— Yo lo mato— mascullo enfurecida.  

 

— No… voy a sacar a ese tipo de mi vida— dice limpiándose las lágrimas. Sorbe un poco por la nariz y me sonríe—. Ahora lo importante es tu boda, me alegra mucho que te cases, pero por favor no permitas que Edward te maltrate  

 

— Amparo…  

 

— Nada, no quiero hablar más sobre el tema de mi ex novio— me interrumpe.  

 

— Está bien— susurro.  

 

— Me preocupa otra cosa— hace una mueca—. Mi hermano Siento una punzada de miedo en ese instante.  

 

— ¿Qué pasa con él? — Bueno, como ya sabrás nunca fue arrestado ni nada, así que sigue suelto… me dijo que se iría de viaje por un tiempo, que había comprendido que no debía desquitarse con las demás mujeres por lo que le pasó…  

 

— Eso… eso es bueno— sonrío. Amparo niega con la cabeza. Se nota la preocupación en su semblante.  

 

— No me gusta que me haya dicho eso, estoy segura de que algo trama, no tiene a donde ir, él gastó toda su herencia en apuestas, mujeres y otras cosas absurdas… ahora solo es un policía  

 

— No puede ser— susurro. Una oleada de pánico invade mi cuerpo.  

 

— No quise decirte nada hasta ahora para no alterarte…  

 

— Amparo, creo que mejor hubieses esperado hasta después de la boda— mascullo. Ahora mismo debo estar blanca como el papel.  

 

— Por favor, tienes que estar tranquila, si te lo dije fue para que ambas estemos muy atentas… no podemos permitir que mi hermano intente algo… por favor, esto no lo puede saber Edward, no quiero que me arme una bronca por esto  

 

— No te preocupes, no se lo diré, pero los guardaespaldas deben estar informados…— contesto. Amparo asiente.  

 

— Sí, debemos decirles ahora mismo…  

 

— Pero están dormidos…  

 

— ¿Qué carajo me importa que estén dormidos?— pregunta irritada—. Es tu seguridad, Isabella… se los vamos a decir ya mismo  

 

— Está bien Me sirvo un vaso con agua y después Amparo y yo vamos a buscar a los guardaespaldas. Edward me ha obligado a traerlos conmigo. Esa fue la condición que me puso para poder quedarme en casa de Amparo. 

 

— ¿Qué sucede, señorita Swan?— pregunta Diego con voz adormilada cuando me abre la puerta de la habitación que ocupa hoy. Se frota los ojos y James aparece detrás de él con cara de pocos amigos la cual cambia cuando me ve.  

 

— Tenemos algo muy importante que decirles— respondo—. Perdonen que los moleste  

 

— No se preocupe, señorita— dice James.  

 

— Yo se los explico— me susurra Amparo y yo asiento. Los cuatro vamos a la sala y Amparo les cuenta la situación.  

 

— No se preocupe, señorita Swan, nosotros vamos a protegerla y a estar muy alerta— afirma James con mucha seriedad. Ya no parece tener sueño.  

 

— Sí, eso es seguro— dice Diego—. ¿Esto ya lo sabe el señor Cullen?— inquiere.  

 

— No, y no podemos decírselo— me apresuro a contestar—. No quiero que esté alterado…  

— Pero debe saberlo…— protesta James con tono severo.  

 

— No se lo van a decir, no lo queremos alterado por unas simples sospechas— dice Amparo—. Solamente no debemos descuidar a Isabella hasta que sea la hora de la boda y nada va a pasar…  

 

— ¿Y si intenta hacer algo a mitad de la ceremonia?— pregunta Diego pensativo. Parece que ha formulado la pregunta para sí mismo. Otra oleada de pánico me hace estremecer.  

 

— No digas eso— le pido—. Por favor estén atentos  

 

— Usted no se preocupe, estaremos sumamente atentos, disculpe a Diego— dice James mirando a su compañero con los ojos entornados. Un rato más tarde Amparo tiene que darme una pastilla para dormir porque simple y sencillamente no lograba conciliar el sueño. Cuando me despierto son las diez de la mañana y desayuno con mi amiga mientras conversamos Tengo los nervios a flor de piel y me gustaría eso de no ser por la maldita opresión en el pecho que ha vuelto. 

 

Cuando me estoy duchando ya no soy capaz de respirar con tranquilidad. Me siento asustada, muy nerviosa y sé que no es por la boda. Algo malo va a pasar estoy segura… Edward se va a arrepentir, me dejará en el altar y eso es algo que no podré soportar. <<No, Bella, tranquila>> me dice mi subconsciente. Esta vez ha tomado la forma de Edward, <<él te ama y nada malo va a suceder>> Decido que es muy buen momento para creerle. Mi novio me ama y yo a él. Solo estoy un poquito nerviosa por la boda. Dios mío santo ¡Me voy a casar con Edward Cullen! ¿Cómo carajo no voy a sentirme al borde del colapso? Mis amigas llegan un rato más tarde y comienza la tortura: mi arreglo. Rosalie me peina y Alice se encarga del maquillaje. Me dejan como una diosa y eso me sube la autoestima hasta el cielo. Antes de ponerme el vestido Alice me lanza una liga. Me sonrojo.  

 

— Esto es lo prestado, por cierto… es mía y la quiero de vuelta— me dice con tono burlón. Rosalie se echa a reír.  

 

— El vestido es lo nuevo— dice Amparo y de repente saca un hermoso broche azul—. Toma, esto es lo azul, es muy especial para mí, perteneció a mi madre…  

 

— ¡Muchas gracias!— exclamo a punto de llorar de emoción. Amparo le pasa el broche a Rosalie quien me lo coloca en el pelo.  

 

— Bueno, yo tengo lo viejo— interviene Tanya. Abre una cajita de terciopelo y me muestra los hermosos pendientes plateados—. Eran de mi abuela pero ahora quiero que los tengas tú  

 

— Oh, Tanya— las lágrimas están a punto de salir de mis ojos pero Alice lo impide con un grito.  

 

— ¡Ni se te ocurra llorar porque te mato!— chilla—. No trabajé tanto para que lo arruines Todas nos echamos a reír y después me ayudan a ponerme el vestido.  

 

— Estás divina— me dice Rosalie. — Nunca había visto a una novia tan linda— suspira Amparo.  

 

— Todas ustedes están más guapas— les digo ruborizada. Es verdad, todas están hermosas con sus vestidos morados de damas de honor.  

 

— Pero claro que no, me molesta que seas tan modesta— gruñe Tanya—. La más hermosa eres tú, eres la novia  

 

— Bueno, gracias— susurro.  

 

— Bien, te dejaremos sola… Charlie no tarda en llegar y me dijo que quería hablar a solas contigo— dice Alice sonriéndome pero luego se pone seria y me señala con un dedo de forma amenazadora—. Te las verás conmigo si te atreves a arruinar mi maravillosa obra de arte…  

 

— No quisiera dejarla sola— interviene Amparo con nerviosismo.  

 

— No, dejémosla sola, debe estar muy nerviosa— dice Rose. Yo miro a Amparo tratando de tranquilizarla. Necesito estar a solas, asimilar lo que está por suceder.  

 

— Quiero estar sola un rato… los guardaespaldas están afuera de la recámara— le recuero y Amparo suspira con alivio.  

 

— Es verdad  

 

— ¿Qué pasa?— inquiere Alice frunciendo el ceño.  

 

— Nada, es solo que Edward pidió que la cuidara y que no me le despegara— se ríe Amparo.  

 

— Ese Edward es demasiado sobreprotector— masculla Rosalie—. Pero bueno, al menos te ama, Bella… mi oso es un maldito infiel que ve bailarinas, pero lo estoy haciendo sufrir sin sexo Me río. Comprendo un poco lo que Emmett debe estar sufriendo. Edward nunca se pudo burlar de él puesto que sufrió lo mismo conmigo. Mis amigas salen de la habitación y yo aprovecho para mirarme en el espejo. Me encanta, me siento como en un cuento de hadas.  

 

— Me voy a casar— digo maravillada. Todo el miedo, toda la angustia ha desaparecido. Las cosas estarán bien.  

 

— No lo creo— me susurra una voz fría y cruel que me resulta familiar. Me quedo paralizada cuando veo que mi peor miedo se refleja en el espejo.  

 

 

 

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 

 

 

 

 

Holaaaa mis hermosas camareras. Creo que no hace falta explicar porque tarde tanto, ya les dije que soy una vil delincuentee D: por suerte no ire presa y podre seguir escribiendo. Tengo buenas noticias: me compraron una tablet con teclado y ya no me voy a estar peleando con mi madre por la computadora jajajaja. 

 

Ingridcollen: hola hermanitaa!!! Jajajaja en serio encontraste a tu ed venezolano? WOW jajajajaj. Bah.. que mal que se fuera tu emoción al caño ay eli... a veces puede decir cosas tan crueeles D: pero bueno, a veces realistas a final de cuentas jajaja. Y bueno tu te encargaste de vengarnos.con eso de la radio jajajaja te admiro, yo le cuelgo al locutor . * poniendo cara de panico de gmail* como decimos aqui... TE LA RIFASTEE!!! . Y pasando a la camarera pues no se como sea hacerlo en un piano D: jajajja... brincos diera para que me pasara eso ... jajaja no te creas. Sobre Alec si, es un maldito hijo de puta que al principio planee que fuera bueno pero luego dije: bah... tiene que ser un maldito, asi que lo hice el antagonista masculino y tu seras la antagonista femenina y la mas perra ( disculpa la expresion, me.refiero a que tu papel en la camarera sera perra, no tu, a ti te amo hermanita, ya sabes jijijiuyyy ay que irlo a matar con los bates y palas pequeña sasha y tu navaja nueva (aqui entre nos, ¿me podrias regalar una para mi cumple que sea morada? Jajaja ok no) y sobre eso de que peter no pregunta no te preocupes, ya edward se lo reclamara *aunque claro, eso solo sale en el pov edward* y ed pobecito si se quedo sedado estaba demasiado mal, pero bah... esto que hizo Alec es poco comparado con lo que hara despues jajaja (oh sasha, tienes que callarteee) y no le pegues a bella, ya Alec se encargara de hacerle algo parecido DIGO NOOOOO jajajaj. Y SIII ED Y BELLA SE CASAAAAN!!! Jajaja los problemas empiezan en su matrimonio muajajajjaa. Y pues el insistio.en que.tomara la.leche porque a ultima hora le parecio algo poco romantico meterle.el anillo en el jugo y quizo pedirselo de otra manera, pero... bueno Bella siguio tomando el jugo.muajajaja. 

 

gatablackholaaa!!! Tienes que irte acostumbrando a salir en el fic jajaja tienes que salir mas y salvar a bella y ser su amiga y dama de honor (te pondre un vestido morado, amo el.morado jajajaxD. Saludos a tus amigas que no te creian muchas gracias por darme animos!! Despues de leerlas a todas ustedes dije: SIII QUE SE JODA EL MUNDO SOY MUJER Y SOY MEXICANA JAJAJAJA ok no, DIJE SOY MUJER Y TODO LO PUEDO. Jajajaja me rei mucho con la regla del pinocho jajajaja si pudiera pido cuatro edwards y cuatro christians y no bañados en oro sino en chocolate n.n. y regresando al fic pues si, eres la heroina legal de bella jajajaja (y no, alec no necesito la heroina ilegal para estar loquillo, lo hace por el VIH pero él se lo busco por pipisuelto ¬¬ ) de hecho tu escena fue la que mas me gusto escribir, te lo digo en serio. Y si te cumplire tu pedido de la semana, claro que seras damita de honor pero vestida de moraaadoooo entendisteee? ¬¬ ajajaja no te creas, bueno, creo que va algo en serio estoy decidiendo entre azul, morado, o rosa para los vestidos de las damas de honor bueno bueno, gracias por decir que mi cap es impactante pero bueno, espero que el siguiente lo sea mas jajajajana. Me inspire en una telenovela para hacer lo que pasara en el siguiente capitulo (algunas cosas son mias otras de la novela) que bueno que te gustara mi lemmon de verdad saco.fuerzas sobre humanas para poder hacerlos, asi que espero no decepcionarlas... lo que es describir sexo, ropa y lugares me sale fatal, de la mierda, lo unico que considero que me queda decente son los dialogos y la trama xD. Y sobre los hijitos jijiji aun no puedo decir nada, quiza mas adelante les salga con el domingo siete (ellos, no yo jajaha) espero que te guste este capitulo mi hermosa heroina de bella y mil gracias por tu apoyo, bendiciones y exitossJijiji no seas malita mandame un poco de inspiracion xD porque la ocupo o una jarra con agua para mojar mi cerebro que esta por secarse D: Pd: ¿QUE RAYOOOS? Yo tambien estaba viendo el partido y no lo vi waaaaaaaaaaaaaaaaa!!! Por que tenia que estar haciendo una estupida maquetaaaaaJajaja yo le iba a argentina porque ellos sacaron a los holandeses que nos habian sacado a nosotros lo repito NO ERA PENAAAAAAAL!!! Robben se tiro, rafa marquez no lo toco NO ERA PENAAAAAL WAAAAAAA Ok, perdona por descargar mi frustracion en ti *llorando* p.p 

 

gloriacullen: Hola amigaa, me alegra mucho que te haya gustado el capitulo y sii no tiene madre Alec jajaja tiene vih y quiere repartir sus regalitos con todas las mujeres que pueda jajaja. En el siguiente capitulo van a entender porque había dicho que el secuesto de Alec en capitulos anteriores era solo un pre secuestro y pasando a lo bonito, si, ed y bella tenian planes de ccasarse pero pues creo que ya se les arruino todo por ahora jajaja (oh sasha deja de joder gente) pero no te preocupes de que se casan SE CASAN jajaja. . Y bueno, lamento haber tardado demasiado, espero que haya valido la pena esperar. Gracias por considerarme tu amiga y por tus palabras para animarme... tienes razon, la vida es muy bonita (ojala que fuera eterna hajajaja escribiria taaaantojajaja pero bueno, quiza sea tan especial porque es corta jajaja ya me puse a filosofear yo xD o como se le diga a eso de tener reflexiones jajajajaBesoos, te quiero. 

 

 

Pequeña_ vampiro_ 97: Hola hermosa amiga socia de la maldad. Que bueno que mi capitulo y nuesta fusión te gustaran. Y si, en el siguiente cap vas a aparecer ya y sabras quien es tu personaje... fiuuu... que bueno que te gusto el nombre que elegí para ti jajaja si gritaste al enterarte de que saldrias entonces que haras cuando seas nombrada por vez primera D: jajaja que se vaya preparando tu hermana (por cierto, le mando un saludo). Aww tu si me entiendes lo que sufri D: grrrr yo que tu agarro mi pala marca pequeña sasha lo mato y lo escondo en el bosqUE para no tener que verlo (AY NOOOO, ESTOY TENIENDO PENSAMIENTOS DE DELINCUENTEEE ) por cierto tambien el mio es mi vecino u.u eres de las mias tambien me puse como zombie... sabes que¡ LARGUEMONOS DE SHOPPING CON LA TARJETA DE EDWARD QUE SE JODAAA TODO EL MUNDO HAJAJAJAJ nos pondremos tan lindas que en vez de suplicar nos suplicaran muajajajajaa. Y pasando al fic si, Alec esta loco, es un perro roñoso y no era mi intencion hacerlo asi al principio asi que tu vendrias siendo una persona con mucha habilidad para oler la maldad. y si, ni Tanya ni Peter preguntaron donde lo se D: jajajaja pero todo era parte de mi plan maligno jaja ok no, y pobre ed fue sedado por un ataque de nervios, imaginate como se pondra en el siguiente capitulo jajajaja. Y bueno, ustedes ya sabran si ese casamiento se hace o no muy, que mala soy jajajajaAhh no me gusta que te sietas asi... animo¡¡¡ jajajajaja me mato de risa tu publicidad jajajajaja. Eres muy buena con las maldades y las propagandas jajaja y sobre tu duda cuando yo siento celos siento algo peor que las abejas africanas jajajaja. Y claro que podemos usar a mi abogado, el esta disponible para la defensa de todas las camareras. Ah, tu fuiste la unica que voto por lo del POV Edward, lo voy a escribir y pues ya lo subo, decidi que si quiero hacerlo y espero que me apoyen o recibir sus criticas constructivas ajaja los pov ed no son lo mío... 

 

stephiipattzHermanitaaaaa del alma y FAN NUMBER ONE JAJAJA (soy tu escritora favoritaaa yeeeeeiii mil gracias) no te preocupes por el tamaño de tu coment jaja yo tambien te adoroo hermanita. Te he extrañado muchisimoooo a pesar del sermon que tu e ingrid intentaron darme te quiero jajajaja, bah, pero lo hacen por mi bien, porque soy su hermana peque pequeña. Espero que este capitulo te guste mucho y no que no lo haya dejado en un momento emocionante jajaja. Espero que ya estes mas tiempo conmigo y nuestras hermanas, se te extrañaaa muchoooo WAAAAA WAAAA Te amooo hermanisss!! Cuidatebesitosss. Mil gracias por ayudareme a subir el capitulo, no sabes el favor que me haces jaja. Desde ahora te contrato como mi subidora de capitulos jajajajaja. Luego decidimos como te pago jajajajaAhhh por cierto tambien eres fan number 1 de eliii (celosa) jajaja nttc se que nos amas a las dos eli si se merece tener admiradoras, la condenada escribe genial y sus personajes son jdhdjhhjjjhdjskshc bien pin... genialesss. 

 

MUCHISIMAS GRACIAS A TODAS POR SUS HERMOSOS COMENTARIOS. REALMENTE ME ANIMARON MUCHO Y ME ALEGRA SABER QUE ME QUIEREN A PESAR DE SER UNA TORPE CHOCAAUTOS ROBA GELATINA JAJAJAJA. ESPERO QUE EL CAPI LES GUSTE Y ELII MUCHAS GRACIAS POR AYUDARME A REVISAR EL CAP Y TOMAR EL LUGAR DE MI EDITORA DESAPARECIDA JAJAJA. TE QUIERO... LAS QUIERO A TODAS!! POR CIERTO SI NOTAN PEQUEÑOS CAMBIOS EN LA FORMA EN QUE APARECE EL TEXTO ES PORQUE ESTOY SUBIENDO DESDE MI RECIEN ADQUIRIDA TABLET (QUE MIS HERMANOS YA LE ECHARON EL OJO Y ME LA QUIEREN QUITAR, PLANEAN APODERARSE DE ELLA COMO LO HICIERON CON MI ANTERIOR TABLET HASTA QUE ME JODIERON EL CARGADOR WAAAA) AHH POR CIERTO AHORA SE DE DONDE RAYOS SAQUE EL LEMA QUE SE JODA JAJAJA MI FAMILIA LO DICE TODO EL TIEMPOOO D: hoy me percaté de eso... BUENO, ME DESPIDO, MIS PRIMAS ME VAN A REVENTAR SI SIGO AQUI D: AHHHH PERO ANTESSS QUIERO AGREDECER A STEPHII POR SUBIR EL CAPÍTULO. GRACIAS A TI Y LAS HERMANAS POR AYUDARME EN MIS CRISIS, perdon por fastidarlas a ustedes y a las demas camareras con mis problemas WAAAA Besos de sasha la roba autos choca gelatinas jajaja digooo choca autos roba gelatinas  

 

 
Capítulo 19: Amenazas Capítulo 21: Explicaciones

 
14439460 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios