(Pov Jacob)
Llegué a casa y me metí en la ducha, tenía muchas ganas de haberme acostado con ella. Pero era una virgen, tenía que tener paciencia con ella. Haría que me suplicase por que se lo hiciese.
Sonreí ante el pensamiento y me fijé en mi erección.
Pasé mi mano por ella sintiendo como se erguía cada vez más. La imagen de Marta retorciéndose de placer en mis brazos era cada vez más real en mi mente. Pasé nuevamente mi mano por mi miembro hasta que llegué al orgasmo con su solo pensamiento.
Maldito infierno, esa niña era provocativa, deseable... tenía ganas de verla.
“Un día y ya estás colgado... piensa en las demás, en Bella, en Alice, en Esme... en Leah, ellas también merecen que las atiendas, son tus sumisas, debes complacerlas a todas por igual”-.
No debía distraerme, era un dominante de muchas mujeres y tenía que complacerlas a todas, eso era verdad, aún que con la virgen tuviese un cariño especial, más que cariño era compasión. No era un monstruo. Sabía tratar a una chica como ella, una chica del tipo “inocente”.
Salí de la ducha y caminé desnudo hacia la cama, me tumbé en la misma y me quedé dormido como siempre evitando las pesadillas y con un par de valiums.
Cuando desperté volví a meterme en la ducha y al salir me vestí para dar clase. Miré mi horario, de nuevo las chicas de primero... subí a mi moto y puse rumbo a la universidad.
(Pov Marta)
Me desperté cuando un móvil sonó en la planta baja... y no era el mio. Bajé rápidamente las escaleras y lo vi en el sofá... seguramente de Jacob.
No lo pensé y contesté.
-¿Si?- dije -a la otra linea-.
-¿Quien es?- la voz de una mujer resonó-.
-Soy... Marta pero este móvil no es mio es de...-.
-Claro que no es tuyo es de Jacob ¿Por que lo tienes tu?-.
-Por que anoche...-.
-¿Anoche? ¿Pasaste la noche con el amo?-.
Me quedé estática, al parecer no era la única.
“Has visto a semejante hombre ¿Esperabas que fuese solo para ti?, solo le estás devolviendo un favor, no hay nada más de ti que le interese.”
-Le devolveré el móvil-.
-Dile que Alice le ha llamado-.
-Claro, se lo diré-.
Colgué el teléfono pero volvió a sonar.
-¿Si?- dije curiosa a la otra línea-.
-Tienes mi móvil, niña-.
-Si.. te lo dejaste y...-.
-¿Sabes lo que supone contestar a las llamadas que no son para ti?-.
-Yo... lo siento Jac...-.
-¿Como debes llamarme?- su voz era un susurro-.
Tragué en seco.
-Amo- dije en un murmuro-.
-Te costará caro llamarme por mi nombre-.
-Lo siento... amo-.
-No me valen tus disculpas. Ahora dime alguien me ha llamado... ¿verdad?-.
-Alice-.
-Si... la llamaré, esta noche cuando te vea, me darás el móvil-.
-Claro, te lo... se lo daré, amo-.
-¿Donde ibas ahora?-.
-Me iba a duchar-.
-Piensa en mi cuando estés en ella- dijo en un nuevo susurro que hizo que mi cuerpo temblase-.
No dije nada a la otra linea.
-Nos vemos niña- colgó el teléfono-.
Respiré hondo y dejé el móvil en el sofá donde antes estaba. Mientras me duchaba volvió a sonar pero esta vez no lo cogí, volvió a sonar otra vez mientras desayunaba, tampoco lo cogí.
No quería saber cuantas además de yo estaban con ese hombre.
Salí de casa y ajusté mi chaqueta bien ya que hacía frío. Al salir me topé con un chico.
-Perdona... soy nuevo y estoy esperando el bus de la universidad ¿sabes donde para?-.
-Si justo allí- dije señalando la parada-.
-¿Tu también vas?-.
-Si- dije con una sonrisa-.
-¿Te importa si vamos juntos?, estoy algo nervioso-.
-Claro... cual es tu nombre-.
-Mi nombre es Seth, Seth Cleawather-.
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