(Pov Marta)

“¿Como has podido ser tan tonta? ¿Como demonios has podido ser tan tonta? ¿Quedar en tu casa? ¿Sabes lo que te hará? Será como en esas películas para mayores de 18 en las que el chico casi mata a la chica para conseguir su propio placer, I.D.I.O.T.A”-.

Y no podía quitármelo de la cabeza, ¿de verdad le había desafiado de esa manera?. No podía creerlo.

Terminé mi té y dejé el vaso sobre la mesa, me dispuse a terminar unas cuantas cosas de la universidad cuando llamaron a mi puerta y bueno... claro estaba quien era.

Abrí la puerta y me confundí al ver a Seth.

-Hola- dijo con voz cautelosa-.

-Hola- murmuré- ¿Que pasa?-.

-Nada, solo quería verte como hoy parecías tan distante-.

-No te preocupes, estoy bien... pasa-.

Me retiré de la puerta y le dejé pasar.

Seth entró, olía un poco a alcohol.

-¿Estas bien Seth?-.

-Acabo de venir de una fiesta universitaria... ya sabes como es eso- dijo mirándome- ¿puedo sentarme?-.

-Claro, es mejor si te sientas-.

Seth se sentó en el sofá, pero después de a penas unos minutos en los que cerré la puerta y me senté a su lado, se tumbó en el sofá.

-Me encuentro mal...- dijo algo pálido-.

Me levanté del sofá y le traje el cubo de fregar el suelo vacío para que pudiese vomitar.

-Adelante- dije y le acaricié el cabello intentando que se tranquilizase-.

-No... no puedo-.

-Entonces intenta relajarte...-.

La puerta sonó nuevamente.

-Será Edward...-.

-¿Sales con Edward?-.

-Es un amigo... por- dijo retorciéndose en el sofá-.

-Da igual...-.

Me levanté y abrí la puerta.

-Él está mal, lárgate- dije antes de fijarme en quien era-.

“JODER, JODER JODER JODER JODER, TONTA TONTA TONTA TONTA TONTA”-.

-¿Él?-.

Jacob levantó una ceja muy a su estilo en advertencia.

-Es... es Seth, no se encuentra bien-.

-¿Me has llamado para vernos estando Seth aquí?-.

-Lo siento... ha aparecido de pronto y...-.

Me tomó de las caderas y me acercó a su cuerpo, era una roca...

-Me debes muchas cosas y te castigaré con total severidad, ahora- siseó- así que dile a tu amigo que tienes que irte por una urgencia-.

-No puedo... mañana...-.

-Te haré un justificante-.

Caminó por el jardín y subió a su flamante moto.

Entré en casa y tomé una chaqueta, me fijé en Seth, estaba durmiendo así que le dejé una nota.

Seth me ha surgido una urgencia, una amiga me necesita ahora, puedes quedarte aquí, hay comida en la nevera y cerveza para la resaca. Mañana nos vemos. Un beso. MARTA.

Tomé las llaves y salí de la casa, sin mediar palabra me subí en la moto de Jacob.

Tenía curiosidad, a que demonios se refería con eso de... “Castigarte con total severidad”.

Dios... no estaba segura de lo que me iba a hacer, solo que debía de calmarle, arrancó la moto y le abracé por detrás sujetándome para no caerme. Acaricié su torso con mis manos, su pulso estaba acelerado así que le dio más velocidad a la moto. Clavé mis uñas sobre su ajustada camisa negra.

(Pov Jacob)

“Esta niña... no te conoce... no sabe como eres... no tiene ni la menor idea”-.

Cuando llegamos a mi casa la ayudé a bajar del coche, pero ella no me miraba directamente a los ojos, solo miraba sus pies.

Al entrar en la casa cerré de un portazo y me crucé de brazos.

“Un mundo lleno de posibilidades...”-.

-Estás aquí por que quieres estarlo-.

-Si- dijo en un murmuro-.

-¿Que hacía Seth en tu casa?-.

-Vino y estaba borracho, se tumbó en el sofá y fui por un cubo para que vomitase pero tu llamaste a la puerta... él dijo que era amigo de Edward y que tu... serías Edward pero tu fuiste tu y no Edward y...-.

-¿Tan nerviosa te pongo o tan caliente ricura?-.

-Yo... yo...-.

-¿Tú?- la miré a los ojos- no me conoces, sígueme-.

Caminé por el salón y subí las escaleras, miré por el pasillo, tres puertas lo componían y una de ellas...era mi salón de juegos.

“Piensa que ella es inexperta, tómate lo con calma”-.

Entré en la habitación y la miré.

-La ropa quitala, vamos a acabar con esto-.

Ella no dijo nada solo se quitó la ropa y se tumbó en la cama.

Me quité la camisa en completo silencio. Paseé mi vista por su cuerpo.

Ante la tenue luz de las farolas de la calle que se filtraba por las ventas, su piel se iluminaba. Esa piel que tanto me gusta pensar que solo yo había visto de este modo, pero quizás me equivocaba, sus pechos firmes completamente redondeados y sus puntas rosadas llamaban la atención al igual que esa pequeña linea marcada en su vientre hasta su ombligo.

-¿Él te ha visto así?-.

-Nadie me ha visto así- dijo en voz baja- nadie, solo tu-.

La tomé de las manos y las sostuve con las esposas que colgaban del cabezal de la cama.

-Eso me gusta mucho-.

Acaricié sus pechos con mis manos y bajé las mismas por sus caderas. Ella gimió suavemente por mis caricias. Bajé mi boxer y me masturbé ante tal imagen.

-No creas que se me ha olvidado tu castigo, solo que iremos poco a poco-.

Ella asintió con la cabeza. Pasé mis dedos por su sexo acariciándolo lentamente introduciendo mis dedos en el mismo. Sujeté sus piernas y las abrí, acerqué mi miembro a su sexo penetrándola por completo.

Pasé mi lengua por su senos, su sabor, joder, su sabor era inmejorable. Escucharla gemir era casi una melodía hipnótica.

Me moví con mas fuerza sin dejar de entrar y salir de ella. Mordí sus labios, ella alzó su cabeza de la almohada, quería que la besase pero no lo hice. Si no lo hacía con las demás, no lo haría ahora... con ella.

-Por favor bésame...- dijo mientras jadeaba casi sin respiración-.

-No- dije con la voz enronquecida moviéndome con más fuerza-.

-Por favor...-gimoteó-.

La besé en los labios con profundidad explorando su boca con mi lengua.

Mucho mejor así. Pellizqué sus pezones con mis dedos suavemente. Deslizé mi miembro con mas fuerza e impetu dentro de ella hasta que finalmente llegó al orgasmo.

-Esto te lo perdonaré por hoy- dije con la voz enrronquecida-.

-¿Que hice mal?- dijo en voz baja totalmente enrrojecida por todas partes de su cuerpo-.

-Shhhh- volví a besarla, su boca era inmejorable-.