(Pov Marta)

Desperté algo adolorida, miré mis muñecas y tenía unas finas rozaduras rosadas en las mismas. Miré hacia un lado y hacia otro. Jacob no estaba, me preocupé y me avergoncé a la vez al darme cuenta de que había dormido sin nada encima y que a pesar del fío del invierno no había tenido escalofríos, todo lo contrario, me encontraba fantásticamente bien.

-Buenos días- su voz hizo que mirase hacia la puerta.

Estaba apoyado en el marco y me miraba fijamente.

-¿Por que no me soltaste?- miré mis manos- es incómodo-.

-Tiene que serlo-.

-¿Por que?-.

-Tiene que ser incómodo a la par que cómodo-.

-No lo entiendo-.

-Lo entenderás, tu y yo todavía no hemos empezado a jugar en serio-.

“Bien... osea que hay más AWWWWWWWWWWWWW!!!!! ME ENCANTA”

-Esto... vale vale- murmuré y giré mi rostro hacia un lado en un vano intento de que dejase de mirarme-.

-Estás muy guapa de esta madera, enrrojecida, adolorida por mi-.

“Bien... ahora se siente orgulloso y lo peor de todo es que a ti te gusta que se sienta así... eres una perra sádica al igual que él”-.

-¿Te gusta?- dije en voz baja-.

-Mucho... tanto que he decidido pedirme el día libre en la universidad, por “Asuntos propios” y he llamado para avisar de que tu tampoco ibas-.

-Pero ellos... se darán cuenta...-.

-Reciben muchas llamadas al día, no se darán cuenta que era mi voz la que les dijo que no podías ir a clases, te haré un justificante-.

-Me siento como una niña de guardería-.

-De guardería no... pero eres alguien joven, inexperto que ha aceptado términos conmigo... y que debes cumplirlos ¿Quieres cumplirlos?-.

-Si quiero cumplirlos-.

“Si esos términos son como los de anoche con gusto los acataría”-.

-En ese caso...-quitó las esposas de mis muñecas- prepara mi desayuno y llámame cuando esté listo-.

-Mi ropa...- dije buscándola con la mirada-.

-No la necesitas, no hay nadie en casa, y no permitiría que nadie te viese así-.

Asentí y me levanté de la cama, pasé mis manos por mis muñecas un poco adoloridas pero omití ese dolor y caminé hacia la cocina.

Abrí la nevera y tomé huevos con algo de bacon, lo puse todo en una sartén. Miré el reloj de la cocina, un cuarto de hora para hacer el desayuno completo.

-Jacob... dijo... Amo-.

No sabía exactamente como demonios llamarle “Chico-de-los-orgasmos” sería un buen término para él.

Bajó con ese glorioso cabello medio húmedo, sus hombros anchos y musculados, un tatuaje en su brazo lo hacía más sexy y juvenil a la par que elegante... sentía tantas cosas al ver a ese hombre y una de ellas, la más poderosa era el deseo de sexo. Seguramente me había trastornado perder la virginidad tan “tarde” en comparación con las demás chicas.

(Pov Jacob)

Me senté vestido con un boxer negro de licra en la mesa de la cocina y la miré esperando que me sirviese el plato con el desayuno. Pasee mi vista por su cuerpo cuando dejó el plato enfrente de mi.

-Túmbate sobre la mesa-.

“Si señor, hoy tendría un desayuno de los que a mi me gustan...”

Ella al principio dudó pero después se tumbó sobre la mesa y puso sus manos sobre sus senos.

-¿Tienes hambre?-.

-Si... amo-.

-Buena chica, te vas adaptando a esto, tomé un poco de bacon y lo llevé a su boca-.

Después de terminar el desayuno a medias dejé el plato sobre el fregadero.

La tomé de las caderas mirándola fijamente y sonreí.

-¿Que me harás...?-.

-Voy a comer mi desayuno...-.

Pasé mi lengua por su sexo, lo sobrí son ímpetu sintiendo como levantaba las caderas de la mesa, la sujeté con firmeza contra la mesa.

-Shhh quedate quieta ricura-.

-Pero... por favor...-.

-Me gusta cuando suplicas ricura- introduje mis dedos en su sexo a la par que movía mi lengua circularmente por su clítoris de una manera acelerada y placentera para ella-.

Su sabor era inmejorable, y ella, toda ella, era un jodido espectáculo en movimiento en ese momento.

Paré momentos antes de que llegase al orgasmo, me miró con el ceño fruncido y su respiración agitada.

-No... no todavía, hoy te lo tendrás que ganar...-.

-¿Como?- mordió su labio retorciéndose algo frustrada-.

-Eso depende de ti... nos quedan muchas cosas que hacer-.