(Pov Marta)

La gente una a una se iba marchando, me quedé sentada en aquella silla viendo como uno a uno los amigos de mis padres se despedían y cuchicheaban entre ellos.

Les daba pena, pero ninguno de ellos se había ofrecido a ayudarme. Tenía dieciocho años recién cumplidos, mis padres habían muerto hace dos días en un accidente de coche, cuando volvían de una escapada a la costa.

Este mismo año iba a comenzar la universidad, la verdad es que estaba ilusionada, pero después de lo ocurrido, no sabía que decir o que hacer.

Me había quedado sola, mi padre era huérfano y mi madre perdió a sus padres cuando apenas tenía diez años, fue criado por sus tíos pero renunciaron a ella cuando cumplió los dieciocho. Ahora tendría que hacer frente a las deudas de mis padres, como fuese, no sabía aún como hacerlo, pero debía.

-Marta-.

La mejor amiga de mi madre, Elisa me llamó.

Levanté la mirada hacia ella.

-Es mejor que intentes dormir un poco, me quedaría contigo pero los niños deben comer y dormir pronto, y me queda una hora de camino-.

-No te preocupes, podré apañarmelas sola-.

-Lo siento mucho pequeña, vas a tener que hacer frente a muchas cosas-.

-Creo que... si me organizo podré hacerlo-.

-Claro que si, tu perocupate por tus estudios, puedes trabajar como, repartidora por las mañanas-.

-Mis padres dejaron una grán deuda, así que necesito otro tipo de trabajo-.

-Te llamaré todos los días para ver como estas-.

-Gracias-.

-De nada Marta-.

Dicho esto, Elisa se marchó.

Me levanté de la silla y me dispuse a recoger todo lo que había por la sala. Cuando todo estuvo limpio subí a mi habitación, pero me detuve en la puerta de la habitación de mis padres, entré en la misma y me tumbé en la cama. Todavía olía a ellos, todavía podía sentir la voz de mi padre decirme que no me vistiese de una manera demasiado corta, como mi madre solía decirme que no me preocupase demasiado por los estudios, que todo iría bien ahora que nos habíamos mudado a esta nueva casa, a esta nueva ciudad...

(Pov Jacob)

-En tal caso señor Black, por la recomendación de su padre, está contratado para comenzar las clases aquí mismo, el próximo lunes, dará clase de psicología evolutiva-.

-Muchas gracias señor Swan- le cedí la mano al retor de la universidad-.

Al parecer las llamadas de papá habían conseguido que yo tuviese un nuevo trabajo, no me agradaba, odiaba esto de dar clases pero si así podía conseguir vivir solo, me aparecía bien.

Así estaría lejos de casa, y lejos del odioso y perfecto Jasper Cullen, mi hermano pequeño.

No sabía divertirse, siempre metido en la empresa de mi padre, siempre detrás de él, todo el mundo sabía que el heredero era yo y que todo el dinero pasaría a mis manos, no sabía el por que se preocupaba tanto.

Me levanté y subí la cremallera de mi chupa de cuero, la universidad parecía un buen lugar, todas esas mujeres con esas carpetas y shorts cortos, sin ninguna duda sería un lugar bueno.

Encendí un cigarrillo y subí a mi moto.

-Señor Black...-.

Conocía bien esa voz.

-Hola Bella-.

La hija del retor de la universidad era mi sumisa en la cama, era paradójico, él me ayudaba con el trabajo y yo ayudaba a su hija para poder satisfacer mejor los caprichos de su futuro marido.

-¿Me llevas contigo?-.

-Claro, sube-.

Bella se agarró a mi torso y puse rumbo a mi casa, bonita forma de celebrar el nuevo empleo...