(Pov Marta)
Y el gran día llegó. Estaba tan entusiasmada. Pensaba en mis padres ojalá ellos estuviesen aquí para verme. Aún que yo no pudiese verles sabía que ellos estarían orgullosos de mi. Tan orgullosos.
Me miré al espejo y pude ver a Edward detrás de mi.
-¿Lista?- dijo con una sonrisa-.
Los amigos de Jacob habían echo un sorteo para ver quien me llevaba al altar y el ganador fue Edward. No me atrevía a hablar demasiado con él. Ya que su actual esposa era la zorra que intentaba quitarme a Jacob... una de sus EX sumisas.
Lo tomé del brazo y pude vera los invitados girar su cara para verme. Estaba tan nerviosa. Pero por alguna extraña razón estaba serena.
Muchas cosas me habían pasado desde que conocí a Jacob. Unas buenas y otras no tanto pero sin duda estaba feliz de que el fuese mi esposo.
Llegué al altar y allí estaba él. Tranquilo, sereno, sin ninguna duda en su rostro.
Tan orgulloso de la posición que ostentaba.
Después de los votos matrimoniales fuimos a la casa de los padres de Jacob.
Su madre no había sido demasiado amable conmigo sabía que no le gustaba, en cambio su padre, era un gran hombre, estudioso y muy bueno conmigo.
Igualmente me casaría con Jacob no con sus padres y eso era lo de menos.
Su amigo Jasper había organizado nuestra luna de miel, aún no sabía el sitio pero estaba impaciente.
-¿todo ha salido como querías?- dijo Jacob-.
-No, ha salido mejor. Ha sido una bonita ceremonia-.
-Yo pienso lo mismo- nos volvimos a besar bajo las miradas de los comensales que comenzaron a aplaudir-.
(Pov Bella)
Él se había casado con ella... estaba tan furiosa tan tan furiosa. Sentía un asco tremendo por mi marido y no sabía que demonios hacer para quitarmelo de encima.
Sentía asco pero celos a la vez ¿por que motivo se tenía que ir con otras?.
-¿Todo a tu gusto querida?- dijo Edward mientras aplaudía al beso de los novios-.
-No lo se querido-.
-¿Porque no vas con algún camarero?-.
-¿que insinúas?-.
-No insinuó... he conocido a una gran mujer y me voy a casar con ella, quiero el divorcio- dijo con una falsa sonrisa-.
-¿De quien coño me estás hablando?-.
-De Alice-.
-Esa fue sumisa de Jacob-.
-Lo se querida, y lo ha dejado, sumisa o no conoce el significado de la palabra “fidelidad” algo que tu no conoces ni conocerás en tu vida-.
Me quedé en silencio, si quería el divorcio lo tendríamos... no me importaba Edward, ni nadie y me negaba a acabar como Leah... no lo haría.
Me levanté de la mesa y me fui.
-Al aeropueto por favor- dije descuidadamente al taxista que no dudó en conducirme hacia allí-.
Al llegar miré el panel de vuelos, España. Si sería un buen lugar para comenzar de nuevo. Pagué mi billete y me subí al avión.
Si Edward quería el divorcio sin duda se lo mandaría desde allí.
|