Besando Ranas !!!

Autor: Nekbhet
Género: Romance
Fecha Creación: 01/04/2010
Fecha Actualización: 10/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 23
Comentarios: 158
Visitas: 63170
Capítulos: 25

Quiero agradecerle al Sr. Banner que se equivocara de rana.

Quiero agradecerle a la rana que me escupiera.

Quiero agradecerle a los Quileute que te enseñaran sus costumbres.

Gracias a ellos comprendi que no puedo vivir sin ti. Te amo Bells.

 

GRACIAS POR LA PORTADA, NUEVA!!! HIJADEMIVIDAYDEMICORAZON !! XDDD

Historia terminada


 

Los personajes aqui descritos pertenecen a Stephenie Meyer.

Hola, este es mi primer Fic, asi que espero que os guste.

Gracias por las visitas!!

Besitos desde España!!

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Capítulo 8: Envenenada

Después de pasar el verano en la reserva, estaba deseando de ver a mis hermanos y a mis amigos, los hermanos Hale.
-BELLAAAAAAA !!!!!!Bella, Bella, Bella, Bella ...!!!- Gritaba Alice, corriendo hacia mi, abrazándome y haciéndome saltar con ella.
-Vale, vale Alice!!! me vas a gastar el nombre!!- Me reí mientras dábamos círculos y saltábamos.
-No sabes cuanto te he echado de menos hermanita!!!- Me grito Alice.
-Claro que lo se, recuerda que yo también te quiero mucho- Le conteste riendo.
-Vamos, vamos, todos te esperan!!- Dijo ella, mientras tiraba de mi y me llevaba hasta un grupo de gente reunida en el parking del insti.
-MIRAD QUE TRAJO LA MAREA!!!- Grito Alice a todo pulmón, haciendo que todos se giraran en nuestra dirección a mirar.
-BELLA!!!- Gritaron todos a la vez, intentando abrazarme .... tooodos a la vez!!!
-Vale, vale gente, de uno en uno, tengo abrazos para todos!!!- Dije riendo y haciendo que todos rieran conmigo.
El primero en abrazarme fue Emmett que me levanto del suelo y empezó a dar vueltas.
-Bienvenida hermanita!!! ya te echaba de menos-
-Emmett... aireeee...!!!- Intente decir mientras sentía como mis pulmones se encogían por falta de oxigeno.
-Vamos Emmett, sueltala, los demás también queremos un trocito- Dijo Rosalie Hale, la belleza sobrehumana, novia de Emmett.
-Ya era hora de que volvieras, pequeña- Me decía Rose, mientras me abrazaba con mucho cariño.
-Estos cuatro se han pasado el verano llorando y quejándose por tu ausencia-
-Tu la que mas, Rose!!- Soltó de pronto su hermano mellizo, Jasper, mientras reíamos todos. Apenas me di cuenta de como los brazos de Rose me soltaron para notar los de Jasper, que mientras me estrujaba contra el, me decía:
-Renacuaja, cuanta falta nos has hecho a todos, menos mal que ya terminaron las vacas-
Inesperadamente, Jasper deshizo su abrazo, me hizo girar y me dio un pequeño empujón para ir a caer a los brazos de Edward, que me abrazo con ternura y me susurro al oído:
-Bienvenida de nuevo, pequeña- Mientras me decía eso, su aliento golpeo contra la piel de mi cuello, que se erizo al notar la sensación.
-Gracias Edward- Dije mientras nos separábamos.
-Yo también os he echado de menos a todos-

Adoraba a mis hermanos, aunque la relación con Edward seguía siendo distante, poco a poco nos íbamos acercando cada día mas. Teníamos una historia en común, algo que solo compartíamos el y yo y eso nos daba el privilegio de crear una especie de burbuja a nuestro alrededor cuando estábamos juntos, que ocurría pocas veces. Pero cuando ocurría, incluso estando en silencio nos sentíamos a gusto, el uno con el otro.
Para rematar, yo me sentía atraída hacia el, por eso nunca me sentía incomoda en su compañía, quizás eso era lo que mas compartíamos, disfrutar de nuestra mutua compañía en silencio, ya que parecía,o al menos esa era mi impresión, de que el tampoco se sentía incomodo con mi presencia.
Me lleve una buena sorpresa, ese primer día de clases, cuando después de una mañana llena de presentaciones, asistencias y discursitos estudiantiles, descubrí que compartiría con Edward una de mis materias favoritas.
Después del almuerzo, que compartí con mis hermanos, me dirigí al laboratorio, que era donde se impartía la clase de biología. Llegue pronto, para poder sentarme en la misma mesa que el año anterior, poco a poco el resto de los alumnos fueron ocupando posiciones.
Estaba inmersa en mis pensamientos cuando un olor sumamente familiar llego a mi nariz. Distinguía bien ese aroma, de hecho, podía distinguir el olor de cada uno de los miembros de mi familia entre un millón de personas.
Este, era una mezcla de miel, caramelo y flor de almendro. Me hipnotizaba.
Levante la cabeza a tiempo de ver como Edward separaba la silla vacía que había a mi lado y se sentaba con gracia.
-Parece que coincidiremos en biología, ¿te molesta compartir pupitre conmigo este año?- Me pregunto sonriendo.
-Prefiero sentarme contigo, podre aprobar el curso con tu ayuda- Una enorme sonrisa se apodero de mi rostro.
-No me necesitas para aprobar, eres un buen estudiante- Le conteste, incrédula a lo que me decía.
-Te equivocas- Dijo el con una mueca de fastidio en la cara.
-La biología se me atraganta de una forma espantosa-
-No te creo, pero sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites- Le conteste, a lo que me respondió con una preciosa sonrisa.
-Gracias, prometo ser aplicado y no molestarte mucho ... o al menos lo intentare- Dijo y nos pusimos a reír los dos.
-Tu no me molestas, Edward ... Tal vez si fueses Emmett ...- Dije, ladeando la cabeza, fingiendo pensar, y nos pusimos a reír de nuevo, aunque con mas fuerza.
Este año la biología me iba a resultar mas interesante de lo que ya era para mi.

Pasaron las primeras semanas de forma tranquila y monótona. Todos los días eran casi lo mismo. La única diferencia estaba en la clase de biología, cada día se hacia mas interesante, ya que cuanto mas se complicaban las lecciones, mas preguntas me hacia Edward. Nuestra relación de hermanos estaba creciendo, cosa que me ilusionaba tremendamente.
-Voy a tener que empezar a pagarte por ayudarme con esto. Incluso me estoy planteando la posibilidad de que me des clases particulares- Me dijo un día Edward, mientras ocupábamos nuestros puestos en el laboratorio y creando así nuestra burbuja particular.
-No seas exagerado Edward, me da la sensación de que no se te da tan mal como intentas aparentar- Le conteste con una sonrisa.
-Yo no aparento !!- Me dijo, intentando parecer molesto, cosa que no consiguió ya que se le escapaba la risilla.
-Te lo digo en serio, pídeme lo que quieras, no me parece justo que solo yo saque beneficio de esta situación-
Me lo quede mirando un minuto, pensando y de pronto se me ocurrió. Yo quería estrechar los lazos con el, aumentar nuestra confianza mutua así que aproveche su ofrecimiento.
-Muy bien, hagamos un trato-
-¿Que clase de trato?- Me pregunto con cautela.
-Yo te ayudo con la biología, cosa que creo que no necesitas, a cambio de que me enseñes a patinar- Edward jugaba a hockey y patinaba estupendamente.
Entrecerró los ojos un poco y me pregunto:
-Por que quieres aprender a patinar?-
-Porque no se ...?- Le conteste divertida.
Sonrió torciendo la boca, como solo el sabia hacerlo y asintió ante mi trato.
-Esta bien Bells, yo te enseño a patinar y tu me ayudas con la biología, ¿hecho?- Me pregunto extendiendo su mano hacia mi.
-Hecho- Le conteste estrechando su mano y sintiendo esa extraña descarga eléctrica que ya había sentido otras veces, cuando nuestra piel se había rozado por alguna razón.

En ese momento entro el profesor Banner en la clase, arrastrando un carrito lleno de cajitas que se movían misteriosamente.
-Buenos días a todos-Dijo, rompiendo así nuestra burbuja privada.
-Preparaos chicos, hoy diseccionaremos una rana- Dijo. La clase entera se alboroto.
Los chicos reían y hacían chistes malos, mientras las chicas ponían cara de fastidio y hacían sonidos de asco.
Yo estaba familiarizada con todo tipo de anfibios y reptiles, así que estaba tranquila, cosa que extrañaba a Edward, que no dejaba de mirarme con cara de confusión.
El profesor Banner ya había empezado a repartir las ranas, con un equipo de anestesia y otro de bisturís para el ejercicio.
Me quede mirando mi rana, mientras la clase seguía con el alboroto y después mire la rana de Edward. Tenia algo diferente. Era de color verde amarillento, con algunas manchas de un amarillo mas intenso. De pronto, reconocí esa variedad de anfibio y me levante de mi asiento de un golpe, la sangre se me heló en las venas y mi rostro mostraba el miedo. Edward se asusto al verme.
-Levantate despacio y apartate de la mesa, ¡¡Sr. Banner!!- Dije sin apartar las vista del animal.
-¿Que ocurre Bells?- Me pregunto Edward, obedeciéndome.
-Ni te muevas, esa rana es peligrosa- Le advertí. -¡¡SR. BANNER!!- Volví a gritar, mas fuerte esta vez, atrayendo así la atención de casi todos los presentes, incluida la rana.
-Sta. Swan, ¿cual es la urgencia? Las ranas no muerden- Me dijo el profesor molesto por haber gritado.
-Esta rana es venenosa, profesor- Le dije.
-Eso es imposibl... ¡¡OH DIOS MIO!!- Dijo el profesor, quedándose helado en su posición al ver la rana.
-Vamos Edward, apartate de la mesa muy despacio, con movimientos lentos- Le dije mientras le empujaba para que se moviera.
En una fracción de segundo, ocurrieron tres cosas:
1º- Edward empezó a moverse, atrayendo así la atención de la dichosa rana.
2º- Esta, a su vez, al ver el movimiento "escupió" su veneno en nuestra dirección.
3º- Instintivamente, empuje a Edward con fuerza, tirándolo al suelo y cayendole yo encima.
-¡¡NO!! no, no, no, no Por dios, no!!! Edward, mirame!!- Vi como el veneno se mezclaba en su pelo, por encima de su oreja. Le gire la cabeza para que me mirara, si ese veneno tocaba su piel, estaría perdido.
-Vale, tranquilo, confías en mi, ¿a que si?- Le dije, mirándole a los ojos e intentando transmitirle calma. Tenia que actuar rápido. Me quite el pañuelo que llevaba a modo de diadema y con sumo cuidado arrastre todo lo que pude el veneno, mientras el Sr. Banner tapaba la rana para deshacerse de ella.
Me levante del suelo seguida por Edward, le cogí de la mano y lo arrastre hasta los lavabos de chicas, acercándonos a los lavamanos.
-Inclinate, debemos quitar los restos de veneno. Le dije abriendo el agua para que corriera fresca.
Sabía que esto me traería malas consecuencias, pero no iba a permitir que Edward sufriera un envenenamiento, total, no seria la primera vez para mi, y sabia que me esperaba. Empecé a mojar su pelo, procurando arrastrar la toxina, poco a poco, el lado derecho de su cabeza se iba quedando empapado.
-¿Como sabias lo de la rana?- Me pregunto.
-Aprendí a distinguirlas en la reserva. Han invadido el espacio natural de otras especies, matándolas y debemos eliminarlas. La mayoría de la gente no las conoce, son bonitas a la vista y lo cierto es que son extremadamente peligrosas, podrías haber muerto.- Le explique, mientras terminaba de lavarle el pelo y cerraba el grifo. La ultima parte de la frase la dije en un susurro y con el miedo impregnado en la voz, lo cual hizo a Edward estremecerse.
Empecé a notar un cosquilleo en mi mano izquierda, ya sabia lo que iba a pasar, así que me apoye en el lavamanos para no caer.
-Por dios, que susto, ¿en serio podría haber muerto?- Pregunto Edward en un susurro mientras se secaba el pelo.
-Pues si, con una sola gota de esa toxina en la piel, el envenenamiento se hace presente ... ¿podrías hacerme un favor?- Le dije, con voz temblorosa a causa del efecto del veneno a la vez que intentaba sonreirle para que no se asustara, cosa que iba a ser del todo inútil, ya que lo haría en cuanto me viera retorcerme de dolor.
El asintió en silencio mirándome a los ojos.
Mi brazo ya empezaba a doler, seria cuestión de minutos que empezara a convulsionar.
-Llama a Jacob y dile que ha pasado ... y llama a una ambulancia, por favor- En ese momento sujete mi brazo con la mano derecha y caí al suelo de rodillas ahogando un grito de dolor en mi garganta. Ya había empezado el ataque.
Edward entro en pánico al verme. Saco su móvil y llamo. Yo intentaba aguantar el dolor para no empeorar su estado, pero me resultaba sumamente difícil.
Me cogió en brazos y me saco del lavabo.
Mientras todo esto ocurría, la clase de biología se había cancelado. Los alumnos recorrían el pasillo hablando del accidente. El profesor Banner hablaba con el director para deshacerse de todas las ranas, ya no se fiaba de que no hubiesen mas venenosas. Cuando nos vieron salir del lavabo se quedaron helados. El profesor Banner se acerco a nosotros.
-¿Que ha pasado?-
-No estoy seguro, me pidió una ambulancia y cayó al suelo, le duele el brazo. Ya vienen a buscarnos y mi padre nos espera en urgencias- Contesto Edward. Se le notaba la ansiedad en la voz, debía tener mal aspecto ya que no dejaba de mirarme. Se sentó en el suelo mientras hablaba con el profesor, apoyando la espalda en una taquilla mientras me tenia abrazada.
No dejaba que nadie me tocara y no paraba de mecerme, en un intento inútil de calmar mi dolor.
La ambulancia llego en cuestión de minutos.
-Hola Edward, ¿que pasa?- Le pregunto el ATS (asistente técnico sanitario), que al parecer le conocía.
-Hola David, no estoy seguro de lo que le pasa, le duele mucho el brazo izquierdo. Nos "escupió" una rana venenosa-
-¿Sabes que tipo de rana era?-
-Una flecha dorada- Dije yo con mucho esfuerzo a causa del dolor.
-Bien, vamos rápido, necesita un antídoto- Dijo David mientras intentaba separarme de los brazos de Edward, sin éxito.
-Vamos Edward, debemos tumbarla en la camilla-
-Esta bien, yo lo haré- Dijo el a regañadientes, depositandome en la camilla que habían traído los ATS.
Al llegar a la ambulancia, ya tenia una vía con suero en mi brazo derecho. Edward se subió a la ambulancia conmigo y salimos disparados hacia el hospital.

Capítulo 7: NOTA DE AUTOR, GRACIAS POR LEERME Capítulo 9: El hospital

 
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