Besando Ranas !!!

Autor: Nekbhet
Género: Romance
Fecha Creación: 01/04/2010
Fecha Actualización: 10/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 23
Comentarios: 158
Visitas: 63167
Capítulos: 25

Quiero agradecerle al Sr. Banner que se equivocara de rana.

Quiero agradecerle a la rana que me escupiera.

Quiero agradecerle a los Quileute que te enseñaran sus costumbres.

Gracias a ellos comprendi que no puedo vivir sin ti. Te amo Bells.

 

GRACIAS POR LA PORTADA, NUEVA!!! HIJADEMIVIDAYDEMICORAZON !! XDDD

Historia terminada


 

Los personajes aqui descritos pertenecen a Stephenie Meyer.

Hola, este es mi primer Fic, asi que espero que os guste.

Gracias por las visitas!!

Besitos desde España!!

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Capítulo 14: La fiesta, preparando a los Cullen

Hola!! Os dejo un adelanto de este capitulo. Por favor, pasaos de vez en cuando, ya que este capitulo es largo y lo ire modificando segun vaya escribiendo. Gracias por la paciencia y la fe que me teneis, os quiero a todas xD

Besitos desde España!!


Bella PoV

-¿estas segura de lo que vas a hacer, Isabella?- Me pregunto Jacob muy serio.
-Si, ya lo he decidido y lo hare hoy- Le conteste mientras me vestia con el traje ceremonial.
-No puedes hacerlo, el no siente lo mismo y si te entregas, estaras atada eternamente. ¿Y si en el futuro aparece el indicado?-
-Basta Jacob. Si que puedo hacerlo, ya se que no siente lo mismo, pero no me importa y él sí es el indicado para mi-
-Isabella...-
-Jacob ¿es que aun no te has dado cuenta? Es tarde para mi, estoy imprimada-
-...- Se quedo sin palabras ante mi declaracion.
-Exacto- Dije mientras terminaba de trenzar mi pelo.
-Tu no puedes estar imprimada y menos de el-
-Sabes que la imprimacion no se controla, cuando llega, llega. Tu ya lo experimentas con Leah- Solte un suspiro desesperado.
-Te necesito Jake, necesito tu apoyo, no puedo respirar sin el, se que no me ama, pero me quiere como la amiga que soy y eso me basta.. No puedo hacer un sello con amor, pero si con amistad-
-Disfrazaras el sello de amor con amistad- Fue una afirmacion, no una pregunta.
-Jacob, por favor, eres mi hermano, ayudame- Le suplique. Se me quedo mirando un minuto, suspiro de forma teatral y me dio un abrazo.
-Esta bien linda, tienes mi apoyo- Dijo al fin.
-Gracias, sabes lo importante que es para mi- Le conteste muy agradecida.
Salimos de la casa justo a tiempo para escuchar a Sam preguntando a los intrusos.
-¿Quienes sois vosotros y que haceis aqui?-
Vi como los 5 rostros palidos se giraban para encarar a los 5 Quileute que se acercaban.
-Son mis rostros palidos y han venido a disfrutar de la fiesta- Le conteste.
Al oirme, todos se giraron a mirarme y en cuanto se dieron cuenta de quien era, se me abalanzaron para abrazarme, gesto que me trajo un Dejavú del primer dia de clase con los Cullen.
-Bella!!- Me gritaron todo, casi dejandome sorda.
-Vale, vale, manada!! De uno en uno, tengo abrazos para todos- Me rei, recordando aquel dia en el insti de Forks. Pronto empezaron las preguntas.
-¿Donde has estado?-
-¿Que te ha pasado?-
-¿Por que ya no vienes a vernos?- Iba a contestar todas las preguntas, cuando la voz de Sam me interrumpio.
-Silencio manada!! Yo hare las preguntas-Se impuso el lider.
-Jacob nos conto que habias estado ingresada, ¿que te paso?- Me pregunto con gran interes.
-Bueno, ya sabes, lo de siempre- Le dije, recordando los ultimos incidentes con las ranas.
-Besando ranas!!!- Contestamos todos a la vez riendonos. Mis rostros palidos estaban algo confundidos, nnca me habian visto en la reserva y no conocian este lado de mi.
-Bueno manada, dejad que os presente a mi familia- Les dije orgullosa a los Quileute.
Mis rostros palidos nunca me habian visto vestir de aquella manera.
Mi peinado, dos trenzas larguisimas a ambos lados de la cara, les resultaba extraño, tanto como mi vestimenta y mi forma tan diferente de hablar, pero estaba en la reserva y alli era todo distinto, yo era mas... bruta, Jake y los demas estaban acostumbrados a esta Bella, me habian "educado" de forma diferente, aqui era mas directa, menos recatada.
Por eso, nada mas verme, abrieron los ojos desmesuradamente y yo tuve la fuerza de enterrar mi sonrojo ante ellos. Ante Edward sobretodo, que hizo un minucioso examen de mi persona. Se detuvo en cada uno de los detalles. Mi pelo, el escote de mi vestido, su bordado ceremonial, los flecos de la falda, que al moverme dejaba a la vista mas de medio muslo, mis zapatos artesanales. Cada curva y cada rincon de mi cuerpo quedo expuesto ante sus profundos luceros color azul grisaceo que me escrutaban con esmero y cariño.
-Dios mio, Bella, estas impresionante!!- Grito Alice, sacandome de mi concentracion y consiguendo que aparecieran mis colores.
-Gracias Alice- Le conteste, sintiendo el calor en mis mejillas, mientras me situaba a su lado.
-Bien, estos son mis hermanos, los rostros palidos. Emmett y Rose, Alice y Jasper y por ultimo, pero no menos importante, Edward-"De hecho, el mas importante" pense. Me gire y presnete a los Quileute.
-Estos son mis hermanos Quileute. Sam, Jared, Embry, Quil y Paul... y por supuesto Jake, al que ya conoceis- Sam se apresuro a darles la bienvenida.
-Bienvenidos a la reserva, gracias por venir, esperamos que lo paseis bien hoy y que disfruteis al maximo de nuestra fiesta- Me gire hacia mis hermanos para explicarles el plan.
-Muy bien, mis niños que acompañen a Jacob, os dara ropa para que os cambieis, Alice, Rose, venid conmigo- Me lleve a las chicas a la casa para cambiarlas y que pudieran disfrutar de la fiesta como autenticas Quileute.
Dias atras habia tenido una pequeña reunion informal con los ancianos de la tribu y les pedi permiso para que pudieran participar, todos accedieron sin problema.
-Bueno chicas, nos vamos a vestir de gala- Les dije. Me acerque al armario de la habitacion donde estabamos y saque dos vestidos parecidos al mio. Eran cortos, por encima de la rodilla y con flecos en todas las terminaciones, tanto en la falda, como en los hombros y el escote, que era generoso, en "V" con una sencilla linea bordada. Al igual que el mio, en la falda llevaban un elaborado bordado, la cabeza de un animal. A Rose le di el vestido que representaba al oso y a Alice el que representaba al halcon.
-Estais preciosas chicas, pareceis Quileute de verdad- Les dije una vez que estaban vestidas y examinaba cada detalle.
-Tu si que estas hermosa Bella. Nunca te habiamos visto tan guapa. Incluso Edward ha hecho un reconocimiento exaustivo de tu persona, babeando, por cierto- Dijo riendose del comentario.
-Si, ya me he dado cuenta- Susurre mirando el suelo y poniendome mas roja que un tomate.
-Estos vestidos son una pasada, pero ¿por que nos haces vestir asi?- Pregunto Rose para desviar el tema, cosa que le agradeci con la mirada.
-Bien, son vestidos ceremoniales. Hoy representaremos un espectaculo para turistas. Digamos que elegiremos "marido" en una pequeña ceremonia ancestral, que ha pasado de generacion en generacion- Les explique. Aunque, a decir verdad, el ritual que ibamos a representar era real, no un espectaculo.
Pero eso, ellos jamas lo sabrian.
-Para empezar elegiremos compañero, como vosotras dos ya teneis novio, los elegireis a ellos, yo elegire a Edward, no voy a dejarlo fuera por no tener compañera, quiero que os podais divertir los 5- Les dije mientras se arreglaban.
-¿Y tu no te vas a divertir con Edward?- Pregunto Alice, con picardia.
-Bueno, claro que me voy a divertir, pero yo ya se de que va el tema- Le conteste, intentando restarle importancia.
ME acerque de nuevo al armario y saque una caja de madera tallada. La abri y cogi tres bolsitas de cuero teñido, una negra, una ocre y una azul. Abri la bolsita negra y saque de ella dos collares exactamente iguales, dos cintas de cuero negro de las que colgaban dos dijes de platino con la forma de la cabeza de un lobo. Me los puse los dos y despues saque dos collares de cada una de las otras bolsitas, dos halcones que le entregue a Alice y dos osos para Rose.
-Tened, os poneis uno vosotras y el otro a los chicos. Ojo, ellos no deben tocarlo hasta que esten en su cuello. Representa vuestra pureza- Les explique algo sonrojada.
-Cuandodices pureza... ¿Te refieres a...?- Empezo a preguntar Rose, preo la interrumpi.
-Me refiero a que simboliza vuestra virginidad, por decirlo de alguna manera, ya sabemos que vosotras no lo sois, pero eso no importa realmente. Es mas lo que entregais simbolicamente- Le conteste sin mirarla directamente, totalmente avergonzada por el tema de conversacion.
-Bien. Nos pondremos en circulo, juntando a los chicos por la espalda y poniendonos nosotras delante de ellos, nos sentaremos en el suelo y entonces, con tintes naturales y los dedos pntaremos sus rostros. Da igual como lo hagais, los dibujos que se os ocurran, pero, antes de hacerlo, debeis besar esa zona ¿Me explico?- Por la cara que pusieron supe que no entendian muy bien asi que me decidi a hacerles una demostracion.
-Vale, Alice, asi- Le di un beso en la mejilla y luego pase mi dedo indice por encima, dejando una linea imaginaria.
-Se supone que es como marcar tu territorio, como hacen los perros con la orina-
-Ahora lo entiendo!!- Gritaron las dos a la vez, provocando que yo me riera.
-Bien chicas, entonces, vamos a por nuestros guerreros!!- Les dije alzando la mano en puño, alentandolas a la marcha.

Los chicos ya nos esperaban en la entrada de la casa junto con el resto de los Quileute. Vestian el pantalon ceremonial a juego con nuestros vestidos, para dejar bien claro quien era pareja de quien.
No pude evitar sonrojarme cuando lo vi. Estaba increible con aquel pantalon que le quedaba bien ajustado a sus caderas y sus piernas. Iba sin camisa, como mandaba la tradicion, enseñando su perfecto cuerpo, musculos marcados sin exagerar, sin ser tan evidente como Emmett pero sin nada que envidiarle a Jasper.
-Estais de infarto chicos!!!- Grite, intentando alejar de mi mente pensamientos impuros.
Los tres se sonrojaron de manera escandalosa, cosa que me hizo mucha gracia, yo no era la unica que cogia ese molesto color.
-Alice, Rose, ponedles esto- Les entregue a las chicas sus correspondientes bolsitas.
-Mirad como se pone- Saque de la mia los brazaletes ornamentales y me acerque a Edward para ponerselos. Le ate un brazalete en cada brazo, saboreando con mis dedos la tersura de su piel y sintiendo una vez mas la electricidad.
-Tensa los brazos y dime si te molestan- Le susurre, conteniendo la emocion. Flexiono los codos, haciendo que sus biceps se contrajeran y yo tuve que concentrarme al maximo en no babear.
-Estan bien. ¿Vamos a vestir asi todo el dia?- Me pregunto alzando una ceja de forma muy, muy, pero que muy sexy. "Por mi vestias asi toda la vida, cariño" Pense. "tranquilizate Isabella!!" Me reprendi a mi misma.
-Bueno, a mediodia nos daremos un baño en la playa, pero si, esa es la idea- Le dije imaginando el momento y sonriendo.
Me quite uno de los collares y se lo puse, dando asi comienzo a su integracion Quileute.
-Esta es nuestra insignia, algo asi como nuestro escudo de armas, como ves yo tambien llevo uno- Le señale, haciendo que fijara la vista en mi cuello.
-Emmett y Rose representan al oso y Jasper y Alice, al halcon- Desvie mi mirada hacia mis hermanas y me di cuenta de que les estaba costando un poco atar los brazaletes, asi que me acerque para ayudarlas.
Los chicos se estaban quejando por que no querian usar los collares.
-Poneos los collares, Edward lleva el suyo, asi que vosotros tambien. Y ahora el ultimo detalle, el maquillaje- Les ordene.
Tome con fuerza la mano de Edward y nos adentramos en el bosque todos, encabezando yo la marcha. Nosotros seis ibamos en silencio, pero un poco mas atras podia oir las voces de mis hermanos Quileute, emocionados por el dia que iban a pasar.
Hablaban en voz baja y en lengua Quileute, para que los rostros palidos no se enteraran de lo que decian, pero aun asi, yo podia.
Querian ponerlos a prueba con la lucha cuerpo a cuerpo, haciendo apuestas. Tendria que hablar seriamente con Jacob del asunto.
Cuando llegamos a la pradera donde se celebraba la fiesta, anuncie nuestra llegada aullando, como era mi costumbre en la reserva. Note, a traves del contacto de mi mano con la de Edward, como su suerpo se estremecia y me senti orgullosa de mis raices indias.
Pronto, ese seria nuestro saludo, si el quisiera.

-Bella!! Te has traido a tus rostros palidos, ¿los vas a maquillar?- Me pregunto Leah, emocionada al ver caras nuevas.
-Leah no hables asi de mis niños, no son mis mascotas- Me rei, Leah siempre veia a los rostros palidos como algo extraño, ya que no le era habitual verlos en la reserva.
-Y por supuesto que los voy a maquillar, convoca el circulo- Le dije. Leah se aparto de nosotros un minuto para llamar a las compañeras mientras yo situaba a mis hermanos al lado de la hoguera principal para empezar el ritual.
Enseguida llegaron las chicas de la manada con sus caracteristicas vestimentas y se pusieron delante nuestro para ser presentadas.
-Bien, antes de nada, os presento a los miembros de la manda que faltaban. Emily, Leah, Claire, Rachel, Rebecca y Kim, chicas estos son Rose y Emmett, osos, ALice y Jasper, halcones y mi otra mitad, Edward- Mire de reojo a Edward sin que el lo notara y vi reflejada la confusion en su rostro ante esas palabras. Estaba segura de que en estos momentos su cabeza estaba trabajando sobre el significado que pudieran tener. ¿Acertaria en su conclusion?. Le pedi mentalmente a los ancestros que asi fuera y que mis sentimientos fuesen correspondidos, aunque dudaba mucho de que oyeran mis plegarias.
Coloque a los chicos en sus posiciones para empezar el ritual y nos sentamos todos en el suelo. Las Quileute formaron el circulo para el cantico y tambien se sentaron.
-Bien chicas, hora de marcar nuestro territorio- Les entregue a mis hermanas los tintes.
-Recordad lo que os he enseñado- Les dije.
Hice una leve señal y el cantico empezo.
Al circulo se acercaron todos los que se encontraban alli y Edward empezo a mirar a su alrededor, algo nervioso.
-Concentrate en mi, Edward, mirame y relajate, solo estamos tu y yo- Le susurre.
Fijo su mirada en la mia. Espere unos segundos y pronto se creo nuestra burbuja, donde solo el y yo cabiamos, el mundo a nuestro alrededor desaparecio, llevandose los nervios y la tension.
Respire profundamente, habia llegado el momento de exponer mis sentimientos sin que Edward lo notase.
Apoye mi mano derecha en su cabeza para poder quiar sus movimientos y manche mis dedos con el tinte.
Edward se quedo inmovil, mirandome y en silencio. Bese su frente y el abrio mucho los ojos, sin duda no se lo esperaba. Selle el beso con el tinte. Despues hice lo mismo con sus mejillas y su nariz. Por ultimo, sostube su rostro con ambas manos y uni mis labios a los suyos. Puse alli todo el amor que sentia por el. Fue un beso dulce, lento, un simple roce de nuestra piel.
Necesite toda mi fuerza de voluntad para separarme de esos labios tan dulces, que, por otro lado, no reacconaron a tiempo por la sorpresa. Cuando por fin rompi la union, selle su boca con una linea dejandole mi sabor impregnado.
Edward me miro con un brillo diferente en los ojos, algo que nunca habia visto se instalo en su mirada.
Su respiracion se acelero y sus manos se apretaron contra sus rodillas como conteniendose para no moverse.
Mi corazon empezo a golpear en mi pecho, intentando abrir un agujero para poder salirse al verlo asi. Parecia emocionado, ilusionado, como si mi beso le hubiese significado mas de lo que yo pudiera imaginar.
"no te hagas ilusiones, Bella, sabes que no te ama." Tuve que recordarme.

A pesar de esa advertencia, una sonrisa se acomodó en mis labios, deseando volver a rozar su piel.
-Estas son tus pinturas de guerra- Le dije aun sonriendo. Sus ojos, algo desenfocados brillaban con intensidad y una de sus perfectas sonrisas torcidas se materializó en sus labios para mí. Mi corazón volvió a rugir en mi pecho.
Las chicas habían acallado los canticos, así que nos pusimos todos de pie. Había hecho mi elección. Ya no había vuelta atrás, mi corazón ya tenia dueño.
Entres risas y aplausos, los Quileute nos saludaron y felicitaron.
-¿Que os ha parecido la primera parte del ritual, chicos? Esta tarde, después de comer, lo terminaremos, las chicas terminaran los tatuajes y después vosotros las reclamaréis como vuestras, tatuándolas también- Les explico Jacob,mientras a mí me miraba sentenciándome.
En ese momento se le podía aplicar aquella frase de... Si las miradas matasen...
-Un momento, ¿tatuajes? No, no, no, yo no puedo tatuarme, soy alergica a los tatoos- Soltó Alice de pronto, asustada. Los Quileute se rieron por su repentino espanto.
-Alice, tu no eres alergica a los tatoos, además, acabas de tatuar a Jasper, eligiéndolo así como tu guerrero, al igual que lo ha hecho Rose con Emmett y yo con Edward. Después de la batalla, si son merecedores de nuestro corazón, terminaremos sus tatuajes y entonces ellos podrán reclamar lo que les pertenece, tatuándonos a nosotras- Le conteste.
Por lo mucho que le brillaban los ojos, supe que había comprendido mis actos, o al menos, tenia la sospecha. Ella misma me lo confirmo hablando.
-Ah!! Ahora lo entiendo, osea, que nos pintaran la cara como hemos hecho nosotras- Me miro directamente con aquella cara de "sé lo que te propones" así que no me quedo mas remedio que confesar, ella me conocía, sabia como descubrirme.
-Eres incorregible Alice, pero sí, no vas mal encaminada, además, los ancestros lo hacían así- Solo Alice entendió lo  que decía y eso solo significaba una cosa. Reunión de chicas al llegar a casa.
-Isabella Swan, veo que has elegido ya a tu guerrero - Nos giramos todos ante la voz que nos hablaba y vi acercándose al Venerable Quil Ateara, jefe de la tribu, que venia acompañado de Seth.
-Asi es, venerable, he hecho mi elección- Le conteste con una leve reverencia.
-Entonces es el momento, debéis emprender el camino- Dijo, empujando un poco a Seth para que se reuniera con nosotros.
Tome a Edward de la mano para acercarnos a Seth. El también debía tomar parte de este acto, al convertirlo yo en mi otra mitad.
-Edward, es nuestro turno- Le susurre, mientras se volvía a concentrar el círculo.
-Seth, te presento a Edward Cullen, Edward, este es Seth, el cumpleañero- Les presente. Seth miraba a Edward entusiasmado, supe en ese momento que tarde o temprano, serian buenos amigos.
-Whoa!! Bella, menudo macho te has buscao!!- Grito Seth. "sí, definitivamente se llevaran bien" Pensé mientras notaba como Edward se ponía rojo como un tomate.
-Seth, compórtate-Le regañe riendo.
Leah se acercó a nosotros con los tintes ceremoniales para formar a Seth con su marca, que le acompañaría durante el resto de su vida.
-Sabes la admiración que Seth te tiene, así que ha pedido tu marca para honrarte, los ancianos han elegido darte a ti la opción de hacer tu legado o no- Me dijo Leah, claramente emocionada.
-Sera un honor para nosotros legarte nuestra marca, Seth- Le conteste, a punto de llorar de la emoción.
Le hice una reverencia a Leah y los canticos se volvieron a escuchar.

Tome la mano derecha de Edward y le manche la yema de los dedos con el tinte blanco, yo hice lo mismo con mi mano izquierda y el tinte negro.
Uní nuestras manos manchadas poniendo la mia sobre la suya, entrelazando los dedos y los guié al rostro de Seth. El cerro los ojos y marcamos su cara con lineas que iban desde su frente a su barbilla.
Su paso a la madurez había empezado.
Ahora quedaba lo más difícil, enfrentarse al gran lobo.
-Es la hora de la despedida- Dijo el venerable jefe.
Todos los presentes se nos acercaron para despedirse del niño, que a la vuelta de su viaje, seria un hombre.
Mi corazón empezó a latir descontroladamente, no quería separarme de Edward ahora, así que enrede mis dedos entre los suyos, que encajaban a la perfección, para no soltarlo mientras nos despedíamos.
Seria un momento muy duro para mí.
Cuando el último de los presentes deshizo nuestro abrazo, me acerque a mis hermanos. Alice y Rose no apartaron la mirada de mi mano unida a la de Edward hasta que comencé a hablar.
-Bueno chicos, escuchad. Empieza la diversión. Quiero que os lo paséis bien. Jacob estará con vosotros en todo momento, así que cualquier duda o lo que sea pod...-
-Un momento!! ¿Es que no vas a estar con nosotros?- Note el cuerpo de Edward estremecerse y como la expresión de su rostro cambiaba de un semblante sereno a una mueca asustada.
-No puedes dejarnos solos peque- Ante esta confesión, mi corazón salto al vacío, intentando salirse de su lugar.
No pude contenerme, mis manos se movieron automáticamente hasta su pelo, al cual se aferraron con desesperación y amor.
Un ronroneo comenzó a brotar de su pecho, haciéndome sonreír sin apenas darme cuenta.
-Shh... Cálmate gatito- Le dije con todo el dolor de mi corazón.
No podía creerlo, Edward parecía tan espantado como yo, ante el hecho de tener que separarnos.
-Whoa Bella!! En verdad que has encontrado a tu macho, solo le falta aullar!!- Grito Seth, sacándome de mis pensamientos.
Seth se había dado cuenta de que Edward era el hombre idóneo para mí, aunque yo supiera que eso era un sueño imposible de realizar.
-Cuando termines el ritual, te daré permiso para que le enseñes- Le conteste en broma.
Edward nos miro confundido durante unos segundos pero luego, deslizo sus manos por mi cintura, abrazándome fuertemente y escondió su rostro en mi cuello. Yo seguía con las manos enterradas en su pelo.
-Lo siento gatito pero debo irme con Seth. No sera mucho tiempo, a mediodía estaré de vuelta- Le susurre.
-No, por favor, quédate conmigo, no me dejes solo- Me suplico mientras dejaba dulces besos en mi cuello.
Un calor repentino encendió mi piel allí donde sus labios se posaban y un fuerte escalofrío recorrió mi cuerpo haciéndome temblar entre sus brazos. Al notarlo, él se separó un poco, pero después volvió a su tarea de dejar besos, mientras yo intentaba concentrarme para no desfallecer por la placentera sensación.
-Rose, me iré un rato con Seth, en cierto modo soy su madrina y debo acompañarlo en su viaje hacia la madurez, pero tranquilos, que no os aburriréis. Mientras yo estoy fuera, los hombres pelearan por el amor de sus mujeres. Os lo vais a pasar de miedo!!- Les explique con un tono gracioso para relajar el ambiente.
Y llego el momento de la separación.
Debia despedirme de mis hermanos, pero el contacto que mantenía en ese momento con Edward me llamaba. Mi mente intentaba tener el control de mi cuerpo sin éxito, ya que este no respondía a la orden de moverse. Tuve que obligarme.
Lo solté con mucho esfuerzo, sintiéndome incompleta inmediatamente.
Me despedí de mis hermanos con un beso y un abrazo, dejando a Edward en ultimo lugar.
Necesitaba sentirlo otra vez, así que no tarde en volver a la dulce protección de sus brazos.
Tome su pelo de nuevo entre mis dedos y él puso sus manos en mi cintura, juntando nuestras frentes y creando nuestra burbuja privada, la cual, sentí más fuerte que en otras ocasiones.
-Pórtate bien y diviértete. Volveré antes de que te des cuentas de que no estoy- Le susurre sonriendo, intentando alejar la tensión de su cuerpo.
-¿cómo no me voy a dar cuenta si ya te estoy echando de menos?- Me pregunto, haciendo mas estrecha la cárcel de sus brazos y más doloroso el latido de mi corazón.
En ese momento no pensé con claridad.
Las palabras fluyeron de mi boca sin detenerlas sin, ni siquiera poder pensarlas. El dolor y la alegría que provoco su pregunta en todo mi ser, hizo que mi corazón hablara por mí.
-Por favor mi gatito, no sabes lo difícil que me resulta separarme de ti, Me quedaría aquí mismo para siempre, pero no puedo. Sera poco tiempo, te lo prometo- Note como Edward se aceleraba, su respiración, su corazón, su cuerpo tembló.
Se separó ligeramente de mí y nos miramos a los ojos. Me di cuenta entonces de lo que había dicho y me dio miedo por lo que pudiera pensar. El calor que desprendía mi cara me indico que la tenia roja.
-Ahora tengo que irme- Le dije con todo el dolor de mi corazón, intentando ignorar lo que había dicho.
Me puse de puntillas y rodee su cuello con mis brazos.
El por su parte me pego más a su cuerpo apretándome con fuerza.
Deje cortos besos en su cuello, probando el sabor de su adictiva piel y llenando mi ser con su aroma.
Reacciono ante eso tal como lo había hecho yo anteriormente, erizándosele la piel y estremeciéndose.
Mis ojos empezaron a picar. No quería que me viera llorar así que bruscamente me separe de mi milagro personal.
Tome la mano de Seth sin pararme, sin mirar atrás y salimos corriendo. Sabia que si no lo hacia así, no podría separarme de él.
Cuando llegamos a la entrada del bosque, que no estaba muy lejos, la ansiedad y el dolor de la separación hicieron que me diera la vuelta para poder mirarle una vez más.
Pude ver la pena que le causaba nuestra distancia, la misma que me envolvía a mí.
Mi instinto Quileute pudo conmigo y sin ser consciente de ello, un aullido lastimero salio de mi pecho, pidiendo el calor de su cuerpo cerca del mio.
Lo que no me esperaba, fue lo que paso a continuación.
Edward empezó a aullar, igual que yo, desesperado, pidiendo mi regreso. La sensación que recorrió mi cuerpo fue indescriptible.
Me sentí amada por un instante. Mi corazón latía a un ritmo frenético y mi alma quería volar libre para enlazarse con la suya.
Con una gran sonrisa en mi cara y una sensación ansiosa de volver pronto, arrastre a Seth hacia el bosque para emprender nuestro viaje.
dejando atrás al niño y volviendo con el hombre.





Capítulo 13: La fiesta, preparandonos Capítulo 15: El Gran Lobo

 
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