Besando Ranas !!!

Autor: Nekbhet
Género: Romance
Fecha Creación: 01/04/2010
Fecha Actualización: 10/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 23
Comentarios: 158
Visitas: 63161
Capítulos: 25

Quiero agradecerle al Sr. Banner que se equivocara de rana.

Quiero agradecerle a la rana que me escupiera.

Quiero agradecerle a los Quileute que te enseñaran sus costumbres.

Gracias a ellos comprendi que no puedo vivir sin ti. Te amo Bells.

 

GRACIAS POR LA PORTADA, NUEVA!!! HIJADEMIVIDAYDEMICORAZON !! XDDD

Historia terminada


 

Los personajes aqui descritos pertenecen a Stephenie Meyer.

Hola, este es mi primer Fic, asi que espero que os guste.

Gracias por las visitas!!

Besitos desde España!!

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 17: Evaluando daños


Bella PoV

El rostro de Edward reflejaba toda su preocupación por mí. Me alzo en brazos ágilmente, mientras él llamaba a Jasper y yo me reía.
-Gatito bájame!! no tengo nada roto- Le dije riendo, mientras el se encaminaba al coche.
-¿Cómo estás tan segura, Isabella? No puedo abrazarte sin que te encojas de dolor- Me dijo con el semblante serio. Mi risa cesó cuando de sus perfectos labios salio mi nombre completo, a la vez que mi cerebro se derretía por sus palabras "No puedo abrazarte..." él quería abrazarme y yo quería morirme de felicidad.
"Demonios, cómo un nombre tan antiguo puede sonar tan sexy saliendo de su boca" Pensé, con mi corazón a punto de estallar.
-Edward, bájame y escúchame- Le dije seria, mientras mis hermanos se nos acercaban.
Edward se paró y clavo sus ojos en los míos, pero no me soltó. Nuestra burbuja se había creado, como siempre que nos mirábamos así.
-¿Qué ocurre Edward, estas bien Bella?- Pregunto Jasper cuando estuvo a nuestro lado.
-¿Te calmaras si te lo muestro?- Le pregunte a Edward, ignorando a Jasper.
-Depende, te llevaré con Carlisle si no lo veo claro- Me contesto él.
-Hey, que estoy aquí chicos ... Ya, están en su burbuja de tórtolos!!- Les grito Jasper a los demas, al que volvimos a ignorar.
-Esta bien, si la tengo rota, yo sola me subiré al coche y dejaré que me lleves a casa, pero si no, pasaremos la noche aquí ¿hecho?- Edward pensó en mi trato durante un momento y giro el rostro hacia nuestros hermanos que nos miraban sin entender nada. Después volvió a fijar sus penetrantes luceros grises en mí.
-Hecho, pero no te suelto, ¿dónde quieres que te lleve?-Me dijo, mientras esta vez nos interrumpía Emmett.
-Muy bien, decidnos que pasa, ¿Qué es lo que Bella tiene roto, Edward?- Pregunto riendo, seguro por alguno de sus pensamientos.
Nosotros seguíamos ignorando a todos los que se encontraban a nuestro alrededor, inmersos en nuestro mundo.
resignada y encantada a la vez de que me llevara en brazos, asentí a nuestro trato, afiance mi agarre a su cuello y lo guié a la que una vez fue mi casa, la casa de Jacob.
Entramos a la habitación en la que nos habíamos cambiado las chicas y yo y le pedí que cerrara la puerta antes de que entrara alguien más.
Mientras el lo hacia, yo me quite mi vestido, quedando en ropa interior, Un sencillo y cómodo conjunto de algodón compuesto por un sujetador de aros y un bóxer femenino en color verde mar.
Todos los golpes que Seth me dio salieron a la luz. Me quede de pie, dándole la espalda algo avergonzada pero me trague mi vergüenza y me gire para encarar al hombre al que amaba.
En ropa interior. Vale, quizás no me trague toda mi vergüenza, ya que mis mejillas ardían, de, seguramente, lo rojas que estaban.
-Ven, compruébalo tu mismo, no tengo nada roto, solo son golpes- Le dije, tratando de sonar lo más tranquila posible, al ver que no se movía del lado de la puerta.
Edward me miro y se fue acercando a mí, lento, con paso cauteloso y la respiración acelerada. Al parecer estaba tan avergonzado como yo.
Parpadeo un par de veces cuando lo tuve delante y miro mis morados, mientras fruncía el ceño en señal de preocupación.
-¿Cómo te has hecho esos morados? ¿Os habéis caído? Debí acompañarte, podría haberlo evitado- Me dijo con frustración, haciéndome reír.
Edward me miro enfadado y luego volvió la vista a mi abdomen. Estiro los dedos con intención de tocarme, pero después los aparto, indeciso.
-Edward, no nos hemos caído y tu no podrías haberlo evitado- Le dije, tomando sus manos y poniéndolas sobre mis costillas. Él contuvo la respiración.
-Para empezar, si no tocas la zona, no notaras si hay algo roto. Estos morados son a consecuencia del ritual de madurez- Edward me miro sin entender lo que le decía, mientras acariciaba con suavidad mi cintura, mandando miles de descargas sobre mi cuerpo.
Suspire fuertemente y lo guié hasta el borde de la cama, haciendo que se sentara conmigo.
-En el rito de madurez se libra una lucha, tanto interna como externa. Seth y yo hemos estado luchando... Lo cierto es que he tenido que obligarlo porque no quería luchar contra mí, pero cuando se ha dado cuenta de que iba a hacerle daño, ha reaccionado y se ha defendido- Le conte.
-¿Me estás diciendo que ese crío te ha roto el labio y posiblemente una costilla?- Me pregunto enfadado.
-Edward, sé que quieres seguir los pasos de Carlisle en medicina y por eso has estado meses yendo con el al hospital, ¿ Te ves capacitado para diagnosticar un hueso roto con lo que te ha enseñado hasta ahora?- Le pregunte algo enfadada ya. El me miro con sorpresa, ya que no se esperaba que yo lo supiera.
-Sí que lo estoy, sé distinguir ese tipo de fracturas- Me contesto orgulloso y sorprendido.
-Bien, entonces diagnostícame- Le dije, tumbándome en la cama.
Edward se arrodilló en el suelo a la altura de mi estomago y yo cerré mis ojos.
Pude oír como tomaba aire un par de veces y luego note sus manos haciendo presión sobre mis costillas, recorriéndolas una a una, evaluando daños.
-Levanta los brazos por encima de la cabeza- Me dijo en un susurro trémulo. Inspire profundamente e hice lo que me pidió.
Él siguió su inspección en busca de fracturas alrededor de mis golpes y fue subiendo poco a poco hasta llegar a la altura de mi pecho, donde paro de golpe. Allí sus manos quedaron un instante par luego abandonar el contacto de golpe.
-No hay fracturas, solo golpes- Me dijo, dejando una suave caricia en mis morados.
Yo abrí mis ojos y lo mire. Edward seguía de rodillas, sentado sobre sus pies mirando mi abdomen.
-Te dije que no era grave- Le dije sonriendo. El suspiro derrotado y asintió con la cabeza. Entonces me miro con una sonrisa traviesa adornando su cara, puso dos de sus dedos en un de mis morados y acariciándolo en círculos empezó a canturrear una vieja frase infantil.
-Sana sana, culito de rana, si no se cura hoy, se curara mañana- Dicho esto, se inclinó hacia mi cuerpo y dejo un dulce beso allí donde mi piel cambiaba de color, mientras yo me reía al recordar las veces que Esme le había cantado esa canción a Emmett en los años que llevaba viviendo con ellos.
Al parecer no fui la única en recordar, ya que Edward me miro y se puso a reír conmigo. Después, puso los dedos en otro de mis morados, repitiendo la canción y besándome de nuevo haciéndome cosquillas, ya que no podíamos dejar de reír ninguno de los dos.
Cuando acabe con el estómago lleno de caricias y besos, me cogió de la mano y me ayudo a sentarme en la cama, quedando él, aun de rodillas en el suelo, entre mis piernas.
Acaricio mi pómulo hinchado mientras seguíamos riendo y volvió a cantar.
-Sana sana, culito de rana, si no se cura hoy, se curara mañana- Y beso mi mejilla dejando sus labios pegados a mi piel más tiempo. Después paso a los arañazos que tenia en el  cuello, dejando varios besos cortos y dulces después de cantar.
Por ultimo miro mi labio, que había dejado de sangrar. Lo acaricio dulcemente y con amor, muy despacio para no hacerme daño y canto en un susurro muy débil, sin dejar de mirarme a los ojos.
-Sana sana, culito de rana, si no se cura hoy, se curara mañana- Mi respiración se había acelerado considerablemente, así como mi corazón, la risa había dado paso a una tímida sonrisa y mis ojos se perdieron en el profundo océano gris de sus ojos.
Entonces lo vi titubear nervioso, pero con un movimiento lento, acerco su rostro al mío hasta poner sus labios sobre mi herida.
Yo lo unico que pude hacer fue cerrar los ojos y disfrutar de sus labios contra los mios.
No me moví. Apenas respondí al beso, por miedo a que se alejara. Quería detener el tiempo en ese instante y quedarme así eternamente.
La presión que hacían sus labios contra el mío herido, desapareció demasiado pronto para mi gusto. Edward apoyó la frente sobre la mia y me abrazo ligeramente por la cintura, mientras yo, aun sin abrir los ojos, subí mis manos a sus hombros desnudos, saboreando la suavidad de su piel con los dedos.
-Lo siento, sé que me preocupo demasiado, pero no puedo evitarlo, eres mi pequeña y no soporto verte herida- Me dijo, con el ceño fruncido y una ligera mueca de dolor incrustada en su rostro.
-No tienes que disculparte gatito, pero no quiero que te preocupes tanto. Debes recordar que me he criado en la reserva como una Quileute mas, tengo conocimientos que vosotros ignoráis y que espero que poco a poco vayáis descubriendo. Lo cierto es que hay muchas cosas de mi educación que he guardado por respeto a la tribu- Le dije mirándolo a los ojos.
-Y... tu también eres mi pequeño- Le dije sonriendo, a lo que el respondió con su angelical risa. Yo enrede mis manos por detrás de su nuca, enterrando mi nariz en el hueco de su cuello, mientras el me pegaba a su cuerpo, estrechando nuestro abrazo y escondía su cara bajo mi trenza.
-Te quiero Edward, gracias por preocuparte por mí- No se de donde saque el valor de decirlo, pero no me arrepentí cuando lo hice y rece a mis ancestros porque él sintiera la fuerza de esas palabras.
-Yo también te quiero, eres mi pequeña- Me contesto con nerviosismo en la voz, notando al mismo tiempo su corazón azotando su pecho y a la vez el mio.
En ese momento unos fuertes nudillos en la puerta nos saco de nuestra burbuja, seguido de una voz demasiado familiar.
-Linda!! Te doy 10 segundos para dejar de hacer lo que estés haciendo y entro!! Espero por tu bien que el colega no te haya desvirgado ya o me lo cargo!!- Grito Jake desde el otro lado, haciendo que nos miráramos algo sonrojados y pusiéramos los ojos en blanco a la vez por sus palabras, mientras oíamos las risas de Emmett algo más lejos.
Edward se levantó ágilmente y me alcanzo el vestido, que me puse rápidamente y una vez vestida nos encaminamos los dos a la puerta. Pero antes de abrirla pude oír como mis hermanos pegaban la oreja y murmuraban entre ellos.
-Alice no oigo nada, quita- Decía Rose.
-Yo tampoco, ¿Jacob, tú oyes algo?- Pregunto Alice.
-Solo a vosotras dos, chismosas- Se quejó Jake.
Le hice una seña a Edward para que se apartara un poco de la puerta y la abrí de golpe, haciendo que los tres cayeran de morros al suelo.
-Jacob, no voy a contarte lo que Edward y yo hacemos en la cama, búscate un videoclub y en cuanto tu amenaza, bueno, digamos que el ritual de unión no tendrá el mismo efecto- Le dije escondiendo mi risa como pude.
Los tres cotillas, que seguían en el suelo, abrieron tanto los ojos como la boca asombrados. Jacob además, giro la cabeza para mirar a Edward, que miraba al techo con la mirada perdida y  sus mejillas encendidas en un rojo intenso, siguiéndome el rollo inconscientemente.
Cuando Jacob volvió a mirarme con la cara aun más desencajada por la sorpresa, no pude aguantarme más y estalle en carcajadas, seguida de Edward que se pellizcaba el puente de la nariz, intentando esconder su vergüenza, mientras Emmett y Jasper se tronchaban de la risa y las chicas intentaban disimular.
-Muy graciosa Isabella, jugar así con tu virginidad- Me dijo Jake, indignado por haber caído en mi broma, mientras se levantaba del suelo y ayudaba a las chicas.
-Perdona querido, has sido tu el que ha sacado el tema, cotilla- Le dije mientras limpiaba las lagrimas que me salían a causa de la risa.
-Para ti, señor cotilla... y ahora ¿Habéis terminado de meteros mano?- Pregunto Jacob, haciendo volver el color rojo a nuestras mejillas.
-Mas bien nos han interrumpido- Dijo Edward de pronto y mirándonos estallamos en carcajadas de nuevo al ver la cara de asombro de Jacob, otra vez.
Este entrecerró los ojos mirándonos acusadoramente.
-¿Hoy es el día de "vamos a reírnos de Jacob"? Andando, las hogueras están listas- Dijo un poco enfadado, mientras nos miraba a los seis que no podíamos dejar de reír.
-No te enfades, pero es que nos lo pones a huevo!! Anda dime, ¿cómo ha ido la carrera de lobos?- Le pregunte para cambiar de tema, mientras nos dirigíamos a la pradera.
-Edward ha llegado segundo!! Jasper quinto y Emmett sexto- Me dijo Alice entusiasmada. Mi sonrisa se borró de golpe.
-¿Segundo?- Le pregunte a Edward. El me devolvió la mirada sonriendo orgulloso.
-¿Quiénes son tus rivales, gatito?- Le pregunte temerosa.
-Jacob y Jared- Me contesto.
-Mierda!! Jake, ¿le has enseñado algo?- pregunte mirando ahora a Jacob.
-No me ha dado tiempo, además, pensé que querrías hacerlo tú, se te da mejor, tenéis tiempo después de comer- Me contesto con una sonrisa burlona en sus labios. Un pequeño gruñido salio de mi garganta.
-Jacob Black, ahora sí que te has pasado!! Juro que te mataré con mis propias manos si le pasa algo!!- Le grita furiosa.
-Cálmate linda, no pensé que ganaría, se supone que no está acostumbrado a correr en la arena, pero lo hizo muy bien, no pude hacer nada. Te prometo que seré cuidadoso- Me contesto algo asustado.
-Ja!! Jacob Black cuidadoso en una pelea... Ni siquiera conmigo eres cuidadoso!! Jake, estás advertido, si sale lastimado te las veras conmigo. Y más te vale que avises a Jared, porque si a ti te mato, a él me lo meriendo crudo!! estamos??!!- Le dije roja de la ira. Jacob se limitó a asentir asustado. Sabia que no era bueno que yo me enfadara de ese modo.
Edward a mi lado me miraba con el ceño fruncido.
-¿Tan flojo me crees para una pelea, peque?- Me preguntó molesto. Yo me acerque a él, tomándolo de la cintura, mientras el ponía su brazo alrededor de mis hombros.
-No amor, sé que eres lo suficientemente fuerte como para cargarte tu solito a estos dos. Pero son unos brutos y juegan sucio, no quiero que te lastimen, te aseguro que podrías acabar con más de un hueso roto, los conozco demasiado. Después de comer te enseñaré algunos trucos que te irán bien- Le dije mientras llegábamos a la pradera.
Edward me miraba entre sorprendido y confuso, con un brillo extraño en la mirada. Ladee la cabeza extrañada.
-¿Qué?- Le pregunte sin soltarnos de nuestro abrazo.
-¿A-amor?- Me pregunto, a mí se me acelero el pulso y mi ceño se arrugó sin entender.
-Me... me has llamado amor- Me susurro algo sonrojado, mientras mis hermanos se paraban alrededor de una hoguera, dejándonos solos. Abrí los ojos sorprendida de lo que decía y mis mejillas ardieron al instante.
-¿Yo he hecho eso?- Pregunte avergonzada y el simplemente asintió con la cabeza, son dejar de mirarme con aquel extraño brillo.
-Va-vaya yo... ni siquiera me di cuenta... no sé que... salio solo... lo-lo siento no me di cuenta no quería molestart...- Me interrumpió poniendo un dedo sobre mis labios.
-No me ha molestado, me ha sorprendido, nunca me habías llamado así- Me dijo con una sonrisa llena de felicidad, que me dejo sin aliento y me hizo sonreír a mí también.

Capítulo 16: A correr lobitos !! Capítulo 18: Las hogueras

 
14446034 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios