Besando Ranas !!!

Autor: Nekbhet
Género: Romance
Fecha Creación: 01/04/2010
Fecha Actualización: 10/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 23
Comentarios: 158
Visitas: 63168
Capítulos: 25

Quiero agradecerle al Sr. Banner que se equivocara de rana.

Quiero agradecerle a la rana que me escupiera.

Quiero agradecerle a los Quileute que te enseñaran sus costumbres.

Gracias a ellos comprendi que no puedo vivir sin ti. Te amo Bells.

 

GRACIAS POR LA PORTADA, NUEVA!!! HIJADEMIVIDAYDEMICORAZON !! XDDD

Historia terminada


 

Los personajes aqui descritos pertenecen a Stephenie Meyer.

Hola, este es mi primer Fic, asi que espero que os guste.

Gracias por las visitas!!

Besitos desde España!!

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 19: Quiero mi premio!!

18º Quiero mi premio!!
Edward PoV
Había ganado. ¡Había ganado! No podía creerlo.
Salte más alto que Bells y gane la apuesta.
Ahora tendría la oportunidad de probar sus labios de nuevo, pero de verdad. Pensaba aprovechar la ocasión. Solo esperaba que ella no me rechazara. Me sentía eufórico por dentro.
-Chicos, la comida esta lista- Dijo Sue.
Bells miro al cielo, como buscando algo.
-Vamos a comer, aun debemos preparar la ultima parte del ritual de unión y mis niños necesitan practicar- Dijo, invitándonos con un gesto a la mesa.
La atrape de la muñeca, mientras todos se iban a sentar y tire de ella suavemente para encararla. Se asustó un poco al verme tan cerca. Rodee su cintura con mis brazos y la acerque un poco más a mi pecho. La consecuencia fue un ligero y hermoso sonrojo, casi imperceptible.
-Quiero mi premio- Le dije acercando mis labios a los suyos con una sonrisa bailando.
-Tendrás tu premio cuando te alimentes y recuperes energía, nos espera una tarde movida- Me dijo, deslizando sus manos y sus ojos por mi pecho, enviándome miles de descargas y estremeciendo mi cuerpo.
Cerré los ojos y recargue mi frente sobre la suya, disfrutando de la sensación. Mi pequeña pasaba la yema de sus dedos desde mis hombros hasta mi cintura, haciendo dibujos y círculos.
-¿Ya has pensado en como serán mis marcas?- Me pregunto de pronto en un susurro, desconcertándome.
-¿Tus marcas? ¿De qué hablas?- Le pregunte totalmente perdido. Mi pequeña separó su frente para mirarme fijamente.
-Si resultas merecedor de mi corazón- Me estremecí violentamente cuando dijo eso -Tendrás que reclamarme como tuya, marcándome- Sus palabras rebotaron en mi cerebro una y otra vez, parando mi corazón durante algunos latidos.
No sé que reflejaba mi rostro, pero de pronto, la dulce mirada de Bells mostró preocupación.
-¿Gatito estas bien?- Me pregunto, posando su mano sobre mi mejilla.
-No debe preocuparte Edward, es un ritual sencillo, solo me pintaras la cara y el pecho, como yo he hecho contigo, solo debes pensar que dibujos quieres en mi piel- Me explico.
"Dibujos en su piel, mis manos dibujaran sobre su pecho"  Pensé. "Vale, vale, cálmate Edward o te dara una taquicardia".
-¿Que te parece si después de comer te enseño algunas fotos? Así te harás una idea, aunque también puedes copiar tus marcas- Me comento mi pequeña, interrumpiendo mis pensamientos.
De pronto recordé algo.
-¿Bells? ¿Me estás distrayendo para no darme mi premio?- Le pregunte con los ojos entrecerrados.
Ella puso los ojos en blanco y se separó de mi cuerpo, cogiéndome de la mano en el proceso y tirando de mí hacia la mesa.
-Anda, vamos a comer y luego hablamos del premio- Nos sentamos con mis hermanos, en una mesa repleta de comida. Pollo, cordero, costillas de cerdo, patatas asadas, todo hecho a la brasa, tenia una pinta deliciosa.
-Esta es la mejor carne asada que he probado en mi vida- Comento Emmett con la boca llena.
-Si Esme te oye, considérate fuera de la familia, hermanito, tendrás que irte adormir bajo el puente del rio- Le contesto Bells, haciéndonos reír.
-Que graciosa Bella, ¿acaso quieres decir que estás deseando que me vaya para mudarte a mi estupenda habitación? Déjame decirte que no lo conseguirás- Le replico Emmett.
-No seas idiota cariño, Bella ya tiene una habitación estupenda, de hecho, es mejor que la tuya- Le regaño Rose.
-Lo cierto es que tengo dos- Murmuro Bells
con una preciosa sonrisa. Todos la miramos con una pregunta escrita en la cara. Mi pequeña nos miro y se encogió de hombros.
-Esme ha empezado a invadir la habitación de gatito con mis cosas, es más, diría que esta mañana la he visto entrar a su baño con mi cepillo de dientes y mi champo del pelo en las manos- Comento con total naturalidad.
Alice y Rose se taparon la boca para no poner la misma cara de espanto que tenían Emmett y Jasper. Yo en cambio no podía sonreír más. No sabia si ponerme a bailar o a saltar de alegría. Con un poco de suerte, no se opondría a pasar las noches conmigo.
-Edward adora su cama, dudo mucho que puedas echarlo- Se burló Emmett.
-¿Y quien te ha dicho a ti que yo vaya a echarlo de su cama?- Pregunto ella, alzando las cejas de manera provocadora y sonriendo.
Juro que oí como se desencajaban cuatro mandíbulas a la vez.
-Lo cierto es que fui yo quien le pidió a Esme que trasladara tus cosas- Comente como si fuera lo más normal del mundo. Esta vez, no solo mis hermanos me miraban a mí, con la boca más abierta si es que se podía.Bells, Jacob y Seth también lo hicieron.
-¿Y eso a que se debe, gatito?- Pregunto Bells.
-Desde el accidente con la rana, he notado que descansamos mejor si dormimos juntos, Carlisle me dio la idea así que a partir de ahora, dormiré contigo... cla-claro, si a ti no te importa- Le explique, temiendo su reacción, nada me aseguraba que quisiera compartir habitación. Ella me miro durante unos segundos con un brillo extraño en los ojos y después dirigió su mirada al resto.
-¿Lo veis? Tengo dos habitaciones- Dijo al fin sonriendo.
Mi corazón iba a estallar de alegría, por fin la tendría para mi solo.
-Hey Edward, creo que aún no has cobrado tu premio ¿O sí?- Dijo Seth en ese momento, con una sonrisilla traviesa.
-No, se rehúsan a dármelo- Le conteste, mirando a Bells frunciendo el ceño fingiendo enfado.
Ella dejo de comer y poniendo los ojos en blanco, me encaro desde su silla.
-Venga pesado, cobra tu premio-
Era el momento.
Mi corazón se sacudió con violencia, mi cuerpo empezó a temblar y mis manos a sudar. Mi rostro tomó una temperatura ele elevada, señal de un fuerte sonrojo.
Me gire en la silla, encarando a Bells, pasando de paso mi mirada por la mesa, encontrando a seis pares de ojos expectantes.
Con decisión, cogí a mi pequeña por la cintura y la sente en mis piernas a horcajadas, sus pies no tocaban el suelo y sus manos, por instinto, se acoplaron a mis hombros, mientras ella fruncía el ceño ligeramente.
La mire a los ojos y después a los labios.
En ese mismo instante me perdí.
Me acerque a ella lentamente al tiempo que la abrazaba por la espalda, acercándola a mí. Su respiración se aceleró igual que la mia.
Y entonces paso.
Nuestros labios se unieron.
Al principio nos quedamos quietos, sin saber que hacer, pero poco a poco reaccionamos, atrape su labio superior a la vez que ella acariciaba el mío inferior, de forma dulce y pausada; conforme los segundos pasaban, nuestro beso aumentaba su intensidad, hasta que no me pude resistir y pedí permiso para explorar su boca.
Note perfectamente como mi dulce caramelo llenaba sus pulmones de aire y separo sus labios, dándome acceso al cielo, mientras enredaba sus dedos entre mi pelo y entonces nuestras lenguas se rozaron en una suave caricia y el fuego nos envolvió a los dos, llevándonos derechitos a nuestro permiso en el centro del mismísimo infierno.
Poco a poco, el beso se convirtió de nuevo en caricia, hasta que, irremediablemente, sus labios abandonaron su hogar, dejándome su exquisito sabor en mi boca y un enorme vacío en el pecho.
Nuestras respiraciones estaban algo agitadas y nuestras mejillas sonrojadas,
No deje de mirarla a los ojos, confundido, maravillado.
No sé cuánto tiempo estuvimos dentro de nuestra burbuja, sin importar nada más que nosotros, no podíamos dejar de mirarnos a los ojos, intentando leer a traes de ellos lo que en ese momento pensábamos.
Tuve que cerrar mis manos alrededor de la tela de su vestido para controlar el impulso de tomarla del rostro y volver a besarla con pasión y de una manera irracional.
Muestra burbuja se rompió con la voz de Emmett.
-Joder Bella, ¿Quién te ha enseñado a besar así?-Pregunto totalmente embobado.
-¿Por qué quieres saberlo, necesitas clases?- Le pregunto Bells divertida. Todos en la mesa se pusieron a reír.
-Que graciosa muñequita. Es ilegal dar ese tipo de besos en publico, solo se dan en la cama... ¿Tu no eras virgen?- Bells se tensó al oír aquella pregunta, estando aun en mis brazos y yo me quise morir en ese momento. ¿Qué significaba aquella reacción?

Capítulo 18: Las hogueras Capítulo 20: Discusión tonta

 
14446211 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios