Después de reponerme, no volví a llorar más. El día del funeral, todo aquel que había conocido a mis padres se personó ante mí para darme el pésame. Apenas me di cuenta de nada. La familia Cullen al completo estuvo en todo momento a mi alrededor, no se separaron de mí para nada. Fueron mi mejor consuelo, cuando sentía que no podía soportarlo, lo único que necesitaba ere apoyar la cabeza en el hombro de alguno de los que estaban mas cerca, inmediatamente los brazos de éste me rodeaban escondiéndome del mundo exterior, sin preguntar, solo dándome el cariño que necesitaba en ese momento. Poco a poco, los días fueron pasando. Esme, Carlisle y Billy se encargaron de realizar todos los tramites legales que se requerían, la herencia, el traspaso de bienes, la tutela, todo, hasta que por ultimo, solo quedo el traslado a mi nueva casa. Después de dos meses, me instale con mi nueva familia. Esme habilito para mi una habitación en el ultimo piso de la enorme casa, allí solo habían dos dormitorios y una enorme biblioteca. Era una habitación preciosa, amplia, estaba pintada en varios tonos de blanco, tenia toda clase de detalles, una televisión de plasma, un reproductor de DVD, un equipo de música, incluso una consola de juegos!. Todos los muebles eran blancos, una cama de matrimonio pegada a la pared, con dos mesillas de noche, una a cada lado, y en la pared de enfrente un tocador con un espejo grande. todo muy sencillo, pero a la vez muy bonito y elegante. La habitación tenia su propio baño y un vestidor. Entre todos me ayudaron a superar, o al menos aligerar el dolor de mi corazón, tras la muerte de mis padres. El primer año fue el peor de todos. Casi no hablaba, casi no comía, casi no dormía, era algo así como una sombra. No salia de mi habitación a menos que fuese estrictamente necesario. Me inscribieron en el instituto de Forks, iba a clase y volvía a casa, eso era lo único que hacia. Mi nueva familia fue muy comprensiva conmigo en ese aspecto, me dieron espacio para respirar. No me agobiaban, pero me demostraban su cariño y su apoyo de una forma muy sutil y yo lo agradecía aplicándome en los estudios e intentando reponerme, aunque sin mucho éxito entonces. Hasta que una noche todo cambio y me di cuenta que mi vida debía seguir.
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