15º A correr lobitos!!
Edward PoV
-¿Qué ha sido eso Edward?- Me pregunto Jasper, que estaba a mi lado.
-¿Qué ha sido el qué?- Le pregunte haciéndome el desentendido, mirando aun el lugar por donde Bells y Seth se habían ido.
-Humm... Veamos... por donde empiezo... ¿Por la expresión de tu cara cuando Bella ha dicho que se iba? ¿Por tu desesperación mientras hablabas con ella? Oh! Bueno, también podría mencionar la forma posesiva con la que te has aferrado a ella para que no se marchara... Sin olvidarnos del hecho de que has aullado... Le has aullado a Bella como un lobo le aúlla a la luna!! Chico, estas mal, muy mal...- Dijo Jazz con tono pensativo.
Demonios!! Siempre me olvidaba de lo perceptivo que era.
-Esta bien!!- Le grite entre dientes, mirándole.
-¿Qué quieres? ¿Que confiese? Sí, estoy desesperado. La razón de mi existencia se acaba de alejar de mí con un crío al que no conozco de nada y eso me mata. Me muero de celos y eso me da panico, la quiero... es más, la amo con toda mi alma, con todo mi ser y no soporto estar alejado de ella, no soporto ver como los chuchos la abrazan y lo peor de todo, no soporto el hecho de saber que no puedo hacer nada por evitarlo ya que no soy nada para ella. No soy más que su "hermano" el que se preocupa por ella, solo eso- Sisee totalmente fuera de mí.
-Mas vale que Alice no te oiga, ya sabes lo entusiasta que es con estas cosas y no pararía de molestarte para que te declararas- Me dijo sonriendo de manera autosuficiente.
-Ya lo sabias- Le dije, relajando mi postura visiblemente derrotado ante él.
-Eres muy evidente, Edward y desde hace unos días, más aún. Lo que no logro entender es como has llegado a la conclusión de que no eres nada para ella, eso no es así- Le iba a preguntar a que se refería, pero en ese momento se nos acercaron mis hermanos, seguidos de la manada.
-Los juegos van a comenzar. ¿Estáis preparados para una carrera?- Pregunto Jacob.
-¿Una carrera? ¿De qué va eso?- Le pregunte yo, intentando aligerar mi estado de animo.
-Carreras de lobos. Recorreremos la playa desde La Push hasta el Acantilado del Colmillo. 3 Km. El que gane, tendrá el honor de ser el primero en luchar contra el jefe de la manada para reclamar el corazón de su amada- Explico Sam.
Esta era mi oportunidad para enterarme de como funcionaban las tradiciones Quileute. Si tenia que convertirme en uno de ellos para luchar por el amor de Bells, lo haría, dejaría bien claro que ella era mia, de nadie más.
-Me gustaría saber mas cosas sobre ese tema. ¿Cómo funciona? ¿Cómo reclamas el corazón de tu amada? ¿Y si ella no te corresponde?- Le pregunte del tirón. Sam y Jacob se miraron entre ellos, entendiéndose y luego me miraron a mí.
-Antiguamente, los Quileute debíamos demostrar ante el jefe de la tribu, el amor que sentíamos por una mujer, teníamos que ganarnos su corazón y la aprobación del jefe al cual se le consideraba el "padre", él era el que nos daba consentimiento para cortejarla. Pero realmente, las que elegían a su compañero eran ellas- Explico Sam.
-No acabo de entenderlo- Comento Jasper.
-Veras, en nuestra tribu, siempre ha sido la mujer, la que elige a su compañero, es decir, si una mujer estaba interesada en ti, primero se lo comunicaba al jefe y después te lo hacia saber mediante el rito de unión, que es el que acabáis de hacer vosotros. Después, el hombre, debía demostrar su interés hacia ella, luchando contra el protector de la chica, para ganarse la confianza de la familia y el corazón de la mujer. Si salia vencedor, obtenía el reconocimiento de lealtad ante la tribu, además del consentimiento para unirse en matrimonio con su amada- Explico Jake.
Entonces, me miro fijamente y con furia, adelantando un pie hacia mí, me reto.
-Bella te ha elegido a ti ¿Vas a ser capaz de merecerla? Porque si no es así, mas te vale que desaparezcas del mapa- Me gruño con rabia.
Mi corazón dio un salto ante esas palabras.
"Te ha elegido a ti... " ¿Seria posible tener una oportunidad con mi pequeña Bells?. Mi corazón empezó a revolucionarse ante la idea de poder estar con ella para siempre.
Esta era mi oportunidad, no podía desaprovecharla.
Di un paso hacia Jacob y lo encare, con mis esperanzas a tope.
-Estoy preparado para merecerla, lucharé contra quien se cruce en mi camino por ella- Le grite con la mandíbula tensa.
-Pues demuéstralo- Me contesto Jacob.
-Empieza el reto- Dijo Sam, dirigiéndose al bosque. Todos lo seguimos, bajando por un sendero hasta la playa, que no estaba lejos. Allí ya estaba todo preparado. Habían marcado la linea de salida en la arena. Los chicos que habíamos conocido esa mañana ya estaban dispuestos para empezar la carrera. Hablaban tranquilamente con las chicas de la manada, que se habían sentado en unos troncos para observar, mientras poco a poco, los residentes de la reserva y algunos turistas se iban acercando a ver el espectáculo.
-Lobos a sus puestos!!- Grito Emily desde la linea de salida.
Jasper, Emmett, Jacob y yo, además de unos cuantos chicos más, nos preparamos para la carrera, Alice y Rose se sentaron con las chicas de la manada.
-Listos, YA!!!!- Grito la chica y todos salimos disparados.
Al principio me costo bastante, no estaba acostumbrado a correr por la arena, por lo que los Quileute cogieron ventaja, pero una vez pillado el ritmo comencé a acelerar el paso y adelante a la mayoría. Siempre me había caracterizado por ser uno de los más veloces en clase de gimnasia.
Después de media hora, divise la meta, por fin acababa el calvario, estaba muy cansado pero hice un último esfuerzo para acelerar y ganar.
Llegue justo detrás de Jacob. Según me contaron, el que llegaba primero luchaba contra el líder de la manada y el segundo, luchaba con el primero y así sucesivamente, por lo que tendría que pelear dos veces, la primera contra Jacob, la segunda contra Jared. Iban a ser dos peleas difíciles.
Al cabo de un rato, todos habían llegado a la meta.
Estábamos tan cansados, que nos tumbamos en la arena a descansar un poco, hasta que el motor de un vehículo nos hizo levantar la vista.
Un par de chicas se habían acercado hasta allí con jeeps para recogernos y poder volver tranquilos a la pradera.
-¿Y ahora que haremos?- Le pregunte a Jacob, una vez montados en los coches y de vuelta.
-Ahora saltaremos las hogueras y después comeremos. Mas tarde, cuando el sol se ponga, la manada volverá a la playa y nos prepararemos para la ultima prueba, la lucha. Por ultimo, las chicas acabaran vuestros tattoos y después vosotros las tatuaréis a ellas. Seguramente esa última parte se alargara hasta la madrugada así que pasaremos la noche en la playa- Nos explico.
-¿No podemos comer primero y luego ya saltaremos lo que sea? Me muero de hambre- Pregunto Emmett.
-¿A que hora del día no te mueres de hambre, cariño?- Le pregunto Rose, dándole una colleja y haciendo que todos rieran.
-No podemos comer hasta que Seth y Bella vuelvan, que por la hora que es y si todo ha ido bien, no tardaran- Contesto Jacob.
-¿Habrá pasado la prueba?- Pregunto Embry.
-Bella tiene mucho poder, dudo que la haya superado- Dijo Quil, riéndose.
-Chicos chicos, recordad que Bella adora a Seth, es su ahijado, prácticamente lo crió ella, no se lo pondrá fácil, pero no le hará daño- Salto de pronto Sam, tranquilo pero con la preocupación impregnada en la voz.
-¿Qué es lo que Bells y Seth están haciendo? ¿Sam, por qué dices que Bells no le hará daño a Seth?- Le pregunte empezando a asustarme.
-Se están enfrentando y, antes de que preguntes nada más, es lo unico que te puedo decir por el momento. Bella nos ha prohibido hablar sobre eso con vosotros. No quiere que os preocupéis sin motivo, así que, tranquilo, ella estará bien- Me contesto.
-Edward, recuerda que Bella se ha criado aquí, ella sabe lo que hace- Me dijo Rose con cariño, intentando tranquilizarme, cosa que no consiguió ya que, conforme pasaban los minutos mi ansiedad crecía.
Cuando llegamos a la pradera, las hogueras estaban encendidas y la comida preparada.
Bajamos de los coches y Jacob nos guió hasta una de las hogueras, donde un hombre y una mujer hablaban animadamente con el anciano Quil Ateara.
-Papa, ¿ha llegado Bella?- Pregunto Jacob al hombre, algo mayor, de pelo largo y negro, muy parecido a él.
-Aún no, pero dudo que tarden mucho más- Le contesto.
-De acuerdo. Papa, Sue, estos son los hermanos de Bella, Emmett, Alice y Edward Cullen. Y sus amigos, los hermanos Hale, Jasper, novio de Alice y Rosalie, novia de Emmett. Chicos, mi padre, Billy y la madre de Seth, Sue- Nos presento Jacob.
-Un placer conoceros al fin, chicos- Antes de que pudiera decir algo más, un aullido nos llamo la atención. Me tense inmediatamente y empece a buscarla con la mirada desesperado hasta que la vi, salia de entre los arboles con Seth a su lado y caminaban hacia nosotros.
Quise correr a su encuentro, pero una mano en mi hombro me detuvo.
-Espera, aún no- ME dijo Jacob al oído.
Bells se paró frente a nosotros y se dirigió a las personas que nos acompañaban.
-Venerable, Sue, me entregaste a un niño, te devuelvo a un hombre- Dijo sonriendo. Sue se abrazó a Seth llorando y el viejo Quil felicito a Bells.
-Ya puedes acercarte- Me dijo de nuevo Jacob.
Solo nos separaban unos cuantos pasos, pero a mi me parecían gigantescos. Me acerque un poco mientras ella seguía hablando con el anciano y cuando se percató de mi presencia se giró hacia mí. Nos miramos a los ojos unos segundos y nuestras sonrisas aparecieron de forma automática, hasta que baje la vista a sus jugosos labios y algo me alarmo. Sangre. Su labio superior estaba algo hinchado en la comisura y sangraba.
Mi sonrisa desapareció al instante y empece a examinarla.
Además del labio, tenia un pómulo también hinchado y rojo y varios arañazos en el cuello y los brazos. Sus preciosas trenzas estaban algo desordenadas y llenas de ramitas y hojas, igual que su vestido. Parecía como si hubiese caído rodando por el bosque.
-¿Que te ha pasado?- Le pregunte angustiado, acariciando su rostro en busca de más heridas.
-Estoy bien gatito, tranquilo- Me dijo ella con una preciosa sonrisa.
En ese momento, Bells puso sus manos en mi pelo y yo me abrace a ella desesperado, estrechándola hacia mi cuerpo y a ella se le escapo un gemido de dolor. Me separe un poco y pase la mano por sus costillas hasta que a la altura de la ultima a la derecha volvió a gemir y se encogió en un acto reflejo.
Mi pequeña parecía tener una costilla rota. Mi preocupación se volvió histeria.
-Tienes una costilla rota, ¡Jasper!- Grite mientras la cogía en brazos.