¡TE ODIO! ¿AMOR? (+18)

Autor: carlarobpatt4ever
Género: + 18
Fecha Creación: 28/04/2013
Fecha Actualización: 13/04/2014
Finalizado: SI
Votos: 36
Comentarios: 85
Visitas: 98716
Capítulos: 27

fanfic finalizado!!!!

Del odio al amor? ¿Habrá solo un paso? ?¡Te odio!?Grité. Él empezó a sonreír de lado?Pero aún así me amas, querida?Bufé exasperada?¡Ni loca, Cullen, primero muerta!?Esperaba no tragarme mis propias palabras.

HOLA! ESTE ES MI PRIMER FIC ESPERO QUE SEAN BUENAS Y AUNQUE LA IDEA NO ES TODA MIA ESPERO QUE LES GUSTE ; ESTE FIC PERTENECE UNA PARTE A CHAPIS CULLEN DE LA PAGINA DE FF PERO NO LO TERMINO Y ME HABIA GUSTADO ASI QUE LO TERMUNO YO SI NO LE IMPORTA A LA Q LO EMPEZO PERO COMO NO PUEDO HABLAR CON ELLA ESPERO Q ME DE SU PERMISO

ESTE FIC ES MIO , DE MI AMIGA CARLA Y CLARO CHAPIS CULLEN AUNQUE LOS PERSONAJEN NO ME PERTENECEN , ESTOS SON OBRA DE LA MARAVILLOSA STEPHANIE MEYER

¡ESPERamos QUE LES GUSTE!;)

tenemos otros fics 

los recuerdos de mi intercambio el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3803

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Capítulo 4: los pros y los contras...

Todo el camino de regreso a casa, Esme trató de que le dijera que ocurrió adentro del despacho de Charlie, y mi padre, por su parte llevaba una sonrisita de oreja a oreja en el rostro, ok, admito que debí esperar un poco y no salir con esa facha del lugar pero… ¿Qué más podía hacer? No podía quedarme ahí, ¿Qué podría haberle dicho? ¿Lo siento acaso? Eso definitivamente no era una opción, ya que para nada lamentaba haber probado sus dulces labios rojos que me invitaban a besarlos.

Fue por mucho la experiencia más enriquecedora de mi vida, Isabella no era como las demás, ella tenía algo que me atraía ¿Amor? Obviamente no, esa no era una palabra que rondara en mi vocabulario. Lo único que ella hacía era confundirme, quién no querría echar un polvo con ella, era hermosa, tenía un cuerpo que bueno… era perfecto para mí, tenía curvas donde debía de haberlas, además, esas piernas de bailarina de ballet me mataban, era una lástima que casi siempre llevará pantalón.

Cuando llegamos a casa de mis padres, inmediatamente bajé del auto, caminé hacia mi carro para ir a casa pero mi madre-una vez más-me obligó a hacer lo que a ella le placiera, estaba tan agotado que no puse objeción alguna, ya al día siguiente me encargaría de alejarla de todas esas suposiciones erróneas que tenía sobre mí e Isabella.

En que momento fui tan débil como para besarla, ¿Era estúpido e idiota acaso? Creo que las dos cosas, pero por nada del mundo lo admitiría frente a ella, no estaba seguro si ella sintió lo mismo que yo… pero si de algo estaba seguro, era de lo que le dije; jamás nadie la besaría de esa forma, era ególatra de mi parte pensar así pero esa seguridad era parte de mí personalidad dominante.

Al despertar me vinieron a la mente los recuerdos de la noche anterior, su cuerpo pegado al mío, sus labios carnosos correspondiendo a los míos, definitivamente tenía que probarlos de nuevo. Así que decidí llegar más temprano a la empresa de modo que me permitiera buscar un lugar desde donde podría verla entrar con su Porsche e interceptarla en el camino-lo sé, me estaba volviendo un jodido acosador-pero como lo dije la noche anterior, Isabella sería mía, costara lo que costara.

No tuve que esperar mucho tiempo, cuando vi su carro dar la vuelta en la esquina y entrar al estacionamiento de la empresa, crucé la calle y entré a las oficinas. Afortunadamente la recepcionista aún no llegaba, así que fue más fácil colarme en el edificio, me puse a un costado del elevador. Isabella jamás se imaginaria que yo estaba ahí.

Poco a poco fui escuchando el repiquetear de sus tacones, y pude ver su esbelta figura dirigirse hacía el elevador, esta vez llevaba un conjunto de falda con saco, la falda era entallada y la llevaba por debajo de la rodilla y aún así se veía magnifica.

Sin tentarme el corazón la abordé y la hice subir al elevador, intentó hacer parecer que no ocurría nada, pero aún así se notaba y se sentía nerviosa, mis manos picaban por tocarla, Isabella era como un imán que me atraía inevitablemente. Intentó hablar pero no se lo permití y como había soñado la noche anterior, la bese una vez más. Esta vez más tranquilo, disfrutando del momento, de su cercanía, de lo que ella estaba dispuesta a darme, empecé a separarme poco a poco y repartí tiernos besos en toda la extensión de su cara, era algo tan intimo para mí, ya que jamás lo había hecho, hasta que pose mis labios en su frente, y sonriendo como un estúpido le di las gracias con los ojos cerrados.

Pesé a mi atrevimiento ella no me abofeteó y eso significaba más de lo que yo mismo quería aceptar, me estaba exponiendo tanto que no importaba, ¿El por qué? No importaba, estaba dispuesto a todo por tenerla. Cuando me dijo que ella no era un polvo de una noche, quise gritar y hacerle ver que para mí era más que eso, pero no estaba dispuesto a admitirlo, estaba confundido, y no sabía que hacer.

Antes de que las puertas del elevador se abrieran estaba a punto de pedirle que saliera conmigo, que me diera la oportunidad, que yo no pensaba tal cosa de ella, pero se fue dejándome plantado y antes de que las puertas se cerraran caminé presuroso para alcanzarla, era una gran ventaja que ella llevara esos zapatos tan altos y esa falda tan ajustada que no le permitía dar pasos largos.

Al llegar a su lado alcancé a escuchar como Jane le informaba que Vladimir Collins estaba ahí, sin querer evitarlo hice evidente mi disgusto, cosa que la descolocó por completo.

—Necesitamos hablar —Sujeté su brazo. Tenía que hacerle saber que no me gustaba su trato con Collins. No me importó que Jane estuviera presente —No es el momento, Edward —Susurró.

—Por favor… —Murmuré patéticamente. Me miró seria —Vamos a la sala de juntas —Casi grité del gusto pero me contuve —Dile al señor Collins que en un momento lo atiendo —Le ordenó a Jane. Con nerviosismo nos dirigimos a la habitación.

Para mi descontento, guardo una distancia prudente entre los dos, no había modo que me volviera a acercar y besarla, estaba poniendo claramente sus límites.

—¿Y bien? —Espetó. Guardé silencio ¿Qué le diría? ¡Bravo Edward! pensaste en alejarla de él pero jamás te pusiste a pensar que le dirías ¿No?

—Quería que nos pusiéramos de acuerdo para empezar a trabajar en el proyecto de los Vulturi —¿Eres un pendejo Cullen? me di golpes mentales, entre tantas cosas que pudiste haber dicho ¿En verdad dijiste eso? No podía estar más dañado.

—¿Para eso me hiciste venir aquí? —Prácticamente gritó —¿Sabes? Pudiste llamar a mi asistente para pedirle una cita —Inquirió molesta —Sí no tienes nada más que decir, me están esperando —¡Piensa estúpido!, ¡Piensa! Pero no tenía cabeza para decir nada más. —Es todo —Comenté serio.

—Adiós —Claramente escuche como su voz se quebró y quise golpearme hasta desfallecer por ser un estúpido cobarde. Se fue sin siquiera girarse a verme, y eso ¿Dolió? Obviamente, pero mi orgullo no me permitió hablar.

Salí de ahí sin siquiera decirle adiós a Jane que siempre era cortés conmigo, con la moral y el ánimo por los suelos crucé la calle hasta llegar a mi edificio, en la entrada como siempre me recibió Jessica con un café, antes de subir al elevador le di las instrucciones. No quería que nadie me molestara y en cuanto llegará Jasper, mi mejor amigo y socio, le hiciera saber que necesitaba hablar con él.

El largo trecho hasta mi oficina se me hizo eterno, tenía que observar desde mi ventana a Isabella, si notaba algo extraño por parte de Vladimir inmediatamente correría a impedir lo que fuera que ocurriera-ok, estaba siendo patético-pero nadie tocaría a Isabella en mi presencia, así estuviera espiando.

Con agrado me di cuenta que no estarían solos más de cinco minutos-gracias Emmett-pensé.

oOoOo

 

—¿Qué tanto miras por la ventana, hermano? —Di un brinco de sorpresa cuando escuché la voz de Jasper.

—¡Diablos Jasper! Al menos hubieras hecho algún ruido —Se acercó a la ventana para saludarme, cuando se dio cuenta lo que veía, empezó a carcajearse.

—¿En verdad? ¿Bella Swan, hermano? —Empezó a mover la cabeza negativamente.

—¿Tan difícil es de creer? —Permaneció callado a mi lado —Más que difícil de creer es… ¿Raro? —Tuve que apartarme de la ventana para que mi hermano y yo pudiéramos platicar más cómodamente.

Jasper era con el único que podía platicar de todo, era un gran compañero, amigo y confidente, y su mujer, Alice, era por su parte mi mejor amiga. Así que siempre que necesitaba un consejo ellos me lo daban y en este caso era necesario que me ayudaran a comprender lo que estaba sintiendo por Isabella Swan.

Alice siempre me recriminaba el que no tuviera una pareja estable, que "utilizara" a las mujeres, pero vamos, yo jamás obligué a nadie y ellas sabían perfectamente como era yo y lo aceptaban. Conocí a Alice en el instituto, graciosamente jamás busqué acercarme a ella en el plano amoroso o sexual, ella era hermosa, pero simple y sencillamente no era para mí, entonces en la universidad conocimos a Jasper y todo se dio mágicamente entre ellos, y me sentía feliz por ello.

—Me dirás que ocurre —Más que preguntarlo, lo afirmó.

—Sí… es solo… que, es difícil… —Sonrió para darme confianza —Nos besamos —Solté de repente —Ayer por la noche y hoy por la mañana —Jasper literalmente se atraganto con el café que estaba degustando y empezó a toser como un desquiciado.

—Qué… tú… ¿Qué? —Dijo recobrando el aliento.

—Bueno, en realidad yo la besé, y ella me correspondió —Jasper se levantó de su lugar y caminó una vez más hacía la ventana.

—Y eso, te tiene confundido ¿No? —Me paré a su lado y asentí —Ese pendejo —Murmuré —Esta intentando flirtear con ella desde ayer —Afirmé. Obviamente Jasper no lo reconoció, y si no es por que Isabella me lo presenta, no lo reconozco.

—Wow, tú Edward Cullen ¿Celoso? —Traté de reírme junto con él pero no pude —Búrlate todo lo que quieras Whitlock, pero si Alice estuviera en la misma situación tú…—No me dejó continuar —Ey, ey, haber, Edward, eso es diferente, Alice es mi esposa, pero Isabella no es nada tuyo o… ¿Sí? —Entrecerré los ojos.

—Plantéate una cosa amigo —Guardó silencio —¿Quién es ella para ti? Pon en una balanza lo bueno y lo malo de intentar salir con ella —Apoyó una de sus manos en mi hombro.

—Cuentas conmigo Edward, pero si no aclaras tus sentimientos, yo no podré ayudarte mucho —Era tan difícil expresar lo que estaba sintiendo, con Jasper no podía tener caretas.

—Es complicado ¿Sabes? —Murmuré —Hace años que la conozco y… siempre la vi como la hija del mejor amigo y socio de mi padre —Suspiré —Cuando regresé de Ibiza y la volví a ver se me hizo insignificante y por extraño que pareciera, ella no me veía tampoco como alguien "atractivo" así que eso de alguna forma hirió mi ego —Sonreí con tristeza.

—Qué estúpido ¿No? —No esperé que contestará —Entonces mi padre viene la semana pasada y me dice que tengo que atender unos contratos con ella y eso me molesta a tal grado que dejé pasar un tiempo hasta que él volvió a meter presión —Recordé —No quería hablar con ella, no con una dama de sociedad como ella —Empezaba la parte difícil.

—Voy a su oficina con toda esa altanería que poseo y me quedó helado cuando me doy cuenta que ella se ha dado cuenta de mis actividades "extracurriculares" a la hora del almuerzo —Suspiré pesadamente, afortunadamente Jasper no hablaba.

—Justo cuando discutíamos sobre ello y que su primo la descubriera ante mí, llegó Vladimir Collins —Jasper giró la cabeza tan rápido para verme que por poco sufre una tortícolis —¿Vladimir? ¿Estás seguro? —Asentí sin enfrentar su mirada.

—Pero… que él no se iba a casar con ¿Cuál era su nombre? —Suspiré al recordar el pasado —Heidi —Susurré.

—Cierto, Heidi ¿Qué fue de ella? —Alcé los hombros, en señal de no saber —Creo que al final terminó por dejarlo —Hice una mueca —Él parece no recordarme ¿Sabes? Bella me lo presentó y ni siquiera se inmutó —La presencia de Vladimir me enfermaba.

—Bueno Edward, tú eras diferente en ese entonces, además, Heidi no te importaba tanto —Jasper tenía razón, no valía la pena recordar eso tan penoso.

—No estoy dispuesto a perder otra vez, Jasper —Aseguré —Vladimir Collins no se quedará con ella —Alcé la voz.

—No confundas las cosas, Edward, no veas esto como un juego, como un reto, porque sabes que no es así —Sonrió —Me da gusto saber que al fin te has enamorado de alguien —Enfrentó mi mirada.

—Yo no he dicho tal cosa —Metió las manos a las bolsas de su pantalón, y se retiró de la ventana dejándome ahí parado.

—Como te dije, has una lista mental de los pros y los contras de estar con Isabella, ve que pesa más Edward y entonces te darás cuenta de lo que en verdad sientes por ella —Justo cuando Jasper me dijo todo eso, pude ver como Bella se levantaba de su lugar y caminaba directo hacía la ventana, estuve tentado a hacerme para atrás, pero era absurdo ocultarme, quería que me viera. No me moví y ella tampoco, traté de sonreír para ella, y mi mejor sonrisa de lado salió a flote.

—¿Esta viendo para acá verdad? —Afirmó mi hermano. Asentí ligeramente. Alcé mi mano en señal de despedida y me retiré de la ventana.

Jasper había sido de gran ayuda, sin duda meditaría a fondo mis sentimientos hacía ella…

oOoOo

 

—¡Eddy! —Una diminuta mujer entró a mi oficina, ella era la única hasta el momento, aparte de Esme, que podía llamarme así.

—Hola, Al —Me levanté de mi lugar y la estreché entre mis brazos.

—¿Esperas a tu querido Jazz? —Ella sonrió de oreja a oreja y asintió.

—Sí, pero como tenía mucho que no te veía y él aún no termina, decidí visitarte ¿Estas muy ocupado? —Para ella jamás lo estaría —Sabes perfectamente que para ti y para Jasper jamás lo estoy —Afirmé.

—Lo sé… pero quise preguntar —Volvió a sonreír —Además… necesitaba hablar contigo sobre algo importante —Asentí, mientras la ayudaba a sentarse en una de las sillas frente a mi escritorio.

—¿Qué ocurre? —Suspiró —Tú sabes que amo a Jasper ¿Verdad? —Espetó —Sí, pero no entiendo porque estás nerviosa —Apreté su mano para darle confianza.

—Quiero regalarle un viaje a Cancún, en México, pero antes quería consultarlo contigo —Me solté a reír ¿Para eso tanto misterio? —No te rías, sí él ve que no estás bien, no querrá irse y lo sabes —Afirmó. Entonces comprendí que el muy cotilla de Jasper le había contado de nuestra plática de esta mañana-tarde a Alice ¡Perfecto! Lo que me faltaba, tener a Alice encima de mí todo el tiempo para saber todos los detalles de mi "enamoramiento".

—Él no tiene porque preocuparse por mí, Alice —Traté de desviar la plática a un lugar seguro.

—Quiero conocerla —Gemí por lo bajo al ver su mirada soñadora de No te atrevas a contradecirme, ¡estúpido Jasper!, me las pagaría.

—Ella ya se fue, así que será en otra ocasión —Me paré frente a ella justo cuando intentaba asomarse por la ventana —¡Oh por Dios! —Llevó una mano a su boca —¡Estas enamorado! —Intenté calmarla —Shh… Alice, baja la voz —Siseé.

—Esto tiene que saberlo Esme —Siguió gritando como sí no le hubiera dicho que se callará, intercepté de su pequeña mano el celular antes de que le marcará a mi madre —Tú no le dirás nada a nadie, ¿Me escuchaste? —Ordené.

—¿Acaso… estás loco? ¡Esme tiene que saberlo! —Guardé el celular en su bolsa —He dicho que no, Alice —Traté de sonar autoritario, pero con Alice de nada me valía.

—Cuando aclaré mis sentimientos yo mismo se lo diré a Esme —Era la única forma de frenarla, extendí mi mano para estrechar la suya y cerrar el trato —Esta bien —Aceptó no muy convencida —Pero tienes que aclararte pronto Edward, recuerda mi viaje con Jasper —Bufé por lo bajo —Alice…—Advertí una vez más.

—Sólo porque te quiero tanto, guardaré silencio y no presionaré —Se quedó callada y eso no era nada bueno —Pero aún así quiero conocerla —Dijo soñadoramente —Seguro es hermosa, nada que ver con las tipas plásticas con las que sueles salir —Afirmó.

—Alice… —Susurré —Tienes que decirme como es ella, Edward, por favor…—Suplicó. Ella era como una hermana para mí al igual que Jasper y jamás podía negarle nada.

—Es bellísima Alice, dulce, cariñosa, tierna, inteligente, segura de sí, es perfecta…—Alice empezó a reírse —Bueno, se escucha bien, pero ¿Cómo es físicamente? —Me sentí cohibido ante su mirada inquisidora.

—Es castaña, tiene los ojos grandes color chocolate, es blanca con facciones de muñeca, no es muy alta pero tampoco es baja de estatura, es perfecta para amoldarla en mis brazos, tiene unas piernas hermosas que hacen que me derrita y su figura esta para morirse… —Un gritito salió de sus labios.

—¡Edward! No hay duda… estas enamorado —Aseguró —Eso no es posible, aún no hago esa balanza mental que me aconsejo hacer Jasper —Una risita boba salió de sus labios.

—Déjate de tonterías y admítelo, estás enamorado —Rodeé los ojos —¡Basta! —Alcé la voz divertido —Anda y busca a tu marido —Alice con la gracia de una bailarina se levantó de su lugar y plantó un casto beso en una de mis mejillas.

—Recuerda, Edward, que yo jamás me equivoco —Antes de cerrar la puerta aventó un beso al aire con su mano en mi dirección.

No pude evitar sonreír al pensar en lo hiperactiva que era Alice la mayoría de las veces, por eso Esme la adoraba, pero curiosamente jamás intentó interferir en nuestra extraña relación, y mucho menos cuando apareció Jasper, mi madre estaba loca por emparejarlos, hasta que lo consiguió.

No quería ni pensar que haría si me atreviera a salir con Isabella, aunque sospecho por la cena del día anterior que era lo que quería y no sólo ella, si no también mi padre y los padres de Bella.

Por primera vez veía las cosas de otro modo, no sólo pensaba en mí, también pensaba en que era lo mejor para Bella, no quería admitirlo pero todo apuntaba a que me estaba enamorando de Isabella Swan…

Capítulo 3: DIME DE QUE PRESUMES.... Capítulo 5: ¿cayendo en la tentación?

 
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