¡TE ODIO! ¿AMOR? (+18)

Autor: carlarobpatt4ever
Género: + 18
Fecha Creación: 28/04/2013
Fecha Actualización: 13/04/2014
Finalizado: SI
Votos: 36
Comentarios: 85
Visitas: 98693
Capítulos: 27

fanfic finalizado!!!!

Del odio al amor? ¿Habrá solo un paso? ?¡Te odio!?Grité. Él empezó a sonreír de lado?Pero aún así me amas, querida?Bufé exasperada?¡Ni loca, Cullen, primero muerta!?Esperaba no tragarme mis propias palabras.

HOLA! ESTE ES MI PRIMER FIC ESPERO QUE SEAN BUENAS Y AUNQUE LA IDEA NO ES TODA MIA ESPERO QUE LES GUSTE ; ESTE FIC PERTENECE UNA PARTE A CHAPIS CULLEN DE LA PAGINA DE FF PERO NO LO TERMINO Y ME HABIA GUSTADO ASI QUE LO TERMUNO YO SI NO LE IMPORTA A LA Q LO EMPEZO PERO COMO NO PUEDO HABLAR CON ELLA ESPERO Q ME DE SU PERMISO

ESTE FIC ES MIO , DE MI AMIGA CARLA Y CLARO CHAPIS CULLEN AUNQUE LOS PERSONAJEN NO ME PERTENECEN , ESTOS SON OBRA DE LA MARAVILLOSA STEPHANIE MEYER

¡ESPERamos QUE LES GUSTE!;)

tenemos otros fics 

los recuerdos de mi intercambio el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3803

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Capítulo 12: ¿mejor?...¡Imposible!

Capítulo 12. ¿Mejor?... ¡Imposible!

 

Había muerto e ido al cielo, todo era perfecto, después de mi encuentro con Bella en la sala de juntas, me sentía en una nube, en un sueño que me aturdía pero a la vez me hacía sentir vivo, la forma en que ella correspondió a mis caricias, a mis gemidos, a mis manos, era… ¡Perfecta!.

Pero casi lo hecho todo a perder con mis absurdos e idiotas celos, pero vamos, Vladimir estaba utilizando de todo para conquistarla, cuando vi ese arreglo en la oficina de Bella quise gritar, decirle a todo el mundo que Isabella Swan era mía…

 Gracias a jane pude percibir que estaba menos enfadada, le había dado mi dibujo y al parecer le gusto ya que No me importaba verme ridículo, pero tampoco podía ponerla a ella por los suelos siempre que algo así ocurría, siempre soltaba pendejadas cuando estaba celoso y eso no era para nada bueno, ya que con eso la hería, cuando la vi llorar por lo que dije no pude hacer más que suplicarle perdón y empezar a ser sincero con ella.

Contra toda regla absurda que me había impuesto en mi vida admití que teníamos algo sin proponerle ser… ¿Mi novia? Tal vez era la única forma de mantenerla alejada de Vladimir, pero aún era muy pronto, y yo… no sabía bien cómo hacerlo. El día paso increíblemente rápido con el recuerdo de mi bella en mente lo único que hacía era pensar en ella, y por eso sabía que me había enamorado de esa frágil y hermosa mujer de pelo y ojos color chocolate, nunca me había sentido así ni siquiera con… ella así que si los sentimientos son diferentes ella no tiene por qué hacerme el mismo daño sobretodo porque bella es buena dulce y cariñosa, no egocéntrica plástica y tonta como ella, Heidi.

Al día siguiente fui a mi despacho feliz aun sabiendo que hoy no tenía razón alguna para ver a mi bella pero sabía que estaba a unos metros y que podía verla por la ventana por la cual me asomé y pude verla con el ordenador tecleando rápido con una ceja alzada y mordiéndose el labio, estaba muy sexy, así pasaron las horas hasta el almuerzo hoy decidí comer fuera de mi despacho no se bien por qué y entre en una cafetería que estaba debajo del edificio y allí estaba bella sentada de espaldas a la puerta con lo que creo que era una ensalada cesar (con pollo) por lo que con cuidado para que no se diera cuenta camine hacia ella ya que seguía de espaldas le tape los ojos con las manos me acerque a su oído y…

 

-hola- le susurre mientras daba un pequeño respingo , bella comenzó a girarse  por lo que quite las manos de sus ojos y al verme una sonrisa salio de sus hermosos labios, y esa sonrisa era por mi.

 

-¿que haces aquí?- me pregunto divertida.

-vengo a comer, acaso no puedo-le dije mientras me ponía delante de su mesa.

-claro que puedes pero nunca te había visto aquí, y ya que vienes a comer ¿me harás el favor de sentarte conmigo?-me dijo señalando a la silla.

-como me voy a negar, y ya que vienes tanto ¿que me recomiendas?-

-yo siempre me pido la ensalada, es lo que mas me gusta- ya entendía porque tenia ese cuerpo de diosa, mi diosa y .., no te desvíes .- pues entonces yo quiero otra.- dije con mi mejor sonrisa.

-espera, ¿Carmen te importa?- le dijo bella a la camarera que teníamos al lado.

-claro que no bella, ¿qué quieres guapo?- me dijo la camarera.

-lo mismo que ella-

-Enseguida te lo traigo-me dijo mientras se iba y en lo que me traían la comida nos pusimos a hablar, no entendía como me podía sentir tan a gusto con ella era todo tranquilidad mi corazón latía feliz y sentía que podía hablar con ella que ella me iba a escuchar y quedarse conmigo , y así fue todo el almuerzo, hasta  que tristemente nos tuvimos que ir no antes sin pagar la cuneta que intento tontamente pagar bella pero se lo permití, fui más rápido y le di mi tarjeta antes de que ella sacara la suya. Después del almuerzo estuve el día entero en el despacho sin saber que hacer así que me puse a componer ,otra cosa que hacía tiempo que no intentaba y me puse a  escribir en el pentagrama unas notas que hacia poco tiempo que comenzaban a rondar mi mente.

Al día siguiente…

 

                                                                          0o0o0o0

 

—Por la cara de idiota que tienes, supongo que… algo ocurrió el martes con Bella ¿No? —Sonreí de lado y enfrenté a mi hermano —si, y ayer —Murmuré.

—Fueron un éxito las flores —Más que preguntar afirmó —¿Qué quieres que te diga, Jazz? —Mi sonrisa se amplió.

—Bueno, quiero que me cuentes que ocurrió —Espetó.

Le relaté todo lo ocurrido con Bella, desde el momento en que le entregué las flores hasta la forma tan especial que me agradeció el detalle, también mis absurdos y enfermos celos y como reacciono Bella.

—Podría madrearte ¿Sabes? —Asentí —Créeme hermano yo literalmente quise cortarme la lengua —Sonreí con tristeza —Pero bueno, ella me "perdono" a pesar de todo lo que dije —Confesé apenado. Y después le conté lo de ayer

—Pues pareces gustarle —Dijo pensativo —Pero debes de tener cuidado con Vladimir, a lo que dices está muy interesado —Aseguró —Y pues ella ya dijo que no, así que toma ventaja de ello —Inquirió —Sólo que… se sinceró con ella, Edward, si quieres que funcione, platícale tu historia con Vladimir, no vaya a ser que él se acuerde de ti y… cuente cosas que no son…—Mi buen amigo tenía razón, esta misma noche hablaría con ella.

—Tienes razón —Dije pensativo —La invitare a cenar y ahí podremos hablar tranquilamente —O al menos eso pensaba, eso deseaba.

La mañana pasó relativamente rápido, no tuve tiempo de pensar mucho en la forma en que le pediría a Bella que saliéramos pero lo haría, lo único raro que ocurrió en mi día fueron las insistentes llamadas de Esme, que no tenían ningún tipo de "razón", no sé qué pretendía pero si lo que pensaba era correcto, Alice abrió el pico y le contó todo a Esme, menudo lío en el que esa pequeña mujer me metió.

Antes de salir a almorzar llamé a Bella para pedirle que fuera a mi oficina ya que esperaba una llamada importante desde Italia y era de vital importancia que la atendiera, al principio la llamada fue incómoda, tenía la leve impresión que ninguno de los dos sabía que decir, pero una vez que pasó el incómodo saludo todo fluyo, aún éramos Cullen e Isabella, el orgullo y altanería nos sobrepasaba pero… había algo, de eso estaba seguro.

                                                                          0o0o0o0

—Lauren —Llamé por intercomunicador a mi secretaría.

—Sí, señor Cullen —Con ella había aprendido a guardar las distancias, pese a que con otras secretarias y asistentes mi relación ha sido más cordial, con Lauren era imposible, en cuanto entró fue obvio su interés hacía mí y era mejor no darle alas, era buena en su trabajo, estaba bien que fuera un cabronazo caliente, pero al menos yo podía escoger a quién me tiraba y a quién no, y si me hubiera atrevido a tener "algo" con ella, simplemente no me la hubiera quitado de encima.

—Quiero que ordenes algunos refrigerios, refresco y café para después del almuerzo —Sonreí mas para mi que para ella pero obviamente ella imagino otra cosa —La señorita Swan vendrá esta tarde —Dije serio —Quiero que le llames a su asistente para que haga de tu conocimiento que es lo que ella acostumbra tomar o comer en este caso para que tengas todo listo —Ordené.

—Quiero que todo este perfecto, Lauren, la señorita Swan merece lo mejor —Su semblante cambió considerablemente ante mis órdenes —En cuanto llegué hazla pasar, no es necesario que la anuncies —Ella tan sólo asintió —Y después de ello no quiero interrupciones de ningún tipo ¿Entendido? —Alzó la mirada de su block de notas, se veía claramente aturdida.

—Sí —Contestó secamente — ¡Ah!, pero la llamada con los italianos es importante, así que sí se trata de ellos, comunícame —Pedí. Volvió a asentir y posó la pluma con la que anotaba en sus labios de manera "seductora" o eso creía ella así que  con solo verlo no pude más que rodar los ojos.

— ¿Es todo? —Murmuró con coraje —Sí, gracias, puedes retirarte —Me levanté de mi lugar y me dirigí hacía la ventana. Tenía días sin traer a ninguna mujer a mi oficina, desde aquel día que descubrí que Bella me veía entrar con una y con otra mujer. ¿Por qué lo hacía? Ni yo mismo lo sé… era tan insatisfactorio estar con ellas, obviamente las satisfacía y me quitaba las ganas, pero al final lo único que me quedaba era el vació de una relación superficial donde sentía nada más que atracción física, ni siquiera cariño, mucho menos amor…

Salía con ellas unas veces más hasta que me fastidiaban, les daba un buen regalo como recuerdo y me alejaba, era mezquino y calculador con ellas, incluso déspota para alejarlas cuando se volvían una lata para mí. Esme y mi padre jamás se enteraron de ello, pero si lo hubieran hecho en su momento me desconocerían como hijo.

Entonces aparece Isabella en mi campo de visión y todo se torna turbio, ilógico, irracional, absurdo… como esa mujer que conocí cuando éramos pequeños de la noche a la mañana llegó a provocar tanto en mí, ¿Qué tiene ella que no tengan las demás? Pon en una balanza lo bueno y lo malo vinieron a mi mente las palabras de Jasper.

Isabella es… segura de sí, cariñosa, simpática, alegre, emprendedora, inteligente, físicamente hermosa, única… tenía tantas cualidades que no era fácil ver sus defectos…Lo malo en ella era… tal vez que tenía un carácter demasiado explosivo , y estaba algo mimada pero vamos, quién no lo sería si fueras hija única. A parte de ello, no le hallaba ningún defecto. Qué sin duda tenía más, pero prefería no verlos, como bien dicen , el amor es ciego ¿No?.

Decidí que hoy no saldría a almorzar fuera, ella por su parte si lo hizo, ya que salió con todo y sus cosas de la oficina, me retiré de la ventana y me fui a sentar a uno de los sillones de que tenía en la pequeña sala de mi oficina, me recosté y cerré los ojos.

No sé en qué momento me quede dormido, sólo fui consciente de que unas pequeñas manos acariciaban mi rostro, abrí lentamente los ojos y me encontré con la mujer que desde hacía varias  noches me quitaba el sueño: Isabella… sonreí al ver su mirada alegre, se veía hermosa con su cabello suelto y el sutil rubor que adornaba sus mejillas.

—Hola preciosa —Murmuré ya que no confiaba que mi voz saliera normal, ella sonrió y se ruborizo todavía más.

—Hola Edward —Susurró, me erguí un poco y estampé mis labios contra los suyos delicadamente, la atraje hasta mi regazo, necesitaba sentirla.

Con satisfacción pude notar que llevaba vestido, era blanco con vuelo, lo que le permitió sentarse a horcajadas sobre mí, a través de la tela de mi pantalón pude notar su cálido centro, gemí un poco, mientras el beso aumentaba de ritmo, la desesperación en los dos era evidente, posé mis manos en su cintura para atraerla más a mí, que sintiera lo que me provocaba, lo que mi cuerpo gritaba al sentirla tan entregada, tan desinhibida. Pero algo hizo clic en mi cabeza y me aleje lentamente de ella, sin permitirle que se alejara, nuestras respiraciones eran irregulares y su ceño se frunció un poco, parecía molesta.

 

—No quiero esto —Murmuré. Su rostro se descompuso, se tornó triste y sus ojos se cristalizaron —Entiendo —Dijo altanera —Podrías soltarme —Exigió y empezó a forcejear para bajarse de mi regazo.

—No —Ordené —Quiero sentirte —Me miró como si estuviera loco —¡Basta Cullen! No soy un juguete ¿Sabes? Jamás me había sentido tan… —No la dejé continuar y empecé a besarla nuevamente, poco a poco se calmó, la atraje una vez más hacía mí, y posé mis labios en su oreja y dije:

—Tú no eres como las demás —Susurré. Pude sentir con satisfacción como un escalofrío invadió su cuerpo —No quiero que cuando estemos juntos por primera vez, sea aquí —Seguí susurrando —Este lugar es bastante común —No quería hacerla sentir mal —Aunque sería perfecto tenerte en estos momentos, no quiero que sea aquí —Al enfrentar su mirada pude ver, mil emociones.

—Espero me comprendas —Se acercó lentamente y rozó levemente sus labios con los míos.

—Gracias —Dijo bajito —Veo que no eres tan bruto como creía —Sonrió un poco y lejos de molestarme me gustó su comentario, al menos ya tenía otra imagen de mí.

—Quería esperar para hablar contigo esta noche pero… —Se alejó un poco y alzo una de sus cejas —¿Esta noche? —Cuestiono curiosa. Sonreí

—Sí, esta noche, ¿Te gustaría salir a cenar conmigo? —Pregunté nervioso. Ella sonrío y asintió —Creí que jamás me lo pedirías —Se acercó nuevamente y plantó un casto beso en mis labios.

—Otra cosa más… —Me armé de valor —No quise hacerte el amor aquí, en este momento, porque… —Posó uno de sus dedos en mis labios.

—Creo entenderlo, tal vez no sea como las mujeres a las que estás acostumbrado pero…—Alejé cuidadosamente su mano de mis labios —Tú no te podrías comparar con ellas —Inquirí —Eres mejor —Aseguré —Y si no quise… —Intentó interrumpirme —Fue porque no quiero que mi pasado interfiera con lo que estamos viviendo —Bella bajó la mirada, tomé entre mis dedos su mentón y la hice que me mirara.

—No quiero tratarte como a las demás —Susurré y acaricié su dulce rostro —El otro día en la sala de juntas fue…—No tenía palabras para describirlo —Diferente, porque de haberlo hecho hubiera sido único y especial —Murmuré emocionado —Pero aquí…—Dije con pesar —No lo sería, conoces esa parte de mi vida y no estoy muy orgulloso de ello —Espeté serio.

—No digas más —Susurró —Pero recuerda, Edward, que no importa el lugar, si estamos seguros el uno con el otro, eso lo haría especial —La estreché entre mis brazos, le agradecí silenciosamente su comprensión, sin decir nada permanecimos en esa cómoda posición, ella tenía sus manos en mi pecho, haciendo círculos con sus delgados dedos y su cálido aliento se colaba por mi camisa al tener su cabeza recostada en mi hombro, mientras aspiraba mi aroma como yo devoraba el suyo cuando plantaba delicados besos en su cabello.

—Edward, hermano —Bella se tensó en el acto al escuchar que alguien entró a la oficina — ¡Oh por Dios! —Se disculpó y yo sonreí divertido al ver su cara de sorpresa.

— ¿Qué pasa, Jasper? —Dije tranquilamente —No, este… después hablamos, ahora estás ocupado —Dijo apenado —No seas ridículo, pasa —Le ordené. Me enderecé un poco e hice que Bella alzara la cabeza. Sonreí para darle valor.

—Bella, él es mi mejor amigo, Jasper Whitlock —La ayudé a apartarse delicadamente de mi regazo y la senté a mi lado. Jasper se acercó.

—Al fin nos conocemos, Bella —Ella alzó la mano y correspondió el saludo —El gusto es mío Jasper —Se sonrojó un poco —Disculpa…—Jasper no la dejó continuar —Bromeas, es bueno ver a este bruto con alguien que vale la pena —Gracias a Dios mi amigo no dijo alguna indiscreción, y vaya que me había visto en posiciones peores y donde no había ropa de por medio, nunca tenía el cuidado de poner el seguro a mi puerta.

—Gracias, os dejo que hablen, esperare afuera —Anunció decidida —No te molestes, Bella, puedes escucharlo —Inquirió mi amigo —Los franceses llamaron hace unos momentos Edward, necesitan hablar contigo, les dije que ahora mismo no te encontrabas en las oficinas pero que mañana por la tarde ya estarías, así que es necesario te prepares, más tarde vendré y veremos los pormenores, ¿Te parece? —Lo dijo tan rápido que me costó un poco de trabajo comprender todo lo que me decía, sin duda Alice estaba siendo muy mala influencia para él en ese aspecto.

—Entonces mañana por la mañana veremos eso —Desvíe mi mirada hacia Bella —Por ahora el resto de mi día se lo dedicare a la dama que está a mi lado —Sonrió y susurró un gracias que apenas pude escuchar.

Jasper me hizo partícipe de unos datos que le dieron los franceses a modo de que los tomará en cuenta para el día siguiente, podía sentir la mirada penetrante de Bella sobre mí y eso me gustaba, que me observara, que viera la forma en que me desenvolvía en mi trabajo, como amaba lo que hacía.

   

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—Jamás imagine que fueras tan serio con tu trabajo, Edward —Bella rio exquisitamente —Y no sólo en mi trabajo —La penetré con mi mirada, ella se ruborizó y soltó una risita tonta.

—Ya lo creo…—Murmuró — ¿A dónde iremos a cenar? —Sonreí al ver su emoción.

—A donde tú lo desees —Se quedó callada —Tengo el lugar perfecto, le llamare a Jane para que reserve —Se levantó de mi lado — ¿Me prestas tú teléfono? —Cuestionó mientras se dirigía a mi escritorio.

—No necesitas pedirlo, es todo tuyo —Intenté coquetear un poco. Me levanté de mi lugar y la estreché entre mis brazos.

La llamada no duro más de cinco minutos, comeríamos comida Japonesa, después de todo a Bella le gustaba mucho el sushi, así que iríamos a su restaurante favorito. Nos disponíamos a ver todo lo referente al proyecto de los Vulturi. Cuando entró Lauren.

—Señor Cullen —Dijo con demasiado entusiasmo. Entrecerré los ojos, más le valía a Lauren que no hiciera nada estúpido. Porque lo lamentaría.

—¿Dónde colocó todo lo que me pidió? —Habló coqueta. Mientras a su espalda entraban otras dos personas con todo lo que pedí. Sonreí complacido al ver la cara de sorpresa de Bella al ver todo lo que había preparado.

—En la mesa de centro —Ordené. Mientras Bella aún permanecía en mis brazos. Lauren duró un rato más "acomodando" todo en la mesa de centro, viéndonos de soslayo a Bella y a mí. Bella intentó apartarse un poco pero no se lo permití. Besé delicadamente su cuello lo que provoco que soltara una risita y se estremeciera entre mis brazos.

—Señor Cullen, ¿Sé le ofrece algo más? —Musitó sugestiva. La fulminé con la mirada y no pude evitar responder —Todo lo que necesito está aquí —Esperaba que Lauren captara el mensaje. Se giró para irse pero la detuve antes de que cruzara la puerta.

—Una cosa más, Lauren —Me volteó a ver esperanzada —Las puertas de esta oficina están abiertas para la señorita Bella, no es necesario que sea anunciada, ¿Entendido? —Un tipo de furia afloro en su mirada. Sonreí con satisfacción.

—Como ordene, señor Cullen —Dijo entre dientes. Salió de la oficina furiosa.

— ¿Qué le pasa a esa mujer? —Murmuró incómoda Bella retirándose de mis brazos y caminando hacía la ventana. Me dio la espalda, y quise darme golpes mentales, ella tal vez había mal interpretado todo. Caminé hasta su encuentro y rodeé su cintura con las manos, pegándola a mi cuerpo.

—Esa mujer es mi secretaria, y por alguna extraña razón siente algo por mí —Bella ni siquiera me volteó a ver y podía ver claramente la lucha interna que tenía, espere con paciencia que hablara, estaba por seguir hablando pero ella se adelantó.

— ¿Te has acostado con ella? —Preguntó recelosa y algo temerosa ¿Dónde había quedado la Bella segura? —Claro que no, yo siempre he sabido separar esas cosas —Aseguré —Bella, tienes que creerme, sé que he sido un tonto pero… no podría equivocarme de esa forma, y menos con una mujer como Lauren, ¡Por Dios! —Dije serio. Su desconfianza me molesto pero bueno, en parte yo tenía la culpa.

El ambiente en la oficina cambió considerablemente, no volvimos a tocar el tema y empezamos a trabajar en el proyecto de los Vulturi en un incómodo silencio. La llamada desde Italia se pospuso, ya que el encargado me envió un correo para posponerla. Gracias a la estúpida de Lauren todo se había arruinado ¿Qué acaso jamás íbamos a estar a gustó más de tres el uno con el otro? Era un situación bastante tonta además, como dicen lo que no fue en tu año no fue en tu daño. Cerca de que diera la hora de salir me aventuré a preguntar.

—¿Aún deseas ir a cenar conmigo? —Pregunté abatido, obviamente no la obligaría a salir conmigo si no estaba a gusto. Me miró desconcertada, sin duda estaba considerando si tenía que ir o no. Decidí facilitarle las cosas.

—Era una invitación, Isabella, una que puedes rechazar —Inquirí —Si no estás a gusto no puedo obligarte a ir —Sabía que al final declinaría la invitación. Estaba empezando a conocer un poco su forma de reaccionar. Ella permanecía callada tan sólo observándome.

—Mira… —Suspiré —No puedo obligarte tampoco a creerme, de hecho no tengo derecho a obligarte a hacerlo —Musité lo último —Sé que yo no tengo un pasado limpió pero desde que esto empezó no he vuelto a mis hábitos —Susurré apenado. Desvié la mirada y empecé a guardar todos los papeles, si Bella seguía frente a mí me vería en la necesidad de rogarle y eso sí que no podía permitirlo. ¿Me gustaba? Sí… ¿La quería? Obviamente , pero yo jamás rogaba y no iba a empezar a hacerlo.

—Se hace, tarde y tenemos una reservación —Cuando escuché salir eso de sus labios alcé la vista. Ella me estaba viendo detenidamente.

—Te creo —Susurró mientras tomaba mi mano entre la suya —Perdóname —Musitó —Pero esto es nuevo y ella te veía como si fueras suyo… —Murmuró —Yo… esto es… fuera de lo común, Edward, sé qué arruine esta linda tarde pero… aún podemos pasar una agradable velada —Una sonrisa sincera apareció en sus labios.

Salimos de la empresa, aún teníamos un camino largo que recorrer pero tenía la esperanza que esto que aún no tenía un título fuera algo importante para los dos. Yo tenía que aprender a no ser tan explosivo, intransigente y celoso. Mientras ella tenía que aprender a confiar un poco en mí. Obviamente yo también tenía que demostrarle que podía hacerlo. La primera prueba sin duda fue Lauren y su poco tacto para manejar las cosas. Sin duda Lauren sería trasladada a otra de las sucursales, tampoco podía correrla sin razón pero al menos mantendría su distancia y Bella estaría más tranquila, en la cena la haría participe de mi decisión para que supiera porque lo hacía y no mal interpretara la situación.

Era un camino difícil el que nos tocaba andar, pero lo superaríamos, no me cabía la menor duda…

Ayudé a Bella a subir al auto, di la vuelta hasta entrar al mismo y ponerme al volante, con una sonrisa en los labios encendí el auto y emprendí el camino hasta el restaurante, todo el tiempo Bella y yo permanecimos tomados de la mano, todo se sentía correcto, era momento de ponerle un título a esta relación…

  hola espero que les guste el capitulo, que titulo creis que le van a poner,y hay bella que desconfiada, ¡que mono, eddie dormidito un beso enorme y plissssss dejenme sus votitos, y cuando me lo activen os importaria pasar por te extrañare... tenlo por seguro, es mi nuevo fic pero es un one shot un besote de canarias y carla e isa

Capítulo 11: sentimientos nuevos Capítulo 13: tocando el cielo

 
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