¡TE ODIO! ¿AMOR? (+18)

Autor: carlarobpatt4ever
Género: + 18
Fecha Creación: 28/04/2013
Fecha Actualización: 13/04/2014
Finalizado: SI
Votos: 36
Comentarios: 85
Visitas: 98708
Capítulos: 27

fanfic finalizado!!!!

Del odio al amor? ¿Habrá solo un paso? ?¡Te odio!?Grité. Él empezó a sonreír de lado?Pero aún así me amas, querida?Bufé exasperada?¡Ni loca, Cullen, primero muerta!?Esperaba no tragarme mis propias palabras.

HOLA! ESTE ES MI PRIMER FIC ESPERO QUE SEAN BUENAS Y AUNQUE LA IDEA NO ES TODA MIA ESPERO QUE LES GUSTE ; ESTE FIC PERTENECE UNA PARTE A CHAPIS CULLEN DE LA PAGINA DE FF PERO NO LO TERMINO Y ME HABIA GUSTADO ASI QUE LO TERMUNO YO SI NO LE IMPORTA A LA Q LO EMPEZO PERO COMO NO PUEDO HABLAR CON ELLA ESPERO Q ME DE SU PERMISO

ESTE FIC ES MIO , DE MI AMIGA CARLA Y CLARO CHAPIS CULLEN AUNQUE LOS PERSONAJEN NO ME PERTENECEN , ESTOS SON OBRA DE LA MARAVILLOSA STEPHANIE MEYER

¡ESPERamos QUE LES GUSTE!;)

tenemos otros fics 

los recuerdos de mi intercambio el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3803

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Capítulo 14: somos uno

Capítulo 14. Somos Uno

 

Me sentía en un sueño Bella había sido y era mía… sentir su piel contra la mía era… ¡uf! La gloria por decir poco, éramos oficialmente una pareja al menos esto que sentíamos ya tenía título. Y aunque creo que no era necesario porque sabíamos que nos pertenecíamos desde el momento en que nuestros labios hicieron contacto en el despacho de su padre, era necesario hacer las cosas bien.

Bella al principio mal interpreto todo lo que le conté de Vladimir pero creo que… al final comprendió que si le conté esa parte de mi vida era porque no quería que más adelante tuviéramos problemas por su culpa. Vladimir Collins, es y sería un dolor de cabeza para mí mientras tuviera su atención en Bella. Estaba pendiente el tema de la cena que habría en casa de los padres de Collins, donde por supuesto la acompañaría. No iba a permitir que él se acercara a ella por ningún motivo, era molesto estar a la defensiva con él. Y aunque Bella no lo volteara a ver de la misma forma que a mí. No confiaba.

Después de tantas relaciones fallidas, ilusiones vanas, mujeres superficiales. Había encontrado a la mujer perfecta para mí. Que se portó de manera dulce todo el tiempo, sin perder la sensualidad y pasión del momento, se entregó en cuerpo y alma a mí, y la amé en ese instante. No siempre fui un caballero con ella. Buscaba molestarla sin razón aparente, pero ahora… me doy cuenta que si hacía eso era porque deseaba llamar su atención. Que descubriera en algún momento al verdadero Edward. Él que podía llegar a amar, pesé a que no siempre fue afortunado en el amor.

A media noche desperté algo desconcertado, pero al darme cuenta en donde estaba solo pude sonreír, Bella dormía en mis brazos. Su respiración acompasada me relajo de inmediato pero no pude conciliar el sueño por estarla viendo tan serena y tranquila. ¿Quién habría imaginado que el cabronazo de Edward Cullen iba a tener a una mujer como ella a su lado? No era perfecto, y no pretendía serlo, pero al menos trataría de hacer que ella fuera feliz a mi lado.

Estaba conciliando el sueño poco a poco cuando un ruido estruendoso se escuchó por toda la habitación. Bella prácticamente brincó en mis brazos del susto, desconcertada por el horrendo ruido.

—¡Por Dios! ¿Qué es ese ruido? —Prácticamente grité. Bella bufó bajito —Es el estúpido de mi vecino, no sé cómo coños lo hace ni con qué, pero seguido se escucha ese ruido a esta hora —Sonrió apenada —No siempre me despierta, pero hoy, podría matar al… ¡hijo de perra! —Al darse cuenta de lo que dijo sus mejillas se tornaron rojas. La atraje hacía mí y la abracé.

—Tranquila —Susurré en su oído —Si es necesario que muera, yo mismo me encargare de ello —Bromeé para aligerar el momento. Nos empezábamos a relajar cuando se volvió a escuchar el maldito estruendo.

—¿Alguna vez alguien le ha dicho algo? —La cuestioné mientras me levantaba de la cama dispuesto a poner un alto a la situación.

—En realidad… no lo sé… cariño —Literalmente ronroneo —Ven a la cama —Susurró sensual.

Como un idiota me incorporé a la cama de nuevo para tomarla por la cintura y estrecharla contra mi cuerpo, su piel desnuda era la gloria y mi pequeño amigo estaba listo para la acción. Empezaba a acariciar sus pechos y a besar su cuello con devoción absoluta, ansiaba sentirla rodearme una vez más. Lentamente fui llevando mi mano hacia esa zona que reclamaba por atención. Pude sentir la humedad en su femineidad, con algo de urgencia la recosté en la cama, justo estaba por irrumpir una vez más en su cuerpo cuando… el ¡Hijo de puta! Del vecino, provoco semejante escándalo que por poco nos caímos de la cama.

Lo único que puedo decir a parte de sentir que mis bolas iban a reventar era que veía todo rojo. Había llegado a mi límite, él no iba a arruinar mi primera noche con Bella. No señor, ese pendejo me las iba a pagar. Como poseso me levanté de la cama, para ponerme los pantalones, Bella se notaba tensa, preocupada, obviamente la excitación se fue y lo único que podía sentir era el encabronamiento a flor de piel.

Bella intentó detenerme, pero al darse cuenta de que no lo lograría se dispuso a ponerse unas pequeñas braguitas y un pequeño short negro con una sudadera del mismo color, sin sostén, estuve tentado a olvidarme del idiota del vecino al ver lo sexy que se veía mi novia, pero alguien tenía que ponerle un alto.

Salí como alma que lleva el diablo del cuarto, con Bella pisándome los talones, apenas llegamos a la entrada Bella tomó las llaves del departamento antes de salir, llegamos a la puerta de al lado y empecé a tocar como si fuera un loco, pero vamos, ¿a quién coños le gusta que cuando esta con su chica le corten la inspiración de esa forma? Toqué dos veces más pero no obtuve respuesta, un nuevo golpe se escuchó al otro lado de la puerta. Bella literalmente brincó sorprendida y se aferró a mi cintura. La abracé y besé su cabeza, para tocar una vez más la maldita puerta. En esa ocasión tuve mejor suerte porque se empezó a escuchar como empezaban a quitar las trabas de la misma.

Dimos un paso atrás por mera precaución e instinto de supervivencia, en estos tiempos uno no sabía con qué podría encontrarse. Eso debiste pensar antes de venir a enfrentar al vecino de tu novia-pensé. No era cobarde, pero sin darme cuenta estaba exponiendo a Bella a una situación algo incómoda.

Abrió la puerta un tipo alto, ligeramente musculoso, no llevaba camisa y su aspecto era la de un hombre sin nada de cuidado en su persona, llevaba el cabello bastante desaliñado y largo. No pude evitar entrecerrar los ojos y sostener a Bella más hacía mí cuando vi la forma tan descarada en la que prácticamente la desnudo con la mirada.

—¿Qué ocurre lindura? —Inquirió el tipo en un falso tono seductor. Ignorándome completamente. Bella tan sólo rodó los ojos y lo ignoró por completo. Decidí hacerme notar.

—No sé en realidad que tanto haces, pero te pido por favor que dejes de hacer ese espantoso ruido —Pedí lo más amable y sereno posible —Intentamos dormir y tú… —El muy idiota no me dejo continuar.

—Uy… que aburridos —Inquirió burlón —Pero si buscas algo de acción aquí estoy yo, preciosura, te aseguro que lo que menos haremos será dormir —Puntualizó. Entonces llegué a mi límite no iba a permitir que un idiota como él le faltara el respeto a mí mujer de esa forma. Y mucho menos frente a mí.

Prácticamente me le iba a ir encima, cuando Bella susurró desesperada que no le hiciera caso, que era un idiota que solo buscaba molestar. Que lo mejor era que nos fuéramos. Y aunque moría por moler a golpes al jodido loco ese me contuve. No iba a exponer a Bella a estar en medio de una pelea. Estábamos dispuestos a irnos cuando el tipo volvió a hablar.

—Ese es el problema de ustedes los snobs —Ironizó el tipo —Creen que porque tienen dinero pueden venir a la casa de uno y dar órdenes —Sonrió taimado —No saben de arte, ni lo que es el buscar tener inspiración —¿Acaso estaba de broma? Hacia esos malditos ruidos para inspirarse, ¿En verdad? Era un jodido loco.

—Mira… intento de hippie, lo mejor será que guardes silencio, no nos conoces y no tienes idea de cómo somos en realidad —No iba a permitir que nos juzgara —Mañana tenemos trabajo, y deseamos descansar, y si no encuentras la maldita inspiración ve y búscala a la calle, ¡Por amor de Dios! Pero a nosotros déjanos dormir —Solté mordaz. Él tipo en un arranque de locura empezó a reír a carcajada abierta. Eso provoco que me pusiera a la defensiva y que posicionara a Bella ligeramente detrás de mí protegiéndola con mi cuerpo.

—Ok, ok, admito que me pase… pero… ustedes no son muy discretos que digamos, ¿saben? —Pude sentir como Bella se tensaba ante lo dicho y mi vista volvía a teñirse de rojo.

—Relájate, amigo, estoy reconociendo que actué mal, por cierto, me llamo James, ¿Ustedes son? —Y aunque aún continuaba a la defensiva le dije nuestros nombres. Intentaba calmarme, porque a pesar de que el tipo cambió de actitud. No lo conocíamos del todo. Mientras menos supiera de nosotros mejor.

Resulto ser originario de Irlanda, que vino a estudiar a Estados Unidos como alumno de intercambio, una vez que descubrió las maravillas de la libertad en un país como esté se olvidó completamente del camino de regreso a casa echando raíces aquí. Y aunque dijo abiertamente que mi novia le gustaba desde la primera vez que la vio, sabía que era de alguna manera inalcanzable para él que tenía apenas diecinueve años y qué no tenía siquiera un trabajo fijo. Prometió no abrumarnos más con esos ruidos extraños-los cuales se rehúso a decirnos con que los provocaba-al menos por las noches, más no nos garantizaba que fuera así durante el día. Cuando regresamos al apartamento ya pasaban de las tres de la mañana, dormiríamos pocas horas.

—Creo que… será mejor que me vaya a casa —Sonreí al verla como se empezaba a despojar de la ropa que se acababa de poner. Se giró sensualmente.

—¿Estás seguro que quieres irte? —Inquirió coqueta, mientras se acercaba a mí y rodeaba mi cuello con sus brazos. Comenzó a besar mi cuello de manera seductora, la tomé de la cintura y la atraje hacía a mí, su desnudez me quitaba la respiración. La alcé provocando que rodeara mi cintura con sus piernas desnudas y bien torneadas.

Cuando iba caminando hacía la cama, la sostuve con una mano mientras que con la otra me desabrochaba el pantalón. Tomó posesión de mis labios de manera sensual, mientras yo acariciaba su trasero, en cuanto la posé en la cama, entré en ella, un gemido de sorpresa salió de sus labios pero inmediatamente se empezó a mover buscando al igual que yo liberarse, estaba vez fue diferente a la primera. Nos dominaba la lujuria y la urgencia de calmar nuestros deseos y ansías de ser uno, una vez más no podía evitarlo era tan…sexy mientras nos besábamos ella jalaba de mi pelo hasta que en cierto momento baje mi cabeza y comencé a lamer uno de sus pezones mientras mi mano jugaba con el otro mordí y chupe mientras seguía embistiéndola hasta que sentí como sus paredes empezaban a contraerse y así llegamos al clímax al mismo tiempo. Exhausto caí sobre ella sin poner cuidado de aplastarla y sin salir aún de ella. Necesitaba sentirla, me rodeó con sus brazos mientras besaba mi cabello.

—Te quiero… —Susurré.

—También te quiero, amor…—Con esas últimas palabras, salí de su cálido centro, para que pudiéramos acomodarnos en medio de la cama, y cubrirnos con la sábana, nos abrazamos y así nos quedamos dormidos.

 

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Una vez más un ruido nos despertó. Pero era muy diferente a aquel escándalo que nos hizo brincar hacia pocas horas. Bella se removió en mis brazos tratando de despertar sin lograrlo. Aún somnoliento traté de encontrar la fuente del mismo. Entonces descubrí que era el timbre de la puerta y dado que Bella no daba indicios de levantarse, me fui despegando de su regazo lentamente. Besé su frente a lo que ella sonrió levemente, me puse tan solo el pantalón, y me dirigí a la entrada. Quien quiera que fuera, no dejaba de apretar el timbre.

— ¡Por Dios, Isabella! He estado más de quince minutos tocando y tú, aún dormida —La extraña era nada más y nada menos que Reneé Swan, quien no se había percatado de que yo abrí la puerta ya que en cuanto la abrí ella prácticamente me empujo. Mientras comenzaba a gritar infinidad de cosas que no tenían sentido. Ya que su tono histérico y algo rápido no me permitía captar la mayoría de sus frases.

— ¡Por Dios, habla! —Empezó a inspeccionar el lugar. Fue cuando decidí hablar por fin.

—Bella, aún duerme, pero si quiere puedo llamarla —Inquirí tranquilo. Sonreí levemente al ver como su cuerpo se tensaba al escuchar mi voz, se giró lentamente sobre sus pies hasta estar frente a mí, recorriéndome con la mirada sin ningún tipo de discreción.

 

— ¡Oh, por Dios! —Musitó tapándose la boca con ambas manos y abriendo los ojos desorbitadamente. —Tú… —Me señaló con el dedo — ¿Qué haces aquí? —Prácticamente gritó, me froté ligeramente la nuca. Al abrir la puerta no me imaginé que tendría que contestar a estas horas de la mañana semejante pregunta y menos a la madre de mi novia.

—Es qué tú e Isabella… —Dejo la frase en el aire y justo cuando iba a contestar a sus preguntas, Bella salió de la recámara, solo llevaba puesta mi camisa y si no hubiera sido porque Reneé aún estaba ahí la habría tomado en medio del recibidor.

— ¿Qué está pasando aquí? —Vociferó al tiempo que ponía las manos en la cintura, e intercalaba miradas entre Bella y yo. Bella me volteó a ver buscando aprobación de decirle a su madre y aunque no era necesario porque ya lo habíamos acordado que los haríamos participes, tan solo asentí para que ella le diera la noticia.

—Verás, mamá, Edward y yo… —Ni siquiera pudo terminar porque Reneé soltó un gritito y se abalanzó hacia Bella para estrecharla entre sus brazos — ¿Cuánto tiempo nos lo han ocultado? —Nos enfrentó, con una mirada curiosa y una gran sonrisa en sus labios.

—No importa —Murmuró —Tengo que hablarle a tu padre, ¡Oh por Dios! Y Esme… ¿Ya lo sabe? —Jamás me había tocado ver a Reneé tan emocionada, era muy efusiva siempre pero en esta ocasión estaba como loca.

— ¡Mamá! ¡Relájate! —Gritó Bella, en un intento de calmarla y llamar su atención. Y arrebatándole el teléfono justo antes de que le marcara a Charlie —Nosotros les daremos la noticia —Anunció mi novia sonriendo.

—Además… ¿Qué haces aquí a estas horas de la mañana? —Reneé nos vio desconcertada —No deben de pasar de las seis y tú aquí… —Reneé empezó a reír a carcajada abierta. Mientras acariciaba el rostro de su hija con ternura.

—Cariño, es la hora del almuerzo —Dijo con dulzura.

— ¡¿Qué? —Gritamos al mismo tiempo — ¡No puede ser! —Bella empezó a caminar de un lado a otro. Tratando de averiguar qué hacer.

—Isabella, relájate, tú padre me mando a buscarte, al parecer tu teléfono móvil murió y por lo que veo el de la casa no lo escucharon —Sonrió con picardía —Edward tampoco llego, así que… pues… Esme debe de estar allá buscando a Edward —Empezó a aplaudir con entusiasmo —Llamaré a casa para que tengan lista una cena para esta noche, tenemos que festejar y ustedes tienen mucho que explicar —Anunció dirigiéndose a la cocina. —Deberían de darse un baño —En cuanto desapareció de nuestra vista tomé a Bella entre mis brazos, esta hundió su cara en mi cuello.

—Te ves tan sexy con mi camisa puesta —Susurré en su oído, ella sonrió imperceptiblemente —Gracias —Musitó —Esto es tan vergonzoso, creen que aún somos unos niños —Inquirió.

— ¿Tienes ánimos de ir a trabajar? —Murmuré.

—En realidad no, pero… tenemos que ir a ver si hay algún pendiente —Espetó —Además te recuerdo que tú tenías una llamada muy importante desde Italia —Y aunque no lo deseaba, Bella tenía razón, teníamos que ir. Inmediatamente me comuniqué con Jasper, era muy posible que los italianos hubieran llamado ya.

Afortunadamente pospusieron la llamada ya que se disponían a ir el lunes personalmente a tratar los pormenores de la publicidad que se les haría. Así que el ir al trabajo era algo que podría darme el lujo de no hacer. Le platiqué a Jasper a grandes rasgos que paso con la promesa de contarle como fue todo en la cena y cómo reaccionó Bella con lo de Vladimir. Cuando regresé a la sala, Bella estaba sentada con los pies arriba del sillón y su madre parloteaba detalles sobre la cena de esta noche. Se veía cansada, y bastante sexy aún con mi camisa. Me senté a sus espaldas y la estreché contra mi pecho. Así duramos media hora más hasta que por fin Reneé se fue. Su advertencia fue clara, No lleguen tarde. Me dijo que les aviso a mis padres que nos había encontrado sin entrar en detalles de lo que les contó.

Bella fue a despedir a Raneé a la puerta, en cuanto Bella cerró la puerta la tomé de la cintura y empecé a besar su cuello, a acariciar su vientre plano, hasta llegar a su pecho, para ir bajando lentamente hasta su centro. Un gemido salió de sus labios al sentir mi erección en su espalda dada su estatura baja, y yo no pude evitar gruñir al sentir su centro húmedo. Prácticamente le arranqué las braguitas de encaje que traía la hice girar, y sin poder aguantar más la recargué en la puerta y la penetré ante su mirada de súplica. Empecé a moverme de manera lenta, disfrutando del momento, jamás vería ese recibidor y esa puerta de la misma forma a partir de hoy.

Estuvimos ahí disfrutándonos, sintiéndonos uno una vez más. No nos importaba el tiempo, ni el lugar, solo el roce de nuestros cuerpos, el amor que estaba creciendo cada vez más. Sin aún llegar al orgasmo nos dirigimos a la ducha donde retomamos lo que dejamos inconcluso en el recibidor, con algo de paciencia, nos enjabonamos lentamente mientras nos acariciábamos para culminar una vez más siendo uno.

Salimos satisfechos de la ducha, la ayudé a secarse, y guardé en mi memoria cada parte de su cuerpo. Me prestó unos pantalones y una  playera de Emmett que acostumbraba quedarse en su departamento de vez en cuando. Una vez que estuvo lista, y que comimos algo rápido salimos de su departamento para ir al mío para poderme poner algo adecuado para la cena que organizaron nuestros padres.

En el camino a mi departamento, Bella se comunicó con Jane, para ver si había surgido algo. Bella escuchó atenta cada una de las palabras que Jane le decía, hubo un momento en que se notó incómoda y frunció el ceño. Tan sólo tomé su mano, para que se relajara. Y lo conseguí. En cuanto colgó quise preguntarle qué ocurría pero no quería presionarla, si ella quería contármelo. Lo haría, estaba seguro. Entramos a mi departamento, le di un recorrido por el mismo y la invité a que se pusiera cómoda, no duramos mucho en el mismo. Sin mayor preámbulo y evitando la tentación de tocarnos ya que si lo hacíamos no saldríamos de ahí hasta el día siguiente, pero teníamos que cumplir con un compromiso y hacer acto de presencia en nuestro trabajo. En un tiempo record llegamos al edificio de Bella.

—Tengo que decirte algo…—Musitó Bella antes de que bajáramos del auto. La miré y tan solo asentí, la alenté a que hablara.

—Vladimir, está en mi oficina esperándome —Murmuró —Jane, le dijo que no estaba pero insistió en que me esperaría. Ella le comentó que ni siquiera sabía si iría ya que no me había comunicado en toda la mañana —Dijo incómoda. Me sentía bastante tenso, confiaba en Bella, pero Collins era otra historia.

—Te acompañare —Dije despreocupado. Bajé del auto y rodeé el mismo para ayudar a Bella a bajar, quien se veía desconcertada — ¿Qué? —Musitó aún desconcertada.

—Es hora que sepan que tenemos una relación —Anuncié. Bella entrecerró los ojos al detectar el doble sentido de mis palabras.

—Edward, no creo que sea momento —Habló molesta —Entiendo tu malestar pero es mi trabajo, y no voy a permitir que quieras controlar todas las citas que tenga con Vladimir —Cuando dijo eso me sentí herido. Por una extraña razón no me gusto que me quisiera apartar y que no quisiera hacer pública nuestra relación ante las personas que trabajábamos.

—Sí eso deseas, adelante, te esperan en tu oficina —Espeté incómodo y bastante herido —Iré a mi oficina a ver pendientes, hazme saber si te tardarás —Pedí sin afán de presionarla —Y ver si nos vamos juntos o cada uno en su auto —Sonreí con pesar.

Me giré tranquilo, no había nada más que hablar. Solo había dos formas de salir del estacionamiento, una que daba hacía el lobby de la entrada del edificio donde trabajaba Bella y otra por donde entramos al estacionamiento. Opté por irme por donde llegamos. Necesitaba pensar, todo se estaba dando de forma bastante rápida. Dejé a Bella parada a un lado del auto. Sin siquiera darle un beso de despedida, pero… ¿Qué esperaba? ¿Qué brincara de gusto después de la forma en que me habló? Además necesitaba alejarme, no era bueno que me quedara ahí donde podía decir algo que la heriría.

A paso lento crucé la calle, para después entrar a mi edificio. No había nadie en recepción-afortunadamente-no estaba de humor para lidiar con alguien. Al llegar a mi piso en la distancia divise a Lauren quien platicaba animadamente por teléfono, ni siquiera se percató de mi presencia.

— ¿Algún pendiente Lauren? —Cuestioné en cuanto estuve frente a ella, en cuanto me vio abrió los ojos desorbitadamente y colgó de inmediato.

—Señor Cullen —Contestó preocupada —Creí que no vendría —Terminó por decir.

—Ya lo noté. ¿Algún pendiente? —Repetí lo antes dicho.

—Ninguno señor —Tan sólo asentí y me dirigí a mi puerta —No quiero que nadie me moleste, a menos que se trate de mis padres, Jasper o Alice. E incluso la señorita Bella —No deseaba hablar con ella, pero tampoco podía dejar de hacerlo —De hecho espero una llamada de su parte —Inquirí antes de cerrar la puerta de mi oficina.

Estuve tentando a plantarme en frente de la ventana para espiarlos, pero mi parte racional y por mi salud mental no lo hice. ¿Qué ganaba con martirizarme de esa forma? Tenía que confiar, pero… no sabía si podía lograrlo. En vano espere la llamada de Bella, de seguro estaba molesta por mi actitud, pero más molesto estaba yo por como manejo las cosas, quiso ser sincera y cuando yo quise ser parte de ello y hacerle ver a Collins que teníamos una relación ella se rehúso a hacerlo, siendo que habíamos acordado no ocultar nuestra relación.

Me recosté en el sillón, para descansar un poco, me sentía enfermo. Y como nunca antes me sentí inseguro. Me dolía el pecho y sentía una gran impotencia recorrer todo mi sistema. Entonces hice algo que jamás imaginé que haría. Me levanté para tomar el teléfono y sentarme tras mi escritorio, necesitaba hablar con ella.

—Alo… —Se escuchó que contestaban al otro lado de la línea.

—Hola… ¿Estás muy ocupada? —Al reconocer mi voz reaccionó.

— ¡Eddy! Que sorpresa tan agradable, ¿Qué noticias me tienes? —Preguntó curiosa y con su típico tono alegre.

—Bueno, debo decir que… Bella ya es mi novia —Anuncié. Empecé a relatarle detalle a detalle las últimas horas con Bella y lo feliz que me sentía.

— ¿Y por qué te percibo triste? —Musitó preocupada.

—No estoy triste, se trata de una tontería, solo necesitaba hablar con alguien. Me siento muy feliz, Al, como nunca antes —Susurré. Era la primera vez que admitía algo así en mi vida. Ni siquiera con Jasper lo había hecho.

—Incluso siento que la amo ¿Sabes? Es raro… —Inquirí.

—Me encanta escuchar eso, pero no puedes engañarme, ¿Qué ocurrió? —Su tono preocupado, y la necesidad de sacar aquello que me estaba quemando por dentro en esos momentos me hizo animarme y relatarle lo que estaba sintiendo. Mis temores, inseguridades, como me dolió que me hiciera a un lado sabiendo mi pasado en el cual Vladimir Collins fue el villano que se quedó con la princesa. Mientras le relataba a Alice lo que ocurrió permanecí recargado en el asiento de mi silla con los ojos cerrados, y dándole la espalda tanto a la ventana como a la puerta, como si eso evitara que me viera vulnerable ante mi amiga que dicho sea de paso estaba del otro lado de la línea. Alice escuchó atenta todo lo que me afligía, sin decir nada, tan solo me dejo desahogarme. Una vez que terminé de sacar todo aquello me sentí un poco mejor. Un gran silencio se posó entre nosotros.

—Tal vez… —Habló insegura, sin duda, Alice no sabía que decir, por primera vez en su vida, no sabía cuáles eran las palabras correctas.

—No tienes que decir nada, cariño, con que me hubieras escuchado sin juzgarme me basta —Sonreí levemente.

—Sabes que cuentas conmigo, Eddy, tan solo dale tiempo, tal vez esto es demasiado para ella y necesita asimilarlo —Inquirió suspicaz —Además, tú sueles reaccionar de manera exagerada cuando sientes que no tienes el control sobre algo —Espetó tranquila.

—Tal vez… tienes razón… y tiendo a exagerar las cosas —Musité —Te quiero mucho, no lo olvides, te dejo, estoy por salir, ella no ha llamado, así que lo más seguro es que ya se haya ido para casa de sus padres —Si Bella había tomado la decisión de irse por su cuenta, la respetaba, no armaría ningún tipo de escena cuando la viera.

—Una vez más gracias, cariño… nos veremos pronto… —Nos dijimos adiós cariñosamente. Suspire audiblemente, de mejor ánimo abrí los ojos, hice girar mi silla para quedar frente al escritorio, cuando enfoqué la vista pude ver a Bella parada en la entrada de mi oficina con los ojos llenos de lágrimas.

Su cara tenía cierto tinte de dolor, me levanté alarmado de la silla para intentar alcanzarla, y tomarla entre mis brazos pero antes de que llegara extendió el brazo para que no me acercara…

Lo que ocurrió después me hizo sentir un fuerte dolor en el pecho…

 

 

hola les traigo un nuevo capi, espero que les guste, tonta bella de que tendra miedo, yo llego de tener como novio a eddie y lo grito a los 4 vientos, pliss dejen sus comentarios y votitos un besote enorme isa y carla

Capítulo 13: tocando el cielo Capítulo 15: ¿en verdad me ama?

 
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