¡TE ODIO! ¿AMOR? (+18)

Autor: carlarobpatt4ever
Género: + 18
Fecha Creación: 28/04/2013
Fecha Actualización: 13/04/2014
Finalizado: SI
Votos: 36
Comentarios: 85
Visitas: 98691
Capítulos: 27

fanfic finalizado!!!!

Del odio al amor? ¿Habrá solo un paso? ?¡Te odio!?Grité. Él empezó a sonreír de lado?Pero aún así me amas, querida?Bufé exasperada?¡Ni loca, Cullen, primero muerta!?Esperaba no tragarme mis propias palabras.

HOLA! ESTE ES MI PRIMER FIC ESPERO QUE SEAN BUENAS Y AUNQUE LA IDEA NO ES TODA MIA ESPERO QUE LES GUSTE ; ESTE FIC PERTENECE UNA PARTE A CHAPIS CULLEN DE LA PAGINA DE FF PERO NO LO TERMINO Y ME HABIA GUSTADO ASI QUE LO TERMUNO YO SI NO LE IMPORTA A LA Q LO EMPEZO PERO COMO NO PUEDO HABLAR CON ELLA ESPERO Q ME DE SU PERMISO

ESTE FIC ES MIO , DE MI AMIGA CARLA Y CLARO CHAPIS CULLEN AUNQUE LOS PERSONAJEN NO ME PERTENECEN , ESTOS SON OBRA DE LA MARAVILLOSA STEPHANIE MEYER

¡ESPERamos QUE LES GUSTE!;)

tenemos otros fics 

los recuerdos de mi intercambio el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3803

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 2: en casa del enemigo

Capítulo 02. En Casa del Enemigo

 

Cuando descubrí que Isabella tenía vista panorámica de mi oficina, me descolocó por completo, el que ella viera como era mi vida, y como aprovechaba el tiempo libre en mi área de trabajo, no era algo de lo que me sintiera orgulloso. Por estúpido o tonto que pareciera, yo no me había dado cuenta de ese pequeño gran detalle.

 

Era raro sentirme así… ¿Tan expuesto? ¡Vamos, es Isabella! me gritaba mi subconsciente, pero por una extraña razón no quería que ella me viera en esas "andanzas" tan peculiares. La cara de póker que puso Isabella cuando se vio descubierta por su primo fue… lo más ¿Hermoso? Que pude ver jamás, su sonrojo que siempre aparecía cuando estaba molesta o incómoda gracias a mí.

 

No sé en que momento Vladimir Collins entró a su oficina, llego un momento en el que me perdi cuando la vi salir del baño no me habia fijado de cuan hermosa era ,esos  ojos marrón chocolate y como el pelo castaño caia sobre los hombros hasta la altura del pecho y toda y caca una de sus curvas perfectas , mierda , no me puedo creer que isabella swan me atraiga de esa forma . Al verlo sentí como la sangre empezaba a fluir más rápidamente por mi sistema, lo conocí hace tres años, era un conquistador por naturaleza, todas las mujeres con las que había salido eran de la más alta sociedad, todas unas damas. No me extrañaba que buscará a Isabella, además que los rumores decían que buscaba sentar cabeza por fin.

 

En el momento que escuché que la invitaba a salir e ir a cenar con sus padres, perdí la noción de todo y no pude evitar girarme y observar esa interacción que parecían tener pesé a no haberse visto jamás por comentarios que hicieron ambos, pero por cómo se estaban comportando podría apostar que no era así.

 

El sonrojo disimulado que él causaba en ella era algo que a mí me gustaría crear en Bella, no uno obtenido gracias al enojo, si no gracias a que lo que diga le agrade. Por un momento creí que ella diría que no, pero Bella al notar que me giré a verla, inmediatamente dijo que sí la maldita, ¿Qué quería? ¿Qué ganaba con ello?

 

Cuando se iba a ir,se le callo el boligrafo y ella como una dama que es se agacho a recogerlo en ese momento me fije en que el muy imbecil la miraba de arriba a abajo parandose en cada una de  sus curvas y despues él muy idiota la besó en la mejilla, no pude evitar tirar el recipiente donde tenía Bella todas sus plumas y lápices ¿Quién se creía él para besarla? Entonces fue cuando él se giró hacía mí y se despidió, traté de ser amable, pero no lo logré, y ella… ¡uf! Se veía tan hermosa así de confundida.

 

Al cerrar la puerta de su oficina con esa gracia que sólo ella poseía, me sentí furioso por estar pensando cosas que no iban conmigo, ¿Ella qué era para mí? Definitivamente nada, sólo un negocio, un capricho, ¿Cómo le hacía caso a otro antes qué a mí? Eso era, por eso era mi enojo, yo no estaba celoso porque viera a otro, si no porque un junior me estaba ganando a mí…

 

oOoOo

 

—¿Qué carajos te pasa, Cullen? —Cuando escuché su tono tan seco y amargo, el estómago se me revolvió, ¿Dónde había quedado el tono dulce con el que habló con él? Entonces llegué a mi limité.

 

—No sé de que hablas, Isabella —Me giré y la enfrenté —Más bien, dime tú ¿Qué pasa? —Solté con veneno evidente en mis palabras —Tú tan recta, tan dama de sociedad, mezclas los negocios con el placer… —Solté mordaz. Ella entrecerró los ojos.

 

—Yo no estoy mezclando nada, Cullen, él es…—Se quedó callada —Además a ti que más te da —Sonrió con suficiencia —Es mi vida y yo sé lo que hago con ella —Se notaba molesta y desconcertada a la vez.

 

—Me importa porque, sí ocurre algo, eso puede perjudicarnos a todos en el negocio —¿En verdad dije eso? ¿No podía ser más patético? —Creo que eso es algo que a ti no debe de importarte —Afirmó —¿Sabes? Vladimir Collins es cliente exclusivo nuestro —Apuntó la muy… perra.

 

—¡Claro que me importa! —Grité. Y ella dio un brinquito sorprendida.

 

—Como te dije ¡No debería! —Contraatacó —Este es mi negocio y yo sabré que hago en él —Y de alguna manera inexplicable eso hizo que mi furia creciera más y la atraje hacia mí.

 

La pegué a mi cuerpo aprisionándola en mis brazos, la rodeé de modo que no pudiera zafarse, con satisfacción pude notar como ella se sorprendía y un ligero sonrojo aparecía en sus mejillas, su respiración se aceleró un poco al igual que la mía al ser consciente de sus delicadas curvas y como nos acoplábamos el uno al otro a la perfección. Cuando me di cuenta de la idiotez que acaba de cometer al abrazarla y como nuestras miradas se encontraban dije:

 

—Sí quieres tener un polvo de una noche con él, adelante —Solté mordaz —Pero por ningún motivo voy a permitir que eso afecté a nuestra imagen, mujeres como tú…—Ni siquiera pude terminar porque ella reaccionó por fin y plantó una cachetada en mi mejilla que hizo que la soltará en el acto.

 

—¡No te voy a permitir por ningún motivo que me hables así! —La furia en su mirada y voz me hizo sentir miserable.

 

—¡Lárgate de mi oficina, bastardo! —Dijo fuera de sí —Isabella, yo…—Traté de arreglar la situación —¡He dicho que te vayas! —Utilizó el mismo tono —Y sí tienes algo que tratar de las empresas puedes comunicarte con Emmett —Se encaminó hacia su puerta y la abrió. Entendí perfectamente el mensaje, Isabella estaba renunciando a que ella y yo tuviéramos algún trato así fuera sólo profesional. Era hora de irme.

 

—Adiós —Ella por supuesto no dijo nada más.

 

Cuando salí, pude escuchar perfectamente como ella cerraba la puerta, y lejos de azotarla lo hizo con cuidado, ella jamás dejaría de ser la dama que era, ¿Qué me había orillado a decir semejante estupidez? Cabizbajo caminé hacia el elevador del cual salió Emmett con una pila de carpetas bajo su brazo derecho y me sonrió.

 

—¿Tan pronto? —Cuestionó.

 

—Sí, creo que de ahora en adelante, tú y yo tendremos que ver algunos asuntos —Hice una mueca. Él tan sólo me miró y asintió.

 

—Adiós —Murmuré patéticamente mientras entraba al elevador.

 

Cuando salí a la fría tarde-noche de Octubre y el viento azotó mi rostro me di cuenta de la magnitud de mis palabras, de lo estúpido que había sido con ella, que lo único que estaba haciendo era cerrar un negocio. Era un jodido loco y merecía esa bofetada de su parte.

 

oOoOo

 

—Edward, hijo, te estaba esperando —La sonrisa cálida de mi padre me recibió cuando iba entrando a mi oficina.

 

—Hola, papá —El tono monótono en mi voz era evidente.

 

—¿Qué te pasa Edward? —Lo miré ceñudo, él no tenía que saber de mi altercado con Isabella —Nada, ¿Por? —Traté de serenarme.

 

—Te notó extraño, pero sí tú dices que no tienes nada, pues no puedo obligarte a que me lo digas ¿Verdad? —Asentí. Además no creo que a mi padre le guste saber que traté así a la hija de su mejor amigo y socio.

 

—¿Ya estás listo? —Me senté frente a él.

 

—¿Listo para qué? —Pregunté con escepticismo —Para irnos, tengo órdenes expresas de tu madre de llevarte a casa, hoy tenemos una cena importante y quiere que asistas, pasaremos por ella y nos iremos directo a la cena —Sí hubiera sido otro momento encantado habría aceptado, pero dadas las circunstancias no tenía ánimos de ir.

 

—No estoy de humor, papá —Se soltó a reír —Irás, no me importa sí estás de humor o no, yo no quiero problemas con tu madre, así que apúrate —Terminó por decir, me dio cinco minutos para que me alistará.

 

Cada uno nos fuimos en nuestro auto, no podía dejarlo en la oficina, después de la dichosa cena me iría a mi casa, de ninguna forma me quedaría a dormir con mis padres. Pero una cosa era lo que yo quisiera y otra muy distinta lo que mi madre dispusiera, cuando se dio cuenta de mis intenciones, me pidió que fuera buen hijo y compartiéramos auto.

 

—¿Ahora sí me dirás con quiénes cenaremos, mamá? —Todo esto estaba siendo tan sospechoso, y esa risa de suficiencia que mi madre tenía en su rostro me estaba poniendo de nervios ¿Qué era lo que planeaba?

 

—No, te dije que sería una sorpresa. Hace años que no cenamos en familia —Entrecerré los ojos —Este rumbo no lo conozco, no me recuerda ningún lugar al que soliéramos asistir juntos —Su sonrisa se amplió.

 

No volvimos a hablar lo que resto del camino, Esme y Carlisle cruzaban miradas como si ocultaran algo y me miraban de soslayo, eso no era bueno estaba seguro. Estaba un poco adormilado cuando por fin entramos a una gran casa con un amplio portón negro, todo finamente adornado y un gran jardín que colindaba con la gran casa blanca que estaba al final del camino.

 

Había varios coches aparcados en el camino, entre ellos un Porsche Boxster RS 60 Spyder plateado con el interior en color tinto, esto no me olía bien. No se habrán atrevido o ¿Sí? Y cada una de mis dudas fue aclarada cuando ante mí apareció nada más y nada menos que Reneé Swan. Quise darme la vuelta dispuesto a caminar el largo trecho entre la entrada principal y el portón de la entrada, caminar unos cuantos kilómetros hasta encontrar un taxi cuando Reneé dijo:

 

—Esme, Carlisle bienvenidos —Sonrió y justo cuando iba a girarme sobre mis pies mi madre me sostuvo del brazo. La aniquilé con la mirada —Edward, cariño bienvenido, que sorpresa verte por aquí —Sonreí ampliamente para ocultar mi disgusto, sólo esperaba que Isabella no asistiera.

 

—Pasen por favor —Nos hizo pasar a un amplio salón —Charlie ahora viene —Entonces guardo silencio —Mi hermosa Bella, no tuvo una buena tarde y está descansando —Empecé a darme golpes mentales por mi estupidez.

 

—Oh, pero ella se encuentra bien —Intervino Esme preocupada —Sí, de hecho no quiso hablar de ello —Estaba empezando a entrar en pánico cuando mi padre habló:

 

—Qué curioso… Edward tampoco tuvo una buena tarde —Me enderecé en mi lugar, esto no me podía estar pasando. Gracias a Dios en ese momento hizo acto de presencia Charlie Swan.

 

—Carlisle, amigo —Mi padre se levantó de su lugar y se saludaron con un cálido abrazo. Después de ello nos saludó a mi madre y a mí.

 

Nos trajeron vino tinto y unos cuantos aperitivos antes de empezar con la cena, estaba bastante aliviado de que Isabella hubiera decidido no bajar, pero todo fue arruinado cuando Reneé anunció que ira por ella. Yo aún estaba divagando en mis pensamientos cuando me llegó de repente el olor a vainilla y chocolate tan característico de Isabella…

 

Y debo decir que el aire abandono mis pulmones cuando la vi, llevaba un informal atuendo de lino blanco y unas sandalias de piso del mismo color, su cabello lo llevaba sujeto en una pequeña pero desarreglada coleta y estaba algo sonrojada. Se veía hermosa. No llevaba maquillaje y eso la hacía versé exquisita.

 

—Bella, que hermosa te ves querida —Se levantó mi madre de su lugar y la estrechó en sus brazos —Hola Esme —Sonrió en respuesta —Gracias, como siempre te ves excepcional, podrán disculpar mi atuendo informal pero… —Mi padre no la dejó continuar —No te preocupes querida, nos comentó Reneé que no tuviste una buena tarde —Cuando Carlisle dijo eso, una pequeña sombra inundó su semblante y fue ahí cuando me notó.

 

—Edward —Pronunció mi nombre con trabajo —Isabella —Dije tenso —¿Cómo estás? —No podía ser más pendejo y preguntar eso, era obvio como estaba.

 

—Podría estar mejor —La tensión en el ambiente era evidente.

 

—Bueno pasemos al comedor —Interrumpió Reneé nuestro duelo de miradas.

 

Todos caminamos directo al comedor y yo sentí la necesidad de hablar con ella, de explicarle de alguna manera mi comportamiento. Afortunadamente nos dejaron atrás y la tomé del brazo para que no siguiera avanzando.

 

—Bella —Me fulminó con la mirada y se zafó de mi agarre —¿Qué quieres? —Soltó con coraje —Pedirte una disculpa —Ella entrecerró los ojos —En realidad no quería decir lo que dije, en mi defesa puedo decirte que conozco a los tipos como Collins y yo sólo quería… —Ella se soltó a reír, cosa que me descolocó.

 

—No todos son como tú, Edward —Aseguró como sí supiera mucho de mí —Hay hombres que si se pueden acercar a una mujer sin la necesidad de meterse entre sus piernas —Y eso me enfureció ¿Qué se creía? —No te permito qué…—No pude terminar de hablar porque entró mi padre al salón y nos interrumpió.

 

—Nos preguntábamos a donde habían ido —Los dos volteamos a verlo sorprendidos, no estábamos seguros de cuanto rato tenía escuchando nuestra peculiar plática.

 

—Edward me preguntaba sobre el contrato con los Vulturi —Mintió Bella con destreza —Pero de igual forma le comentaba que eso tendría que verlo con Emmett —Carlisle frunció la boca.

 

Cuando entramos al gran comedor y al ver la mesa tan elegantemente arreglada nos hicieron tomar asiento uno frente al otro ya que nadie ocupó el asiento de honor.

 

—Charlie, los muchachos me comentaron que Emmett llevará el contrato de los Vulturi —Obviamente mi padre no hizo evidente que Bella lo dijo. Charlie literalmente se ahogó con su agua cuando escuchó eso. Y volteó a ver a Bella algo molesto.

 

—Yo no te di esa orden, Isabella, como te dije en su momento quiero que tú personalmente veas lo de ese proyecto —Aunque se notaba molesta, Bella no lo dijo, pero tampoco se quedó callada.

 

—Y así mismo papá, considero que Emmett es el más indicado para llevarlo, tiene experiencia en el ámbito y… —Reneé no la dejó continuar.

 

—No es momento de hablar de negocios, comprendan, nosotras no entendemos de que hablan —Dijo refiriéndose a ella y a Esme.

 

—Sólo para terminar con esta discusión —Inquirió Charlie —Carlisle y yo consideramos que vosotros dos son perfectos para este contrato, es muy importante que trabajen en equipo —Volteó a ver a Carlisle y continuó —De ese contrato dependen muchas cosas para ambas empresas, así que hagan a un lado sus diferencias —Nos advirtió. Y así fue como se dio por terminada la "plática".

 

—Está bien —Contestamos al mismo tiempo. Nos volteamos a ver e inmediatamente desviamos la mirada hacía nuestros platos.

 

La cena estuvo deliciosa, y mientras nosotros permanecimos callados la mayoría del tiempo, sólo contestando una que otra pregunta que nos hacían, nuestros padres que se desvivían por hacer notar nuestras cualidades. Cuando íbamos a regresar al salón a tomar una taza de café y galletas sonó un teléfono. El de Bella, quién contestó con duda.

 

—¿Bueno? ¿Quién habla? —Cuestionó. Yo estaba tan atentó a su plática que pude notar como su sonrisa se amplió cuando al otro lado de la línea le dijeron quién era.

 

—Vladimir, que sorpresa, ¿Ocurre algo? —Estúpido de Collins, si que estaba interesado —Oh… —Susurró y un ligero sonrojo apareció en sus mejillas.

 

Yo estaba tan atento a su plática que cuando mi madre me llamó ni la tomé en cuenta, y por extraño que fuera, no dijo más.

 

—Bueno, mañana me parece bien —El sonrojo seguía en su rostro —No te preocupes, mañana ya hablaremos, me dio gusto escucharte, adiós…—Y así terminó la llamada.

 

—Y… ¿Qué quería? —Cuando reaccioné las palabras ya habían abandonado mis labios —¿Perdón? —Alzó una ceja — ¿Tú quién eres para cuestionarme? —Posó su dedo índice en mi pecho —Ya te dije que Collins es…—¡Maldita sea! No pude terminar esta vez nos interrumpió Charlie.

 

—¿Collins? Vladimir Collins, Isabella —Esta se giró y enfrentó a su padre —Sí, esta tarde fue a proponerme algo y he aceptado, se podría decir que es personal, pero aún así te haría participe, papá —Dijo en tono dulce.

 

—Ok, ya después hablaremos de ello —Ella literalmente me fulminó con la mirada y se apartó de mi como si quemará.

 

En el momento que mis padres y los de ella decidieron que la velada había terminado me sentí feliz de salir airoso de tal situación tan incómoda. Pero lo más difícil venía, la despedida…¿Cómo hacerlo sin que se viera incómodo? Gracias a Dios nuestros padres seguían en sus pláticas, aunque evidentemente estaban atentos a nuestra interacción.

 

Tuve que acercarme con cautela hacia ella, ya que seguía furiosa, justo cuando me incliné para besar su mejilla ella se movió un poco y planté el beso en la comisura de sus labios, una ligera comezón apareció en mis labios que reclamaban por más. Ella por su parte abrió los ojos de par en par olvidándose tal vez del porque estaba furiosa conmigo.

 

—¡Cómo te atreves! —Siseó —Necesitamos hablar —Murmuré. Ella asintió y nos dirigimos al que supuse era el estudio de Charlie, ella se puso en medio de la habitación con los brazos cruzados bajo su pecho y parecía que la molestia volvió a su semblante, con cuidado cerré la puerta.

 

Sin dudarlo atravesé la habitación y sin darle opción a más, estampé mis labios contra los suyos, un ligero suspiro salió de sus labios, al principio ella se resistió y me empujó pero perdió toda batalla cuando yo no la dejé que me apartará, cuando estuve seguro de que no me apartaría más, aflojé un poco mi agarre, lo que permitió que ella subiera sus brazos lentamente por mi pecho hasta posarlos detrás de mi cuello, donde empezó a jugar con mi rebelde cabello.

 

Yo por mi parte empecé a subir y bajar mis manos por toda la extensión de su espalda para sentirla parte de mí, hasta posicionar una de mis manos en su nuca y profundizar el beso. Cada vez me sentía más caliente, mi cuerpo pedía más y si ella estaba dispuesta, sin duda terminaría con lo que empecé.

 

Pero como no todo es perfecto, ella pareció darse cuenta de mis intenciones-ya que mi erección era evidente-me apartó y por segunda vez en el día la muy maldita me abofeteó, así como si nada me empujó. Dejándome con los cojones azules me dijo:

 

—Jamás te atrevas a volverme a tocar —Advirtió —Eso dices ahora, pero nadie jamás te besará de esa forma —Afirmé. Ella empezó a carcajearse —Sueñas, Cullen, me han besado mejores —Sonreí de lado. —Te puedo apostar lo que quieras a que no es así —Dije cínicamente.

 

—¡Te odio!—Gritó. Sonreí de lado—Pero aún así me amas, querida—No pude evitar decirlo —¡Ni loca, Cullen, primero muerta! —Tras su arranque de "sinceridad" salí sin ningún pudor del despacho de Charlie para encontrarme con mis padres que ya me esperaban, con una sonrisa de suficiencia en su rostro. Y con un pensamiento en mi mente me subí al auto de mis padres.

 

Isabella Swan, sería mía…

 

Capítulo 1: observando al enemigo Capítulo 3: DIME DE QUE PRESUMES....

 
14444842 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios