(Pov Paula)
Firmé lo que me dijo, un contrato de confidencialidad. La gente importante e influyente solía hacerlo.
-Bien... firmado esto, vamos a conocernos mejor, tu nombre es Emmett Cullen y estás aquí por?-.
-Eres directa- me sonrió pero yo fijé mi vista en el cuaderno de notas-.
-Vamos Emmett te escucho-.
-Estoy aquí por que mis padres insistieron desde que era joven en ver a un psicólogo-.
-¿Porque insistieron?-.
-Me pillaron con dieciocho viendo un porno algo raro-.
-¿Eres homosexual?-.
-¿Que te ha echo pensar que lo soy?-.
-Tan solo pregunto-.
-No lo soy, me gustan las mujeres-.
-Está bien, no tengo nada en contra de ningún colectivo y debes entender que yo estoy aquí para ayudarte-.
-Lo entiendo y... no se que decir al respecto, el caso es que mis padres me pillaron viendo porno sadomasoquita-.
“Wow, él no podía ser de esos pervertidos...”-.
-Sadomasoquista- dije intentado no parecer consternada-.
-Si... y también estoy aquí por mi afición al sexo, soy una persona que se centra demasiado en eso, es primordial para mi-.
-El sexo... pero con esa variante, no sexo... normal-.
-Si doctora- me miraba tan fijamente que no quería ni respirar-.
-Bueno... en ese caso indagaremos del porqué te gusta que te... lesionen-.
-No, no me gusta que me lesionen y no son lesiones doctora, a mi me gusta dominar, simplemente eso pero sobre todo estoy aquí para intentar no hacer girar mi mundo en torno al sexo ¿Lo entiende?-.
-Claro, podemos hacer ejercicios para ello-.
-¿Le apetece que la invite a cenar?-.
-¿Que?-.
-Es solo para agradecerle que...-.
-Creo que te estás confunciendo, puede que te guste dominar pero en esta consulta, en estos 45 minutos yo tengo el mando de la situación así que mientras estés aquí, me tratarás como la señorita que soy. ¿Lo has entendido?-.
Él no dijo nada, me miró con ojos como platos y sonrió un poco.
-Eres una chica especial ¿lo sabías?, de todas manera no quiero enrrollarme contigo, pero a cambio prometeme algo-.
-¿El que?-.
-Que no te vas a enamorar de mi-.
-Lo juro-.
“Guapo... pero egocéntrico”-.
(Pov Emmett)
Miré el reloj. Ya era casi la hora.
-Mira por donde ya hemos acabado, mañana te veré-.
-Claro-.
-Ten- le dejé sobre la mesa doscientos dólares- eres buena en lo tuyo-.
-Gracias señor Cullen, cuando desee llameme-.
“Esta niña es graciosa... muy graciosa ¿Cuando te han hablado así Cullen?... Jamás y esa niña acaba de hacerlo”.
No sabía que demonios responder así que me levanté y me fui por donde vine.
Cuando salí llamé por teléfono a Rosalie.
-¿Que tal con ella?-.
-Es especial- dije saliendo del edificio-.
-¿Especial?-.
-Mucho, quiero verla mañana-.
-¿Como de especial?-.
-Es especial, no he conocido nunca a nadie como ella-.
-No es guapa... te lo dije-.
-Las apariencias engañan Ross, las apariencias... engañan-.
Colgué el teléfono y subí a la limusina camino a mi casa.
Esto no podía ser verdad... era un juego interesante, seducir a la psicóloga, un juego al que siempre ganaba.
|