(Pov Paula)

A la mañana siguiente me levanté y preferí hacer como que la noche anterior no ocurrió nada.

“Es que no ocurrió nada... por el momento”-.

Me senté en la mesa del comedor mientras el mayordomo servía el desayuno, Emmett se sentaba enfrente de mi vestido con un traje color crema y una corbata oscura, tomaba sorbos de su café mientras leía el periódico de la mañana.

El silencio reinaba, solo los tintineos de los cubiertos de plata y pesados dar en los finos platos de loza.

Suspiré y miré el coisan recién orneado que había enfrente de mi, corté un pedazo y lo llevé a mi boca masticándolo.

Delicioso, así que tomé otro pedazo del coisan.

-¿Has pensado en lo que te dije anoche?-.

“Joder... no lo ha olvidado”-.

-No, he decidido hacer como que no ha pasado nada-.

-¿Tanto te asusta probar cosas nuevas?-.

-Eres mi paciente-.

-Y seguiré siéndolo, pero dime ¿Como me vas a tratar si no sabes a lo que me estoy refiriendo?-.

“Y ahí llevaba toda la razón... como demonios podía entenderla sin probar algo así”-.

-Quizás deberías cambiar de terapeuta-.

-Estoy seguro de que eres una gran terapeuta, y bueno, podrías tomar esta práctica como algo para adquirir experiencia-.

-En el caso hipotético...-.

-Vaya... si que lo has pensado, así me gusta-.

-Si, lo he pensado un poco- murmuré- en el caso de que lo haga-.

-Será todo absolutamente confidencial y solo tendríamos el papel de sumisa, dominante, en la sala de juegos, fuera de ahí seremos dos personas normales, que conviven juntas y tu serás mi doctora y yo tu paciente-.

-¿Y si no me gusta?-.

-En ese caso, me detendré y haremos como que no ha ocurrido nada, eso se te da bastante bien-.

-Pero...-.

-Veo que no estás segura del todo, y lo entiendo, para una virgen como tu debe ser complicado pero puedes pensarlo...-.

-¿Como sabes?-.

-Es bastante evidente Paula-.

-Por favor no... se lo digas a nadie...-.

-Escucha- dejó la taza de porcelana sobre el platillo del mismo material y dejó el periódico a un lado-.

-No es algo de lo que tengas que avergonzarte-.

-pero...-.

-Nada-sentenció- eres especial y esas pequeñas cosas de las que tu te avergüenzas son las que te hacen ser como eres ¿lo entiendes?-.

-Si... es solo que... tengo miedo... ya sabes-.

-¿Miedo?-.

“Ahora el te psicoanaliza...”

-De que se rían de mi-.

-Nadie va a hacer eso por que estás en mi casa, desde ahora eres mi protegida, eso significa que nadie podrá hacerte daño-.

-Gracias... pero eso no influirá en la decisión que tome-.

-No pretendía que influyese, tranquila, piénsalo bien, es un gran paso y si la respuesta es que no, no pasará nada...-.

-Gracias de nuevo Emmett-.

-Bien... ahora debo irme... nos vemos por la tarde, si tienes que salir díselo a Roberto, él también puede hacer de chófer-.

-Vale...-.

-Buenos días señorita Hale-.

(Pov Emmett)

¿Que por que había actuado de esa manera?, corría el riesgo de perder a Paula si no la hacía mía en el periodo de dos días, y tenía que hacerlo justo antes de que se enterase que había estado liado con su madre y me odiase. No podía dejar pasar a una mujer como ella... algo tan inocente por una tontería, quizás Rosalie tenía razón y me estaba portando demasiado bien con ella.

Quizás con algo de sexo se me pasaría, solo necesitaba follármela, y después de eso buscaría otra terapeuta, y podría estar como siempre había estado... una niña no me cambiaría. No iba a cambiar mi forma de vida por que me ablandase... la cuidaría, me ocuparía de que no le faltase de nada en la distancia.

Era mucho más cómodo para mi que me odiase... a yo sentir algo de cariño por ella... sin duda era mucho más cómodo...