(Pov Emmett)
Aparqué mi coche en la entrada y bajé. El chofer ya me estaba esperando con el paraguas para acompañarme a la entrada del restaurante. Ajusté mi camisa y mi chaqueta antes de entrar y ver a Rosalie.
-Hola- dijo con esa sonrisa tan suya-.
Rosalie, para resumir cuentas, era alguien a quien me follaba como y cuando quería. Nada más que eso. Como son todas las mujeres con las que solía estar. Con una pequeña diferencia. Esta mujer bastante mayor que yo pero eso si, sexy a rabiar, había sido la mujer que me había metido de lleno en el mundo del sadomasoquismo a mi corta edad de dieciséis años.
-Hola Ross- dije con una sonrisa, además de todo esto eramos amigos y seguíamos teniendo sexo de vez en cuando,incluso yo era el que financiaba parte de su negocio y pedía una buena tajada a cambio-.
-Menudo día de lluvia- dijo sentándose en una de las mesas libres del restaurante- adelante siéntate-.
-¿Como van las cosas? He recibido tu mensaje de texto-.
-Si, he escuchado que buscabas un psicólogo-.
-¿De donde lo has escuchado?-.
-Nos conocemos desde hace mucho tiempo, y se que tu actual doctora no puede tratarte ya que, al tirártela... ha dejado de hacerlo-.
-Llevas toda la razón-.
-Te propongo algo arriesgado, conozco una joven doctora, recién licenciada, con honores que está buscando trabajo y...-.
-Ni lo sueñes...-.
-Por favor Emmett, ella es... mi hija-.
-¿Tienes hijos?- Wow... toda la vida hablando con ella y descubro que tiene hijos justo ahora-.
-Si, ella no es nada como yo y se que tiene una entrevista de trabajo pero no la cojearán. Prefieren a chicas guapas con las que puedan acostarse, becarias fáciles. Tu y yo conocemos el mundo de los negocios, pero ella no. Así que me harías un favor si le dieses trabajo-.
-¿A caso no puedes mantenerla?-.
-Si que puedo pero es muy orgullosa,estoy segura de que querrá sacarse las castañas del fuego ella misma-.
-Está bien, iré una vez pero si no me gusta dejaré de ir-.
-Otra cosa... no le digas que nos conocemos-.
-Está bien, ¿quien quiere conocer a un amante de su madre?-.
-Justo por eso-.
-¿Os lleváis bien?- tenía que peguntarselo, parecia nevosa-.
-Ella no es como yo, me preocupo por ella. Pero ayer cuando quedamos tu y yo se me olivó que fue su graduación y...-.
-Joder, pobre niña-.
-Si... me odia-.
-Espero que solucionéis vuestros problemas y si es tan buena estudiante como dices, quizás la contrate para el departamento de recursos humanos en mi empresa-.
-Gracias una vez más, eres genial-.
-Gracias a ti ricura, cuando quieras vienes a buscarme, sabes donde encontrarme-.
-Lo se...-.
Me levanté y me fui del lugar. Esto era... acojonante, una becaria examinándome la cabeza.
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