Enséñame a ser feliz.

Autor: Bellatrix_Black
Género: Drama
Fecha Creación: 03/08/2012
Fecha Actualización: 19/04/2013
Finalizado: NO
Votos: 13
Comentarios: 48
Visitas: 40304
Capítulos: 24

Bella y Edward se conocen en su último año de universidad. Él un aplicado estudiante de Harvard, ella una estudiante con honores de Yale que cargaba con un triste pasado.

Podrá ese atractivo chico de ojos esmeralda ayudarla a superar el pasado y enseñarla a vivir su presente?

 

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Capítulo 6: Que es esto que siento?

-              Bellita te extrañamos ayer! –Emmett le dio un gran abrazo de oso a la chica en cuanto la vio atravesar el portón de la universidad.

-              Lo siento Emmy, tenía mucho que estudiar. –respondió Bella cuando sus pies volvieron a estar sobre el pavimento.

-              Espero que no se vuelva a repetir, no puedes dejar a tu hermano botado así como así. –Bella no respondió a eso, no le apetecía volver a mentir.

-              Oye a mi no me saludas? –demando Alice en un intento de ayudar a su amiga.

-              Lo siento duendecillo mi hermanita es primero –se alejo de Bella y camino distraídamente acercándose a Alice, con un abrazo asfixiante la separo del piso-. Ahora si es tu turno pequeña celosa.
Los cuatro amigos siguieron riendo y gastando bromas. Luego fueron a clases y continuaron con sus rutinas, se reunieron para comer y luego a la hora de regresar a casa.
La semana fue pasando sin inconvenientes. El miércoles Bella se retiro antes de clases para ir al juzgado, ese día debían devolver el expediente judicial para que el juez pueda leerlo antes del juicio, después iría al despacho de Sam, esa era su última reunión antes de la audiencia y ultimarían todos los detalles y formularían las preguntas a hacer.
Ese mismo miércoles Alice se fue al apartamento de Jasper y Emmett luego de clases, sabía que Bella llegaría tarde y no le apetecía estar sola. Prepararon unas palomitas mientras Emmett elegía una película. Terminaron viendo iroman 2, los tres la habían visto antes así que no le prestaron mucha atención.

-              Hola Eddy, a que debo el milagro? –Emmett contesto una llamada de su hermano.

-              Estoy cerca de tu casa y me apetece pasar a saludar, están ahí?

-              Cualquier cosa que te hayan dicho, yo no fui.

-              No seas tonto Emmett, solo voy a pasarme porque estoy cerca. –en realidad Edward ya estaba estacionado frente al departamento de su hermano. Se salteo su ultima materia del día y condujo dos horas por algo que para él era una tontería.

-              Estamos aquí, ven cuando quieras. –Emmett aun estaba nervioso, Edward no es de los que hacían visitas sociales y menos en mitad de semana. Edward por su parte sintió esperanza al escuchar a su hermano hablar en plural.

-              Estaré ahí en cinco minutos. –dijo antes de colgar. Tienes que disimular, se recordó a sí mismo.
Pasados cinco minutos exactos, lo sabía porque no dejo de mirar su reloj en ese tiempo, bajo del auto y toco el timbre, demoraron unos dos minutos en contestarle.

-              Quien? –pregunto una voz femenina que reconoció como la de Alice.

-              Soy Edward. –escuchar a Alice lo convenció de que la castaña estaría ahí.

-              Sube. –de inmediato sonó la traba de la puerta al abrirse y subió al piso de su hermano. Llamo a la puerta y esta vez quien le abrió fue Jasper.

-              Hola amigo, como estas. Es un milagro tenerte por aquí, no venias desde la mudanza.

-              Hola Jas, como estas?

-              Muy bien a decir verdad –los ojos del rubio volaron a donde se encontraba sentada Alice-. Estamos mirando el final de iroman, te nos unes?

-              Otra vez esa película? –siguió a su amigo al living, ahí solo estaban Alice y Emmett, tal vez ella estaba en el baño.

-              Le tocaba escoger a Emmett. –respondió Jasper.

-              Hola Edward, como estas? –lo saludo una animada Alice con un beso en la mejilla.

-              Hola hermano, que te trae por aquí? –pregunto Emmett.

-              Hola, muy bien gracias. No puedo visitarlos cuando estoy en la ciudad?

-              Claro que puedes, solo nos pareció un poco extraño viniendo de ti. Además podías haber traído a Rosie contigo.

-              Es obvio cuanto aprecias que tu hermano te visite, no se para que me molesto.

-              No te hagas el sensible, es normal que quiera ver a mi novia, esto de vernos dos días a la semana esta matándome.

-              Quien te mando a hacer bromas tontas?

-              Condujiste dos horas para venir a regañarme?

-              No, pero contigo es imposible no hacerlo. Por cierto, donde esta Bella? –lo mejor era ir directo al grano, si estuviera en el baño ya tendría que haber salido.

-              Ella no está aquí, a caso la necesitas para algo?

-              Yo? No, para que podría necesitarla. –el nerviosismo con que respondió no paso desapercibido a Alice.

-              Bellita esta con el abogado. –respondió Emmett como si nada.

-              Abogado? Esta en problemas? –Edward adopto de inmediato una postura erguida.

-              Estudia derecho, recuerdas? –a Jasper tampoco le paso inadvertida la actitud de su amigo.

-              Está ayudando a un abogado con un juicio. –Emmett como siempre se mantuvo ajeno a todo.

-              Eso está bien, es una abogada conocida? –la sonrisa maliciosa que se extendió en el rostro de Alice hizo que Jasper sudara frio.

-              ÉL Dr. Ulley es muy bueno, para su joven edad es bastante conocido. Bella está feliz por haberlo conocido, estoy segura que el vínculo que se creó entre ellos seguirá fuerte por mucho tiempo. –Edward cuadro la mandíbula invadido por una rabia irracional. Quería romper todo lo que tenía a su alrededor y luego ir por el maldito y romperle la cara. El sonido de un teléfono lo distrajo por un momento. Se trataba del celular de Alice, aparentemente había recibido un mensaje.

-              Bueno chicos, los dejo. Bellita me espera para cenar. –informo sonriente, mas por la reacción de Edward que por el mensaje de su amiga.

-              Te llevo. –dijo Jasper mientras tomaba su chaqueta y las llaves.

-              Si quieres yo puedo hacerlo, de todas formas ya es algo tarde, debo volver.

-              Si, voy con Edward. Nos vemos mañana. –se despidió de Emmett con un beso en la mejilla y de Jasper con uno en los labios y un abrazo.

-              Luego te cuento. –le susurro cerca del oído.
Los dos chicos salieron a la calle y subieron al volvo plateado.

-              Debes indicarme dónde vives. –le dijo Edward al prender el auto. Alice le indico el camino más largo sin que llegara a levantar sospechas.

-              Puedo hablar libremente contigo Edward? –pregunto de repente.

-              Supongo que sí. –respondió algo inseguro el chico.

-              Lo que te trajo hasta aquí una tarde de miércoles, de casualidad se llama Isabela?

-              Así es su nombre completo? –pregunto algo fascinado por lo hermoso que sonaba.

-              Si, así es, pero a ella le gusta que la llamen Bella. Veo que no lo niegas. –Edward se dio cuenta en cuanto conoció a Alice que mentirle era algo inútil, la chica era realmente intuitiva, manipuladora y algo entrometida, una combinación que no era bueno tirarse encima.

-              Tiene algún sentido hacerlo?

-              No lo cierto es que no –se sorprendió de lo rápido que cedió el chico-. Tienes alguna intención con ella? –ahí comenzaba el ron amiga sobre protectora.

-              No entiendo a que te refieres?

-              Porque manejaste dos horas y media para verla?

-              Es algo difícil de explicar. Quiero saber como esta, pero no me basa con preguntar a Emmett, necesitaba verla y sacar mis propias conclusiones. Sé que algo le pasa, el dolor de sus ojos me lastima. Quiero protegerla, estar ahí para ella. Eliminar eso que la hace sufrir, ser el responsable de que sus ojos brillen. –Alice casi derrama una lágrima al oírlo. Como podía no decir lo que sentía, era tan puro, si eso no era amor, que mas podía ser?

-              Conozco a Bella desde el kínder y sus ojos siempre se han visto igual, no digo que no sea a raíz de un gran dolor, solo que no es algo que simplemente se olvide.

-              Que es lo que le pasa?

-              Lo siento pero a mí no me corresponde decírtelo, y te sugiero que tampoco lo preguntes. Si ella llega a confiar en ti te lo dirá cando se sienta preparada.

-              Cual fue la verdadera razón para que no fuera a casa el domingo?

-              Bella no se siente cómoda en reuniones como esa. –no podía decir más sin traicionar la confianza de su amiga.

-              Por eso es que se retiro a llorar?

-              Tú la seguiste ese día.

-              Quería saber que hacía, porque se apartaba de los demás.

-              Edward te puedo pedir algo? –su tono de voz no lo convencía mucho.

-              Qué cosa?

-              No trates de acercarte a ella hasta no estar seguro de cuáles son los sentimientos que te impulsan y sobre todo no la lastimes.

-              Sentimientos?

-              Piénsalo con la cabeza fría y lo entenderás –se mantuvieron en silencio unos minutos-. Aquí es. –dijo Alice señalando un edificio de unos ocho pisos.

-              Alice –la llamo antes de que bajara, la chica solo lo miro para que continuara-. Ella sale con ese abogado que mencionaste hoy?

-              No, ni siquiera son amigos. Trabajan juntos por un trabajo escolar.

-              Entonces porque mencionaste lo de su vinculo. –en el rostro de la chica se expandió una enorme sonrisa.

-              Solo quería ver tu ataque de celos. –bajo del auto sonriendo sin dar tiempo a que Edward reaccionara.
Celos? Se pregunto a sí mismo. No podía ser, porque si él celara a Bella, eso querría decir que siente algo por ella, algo más que una amistad, algo como el amor.

-              Pero yo no la amo. –dijo en voz alta. Aun, le corrigió una pequeña vocecita en su interior.
No puede ser, que tiene ella para que yo la ame? Sus hermosos ojos, esa voz de ángel, su tierna sonrisa, espíritu frágil, esos labios que llaman a besarlos a cada momento, esa piel que lise más suave que el terciopelo y frágil como una burbuja de cristal, su forma sencilla de vestir, su modestia, su personalidad soñadora o su forma de apreciar las cosas de cada día. Por dios, como habiéndola visto solo un par de horas pudo notar todo eso? La respuesta fue sencilla, no le quito los ojos de encima durante esas horas.
Debía reconocerlo, esa chica lo obsesionaba, lo consumía. Solo había una conclusión lógica, contaba con dos opciones, alejarse de ella y intentar, inútilmente, por todos los medios olvidarla o acercarse a ella y rogar porque, a pesar de no merecerlo, ella sienta lo mismo.
Haría lo que Alice le pidió, no se acercaría a ella hasta saber cuál sería su forma de proceder, de todas formas no sería difícil evitarla, o al menos eso creía.

Capítulo 5: Los Cullen Capítulo 7: Una extraña visita al hospital.

 
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