Enséñame a ser feliz.

Autor: Bellatrix_Black
Género: Drama
Fecha Creación: 03/08/2012
Fecha Actualización: 19/04/2013
Finalizado: NO
Votos: 13
Comentarios: 48
Visitas: 40296
Capítulos: 24

Bella y Edward se conocen en su último año de universidad. Él un aplicado estudiante de Harvard, ella una estudiante con honores de Yale que cargaba con un triste pasado.

Podrá ese atractivo chico de ojos esmeralda ayudarla a superar el pasado y enseñarla a vivir su presente?

 

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Capítulo 13: examenes y benditas vacaciones

Capitulo 12

Los exámenes comenzaron un lluvioso lunes ocho de diciembre. Cada prueba duraba tres horas, a la una salían a almorzar y apenas a las dos regresaban para el segundo raund. Luego la biblioteca se llenaba de nerviosos y cansados estudiantes.

Rápidamente los días comenzaban a pasar, la ansiedad, el insomnio y las largas estadías en la biblioteca hacían que las horas se convirtieran en minutos.

Bella estaba a un paso de la locura, era el último año de carrera y necesitaba tener buenas notas, para conseguir su propósito estaba durmiendo solo tres horas diarias y había llegado a considerar seriamente llevar un colchón inflable a la biblioteca y mudarse ahí por esas dos semanas.

Edward, al igual que todos los demás, se estaba tomando las cosas más tranquilo. Una vez terminaba los exámenes del día regresaba a su casa, repasaba algún tema complicado para las pruebas del día siguiente, cenaba con sus padres y Rosalie y se acostaba a dormir sus seis horas habituales.

La comunicación entre la nueva pareja era muy escasa, intercambiaban un par de mensajes durante el día y hablaban no más de cinco minutos por la noche. A decir verdad Edward estaba algo preocupado por su novia, Emmett le había hablado del estado de estrés en que se encontraba, pero no se animo a decir nada ya que Alice mantenía que eso era normal y que si ahora le preocupaba ni se imaginaba lo que podía llegar a ser en época de finales. Eso solo hizo que al cobrizo de le pusieran los pelos de punta.

Cuando el primer sábado llego nadie viajo a ningún sitio, todos se quedaron en sus casas estudiando, algunos, y descansando. El que más sufrió por eso fue Emmett que no aguantaba más de una semana sin ver a Rosalie. Edward y Bella prefirieron sufrir en silencio.

De todas formas el sábado por la tarde Bella llamo a su novio, le echaba muchísimo de menos y quería al menos escuchar su voz.

-              Hola cariño, sucede algo? –él se asombro al recibir una llamada de su novia, que se supone estaría todo el fin de semana memorizando a fondo sus libros.

-              Hola Eddy. Solo quería escuchar tu voz, te extraño tanto. –casi lo hace derretirse al otro lado del teléfono. Era tan raro que Bella expresara sus sentimientos tan abiertamente, y más aun a través de un aparatito.

-              Yo también te extraño pequeña. Esta semana se me ha hecho interminable. –se sintió culpable por haberse distanciado tanto debido a los exámenes.

-              Lamento tanto haberte prestado tan poca atención estos días, soy una novia terrible.

-              No digas eso tonta. Entiendo que estas bajo mucha presión y qué clase de novio seria si no te apoyara?

-              Eres el mejor novio de todos, el más tierno, comprensivo y cariñoso. Debería contratar a alguien para que te cuide, eres buen partido para todas. –divago un poco.

-              No confías en mí? –se sintió ofendido y herido al pensarlo.

-              Soy capaz de confiarte mi vida sin pensarlo, pero sé que debe haber alguna que otra oportunista queriendo meterse con lo que me pertenece. –explico en pleno ataque de celos. Esa era la faceta de Bella que a Edward más le gustaba, la posesiva.

-              Que te hace pensar que soy tuyo?

-              Oh Edward Cullen no juegues conmigo si no quieres terminar encerrado en un sótano oscuro.

-              Créeme cariño, si tu estas ahí no opondré ninguna resistencia. –los dos sonrieron como tontos.

-              Creo que tu imaginación está volando demasiado lejos, mejor cuéntame cómo te fue esta semana. –efectivamente Edward ya se estaba imaginando con Bella en una habitación oscura iluminada solo por un par de velas y cuyo único mueble era una cama con sabanas de seda. Debería darse una ducha bien fría cuando terminara de hablar.

-              Creo que hasta ahora me ha ido bien en todas las prueba, no tengo tanta presión como tú ya que a mi aun me queda un año de carrera sin contar las practicas. Igual lo más difícil aun no llega. Solo espero que me vaya bien para poder estar a la altura de mi hermosa novia.

-              Según Emmett eres todo un traga libros, así que no dudo que te vaya mucho mejor que a mí.

-              No le hagas caso a mi hermano, a su lado un niño de kínder es traga libros. –Bella rio, para deleite de Edward, de la absurda comparación.

-              No seas malo, va a la biblioteca conmigo casi todos los días, soy testigo de sus horas de estudio.

-              Sabes que nunca dudaría de tu palabra cariño. Porque no dejamos de hablar de mi hermano y me cuentas como van tus nervios.

-              Mucho mejor. En mi caso lo peor si ha pasado, me siento más preparada para los siguientes e incluso tengo la tarde del martes y jueves libre al igual que el sábado.

-              Eso es fantástico cariño. Yo comienzo con mis vacaciones el viernes a mediodía.

-              Dos semanas sin universidad, eso me vendrá bien.

-              Pienso tenerte a mi lado todo lo que pueda señorita, así deba secuestrarla.

-              Oye la secuestradora era yo, no robes mi trabajo. –Edward se rio por la falsa voz de enfado de su novio.

-              Te quiero tanto princesa.

-              Como yo a ti Eddy.

-              Como te quiero mujer que hasta disfruto cuando me llamas por ese estúpido apodo. –Bella sonrió como tonta al escuchar su extraña confesión.

-              Gracias Edward.

-              Porque princesa?

-              Por quererme. Desde que te conozco me siento viva, siento que por fin hay alguien que estará a mi lado por tiempo indeterminado y sé que gracias a ti nunca volveré a sentirme sola. –este tipo de confesiones la hacían sentir vulnerable pero ya había decidido que si quería que su relación con Edward funcionara debía abrir su corazón.

-              No tienes nada que agradecerme cariño. En todo caso debería ser yo quien lo hiciera, me encontré a la mujer más cariñosa, inteligente, hermosa, divertida y comprensiva solo por casualidad. Créeme que nunca he hecho nada para merecerte pero ahora que estas a mi lado no dejare que te me escapes jamás.

-              Como quisiera tenerte entre mis brazos ahora.

-              Te entiendo pequeña, solo debemos esperar un poco más.

-              Una semana. –dijo melancólica.

-              Y luego me tendrás por dos semanas, enterito para ti.

-              Eso suena tentador.

-              Para cuando debas regresar a clases te abras aburrió de tanto ver mi cara.

-              Eso no pasara nunca, tu cara es la cosa más hermosa que jamás haya visto, no me cansaría de admirarte.

-              Oh señorita Swan, es toda una aduladora. Si continua así hará que me ruborice. –los dos rieron de la falsa voz de vergüenza que uso Edward.

-              Ambos sabemos que a tu ego le encanta.

-              Estas queriendo decirme algo?

-              Si, engreído.

-              Esto tendrá graves consecuencias para ti cariño, no lo olvides.

-              Me ha dejado temblando señor Cullen. –dijo entre risas.

-              Me encanta cuando eres tan tú misma conmigo.

-              Es porque confió en tu Edward, además de que quiero que lo nuestro funcione.

-              Funcionara pequeña, te lo juro.

-              Creo que debo regresar a mis estudios, tus padres no querrán que tengas una novia burra.

-              No te preocupes por ellos, yo te querré por todos.

-              Te creo cariño, pero de todas formas volveré a estudiar.

-              Está bien linda, no te exijas mucho.

-              Lo intentare. Cuídate y no estés preocupado por las pruebas que aun te faltan, se que tu puedes con eso. Mi novio nunca me decepcionaría.

-              Te quiero mucho, gracias por confiar en mí.

-              De nada. También te quiero.
Así terminaron la llamada, Bella regreso a sus estudios y Edward tomo sus libros, no podía decepcionarla, debía hacer que ella se sintiera orgullosa de ser su novia.
El resto del fin de semana transcurrió tranquilo, el domingo Bella volvió a llamarlo y hablaron cerca de una hora. Comentaron trivialidades, se hicieron bromas, intercambiaron palabras de cariño y ella hizo algunas preguntas sobre sus gustos, la verdad es que a pesar de los exámenes ya estaba pensando en los regalos de navidad y no tenía idea de que darle.
Con el comienzo del lunes los exámenes regresaron, con ellos la tención, nerviosismo, apuros y extenuantes horas de estudio. Más allá de todo eso el comienzo de las vacaciones se veía cercano y eso los tenía a todos algo eufóricos, incluso a Bella que por primer vez en su vida deseaba la llegada de esos tan ansiados días de descanso.
En un abrir y cerrar de ojos estaban el miércoles llego y casi de inmediato fue acompañada por el viernes.
Bella salía de su último examen cuando fue prácticamente atropellada por Yesica y una de sus tontas amigas.

-              Me acaba de avisa. Esta parado en un auto en la puerta delantera, dice que tiene un cuerpazo de muerte y que todas lo están comiendo con la mirada. –escucho decir a la rubia cuando pasaba por su lado. De seguro iría a acosar a alguien. Pobre chico, pensó Bella.
Camino tranquila mente hacia la puerta, quería llegar a su casa y tomar una relajante ducha. Se sentía como si acabara de quitarse una mochila que pesaba al menos cincuenta quilos.
Al salir de la universidad vio a todas la estudiantes pululando alrededor de un auto plateado, rodo los ojos y siguió con su camino. Eran tan tontas esas niñas.
Llamaría a Edward en cuanto llegara para saber cómo le fue en su último examen, ayer le había comentado que esa materia lo tenía algo nervioso. De repente sintió un par de manos que la tomaban de los hombros y obligaban a girarse.

-              Emmett ya ter… -se quedo con la palabra en la boca cuando vio ese par de ojos verdes brillantes y la sonrisa de lado.

-              Edward! –se libero de su agarre y se lanzo a su cuello, él la sostuvo por la cintura haciendo que sus caras quedaran a la misma altura. Se besaron de forma necesitada y poco adecuada teniendo en cuenta que estaban en mitad de la vereda.

-              Tratare de sorprenderte más seguido. –dijo jadeando cuando se vieron obligados a separarse por la falta de aire. Bella solo rio como tonta y se abrazo a él con todas sus fuerzas. Lo había extrañado tanto que casi dolía.

-              Puedes sorprenderme cuando quieras. –dijo al fin a su oído.
Edward la dejo nuevamente sobre sus pies, la miro de pies a cabeza, se veía hermosa con sus jeans gastados, zapatillas converse, sudadera tipo canguro, campera sin abrochar y su pelo anudado en un improvisado moño sujeto con una birome.

-              Te vez hermosa. –le dio un casto beso y se separo un poco, manteniendo sus manos entrelazadas.

-              Mentiroso, estoy horrible –se soltó el pelo en un intento de mejorar su desalineada apariencia-. Deja de intentar adularme y dime como te fue en tu última prueba, me has tenido preocupada todo el día.

-              Te dije que no te preocuparas por mi –regaño cariñosamente-. Creo que podre aprobar, no con la mejor de las notas pero tendré que conformarme.

-              Estoy segura que exageras y te fue mucho mejor de lo que dices. –le encantaba que ella depositara todo su confianza en el ciega y desinteresadamente.

-              Hermano! –se giraron al escuchar la estruendosa voz de Emmett que venía acompañado de Jasper y Alice, con ese abrupto grito que pincho su burbuja fueron capaces de percatarse que todos los estudiante, e incluso algunas alumnos, los miraban incrédulos.

-              Hola Em, como te fue en los exámenes? –Edward saludo a su hermano y amigos.

-              La pregunta ofende Eddy.

-              Así que eras tú el sex simbol que tenía como locas a todas estas tontas? –pregunto Alice mirando a su alrededor maliciosamente.

-              Sex simbol? –pregunto él incrédulo mirando a Alice y Bella de forma intercalada. Luego esbozo su sonrisa mas picara, miro a todos los cotillas a su alrededor y volvió a centrarse en Bella.

-              Cambia esa cara Edward Cullen o me encargare de que la cambies. –lo miro con ojos entrecerrados y sonrisa maliciosa.

-              Muy interesante el sticker que le has puesto al auto. –comento Jasper haciendo que todos nos giráramos a mirar el volvo. En el oscuro vidrio de la puerta trasera, que normalmente estaba pulcro y brilloso, ahora había una calcomanía que rezaba: “I ♥ Harvard”

-              Te gusta? Lo he comprado hoy. –sonrió abiertamente.

-              Solo te falta uno que diga: “Bella es mía”. –comento Alice.

-              Para algo estoy aquí. –atrajo aun mas a su castaña por la cintura.

-              Creí que era porque me extrañabas y querías verme. –dijo con falso enfado.

-              Tu eres la razón principal cariño.

-              Eso espero, porque no soy ningún árbol en el cual debas marcar territorio.

-              Claro que no, eres el fruto del árbol más especial, hermoso y único, un fruto dulce, tierno y sabroso. –Bella no pudo seguir fingiendo estar enojada, sonrió como tonta, le dio un corto beso en los labios y se abrazo a él.

-              Tienes un don para arreglar las metidas de pata, podrías darme un par de tips. –pidió Jasper entretenido con la escena.

-              Que metidas de pata pinzas mandarte Jasper Hele?!

-              Ninguna cariño, tú sabes que yo soy perfecto cuando te tengo a mi lado.

-              Te las arreglas bastante bien solito, creo que el único que necesita ayuda aquí soy yo. –comento Emmett.

-              Que les parece si hacemos una cena para festejar el comienzo de las vacaciones? –todos miraron a Bella como si acabara de salirte un tercer ojo.

-              Bella Swan organizando una reunión social? Oh Dios, el apocalipsis ha llegado! –grito Alice de forma teatral haciendo que los chicos rieran y Bella se pusiera bordó.

-              Era solo una idea, no es para hacer tanta bulla.

-              Lo siento hermanita, pero debo ir a buscar a mi Rose. –se excuso Emmett.

-              Dile que venga, si pasan la noche en el apartamento tendrán más privacidad, sabes de que hablo.

-              Bella es de mi hermana menor de quien hablas. –le advirtió Jasper.

-              Por eso eres mi hermanita –dijo orgulloso el grandulón mientras le alborotaba el pelo con una de sus manotas-. Voy a llamar a mi osita a ver qué opina.

-              No tendrías que ir a ver a mama? –pregunto Edward sabedor de lo triste que estaba su madre por pasar dos semanas enteras sin ver a uno de sus hijos.

-              A mama no le molestara que me quede un día más si Bellita va con nosotros mañana. –los dos hermanos miraron a la aludida expectantes.

-              Pero ella no me ha invitado, no esperara a tanta gente a comer.

-              No te preocupes, me espera a mí y me iré a pasar el día con Alice, te sedo mi lugar. –intervino Jasper sonriendo maliciosamente, era su venganza por lo que acababa de decir de su hermana.

-              En ese caso no hay problema. –dijo sonriendo para sorpresa de todos. Edward quedo feliz al ver que ir a su casa no le representaba un esfuerzo desagradable.
Se pusieron de acuerdo en que Emmett llamaría a Rosalie, Alice y Jasper irían a alquilar un par de películas y Edward y Bella, aprovechando que él estaba en auto, se encargarían de las compras. Cuando Bella subió al auto vio a Jesica aun cotilleando con sus amigas siguiendo cada uno de los movimientos de su novio, la sangre le hirvió en sus venas y si no fuera porque Edward le dio un amoroso beso antes de cerrar su puerta habría ido a arrancarle todos esos pelos teñidos solo por atreverse a mirar a SU novio de esa forma tan descarada.
Compraron lo necesario para preparar carne al horno con patatas, algunas botellas de vino, palomitas para microondas y helado de chocolate de postre. Emmett llamo cuando se encontraban en el supermercado para avisar que Rosalie ya estaba en camino  y que ya había hablado con Esme.
El viaje de regreso duro menos de diez minutos. Cuando estacionaron frente al edificio de las chicas Bella pensó que Edward bajaría rápidamente para abrir su puerta, como siempre lo hacía. Lo miro extrañada.

-              Tengo un regalo para ti, para que me recuerdes los días que no podemos vernos. Pero temo que no sea de tu agrado. –se estrujaba las manos claramente preocupado.

-              Porque no me lo muestras? Así saldremos de dudas. –tomó sus manos entre las suyas en un intento de tranquilizarlo.

-              Es que es algo usado, algo mío. Me parecía una buena idea, pero ahora… tal vez no lo sea.

-              Cada vez me gusta más ese regalo. Como ya has decidido que sea mío merezco que me lo des. –intento persuadirlo poniendo su mejor cara de niña buena.

-              Tú lo has pedido. –soltó la mano derecha de su agarre y la estiro al asiento trasero, cuando su mano volvió a aparecer traía una bolsa de papel marrón en ella. Se la entrego a Bella, ella se apresuro a abrirla y quedo sorprendida al encontrarse una remera de Harvard dentro, un talle demasiado grande para ella, pero no para Edward.

-              Una remera? –era lo último que se esperaba.

-              La compre en mi primer año, a veces aun la uso para dormir. –explico algo sonrojado.
Bella la acerco a su rostro, tenía olor a Edward, su olor favorito. Se abrazo a la prenda.

-              Es el mejor regalo que me han hecho. –Edward le creyó al verla sonreír de oreja a oreja y le sonrío en respuesta.

-              No sabes lo feliz que me haces cariño. –se abrazo a ella dejando la remera atrapada entre ambos cuerpos.

-              Porque pensaste que no me gustaría?

-              Bueno… es de Harvard, eres de Yale. Ya sabes cómo es la rivalidad entre escuelas.

-              Eso es para las personas que quieren su universidad más que a nada, yo solo te quiero a ti. –la sonrisa de su rostro no se borraría nunca después de escuchar esas palabras.

-              Te quiero tanto Bella. –volvió a abrazarla con todas sus fuerzas.

-              Como yo a ti Eddy. –sonrío por el apodo.

-              Por favor prométeme no llamarme así delante de Emmett. –no podía regañar a Bella por llamarlo de cualquier forma, solo le quedaba intentar que su hermano no se burlara aun mas de él.

-              Si te molesta puedo llamarte por tu nombre o solo Ed. –propuso inocentemente.

-              Nada que tú hagas puede molestarme cariño.

-              De todas formas te llamare así solo en privada.
Se dieron un último beso antes de bajar del auto. Edward cargo todas las bolsas dejando a bella solo la que tenía su regalo, porque ella se empeño en llevarla. Fueron besándose en el ascensor, eran las últimas muestras de cariño tan desinhibidos que tendrían por al menos unas horas.
cuando entraron al apartamento se encontraron con Alice y Emmett discutiendo en el living mientras Jasper trataba de tranquilizarlos.

-              Por fin. –dijo el rubio soltando un gran suspiro cuando vio a los chicos. Edward prefirió ignorarlos para que no arruinaran su buen humor, fue directo a la cocina.

-              Qué pasa? –pregunto Bella mientras miraba a Edward alejarse.

-              Alice eligió una película pésima y nos quiere obligar a verla.

-              Es su turno Em, ella eligió algo que le gusta igual que tú en tus días.

-              Pero Bellita, trajo una tontería romántica de esas que hacen llorar a las chicas y dormir a los chicos.

-              No es una tontería romántica, es una hermosa película que te gustaría si no tuvieras el corazón igual de sensible que un oso. –se defendió Alice.

-              Alice no estás ayudando. –la freno Jas.

-              De qué película están hablando? –pregunto Edward que se encontraba recostado sobre el marco de la puerta de la cocina.

-              P.D.: te amo. –respondió Alice con ojos soñadores. Bella se acerco a Emmett y lo cincho un poco haciendo que se agachara para poder hablarle al oído.

-              Dicen que las mujeres sensibles son insaciables. –lo dijo bajo para que solo él la escuchara. De inmediato se dibujo una sonrisa en el rostro del chico. No era una persona difícil de convencer.

-              Por eso es que te quiero tanto. –la tomo entre sus brazos para darle uno de sus clásicos abrazos de oso.

-              Bella. –advirtió Jasper.

-              Pon algo de música Jas. –pidió con su cara de niña buena. Mientras caminaba hacia Edward giño un ojo a Alice de pasada.

-              Que fue todo eso? –pregunto el cobrizo que no dejaba de asombrarse por la forma de ser de su novia.

-              Solo algo de percusión –esbozo la mas picara de sus sonrisas-. Te molesta si te dejo solo por cinco minutos mientras me doy una ducha?

-              No podre evitar extrañarte pero esperare expectante.

-              No serán más de cinco minutos. –le dio un corto beso en los labios antes de ir a su habitación.

-              Que compraron para la cena? –pregunto Jasper a Edward.

-              Carne al horno con patatas.

-              Qué bien, la carne al horno de Bella es la mejor que he probado. –dijo el rubio mientras se pasaba la mano por la panza.

-              Esme preocupándose por su alimentación y ustedes aquí dándose la gran vida. –dijo con sarcasmo mientras se acomodaba en uno de los sillones junto con Alice y Jasper ya que Emmett estaba echado ocupando todo el otro.

-              No sabes lo que fue antes de hacernos amigos de Bella, comíamos en McDonald’s todos los días. –comento Emmett.

-              Por algo fue ahí donde nos conocimos. –agrego Jasper.

-              Disculpa? Nos conocimos el primer día de clases. Aparecieron los dos con cara de antisociales preguntando cómo llegar a la librería. –le recordó Alice ofendida a su novio.

-              Lo recuerdo Al, pero ese día estábamos a la defensiva. Todas esas chicas tontas nos veían como el juguetito nuevo y decían tonterías cuando pasábamos a su lado.

-              Entonces las vimos a ustedes dos hablando tranquilamente sentadas bajo un árbol alejadas de todo el alboroto y nos dijimos es a ellas.

-              Y cuando te hable de otra que quedaba a solo siete cuadras casi me ladras. –los interrumpió Bella apareciendo por el pasillo. Con el cabello suelto aun mojado, un pantalón deportivo negro que se ajustaba a su figura, una remera de manga larga violeta y sus infaltables converse se veía realmente hermosa, o al menos eso pensó Edward.
Bella se acerco al sillón en que Emmett se encontraba y con una seña le pidió que le hiciera espacio. Se sentó a su lado recostando la espalda al posa brazo para poder ver a los demás.

-              No fue mi intención ladrarte Belli, es solo que tú me mandaste caminar más de medio quilómetro por algo que podía comprar a tan solo treinta metros. –le saco la lengua en respuesta.

-              Que les parece si comenzamos con la comida? –propuso Jasper. Ya eran casi las siete, su hermana no demoraría mucho en llegar.

-              Todos ayudan? –pregunto Edward, aun no sabía cómo acostumbraban a hacer las cosas entre ellos.

-              Si quieres que Bella te deje comer tienes que ayudar. –respondió Al.
Se dividieron el trabajo de forma que todos ayudaron en la preparación de la cena. Rosalie no demoro mucho en llegar, saludo a todos y ayudo con el trabajo mientras contaba cómo le fue en sus exámenes y lo feliz que estaba por esas dos semanas de vacaciones.
Eran pasadas nueve y media cuando se sentaron a la mesa, comieron entre risas contando anécdotas de cuando eran niños y algunos momentos vergonzosos. Luego de comer el postre y recoger la mesa se acomodaron en el living para ver la película que Alice había escogido, hicieron tres potes de palomitas y se lo repartieron. Las chicas comenzaron a lagrimear cuando solo habían pasado diez minutos de película, los chicos rodaron los ojos y se limitaron a observar sin hacer comentarios.
Una vez termino la película eran casi la una y todos estaban demasiado cansados por haber madrugado esa mañana.

-              Porque no te quedas a dormir conmigo? –pregunto Bella a Edward cuando todos comenzaban a despedirse.

-              En el sofá? –la propuesta lo tomo por sorpresa.

-              Bueno yo estaba pensando en mi cama, pero si prefieres el sofá está bien.

-              Tu cama? –trago pesado- Claro, me encantaría.
Bella pregunto a Alice si estaba de acuerdo, después de shock inicial le dijo que no había problema. Se despidieron de todos y se dirigieron a la habitación de Bella. en el living todos quedaron con ojos como platos.
Bella dejo a un muy nervioso e inquieto Edward mientras se fue a cambiar al baño, salió con un short de micro fibra que le tapaba hasta la mitad del muslo y la remera que Edward acababa de obsequiarle, le quedaba incluso  más larga que el short. Edward volvió a tragar, era la imagen más sexy que había visto en su vida.

-              Vas a dormir vestido?

-              He… descalzo? –se sentía un adolescente inexperto.

-              Dormir de jean el incomodo. Nunca he visto a un hombre en ropa interior, dudo que sea traumático. –mientras hablaba abrió la cama y se sentó a esperarlo en posición de indio. Edward volvió a tragar y lentamente comenzó a desabrochar su cinto para seguir con los botones del pantalón, le recordó cuando era niño y Esme lo llevaba a la doctora. Sus pensamientos se cortaron cuando un par de manos cálidas detuvieron las suyas.
Levanto la vista para enconarla a ella parada justo delante observándolo directamente a los ojos.

-              Que haces? –pregunto nervioso, su autocontrol estaba evaporándose como agua hervida.

-              Shh.
Aun sujetando sus manos lo condujo a la cama, lo hizo sentar en el borde, se arrodillo delante de él. Desato las agujetas de sus zapatillas y las saco, hizo lo mismo con las medias. Lo volvió a poner de pie para terminar de desabrochar su pantalón, lo dejo deslizarse por sus piernas hasta llegar al piso, volvió a agacharse para levantar el pantalón. Por último desabrocho la camisa a cuadros.
Lo dejo solo con un bóxer negro que hacia resaltar sus atributos y una remera lisa blanca que se ajustaba a su torso.

-              Ahora si podemos acostarnos. –cuando hablo su voz estaba agitada por la excitación que sentía, sorprendiéndolos a ambos.

-              Bella… -puso un dedo sobre sus labios para detener lo que fuera a decir.

-              No digas nada Edward. –lo condujo a la cama. Se acostaron de costado mirándose a los ojos.

-              Tengo veintidós años. Hasta que te conocí jamás había dado un beso o visto a un chico como lo hago contigo –comenzó a explicar lo que venía dando vueltas en su cabeza desde el día de la cita-. No tengo ninguna experiencia pero mis hormonas están ahí, desde que mi adolescencia comenzó han intentado llamar mi atención pero siempre he podido controlarlas. Desde que te conocí perdí todo ese control, se han apoderado de mis sueños y ya no puedo casi pensar en ti sin visualizar tus labios e imaginarlos en contacto con mi piel. Lo peor es que entiendo que nos conocemos hace muy poco tiempo y que aun no es tiempo de entregarnos el uno al otro de esa forma, pero mi lado racional está perdiendo la lucha y por más que me lo repita no puedo evitar desearte.
Edward no supo que decir, solo se quedo observando sus grades y expresivos ojos. Él también la deseaba y saberse correspondido lo hacía inmensamente feliz.

-              Tienes razón, aun no es momento de que hagamos el amor, será un momento mucho mas romántico y único cuando llegue –se acerco a ella hasta que sus cuerpos quedaron pegados-. Se me ocurre una forma de ayudarte y que de paso me ayudes, solo necesito saber si confías en mí. –el contacto visual nunca se interrumpió.
Confiaba en él?

-              Si. –su voz fue firme y segura.
Edward la beso con pasión, haciendo que sus lenguas danzaran de forma insaciable. Cuando el aire comenzó a faltarles dirigió sus labios a su cuello haciéndola gemir. Bella estaba siéndose tan excitada que no sabía cómo controlarse, así que decidió no hacerlo.
Llevo las manos a la espalda de Edward y lo atrajo más a su cuerpo haciendo que cada centímetro de sus cuerpos estuviese en contacto. Él comenzó a deslizar la mano derecha por su cuerpo hasta encontrarse con el final de su remera, la introdujo debajo de la tela para sentir el cálido contacto de su piel. Las yemas de sus dedos subieron lentamente, Bella arqueo su espalda ante el contacto. Siguió subiendo hasta encontrarse con sus pechos, gruño al darse cuenta que no llevaba sujetador, envolvió uno de los senos en su mano mientras pellizcaba su pezón haciéndola gemir ruidosamente.

-              Porque… me torturas… si no podrás… llegar hasta… el final? –dijo entrecortada entre gemidos.

-              Es un viaje de reconocimiento cariño. Estamos explorando. –le explico también algo agitado.

-              Estamos? –o sea que los dos podían jugar? El asintió.
Bella se separo un poco y directamente se deshizo de la remera de Edward haciendo que el sonriera y copiara su acción. Comenzaron a explorarse, cada milímetro del pecho, espalda y brazos del otro. La excitación crecía y los gemidos y gruñidos  se apoderaron de la habitación.
Todo estaba bajo control hasta que Bella bajo la vista y se encontró con un enorme bulto en el bóxer de su novio. Se separo un poco de él para indicarle que debía acostarse boca arriba. Beso su cuello y desde ahí comenzó a bajar dejando un camino de húmedos besos a su paso, cuando se encontró con la tela de la única prenda que llevaba puesta, la tomo con ambas manos y comenzó a deslizarla hacia abajo ante la incrédula mirada de Edward.
Observo esa parte de anatomía que hasta ahora solo había visto en irreales dibujos en sus libros de estudio. Con algo de miedo lo tomo entre sus manos y comenzó a masajear de arriba abajo con movimientos constantes. No estaba segura de lo que hacía hasta que el gemido de Edward le indico que realizaba un buen trabajo, siguió con su trabajo hasta que su novio la detuvo.

-              Creo que estamos en desventaja. –dijo mientras la acostaba a ella y le daba un apasionado beso que la dejo sin aliento. Comenzó a bajar hasta llegar a su intimidad y se dedico a darle placer tal como ella lo había hecho.
Bella sintió un extraño hormigueo que se apoderaba de su bajo vientre y quería más. Estiro su mano y volvió a tomar el miembro de Edward, este no dijo nada ya que había notado como las paredes internas de la chica comenzaban a contraerse.
Un par de minutos después los dos llegaron a la cima del placer. Se acostaron boca arriba en la cama de Bella en un intento de recuperar el aliento. Se sentían exhaustos.
Cuando recupero el aliento Edward se enderezo para volver a ponerse su bóxer, debía evitar tentaciones y posibles accidentes. Bella lo imito poniéndose sus bragas.

-              Como te sientes? –le pregunto el chico mientras se acostaba a su lado, arropándolos a ambos y abrazándose a ella fuertemente.

-              Exhausta. –respondió  con un suspiro pero aun sonriendo.

-              Eso es todo.

-              Esperas que te diga que me encanto y que espero impaciente el próximo viaje de reconocimiento? –Edward la miro alzando una ceja, era posible que no le haya gustado- Quieres quedarte a dormir todos los días? –pregunto Bella con cara picara haciendo que su novio se relajara.

-              Eso quiere decir que te gusto?

-              Oh Eddy fue… nunca me había sentido tan… ni puedo explicarlo, fue como llegar al cielo y quedarme flotando sobre una nube. Nunca había sentido algo tan fuerte, ni tan cerca de una persona. Quiere que me lleves a ese lugar siempre. –Edward sonrió con su ego por el techo.

-              No sabes lo que se siente saber que son mis caricias lo que te hacen sentir de esa forma. Es como si yo te perteneciera y tu a mí.

-              Si Eddy te perteneceré por siempre! Soy tuya, has conmigo lo que quieras. –escucharla pronunciar esa palabras lo volvió a excitar provocando que el juego volviera a comenzar.

A la mañana siguiente Bella despertó antes de que la alarma sonara.
Los recuerdos de la noche pasada la asaltaron haciéndola abrir los ojos abruptamente. Edward aun estaba ahí sosteniéndola por la cintura con fuerza, como si temiera que escapara o algo peor. Se quedo observándolo sin moverse, se veía tan tranquilo con una bonita sonrisa en los labios y el rostro completamente relajado. No se aguanto y muy lentamente se acerco a su rostro para dejar un dulce beso en sus labios. Luego se separo igual de lento para no despertarlo.

-              Quiero que me despiertes así todos los días de mi vida. –su sonrisa se ensancho y mantuvo los ojos cerrados.

-              No quería despertarte, aun. –Edward llevo su mano a la mejilla de ella para acariciarla.

-              De todas formas debemos levantarnos, alguien tiene que encargarse de que Rosalie y Emmett salgan de la habitación.

-              Creo que Jasper se las arreglara bien con ese trabajo. –los dos sonrieron.
Bella se levanto a bañarse mientras Edward aprovechaba para quedarse unos minutos más en la cama. Cuando ella salió, con el pelo casi seco y completamente vestida, él estaba terminando de ponerse sus pantalones.
Mientras preparaban el desayuno les llego un mensaje de Emmett avisando que también comerían ahí con la excusa de luego salir todos juntos. Alice salió de su habitación a las nueve, se sintió muy feliz por su amiga cuando la vio en la cocina junto a Edward sonriendo y con ese brillo en sus ojos.
los chicos y Rose llegaron alrededor de nueve y media, desayunaron los seis, aun algo dormidos y luego partieron Alice y Jasper a su fin de semana romántico y el resto a casa de los Cullen.
Bella y Edward fueron en el volvo mientras Rosalie y Emmett en el BMW de ella. llegaron a su destino casi a la una.
Esme y Carlisle se mostraron muy contentos de ver a Bella. le preguntaron por sus exámenes y como se había comportado su hijo en esas dos semanas. Ella respondió a sus preguntas sonriendo. Comieron un delicioso pastel que Esme había preparado. Rosalie y Bella se ofrecieron a lavar los platos por lo que sus novios desaparecieron rápidamente.

-              Esto… Rosalie yo quería hacerte una pregunta. –dijo nerviosa Bella mientras le pasaba un plato para secar.

-              Dime Bella. –aun era un poco incomoda la relación entre ellas, las dos querían mantener una amistad pero no sabían cómo establecerla.

-              Ya has comprado los regalos de navidad? –la pregunta tomo por sorpresa a la rubia.

-              No en realidad, con los exámenes no he tenido tiempo.

-              Te molesta si te acompaño cuando vayas de compras. No tengo idea de que comprar, por lo general solo hago obsequios a Alice y ella directamente me dice que quiere. Pensé en pedir ayuda a Alice pero ella solo me tendría todo el día en el centro comercial recorriendo tiendas conocidas y a mí me gustaría algo más personal, entiendes?

-              Claro, no hay problema. Podemos ir cuando terminemos con esto si quieres. Le decimos a los chicos que tendremos tarde de chicas y listo. –la rubia sonrió ante la inocencia de su compañera.

-              En serio?! Eso es fantástico, a Edward no le va a gustar pero ni modo. –se sonrieron una a la otra y continuaron con el trabajo.
Y eso hicieron. Cuando terminaron de lavar fueron a buscar a sus novios que se encontraban ocultos en la sala de juego. Les dijeron que tendrían una salida de chicas al centro comercial a la cual no estaban invitas. Emmett estaba acostumbrado a ese tipo de salidas, además de que odiaba ir a cargar las bolsas, así que simplemente se despidió con un hasta pronto y regreso su atención a la consola. Edward por su parte trato de convencer a vela que se quedara con él o al menos lo dejara acompañarlas pero, con la ayuda de Rosalie, se mantuvo firme en que la salida seria solo para chicas.
Salieron en el convertible de Rosalie directamente al centro de Boston. Llegaron al mall media hora después. El estacionamiento estaba atestado igual que el interior, faltando solo cuatro días para navidad había demasiada gente haciendo compras.
Rosalie ya tenía una idea de que le regalaría a cada uno, Bella en cambio estaba completamente en blanco. Comenzaron su recorrido mirando tiendas. Encontró un libro de la guerra civil acompañado de un DVD con fotos tomadas en la batalla, para Emmett compro un volante para Xbox y un juego que según rose le gustaría, para Alice un par un brazalete con un dije en forma de corazón en el que hizo grabar “la mejor hermana del mundo”. Mientras estaba en la joyería aprovecho un momento en que Rosalie se escuro para ir al baño para comprarle una bonita gargantilla con un dije con forma de mariposa, no era algo ostentoso sino mas bien delicado y que creía que a ella le gustaría. Cuando Rosalie regreso siguieron su camino, faltaban los regalos más difíciles, algo para Carlisle y Esme en agradecimiento por la forma en que se han comportado con ella y el obsequio de Edward. Se decidió por regara a sus suegros una fotografía de sus hijos en un bonito marco, la foto se la facilito su compañera y era del año anterior cuando los chicos aun asistían a la misma universidad, acordaron que el regalo seria por parte de las dos ya que ambas tenían mucho que agradecer, en especial a Esme.
Por último se decidió en comprar a Edward un reloj de pulsera con un grabado. Desearía haber encontrado algo más personal pero aun lo conocía muy poco y no sabía tanto de sus gustos.
Rosalie por su parte compro una camisa a Jasper, un par de zapatos de tacón a Alice, un CD a Edward, una billetera de cuero a su padre, un perfume a su madre, los Sres. Hele llegaban el lunes para pasar las fiestas con sus hijos, una remera y un jean a Emmett y por ultimo una bonita blusa azul y un atrevido body para Bella, esto último lo adquirió cuando dijo ir al baño.
Cuando ya tenían todos los obsequios resueltos fueron por un café y pastelillos a la cafetería. Comenzaron una charla sobre trivialidades que poco a poco fue haciéndose más personal. Rosalie le conto sobre sus problemas para confiar en la gente y que tenía ciertos prejuicios cuando la conoció, pero que al saber más de ella supo lo equivocada que estaba y se arrepentía de haberla juzgado tal mal. Bella le aseguro que no debía sentirse culpable, en su lugar tal vez abría actuado igual por lo que no tenia de que disculparse. Las dos sabían que ese era el comienzo de una amistad.

Capítulo 12: Mi novia Capítulo 14: Llamada perdida

 
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