Enséñame a ser feliz.

Autor: Bellatrix_Black
Género: Drama
Fecha Creación: 03/08/2012
Fecha Actualización: 19/04/2013
Finalizado: NO
Votos: 13
Comentarios: 48
Visitas: 40302
Capítulos: 24

Bella y Edward se conocen en su último año de universidad. Él un aplicado estudiante de Harvard, ella una estudiante con honores de Yale que cargaba con un triste pasado.

Podrá ese atractivo chico de ojos esmeralda ayudarla a superar el pasado y enseñarla a vivir su presente?

 

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Capítulo 12: Mi novia

Capitulo 11

Bella se sentía en las nubes mientras subía las escaleras a su apartamento. Fue sin duda la mejor noche de su vida, todo lo que había hecho Edward por ella, preparo una de sus películas favoritas en un autocine solo para ellos y la llevo al restaurante más perfecto y romántico que jamás había visto, eso sin contar los besos, caricias y su presencia. Lo quería más de lo que se atrevía admitir y mucho más de lo que podía confesar.

Cuando entro al apartamento las luces aun continuaban encendidas dejando ver a una ansiosa Alice sentada en uno de los sillones, tapada con frazada y un gran tazón de palomitas en sus manos mientras no prestaba nada de atención a la película que tenía delante.

-              Oh Bella ya me estabas preocupando! –dijo con un tono de voz exagerado.

-              No es para tanto Al, apenas es media noche.

-              Tú nunca llegas tan tarde!

-              Nunca he tenido novio tampoco, supongo que estoy en una etapa de cosas nuevas. –respondió con tono burlón.

-              No me tomes el pelo Isabela Sw… acabas de usar la palabra “novio”? –pregunto incrédula.

-              Si, acaba de pedírmelo. –la sonrisa tonta en el rostro de Bella se hizo aun mas grande.

-              Ah! –se sobresalto por culpa del agudo chillido- No puedo creerlo! Bueno en realidad si puedo, lo sabia son perfectos el uno para el otro y se ven tan tiernos. Es que nada mas mírate, nunca antes te habías visto tan sonriente. Esto hay que celebrarlo. Sí, hay que celebrar! Champagne, necesitamos champagne!

-              Alice cálmate! Respira por favor, me estas asustando. –no podía ser sano que una persona dijera tantas palabras en tan solo unos segundos.

-              Cuéntamelo todo ya! –le relato la velada, guardándose algunos momentos que fueron demasiado íntimos y hasta un poco humillantes.

-              Estoy tan feliz por ti, te mereces a un hombre como Edward, que te quiera como él lo hace.

-              Créeme Al no debe haber nadie más feliz que yo en este momento.

-              Oh amiga te aseguro que hay una personita de ojos verdes que debe sentirse exactamente igual. –Bella sonrió, en unas horas estaría a su lado nuevamente.

-              Oh por cierto, mañana iremos a almorzar a la casa de sus padres, quieres venir con nosotros y pasar el día junto a tu caballero sureño? –la boca de Alice se abrió casi hasta tocar el piso.

-              Saldrás de paseo un día antes del comienzo de los exámenes? Quien eres y que hiciste con Bella Swan?!

-              Ja ja, muy graciosa. Vendrás o no?

-              Y perderme el momento en que Edward te presente como su novia, claro que estaré ahí. –dijo con malicia ya imaginando el sonrojo su amiga.

-              En ese caso vayamos a dormir chistosita, porque Edward estará aquí a las ocho. –tomo el bolso y abrigo que había dejado en el respaldo del sillón y se dirigió a su habitación.

-              Sí que es madrugador. –bufo mientras la seguía.
Se desearon buenas noches antes de entrar a sus correspondientes habitaciones.
Eran pasada la una cuando Bella se metió en su cama, tenía unas seis horas para dormir y prepararse mentalmente para ser presentada como la nuera de alguien, eso era mucha presión para un solo día. Agarro se teléfono para activar su alarma a las siete y se encontró con un mensaje de Edward.
“Ya estoy contando los segundos para volver a estar a tu lado. Ten dulces sueños cariño.”
Sonrió otra vez, mientras un pequeño sector de su cerebro pensaba en que esa sonrisa no se le borraría nunca.
“Soñare contigo mi hermoso novio. Espero ansiosa el amanecer para que mi romeo llegue por mí.”
Eso fue demasiado cursi, pero no le importaba. Solo esperaba no despertarlo. Programo la alarma y se entrego a los brazos de Morfeo.

Despertó con el molesto sonido de su alarma. Tenía esa sensación de haber cerrado los ojos hace tan solo unos segundos. Se levanto con gran esfuerzo y fue directo a la ducha. El agua tibia termino de despertarla y junto con el olor a fresa de su acondicionador la relajo por completo. Una vez fuera estuvo al menos quince minutos pensando en cuál sería la ropa adecuada para volver a ser presentada ante sus, ahora, suegros. Su subconsciente le dio una patada, se estaba pareciendo a Alice y la primera impresión ya estaba perdida. Se vistió con su propio estilo, sus jean mas nuevos, una polera ajustada de color azul, un par de botitas converse negras y un abrigo negro a juego, puso un poco más empeño a la hora de combinar los colores ya que quería verse bien para Edward.
Cuando salió de su habitación para dirigirse a la cocina por su desayuno escucho a Alice aun preparándose. Hizo tostadas y café para las dos, estaba por sentándose a la mesa al momento en que Alice apareció con un pantalón negro que se ajustaba a sus piernas, unos tacones de al menos doce centímetros, una blusa también ajustada y una chaqueta de abrigo.

-              No crees que te arreglaste demasiado? –pregunto algo dudosa al ver su maquillaje.

-              Nunca es demasiado Bella, debemos hacer que cada día se vuelvan a enamorar.

-              Y tú crees que Jasper te ama por tu aspecto?

-              No, lo hace porque soy perfecta, en todos los sentidos. –Bella solo asintió y desayuno en silencio. Esa, obviamente, era una discusión sin sentido. Terminaron algo apuradas ya que solo quedaban diez minutos para las ocho.
El timbre sonó exactamente ocho menos cinco, mientras Bella cepillaba sus dientes, escucho como Alice abría a su novio, que extraño era llamarlo así, y se apresuro a salir en su encuentro.

-              Le has dicho a Jas que voy con ustedes? –le preguntaba la morocha a Edward, deseosa de poder darle la sorpresa a su novio.

-              No, Bella me dijo que te invitaría pero no estaba seguro. –en ese momento Edward vio a su novia aparecer por el pasillo, se veía hermosa como de costumbre. Como la había echado de menos durante la noche, había sido casi imposible dormir sabiendo que se encontraba a tan solo unas cuadras de ella.

-              Fantástico, podre darle la sorpresa. –los tortolitos no le prestaron atención. Edward se acerco a Bella mirándola directamente a los ojos, demostrándole todo el cariño que le profesaba.

-              Hola cariño. –se dieron un dulce beso.

-              Hola. –respondió deslumbrada.

-              como durmió la chica más hermosa?

-              Algo sola. –respondió pícaramente.

-              Eso espero. –demando picado por los celos. Bella solo rio mientras se aparto para ponerse el abrigo y tomar su bolso.
Los tres salieron a la calle, era una fría mañana de invierno. Edward abrió la puerta trasera para Alice, como todo un caballero, luego abrió la del copiloto para su novia, solo que a esta le dio un tierno beso antes de cerrarla.
Bella puso música mientras Edward le daba vida al vehículo y Alice se quejaba por la melodía clásica escogida por su amiga.

-              En Harvard también comienzan mañana su temporada de exámenes? –pregunto una aburrida Alice después de unos veinte minutos de viaje. Edward la observo por el retrovisor sin soltar la mano de su castaña.

-              Si, por dos semanas al igual que ustedes. –Emmett lo mantenía informado con lo referente a la universidad, y desde hace una semana también con lo referente a Bella.

-              A quien se le puede ocurrir poner exámenes faltando menos de tres semanas para navidad? –pregunto indignada la pequeña chica con cara de duende.

-              Preferirías pasar la navidad estudiando? –le pregunto burlonamente.

-              No, eso sería muy deprimente. Oh por cierto Bella mis padres llamaron ayer para decirme que deben viajar a España la próxima semana y no podrán regresar para las fiestas. –espero a propósito para mencionarlo delante de Edward, su amiga era capaz de pasar las fiestas solas en su departamento, a decir verdad no sería la primera vez.

-              Imagino que viajaras con ellos. –dijo algo sorprendida.

-              Viajo la mañana de 23 y regreso en la madrugada del 27, ellos estarán ocupados por lo que estuvieron de acuerdo en que pasara el año nuevo contigo y mi Jazzy. –dijo sonriente.

-              Qué bueno Al, de seguro Jasper se pondrá feliz. –Bella intuía para donde iba la conversación.

-              Quieres venir conmigo? –Edward apretó más fuerte la mano de Bella al escuchar la propuesta.

-              Sabes que no Alice.

-              Iras a Forks? –interrumpió Edward.

-              No. Me quedare en casa a descansar del periodo de exámenes.

-              Y la noche de navidad? –no quería ni imaginarla sola el día de navidad, acostándose a dormir a la hora del brindis o mirando películas viejas, la imagen en su mente era triste y depresiva.

-              Preparare algo rico de comer y dormiré temprano. –Alice solo rodo los ojos en el asiento de atrás. Edward, aprovechando que estaban parados en un semáforo, la miro directamente a los ojos. Por todos los santos, es navidad! Grito en su interior.

-              De eso nada, tú te vienes a pasar las festividades conmigo. –Alice sonrió al ver su plan funcionando.

-              La navidad es una celebración para festejar en familia, no voy a irrumpir en tu casa. Eso es demasiado abuso. –dijo seria soltando su mano y cruzando los brazos sobre el pecho.

-              Yo estaré donde tu estés, así deba pasar la noche en el corredor de su apartamento. –dijo seguro volviendo los ojos al camino y retomando el viaje.

-              No seas absurdo Edward.

-              No lo seas tú.

-              Yo creo que los dos son absurdos –interrumpió Alice algo cansada del teleteatro-. Edward las cosas no se arreglan dando órdenes, sino hablando. Bella como te sentirías si te vas a España conmigo y Edward se quedara solo a pasar las fiestas encerrado en un cuarto? –definitivamente debía poner un consultorio de terapia, se haría rica.

-              Nunca lo dejare solo. –respondió Bella segura. Antes de terminar la última palabra lo entendió. Ella era tan importante para él, como él lo era para ella. Edward no pasaría una noche agradable sabiéndola sola en su apartamento y no podía permitir que el la siga a su exilio abandonando a sus padres.

-              Si Esme y Carlisle están de acuerdo iré a pasar las fiestas a tu casa. –tomo la mano de Edward nuevamente entre las suyas en un agarre fuerte para demostrarle que estaba ahí, no solo físicamente.
Edward sonrió encantado, le debía una a Alice. El resto del viaje hablaron tonterías, dejaron a Alice escoger la música y se divirtieron viéndola cantar y rebotar en el asiento de atrás.
Cuando llegaron por fin a la casa de lo Cullen Bella se sintió nuevamente sorprendida y deslumbrada por la belleza del lugar, el pasto, los arboles y el rio rodeando la casa de perfecta arquitectura.
Edward bajo primero para abrir la puerta a ambas chica, esta vez fue primero a Bella, ya que ella no tenía la costumbre de esperar a que él llegara a su lado, luego a Alice que bajo sonriendo, ya solo la separaban unos metros de su novio.
Edward y Bella encabezaron la marcha al interior de la casa tomados de la mano y Alice saltaba a su alrededor como una niña de diez años presa de la ansiedad. El cobrizo abrió la puerta de la casa, aun no eran ni las diez de la mañana así que probablemente solo sus padres se encontrarían levantados.
Bella trataba de disimular los nervios, que dirían Esme y Carlisle? De seguro no estarían de acuerdo con el noviazgo, que padres lo estarían? Edward ejerció un poco mas de presión en su mano antes de atravesar la puerta de la cocina, donde efectivamente se encontraban Carlisle y Esme.

-              Hijo que temprano has llegado. –comento Carlisle asombrado al verlo de pie un domingo antes de las once.

-              Hola papa, mama. –dijo educadamente acercándose a ellos sin soltar a Bella.

-              Oh Edward, te eche de menos estos día. Casi debo atar a Emmett. –Alice y Bella sonrieron por lo último.

-              Alice! Bella! que gusto volver a tener por aquí queridas –no le paso desapercibido como su hijo tenía a la castaña tomada de la mano, mejor sería esperar a que ellos decidan hablar al respecto-. Me alegro de verte bien Bella, nos preocupaste mucho la semana pasada.
Es como estar siendo regañada por una madre, pensó Bella con nostalgia.

-              Lo siento mucho, no fue mi intención. –y ahí comenzaron a hacer acto de presencia sus sonrojos.

-              No te disculpes por favor –esta vez hablo Carlisle-. Mejor cuéntame, como está la herida?

-              Ya no me molesta para nada. El martes me quitaran los puntos y todo estará olvidado. –era cierto, hasta ese momento ni se acordaba de los molestos puntos en su nuca, aunque era consciente que el moretón de su cara aun no se terminaba de ir.

-              Debes haberte preocupado mucho Alice. –comento Esme a sabiendas de que las chicas eran mas como hermanas que de amigas.

-              Cuando encendí el teléfono y escuche los mensajes diciendo que Bella estaba hospitalizada casi enloquezco. Por algo a mi no me gustaba nada ese caso.

-              El culpable esta tras las rejas y ya no podrá volver a abusar de sus hijos, eso es lo que importa. –a nadie sorprendió que Bella pensara en la seguridad de los demás antes que la suya.

-              Como quisiera ponerle las manos arriba a ese hijo de…

-              Edward! –regañaron Esme y Bella al mismo tiempo provocando que Carlisle y Alice rieran a carcajadas. Lugo un silencio algo incomodo inundo el lugar.

-              No tienes nada para decirnos hijo? –pregunto Carlisle con la intención de ayudar a su hijo. Este en respuesta afianzo su agarre alrededor de la cintura de su novia, mientras la sentía estremecerse a su lado.

-              Íbamos a esperar a los demás, pero creo que su opinión es la más importante –no podía negar que él también se encontraba nervioso-. Esta hermosa mujer que ven aquí me ha hecho el increíble honor de ser mi novia. –en sus ojos solo había amor y sinceridad, cosa que sorprendió gratamente a sus padres.

-              Supongo que esperaban alguien mejor para su hijo, solo puedo asegurarles que mis sentimientos por Edward son sinceros y hare lo que sea para hacerlo feliz mientras él desee permanecer a mi lado. Mi meta desde ahora será asegurarme de que Edward sea cada día más feliz que el anterior, solo eso necesito para también yo ser más feliz. –Alice desapareció cuando Bella comenzó con su discurso, era un momento que pertenecía a ellos y en el cual se sentía una intrusa. Bella por su parte se sentía cohibida y completamente aterrorizada.

-              Oh pequeña, se que eres la adecuada para mi hijo. Solo así podrías sentir lo que nos acabas de confesar, estoy muy feliz de que la vida haya puesto a una chica tan dulce y valiente como tú en el camino de Edward.

-              Les aseguro que soy el más feliz y agradecido aquí. –intervino Edward cambiando su agarre alrededor de Bella para recostar la espalda de ella en su pecho.

-              En eso tienes razón Edward, espero que recuerdes que a las mujeres se las cuida y respeta ante todo. –le recordó su padre con tono serio.

-              No creo que tenga problemas con eso Carlisle, a veces se comporta como una persona de principios del siglo pasado. –intervino la castaña en defensa de su novio.

-              Estoy segura de que si, Edward siempre fue educado y caballero con todas las mujeres. –las últimas cuatro palabras que Esme pronuncio no le hicieron ninguna gracia a Bella.

-              Quieren comer algo, nosotros recién terminábamos de desayunar. –intervino nuevamente Carlisle.

-              Muero de hambre. –confeso Edward mientras le echaba un vistazo a las tostadas y el café aun humeantes.

-              Y tú Bella?

-              Muchas gracias, pero desayune antes de salir.
Edward tomo asiento arrastrando a Bella a su lado. Esme y Carlisle les dieron un poco de privacidad.

-              No ha sido tan malo como pensabas. –cometo el cobrizo.

-              No a decir verdad, aunque si hay algo que me llama la atención.

-              Qué es?

-              Me sentía especial, pensé que toda tu caballerosidad era solo para mí, por mí. Ahora me entero que eres así de… dedicado con todas las mujeres. –mientras hablaba hizo su puchero más tierno, acompañado de un juego de pestañas que casi hacen que Edward muera de ternura.

-              Eso no es cierto cariño, tu eres la única mujer que me importa, por la que me preocupo; la única especial! –le aseguro apresuradamente.

-              O sea que Esme no te importa? –no pudo contener las risa, se veía tan preocupado y cómico.

-              Oye! Eso no es justo –se quejo sin sonriendo-. Esto merece una venganza.

-              Si me entero que estas abriendo la puerta de tu auto a otras mujeres créeme que tendrás tu venganza. Esta vez hablo en serio. –Edward trago en seco al ver la verdadera amenaza en sus ojos.

-              Eres la única mujer que existe para mi Bella, hoy y siempre.

-              No puedo obligarte a quererme por siempre, por más que quiera, pero si pedirte que cuando dejes de hacerlo simplemente me lo digas. –Edward se giro en su silla para poder abrazarla con más fuerzas.

-              Mis sentimientos por ti solo pueden hacerse más fuertes Bella, eso nunca lo dudes, además yo no prometo ser tan noble. Te encadenare en un sótano si es necesario con tal de que permanezcas a mi lado. –la estrecho entre sus brazos.

-              Te quiero Ed. –las tres palabras escaparon de sus labios sin pensarlo. Él la miro a los ojos buscando algún rastro de inseguridad o arrepentimiento.

-              Como yo te quiero a ti princesa. –ambos sonrieron como tontos y volvieron a abrazarse, en esa ocasión de forma cariñosa. Se quedaron así olvidándose de lo que hacían y en donde se encontraban.
Se vieron interrumpidos por una estruendosa voz minutos después.

-              Me gustaría saber a quién le han pedido permiso ustedes dos! –pregunto Emmett desde la entrada de la cocina, a su lado estaban Rosalie, Jasper y Alice.

-              Que es lo que quieres ahora Emmett? –pregunto Edward sin ganas.

-              Quiero saber a quién le has pedido permiso para estar todos con mi hermanita. Hasta donde yo recuerdo a mi no me has preguntado nada. –dijo señalando a Edward con un dedo. Bella no pudo soportarlo y se partió a carcajadas.

-              No te rías, solo conseguirás que diga mas tonterías. –la regaño Edward a pesar de que amaba el sonido de su risa.

-              Ven aquí a saludar a tu hermano -dijo el chico con aspecto de oso mientras apartaba a Bella de Edward y la abrazaba girándola por el aire-. Yo sabía que no podías contagiarte de este amargado tan rápido.

-              Em… necesito… respirar… -dijo como pudo debido a la falta de oxigeno y la risa.

-              Emmett la vas a lastimar! –el cobrizo se paro como un rayo.

-              Bella no es ninguna debilucha.

-              Emmett Cullen devuélveme a mi novia o te arrepentirás! -no era ningún tonto, sabía que Edward era de cuidado al enojarse.
La dejo al lado de su hermano y se alejo rápidamente, cuando sus pies tocaron el piso perdió el equilibrio, si no fuera por ese par de brazos cálidos y conocidos que la rodearon por la cintura abría terminado de bruces contra el piso.

-              Estas bien cariño? –su voz cambio totalmente, ahora sonaba meloso y preocupado.

-              Si, solo necesito respirar un poco. –dejo un beso en su mejilla para tranquilizarlo.

-              Novios? Desde cuándo? Cómo? Estas segura? –era peor que una anciana chusma.

-              Si. Desde ayer. Me lo propuso luego de nuestra cita. Estoy completamente segura. –respondió  a cada una de las preguntas de su hermano oso en orden. Emmett la miro incrédulo.

-              Osita, Eddy me quiere robar a mi nueva hermanita. –fue a quejarse con su novia como un nene de cinco años lo haría con su mama.

-              No me involucres en esto, sabes que yo no me meto en tus líos con tu hermano. –la rubia, que se veía despampanante aunque recién acababa de levantarse se aparto del grupo y fue a preparar su desayuno. Alice y Jasper, quienes seguían sin participar en la “conversación” se partían de risa en silencio.

-              Bella, esto no es justo –Emmett regreso al lado de la pareja-. Yo te encontré primero.

-              Es una persona Emmett, no se aplica la regla de quien lo encuentra se lo queda. –fue Edward quien respondió, ya había perdido la paciencia por completo.

-              Saben qué? –les pregunto la castaña algo cansada de que hablaran de ella como un objeto de entretenimiento- Rosalie tiene razón, arréglense como puedan.
Se separo de Edward y camino en dirección a la mesada, la pareja espectadora la siguió dejando a los dos hermanos algo aislados.

Después de ese pequeño incidente mañanero los hombres de la casa salieron a hacer mandados mientras las cuatro mujeres se quedaron en la cocina chismorreando y preparando el almuerzo.

-              Ya están listas para los exámenes? –pregunto Esme con su habitual tono maternal.

-              Yo sí, la mayoría de mis pruebas son prácticas y ya lo tengo todo planeado. –algo habitual en Alice, se dijo Bella.

-              Por mi parte me siento más que lista, desde que Emmett fue expulsado no tengo otra cosa que hacer por las tardes más que estudiar. –dijo la rubia con cara de fastidio.

-              Y tú cariño? –pregunto a Bella ya que fue la única que guardo silencio.

-              Llevo un tiempo estudiando, pero los exámenes siempre me ponen nerviosa. Mi beca depende de eso.

-              Es cierto, en tu caso tienes una responsabilidad adicional. –dijo algo triste. aun no conocía la historia de Bella pero si sabía que había tenido una infancia difícil al ser huérfana de madre.

-              No le hagas caso Esme, desde primero de escuela Bella ha sido la mejor de su clase, siempre tiene las notas máximas en todo, bueno menos en matemática, y dedica más tiempo a estudiar que a respirar. Solo me canso de verla.

-              Gracias Alice. –dijo con sarcasmo a su amiga. Rosalie y Esme rieron discretamente.

-              No olvides que ahora tendrás una distracción mucho más grande que respirar. –dijo Rosalie con picardía, aunque aun se sentía algo temida con Bella. la castaña no entendió a la primera de que le hablaba, lo hizo hasta escuchar las palabras de Esme.

-              Rosalie Hele estas llamando distracción a mi hijo?!

-              No Esme, solo digo que los novios requieren atención. –se apresuro a corregir con su mejor cara de niña buena.

-              Yo tampoco lo veo como una distracción, además al igual que tu solo podre verlo los fines de semana.

-              Pobres chicas, deben tenerme tanta envidia. –se mofo Alice ganándose un par de miradas acecinas.

-              Alice no seas mala. –la regaño Esme.

-              Perdón. –dijo sin una gota de arrepentimiento.

-              Que harán en las fiestas chicas? –siguió Esme con su interrogatorio.

-              Yo pasare la navidad en España con mis padres.

-              Esto… bueno… yo planeaba pasar esa noche sola en casa… -las dos mujeres que desconocían el final de la historia la miraron incrédula- pero Edward insiste en que la navidad no es una ocasión para estar sola…

-              Y tiene toda la razón. –secundo Rose.

-              Si bueno, él me invito a pasar las festividades aquí, con ustedes. Claro si no es molestia, le dije que es una fecha para estar en familia pero puede ser algo insistente cuando se lo propone, y más si tiene aliados. –estaba roja como un tomate y sus palabras salían atropelladamente. Esme se limpio las manos en un trapo de cocina y dio la vuelta a la mesada para quedar al lado de Bella. puso sus manos en los hombros de la castaña y la miro directo a los ojos.

-              Edward tiene toda la razón en lo que ha dicho. Yo ya te considero parte de mi familia, no por ser la novia de mi hijo, si no porque desde que Emmett te conoció me ha hablado maravillas de ti, no me cabe la menor duda de que eres sincera, cariñosa y compañera. Virtudes que las tres tienen –miro a las chicas para no dejarlas fuera- y que hubiese tenido una hija me habría encantado que también la tuviera. Tu eres una hija para mi Bella, una de mis tres niñas. Que por nuestras venas no corra la misma sangre para mí no significa nada –Bella no pudo evitar que se le escaparan un par de lagrimas-. Oh cariño, no llores. No estás sola, nunca más lo estarás. –se abrazaron fuertemente. Alice y Rose cada una pusieron una mano en el hombro de Bella en señal de apoyo.
Justo en ese momento los chicos y Carlisle entraron por la puerta que conectaba el garaje con la cocina, quedaron estáticos al ver la escena. Bella llorando en el hombro de Esme y Alice y Rosalie mirándola con cariño.

-              Ha sucedido algo? –pregunto Carlisle con voz insegura haciendo notar su presencia.
Bella se soltó de Esme y se dio la vuelta para poder limpiar las lágrimas que aun corrían por sus mejillas.

-              Nada querido. Solo estábamos teniendo una charla de chicas. Oh y Bella pasara las fiestas con nosotras, no es grandioso? –dijo Esme con voz algo contenida pero tratando de restar importancia.
Bella se sentía extraña. Ella siempre había tenido a Mary en esos momento en que una chica necesita un consejo materno, pero le llevo muchísimo tiempo tener una conexión tan fuerte como la que había tenido en tan solo una par de minutos con Esme.
Edward solo tenía ojos para su novia, estaba preocupado por lo que acababa de ver y no entendía como pudieron llegar a hacer llorar a Bella con una simple charla de chica, ni tampoco creía que ella solo porque si le haya comentado a su madre que él la había invitado a pasar las fiestas con ellos.
Bella abandono la cocina sin decir una palabra y aun dando la espalda a todos. Edward camino detrás de ella con la clara intención de seguirla pero una mano lo detuvo.

-              Ella necesita un momento a solas. –le dijo Rosalie sosteniéndolo de la muñeca para que no continuara su camino. Él la observo con una ceja alzada.

-              Rosalie tiene razón cariño, dale al menos un minuto. –intervino Esme.

-              Esta navidad promete, Bellita puede ser muy divertida cuando se lo propone. –Emmett, que no aguantaba los ambientes tensos, trato de aligerar la situación.
Edward se soltó de Rosalie y quedo mirando a las tres mujeres pensativamente. Él sabía que las reuniones familiares afectaban a Bella, era como si se sintiera fuera de lugar, entendía que era un campo en el que no tenía experiencia a pesar de que la había escuchado hablar de distintas cenas con los padres de Alice, estos incluso viajaban a verla los días de su cumpleaños.
No se sentía bien sabiendo que ella estaba sola y triste en algún lugar de la casa. Cuando volvió a posar la vista en Alice noto como esta asentía en su dirección de forma casi imperceptible, eso fue más que suficiente para que saliera de ese lugar como un bólido por la misma puerta que su novia había atravesado minutos antes.
Lo primero que llamo su atención fue la puerta que daba al patio trasero entreabierta. Era obvio que Bella se encontraba afuera, y no le llevo mucho tiempo imaginar donde podía encontrarla. Atravesó el pequeño bosque a grandes zancadas hasta llegar a la orilla del rio. Ahí estaba, mirando a lo lejos. Todo era tan parecido a la última vez que la siguió hasta ahí. Solo que en esta ocasión no sollozaba ni temblaba y él podía acercarse, como deseo aquel día.
Camino sigilosamente hasta estar detrás de ella, se sentó de forma que su pecho quedara pegado a la espalda de ella y estiro las piernas a los costados.

-              Como estas cariño? –Bella se recostó en él al sentirlo.

-              Confundida.

-              Que paso mientras no estaba?
Le conto sobre las preguntas de Esme y cómo surgió el tema de la navidad. La respuesta de su madre y Rosalie, y la forma en que se sintió con sus palabras afectuosas y el abrazo.

-              Ella realmente es así, todo lo que dijo es porque lo siente.

-              Lo entiendo, al menos ahora lo hago. Una vez escuche que algunas mujeres nacen para ser madres, en ese momento no lo entendí, pero al conocer a tu madre me quedo claro. Ella tiene tanto amor para dar y es completamente desinteresada. –Edward no pudo evitar sonreír.

-              Así es ella.
Se quedaron sentados contemplando el rio hasta que les pareció que el almuerzo ya debía está listo y regresaron a la casa para no hacer esperar a los demás.
Luego del almuerzo las tres parejas se acomodaron en el living para ver una película, Iroman, obviamente fue turno de Emmett para elegir.
Cerca de las tres Jasper, Alice, Emmett y Bella regresaron a sus casas.

Capítulo 11: Primera cita Capítulo 13: examenes y benditas vacaciones

 
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