Enséñame a ser feliz.

Autor: Bellatrix_Black
Género: Drama
Fecha Creación: 03/08/2012
Fecha Actualización: 19/04/2013
Finalizado: NO
Votos: 13
Comentarios: 48
Visitas: 40287
Capítulos: 24

Bella y Edward se conocen en su último año de universidad. Él un aplicado estudiante de Harvard, ella una estudiante con honores de Yale que cargaba con un triste pasado.

Podrá ese atractivo chico de ojos esmeralda ayudarla a superar el pasado y enseñarla a vivir su presente?

 

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Capítulo 5: Los Cullen

Faltaban quince minutos para las tres de la tarde, Bella llevaba ya diez minutos esperando al Dr. Ulley en la puerta del juzgado, estaba nerviosa y ansiosa. Se había vestido con un traje formal que la hacía lucir mayo y llevaba un maletín con la información del juicio, ya se lo sabía todo de memoria.
-              Señorita Swan? –pregunto una voz a su espalda. La voz de Sam Ulley era profunda e infundía respeto por sí sola.
-              Sí, soy yo. Supongo que Ud. es el Dr. Ulley, mucho gusto. –mientras hablaba se frotaba las manos nerviosamente, eso no paso desapercibido a Sam.
-              Puedes llamarme Sam, eso de doctor o usted me hace sentir viejo. –el abogado de solo veintinueve años le ofreció una amable sonrisa.
-              En ese caso llámeme Bella, nunca me ha gustado mi apellido ni mi nombre.
-              Muy bien Bella, veo que estas un poco nerviosa. No tienes de que preocuparte, hoy solo llenaremos un par de formas y te inscribiremos en el expediente para que puedas tener libre acceso al caso.
-              La verdad es que es la primera vez que entro a un juzgado. –confeso tímidamente.
-              Veras que no tiene nada que ver con lo que muestran en la tele.
Con una pequeña sonrisa en el rostro y mucho más tranquila Bella siguió a Sam al interior del recinto. Sam completo las formas para que Bella pueda acceder al expediente del caso sin que él deba estar presente.
La castaña no imaginaba que la mayoría de los funcionarios serian mujeres, y mucho menos tan agradable. Se presentaron con ella y la felicitaron por participar en su primer caso, quedaron a la orden para lo que necesitara y le aseguraron que Sam era un buen abogado, amable y trabajador.
Después de media hora salieron del juzgado y fueron directo a la oficina de Sam. Discutieron sobre el caso, lo que Sam esperaba que ella hiciera, las condiciones en que vivía los clientes, la familia afectada, le dio más material para leer y quedaron de encontrarse el lunes a la una en punto para la primer audiencia. Se despidieron y Bella regreso al apartamento.
Alice estaba a punto de ser consumida por la ansiedad. Estaba en su apartamento con Emmett y Jasper, todos querían saber qué tal le fue a Bella.
La pequeña no paraba de dar vueltas por la sala, Jasper trato de tranquilizarla pero se dio por vencido luego del decimo intento. Emmett por su parte se acomodo delante del televisor con un paquete de galletas que encontró en la alacena y un vaso de sumo.
Los tres amigos escucharon el sonido de la llave en la puerta y se giraron expectantes por ver a Bella. La castaña entro a su casa y lo primero que hizo fue deshacerse de los zapatos, luego observo a su audiencia y les dedico una sonrisa para tranquilizarlos.
-              Eso quiere decir que le fue bien. –aventuro Emmett.
-              Así es, Sam es un gran abogado y aparentemente también buena persona. Me ayudo a tranquilizarme antes de entrar al juzgado y luego se tomo un tiempo para explicarme algunos detalles que no están en los informes el lunes tenemos la primer audiencia y podre conocer a la señora que levanto la denuncia. –la chica se veía realmente contenta, estaba muy feliz por haber podido afrontar esta tarea sin problemas y poco a poco sus miedos se iban disipando.
-              Me alegro mucho por ti Bella. –le dijo Jasper mientras le daba un cariñoso apretón en la mano. A Bella le resultaba extraño, a la vez que fantástico, lo rápido que se había hecho amiga de los chicos, se sentía como se los conociera de toda la vida.
-              Yo digo que hay que salir a festejarlo. –intervino Alice de lo más contenta dando saltitos.
-              McDonald’s! –grito Emmett igual de feliz que Alice.
-              No se supone que soy yo la que elige? –pregunto la castaña para molestar un poco a su amigo oso.
-              Por favor Bellita, no seas mala conmigo! –el puchero del chico hubiese sido capaz de derretir un iceberg.
-              Está bien, pero solo si prometes llevarme a una heladería después.
-              Por supuesto hermanita, y prometo comprarte todo el helado de chocolate que tengan. –el hecho que recordara que a la castaña le gustaba el chocolate, siendo que ella solo lo menciono una vez y casi de pasada, no fue algo que pasara por alto.
-              Cuál es tu gusto favorito Emmy?
-              Fresas, las amo.
Los cuatro jóvenes salieron en dirección al restaurante de comida rápida, fueron todos en el auto de Jasper, escuchando música y riendo por las bromas de Emmett.
Los días fueron pasando rápidamente, Alice pasaba mucho tiempo con Jasper, por lo que Emmett y Bella compartían más tiempo para darle privacidad a la pareja y no aburrirse.
Bella tuvo su primera audiencia el lunes. Llego al juzgado asustada y algo preocupada, pero rápidamente se relajo. Ahí conoció a Jane, la demandante, que acusaba a su esposo James por violencia física y psicológica a sus hijo, Tom y Marie, e intento de violación a Marie. El hombre tenía las de perder ya que muchos vecinos habían sido testigos de cómo los golpeaba, además de que el parte médico corroboraba lo declarado por Jane. James por su parte era altanero, mal educado y arrogante, desde el momento en que entro a la sala tuvo una gran sonrisa en su rostro, la cual no se borro en ningún momento. Era obvio que su familia le temía y que él disfrutaba eso.
Una vez finalizada la audiencia de conciliación se fijo el juicio para dentro de dos semanas, el sábado a las ocho de la mañana. Sam le explico a Bella que la culpabilidad del hombre era tan evidente que el juez tenía planeado terminar con es el mismo sábado.
cuando regreso con sus amigos y les conto todo estos no lo podían creer, Emmett y Jasper se preguntaban cómo podían existir hombres tan desagradables y que además se les permita tener familia. En determinado momento Emmett pregunto: “Como pueden estar seguros de que no haya abusado de otra persona en el pasado y que esta no pudo denunciarlo, podría haberla matado incluso?”. Esas palabras removieron las entrañas de Bella, un hombre como James, o incluso él mismo, podría ser quien ataco a Renee hacia ya tantos años.
El miércoles de esa semana llegaron a la universidad las dos amigas, como cualquier día. En la puerta las esperaba Jasper, eso les llamo un poco la atención ya que por lo general se encontraban donde el camino de dividía para ingresar a las facultades.
-              Hola Bella –saludo Jasper a la castaña luego de haber depositado un beso en los labios de Alice-. Lamento abordarlas aquí pero necesitaba hablar con ustedes. El domingo es cumpleaños de Emmett y harán una parrillada en su casa, él ha hablado tanto de ustedes con Esme que ella me pidió que las invitara para sorprenderlo. –las amigas intercambiaron una mirada, Bella no estaba del todo segura pero la suplica de los ojitos de Alice la termino de convencer.
-              Claro, solo dinos como llegar y a qué hora nos encontramos –le respondió la castaña-. Por cierto, donde viven los padres de Emmett?
-              Viven a las afueras de Boston, son casi tres horas de viaje en auto. Pero podríamos encontrarlos frente a Harvard, yo las espero ahí diez treinta y las guio en mi auto el resto del camino.
-              Por mi esta perfecto, domingo diez y media frente a la universidad.
-              Excelente, nos vemos luego, si demoro Emmett sospechara.
-              Claro, hasta pronto. –Jasper se fue rápidamente donde Emmett lo esperaba. Alice observo unos segundos a Bella algo insegura.
-              Bells estás segura de que quieres ir?
-              No creo que la madre de Emmett nos invite para torturarnos y luego escondernos en el sótano, tranquila Al todo irá bien. –la castaña le dedico su mejor sonrisa a su amiga y se fue a clases.
Lo cierto es que Bella estaba segura , que los Cullen eran la típica familia feliz de películas, que desprendían amor y se veían perfectos siempre, a ella nunca le gusto convivir con esas familias s sentía completamente excluida y un poco envidiosa por ver lo que nunca tuvo. Lo único que la convenció de aceptar fue Alice y una vocecita en su cabeza que le prohibía abandonar a Emmett en un día tan importante para él, ya que el grandulón adoraba los cumpleaños.
Los días continuaron transcurriendo vertiginosamente rápido. El viernes por la noche Emmett y Jasper partieron a Boston. Alice y Bella aprovecharon para tener una noche solo de chicas así que alquilaron algunas películas románticas y compraron muchos dulces.
El sábado por la mañana hicieron la colada entre las dos y por la tarde fueron al centro comercial por un regalo para Emmett. Cuando pudieron regresar al apartamento ya era casi de noche. Tuvieron que hacer dos viajes desde el estacionamiento para subir todas las bolsas que Alice había comprado. Luego solo les quedo cenar y acostarse a dormir, al día siguiente les tocaría madrugar y Alice no quería conocer a su cuñada con ojeras.
La mañana del domingo Alice se levanto a las seis, para ducharse y arreglarse, y Bella a las siete, la castaña se vistió con un jean oscuro, buzo de canguro y zapatillas, a Alice casi le da un ataque al verla, ella en cambio llevaba un pantalón entubado, zapatos de tacón y una remera que se ajustaba a su cuerpo. Discutieron durante unos minutos ya que Alice quería obligar a Bella a cambiarse de ropa, pero la castaña no cedió. Desayunaron rápido y cuando faltaban quince para las ocho salieron rumbo a Harvard.
El viaje fue largo, Alice conducía y Bella no demoro en quedar dormida, despertó cuando ya solo faltaban unos minutos para llegar al encuentro con Jasper. Alice iba cantando, acompañando al radio, y ansiosa por llegar al lado de su hermoso novio.
Cuando Alice estaciono frente al imponente edificio el único auto que se veía en la calle era un volvo plateado.
-              Llegamos muy temprano? –pregunto Bella al no encontrar el auto de Jasper por ningún lado.
-              Son diez y veinticinco. –respondió la marocha. Justo en ese momento las puertas del otro auto se abrieron y de el salió Jasper y un chico de pelo cobrizo. Alice se bajo prácticamente corriendo mientras Bella la seguía a su ritmo.
-              Jazzy! –grito antes de tirarse a los brazos de su novio, había que reconocerle al chico por sus reflejos- Yo sabía que no nos dejarías plantadas pero la ingrata de Bella pensaba que no vendrías.
-              Oye yo no dije eso, solo pensé que lo podía haber retrasado el trafico. –se defendió la castaña rápidamente.
-              Excusas, excusas! Jas me cree más a mí de todas formas, cierto? –miro directamente a su novio haciendo el mejor de sus pucheros.
-              Claro que si cariño –le aseguro el chico, pero luego guiño un ojo a Bella-. Como estas Bella? Pudieron llegar sin problemas?
-              Bien y tu Jasper? En realidad no sé cómo llegamos hasta aquí, me la pase durmiendo. –confeso la chica.
-              Lamento haberlas hecho madrugar tanto. Ahora déjeme les presento a una persona –le hizo señas a su compañero para que se acercara, el chico a la distancia en encontraba analizando a las dos jóvenes, era obvio cual era la famosa Alice, de la cual su amigo no paraba de hablar, así que por descarte la otra seria Bella la nueva “hermanita” de Emmett-. Chicas les presento a Edward Cullen, hermano de Emmett. Edward ellas son Bella Swan y mi novia Alice Brandon. –Alice amaba que la presentara como su novia.
Al acercarse a las chicas Edward reparo en lo distinto de sus vestimentas, Alice vestía como todas las chicas, con ropa a la mora y zapatos de tacón, la tal Bella en cambio llevaba ropa sencilla, buzo y zapatillas deportivas acompañadas de un jean algo gastado, aunque debía reconocer que se veía cómoda, y que no le quedaba nada mal, esa era la ropa que una chica normal usaría solo entre casa.
-              Mucho gusto, Emmett nos ha hablado mucho de ti. –la primera en responder al saludo fue Bella, que se sentía algo intimidada por como la miraba el chico de pelo cobrizo. Ella no escaneo un poco más rápido, pelo cobrizo, ojos verde agua, hermosos, alto, con buena musculatura, vestía jean oscuro, camisa negra a cuadros y playera gris debajo, labios finos y nariz perfecta, en otras palabras todo un Adonis.
-              Lo que Emmett les dijo probablemente sea mentira –aseguro consiente de las constantes bromas de su hermano-. Y es un gusto también. –a Bella le pareció que el chico era algo frio y tal vez hasta un poco presumido.
-              Hola yo soy Alice, también escuche mucho de ti, pero no me importa si es mentira. –dijo con mucha alegría.
-              Hola Alice, yo también escuche mucho de ti. Que les parece si nos ponemos en marcha de una vez.
-              Claro, ya es algo tarde. –convino Jasper.
-              Jazzy vienes con nosotras? Por fis! –le pidió su novia con su puchero comprador acompañado de un jueguito de pestañas. El chico miro a su amigo, la propuesta era tentadora, pero no podía dejar solo a Edward que lo había acompañado tan amablemente. Bella entendió la encrucijada y trato de ayudar a su amigo.
-              Si quieres podemos cambiar lugares como copilotos? Claro si a Edward no le importa. –se apresuro a agregar antes de sonrojarse como un tomate. Jasper miro a su amigo suplicante y a este no le quedo de otra que ceder.
-              Por mi no hay problema.
-              Bien! –grito Alice feliz por su victoria- Nos vemos en un rato Bellis! –y sin más arrastro a Jasper hasta en auto. Bella siguió a Edward hasta el suyo y se sorprendió cuando el chico le abrió la puerta del copiloto.
-              Gracias. –fue todo lo que pudo decir en un tímido murmullo. Edward quedo hipnotizado con el sonrojo de la chica, sus manos picaban por el deseo de sentir el esa piel, que se veía tan suave, bajo la yema de sus dedos, o bajo sus labios. Freno el pensamiento de forma estrepitosa, algo le debía estar pasando, Bella no era su estilo para nada, no podía desear besarla.
-              Te molesta si pongo algo de música? –pregunto la muchacha tímidamente, el auto ya estaba en marcha y el silencio era realmente tenso.
-              Sabes usar el radio? –su auto era su bebe, no podía arriesgarse.
-              Supongo que es como todos los radios del universo. –respondió algo molesta, quien podía no saber usar un radio. El sarcasmo de su voz le resulto de lo más gracioso al chico.
-              Como digas. –respondió tratando de aguantar la risa. Bella prendió el radio y el cd que estaba en este comenzó a sonar, al principio pensó en poner una frecuencia pero cuando estaba a punto de hacerlo reconoció los dulces acordes.
-              Puedes poner lo que tú quieras. –la aseguro Edward sorprendido de que no haya cambiado ya.
-              En un momento si quieres –dijo Bella que disfrutaba una de sus composiciones favoritas-. Adoro Claro de Luna. –agrego para explicarle. Se giro para verlo y noto que Edward la miraba de soslayo.
-              También es una de mis favoritas. –confeso después de un minuto.
Se quedaron en silencio hasta que la melodía acabo, Bella no cambio la música luego, solo la bajo un poco para entablar algo de conversación. El chico que iba a su lado le resultaba de lo más interesante.
-              Emmett me dijo que tu también estudias medicina –Edward solo asintió-. puedo preguntar qué especialización seguirás?
-              Ya lo has preguntado.
-              Quieres responderme? –insistió la chica.
-              Cardiólogo. Esa será mi especialización. –Bella se mantuvo en silencio algo cohibida, tal vez sus preguntas molestaban a Edward y ella no quería quedar como una cotilla-. Tú que estudias? –le pregunto él después de un minuto. Quería seguir escuchando su voz y saber más de ella. eso definitivamente estaba mal.
-              Soy estudiante de derecho. –respondió con una sonrisa.
-              Porque elegiste Yale? –Edward había decidido ir a Harvard en primer año de instituto luego de que su clase hiciera una visita a la universidad, para él era el mejor colegio.
-              Fue la mejor de las que me aceptaron, además a Alice iría ahí.
-              No enviaste solicitud a Harvard?
-              Harvard es una gran universidad, pero no tiene un buen programa de becas, así que a decir verdad ni lo intente.
-              Eres becada? –eso realmente lo sorprendió.
-              Si.
-              Es difícil entrar becada en una universidad como Yale, debes ser realmente inteligente.
-              Creo que he sido más aplicada que inteligente. Sabía lo que quería y me esforcé para conseguirlo.
-              De donde eres?
-              De Forks, un pueblo de Washington. Tú, siempre has vivido en Boston?
-              No, nací en chicago, mis padres, al igual que los de Jasper y Rosalie, se trasladaron a Boston cuando comenzamos la universidad, no querían estar lejos de nosotros.
-              Eso no afecto sus trabajos?
-              No, Carlisle, mi padre, solo se traslado de hospital, Esme, mi madre, es diseñadora de interiores y los Sres. Hele son los dueños de su empresa, y es una multinacional.
-              Eso fue muy amable por parte de ellos. –la voz de bella fue una mescla de tristeza y sorpresa que no paso desapercibido para Edward, no se atrevió a preguntar porque.
El resto del camino permanecieron en silencio concentrándose en la música y tratando a la persona que estaba a su lado. El viaje duro poco más de media hora. Cada vez se alejaban más de la ciudad, las casas estaban muy separadas y en realidad eran mansiones. Edward entro por un camino de tierra rodeado por árboles frutales y pequeños arbustos, a unos doscientos metros se divisaba una gran casa blanca de tres pisos, era hermosa, con grandes ventanales, flores de colores, césped perfectamente podado y el rio se escuchaba cerca. Era como un lugar de cuentos de hadas, una casa de ensueño para Bella.
-              Este lugar es hermoso. –dijo casi sin pensarlo.
-              Es el orgullo de mi madre. –le confesó Edward sonriendo casi de forma involuntaria.
Detrás de Emmett se estaciono Jasper, que conducía el auto de Alice. Los cuatro bajaron de los autos al mismo tiempo, Edward se molesto un poco porque Bella no permitió que abriera su puerta, pero se aseguro de no demostrarlo. Se oían voces desde el fondo de la casa, en realidad se oía la voz de Emmett desde ese lugar. Alice tomo la bolsa con el regalo y se encaminaron al interior de la casa.
Por dentro era aun más hermosa que en el exterior, decorada con colores blancos y crema, no habían paredes para separar estancias, se veían las vigas en los lugares que habían sido removidas, el mobiliario de colores claros era básico y cómodo, parte de las paredes exteriores fue remplazado por grandes ventanales de vidrio, lo que más llamaba la atención era un hermoso piano de cola negro, resaltaba en la decoración por su color, pero más aun por su belleza.
-              Quieren conocer el resto de la casa ahora o prefieren ir con los demás? –pregunto Edward trayendo a las chicas de vuelta a la realidad.
-              Mejor vamos con los demás. –se apresuro a responder Bella, moría de ganas por conocer el resto de la casa pero prefería pedirle luego a Emmett que se la mostrara.
Caminaron en dirección a uno de los ventanales, que resulto ser una puerta corrediza. Del otro lado se encontraban cuatro personas, Emmett que abrazaba a una chica rubia, de ojos celestes, con cuerpo de modelo y ropa de diseñador, una mujer castaña, de la altura de Bella, con cara en forma de corazón, ojos color miel, nariz redondeada y labios finos y por ultimo un hombre rubio, alto, con cara ovalada, de ojos verdes y sonrisa amable. Los señores Cullen vestían de blanco, con ropas cómodas pero elegantes.
-              Ya regresamos. –aviso Edward como si nada mientras se unía a su familia. Emmett se giro en dirección a su hermano y no se pudo creer ver a sus amigas ahí.
-              Alice! Bellita! –grito antes de correr a su lado y darles uno de sus famosos abrazos de oso.
-              Hola Emmett, nosotras también te extrañamos, pero nos gustaría respirar. –dijo Alice con sarcasmo.
-              Vengan tengo que presentarles a mi Rosie y a mis padres. –ignoro por completa el comentario de las chicas y las arrastro de una mano donde los demás. Rosalie veía la proximidad de su novio con esas dos extrañas con el seño fruncida.
-              Rosie, amor! Ellas son Alice y Bella, son unas amigas de la universidad, y ella es la chica que trae babeando a tu hermano –lo ultimo lo dijo con sonrisa socarrona mientras señalaba a Alice-. Chicas les presento a mi diosa, Rosalie Hele. –los ojos de Emmett brillaron al hablar de su novia, la escultural rubia suavizo su seño y le dedico una tierna sonrisa.
-              Mucho gusto. –comento tímidamente Bella, se sentía algo inferior al estar rodeada de tanta belleza.
-              Igualmente. –la voz de Rosalie era algo altanera. Esa era su forma de comportarse ante lo desconocida.
-              Rose, Alice es mi novia, recuerdas que te hable de ella? –intervino Jasper parándose al lado de la muchacha y pasando un brazo por su cintura.
-              Si, lo recuerdo. Un gusto Alice.
-              Gracias, igualmente. No sabes las ganas que tenia de conocer a la familia de mi Jazzy, me han hablado mucho de ti.
-              También he escuchado de ti. –su hermano no había exagerado al describirla como hermosa e hiperactiva, pensó Rosalie.
-              Ahora del presentare a mis padres –dijo Emmett otra vez tirando de las dos chicas-. Mama, papa ellas son Alice y Bella, mis amigas de la universidad. Chicas ellos son mis padres, Esme y Carlisle Cullen. –Carlisle se acerco a las chicas sonriendo.
-              Mucho gusto señoritas, sean bienvenidas y siéntanse como en su casa.
-              Gracias Sr, Cullen. –respondió una muy apenada Bella.
-              Por favor nada de señores querida, nos harás sentir viejos. –intervino Esme parándose junto a su esposo.
-              Muchas gracias Esme y Carlisle. –contesto Alice de lo más natural y evidentemente feliz.
-              Dime hijo cuál de estas encantadoras niñas es mi hija postiza? –pregunto Esme a Emmett. La sonrisa maternal y dulce de la mujer tenía a Bella embobada, la joven no podía despegar los ojos de su anfitriona.
-              Es ella mama, mi hermanita Bellita. -la voz de Emmett transmitía cariño.
-              Mi hijo me ha hablado mucho de ti Bella, aunque por un momento parecía hablar de una niña pequeña. –Bella no pudo hacer más que reír del comentario de la mujer. Así deben reír los ángeles, pensó Edward.
-              Creo que en mi está manifestando su deseo frustrado de una hermana pequeña a quien cuidar, bromear y vigilar.
-              Porque tendría que cuidarte o vigilarte? –pregunto Rose otra vez algo celosa.
-              Los idiotas de Yale parecen tener problemas con que Bella sea becada, además de mucho más inteligente que ellos. –respondió el mismo Emmett. La rubia guardo silencio, en Harvard habían solo un par de becados y se trataba de verdaderos genios, a los que también se les trataba como si fueran inferiores por eso.
-              Becada en Yale, realmente debes ser una chica brillante. –observo gratamente sorprendido Carlisle.
-              Es la primera de su clase y se graduara con honores. –Alice siempre que hablaba de Bella parecía más una madre orgullosa que una amiga. Edward quedo realmente sorprendido por esa información, y ella solo se había descrito como aplicada.
-              Eso es fantástico, tenemos que estar ahí en la graduación. –pidió Esme a su marido.
-              Señora no es necesario que se sienta en obligación, en serio. –intervino Bella roja como un tomate.
-              Nada de obligación mi niña, y ya te dijimos que nada de señora.
-              Perdón. –ahora se sentía como una niñita regañada. Esto es fantástico, pensó con sarcasmo.
-              Tengo hambre, porque mejor no seguimos con la comida y hablamos luego. –la castaña agradeció al agujero negro que se encontraba en el estomago de Emmett. Todos volvieron a lo que hacían antes de su llegada, Alice y Jasper se unieron a la conversación de Emmett y Rosalie, ella solo dejo vagar sus ojos por el enorme fondo, a lo lejos podía ver arboles y el sonido del rio la llamaba a cada momento.
-              Puedo recorrer el parque? –pregunto a Esme tímidamente indicándole en dirección a los arboles.
-              Claro cariño, pero no demores mucho, en una hora estaremos comiendo. –Bella chequeo su reloj.
-              Estaré de vuelta antes. –le aseguro.
-              Quieres que te acompañe? –le pregunto Alice cuando paso por su lado.
-              No, gracias. –sabia el sacrificio que esa propuesta denotaba para su amiga.
Bella comenzó a caminar en dirección a los arboles. Una vez entre ellos se sintió en casa, esa seguridad que solo los arboles de Forks le podían brindar. Camino hasta encontrar el rio y se sentó a la orilla de este y observo su entorno. Todo lo que la rodeaba era vida, el agua, los arboles, incluso el sonido de las aves, no podía evitar preguntarse qué hacia un alma sin vida como la suya en este lugar. Que tenía que ver ella con esa familia, con los Cullen? Como podía encajar en el plan de domingo en familia, si ella ni siquiera tenía una familia? Como podía disimular lo que sentía al ver todo ese amor maternal que le demostraba Esme? O el orgullo irracional de Carlisle? El instinto protector de Emmett o Jasper? Incluso los celos de Rosalie. Como podía hacerse la que todo era normal cuando en realidad todo era nuevo y desconocido? Porque acepto la invitación? Podía haber fingido una gripe sorpresiva, nada lo suficientemente grave para arruinar los planes de Alice. Porque demonios no invento una excusa? Las lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos sin permiso, que hacia ahí? Esa pregunta no dejaba de repetirse en su interior.
Edward espero a que todos estuvieran distraídos y salió detrás de la chica castaña, un extraño presentimiento le decía que no todo estaba bien. La vio caminar entre los árboles y siguió sus pasos. La encontró sentada a la orilla del rio, no podía ver su cara, pero la forma en que estaba sentada la hacía ver indefensa y temerosa. Quería saber cuál era la raíz del dolor que inundaba sus ojos. Deseaba poder quitar ese dolor y llenar esos hermosos posos de chocolate con luz. Pero que le importaba a él esa desconocida? Y porque? Los sentimientos que le despertaba eran ilógicos además de desconocidas para él. Se sentía capaz de hacer cualquier cosa por ella, aunque eso implique perjudicarse a sí mismo. Quería ser quien la hiciera sonreír, el dueño de sus suspiros, el guardián de sus sueños, su protector, quien secara sus lagrimas, pero porque quería eso? Quien era ella? Nadie. Una extraña que no se parecía en nada a él, que podían tener en común aparte del gusto por la música clásica. El cuerpo de bella comenzó a temblar y Edward se asusto, había dado un paso en su dirección cuando los sollozos de la castaña taparon el sonido del rio. Se quedo estático, sin saber qué hacer, una parte de él le decía que se acercara, le preguntara que sucedía y diera su vida si era necesario en solucionarlo, otra parte lo instaba a desaparecer de ese lugar, tal vez con algo de suerte no volviera a verla nunca más. A pesar de que el deseo por consolarla era más fuerte, hizo caso a su parte egoísta y salió corriendo del lugar.
Edward regreso a la casa, la comida ya estaba prácticamente lista.
-              De casualidad has visto a Bella? –le pregunto Esme a su hijo cuando lo vio llegar.
-              No, porque tendría que haberla visto. –su madre no paso por alto su reacción, parecía a la defensiva.
Diez minutos después Bella regreso, sus ojos estaban algo rojos pero los únicos en notarlo fueron quienes la conocían, Alice, Jasper y Emmett, además de Edward que ya la había visto en el rio.
-              Bella por fin llegas, me tenías preocupada. –la castaña se obligo a no salir corriendo de ese lugar.
-              Lo lamento, me entretuve un poco. –mintió la castaña.
-              No importa mi niña. Pasemos a la mesa, la comida esta lista.
Todos hicieron caso a la señora de la casa. Esme y Carlisle ocuparon las cabeceras de la mesa, de un lado se sentaron Rosalie, Emmett y Edward y del otro Alice, Jasper y Bella. todos charlaban animadamente incluso Edward se unió a las conversaciones, otra vez Bella reprimió el deseo de salir corriendo de ese lugar.
La comida estaba deliciosa, a carne en su punto y las ensaladas exquisitamente condimentadas. Solo faltaba un camarógrafo y esa sería la portada perfecta para una revista de decoración u hogar.
Brindaron por Emmett, le cantaron feliz cumpleaños y de postre trajeron un enorme pastel con su nombre y 24 velas. Definitivamente me encuentro en una película, pensó Bella.
Repartieron los obsequios, una camisa y un perfume por parte de Edward, un fin de semana en México obsequio de Rosalie, una radio nueva para su jeep cortesía de Jasper, dos boletos de avión, en primera clase, de sus padre, obviamente estaban de acuerdo con su nuera, y por ultimo una chaqueta Dior y una bolsa gigante de M&M por parte de sus amigas.
El resto de la tarde transcurrió tranquila, Alice no tuvo muchas ocasiones para preguntarle a su amiga que le había sucedido, aunque de todas formas decidió no hacerlo, sabía que en ciertas circunstancias no era de mucha ayuda y no quería convertirse en una molestia. Les mostraron el resto de la casa a las chicas, a las dos les fascino.
Alrededor de las cinco se despidieron, no sin antes ser invitadas para el próximo domingo, Alice acepto gustosa y Bella por cortesía, esta última no tenía planes de regresar a ese casa. El viaje de vuelta fue en silencio, Bella se hizo la dormida y aunque su amiga no creyó el embuste no dijo nada. En cuanto llegaron a la casa Bella se retiro a su habitación y no dio señas de vida hasta la mañana del lunes.
La semana escolar la distrajo por completo de ese fatídico domingo, se preocupo por estudiar para los parciales ya estaban a solo tres semanas de comenzar, también estudio información del caso que Sam le enviaba casi a diario y tuvo que ir tres veces al juzgado en esa semana.
El fin de semana llego de forma estrepitosa. El sábado por la mañana era el día destinado a hacer la colada. Por la tarde Bella tomo su viejo ejemplar de Cumbres Borrascosas y se fue al parque, había sol y a pesar de estar a días de comenzar el invierno la temperatura no era tan gélida. Alice por su parte salió de compras con sus compañeras de carrera. Tuvieron noche de películas las dos solas y luego de despidieron hasta el otro día.
-              No iras a la casa de Esme y Carlisle, verdad? –pregunto Alice a su amiga el domingo por la mañana. Alice estaba vestida y maquillada mientras Bella comía su cereal en pijama.
-              No iré Alice y tu puchero no sirve conmigo. –le advirtió antes de que su amiga lo pusiera en práctica.
-              No me gusta dejarte sola un domingo.
-              Desde que tengo diez años he estado sola los domingos, recuerdas? –Charlie salía de pesca los sábados y domingos.
-              Eso no quiere decir que esté bien.
-              Ve y diviértete Al, yo estaré bien. Me la pasare estudiando y tal vez mire alguna película.
-              Entonces volveré temprano.
-              No necesito canguro Alice, además es mejor que regreses con los chicos así no vas sola en la carretera.
-              Pero eso es muy tarde, para cuando llegue ya estarás durmiendo.
-              Si, y el lunes al despertar me contaras como te fue y que hiciste.
-              Me voy solo si me prometes llamarme por cualquier cosa.
-              Está bien Alice, te lo prometo.
-              Por lo que sea Bella.
-              Si Alice, lo que sea. –las dos sabían que Bella no molestaría el domingo de su amiga así se cortara una pierna.
Bella se dedico a estudiar en la mañana, alrededor de las once busco una rica receta en internet, fue al mercado por todo lo necesario, cocino lo suficiente para que Alice pudiera comer al llegar. Por la tarde otra vez estaba soleado así que volvió a tomar su libro, se abrigo y partió rumbo al parque.
Alice llego a lasa de los Cullen cerca de las once, Jasper salió a recibirla seguido de los demás jóvenes.
-              Hola cariño, como estas? –le pregunto a su novia luego de besarla.
-              Más o menos, te he extrañado mucho.
-              Oigan tortolitos, donde esta Bellita? –los interrumpió Emmett buscando a su hermanita por todos lados.
-              Esto… veras ella no pudo venir, tenía mucho que estudiar además de que quería leer las declaraciones para el juicio, es el sábado y bueno ya sebes. –por suerte Alice era buena para mentir, además de haber tenido tres horas para pensarse una excusa.
-              Como que no vino? Se quedo sola un domingo? –pregunto algo incrédulo y triste. Edward no se creyó nada de lo que dijo Alice, luego de lo que vio el domingo pasado no le sorprendía que la chica no regresara, aunque si era sincero moría de ganas por volverla a ver, toda la semana mantuvo la esperanza de estar equivocado y que ella si regresara, incluso pensó en la posibilidad de hacer una visita a s hermano y amigo para poder verla.
-              A Bella no le molesta quedarse sola los domingos. –Alice se sintió un poco mal al usar prácticamente las mismas palabras que su amiga.
-              Pero los domingos son para estar en familia. –el enorme chico no se cansaba de insistir.
-              Ella no es nuestra familia Emmett! –sentencio Edward un poco harto.
-              No será tuya, pero yo así la considero! –Emmett entro a su casa dejándolos a todos sorprendidos.
-              Realmente está bien? –pregunto Jasper a su novia sin dar importancia a que aun no estaban solos. Notaba a Alice triste y un poco culpable.

Ella prefiere estar sola, se acostumbro desde pequeña a estarlo. –ese nuevo dato no paso desapercibido para ninguno. Jasper llevaba un mes tratando a Bella, la consideraba una buena amiga pero lo único que había escuchado de su infancia eran cosas del instituto, que en realidad era Alice quien relataba. Nunca mencionaba a sus padres, su casa, ni nada antes de entrar a la universidad. Edward y Rosalie no entendían la situación, pero a ninguno le pareció normal que una niña pueda estar acostumbrada a estar sola.
Esme y Carlisle también extrañaron la presencia de Bella, solo que al ver las caras de los cinco jóvenes prefirieron no decir nada. Pasaron un domingo tranquilo, al igual que el anterior, y muy en familia.

Capítulo 4: Lazos Capítulo 6: Que es esto que siento?

 
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