Encuentro inesperado

Autor: emely282
Género: Romance
Fecha Creación: 31/03/2012
Fecha Actualización: 04/03/2013
Finalizado: SI
Votos: 6
Comentarios: 19
Visitas: 27827
Capítulos: 25

Vivir en un lugar pequeño como este en donde lo más interesante seria un día enteramente soleado. Frustrante seria la palabra con la que definiría mi vida en este lugar. Estancada es como se encuentro, sin poder ver más allá de las montañas y el musgo verde, había nacido y crecido en este lugar siempre anhelando huir de este lugar, conocer todo aquello que los libros describían, no existía libro en la biblioteca de este pequeño y decadente lugar que ya no haya leído al menos diez veces ya.

En un día normal y decadente como siempre saliendo a la misma hora, como cada día una fina lluvia y una densa niebla cubría la carretera donde por primera vez en mis veinte años en este lugar sucedió algo mas interesante que un día soleado..
 

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Capítulo 1:

 

-¡hijita el día a culminado ya! Es hora de irnos.- Margaret la directora de la biblioteca y mi única acompañante, se acerco a mi, acomodando sus gafas pasadas de época.

- lo se Margaret ya es hora de volver a casa.- hable levantándome del piso donde me encontraba leyendo un libro de cultura general, realmente no lo leía solo observaba las fotografías generalmente conocía esos lugares de memoria, sabia todo acerca de ellos por medio de los libros. Coloque el libro en su lugar, el mismo lugar que había ocupado por más de 30 años. Todas las tardes era la misma rutina. Mirar alrededor, cerciorarnos que todo estaba en el mismo lugar, aparir las luces y luego cerrar con llave la biblioteca.
-hasta mañana querida.- Margaret, estaba colocándose su abrigo.
-hasta mañana Margaret.- termine de colocarme mi chaqueta y la acompañe en la puerta de la biblioteca.- al parecer tendremos que esperar un poco mas antes de despedirnos.
- el clima en este lugar cada ves es mas helado.- ambas mirábamos la carretera había comenzado a caer granito. 
-yo lo veo igual que siempre.- comente sin despegar la mirada de la carretera. 
- eso es lo malo para una joven como tu, vivir en un lugar como este.- Margaret siempre decía cosas como esas. En el fondo ella también deseaba salir de este lugar ¿pero que podría hacer una anciana de casi 80 años en una ciudad desconocida y por siempre agitada, que solo le demostraba que ya no tenia la fuerza para seguirle el ritmo? Era su respuesta; respuesta que solo podía ser resignación. La única pregunta que yo no conocía, era el por que aun sigo aquí…solo existían razones mediocres, como que no tenia dinero o me perdería en lugares tan grandes simplemente tonterías que cubrían mis miedos e inseguridades de hacer lo que deseaba arriesgando todo en el camino.
El granito ceso así que por fin pude subir a mi auto e iniciar el camino de regreso a casa, los neumáticos avanzaban por la carretera húmeda, una vez mas comenzó a llover con fuerza no disminuí la velocidad deseaba más que nada llegar a casa tomar una ducha caliente y luego dormir. Iba tan distraída pensando que haría al llegar a casa que no note el momento en que una moto apareció en mi camino lo que sucedió a continuación es algo que no sabría como describir con exactitud. Intente esquivar la moto al tiempo que frenaba pero me fue imposible estaba muy cerca, el hombre en la moto intento esquivar mi camioneta pero la carretera mojada y fuerte lluvia estaba en nuestra contra, controlar de nuevo la camioneta fue difícil termine saliéndome del camino, frene al punto de estrellarme con un árbol, frente de tal manera que mi cabeza golpeo con el volante atontándome un poco, me enderece pasando mi mano por mi frente ¿Qué rayos acababa de pasar? Salí inmediatamente del auto apresurada para ver a la persona de la moto, estaba en el suelo al parecer desmayado por el impacto.

-¿estas bien?- levante su rostro, no era de por aquí, había atropellado a un forastero.-¿oye estas bien? .- levante su rostro, sus ojos se enfocaron por un momento en los míos y luego se cerraron.- ¡Ho dios lo mate!.- dije un tanto desesperada, revise su pulso y aun tenia. Suspire de alivio no lo había matado. A mi alrededor la situación era un caos la lluvia no paraba, mi camioneta estaba fuera del camino, la moto del chico estaba a unos metros de nosotros y por ultimo este chico desmayado en mis brazos.







Los nervios los tenia de punta, mi corazón latía de manera descomunal, trate de levantar al hombre colocándolo en el asiento del copiloto de mi camioneta, su vehiculo se fue un trabajo mas difícil subirlo al auto fue para mi una completa osadía, no me extraño que solo llevara un bolso como equipaje. Mire una vez mas a mi nuevo inconciente pasajero antes de comenzar a manejar de nuevo a casa, esta vez mucho mas lento no solo por la lluvia y la neblina que cubría la carretera si no por el pánico que sucediera algo más.

-Mm...… ¿Qué sucedió?
-¡Ho! Por dios ¿estas bien?- lo mire aliviada, el pasaba su mano por su cabello, mientras recobraba la compostura.- pensé que te había matado, júrame que estas bien ¿no te duele nada?- coloque una mano en su frente y otra en su cuello.
-estaré mejor si vuelves a colocar tus manos en el volante
-Ho si claro disculpa.- volví a tomar el volante…-me disculpo eternamente por lo que sucedió.
-¿Dónde esta mi moto?- pregunto ignorando mis palabras.
- esta allá atrás.- señale con un movimiento leve de cabeza hacia la parte de atrás de mi camioneta.
- ¿a donde me llevas?
- mi casa y luego al hospital ¿o prefieres al contrario?
- que tal si dejamos todo eso de lado y me llevas a un hotel
- ¡por dios no puedo llevarte a un hotel!- lo mire incrédula de sus palabras quizá si se había hecho daño y estaba diciendo incoherencias, podría tener un derrame y por eso estaba diciendo esas cosas.
- por que ¡no! Estoy bien solo quiero descansar en un hotel y continuar con mi vida.- no lo conocía pero parecía estar exasperado sus ojos estaban completamente abiertos, mire la carretera y estacione el auto a la orilla.- ¿por que te detienes?
- acabas de tener un accidente- lo mire seria sin soltar el volante- y solo quieres ir a un hotel…en que mundo vives debes ir al doctor.
- ¡estoy bien! Solo quiero ir a un hotel a descansar no salí de los Ángeles para que vinieran a decirme que hacer o que no.- su verdes ojos parecían salirse de sus orbitas y su mandíbula tensa parecía iba a romperse la dentadura.
- esta bien, pero aun así no podrás quedarte en el hotel- dije esta vez encendiendo el auto y comenzar a conducir a mi casa
-¿y ahora por que?
- ¡fácil! Es temporada de casa, el hotel esta a reventar de excursionistas
- ¿y no hay otro?- comencé a reírme por su pregunta pero al verle la cara supe que hablaba en serio.- hablas en serio.- lo mire escéptica- estas en forks el pueblo mas pequeño en el condado de Washington.
-el sarcasmo sobraba…
- ¡si bueno que mala suerte!- dije una vez mas sarcástica ganándome un bufido por su parte
- ¿a donde vamos?- pregunto minutos después
- a mi casa.






- ¿me secuestraras?- lo mire con una ceja levantada, mientras estacionaba el auto frente a el que había sido mi hogar toda mi vida, mis padres se habían muerto hace ya un par de años, esto era lo único que tenia completamente de ellos, quizás por eso no me iba de este lugar de una vez por todas, nostalgia.
- ¿Por que no me respondes?
- ¿Y por que preguntas tanto?- lo mire exasperada y el a mi insistente esperando una respuesta.- imagino que no tienes donde quedarte si contabas con el hotel y como esta lleno te ofrezco mi casa aun me siento responsable por el accidente… ¿feliz?- dije saliendo del auto, lo ultimo que alcance a oír fue un “si” de su parte ganándose un portazo de la mía.
- Uy que ruda, no deberías tratar así a esta reliquia- ni siquiera me tome la molestia de mirarlo, tal vez debí haberlo dejado en la carretera (vamos bella no pienses esas cosas sabes que no es lo correcto)
- ¿Cuando te marcharas?- pregunte entrando ya en la casa, sintiendo sus pasos a mi espalda…
- Estoes…. ¡acogedor!- dijo parado en la sala mirando su alrededor- acabo de llegar ¡y ya me corres! Pensé que tendríamos un poco de acción primero.
- ¿Disculpa?- ¿que demonios había querido decir con eso? Al parece mi cara reflejaba un alto grado de confusión por que no comento mas nada. Le mostré la casa para que supiese que hacer cuando estuviese en la biblioteca.
- Oye sabes el numero de algún restaurante donde pueda pedir algo de comida como una pizza.- estaba sentado en la sala buscando algo en su bolso, algo que me pareció era su celular.
- ¿Es broma verdad?- movió su cabeza en negación lentamente. Yo solo pude reír y caminar hacia la cocina.- ¿que es tan gracioso?
- ¿Como dijiste que te llamabas?- pregunte asomando mi cabeza por la puerta de la cocina
- ¡Edward!
- Bueno, ¡Edward! ¿Que parte de esto es un pueblo no comprendes?- el abrió la boca quizás para decir algo pero se arrepintió de hacerlo en su lugar mostrando un muy tierno y aniñado puchero. Sonreí para mi misma al mismo tiempo que negaba.- si eres tan adicto a las comodidades de la ciudad ¿por que viniste aquí?
- ¡Esa es una buena pregunta! ¿Y sabes cual es otra?- Edward hablaba en la sala mientras yo buscaba en la cocina algo para la cena.
- Dime cual
- ¿Cual es tu nombre?- le escuche hablar a mis espaldas, me voltee y si allí estaba, parado en la puerta mirándome. Mientras preparaba sándwiches 
- Isabella, así me llamo
- ¿Isabella que? 
- Isabella Swann
- Yo soy Edward……
- ¡Si ya lo se!- le interrumpí buscando un plato
- Edward, Cullen así me llamo.
- Mucho gusto Edward.- le sonreí entregándole un plato con su sándwich.- y buen provecho. Salí de la cocina directo a mi habitación, esa noche no tendría otra intención mas que dormir y fue lo que hice a pesar de que no fue censillo, no estaba cómoda sabiendo que a dos puertas de mi habitación se encontraba un hombre que no conocía, quizás era una mala idea y debí dejarlo a su suerte pero tampoco podría ser tan cruel de todos modos fue mi culpa. Al día siguiente mi despertador realizo su tarea así que me levante con suma dificultad de la cama y salí en dirección al baño, me duche como siempre permitiendo que el agua tibia despertara poco a poco todas mis terminaciones nerviosas me vestí para ir a la biblioteca pero antes debía ir por un poco de café.
- ¡Buenos días!- levante mi rostro al escuchar que alguien me hablaba y al ver que era un hombre en mi cocina no pude evitar pegar un grito de pánico el cual fue respondido de igual manera por parte de el continuamos gritando hasta que mi cerebro se despertó completamente y recordé que era el hombre al que había atropellado ayer.
- Pensé que habías sido un sueño- tape mi cara con mis manos tratando de recobrar el aliento.
- Así se dice buenos días aquí, a ¡gritos! 
- No, no disculpa es que….me asustaste 
- ¿perdón?
- No hay problema, buenos días ¡Edward! Otro día lluvioso en forks- entre en la cocina buscando una taza para servirme el café.
- Te equivocas hace un día soleado.- voltee a mirarlo, este sonreía, traía puesto unos jeans desgastados y una camisa cuello v color verde un verte tan parecido al de sus ojos, hacían que estos últimos parecieran unas enormes gemas.- ¿no quieres el café?
- ¿Que?- pregunte ausente
- ¡El café!- paso la taza por debajo de mi nariz...
- ¡Ho!, si, si ¡claro! Eres muy amable.- tome la taza de café en silencio al igual que el.
- Oye como, como es que pudiste subir mi moto a tu reliquia.
- Con dificultad, aunque te agradecería que dejes de llamar reliquia a mi auto.- lleve la taza la lava trastes.
- ¿Y como deseas que le diga?- hablo en mi oído, moví mi rostro unos centímetros, el solo coloco su taza de café en el lava trastes también.- ¿dinosaurio?- lo mire levantando una ceja para luego alejarme.- oye no te molestes fue una broma simplemente…- ignore sus comentarios y salí a la entrada, su motocicleta estaba estacionada al lado de mi camioneta y al parecer la estaba revisando.
- ¿Le sucede algo a tu moto?- pregunte parándome frente al vehiculo 
- No enciente.- respondió a mi lado.
- Necesitas un mecánico por que conozco un que quizá….
- No, solo necesito una caja de herramientas.- me interrumpió acercándose a su moto y mirándola detenidamente 
- Bajo la escalera hay unas…-camine a mi camioneta y subí en ella encendiéndola.
- ¿A donde vas? Oye si que ruge ese motor.- se levanto de su lugar apresuradamente al escucharme encender el auto
- ¿Puedes dejar de meterte con mi auto? Y voy a trabajar.
- ¿Me dejaras aquí solo?
- Creo que un citadino como tu puede defenderse sin ningún problemas en un pueblo tan pequeño como este, de todos modos si haces algo que no debería considera de nuevo que esto es un pueblo así que no tardare en enterarme.
- ¡Pareces policía!
- Si, creo que ayuda el haber tenido a tu padre como comisario del pueblo.- Edward asintió pensativo con la boca abierta mientras yo me alejaba en dirección a la biblioteca, no se si era la mejor decisión dejar a un extraño en mi hogar pero confiaba por primera vez en lo rápido que corrían las informaciones en este lugar. Al llegar a la biblioteca Margaret me amedrantó con preguntas acerca del nuevo forastero, no tuve otra opción que responder a todas sus preguntas de la manera mas amable y evitando que se hicieran ideas en donde no existía, incluso se le ocurrió la idea de que fuera mi boleto de salida de este lugar. Eso era algo que jamás me detendría a pensar no podría llegar a ser así jamás utilizar a las personas por interés no era mi naturaleza. El resto del día no llovió, ni siquiera se nublo según Margaret era una señal, para mi el clima. A la hora de volver a casa no pude evitar manejar extremadamente lento aun tenia los nervios de punta por lo sucedido. En el camino pude escuchar detrás de mi varios pitidos provenientes de otro vehiculo al parecer estaba manejando con demasiada precaución 
- ¡Oye Isabella! ¿Por que manejas tan lento?- apareció Edward junto a mi ventana venia manejando la moto todo lleno de grasa y sin camisa..
- Que rayos haces…- pregunte asustada clavando mis ojos en los suyos evitando ver hacia algún otro lugar
- Estoy probando la moto, pero creo que tiene algo que no vi. Oye conduces como viejita ni mi abuela conduce así.
- Discúlpame por tener precaución luego de un accidente. 
- ¡Por dios!- dijo echando su cabeza atrás y riéndose de mi. lo mire seria alternando mi mirada entre el y la carretera frente a mi.- la vida es para vivirla, además un accidente así no es para tenerle miedo al destino si no mas bien aventurarse en su contra.
- Quisiera tener tu fortaleza
- ¡fortaleza! ¡Por dios! ¿En que siglo vives?
- Acaso es malo querer hablar correctamente
- ¡correctamente!... ¡Hay esta! Hablas como si tuvieras 50 años de edad- sus ojos se concentraban en los míos, brillantes a la tenue luz del sol, que se ocultaba ya detrás de las montañas dándonos una muy hermosa despedida, tuve que romper el contacto visual al pasar por algo en la carretera ; al volver mi atención a esta me fije que sin darme cuenta había subido a la acera tuve que controlar un poco mis nervios solo de pensar en que podía destruir o lastimar a alguien rápidamente baje el auto con cuidado de la acera y estacione la camioneta frente a la casa. Suspire de alivio pasando mi mano por mi cabello
- Oye para tener 50 años encima tienes excelentes reflejos.
- Y tu ningún sentido del peligro.- estaba un poco cabreada por su comentario
- Si, pero a diferencia tengo valor y lo enfrento.- enarque una ceja ya mucho mas molesta, baje del auto lo cerré de un portazo y entre a la casa completamente molesta.
- ¿Pero que hice?- pregunto a mis espaldas mientras yo subía las escaleras en dirección a mi habitación.- ¿en serio no me dirás?- su voz sonaba a suplica y arrepentimiento, pero de igual forma entre en mi habitación, esa noche dormir fue una misión casi imposible la idea de que pude haber actuado de mala manera me perseguía. Luego de esa mini discusión las cosas fueron un poco mas diferente, no había cambiado su arrogancia y malas bromas pero al menos me había demostrado que podía llegar a ser paciente y comprensivo en diferentes temas; de igual forma me demostró, a pesar de no haber confirmado nada con palabras; que intentaba buscar algo, escapar de un lugar…y aun no podía conseguir ninguna de las dos. Habían pasado ya dos semanas y nos entendíamos completamente, de una forma ridículamente rápida pero real. Pasar tanto tiempo con la misma persona hacia darte cuenta de muchas cosas, tan acostumbrada a estar sola estaba que había olvidado lo que era reír, cantar una canción a todo pulmón incluso tan marchita estaba mi alma que había olvidado lo hermoso que era darse un clavado en la pequeña cascada escondida entre el bosque de este pueblo. En mi experiencias diferentes estaban surgiendo como si una parte de mí que había estado dormida durante toda mi vida y la cual había ignorado, había despertado y gritaba a los 4 vientos que su existencia era posible y tangible. Una tarde volviendo de la biblioteca me lleve una muy hermosa sorpresa la casa estaba a oscuras y en el centro de la sala se encontraba la mesa de centro adornada muy hermosa donde reposaba lo que seria en ese momento la cena, esta demás decir que el momento fue sumamente especial, si ya antes había comenzado a sentir algo hacia Edward, estar allí con el solo, en una casa con poca luz mientras hablábamos de todo de nada, pude confirmar que no solo era una mirada y sonrisa cautivadora si no todo de el lo que me atraía como un imán al metal….las mirabas se conectaban los cuerpos se rozaban sugerentes deseosos uno del otro, poco a poco la pasión y el deseo fue apoderándose de ambos cuerpos y mentes convirtiendo aquella noche en una perfecta velada interesante, hermosa y mas que nada erótica. 
Pero como no todo el color de rosa…mi mundo de fantasía culmino en el momento en que desperté al día siguiente, despertar mi cama con una sonrisa recordando cada beso, caricia…era como recordar hacer visto el paraíso. Aunque darme cuenta luego que me encontraba sola, no solo en la cama si no en la casa y hallar únicamente una nota que no explicaba nada, ese fue mi boleto a la realidad.

Pero más que nada lo que cambio mi vida fue lo que sucedió luego.



 

 

Capítulo 2:

 
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