BELLA POV:

Luego de una noche de total desvelo pensando en que lo vería nuevamente no me quedo más remedio q alistarme para salir hacia la casa del señor cullen abrí mi armario y después de mucho pensarlo me decidí por una blusa azul marino con una falda tubo blanca junto con unos tacones azules a juego, me deje el cabello en una cola alta y lo rice un poco, tome mi cartera y unos papeles que había traído de la oficina y que iba a necesitar y Salí con rumbo hacia la mansión cullen, era la casa de sus padres, Ángela me había dado la dirección así que no tarde mucho en dar con la casa, era muy grande y estaba en uno de los sectores más prestigiosos de Seattle, la decoración exterior era impresionante, al llegar a la reja hable por el intercomunicador que allí había.

-buenos días señorita en que la puedo ayudar.- me dijo una voz al otro lado del intercom.

-buenos días soy Isabella swan la asistente del señor cullen.- no escuche una respuesta cuando las grandes rejas blancas se abrieron permitiéndome entrar, aparque en un espacio libre que había junto a otros coches, un hombre ya me esperaba con las puertas abiertas, supuse que sería su mayordomo, luego el me lo confirmo

-señorita swan soy Harry Clearwater el mayordomo de la familia estaré a su servicio, el señor Edward la espera en su habitación.

-en su habitación.- fue lo único que pude decir luego de casi atorarme con mi propia tos.

-si señorita swan

-llámeme bella.- lo interrumpí.

-si señorita bella, el señor cullen tiene un yeso en la pierna y las costillas rotas no se puede mover de su cama.- me dijo con una sonrisa

-si entiendo.- le dije y mire a mi alrededor.

-sígame señorita.- me dijo Harry, si la casa era impresionante por fuera, por dentro era un sueño, todo estaba perfectamente decorado y en orden, Harry me dirigió al segundo piso por las escaleras y luego por un largo pasillo hasta una puerta que estaba justo al final.

-esta es la habitación del señor Edward.- me dijo al tiempo que tocaba la puerta-

-siga.- escuche que decía una voz de mujer, Harry abrió la puerta y me dejo pasar.

-señor Edward aquí está la señorita bella.- le dijo Harry, di tres pasos al frente y lo vi, estaba recostado en su cama, tenía unos cuantos moratones y pude ver el yeso de su pierna, junto a él se encontraba sentada en la cama una joven bajita de piel blanca y cabello corto color azabache que le sobaba el cabello, sentí como se me formaba un nudo en la garganta, ella me observo de los pies a la cabeza y al verme a la cara pareció notar mi incomodidad, seria ella la novia del señor cullen, aunque era muy joven para él, pero eso era lo de menos  yo también era menor que él, moví la cabeza evitando esos pensamientos.

-gracias Harry, ya te puedes retirar.- le dijo al mayordomo con una voz cantarina.

-llámeme para lo que necesite señorita.- ella asintió y se levantó de la cama no sin antes darle un abrazo y un sonoro beso a el señor cullen en la mejilla, baje la mirada y me sentí arder por dentro, porque demonios sentía estas cosas.

-hola así que tú eres Isabella swan.- me dijo ella, el señor cullen solo me miraba, pude notar un brillo extraño en sus ojos.

- si señorita encantada.- dije fingiendo mi mejor sonrisa.

-el gusto es mío yo soy Alice cullen, la hermana menor de Edward.- abrí mucho los ojos así que era la hermana que tonta he sido.- tranquila.- me susurro picándome  un ojo, el señor cullen la fulmino con la mirada ella solo sonrió y se dirigió nuevamente a mi .- el terco de mi hermano ha querido trabajar pero dadas las condiciones deplorables en las que se encuentra no se puede mover de la cama, el debería descansar pero como ya te dije es tan terco.- paro y miro a su hermano que seguía fulminándola.- papa lo ha dejado hacerlo con la condición de que no se levante de la cama para nada hasta que esté en mejores condiciones así que ahí es donde entras tu Isabella.

-dígame bella.- le dije.

-oh claro bella pero no me trates de usted somos casi de la misma edad creo.- me dijo y me sonrió.- ayúdalo lo más que puedas y no lo vallas a dejar levantarse por nada en el mundo a menos que sea muy urgente claro esta.- termino de decirme tomándome las manos de repente la voz del señor cullen nos sacó de nuestra conversación, casi había olvidado que él estaba ahí.

-terminaste Alice.- le dijo a su hermana.- no soy un niño pequeño no es necesario que me pongas guardaespaldas ni que de ningún tipo de recomendaciones a la señorita swan.

- ya lo sé hermanito pero nunca está de más, déjame cuidarte mira que desde que te fuiste con esa bruja oxigenada casi ni te veo.- le dijo está poniendo un puchero, ¿bruja oxigenada?- bueno entonces yo me voy para que trabajen, ya sabes Eddy no te excedas aun estas convaleciente.- le dijo ella.

- no me llames así y claro que lo recuerdo aun me duelen todos los huesos.- dijo el señor cullen algo molesto, Alice salió de la habitación y me volvió a picar el ojo

-cuídalo.- dijo en un susurro y cerró la puerta.

- se va a quedar ahí parada todo el día.- me dijo el señor cullen regresándome a la realidad.

-muy agradable su hermana.- le dije.

- si es un caso.- me respondió y el sonrió, sonrisa que no le duro mucho ya que se removió y se quejó.

- está bien.- le dije acercándome rápidamente al.- le duele algo.

- esa es una pregunta tonta dadas mis condiciones no le parece Isabella.- me dijo de manera sarcástica.

-como le ha pasado esto, usted es un buen conductor.-le pregunte

-es su culpa.- me dijo.- iba pensando en usted y lo que estaría haciendo, me rechazo, si no lo hubiese hecho ahora no estaría así, además que el maldito que me choco iba ebrio.

- yo no tengo la culpa de nada así que no diga esas cosas, si no hubiese insistido en ir al departamento esa misma noche ahora no estuviera así.- le dije con rabia, no me gustaba que me hiciera sentir culpable por su accidente.

- bueno ya eso no importa, usted vino fue a trabajar no a discutir idioteces.- me dijo en tono frio y con rabia había vuelto el Edward cullen odioso.

- usted empezó.- le dije y me senté en un sofá que estaba cerca.- tiene algunos pendientes por firmar.- le pase los papeles y nuestros dedos se rozaron, los aparto rápidamente y comenzó a revisarlos, no me toco más el tema, estos serían dos meses muy largos.

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AQUI ESTA LA SORPRESITA QUE LES DIJE EN EL GRUPO ES UNA CONTINUACION DEL CAPITULO ANTERIOR QUE ME QUEDO UN POCO CORTICO ESPERO LES GUSTE!!

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