POV BELLA:

Me dolía todo mi cuerpo y las lágrimas no se detenían quise jugar con fuego y me había quemado la manera en que cullen me estaba follando era muy brusca, con ira, me sostenía tan fuerte que me había dejado moretones. Al principio me había gustado pero después fue demasiado salvaje que no lo soporte me dolía demasiado y a él no parecía importarle, cuando comencé a llorar fuerte que le suplique que parara el me soltó de repente como dándose cuenta que lo que hacía estaba mal , lo mire con miedo yo nunca había hecho nada de eso, él era mi primer hombre y me trataba tan brusco no podía creer que me hubiese tomado por la fuerza al verlo note una expresión de arrepentimiento en su mirada, me dio el día libre como si eso compensara lo que me había hecho no quería verme y yo a él tampoco no lo quería volver a ver nunca más.

Al llegar a casa me duche y me acosté, me sentía muy cansada, al día siguiente me la pase todo el día encerrada en mi departamento, no quería regresar más a cullen inc., pero necesitaba el trabajo y no lo iba a dejar porque el maldito de mi jefe me quisiera follar, yo no se lo permitiría más, solo trataría con él lo relacionado al trabajo no le dejaría tocarme nunca más.

Al llegar a la empresa me fui directamente a mi escritorio, por suerte aun no me había encontrado con el señor cullen no sabía cómo reaccionaría al verlo; comencé revisar papeles y a agendar citas; estaba muy entretenida en mis deberes cuando mi teléfono sonó.

-señorita swan necesito que venga ahora mismo.- me dijo y colgó

Lo inevitable ocurriría, vería al señor cullen, era tonta si pensaba que podía trabajar para él y no verlo más, me levante y me fui hacia su despacho toque la puerta y escuche un siga

Él estaba parado frente al ventanal un rayo de luz lo iluminaba era muy guapo, pero eso no le quitaba lo cerdo insensible, no entendía como un hombre tan perfecto por fuera podría ser tan imperfecto por dentro, yo seguía observándolo y el solo me miro y se sentó en su escritorio.

-siéntese señorita swan.- me dijo, evitaba mi mirada, pero al final se decidió y me miró fijamente directamente a los ojos, me sentí algo cohibida y le aparte mi mirada.- míreme Isabella.

-dígame señor cullen que necesita.- le dije levantando mi mirada y demostrando el valor que no tenía.

-mire Isabella seré directo, lamento lo que ocurrió, nada de eso debió pasar, nunca debió pasar nada entre nosotros, pero no puedo evitarlo, usted, debí despedirla pero no pude no puedo hacerlo y después de pensarlo mucho llegue a una conclusión y espero que usted acepte lo que voy a proponerle.

POV EDWARD:

Después de lo ocurrido con Tanya no me quedaron dudas, estaba obsesionado con mi asistente y no dejaría que ella se apartara de mi lado, la deseaba demasiado y hasta no saciar ese capricho no estaría en paz; al día siguiente sin ella en la empresa corrobore todo lo pensado, necesitaba relajarme estar en paz por un rato así decidí ir donde mis padres, hace mucho tiempo que no los visitaba, llame a tanya para que me acompañara.

-Edward amor como estas.- me dijo ella con la voz algo agitada.

-hola tanya quería saber si me acompañas a casa de mis padres.- le dije

-cariño lo siento estoy con unas amigas que no veía hace mucho tiempo.- me respondió, la notaba algo extraña en especial por su respiración.

-no tranquila iré yo solo.- la verdad no tenía muchos ánimos de que me acompañara no quería otra batalla entre mis hermanas y ella.

-está bien amor entonces te dejo y nos vemos luego.- dijo despidiéndose y cortando la llamada.

Al llegar a casa de mis padres Esme, mi madre me recibió muy entusiasmada

-hijo que bueno que vienes, hace mucho que no nos visitabas.- me dijo mi madre

- lo siento mama, no había podido venir.

-hermanito!! Estas aquí.- dijo una muy emocionada Alice corriendo hacia mi dándome un fuerte abrazo, ella era mi adoración mi hermana pequeña.

-eres un tonto nos tenías abandonadas.- dijo Rosalie mi otra hermana dándome un golpe en el brazo.

-también me alegro de verte Rose.- le dije sobando mi brazo, rose tenía mucha fuerza cuando golpeaba.

-no lo golpees Rose, lo importante es que vino.- dijo Alice defendiéndome.

-hijo no vino tanya contigo.- pregunto mama.

-mejor que no haya venido la oxigenada esa.- dijo Alice a ella no le simpatizaba tanya, a Rose tampoco pero ella lo disimulaba más.

-Alice no hables así de la novia de tu hermano.- dijo mama

-pero si lo es, no es rubia natural cierto?

-Alice!!

-mama déjala, ya estoy acostumbrado a sus comentarios mal intencionados.- le dije la verdad a mi madre tampoco parecía agradarle tanya pero ella no decía nada.

-buenas noches familia.- dijo mi padre entrando en la casa.- Edward hijo que sorpresa no esperaba encontrarte aquí.

- he pasado a visitarlos.- le dije

-hijo te quedas a comer.- dijo Esme

-claro mama

Después de la cena y de pláticas entretenidas decidí irme a casa ya era tarde y no sabía de tanya estaría esperándome, no me había llamado en toda la tarde y eso era una sorpresa. Al llegar a mi casa me di cuenta que estaba vacía tanya aun no llegaba, a los pocos minutos de haber entrado llegaba ella. Olía a alcohol había bebido y eso no me gustaba.

-Tanya porque llegas ahora y en ese estado.- le dije

-Amorcito quiero sexo, hazme el amor te necesito dentro hace mucho no me tocas , desde la noche que me despertaste para follarme.- me dijo lanzándose sobre mí, apestaba a licor.

-estas borracha Tanya vete a dormir.- le dije llevándola a nuestro cuarto y acostándola en la cama, al hacerlo me jalo con ella posicionándose encima mío y comenzó a besarme, no quería que me besara ni me tocara en estos momentos sentía asco de repente sentí que paro, se había dormido.

No soportaba más su cercanía, no quería estar más con ella ya no la deseaba, tenía que tomar una decisión con respecto a eso.

Al día siguiente me fui temprano para la empresa, aun no quería ver a la señorita swan, pero hoy mismo tenía que hacerle la propuesta, si después de esto ella no aceptaba tendría que despedirla no podía verla paseándose todo el tiempo frente a mis narices y no poder tocarla seria mucho castigo para mí y terminaría tomándola por cualquier lugar de la empresa.

Ya era media mañana y no me concentraba en nada de lo que hacía, tenía que salir de ese martirio pronto, llame a la señorita swan y le pedí que viniera de inmediato, me levante y me pare frente al ventanal cuando sentí que tocaron la puerta, le dije que siguiera y ella entro , no la mire aun no me atrevía a hacerlo, sentí como me miraba fijamente yo solo la mire de reojo y me senté en mi escritorio, le pedí que se sentara.

-dígame señor cullen que necesita.- me dijo ella sin mirarme

-míreme  Isabella.- le dije, ella alzo su rostro.- seré directo, lamento lo que ocurrió, nada de eso debió pasar, nunca debió pasar nada entre nosotros, pero no puedo evitarlo, usted, debí despedirla pero no pude no puedo hacerlo y después de pensarlo mucho llegue a una conclusión y espero que usted acepte lo que voy a proponerle.

 Ella frunció el ceño y luego bajo la mirada mordiéndose el labio, dios porque hacia eso, acaso lo haría apropósito o de verdad no se daría cuenta lo que eso provocaba en mí, trate de ignorar el gesto y continúe.

-mire Isabella usted y yo somos adultos y estoy seguro que sabrá manejar esto, se lo que provoco en usted .- le dije con una sonrisa torcida al final.

-y que es lo que provoca en mi señor cullen.- me dijo alzando una ceja y cruzándose de piernas.

-no se haga la tonta Isabella usted me desea, estoy seguro que si en estos momentos le miro el coño me daré cuenta como esta de mojada y lista para recibirme.- le dije poniendo la voz más sexy que pude y mirándola fijamente, me estaba jugando el todo por el todo, la reacción de Isabella me confirmo lo que le dije, al principio se asombró pero luego ese asombro se transformó en un sonrojo que se posó en su rostro para luego bajar la mirada y apretar el cruce de sus piernas, yo solo pude sonreírle.

-está equivocado señor cullen, no se crea tan macho moja bragas.- me dijo mirándome de nuevo, el sonrojo de su rostro no se quitaba.

-quiere que lo compruebe señorita swan.- le dije haciendo amague de levantarme.

-noooo, ni se le ocurra ponerme un dedo encima.- me dijo levantándose de su asiento

-le pregunto nuevamente señor cullen que es lo que quiere de mi .

-quiero que sea mía Isabella que esté a mi completa disposición siempre que yo lo requiera y donde yo quiera, deseo tenerla debajo de mi haciéndola gritar del placer que solo yo le brindo, sin reclamos ni ataduras, solo sexo duro como a usted mi querida zorra calientapollas le gusta.- ella me miro con los ojos como platos y la respiración algo agitada, inhalo profundamente.

-quiere que sea su amante, que sacare yo de todo esto.- me dijo

-aparte de calmar sus calenturas, le cumpliré todos sus caprichos, lo que quiera lo tendrá es solo que me lo diga.- le dije, con tal de que aceptara le daría lo que me pidiese.

-mire señor cullen yo no soy ninguna puta que se acueste por dinero así que mi respuesta es no, búsquese a una que si le cumpla sus cochinos deseos.- dicho esto se levantó para irse no le permitiría un no por respuesta, ella debía ser mía, me levante alcanzándola y acorralándola contra la pared, recosté mi creciente erección en su trasero y le hable al oído.

-mire como me pone Isabella yo no quiero a otra la quiero a usted y si no acepta no la podre tener cerca, porque no lo aguantaría y me la follaría a la primera oportunidad que tuviera.- le dije ya con el deseo palpitante en mi entrepierna. Ella respiraba erráticamente y no decía nada parecía estarlo pensando, pose mi mano en su cintura y empecé a descender hacia su sexo.

-no lo haga o le juro que me voy de aquí ahora mismo.- me dijo moviéndose para soltarse de mi agarre.

-mírate Isabella estas tan caliente sabes que también deseas que te atraviese ese coño con mi duro pene por eso no quieres que te toque porque sabes que estas totalmente húmeda y no te podrás resistir a mi.- le dije volviendo a posar mi mano en su cuerpo y la sentí temblar, estaba seguro que pronto cedería.- vamos Isabella no te resistas.- y baje mi mano por su contorno, ella temblaba y escuche como reprimía un gemido mordiendo su labio inferior hasta el punto de casi arrancárselo.

-quiero ser yo quien muerda ese labio.- le dije y moví mi mano hacia su sexo acariciandoselo por sobre la tela de su falda por toda su extensión.

-está bien acepto.- soltó de repente, no pude más que sonreír triunfal.- pero tengo algunas condiciones.- dijo en un hilo de voz.

-está bien pero me lo dice después ahora la quiero follar.- la tome con ambas manos volteándola para que estuviéramos frente a frente.- aceptare lo que sea.- le dije posando mis labios sobre los de ella besándola de manera muy pasional, me baje los pantalones y la tome por las nalgas alzando su falda hasta su cintura, moví su braga a un lado y me hundí en ella duro y profundo, Isabella reprimió un gemido, estaba tan mojada y caliente y sobretodo tan apretada.

-dios que bien se siente.- dije envistiéndola una y otra vez contra la pared

-sí, sí, sí, más rápido cullen.- dijo y así lo hice aumente más la velocidad de cada arremetida, cuando sentí como sus paredes se contraían y supe que estaba próxima al éxtasis, yo seguí introduciéndome en ella duro y rápido cuando sentí que exploto.

-ah sí si oh dios mío.- dijo no controlando más sus gritos de placer por el orgasmo que acababa de golpearla fuerte y salvajemente, dos estocadas más y yo también logre alcanzar mi liberación y el éxtasis total, ella recostó su cabeza en la pared y en cuanto recuperamos el aliento la solté y Salí de ella, nos acomodamos la ropa.

-ahora si mis condiciones señor cullen.- dijo al terminar de arreglarse y sentarse en el sofá, yo hice lo mismo sentándome a su lado.

-entonces dígame que es lo que quiere.- le dije

-primero que todo no quiero volver a hacerlo aquí en cualquier momento alguien podría descubrirnos y no quiero eso, segundo nada de tratarme como un objeto, tercero espero que me cumpla la condición de hacer realidad todos mis caprichos y por ultimo señor cullen no quiero que me vuelva a tomar por la fuerza, si estoy aceptando esto es porque no quiero quedarme sin trabajo y porque me gusta cuando me folla como lo hiso ahora.- termino de decir.

-son muchas condiciones.- le dije

-usted escoge señor cullen, es eso o nada.- al demonio todo le daría lo que quisiera.

-está bien señorita swan, entonces tenemos un trato, ahora acomódese y regrese a trabajar que ya ha perdido mucho tiempo.- dicho esto ella sonrió pícaramente y mordió su labio, se levantó para retirarse.

-otra cosa Isabella si quiere que no la folle en la oficina por favor no me provoque que no respondo de mi.- ella solo asintió y salió de ahí contoneando sus caderas.

Ahora necesitaría un lugar para poder follarla sin contemplaciones, un sitio del que nadie supiera, solo ella y yo.

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AQUIE ESTA EL CAPITULO CHICAS!!

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