Edward Pov:

Isabella swan, no me la sacaba de la cabeza esa mujer me tenía desconcertado era demasiado buena para ser de verdad a pesar de que yo no era claro con mis sentimientos hacia ella seguía conmigo y atenta a mí me sentía muy bien a su lado, y lo que hiso por mi hermana y mi amigo, no la merecía en especial por cómo empezó todo aún me cuestiono como pude ser tan bruto y animal con una mujer tan especial.

El sábado por la mañana me desperté en sus brazos esta vez no me estaba viendo dormir, así que yo la vi dormir a ella, era hermosa demasiado hermosa durmiendo se veía tranquila, feliz, estaba muy atontado mirándola cuando de pronto se remueve y dice:

-Edward, Edward no me dejes por favor.- decía Isabella removiéndose.- Edward que sientes dímelo

-Isabella, Isabella despierta cariño.- le dije para despertarla, estaba soñando conmigo y decía que no la dejara y que sentía a que se refería, seria a la pregunta del auto.- bella

-Que pasa.- dijo ella abriendo sus ojos.-Edward?

- si cariño soy yo, hablabas dormida.- le dije

-o por dios que vergüenza que dije.- me pregunto sonrojándose, no le diría lo que me dijo seguro se avergonzaría más.

-Isabella me encanta cuando te sonrojas, pero tranquila que no dijiste nada que yo entendiera.- le mentí

- qué alivio pensé que había dicho alguna tontería, pero, como despertaste antes que yo o te desperté, lo siento.- me dijo sentándose en la cama, su mullida cama.

-no te preocupes cariño, ven acá.- le dije subiéndola sobre mí y le di un beso en los labios.- no te preocupes de nada, yo solo quiero estar contigo.- le dije ella sonrió y me beso, la tome por el cuello y profundice el beso metiendo mi lengua en su boca nuestras lenguas danzaban rítmicamente en nuestras bocas y yo la tome por los muslos y sentándonos a ambos le alza la bata de dormir que tenía puesta y se la saque por los hombros, ella quedo desnuda solo con sus bragas la volví a sujetar y de un tirón se las arranque.

- me debes un par de bragas.- me dijo sonriendo

- anótalas a la cuenta.- le dije y baje por su cuello hasta llegar a sus hermosos pechos tome un pezón entre mis labios y sentí como Isabella gemía y se frotaba contra mí ya hinchado pene.- me vuelves loco Isabella te deseo tanto.

- yo también Edward.- me dijo entre jadeos, en un rápido movimiento la puse debajo de mí y me baje mi pantalón de dormir junto a los boxes, mi gran erección salto libre y yo me acomode entre las piernas de Isabella y me lo ubique en su húmeda entrada.

-estas tan mojada bella, dios.- le dije hundiéndome lentamente en ella.- y apretada me voy a volver loco.

- y tu tan grande y duro Edward siento que me rompes, mas.- me dijo cerrando los ojos y arqueándose para tener más profundidad, comencé a moverme lentamente en su interior entrando y saliendo una, dos, diez veces, Isabella jadeaba y gemía debajo de mi.- más rápido Edward por favor.

Al decirme eso no aguante más y comencé a hundirme en ella rápido y duro más duro en cada estocada, Isabella gemía descontrolada, estaba loca de placer y cuando sentí que se iba a correr pare y la voltee y me hundí en ella nuevamente fuerte duro ella gemía y gemía y yo seguía la cama se movía y pronto la sentí dejarse ir dos  estocadas más y pronto yo también me corrí y me tumbe sobre ella.

-Edward eso fue increíble.- me dijo aun con la respiración entrecortada

-si Isabella lo fue, increíble ahora vamos a ducharnos cariño.- le dije levantándome y saliendo de ella poco a poco

- me gusta que me digas cariño.- me dijo cuándo me levante

-y a mí me gusta decírtelo.

Luego del baño nos pasamos toda la mañana tonteando en su departamento y viendo películas románticas que eran las que ella tenía en su casa, decidí invitarla a cenar fuera a lo que ella acepto encantada, la estaba esperando y cuando salió de su habitación literalmente bote la baba estaba hermosa en un vestido color crema junto con unos tacones negros, ella camino hasta mi

-y que tal te gusta.- me pregunto sonrojándose como habitualmente hacia

- incomparablemente hermosa mi querida Isabella, seré el más envidiado del restaurante, creo que te tomare muy fuerte del brazo.

Salimos del departamento, Thomas nos esperaba fuera en el auto le pedí que nos recogiera ya que aún no me sentía en condiciones de conducir un auto. Ya teníamos un reservado en el restaurante así que llegamos directamente a la mesa, no te como muchos ojos (hombres y mujeres) observaban a Isabella, yo la tome más fuerte del brazo acercándola a mí, nos sentamos en la mesa y el camarero nos trajo la carta, pedí por ambos y un postre compartido, Isabella se le veía feliz pero no me decía nada, se le veía nerviosa. Comimos y compartimos el postre, yo le daba a Isabella y ella me daba a mí, parecíamos una pareja normal. Cuando terminamos la note tensa. Se retorcía los dedos, decidí obviarlo y no agobiarla con preguntas, cuando sentí que ya no podía verla así le iba a preguntar qué le ocurría pero se me adelanto

-Edward tengo algo importante que decirte.- me dijo mirándome a los ojos y muy seria, vi como comenzaba a sonrojarse.

- soy todo oídos bella dime que te pasa, te he notado tensa y nerviosa no te he dicho nada por no agobiarte más.

-es que yo… tengo que… decirte algo importante…- dijo tratando de organizar las palabras.- pero no sé por dónde empezar.

- pues empieza por el principio cariño.- le di una sonrisa aunque me preocupaba lo que tenía por decirme porque estaba tan nerviosa.

- Edward no sé cómo paso, sé que nosotros empezamos de una manera muy poco convencional, pero con el pasar del tiempo no se la cercanía y trato, la forma en que me haces el amor, me han hecho sentir cosas.- me dijo mirando sus manos

- qué clase de cosas Isabella dime de una vez que te pasa.- ya tanto misterio me estaba mortificando

- yo… yo…

- habla de una vez bella me estas preocupando

- yo te quiero Edward, no sé cómo paso pero es así te quiero y mucho.-soltó de repente, me congele, ella me quiere y mucho, sentí mi corazón palpitar rápido, la última mujer que me dijo que me quería me había hecho algo terrible, sentí miedo, yo sentía cosas por ella pero no quería aceptarlo no podía, tanya nunca me había dicho que me quería de corazón lo sentía porque yo también hacia lo mismo pero Isabella ella era diferente a ella yo, yo….  Hay me di cuenta yo también la quería por dios si la tenía en la mente todo el tiempo y la necesitaba conmigo.

- tenías que decírmelo para yo entender lo que sentía.- le dije fue lo que salió de mi boca

- entender que Edward?.- me pregunto con los ojos iluminados.

- que yo también te quiero bella, pero no te quiero hacer sufrir ni que tú me hagas sufrir a mí, el amor duele y mucho.- su expresión cambio de repente y de sus ojos salieron lagrimas silenciosas, yo se las seque y la tome de la cara.

- mi querida y adorada bella yo también te quiero pero no quiero que me duela y no llores cariño que lo nuestro durara lo que tenga que durar, no te preocupes por eso, te quiero en mi vida y estaré dispuesto a intentarlo por ti, porque eres tú, y ahora mismo no me imagino sin ti a mi lado.

- Edward.- dijo en un sollozo,  me acerque a su rostro y la bese con pasión y urgencia ella correspondió mi beso con la misma necesidad, yo estaba dispuesto a arriesgar de nuevo mi corazón porque la quería conmigo, no la quería perder, la quería en mi vida. Pedí la cuenta y salimos de ahí íbamos directo al departamento de ella, pero recordé una cosa y le dije a Thomas que cambiara el rumbo hacia el centro.

- al centro?.- pregunto bella

- si cariño al centro creo que tenemos algo ahí que no hemos estrenado, ella lo recordó y sonrió, entrelazo su mano a la mía y me miro con calidez y amor, me sentía bien con ella la quería y por ella estaría dispuesto a sufrir de nuevo.