(Pov Alexia)

Esto era bastante incómodo, durante todo el trayecto en avión no habíamos hablado, ni siquiera cuando llegamos a la isla. Y una vez allí en aquel apartamento de lujo pensé en como podía actuar... pero con el Doctor no podía hacerlo... sabía todos mis trucos, parecía conocerme bastante bien. Pero sin embargo, yo no tenía ni idea de como era él... no tenía ni idea de lo que le gustaba o no... lo que si tenía claro era una cosa, era muy guapo, joder... se conservaba muy bien para edad que tenía y... resultaba de lo más tentador. También estaba bastante claro que le odiaba... por alguna razón, bueno no, por alguna no, le odiaba por como se estaba comportando conmigo. Le miré sentarse en el sofá y beber de un botellín de agua, pasados unos minutos se levantó y caminó hacia la habitación cerrando la puerta. Me ignoraba y no estaba acostumbrada a que hiciesen eso conmigo. Suspiré y dejé caer las maletas que estaba sosteniendo durante este tiempo ya que él cogió las suyas y de las mías pasó. Las arrastré y entré en la habitación sin llamar a la puerta, era mi esposo ¿no?.

Dejé las maletas en un rincón de la habitación y tuve que contener la respiración.

Santa madre de cristo... que estaba haciendo...

Jadeé sin apenas quererlo, ahí estaba el escultural Dr. Carlisle masturbándose sobre la cama... dios, dios, dios, dios... no podía pensar. Estaba desnudo y de pie junto a la ventana, su mano se movía resbaladiza por la longitud de su miembro sin pausa... ese tamaño no era normal, era enorme... el Dr. Cullen era jodidamente enorme... lo imaginé en mi y casi me dolió... ese hombre podría partir en dos a una mujer... joder, joder... giró su rostro y me miró pero no paró, continuó con más fuerza... se sujetaba, sabía como hacerlo y donde tocar, apoyó su mano izquierda en la pared antes de colapsar abundantemente sobre parte de su bajo abdomen. Quería saborear al Dr. dios, lo deseaba y no lo dudé, caminé hacia donde él estaba y me arrodillé pero cuando acerqué mi boca hacia lo que había salido de él me dio una bofetada en la cara.

No sabía como reaccionar, me quedé quieta... y callada mirándole.

No me esperaba para nada esta reacción de su parte... me había pegado. Y sin avisar me sujetó del pelo con tanta fuerza que tuve que abrir mi boca para quejarme y justo en ese momento me acercó a su miembro haciendo que entrase en mi boca. Cerré mis ojos y chupé con vivido ímpetu lo saboreé completamente, fijé mi vista en el, en sus movimientos. Se acababa de correr era imposible que volviese a hacerlo... pero volví a sentir mi boca inundarse de él, maldito infierno sabia demasiado bien. Le miré fijamente como una niña cuando espera un regalo por navidad, entusiasmada por la faceta recientemente descubierta del Dr. Cullen.

-Pídemelo- dijo mirándome fijamente-.

Que le pidiese... el que...

-Follame- dije y pasé mi lengua por la longitud de su miembro-.

Y lo normal en esta situación era que me lanzase a la cama y que me follase pero no lo hizo, me miró fijamente y subió sus pantalones.

-Estaré en la ciudad, no me esperes despierta- dijo saliendo de la habitación-.

No podía creerlo... me había rechazado.... lo había echo...

(Pov Carlisle)

Jodida niña tonta... ¿de verdad pensaba que se lo iba a hacer ahí y ahora...? Estaba muy equivocada conmigo, aguantó bien el golpe y sin duda... lo hizo bien con su lengua, una autentica come-pollas.

Pero yo en esta isla tenía una amiga que me entendía completamente... mi querida amiga Alice Black.

Una autentica mujer, no una idiota con complejo de superioridad.

Subí al coche y lo arranqué, puse rumbo a donde quería ir... calle palmeral número ventisiete bajo izquierda.

Y allí estaba ella, toda una belleza, pelo corto, ojos claros y cuerpo flexible, pequeño, manejable y perfecto el de una autentica mujer.

Bajé del coche y la miré sin decir nada entró en su casa y me miró ofreciendome una invitación silenciosa.

Entré y cerré la puerta... la tarde sería larga y sin duda la disfrutaría.