(Pov Carlisle)
Había sido demasiado blando con ese castigo, y ella sabía que podía llegar a mucho más, pero se mantuvo callada.
La prepotente Alexia había desaparecido, estaba mostrando una faceta que yo no conocía.
Al llegar a casa, no dijo nada, se metió en la ducha y después en la cama.
No se molestó en ponerse pijama, dejando a relucir las marcas que le habían quedado en su piel pálida.
Me quité la camisa y entré en la cama, me estaba dando la espalda.
-Te lo avisé-.
Ella no dijo nada, sollozaba ¿tanto le había dolido?.
-No ha sido para tanto- le dije-.
-Yo no he echo nada malo-.
-Mirar a otro es algo malo-.
-No lo estaba mirando, yo no le he prestado atención en toda la noche-.
-Pues no parecía eso-.
-Carlisle puedes entender que me gustas demasiado, tanto que no puedo ver a otros-.
-No sabes lo que dices-.
-Si que lo se, joder entiendeme-.
-NO puedo -.
-Me gustas, si no no hubiese dejado que me hicieses... eso-.
-¿Eso?-.
-Si eso-.
-¿Te refieres al castigo?-.
-¿Así lo llamas?-.
-Si, me gusta castigar, eso ya lo sabías-.
-Pero no me lo imaginaba de esta manera-.
Su voz era a penas un susurro.
-Mírame-.
Se giró y pude mirarla fijamente.
-Me gusta saber que puedo hacer contigo lo que quiera como quiera-.
-Pero...-.
-¿Te ha gustado?-.
-Si-.
Sonreí.
-Si te ha gustado no te quejes-.
-Me das miedo cuando te enfadas-.
No supe que decir.
Se acercó poco a poco a mi y me abrazó.
-Tengo que estar enfadado para castigar-.
-No necesariamente-.
(Pov Alexia)
Estaba tan confundida... no sabía como reaccionar, me había castigado, se había enfadado, me había golpeado pero no demasiado fuerte... lo había echo como castigo y sentía el picazón, pero era agradable, me gustaba.
Carlisle me miraba completamente serio, había dejado que lo abrazase, era mi marido.
Cogí su miembro y me hundí bajo las sábanas de la cama.
Mi boca se puso sobre su miembro y lo besó, este se irguió, su tamaño... no me acostumbraría nunca al gran doctor.
“Nunca te ha gustado hace felaciones”-.
Pero con él era otra cosa, metí su miembro en mi boca, hice un gran esfuerzo para poder meterlo todo y bajé y subí, bajé y subí.
Miraba al doctor mi espectáculo viviente este se agarrotaba y gemía con la voz ronca, maldita sea... era tan jodidamente sexy.
Cerré mis ojos y me concentré, me estaba gustando darle placer.
Saqué su miembro de mi boca y lo lamí por todo su recorrido, de nuevo el doctor gemía, me miraba y yo a él. Casi podíamos decir que era algo carnal, íntimo entre esposo y esposa, eramos amantes, pero también más que eso, compañeros, todo estaba justificado entre nosotros hasta las perversiones más absolutas, él era mio o al menos eso me gustaba pensar.
Me abrí de piernas y me senté en sus caderas.
-No me has pedido permiso- dijo serio-.
-¿Me deja doctor?-.
Él me dedicó una sonrisa...
“Aguanta tus ganas... contenlas, demuéstrale que eres mejor que cualquiera que haya probado”-.
Su miembro completamente erecto estaba cerca de mi vientre, abrí mis piernas y coloqué su miembro entre los pliegues de mi sexo, me sujeté con las manos a la cama, bajé y subí notando la extensión de su miembro resbalar sobre mi clítoris, seguí rozandome cada vez más rápido hasta que llegó al climax.
Apresuradamente pasé mi lengua por su miembro saboreandole completamente.
Cuando recuperó el aliento me miró.
-¿Y esto...?-.
-Lo vi en una porno- susurré-.
-Repitelo-.
Asentí y me puse manos a la obra de nuevo, lo masrubaba con mi sexo hasta que volvió a correrse.
-Nunca lo hice antes- confesé-.
-Pues lo has echo bien para ser tu primera vez en esto-.
-Gracias-.
Un cumpldo del doctor... wow.
Me abrazó.
“Abrazame... y no me sueltes”-.
Cerré mis ojos.
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