(Pov Carlisle)

Después de un duro día de trabajo, regresé, Alexia estaba vestida de verde y subida en altos tacones. Se veía bastante bien.

-Me doy una ducha y vamos-.

-¿Te acompaño?-.

Y la oferta era tentadora pero no quería hacer esperar a mi suegro, teníamos asuntos los cuales tratar.

Cuando me duché me vestí, unos jeans, unos zapatos negros y una camisa del miso color, fui hacia Alexia y juntos subimos al taxi que nos llevaría a la casa de su padre.

-No te he preguntado, pero ¿Que ocurrió con tu madre?-.

-Ella murió...- dijo algo triste, se notaba que la echaba de menos-.

-Carlisle...-.

-¿Si?-.

-¿Has estado con muchas mujeres?-.

-Si-.

-¿Y te ha gustado con todas?-.

-Si-.

-¿Donde descubriste que eras...?-.

-¿Sadomasoquista?-.

-Si-.

-Me acosté con una amiga de mi madre, mayor que yo, me enseñó este mundo y pude... apreciarlo-.

Y así era, pero la verdad era que, si me había gustado siempre esto era porque estaba acostumbrado a esto, la explicación exacta era el trato que tuvo un tío de mi padre conmigo siendo yo muy niño.

Pero no quería desvelar ese episodio nefasto de mi vida, Alexia no lo entendería.

-Estás muy guapa-.

Intenté cambiar de tema y ella lo notó pero no dijo nada.

-Muchas gracias- me miró- hoy ha venido una mujer a casa... te estaba buscando-.

-¿Quien?-.

-Jane-.

-Jane siempre ha querido acostarse conmigo pero se de sobra que ella no se dejaría y... si no respeta como soy no espero nada de ella-.

-¿Sigues estando con mujeres desde que estamos... así?-.

-Estámos así desde ayer y desde ayer no he tenido sexo-.

-Entiendo-.

-Te seré sincero, nunca he sido fiel porque nunca he tenido una relación estable, y me costará-.

-O te tengo para mi sola o no te tengo, no juegues conmigo, por favor-.

“Por favor...”-.

-No quiero jugar contigo-.

-Me gustas de verdad-.

-A mi también me gustas Lexy-.

(Pov Alexia)

En la cena con mi padre, estaba mi tía y Jasper, él no me dirigió la palabra en toda la noche cosa que agradecí. Seguía a Carlisle, no quería quedarme sola con Jasper o con mi tía... quería estar con él.

Me fijaba en todos sus movimientos, era tan elegante al beber, al sonreir, todo lo que hacía o decía era elegante y jodidamente sexy.

Tomé una respiración cuando estuve un poco más cerca de él, olía tan bien... ese jabón que usaba me excitaba al mezclarse con su propio olor.

“El doctor huele condenadamente bien”-.

-Alexia porque no le enseñas la casa a tu marido- dijo en la sobremesa mi padre-.

Asentí con una sonrisa y tomé la mano del doctor.

Caminamos por la casa y yo pensaba que no iba a pasar nada extraordinario pero.. pasó.

-¿Donde está el baño?-.

-Aquí- señalé la puerta-.

El doctor hizo que entrase en el cuarto de baño y cerró la puerta, ese cuarto de baño era el de el servicio de la casa, muy pequeño, a penas cabíamos dos personas.

-¿Crees que no me doy cuenta?-.

-¿De que?-.

Me sujetó como a una muñeca y me llevó contra la puerta del baño.

“Dios mío que has echo...”-.

-No te hagas la tonta-.

Parecía tan enfadado.

-No se...-.

-No quiero que le mires-.

-No miraba a nadie- susurré-.

-Si lo hacías, le mirabas-.

-No, estaba todo el...-.

Me dio tan fuerte en la cara que tuve que mirar hacia abajo, mi cara picaba pero el doctor no se detuvo, me tiró contra la puerta del baño y subió sin dificultad mi vestido.

-Esto será solo para mi- siseó-.

“¿Que quiere decir?”-.

El doctor arrancó literalmente mi ropa interior y escuché el crujido del cuero de su cinturón desatarse... gemí por su proximidad pero me tapó la boca con su mano, el doctor me tomó desde atrás con total fuerza con tanta que dolió al principio, un sonoro chillido salió de mis labios pero el tenía mi boca tapada. Y después fue tan placentero. Salía y entraba de mi, lo escuchaba gemir y sisear, gruñir cerca de mi oido y me dejé llevar pero justo cuando estaba al borde del orgasmo el doctor se corrió y me dejó sin me atesorado momento.

Le intenté mirar pero entonces entendí...

“Esto será solo para mi”-.

Se refería a que solo se correría él...

Sentí lágrimas al borde de mis ojos pero me aguanté.

-Te lo dije- me dio con fuerza en el trasero, en mi vida me habían pegado de esa manera-.

Ardía, la piel seguro que se quedaría marcada por su marcaje, volvió a darme y no pude aguantar las lágrimas, esto era tan humillante.

-No quiero verte cerca de él, ni que lo mires-.

Negué con la cabeza, no lo haría más.

Me dejó caer y se separó de mi cuerpo, estaba jadeante, frustrada, humillada y jodidamente excitada...

-Ni se te ocurra masturbarte ¿lo has entendido?-.

Seguí llorando y negué con la cabeza.

-¡¿LO HAS ENTENDIDO?!-.

-Si- susurré-.

El doctor se subió la ropa y salió del baño, me dejé caer y me senté en el suelo... no sabía exacatamente como sentirme o que hacer... me gustaba lo que había echo y a la vez me sentía tan mal...