(Pov Carlisle) 

Estaba realmente agotado, esto del congreso había sido jodidamente productivo y eso implicaba que también había sido muy cansado.

Respiré todo lo hondo que pude y entré en el ascensor de puertas trasparentes.

Miré los números iluminarse justo arriba del marco y me pregunté que estaría haciendo Alexia ahora mismo.

El tema del sexo era jodidamente difícil. Desde que llegué muchas mujeres se me

habían ofrecido, pero no quise hacer caso, le prometí que le sería fiel y así lo haría. Era mi esposa ¿no?, es lo que se espera de mi.

Cuando las puertas se abrieron fue Jane la que me recibió.

-Hola doctor- dijo con una menuda sonrisa-.

Salí y dejé caer en sus brazos el maletín que tenía.

-Tengo que dormir-.

Abrí la puerta de la habitación y me metí en la cama, confortable sin duda.

Tomé el teléfono de la habitación y marqué el número de casa.

-¿Si?- Alexia contestó al segundo tono-.

-Hola-.

-Hola- sabía que estaba sonriendo- Pensé que te olvidaste de mi-.

-¿De mi esposa?-.

-Wow, esa conferencia te ha cambiado, casi estás amable-.

-Soy amable-.

-Eres un mandon dominante y pervertido-.

-Y eso te gusta ¿verdad?-.

-Me encanta- una risa se escuchó-.

-Eso es muy bueno- me mantuve en silencio- ¿Que haces?-.

-Justo ahora iba a darme un baño, esto de estudiar es agotador-.

-Bueno...¿llevas ropa?- me recosté en la cama y miré fijamente el techo-.

-No... no la llevo- y la conversación dio un giro completamente distinto... oh si...-.

La voz de Alexia cambió y eso me gustó.

-Te estoy echando tanto de menos...-.

Se escuchó el agua caer.

-¿Que es eso?-.

-Estoy llenando la bañera-.

-¿Y que más?-.

-Nada más-.

-Entra en la bañera-.

-Es una orden...-.

-Lo es, ahora entra-.

Escuché el ruido del agua...

-Ya estoy dentro del agua...-.

Metí mi mano izquierda en mi boxer y cogí mi miembro con ella...

-Quiero que te toques los pechos...-.

-Pero...-.

-Hazlo- ladré a la otra línea-.

Un leve gemido se escuchó por el auricular del teléfono...

“Esto sería divertido”-.

(Pov Alexia)

No me creía lo que estaba haciendo... un sonido de entre los labios del doctor dejó eco en el teléfono y mi bajo vientre se comenzó a calentar.

-Vamos nena, quiero que bajes más abajo, y metas tus dedos donde no hace muchos días estuve yo-.

Jadeé por la sopresa, el doctor y su voz, la convinación del agua y el echo de que no estaba aquí pero sentía que me estaba viendo, era algo muy excitante, tan tan caliente...

Hice lo que me dijo al instante, tuve que gemir, era la primera vez que me masturbaba pero no se sentía como algo así, era como si el doctor estuviese conmigo.

-Entra un poco más nena...- su voz bajó un tono y sen enronqueció...-.

Así lo hice, mis dedos resbalaban dentro de mi con mucha más fuerza y volví a gemir todo lo que pude. Esta vez el también hizo lo mismo y supe que se estaba tocando.

-¿Que hace ahora doctor?- dije en un jadeo-.

-Pues... ahora mismo tengo las manos ocupadas-.

-¿Y como está?-.

-Muy bien- susurré-.

Metí mis dedos otra vez con un ritmo constante dejándome ir una y otra vez escuchado las palabras del doctor por el teléfono.

Finalmente escuché como un gruñido atronador salía de ese teléfono indicando que había alcanzado el climax.

Y después de eso silencio... y más silencio...

-¿Has tenido mucho de esto con otras personas?- susurré-.

-No he tenido necesidad de tener de esto con otras personas-.

-Me ha gustado...-.

-A mi también me ha gustado-.

-Espero... repetir- dije en voz baja-.

Una risa baja y muy masculina hizo que sonriese radiante.

-Lo repetiremos siempre y cuando yo quiera-.

-Por favor...-.

Y de nuevo un siseo se escuchó.

-Me estoy portando tan mal aquí, estoy tan sola, necesito que mi esposo me imponga un fuerte castigo-.

-No juegues conmigo- dijo en voz baja- daría lo que fuese por estar ahí-.

-Daría lo que fuese porque estés aquí...-.

Silencio...

-Carlisle...-.

-¿Si?- dijo en voz baja-.

-Te amo...-.