(Pov Carlisle)
Me desperté y me moví por la cama. Ella no estaba, tampoco era que me importase demasiado. Tomé mi móvil y vi unos 25 mensajes. Oh joder, algo había pasado. Llamé a Jane.
-¿Querida que ha pasado?-.
-Carlisle las cosas no están bien, han traído a dos ministros aquí y... necesitamos que seas tu el que los opere, están graves y nadie se atreve a hacerlo-.
-Está bien, iré hoy mismo-.
-Siento estropear...-.
-No estropeas nada querida, absolutamente nada-.
Colgué el teléfono.
-Alexia- dije alzándome de la cama-.
-¿Si?- dijo desde la cocina-.
Había preparado un enorme desayuno.
Wow pensaba que esta niña consentida no sabría cocinar.
-Que pedazo de desayuno- me senté en la mesa comenzando a comer, estaba famélico-.
-¿Como está?-.
-Muy bueno-.
Oh, dios, todo estaba riquísimo.
-Que quería decirme-.
-Tenemos que volver, bueno, yo vuelvo hoy mismo, tengo trabajo-.
-Si tu vuelves yo también debo volver, tenemos una casa en común-.
-Si... lo recuerdo- dije sin dejar de comer-.
En cuanto terminamos de comer, hicimos las maletas y nos fuimos al aeropuerto. El avión salió puntual, gracias a dios.
(Pov Jasper)
En cuanto ella me llamó fui a recogerla aprovechando que mi amada esposa se había ido de viaje con su hermano a no se que cosa.
Estábamos solos, una semana solos en mi casa.
Estaba bastante emocionado con eso.
Al llegar al aeropuerto vi que ella estaba con el doctor bastante entretenida hablando de algo. Ella se reía.
-Hola- dije mirándoles-.
-Hola Jasper, puedes llevártela, yo tengo cosas que hacer-.
-¿Como?-.
-Seamos un poco honestos, puedes hacer lo que quieras con ella pero sin escándalos- dijo el doctor-.
Mierda como sabía estas cosas... que le había dicho Alexia.
-Así que... nos vemos para cenar, Jasper puedes venir- dijo levantándose-hasta pronto esposa-.
Caminó y se marchó entre la multitud.
-¿Me puedes decir que ha pasado estos días?- le dije a Alexia-.
-Hemos terminado-.
-¿Como?-.
-Hemos acabado, no quiero estar contigo ni con otro hombre que no sea Carlisle-.
-Estás de broma conmigo...-.
-No, no lo estoy, ahora si eres tan amable... tengo que irme...-.
Tomó sus maletas y se marchó por donde ese hombre lo hizo.
Ok... esto no me lo esperaba y esto no se iba a quedar así, claro que no.
Volví al coche y me subí arrancándolo, miré al frente y puse rumbo hasta la casa.
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