(Pov Alexia)
Al abrir los ojos el doctor estaba a mi lado, vestido y tomando un café.
-Buenos días- susurré-.
-Buenos días- dijo y me miró-.
-¿Como está?-.
-Bien, pero tengo que decirte que tengo que irme, tengo una conferencia en
Madrid, y te dejo en casa-.
-Pero yo quiero ir con usted-.
-No, no puedes, tu padre me ha dicho que tienes exámenes-.
-Pero yo quiero ir-.
-Y yo quiero que vengas, pero no puedes-.
-¿Me serás fiel?-.
Se quedó callado por un tiempo.
-Lo seré-.
-Júramelo-.
-Te lo juro, te seré fiel-.
Sonreí y me acerqué a él, le besé en la boca.
-Tu padre sabe lo que hiciste con Jasper-.
-¿Como?-.
-El se lo ha contado al parecer-.
-¿Y mi tia?-.
-No creo que ella sepa nada-.
-¿Que debo hacer?-.
-Concentrarte en tus exámenes y en tus estudios, deja e ese idiota con sus problemas-.
-Vale- susurré-.
Las manos del doctor me tomaron por sorpresa, me giró sobre la cama.
“Oh... joder”-.
Escuché el ruido tintineante de su cinturón abrirse y su cremallera bajarse.
“No es posible que te pongas así con oír eso-.”
Gemí sutil y le miré, apoyé las palmas de mis manos en la cama al igual que mis rodillas.
“Sexo anal por la mañana... había que probarlo”-.
-Siempre tan predispuesta- me dijo una nalgada y volví a gemir-.
(Pov Carlisle)
Lo bueno que tenía Alexia era que no temía a este tipo de cosas, era excitante saber que le gustaba y que a mi me gustaba que le gustase, cosa que antes no me había importado tanto.
Me bajé el boxer y metí por completo mi miembro en su trasero montándola desde atrás, ella gimió todo lo que su voz le permitió. Le puse al rededor del cuello mi cinturón y la sujeté dejandole el espacio libre justo para que pudiese respirar.
Entré y salir de ella varias veces con ritmo y sin pararme, sin demora, quería que se corriese al menos tres veces antes de que tomara ese avión.
“Te echaré de menos Alexia”-.
Ella cogía con todas sus fuerzas las sábanas de la cama, la notaba correrse y llegar al clímax varias veces hasta que colisioné con fuerza corriéndome en su interior.
Alexia se dejó caer sobre la cama, jadeante y sudada.
Me gustaba verla de esta manera. Yo había logrado esto.
Busqué su boca y la besé lo mas fogosamente que pude, la escuché gemir otra vez.
-Me voy- le dije-.
Ella asintió.
-Te estaré esperando-.
-Más te vale-.
Me subí la ropa interior y los pantalones, tomé mi maletin y salí por la puerta.
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