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Anthony me miró preocupado.
-¿qué ocurrió Isabella?
-nada, me di cuenta ya de que Edward no vale la pena... él nunca me amará... Anthony, sé que tú no me amas, pero podemos darnos una oportunidad, que lo nuestro sea real
-Bella... primero dime que ocurrió
Por primera vez en mi vida le mentiría a Anthony. Bueno, no le mentiría. Omitiría la parte en que me besé con Edward y lo demás...
-Edward solo me llevó a hablar con él... Me preguntó si realmente te quería, yo le dije que si y comenzó con un discurso de que le daba vergüenza que tu salieras conmigo... Anthony, creo que él realmente me odia y por eso ya lo dejaré por la paz
-ese idiota me va a oír- masculló
-por favor no lo hagas- supliqué- no hables con él, no quiero que crea que le dí importancia a lo que me dijo
-hum... tienes razón en cierta parte
-bien, entonces sigamos haciendo creer a todo mundo que somos novios- propuse
-mejor hay que serlo de verdad- sonrió
-mejor no Anthony, tú quieres a la señorita Hale
-pero podemos ser novios para que realmente lo crean... Ya podremos terminar si Rose se enamora de mí
-está bien, seamos novios entonces
Le sonreí levemente a Anthony quien se puso serio segundos después.
-te ves cansada
-lo estoy Anthony
-deberías quedarte a descansar
-no debería... Pero creo que te tomaré la palabra
-bueno Bella, te dejo para que descanses
Antes de irse me dio un beso en la mejilla. Lo vi irse y sentí culpa por hacerlo mi novio cuando no lo amaba. Pero bueno, yo tampoco le gustaba a él.
Me dirigí a mi habitación y me acosté en mi cama. Me puse a pensar en una manera de vengarme de Edward. Tenía que encontrar una manera de hacerlo sufrir y la única buena idea que se me ocurrió fue... Enamorarlo. Si, eso estaba bien porque me devolvería a seguir aplicando el plan que primero Anthony había trazado. Pero ahora el plan sería solo mio y cambiaría el resultado.
Edward se enamoraría de mí pero yo jamás estaría con él.
Para comenzar con el plan debía verme diferente. Me levanté para mirarme en el espejo del cuarto. Realmente era fea de cara pero no de cuerpo. Pero para mi rostro... Solo necesitaba quitarme los lentes y arreglar un poco mi cabello para verme normal. No costaría tanto
Regresé a mi cama y levanté un poco el colchón. Ahí se encontraba un sobre amarillo con mi dinero ahorrado. Era lo que me pagaban aquí y también de algún mandado que le hacía a la gente del pueblo de vez en cuando. Llevaba varias semanas ahorrando y me sentí satisfecha cuando vi que tenía dos mil dólares. Bien, mañana mismo podría hacer todo.
-puedo comprar ropa también- sonreí
-¿dijiste ropa?- preguntó Alice detrás de mi y yo grité por el susto.
Mi hermana abrió los ojos como platos al ver mi dinero.
-¡Dios mio!- exclamó- ¿de dónde sacaste todo eso?
-estuve ahorrando- confesé
-¿se puede saber para qué?- cruzó los brazos
-para nada en especial- admití- pero ahora quiero gastarlo... Quiero cambiar mi apariencia y comprar algo de ropa
-¡ genial! - gritó ella. Era su tema favorito- yo te ayudo
-está bien - le sonreí
-mañana iremos de compras a Port Angels
-pero falta quien nos lleve- dije preocupa
-hum... Ese va a ser un problema...
-tal vez, pero... Hasta mañana averiguaremos quien nos lleve, hoy hay que trabajar
-yo ya terminé... por lo pronto no hay más que hacer hasta la hora de la cena... pero mamá estaba preguntando por ti
-ah... Salí un poco tarde de la escuela- mentí- me quedé en la biblioteca buscando un libro que me ayude con mi tarea de ciencias, realmente fue cansado encontrarlo, habían tantos títulos prometedores...
-Bella, Bella, Bella ¡cállate ya!, no me hables de libros, bastante tengo con la escuela, ya te creí
Solté una carcajada. Alice no soportaba que le hablara de la escuela.
Salí de la casa y fui a la casa grande a buscar a mi mamá. La encontré limpiando el piano del maldito de Edward. Me hirvió la sangre al recordarlo pero me contuve.
-hija ¿donde habías estado?- me preguntó ella al verme
-en la escuela, siento llegar tarde pero me he quedado en la biblioteca
-oh, ya veo- sonrió. Seguramente me había creído- tu proyecto
-ajá, y... ¿En qué te ayudo mamá?
-hum... Creo que puedes ir a la cocina a limpiar, hoy Emmett la ha dejado muy sucia
-entiendo- dije antes de dirigirme a la cocina.
Mamá tenía razón. La cocina estaba muy sucia. Parecía que había preparado un platillo muy elaborado. Emmett era un excelente cocinero pero no tenía nada de ordenado.
Mi hermano me miró con cara de disculpa y me ayudó a limpiar.
-es que el joven Edward pidió su comida favorita, tú sabes que solo la pide cuando está de malas o muy de buenas y me la pide directamente a mi
Me aterrorizó pensar en que estuviera de malas. La casa grande sería un infierno y sobre todo para mi.
-mas sin embargo...- añadió Emmett- hoy no estaba ni enojado ni feliz, sino destrozado. Poco le faltaba para llorar
"claro" pensé "el peor sexo de su vida debe haberlo deprimido"
-oh, que raro- contesté como si no me importara
-wow- se rió mi hermano- en serio te dejó de interesar el joven Edward
-claro que si, no iba a estar eternamente enamorada de él
-me alegra- dijo feliz
Terminamos de limpiar en una hora y después me dirigí a casa. Ya no salí en todo el día de ella y me dormí temprano. A la mañana siguiente fui a la escuela pero pasó algo raro. Anthony se acercó a mi en el almuerzo. Casi nunca lo hacía porque le encantaba jugar ajedrez. Para mi mala suerte Alice también estaba conmigo y ella le dijo a él que nos llevara de compras. Me quería morir de vergüenza
-claro que las llevo- respondió Anthony con una sonrisa
-Anthony no es...- intenté replicar
-no es molestia amor- me interrumpió- después de la escuela iremos
Intenté discutir con ellos pero de nada sirvió. Al final de las clases, Embry, el chófer de la hacienda, nos recogió y nos llevó a Port Angels
-genial, estoy lista para comprar- dije emocionada y Alice soltó un pequeño gritito mientras salíamos del auto. Anthony quiso salir pero mi hermana lo detuvo
-no, te agradezco que nos hayas traído pero no puedes acompañarnos, Bella y yo compraremos cosas que no deberías ver...
Anthony hizo una mueca de entender lo que le decía mi hermana
-ok, entonces luego paso por ustedes
Mi novio cerró la puerta del auto y se marchó. Le gruñí a Alice.
-¿por qué no dejaste que nos acompañara?
-porque no quiero que vea tu cambio de look, será sorpresa para él
-oh, ya veo- me reí- entonces vayamos de compras
Ese día recorrimos todas las tiendas y compramos mucha ropa. De verdad estaba fascinada con todo lo que veía pero Alice no lo aprobaba todo.
De repente vi un vestido color azul que me encantó y a mi hermana también. Ella me obligó a probármelo.
-te queda perfecto- me dijo cuando me lo vio puesto
No pude evitarlo y lo compré con lo último de mi dinero.
-no puede ser Alice- gemí- ya no queda dinero para mi cambio de apariencia
-ah no, eso si que no, cambias porque cambias, vamos al salón de belleza, yo lo pagaré y no discutas
Alice me llevó a un salón de belleza que parecía ser muy bueno.
El estilista que me atendió era muy amable y charlaba con Alice como si ya se conocieran porque era verdad... Se conocían. Alice venía muy a menudo a arreglarse aquí. En esto gastaba su sueldo.
-la dejo en tus manos Martin- le dijo ella al estilista
-claro, primor- sonrió él y comenzó a cortarme el cabello.
Media hora después mi cabello era otro. Estaba un poco más corto y nada enredado. Era hermoso
-se ve linda- dijo Martin- pero... No hermosa, faltan detalles
-si- Alice saltó del sillón con una pequeña caja en las manos la cual entregó a Martin- lentes de contacto
-muy bien Alice - la felicitó el estilista y yo tragué saliva. ¿Lentes de contacto?
Me quitaron mis anteojos y Alice los rompió. Yo casi me echaba a llorar por el coraje. Después hicieron que me pusiera los lentes de contacto.
-sé que son incómodos- me dijo Alice con cara de disculpa
-¿lo crees?- mascullé enfadada. Me ardían los ojos
-es por tu belleza hermana
-tienes razón
-aun falta algo- intervino Martin- ah, si... Maquillaje
-no me gusta el maquillaje- sonreí incomoda
-pero te gustará- replicó Alice- ya que veas cómo hace que te veas más hermosa de lo que ya eres- me guiñó un ojo- Martin, sácale brillo a mi hermana
Martin asintió y fue por sus cosas.
Media hora más tarde, Martin había acabado conmigo pero no me dejaban verme en el espejo. Por la cara de impresión de ellos, supe que me veía bien
-se ve hermosa- musitó Alice
-parece diosa, creo que me volveré bisexual- bromeó Martin- esta niña es todo un primor, ahora ya puedes verte mi querida Isabella
Me volteé rápidamente y me quedé anonadada. Martin había hecho un magnífico trabajo aunque no me hubiese maquillado tanto. Me veía genial.
La Isabella que había entrado hacia una hora, era otra.
-Martin, en verdad haces milagros- dije
-no, tú ya eras hermosa- contestó él
Alice y yo nos fuimos del salón de belleza prometiendole a Martin que volveríamos pronto. Mi hermana y yo nos sorprendimos al ver que Martin no nos cobró. Él nos respondió que lo tomáramos como un regalo.
Al salir le llamé a Anthony desde un teléfono público para que nos recogiera. Cuando llegó y abrió la puerta se quedó boquiabierto.
-pareces ángel- susurró.
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Espero que les guste este capítulo. Por favor dejen un comentario o un voto para saber si les está gustando la historia =D.
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Capitulo 1: Enamorada de un idiota
