|
POV Bella:
Suspiré. pensar en el joven Edward me distraía mucho. Apenas llevaba lavando la mitad de los trastes.
-Deberías dejar de suspirar por el hijo del amo y ponerte a trabajar de una buena vez- me reprendió Reneé. Mi madre.
Ella era la mamá más buena del mundo, era comprensiva, cariñosa y dulce pero cuando se acercaba alguna fiesta en la hacienda de los Cullen mamá regañaba a todos en la cocina. Mis hermanos y yo eramos las principales víctimas.
Me ruboricé por el regaño y me apresuré a continuar con mi tarea. Estaba un poco cansada pero seguí.
-Te ves más pálida de lo habitual- me dijo Jacob, mi hermano.
Él era hijo del primer, matrimonio de Reneé pero llevaba el apellido Swan porque el padre de Jake murió antes de que él naciera. Luego, un año después, mi madre conoció a Charlie- mi padre- y le dio su apellido al niño cuando se casaron.
Después vinimos al mundo Emmett, Alice y yo, respectivamente. Yo era la más chica de la familia. Jake tenía veintiún años, Emmett diecinueve, Alice dieciocho y yo diecisiete.
Mi vida era tranquila y feliz. Yo y mi familia viviamos en una casa modesta y pequeña dentro de la hacienda Cullen. Todos eramos trabajadores ahí.
Pero, no me pesaba trabajar allí. Los patrones eran muy buenos y además... estaba su hijo Edward y su gemelo Anthony.
Era amiga del último pero de Edward estaba completamente enamorada. Pero él nunca me haría caso.
Yo no era una chica muy bonita . Era de estatura muy baja, cabello enredado, usaba lentes y mis facciones eran simplonas. No tenía arreglo.
-¿Lo crees?- pregunté a mi hermano mientras le pasaba el último plato para que lo secara.
-Si, además estás distraída
-Es por el joven Edward- canturreó Emmett mientras cocinaba. Era gracioso verlo con un delantal puesto.
-Cállate- gruñí. El rubor se extendió por mis mejillas-. Eres el menos indicado para burlarte porque...
-A ti te gusta la señorita Hale- concluyó Alice con una sonrisa burlona.
Emmett sonrió ligeramente ruborizado pero después quiso vengarse
-Y a ti te gusta su hermano Jasper
Alice se carcajeó.
-¿A mi? ¿Gustarme él? ¡Por favor!
En ese momento alguien entró a la cocina, eran Anthony y Jasper. Lo habían oído todo al parecer, por la cara de seriedad del joven Hale.
-¿Así que no te gusto?- le preguntó Jasper a mi hermana quien ni siquiera se asustó. Definitivamente ella era genial fingiendo emociones. Alice me confesó hace unas noches que estaba locamente enamorada del joven Hale.
-Con todo respeto joven- dijo mi hermana-. Usted a mi no me interesa, yo tengo muy claro que gente de la clase alta no debe mezclarse con la baja, yo sé cual es mi lugar, yo una empleada y usted no
-Eso no contesta del todo mi pregunta- contestó el joven Hale con una ligera sonrisa-. Solo me hablas de las clases sociales, lo cual no importa ya que estamos en el siglo veintiuno y no me dijiste lo que sentías...
-Nada- espetó Alice sin perder el tono educado-. Yo no siento nada por usted
-Ya veo- masculló Jasper antes de dar media vuelta y salir.
Anthony soltó una risotada y el ambiente se relajó un poco.
-Ay Alice- suspiró después de reírse-. Rechazaste muy feo a Jasper, estoy seguro de que tú también le gustas, deberías decirle lo que sientes porque hay una chica llamada Tanya que...
-Cállate Anthony- le gruñó Alice. Salió de la cocina hecha una furia
-Hoy no está de buenas- dijo Jacob poniendo los ojos en blanco.
-De hecho nadie lo está, hoy es la fiesta- comenté y después miré a Anthony quien no mostraba señales de arreglarse-. Anthony ¿Querrías decirme que pasa que no te has arreglado?
-No quiero celebrar mi cumpleaños- dijo él con un puchero adorable. Anthony tenía obviamente el mismo rostro que su hermano. Cabello cobrizo, ojos dorados. Pero se peinaban diferente. Anthony tenía muy bien peinado su cabello mientras que Edward estaba despeinado. Su cabello estaba revuelto lo cual hacía que se viera sexy. Anthony estaba menos pálido que su hermano y usaba lentes.
Anthony era mi mejor amigo. Toda la vida nos llevamos como si fuésemos hermanos y sus padres nunca impidieron nuestra amistad. Yo le hablaba de manera normal al contrario que a Edward. Él era un chico de sociedad, altanero, mal educado con los trabajadores, incluidos nosotros, la familia Swan, en fin... era un autentico hijo de papi.
Sé que estoy loca por estar enamorada de él y no de Anthony pero así es la vida. Además Anthony suspiraba por Rosalie, la hermana gemela de Jasper. Claro, esto no lo sabía Emmett por que si no... Ardería Troya.
-¿Por qué no quieres celebrar?- cuestionó Emmett-. Cumplir dieciocho años es genial... Seguro te darán un auto
Anthony se encogió de hombros.
-No lo creo, al que se lo darán esa Edward
Mi corazón dio un vuelco ante la mención de su nombre y Anthony pudo notarlo porque se rió junto con mis hermanos quienes también se percataron de lo mismo.
Me puse colorada como un tomate por tercera vez en cinco minutos.
-Bueno, veré en que que puedo ayudar a mamá- dije mientras intentaba salir de la cocina. Anthony me detuvo.
-Ya todo está listo, tú mamá ya puso todos los manteles, los platos, servilletas y cubiertos en las mesas, solo falta que todos vayamos a vestirnos
-¿Vayamos?- bufó Jacob-. Eso me suena a manada, solo falta que tú te vistas
-No, ustedes están invitados
-Creo que no es lo correcto Anthony- le dije.
-Bella- gruñó mi amigo-. Hazlo por mi, como régalo de cumpleaños
-Anthony, ya te dí un reglao, te regalé un collar de la amistad- hice un puchero ¿Acaso no es suficiente?
-Hum... No, no es suficiente, irás conmigo a la fiesta
-Pero tus padres...
-Ellos están de acuerdo, de hecho mamá está hablando con Reneé
-Eres un demonio- mascullé y Anthony rompió en risa-. Está bien, voy a ir pero serás mi esclavo diez años
-¡Hecho!- exclamó feliz
-¿Desde cuándo los amos son esclavos de los esclavos?- preguntó Edward entrando a la cocina. Me quedé paralizada cuando sus hermosos ojos dorados me miraron por unos segundos.
-Lárgate- murmuró Anthony pero Edward hizo caso omiso.
-Hermano, mamá te busca- Le dijo.- Quiere que te arregles, la fiesta es en dos horas y...
-¡Ya se lo que tengo que hacer!- gritó Anthony y salió de la cocina. Edward nos miró a todos con expresión de suficiencia.
-Olviden lo que dijo mi hermano, ustedes no están invitados- nos dijo antes de salir también.
En ese momento me di cuenta de nuevo de que yo estaba enamorada de un idiota.
|
Capitulo 1: Enamorada de un idiota
