Hacienda Cullen (+18)

Autor: sachiko065
Género: Drama
Fecha Creación: 17/12/2012
Fecha Actualización: 07/05/2015
Finalizado: NO
Votos: 30
Comentarios: 93
Visitas: 83685
Capítulos: 35

Bella es hija del matrimonio Swan... Unos trabajadores de la Hacienda Cullen. Ella está enamorada de Edward Cullen, el hijo de los patrones. Él tiene un gemelo, llamado Anthony y una hermana menor que se llama Charlotte. Anthony es el mejor amigo de Bella. Los dos han sido casi como hermanos, pero un día ambos deciden hacerse pasar por novios, para poder estar con quien aman. Anthony está enamorado de Rosalie Hale y quiere estar a su lado, pero también quiere que su mejor amiga sea muy feliz...

¿Qué sucederá? ¿Bella y Anthony lograrán lo que quieren o se enamorarán? Y si es así...¿Bella se olvidará por completo del amor que le tiene a Edward? ¿Con quien se quedará ella? ¿Con Anthony? ¿Con Edward? ¿o con nadie? ¿Realmente tiene que elegir a alguien?

Este no es el primer FanFic que intento escribir, pero si es el primero que publicaré... espero que les guste.

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Capítulo 30: El diario de Anthony

POV Bella:

 

-¿Quieres que te deje sola para que lo leas?- me preguntó Anthony con voz amable. Asentí.

 

-Yo me quedaré vigilándola- dijo Elizabeth.

 

-No puede escaparse- le recordó mi ex novio-. Ella es humana

 

-Está bien, nos vamos

 

Elizabeth y Anthony se fueron. Con las manos temblándome aun abrí la libreta. En la primera página había un texto con letra infantil.

 

Diciembre del 2001:

Hoy es la primera vez que escribo aquí. Sé que no es normal que un niño escriba un diario pero necesito hacerlo. Nunca me he sentido normal… Soy un bicho raro. Mis padres quieren más a Edward que a mí y no sé porque, quiero cambiar eso… Charlotte está también como la consentida, pero… A ella la quiero mucho y a mi hermano lo odio un poco. Le tengo envidia, ¿Por qué mis padres no me quieren más que él? ¿Qué tiene de especial? ¡Nada! Pero bueno, algún día seré mejor que él… Yo soy más inteligente, tengo mejores notas…

 

Enero del 2002:

 

Hoy llegaron a la hacienda unos nuevos empleados. Reneé y Charlie. Ellos tienen cuatro hijos, Jacob, Emmett, Alice e Isabella… Esta última es hermosa… Me gustó mucho desde que la vi. A mi hermano le gustó también, acaba de decírmelo, pero… Se me ha ocurrido un plan, voy a quitársela. No puedo permitir que Edward se quede con todo, no… Isabella será mi amiga y yo seré su novio algún día… Haré sufrir a Edward. Nadie me quiere, pero al menos sé que Isabella lo hará.

 

Comencé a sollozar. Edward si me había querido desde que me vio.  Maldito Anthony… Lo odiaba ahora pero lo compadecía un poco de él por lo que había sufrido. Seguí leyendo.

 

Febrero de 2002:

 

Isabella usa lentes ahora como yo… Sé ve tan graciosa pero tan linda. Sé que soy un niño, pero sé que estoy enamorado de ella. Isabella es tan dulce, tan llena de vida. Todo eso me lo está contagiando.  Con ella juego por horas y no me aburro. Hay algo que no le he confesado y que creo que nunca lo haré es que yo no necesito lentes y no me gusta el estilo ñoño que me pongo. Solo lo hago para que me crean más intelectual que Edward. Necesito verme más normal ante la gente. Quiero que crean que él es siniestro, no yo.

 

Marzo de 2002:

 

Hoy es mi cumpleaños número 9. Otra vez, el protagonista de la fiesta es Edward. No me importa. Me encanta ver como sufre porque Isabella no lo quiere y no le hace caso. Ella es solo mía. Edward ya no es tan bueno como antes, se está volviendo malvado. Trata mal a todo mundo incluyendo a Isabella. Quiero matarlo pero no puedo. Mi niña no me lo perdonaría… Yo la amo mucho. Me quiero casar con ella algún día, pero por ahora, solo necesito ser su mejor amigo, no le interesa nadie a ella. A la que si le interesa es a Alice, su hermana, ella tiene nueve como yo. Creo que se besa a escondidas con Sam, el hijo del jardinero. Una vez los vi, tal vez ese no era su primer beso y ya lo habían hecho… Como sea, eso no me interesa. Mi obsesión solo tiene un nombre… Isabella.

 

Abril de 2002:

 

Algo extraño me pasa, no me he estado sintiendo bien, pero… Me alegro. Mamá por primera vez se preocupa por mí porque cree que tengo leucemia. Teme por mi vida. Yo sé que no es leucemia lo que tengo. Mi padre me lo ha dicho…Él sabe lo que me ocurre realmente. Buscó en sus libros y lo encontró… Estoy desarrollando una especie de poderes. Me siento especial por primera vez en mi vida porque Edward no lo tiene.. Mi papá me explico que existe la posibilidad de que seamos descendientes de vampiros y de magos. Es una extraña combinación… Por un lado tendría que beber sangre cuando me desarrolle por completo, podré comer comida normal, pero si no tomo sangre me voy a debilitar. Esme, mi madre, sabe de la existencia de estas criaturas y sospecha que soy una pero mi padre ha tomado la decisión de no decirle a nadie sobre esto. Por otra parte, tendré poderes como los mago ¡Haré magia! ¿Pueden creerlo? ¡Magia!

 

Enero de 2003:

Bien, no había tenido necesidad de escribir hasta ahora. Todo salió bien. Salí de la supuesta leucemia y mamá me trata igual que a Edward. Yo exagero y le digo a Bella que me tratan con frialdad y que mi hermano es el favorito. Bella me quiere mucho, pero está enamorada de mi hermano, me lo dijo hace días. Yo iba a confesarle todo lo que sentía pero se fue a la basura. Pero bueno, al menos tengo lo que quería. Mis poderes, los cuales están cada vez más desarrollados. Edward odia a Bella porque según esta no le hace caso. Charlotte no lo quiere, mis padres ya me tratan igual que a mis hermanos. Mi vida mejoró gracias a esto de mis poderes. Es perfecto como está la situación ahora. Lo único que no soporto es que Bella ame tanto a Edward.

 

Dejé de leer. Ya no aguantaba esto… ¿Por qué Anthony era tan malvado? ¿Todo el tiempo me engañó?

 

Quería ir con mi esposo. Realmente lo necesitaba. De repente abrieron la puerta de la habitación donde me encontraba. Anthony venía con una bandeja de comida.

 

-No quiero- gruñí.

 

-Tienes que comer- insistió.

 

-¿Y si no quiero?

 

-Si no comes, haré que pierdas a ese bebé, ¿Me entiendes?

 

-Está bien, comeré- dije enojada. Anthony me dejó la comida en la cama y se sentó en una silla para observarme.

 

La comida no estaba mal. Era una hamburguesa y un refresco. Comencé a comer con ganas. Tenía hambre.

 

-¿Por qué me engañaste toda la vida?- pregunté.

 

-Tenía que ocultarte esto, me dijo papá que no se lo dijera a nadie

 

-No me refiero a lo que eres, ¿Por qué no pudiste ser tú mismo?

 

-Ya lo has leído en el diario…

 

-No te entiendo Anthony… De verdad eres una mala persona, siempre mientes, ya no sé qué creer de ti

 

-Qué te amo, eso es lo que me tienes que creer, sufrí como un loco al pensar que éramos primos, te deseaba demasiado, poco me faltaba para llevarte lejos y que pudiéramos vivir nuestro amor sin preocuparnos si éramos primos o no

 

-Qué bueno que no lo hiciste, no quiero estar con un mentiroso como tú

 

-Me amas, sé que solo te casaste con Edward por…

 

-Te equivocas Anthony, veme a los ojos, yo no siento nada por ti ahora

 

Esperaba que replicara o algo pero lo que hizo me espantó. Se puso a gritar como un  loco. Como si lo estuvieran hiriendo.

 

-¡Tú no me puedes hacer esto! ¡Eres tú Bella! ¡Tú eres mi compañera, la que está destinada a ser mía! No puedes decirme que no me amas… Tú corazón me pertenece

 

-Soy de Edward

 

-¡Eres mía, eres mía! Sólo mía, ¿No entiendes el gran amor que te tengo? Eres todo para mí, eres mi mundo, mi aire, todo, todo ¡TODO!

 

Comenzó a destruir la silla donde se encontraba sentado antes. Al romperla se puso a llorar como niño pequeño.

 

-Estás enfermo- dije con pánico-. Necesitas ayuda

 

-Solo te necesito a ti- dijo histérico.

 

-No, a  mí no me necesitas

 

-Necesito que pierdas a ese bebé ¡¿Por qué no lo has hecho?

 

La comida… ¡¿Qué le había puesto?!

 

-¿Qué le pusiste a la comida?- pregunté. Comenzaba a dolerme el estómago.

 

-Algo para que abortes… Necesito ver algo

 

-¡Maldito desgraciado!- le grité-. ¡Te odio!, te odio

 

-No me odies princesa… Tú eres mi vida, ahora vuelvo, no salgas de aquí…

 

Todo comenzaba a darme vueltas de nuevo. Mi bebé… mi bebé debía estar bien. De repente caí inconsciente.

 

POV Anthony:

 

-Te dije que no le dieras eso- me regañó Elizabeth.

 

-Necesito ver si ese mocoso tiene poderes o no- gruñí.

 

-No los tiene, lo único que vas a provocar es que Isabella se ponga mal y que tenga un aborto

 

-No puede ser- gemí-. Voy a ir con ella… No debí ponerle ese veneno a su comida

 

-Estás muy mal hijo, desde que vives conmigo has enfermado, tu obsesión por esa muchacha te ha hecho mal

 

-No es obsesión, ella es mi compañera

 

Los seres de nuestra especie tenían un compañero o compañera  humano que tenía que ser para ellos costara lo que costara. Eso solo podían saberlo los propios Zardpires- lo que éramos nosotros- al ver a esa persona. Bella era mi compañera, lo sabía, su sangre era la única que olía bien para mí. No me enloquecía de sed ya que no era un vampiro al cien por ciento. La sed nunca era problema para mí porque en realidad nunca la tenía. Con comida humana me bastaba ya que era en parte mago. Si no tomaba sangre una vez al mes me debilitaba. Carlisle me tenía que hacer una transfusión cada vez que se pasaba el mes.

 

Suspiré. Recordar esa época me era agradable. Nadie sospechaba nada de mí. Mi vida era perfecta.  Lucía saludable, Bella quiso intentarlo conmigo y llegó a amarme gracias a mi encantamiento. Si, poco a poco fui hechizando el alma de Bella para que se enamorara de mí. Por eso me olvidó en cuanto me fui. Pero, esta vez la enamoraría sin necesidad de encantamientos.  De verdad que lloré como un bebé cuando Bella me dijo que no sentía nada por mí. Veía en sus ojos la sinceridad, el amor que le profesaba a mi hermano. No lo soportaba.

 

-Bueno, voy a ir a ver cómo está Bella- anuncié.

 

-Es lo mejor- me gruñó-. Espero que realmente no le pase nada… Es buena chica

 

La ignoré y regresé a la habitación en donde había dejado a Bella. Ella estaba tirada en el piso inconsciente.

 

-¡Bella!- grité… Dios, que había hecho.  No se movía. El terror me invadió.

 

-¿Qué pasa?- preguntó mi madre entrando en la habitación. Yo cargué a Bella y la recosté sobre la cama.

 

-¡Déjame revisarla!- exclamó alterada.

 

-¿Qué?

 

-Sí, Bella no está sangrando, voy a ver si todo está bien…

 

-E… Está bien- dije confundido.

 

Mi madre caminó hacia Isabella y comenzó a bajarle los pantalones. Salí de allí. No quería invadir la privacidad de Isabella. En el tiempo que esperé recé para que Bella perdiese a ese niño que llevaba en su ser.  No quería que ese estúpido mocoso o mocosa se interpusiera en nuestro camino.

 

Yo le había dicho que ese bebé era un niño, pero realmente no estaba seguro. Me era difícil adivinarlo. Algo me impedía saberlo. Desde que tuve mis poderes cada vez que veía a una mujer embarazada sabía lo que ese bebé iba a ser, pero… Con Isabella me resultaba imposible saberlo.

 

De repente se abrió la puerta de la habitación. Mi mamá tenía un semblante aliviado lo cual no me dio buena espina.

 

-Necesitamos llevarla al médico ¿Verdad?- pregunté esperanzado-. Dime que perdió al niño…

 

-No… Usé mis poderes para ver en su interior- contestó sonriente-. Ese bebé es fuerte… El veneno solo le hizo efecto a ella, solo se sentirá mal unas horas y luego se le pasará… El bebé está perfecto

 

-Maldito niño- mascullé.

 

-No le digas así- me regañó-. Es tu sobrino… Además ya supe cuál es su sexo…

 

-Niña ¿Verdad?

 

-No… Es niño- se rió.

 

-Eso no me interesa, yo lo único que quiero saber es como rayos sobrevivió…

 

-Ese niño tendrá tus poderes

 

-¿Qué? Pero no es hijo mío

 

-Pero eres su tío… Un Zardpire puede ser hijo de dos humanos normales… Solo necesita descender de una familia donde esté el poder… Solo un hijo de la pareja tendrá los poderes y pues… Ya sabemos quién los obtuvo

 

-¿Entonces yo no puedo tener hijos con el poder?

 

-No, me temo que ya no… Solo hay uno por generación… No sabemos de dónde viene esto pero es así…  Mi padre y su mujer eran humanos y el hermano de él era Zardpire, Reneé, Carlisle y yo somos hermanos, yo tuve el poder… Reneé tuvo sus hijos, Carlisle y yo los tuvimos a Edward y a ti, después él tuvo a Charlotte… Solo tú obtuviste el poder, ahora, es el hijo de Edward el que va a tener el poder…

 

-No lo puedo creer- gruñí-. Ese Edward siempre tiene más suerte que yo… No es justo

 

-Aun puedes criar a ese niño como si fuese tuyo…

 

-Bueno, eso si- admití. No parecía tan mala idea.

 

-Te ayudaré- prometió guiñándome un ojo. Al fin era el favorito de alguien.

 

POV Edward:

 

Mi Bella… Se habían llevado a mi Bella frente a mis ojos. Anthony, Elizabeth y Bella desaparecieron literalmente.

 

No podía parar de llorar… ¿Qué le habían hecho a mi princesa? ¡¿Qué le habían hecho a ella y a nuestro hijo?!

 

El policía me hizo repetir la historia. Yo iba a ir al baño y dejé a mi esposa junto con el equipaje en una banca.  Fui al baño rápidamente y me lavé las manos. Cuando salí vi como ella discutía con unas personas. Estas eran Elizabeth y Anthony. Iba a alcanzarlos cuando de repente desaparecieron. La última parte la cambié. Dije que se la habían llevado rápidamente y que se habían perdido entre la gente. No me iban a creer si les decía lo que realmente pasó. Me tacharían de loco y no buscarían a mi mujer.

 

-Cálmese señor- me pidió el policía cuando terminé mi relato. Me lo pedía porque estaba sollozando a más no poder.

 

-¡No me pida eso!- le grité-. Mi mujer corre peligro, está embarazada y a esas personas las conozco, no son buenas

 

-La vamos a encontrar- prometió. El policía era italiano pero hablaba muy bien inglés. Al fin había alguien que entendía mi desesperación.

 

-Eso espero- mascullé.

 

-La vamos a encontrar, se lo prometemos señor Cullen- me sonrió él. Por alguna extraña razón mi apellido hizo que le tomaran importancia a este caso. Cuando llegué aquí estaba dispuesto a hacer un escándalo porque esperaba que me dijeran que no era un caso importante. Cuando les dije que me llamaba Edward Cullen el agente Venturi- con el que estaba hablando- puso a los demás a trabajar.

 

-Muchas gracias por darle importancia a este caso- le dije sinceramente.

 

-No hay de que… Eres hijo de Carlisle Cullen… Él siempre estuvo para mí, yo voy a estar para él

 

-¿Conoce a mi padre?

 

-Si- suspiró-. Una vez operó a mi hija la cual se estaba muriendo… La salvó aunque parecía casi imposible, por eso estoy en deuda con él de por vida, pero bueno, ese no es el punto… El tema que nos interesa ahora es encontrar a su mujer

 

-Sana y salva… No quiero que le suceda nada… Mataré a Anthony si se atreve a hacerle el más mínimo daño

 

-Tranquilo, su esposa estará bien

 

Desde ese momento ya habían pasado más de dos semanas. Yo ya no podía resistir más el dolor. Mi niña no aparecía por ninguna parte. Mis padres  ya estaban enterados de esa situación e intentaban ayudarme lo más que podían.  Carlisle vino a Italia junto con mi madre.  Nadie de la familia Swan se enteró.  Mis padres no querían hacer sufrir a la familia.

 

Si no encontraba a Isabella nunca una cosa era segura… Yo dejaría de vivir. No podía vivir sin su sonrisa, sin esos hermosos ojos chocolate mirándome con amor. Bella era mi vida desde la primera vez que la vi.  

 

Todavía no me resignaba a no encontrarla. Ella debía volver a mí a como diera lugar. Por eso, mi padre y yo nos encargamos de que cada puto policía la buscara, Venturi trabajaba muy duro para encontrarla lo cual yo agradecía.

 

Me levanté de la cama sintiéndome realmente renovado. No sabía por qué… Pero sentía que este día no iba a ser tan malo. Tal vez tuviésemos noticias de mi esposa y de mi bebé.

 

Me duché y por primera vez en dos semanas me afeité. La depresión que sentía me había impedido hacerlo. Aun así, me veía pésimo. Mis ojos estaban hinchados de tanto llorar y lucía un  poco más pálido y delgado. Sin mi Bella, yo no tenía ganas de nada, absolutamente de nada.

 

Cuando estaba por salir de la habitación en donde Bella y yo íbamos a quedarnos, escuché un grito de emoción de mi mamá. Hacía mucho que yo había dejado de sentir algo así.

 

Suspiré y abrí la puerta de la recámara. Mi Bella y yo íbamos a quedarnos en esta casa, la cual era de mis padres. Era muy sencilla pero decorada por mi madre. Ella tenía un excelente gusto.

 

Bajé las escaleras y llegué a la cocina. Allí estaba Carlisle hablando por teléfono y mamá daba pequeños saltos de felicidad. Al verme se lanzó hacia mí y me abrazó.

 

-¿Qué sucede mamá?- pregunté con voz apagada.

 

-Hijo…- contestó casi llorando.

 

-Tenemos noticias de Bella- nos dijo Carlisle sonriendo.

 

El alma me regresó al cuerpo y el corazón me latió furiosamente a causa de la felicidad.

 

-Di… Dilo de nuevo- dije con voz temblorosa.

 

-Bella apareció… Venturi la encontró, está sana y salva

 

-¿Y qué estamos haciendo aquí? ¡Vámonos!  

 

-Espera hijo- se carcajeó mi padre. Él lucía feliz.

 

-No me voy a esperar, vámonos ahora

 

-Venturi la está trayendo ahora mismo… Llegan en veinte minutos

 

-¡No puedo esperar tanto!

 

Mamá se partió de risa.

 

-Hijo, cálmate, veinte minutos se pasan volando

 

-No quiero esperar- gemí-. Quiero verla, tenerla conmigo…

 

-Y lo vas a hacer, ahora come algo

 

-No puedo

 

-Edward- me regañó Carlisle-. Come algo, no  te has alimentado bien últimamente, ¿Quieres que Bella te vea así?

 

-Pero no puedo comer, estoy nervioso- contesté, temblando aun. Moría por abrazarla, por besarla.

 

-Comes o no te dejaré verla, la abrazaremos primero- me amenazó mamá tomando de la mesa un plato con fruta.

 

-Está bien, comeré- gruñí. Comencé a comer rápidamente. Mis padres me miraron con desaprobación.

 

Cuando terminé subí a lavarme los dientes. Mi Bella, ella estaría aquí. No lo podía creer. No lo podía creer.

 

De repente escuché un auto estacionándose fuera de la casa. Corrí hacía la ventana. Era el auto de Venturi.

 

Casi caigo de las escaleras por lo rápido que corrí. Me salí de la casa rápidamente ignorando las risas de burla de mis papás.

 

Cuando vi que Bella se estaba bajando del auto fui el hombre más feliz del mundo. Ella me miró con los ojos llenos de lágrimas. Corrí hacia ella. No aguantaba ni un minuto más sin tocarla.

 

Cuando por fin la tuve entre mis brazos me quebré en mil pedazos. Comencé a llorar desconsoladamente al igual que ella. Ambos nos aferramos al uno al otro como si nuestra vida dependiera de eso. La mía realmente si lo hacía. La necesitaba para seguir funcionando, ella era mi vida.

 

Aspiré su delicioso aroma de nuevo y la besé por toda la cara. Mi respiración era frenética, me faltaba el aire, pero no me importaba.

 

-Bella, mi amor- le dije sollozando.

 

-Aquí estoy Edward, nunca te abandoné, me llevaron…

 

-Lo sé, princesa, lo sé… Te amo Bella, te amo

 

Bella se aferró más a mí. Me había extrañado al igual que yo a ella.

 

-Yo más Edward, te juro que yo más…

 

-Eso es imposible… Bella, no sabes cuanta falta me hiciste

 

-A mí me hiciste más falta… Tuve mucho miedo

 

-¿Qué te hicieron mi amor?- pregunté con la voz rota-. ¿Cómo está el bebé?

 

-Está en perfecto estado ahora- gruñó.

 

-¿Qué pasó?

 

-Casi lo pierdo por culpa de Anthony…

 

-¡Voy a matar al desgraciado ese!- grité.

 

-No, no lo hagas, lo importante es que estamos juntos ahora

 

-Pero…

 

-Por ahora no hagas nada

 

-¿Qué pasó con nuestro hijo?- le preguntó mi padre a Venturi.

 

-No lo encontramos, a la que si encontramos fue a Elizabeth Cullen- contestó serio-. Está arrestada

 

No me sorprendí pero podía imaginar que Carlisle tendría una expresión de dolor… ¿Por qué le interesaba aun esa mujer? ¿Qué no amaba a mi madre?

 

Pero bueno, ese asunto no me interesaba. Solo me importaba mi niña, quien se encontraba entre mis brazos.  Acaricié su hermoso cabello el cual estaba muy bien peinado… Bien, ella nunca sufrió daños.

 

-No quiero que Elizabeth esté arrestada- dijo Bella-. Ella me ayudó a escapar

 

-Pero te secuestró- dije alterado.

 

-Pero fue idea solamente de Anthony… Elizabeth se arrepintió al ver como sufría sin ti… Me cuidó y estuvo dispuesta a hacer un plan para escaparnos de Anthony, a este lo envió a comprarme unas cosas que necesitaba y aprovechamos que se fue para ir a dar un paseo… Un rato después en  un restaurante nos encontró él- dijo señalando a Venturi-. Nos llevaron a la agencia donde trabaja y después nos trajeron aquí… Por favor no metas a Elizabeth a la cárcel, la quiero… Se ganó mi cariño, por favor, por favor… Gracias a ella no sufrí daño alguno

 

-Está bien cariño- suspiré-. Haré que Elizabeth salga

 

-Gracias- suspiró.

 

Desde ese momento me negué a apartarme de Isabella. Solo la solté para que Esme y Carlisle la abrazaran y cuando este último e hizo unas preguntas con respecto al bebé. Mientras hacía eso fui a agradecer a Venturi todo el trabajo que realizó. Aun así, no despegué mi vista de mi mujer. Me daba pánico no verla.  

 

Por la noche, Carlisle y Esme fueron a cenar después de haber ido a sacar a Elizabeth de prisión. Yo e Isabella nos quedamos completamente a solas en la casa. Ahora estamos bañándonos en el jacuzzi que tenía el baño de la habitación después de haber hecho el amor como locos.  

 

-No quiero volverte a perder- le dije a Bella mientras besaba su cuello. Mi erección estaba convirtiéndose en algo doloroso. Lo habíamos hecho solo una vez, así que moría por repetirlo, pero tal vez Isabella estuviese cansada.

 

-Ni yo tampoco

 

-Te amo princesa…- susurré.

 

-Yo más…

 

Alcé una ceja.

 

-Eso no es cierto, sabes que yo te amo más a ti…

 

-No, ambos nos amamos igual…

 

-No- repliqué-. Sufrí como nunca en la vida al creer que nunca iba a encontrarte- murmuré abrazándola más contra mi

 

-Sí, se nota que sufriste- dijo frunciendo el ceño-. Edward, estás en los huesos…  ¿Dónde quedó mi sexy marido?

 

-¿No me consideras guapo?- pregunté triste.

 

-Eres el hombre más guapo y lo sabes- dijo gimiendo y volteándose hacia mí. Mi maldita erección comenzó a dolerme-. Pero… No te ves muy bonito así de delgado, de ahora en adelante vas a comer o sufrirás mi irá

 

-No, te prometo que voy a comer- le dije asustado. Las mujeres embarazadas eran peligrosas. Bella rió.

 

-Eso espero- dijo. De repente sentí su mano en mi miembro. Gemí.

 

-Estás duro, mi amor- dijo con voz sensual.

 

-Dios, Bella… ¿Qué haces?- pregunté cuando sentí que comenzaba a mover a mi amiguito.

 

-¿No te gusta?- preguntó avergonzada. Retiró la mano de donde la tenía.

 

Acerqué a Isabella a mí y la besé con desesperación.

 

Esa noche la hice mía demasiadas veces. Poco me importó que mis padres pudiesen escuchar nuestros gritos. 

 

Cuando Bella se quedó dormida me di el lujo  de mirarla completa. Esta hermosa mujer era solo mía. No sabía cómo había sobrevivido sin ella, sin su sonrisa, su hermosa mirada.

 

Miré su pancita. Ya era un pequeño bultito que solo viéndola desnuda se podía notar.  Lo acaricié durante un buen rato. En este vientre crecía nuestro bebé, el resultado de todo el amor que yo sentía por Isabella.

 

No me arrepentía de ese día en que lo concebimos. Mi familia era lo mejor que me había sucedido en la vida y yo siempre estaría para proteger a nuestro hijo y a Isabella.

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Bueno chicas, aquí les dejo un nuevo cap, espero que les guste y que me dejen algún comentario para saber que opinan :D

Eh… Hay algo que debo decirles, esta historia está llegando a su fin…. Ya no falta tanto para el final definitivo (No habrá continuación ya que no tiene sentido realmente)

 

En el siguiente capítulo sabrán como Venturi encuentra a Bella y las cosas que pasaron para que ella pudiese escapar.

 

Saludos!

Capítulo 29: ¿A dónde me llevas? Capítulo 31: NOTA

 
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