POV EDWARD

Lo malo de vivir sólo es que ya no tienes a mamá que limpie y ordene lo que tu ensucias y desordenas.

Refunfuñando coloqué el ultimo papel en el tacho de basura y levante una silla del suelo. Y así pude observar, gustoso como todo resplandecía, bueno sí, tampoco tanto así, pero al menos estaba limpio.

Salí afuera a dejar la basura, cuando de pronto unos brazos me rodearon.

-¡Ed!- gritó mi Buzzy.

-Hey, cielo ¡Qué sorpresa!- exclamé sonriendo- ¿pasa algo?- pregunté observando su semblante pálido.

-Lionel- dijo mirándome a los ojos- está vivo- añadió  esbozando una radiante sonrisa.

-Buzzy me alegro mucho- reconocí feliz- ¿viste que te dije que todo saldría bien?

-Sí- dijo abrazándome- estoy tan feliz- emitió pegando un gritito de emoción.

Sonreí complacido. Nada me reconfortaba más que ver a mi Buzzy llena de vida.

-Ven, entremos- le invité tomándola de la mano. Me senté en uno de los sillones del living y la atraje junto a mi haciéndola sentarse a mi lado- cuéntame- le pedí sonriendo.

-Uff- suspiró ella, abriendo sus ojos enormemente- primero Jane me hizo morir de un infarto- confeso negando con la cabeza- me llamó por teléfono esta mañana llorando diciéndome que Lionel había muerto- explicó.

-¿y eso?- pregunté sorprendido.

-Lo que pasó fue que el detective Kill la llamó, pero falló la comunicación y Jane sólo llegó a escuchar la palabra muerto, e impulsiva como es- dijo poniendo sus ojos en blanco- sacó sus propias conclusiones y me llamó para contarme- continuó- por suerte el señor Kill al vez que no lograba comunicarse con Jane, telefoneo a Amanda y ella pudo llamarme contándome la buena noticia- finalizó sonriendo de oreja a oreja. Le di un beso en sus labios.

-Imagino como te debiste de haber sentido con el llamado de Amanda- conjeturé abrazándola.

-Sí- reconoció ella- súper aliviada, me vino el alma al cuerpo- agregó tomando mi mano- y eso no es todo- dijo conteniendo la emoción- ya sabemos dónde está Lionel- lanzó conmovida- mañana iremos a buscarlo.

Me limité a asentir con la cabeza, no sabía por qué pero no me agradaba mucho la idea. Lionel nuevamente en la vida de mi Buzzy…

-¡Estoy tan feliz!- exclamó poniéndose de pie- tenemos que celebrar ¿Qué haremos?- preguntó sobreexcitada.

Reí a carcajadas.

-primero que nada relájate o te dará un colapso- aconseje riendo. Mi novia me devolvió una sonrisa radiante- y segundo ¿Qué quieres hacer?- pregunté acariciando su rostro.

-Mmm- emitió mientras pensaba- cenemos algo delicioso y bailemos hasta el amanecer- propuso riendo. Me sumé a sus risas.

-Me encanta la idea- reconocí- y también se me ocurren otras interesantes- agregue esbozando una sonrisa picara.

-¡Edward!- me regañó mi Buzzy, golpeando suavemente mi pecho- ¿Adonde prefieres ir?

-¿A la cama?- pregunté riendo. Adoraba hacerla irritar, sus mejillas se sonrojaban y sus dulces ojos echaban chispas…- eres hermosa cuando te enojas- confesé besando sus labios.

-Tú no te preocupes, cariño- le dije cerca de sus labios- prepararé algo especial.

Mi Buzzy sonrío encantada.

-¿A qué hora pasó por ti?- pregunté interesado.

-¿A las nueve y media?- preguntó observando mi respuesta.

-Me parece bien- reconocí volviendo a sumergirme en sus labios.

-¡Oh por Dios!- exclamó Jovi observando su reloj- van a ser las siete y media- informó- iré a ayudar a la abuela con la cena y a prepararme- me dijo estampando un tierno beso en mis labios- te amo.

-Yo a ti- confesé antes de que mi novia se perdiera por la puerta de entrada.

A continuación me bañé apresurado, a fin de tener tiempo para preparar algo, decidí que sería mejor hacer algo en casa, por lo que fui al supermercado a comprar lo necesario para una cena especial. Cocinar no me sentaba tan mal.

Preparé Salmón con queso brie y para postre compré helado. Con la repostería era un desastre.

Mientras el salmón se cocinaba, ambienté el departamento rápidamente. No era una cena romántica, era una cena de celebración ¡mi Buzzy volvió a reír! Por lo que puse globos de colores y guirnaldas por toda la sala, compré artículos de cotillón y un disfraz de princesa para mi bonita.

Cuando ya estuvo todo listo, fui en busca de mi chica. Se encontraba hermosa, siempre lo estaba, solo que está vez su felicidades se reflejaba en todo su ser.

Deslumbraba.

Al llegar a casa, pegó un grito de emoción.

-¡Me encanta!- exclamó abalanzándose entre mis brazos- ¡te amo!

Reí espontáneamente.

-Esto sí que es una fiesta- comentó emocionada tocando las guirnaldas.

-Aun no- le contradije, encendiendo el equipo de música- ahora sí.

Jovi rió divertida.

-¿Reggaeton?- preguntó aun riendo. Asentí con la cabeza al tiempo que la invitaba a bailar. Mi Buzzy no paraba de reír de mis ridículos pasos de baile. Yo disfrutaba de su melodiosa risa.

-¿Tienes hambre?- pregunté luego de bailar unos cuantos temas.

-Mucha- reconoció ella sonriendo.

-Por aquí, señorita- dije conduciéndola al comedor.

Al ver las vajillas Buzzy rió tomándose la barriga.

-¡Son encantadores los platos!- exclamó tomando los platos de payaso.

-Es una cena divertida- expliqué sumándome a sus risas.

-Te amo- confesó de pronto mirándome a los ojos.

-Yo más- le dije dándole un beso en la frente, y dirigiéndome al horno donde yacía el salmón.

Luego de la cena, nos dirigimos a la sala, donde continuamos bailando divirtiéndonos con los artículos de cotillón. Mi Buzzy subió arriba a vestirse con el disfraz de princesa. Se veía hermosa. La observaba embobado.

-Ven, quiero darte algo- le dije cerca de las dos de la madrugada.

-¿Qué cosa?- preguntó ella, dejándose conducir a mi cuarto.

-Para ti- agregué dándole un simpático y enorme mono de peluche, que reía divertido.

-¡Oh es hermoso!- exclamó mi Buzzy- ¡es muy divertido! ¡Qué hermoso que ríe! Se llamará Neville.

-Así quiero que rías y sonrías todo el tiempo- le dije mirándola a los ojos y sentándola en mi regazo en la cama- como Neville, espero te contagie su risa- continué sonriendo- necesito verte feliz siempre mi Buzzy.

Ella me abrazo con fuerza, murmurando “te amo” en mi oído derecho.

La tomé con ambas manos del rostro y comencé a besarla tiernamente. De un momento a otro el beso se fue tornando cada vez más apasionado.

Comencé a quitarme mi sudadera.

-Amor ya- me frenó mi Buzzy regañándome.

Me dirigí a la sala y puse música de streepten. Jovi reía a carcajadas cuando comencé a dirigirme hacia ella. No aguantaba la risa. Me estaba divirtiendo mucho.

-¿Te la das de seductor Cullen?- me preguntó divertida.

-¿Acaso no la seduzco mi Lady?- le seguí el juego.

-Bastante- reconoció recibiendo mis labios con los suyos…

POV JOVI

Alrededor de las nueve de la mañana, desperté sobresaltada. Lionel. Se me haría tarde.

Me levanté de un salto de mi cama y comencé a vestirme apresurada. A las once Amanda vendría a recogerme e iríamos a buscar a Lionel a un pequeño pueblo llamado Balton. Teníamos unas cinco horas de viaje. Como no nos animábamos a regresar por la noche, vendríamos al día siguiente.

Mientras desayunaba mi corazón latía rápidamente, estaba muy nerviosa. Rogaba a Dios que todo saliera bien, que Lionel no nos rechazara.

Preparé un bolso con algunas prendas y mi cepillo de dientes.

Pasado unos minutos escuché voces provenientes de la sala. Reconocí la voz de Amanda.

Salí disparada de mi cuarto tomando mi bolso, unas gafas y mi cazadora.

Al bajar las escaleras pude ver que Jasper se encontraba con Amanda.

-¡Amiga!- exclamó ella con un grado de nerviosismo en su voz.

-¿Quieren que les de unos minutos?- pregunté entendiendo la situación. ¡Sí! Tal vez mi hermano por fin se la jugara por mi amiga.

-Por favor- pidió Jasper volviendo su rostro hacia mí y guiñándome un ojo. Observé que mi hermano tenía una rosa detrás de su espalda. Sonreí complacida y regresé a mi cuarto.

A los pocos minutos, mi hermano gritó que ya podía bajar. Se lo veía feliz y Amanda estaba emocionada.

-Nos vemos enana- me dijo Jasper- cuídense.

-Tu también- respondí abrazándolo- le dejas mis besos a la abue. Jasper asintió con la cabeza.

Y así luego de recoger a Jane, comenzamos nuestro viaje en busca de Lionel.

La odisea resultó interesante. Amanda nos contó lo qué pasó con Jasper, ya era oficialmente mi cuñada. Estaba feliz. Amanda era una persona increíble, al igual que Jane, mis dos amigas de alma.

Cuando llegamos a la dirección indicada por el señor Kill, nos sorprendimos al ver que allí no había ni una casa.

Mi corazón se contrajo violentamente. Lionel por favor…rogaba para mis adentros.

Decidimos preguntarle a una señora.

-Sí indicó aquí había una casa rodante- informó la mujer- pero ayer se fue.

-¿Quién era el que habitaba la casa?- preguntó Amanda.

-Un jovencito- dijo la señora- un chico rubio. Jane y yo nos miramos.

-¿No tiene idea hacia donde fue?- preguntamos las tres al unísono.

-No niñas- reconoció la mujer apenada- lo lamento.

-Muchísimas gracias- dijo Amanda, y dirigiéndose a Jane y a mí preguntó- ¿ahora que haremos?

-Pues seguir buscando- dijo Jane- separémoslos y preguntemos a la gente.

-Ok- coincidimos con mi amiga Amanda.

Y así yo tome un camino de tierra, donde podían visualizarse numerosas casas. Pregunté por Lionel a cuanta persona me crucé, hasta que dí con un señor que me indicó que él había visto una casa rodante esa mañana.

-Por allí- me indicó señalando hacia el norte- detrás de la parroquia.

-Muchísimas gracias- dije tomando una gran bocanada de aire, temblaba de pies a cabeza.

Corrí hacia esa dirección. Y allí a lo lejos pude visualizar un pequeño carromato. Al acerarme a la casa, lo vi.

Estaba sentado en la puerta del rodado, sosteniendo un diario entre sus manos y en compañía de un perro.

-¡Lionel!

Cuando me vio su mirada expresó sorpresa y luego felicidad.

Me lancé a abrazarlo, sin poder contener mis lágrimas. Por fin lo habíamos encontrado.

-Mi Myrtle- susurró entre mis cabellos.

-Te mataré- le advertí regresando a la realidad- ¿Cómo se te ocurrió irte?

Lionel rió.

-No has cambiado- me dijo divertido.

-No es gracioso, Lio- le dije apenada- la pasamos muy mal.

-Lo siento- se disculpó- era lo mejor.

Lo miré fulminándolo con la mirada.

-No vuelvas a hacer eso- le amenacé- quiero, queremos estar junto a ti- confesé.

Mi amigo me miro a los ojos.

-¿Cómo me encontraste?- preguntó interesado ofreciéndome un pañuelo.

-Edward contrató a un detective- expliqué tomando mi celular para llamar a las chicas. La mirada de Lionel se ensombreció.

-Edward- repitió.

Marqué el número de Amanda y llamé. Cuando les dije que lo había encontrado, me dejaron sorda con sus gritos.

-La chicas están viniendo- le dije a Lionel señalando el coche de Amanda que se acercaba.

Mis amigas se abalanzaron sobre Lionel dejándolo sin respiración. Los cuatro reímos a carcajadas.

Estábamos juntos. Por siempre. Para siempre.

Después de conversar y regañar a Lionel toda la tarde, cuando llegó la noche nos dispusimos a conseguir un hotel para pasar la noche. Por la mañana temprano debíamos regresar a Forks.

-¿Prefieres pasar tu ultima noche aquí en tu casa rodante o venir con nosotras ahora mismo?- le preguntó Amanda a Lionel.

-¿Mi última noche?- preguntó mi amigo frunciendo el ceño.

-Claro- dijo Jane- vinimos a buscarte ¿qué creías?- añadió riendo.

-Yo no voy a irme- la contradijo Lionel. Mi respiración se agitó. ¿Qué decía?

-¿Cómo que no vas a venir con nosotras?- le grité agitada.

Lionel bajó la mirada.

-¡Eres un idiota!- le grité explotando de ira y dolor.

-No puedo mi Myrtle- me dijo en tono de ruego acercándose a mí.

Retiré su mano de mi hombro y me levanté de un salto del suelo, corriendo hacia el auto de Amanda.

¿Por qué me hacía esto? Mi Neville paró de reír y comenzó a llorar.

GRACIAS POR LEERNOS...LAS QUIERO! JOVI