POV JOVI

¿Por qué todos estos sinsentidos? Esto que no tiene lógica. Necesito una respuesta.

Necesito que alguien me diga por qué. Cuando te preguntas por qué y no tienes respuesta no hay paz, te sentís caer al vacío. No hay pregunta que duela más que por qué. Y necesitamos entender eso que nos inquieta, que nos perturba, que nos genera ansiedad; no entender nos enmudece, duele aceptar lo que no tiene explicación, lo que ocurre sin que sepamos por qué, ese absurdo que amarga nuestra existencia, eso que nos deja en soledad, preguntándonos una y otra vez: ¿¿por qué?? Esos por qué que desesperan. Quizás se trata de aceptar que en la vida hay cosas que no tienen explicación ¿o sí?

Ese era el cuestionamiento que me hacía mientras me enfrentaba a mi pálida imagen en el espejo. ¿Por qué? ¿Por qué Lionel se había ido? ¿Por qué tenía que morir? ¿Por qué él?

Buena escritora la vida; va tramando las historias como la trenza cocida que me hace la abuela los lunes por la mañana; la vida es un cuento que se escribe minuto a minuto…

Biberón de leche tibia entre mis pequeñas manos. Caricias en mis despeinados cabellos. Muñecas. Chocolate caliente. Amigas. Caprichos. Cuentos de hadas y princesas. Risas. Familia.

Así era mi vida antes de conocer la palabra: muerte. Esa enemiga  que me quitaba todo lo que más quería…

Tenía 9 años, estaba escondida detrás de un gran arbusto, “punto y coma, el que se escondió se embroma” escuché decir a Rocío. Mi corazón se aceleró de la emoción, adoraba jugar a las escondidas, de hecho era muy buena, nunca me encontraban.

-¡Jovi!- gritó Sofía, acercándose a mi lado.

-Shhh- la silencié, exagerada- ¡harás que Rocío me encuentre!- le reproché con voz chillona.

-tu mamá está llorando en tu casa- lanzó ella- al parecer algo le ocurrió a tu padre.

Juego interrumpido. Llantos desgarradores. Ceños fruncidos. Confusión. Pañuelos. Abrazos. La enemiga de capucha negra se llevó a mi papá.

Suspiro. Respiro. Intento de volver a empezar. Mudanza. California. Columpio oxidado. Pan recién horneado. Travesura.

Pubertad. Esfuerzo. Mudanza. Forks. Instituto. Soledad. Edward. Amistad. Jane. Obra de teatro. Biblioteca. Edward. 15 años. Fiesta. Primer beso. Primer amor. Edward.

Primer celo de Jasper. Foto del alma: Edward, mamá, Jasper y la abuela sonriendo…

Madre-hija. Ilusión. Paseo. Bote. Mar...

Y nuevamente la señora encapuchada llegó por una segunda partida y se llevó a mi madre.

Incomprensión. Dolor. Soledad. Mirar al cielo. Estrellas. Ángeles. Esperanza. Jasper. Abuela. Familia aun en pie. Edward. Amor. Jane. Amanda. Amistad. Psicología. Compromiso. Donas quemadas. Anhelo. Futuro. Mirar al cielo. Lionel. Amistad. Partida.

La de la capa negra estaba abordando el próximo tren. Venía por tercera vez a visitarme.  Venía a destrozarme nuevamente. Venía por él. Venía a llevárselo, y yo no estaba a su lado, aunque si lo estuviera, tenía la certeza de que no podía luchar contra ella. Era demasiado fuerte, demasiado despiadada. No llega a quitarle las tiras de pan fresco al que tiene un canasto repleto, va a arrebatárselos al que solo tiene unas pocas para sobrevivir. Así es ella, despiadada.

-¡Hija!- exclamó mi abuela desde el pasillo- ¿te falta mucho?

-No, abue- respondí lavando mi rostro con agua fría, a la espera de borrar mis lágrimas. Lagrimas que me brotan de la nada. Soy una irremediable llorona. Una autentica Myrtle, como dice mi amigo Lionel. Desde lo de mi padre, desde la visita de esa despiadada de capa negra, las lágrimas son características de mí, son parte de mí…

Salí disparada del lavabo, corrí hacia mi habitación, tomé mi abrigo y mi pequeño bolso negro y bajé las escaleras, apresurada.

-¿vamos?- preguntó mi abuelita abriendo la puerta de casa.

-Sí- afirmé saliendo junto a ella. Jasper nos esperaba en el auto.

-¡apuren mujeres!- nos dijo mirando el reloj de mano- llegaré tarde al trabajo.

-siempre llegas tarde al trabajo- recalqué subiendo al auto.

-¡qué graciosa!- expresó mi hermano burlonamente- siempre llego tarde por tu culpa, te dormís en el baño.

-esa es la vida del feo- le contesté sonriendo.

-¡si no la conoceré yo!- exclamó Jasper riendo por lo bajo.

-¿abuela, trajiste el resultado de los análisis?- pregunté a mi abue, de pronto.

-Sí- afirmó ella señalando su vieja cartera de cuero marrón.

Asentí con la cabeza, mientras observaba por la ventanilla. Las calles se encontraban desiertas, solo alguna que otra persona se dirigía apresurada a su trabajo. Al parecer Jasper no era el único que llegaba tarde a su empleo…

Cuando llegamos al hospital de Forks, una vez que descendimos del auto con mi abuela, Jasper aceleró fuertemente el coche y salió apresuradamente.

-¡este chico!- exclamó mi abuela alarmada- se matará cualquier día de estos.

Mordí mi labio inferior, dándole la razón.

-Vamos abuela- le dije tomándola del brazo- será tu turno.

Apenas entramos a la sala de recepción de la sección de clínica de adultos, una señora de cabellos rojizos llamó a mi abuela observando una lista de pacientes.

-¿Señora Thompson?- llamó.

-Sí- dijo mi abuela acercándose a ella.

-Adelante- pidió dándole paso.

-Espérame aquí, hija- me dijo mi abuela entrando al consultorio.

Asentí, tomando asiento en el pasillo de la sala. Pasaron aproximadamente unos quince minutos, mi abuela aun seguía haciéndose los chequeos médicos, estaba perfecta de salud, solo eran unos controles que se hacía cada 4 meses.

Suspiré recordando que era viernes y había faltado a clases, la culpa me carcomió por unos minutos, pero fue solo un pasaje.

-¡ay!- grité tomando mi cabeza con ambas manos. Un dolor punzante me apuñalaba la cabeza. Abrí los ojos y todo se veía nubloso y de repente todo se puso oscuro.

POV EDWARD

-Adiós, hasta el lunes- saludé a la señorita Alba.

-Hasta el lunes, Edward- dijo ella sin mirarme, bajando del coche. Desde aquella charla que tuvimos, las cosas estaban extrañas entre nosotros, solo nos decíamos adiós y hola; tal parecía que era lo mejor. Yo no quería problemas, ni tampoco que la señorita Ruiz sufriera al no corresponderle. Sabía que mi rechazo la hacía sufrir pero ¿qué podía hacer? Amaba a Jovi.

-Buzzy- dije por lo bajo, recordando que por la mañana su abuela me llamó por teléfono para contarme que Jovi sufrió un desmayo en el hospital. Al parecer solo fue una recaída, nada preocupante, aun así le mandaron a hacer unos estudios, la semana próxima. Yo no podía evitar preocuparme…quizás se debía a lo mal que andaba por la partida de su amigo Lionel. No lo sé…pero necesitaba verla.

Cuando llegué a su casa, Jasper estaba en la sala de estar arreglando una cerradura, y como es costumbre, no me saludó. Subí las escaleras al encuentro con el amor de mi vida.

Ella estaba sentada sobre su cama, con el teléfono en la mano y la mirada perdida.

-Hola mi Buzzy linda- le dije besando sus delicados labios.

-Hola Ed- me dijo ella sonriendo tímidamente.

-¿Cómo estás?- pregunté acariciando sus cabellos y sentándome junto a ella.

-Bien- reconoció rodeando sus ojos- ¡Son tan exagerados!- exclamó- solo fue un desmayo, porque no desayuné.

-Que sea la ultima vez- le amenacé dándole un beso en su fría mejilla- tienes que alimentarte y hacerte los chequeos…

-pero si estoy bien…- se quejó mi novia.

-Aun así- le interrumpí cortante- ¿con quien hablabas?- pregunté señalando el teléfono que yacía en su mano derecha.

-Con Jane- informó- aun no se sabe nada de Lionel- finalizó bajando la mirada.

-Verás que pronto lo encontrarán, amor- le dije dándole ánimos. Asintió con la cabeza, nostálgica.

-¿Ya cenaste?- preguntó interesada- ¿te quedas a cenar conmigo?

-Mmm- dudé- es que sabes que Jasper…- comencé diciendo.

-Jasper nada- me cortó ella- pero si quieres cenamos aquí en mi dormitorio…la abuela hizo unos sándwiches de los que te gustan.

-suficiente para convencerme- dije riendo- me quedo.

-¡genial!- exclamó mi Buzzy sonriendo- iré a buscar la cena… ¡a lavarse las manos pisuelo!- agregó ella antes de desaparecer por la puerta.

-Buzzy- le llamé.

-¿sí?- preguntó volviendo su rostro hacia mí.

-te amo- le dije.

Sonrió complacida y me lanzó un beso.

La cena estuvo magnifica, la abuela de Jovi tiene una muy buena mano para el arte culinario.

Me agradaba ver a mi Buzzy mejor, había estado tan mal la semana pasada. Era conciente de que su dolor por lo de Lionel no había desaparecido, pero se la veía un poco mejor.

-tengo 3 sorpresas para ti- le dije una vez devoramos los sándwiches.

-¿sorpresas?- preguntó mi linda Buzzy sonriendo.

-Así es señorita- afirmé sonriendo de costado- la primera es que te conseguí lo que tanto estabas buscando…

Jovi frunció el ceño, sin comprender.

-¡te conseguí un empleo!- informé riendo. Mi Buzzy me abrazó con fuerza.

-¿de verdad?- preguntó entusiasmada- ¡gracias! Y ¿de qué se trata?

-de niñera- expliqué- solo cinco horas por la tarde- continué- pagan excesivamente bien.

-¡Ay amor, gracias!- agregó Jovi, dándome otro abrazo- adoro ese trabajo.

Sonreí gustoso.

-Lo sé- le dije- aquí está la dirección- comenté entregándole una pequeña tarjeta- debes cuidar a una niña de tres años.

-¡Qué lindo!- exclamó emocionada- ¿Dónde lo conseguiste?

-Estaba el anuncio en la sala de recepción de la empresa- comencé explicando- llamé al numero y me atendió una chica muy amable, le conté de ti, de tus increíbles dotes- le dije sonriendo- de tu experiencia laboral como niñera y me dijo, sin más, que comienzas el lunes.

-¡estupendo!- vitoreó mi novia, besándome- gracias.

-No hay por qué- dije despeinando mi cabello- la segunda sorpresa es que mañana iremos a un lugar muy bonito a pasar el fin de semana- continué- tu abuela ya me dio permiso, iremos con mis padres si no te molesta…

-Claro que no ¡me encanta!- exclamó Jovi sonriendo.

-Y la tercera sorpresa es que contraté un detective muy bueno para que encuentre a Lionel- informé sonriendo. Haría lo que fuera para ver feliz a mi Buzzy…

Jovi quedó sin habla por unos momentos, y luego me abrazó fuertemente.

-Gracias amor…- dijo con la voz cortada y lagrimas en los ojos.

POV JOVI

Había pasado el fin de semana más hermoso de mi vida junto a Edward y mis suegros.

Nuestro amor con Edward se había consolidado más aun… era el hombre perfecto. El amor de mi vida. Aquella persona capaz de hacer lo que sea por mi felicidad y yo por la de él…

Allí orillas del mar, pasamos los momentos más románticos y agraciados de nuestras vidas.

Regresaba a casa, agotada por el viaje, pero feliz. Edward no dejó en ningún momento que la tristeza inundara mi alma, me cuidó como un tesoro.

-¿Cómo te ha ido?- preguntó mi abuela, abrazándome en cuanto abrí la puerta de casa.

-Increíble- le dije sonriendo.

-¡Ay mi niña!- exclamó la abue- ¡me alegro tanto! ¿Vas a cenar?

-No abue- le dije subiendo las escaleras cargando la maleta- ya cené en el viaje- expliqué- aparte estoy muy cansada, iré a la cama…

-Cierto que mañana tienes que ir a la facultad y luego tu primer día de empleo- dijo dirigiéndose a la cocina.

-Sí- reconocí gustosa- hasta mañana abue.

-Hasta mañana, mi reina.

Luego de cepillar mis dientes y ponerme el pijama, me acosté en mi adorada cama y a pesar de que recapitulé el fin de semana y pensé en Lionel, caí vencida a los brazos de Morfeo en pocos minutos.

Por la mañana, demasiado temprano para mi gusto, fui a la universidad. Las clases estuvieron de lo más aburridas. Le conté a mis amigas,  Jane y Amanda, lo del detective que contrató Edward, y ambas quedaron felices y esperanzadas con la noticia. Encontraríamos a Lionel, lo sabía.

Ya en casa, luego del almuerzo, me duché rápidamente y salí disparada hacia el trabajo. Iría en bicicleta, ya que el lugar quedaba en Forks, solo que en las afueras. Así que tomé mi destartalada bicicleta y partí rumbo a mi primer día de trabajo.

Al llegar vislumbré una casa pequeña, pero muy hermosa. Parecía de esas casitas de los cuentos de hadas.

Llamé a la puerta dos veces.

-¡Hola!- saludó una chica de cabellos lacios y oscuros- tú debes ser la niñera- dijo sonriendo.

-Así es- afirmé con una tímida sonrisa, estaba nerviosa- mi nombre es Jovanna, Jovanna Tauvenfeld.

-Un gusto- dijo ella dándome un beso en mi mejilla derecha- yo soy Gema- agregó- adelante, pasa- pidió dándome el paso y cerrando la puerta tras de sí.

-¡mami!- exclamó una hermosa niña de largos bucles castaños y ojos verdes.

-Yulisa ven- pidió gema- ella es la chica que cuidará de ti, mientras mamá esté en el trabajo.

-Hola- me dijo la nena tímidamente.

-Hola- saludé sonriendo. Se me estaban cayendo las babas, era muy linda.

-Bueno, te cuento- comenzó diciendo Gema- como sabrás son cinco horas, o sea que a las 19:30 hs estaré de regreso; Yulisa es una niña muy buena, le gusta mucho jugar y cosas así, puede resultar algo insoportable pero solo en ese sentido- continuo riendo- de la casa no tienes que ocuparte en absoluto, si algo se ensucia, déjalo así no te hagas problema- agregó sonriendo amablemente- en la heladera hay yogurt y demás cosas, o en al estantería galletitas, en fin alimentos- dijo señalando la cocina- ella pude comer lo que sea ¡excepto caramelos!- exclamó- porque…

-Me pican los dientes- finalizó la pequeña con esa vocecita tan dulce.

Gema y yo reímos.

-¡Exacto!- dijo Gema aun riendo- aun así aquí tienen dos chupaletas, una para cada una y suficiente por hoy- dijo al tiempo que me entregaba dos chupetines- arriba está durmiendo un amigo, no hay problema con el bochinche puede pasar un camión sobre la casa que no se despertará- dijo riendo- él entra y sale de la casa, no les molestará, tú no te preocupes- finalizó sonriendo.

-Claro, no se preocupe- le dije cortésmente.

-Tutéame- me dijo ella alarmada- ¡no soy tan vieja!- exclamó riendo.

-Por supuesto que no- dije nerviosa.

-Bueno, adiós amor- agregó dirigiéndose a la niña- pórtate bien- le dijo- adiós Jovanna, sobre la mesa está mi teléfono por si necesitas algo.

-Claro- dije acompañándola hasta la puerta. Gema subió a su coche y sin más se perdió de vista. Un silencio sepulcral inundó la casa.

-¿jugamos a las Barbie?- preguntó la niña tomándome de la mano.

-todas las veces que quieras, peque- le dije sonriendo. Esta nena ya me había robado el corazón.

POV JACOB

Desperté de pronto producto del despertador.

-Maldito- le dije bostezando. Observé la hora 15:45 p.m. Linda siesta me dí.  Gema ya debe de haberse ido a trabajar hace bastante ¿Yulisa? Mmm, supongo que la demonio debe de estar con su niñera. Escuché risas y música en la sala.

Me levanté de un salto de la cama, lavé mi cara, me vestí y bajé las escaleras a paso lento. Comería algo y me iría a casa de Seth.  Llegué a la cocina y comencé a preparar un licuado de frutilla. Yulisa reía a carcajadas, se estaba divirtiendo por lo visto. De pronto comenzaron a cantar, como perros.

-“¡es la hora, es la hora, es la hora de saltar, brinca, brinca, palma, palma y danzando sin parar!”- cantaban, horrible por cierto. Me acerqué con el ceño fruncido a la sala y la escena me dejó sin respiración.

Allí bailando y cantando junto a Yuli estaba ella. ¿Ella era su niñera? ¿Ella, la chica de mis sueños?

-¡Jake!- exclamó Yuli al verme y se abalanzó sobre mí- mira ella es mi niñera, es re buena y linda- dijo entusiasmada.

-Lo sé- murmuré por lo bajo, aun sorprendido- hola Jovi- saludé mirándola profundamente a los ojos.

-hola- dijo ella sorprendida y ruborizada, ¡como me gustaba cuando se sonrojaba!- ¡no sabía que eras tú el amigo de Gema!

-Sí- le dije sonriendo- ni yo que tú eras la valiente niñera que cuidará del demonio- agregué riendo. Yulisa me golpeó fuerte una patada, reprimí el ¡auch! Maldita enana… Jovi rió por lo bajo.

-Bueno las dejo que sigan cantando tan lindo como lo vienen haciendo- dije burlonamente- ¿les preparo licuado?

-¡Sí!- exclamó Yuli- tráenos aquí el licuadito y vente al gran show de las divinas. Jovi y yo reímos a carcajadas.

Les preparé a mis reinas su bebida, y fui entusiasmado a jugar con ellas. Lo que sea por pasar un rato con mi hermosa Jovi. Ahora que la tenía a mi lado y tenía una vía de comunicación con ella, lucharía por su amor…estaba decidido.

MUCHISIMAS GRACIAS POR LEERNOS! LAS QUIERO! ESPERO LES HAYA GUSTADO EL CAPI...JOVI