POV EDWARD

-¡Hey a levantarse perezoso!- exclamó mi madre abriendo las persianas de mi cuarto- es cierto que es sábado- reconoció sonriendo- pero tampoco como para que exageres sin bajar a almorzar.

-Ya bajo ma- le dije soñoliento. Bostecé enormemente y me senté en la cama. Tomé el celular como de costumbre y marqué el número de mi novia. El día anterior no había podido verla en todo el día, ya que se había ido a Seattle a visitar a su prima. La verdad es que últimamente no había estado pasando demasiado tiempo con ella, porque no se despegaba ni un segundo de su “amiguito” Lionel. Al recordarlo, gruñí para mis adentros.

-Hola amor- saludó mi prometida- ¿Cómo estás?

-Bien- reconocí, feliz de escuchar su voz- ¿Cómo te ha ido ayer?- pregunté interesado.

-Mmm- dudó- bien, respecto a eso- agregó nerviosa- necesito hablar contigo, cielo.

-Claro- acepté- ¿de que se trata?

-hablamos luego del almuerzo- pidió- te paso a buscar por tu casa- anunció.

-Ok- accedí sonriendo- te extrañé mucho Buzzy- confesé carraspeando.

-Yo a ti, cielo- añadió ella- ¡ay, la abuela canta horrible!- exclamó entre risas.

-¡No seas mala!- le regañé riendo- dale saludos de mi parte.

-como no- dijo mi Buzzy- te amo- declaró- nos vemos ¡Al infinito y más allá!

-Yo más- confesé sonriendo- hasta luego.

-¡A almorzar!- gritó mi madre desde la cocina- ¡Edward!

-¡Voy!

Luego del almuerzo, me bañé apresuradamente, antes de que Buzzy llegara.

-Te busca esa- declaró Rosalie entrando a mi habitación, mientras me peinaba.

-Si continuas así- dije entre dientes arrinconándola- lograrás que llegue a odiarte- le espeté en la cara- y es literal- aclaré, saliendo del cuarto.

-Vendrá mi hermana Justina- decía mi madre a mi novia- está ansiosa de conocerte.

-¡Y yo de conocerla a ella, señora Cullen!- agregaba Jovi, sonriendo- Edward me ha platicado mucho de ella- continuaba- ah, Ed- agregó al verme- ¿Cómo estas?- preguntó recibiendo mi espontáneo beso en sus labios.

-Pues contento de ver a las dos mujeres más hermosas del mundo- afirmé despeinando la cabellera de mi novia.

-Todos felices con la intrusa- dijo Rosalie entrando a la cocina- falta sólo que la inviten a vivir aquí y ya- finalizó con sarcasmo, mirando a Buzzy con asco.

Jovi bajó la cabeza, avergonzada.

-¡Ya me cansaste!- grité furioso- ¡Me cansaste!

-Rosalie ¿hasta cuando?- preguntó mi madre encolerizada, tomando a Jovi por los hombros- tranquila cielo- le decía a mi Buzzy- no le hagas caso.

-Lo siento- se disculpó mi novia- mi intención no es causar problemas…

-Tú no tienes la culpa de nada, cielo- le decía mi madre.

 Rosalie sonreía satisfecha.

-si no quieres causar problemas ¿Por qué no te largas de esta casa?- preguntó levantando su ceja derecha.

-¡Él que se va de esta casa soy yo!- grité encolerizado- ven amor, acompáñame a mi cuarto- pedí tomándola de la mano.

-Edward yo de verdad, me voy…- comenzó diciendo Buzzy.

-Shhh- la silencié atrayéndola a mí- acompáñame- le pedí, mirándola a los ojos.

Asintió con la cabeza, asustada.

-Ya verás cuando venga tu padre- escuché a mi madre amenazar a Rosalie, mientras subíamos las escaleras hasta mi habitación.

-Siéntate- le pedí a mi novia, acariciando su rostro y sentándome a su lado.

-Edward de verdad que no quería que esto pase- se torturaba.

-Amor- le llamé mirándola a los ojos- nada de esto es tu culpa- le aseguré sosteniendo su rostro entre mis manos- al contrario, eres demasiado buena al jamás haberle dicho a mi hermana todo lo que se merece que le digan.

-Pero…- comenzó reprochando.

-Me voy a ir de esta casa, ahora mismo- dije decidido- y no es sólo por este episodio- confesé- Rosalie ya me tiene cansado- dije entre dientes- además es hora de que viva solo, de independizarme.

-pero tu madre…

-Mi mamá esta de acuerdo, ya lo hemos hablado- le expliqué- sólo que no tenía pensado hacerlo hoy mismo, pero ya no quiere seguir conviviendo con Rosalie.

-Lo siento tanto- dijo mi ángel, angustiada.

-Te amo- reconocí, besándola- ¿me ayudas a empacar algo?- pregunté sonriendo. Mi Buzzy asintió dudosa.

-Ah y una cosa más que conste que me voy a vivir sólo por tiempo ¿sí?- le dije abrazándola- en pocos meses viviré con mi esposa- agregué guiñándole un ojo.

El amor de mi vida sonrío dulcemente.

-¿Dónde irás?- preguntó preocupada.

-Conseguí un departamento para alquilar, hasta que compremos nuestra casita- admití esbozando una amplia sonrisa.

-Me gusta esa idea- dijo mi Buzzy dándome un tierno beso.

-¿Otro?- pedí haciendo pucheros.

-Mmm- dudó con cara de malvada- no sé…

-¡Qué mala actriz!- reprobé frunciendo el ceño.

-Ok- aceptó entre risas, acercándome a mí, para besarme; pero justo en ese preciso momento abrió la puerta mi madre.

-¡Oh lo siento!- se disculpó ruborizada.

-¡Qué inoportuna eres madre!- le reproché sonriendo.

-Perdón mis amores- agregó Esme- Venía a preguntar si necesitabas ayuda- confesó- ¿te irás hoy?- preguntó apenada.

-Sí ma- reconocí- es mejor hoy.

Esme asintió con la cabeza.

-Te extrañaré bebé- me dijo abrazándome.

-Ma- me quejé- está mi prometida- expliqué- no me hagas pasar vergüenza.

Jovi sonrió de manera tierna.

-Me quedé con ganas de que mi novia me bese, madre- revelé sonriendo y divertido ante la mirada de vergüenza de Jovi y su hermoso rostro sonrojado- ¿podrías cerrar los ojos o voltearte hacia otro lado?

-Ahh- agregó mi madre entre risas- ahora entiendo por que te quieres ir a vivir solo…

-¡Qué lista eres mamá!- afirmé sonriendo y atrayendo al amor de mi vida hacia mí.

Cuando terminamos de empacar algunas cosas, nos dirigimos con mi Buzzy y mi madre a mi nuevo departamento. Jovi quedó encantada con el lugar, mi madre por el contrario, afirmaba que estaba era muy apagado y prometió venir en la semana a decorarlo mejor.

Una vez mi madre se fue, tras varias lagrimas de por medio y repetidas frases de  “mi niño ya creció” o “te extrañaré”, Jovi pidió hablar conmigo.

-Soy todo oído, amor- le dije sentándola en mi regazo.

Mi Buzzy suspiró algo nerviosa.

-Tengo que confesarte algo- dijo, preocupándome- te mentí ayer cuando dije que iría a Seattle a casa de mi prima- fruncí el ceño sin comprender- en realidad fui con Lionel a otro lado.

-¿Adonde?- pregunté conteniendo la respiración.

-No puedo decírtelo, cielo- confesó disgustada- prometí a Lionel no decirlo- agregó- sólo te aseguro que estoy ayudando a mi amigo con asuntos personales de él.

-¿Por qué me mentiste?- pregunté enfadado. La verdad es que reconocía que mi enojo no se debía tanto a la mentira, sino más bien a celos a ese tal Lionel.

-Perdón- pidió ella, amargamente- no quise mentirte- confesó- es que temía tu reacción- continúo- temía que no me permitieras ir, y de verdad que era importante que acompañara a Lionel ayer.

-Te creo- me sorprendí diciendo, mi Buzzy se veía tan sincera y le amaba tanto que no podía desconfiar de ella- y te perdono, cielo. Jovi me abrazó sollozando en mis brazos.

-¿Qué ocurre, amor?- pregunté- tranquila, está todo bien conmigo.

-Gracias- dijo ella aun llorando.

-¿entonces…?- pregunté sin comprender.

-Lionel no está bien- confesó- disculpa, no puedo contarte nada.

-Lo siento, amor- entendí abrazándola- no sé que le sucede, y entiendo que no puedas decírmelo, sólo déjame decirte que todo saldrá bien y siempre puedes contar conmigo…

-Lo sé- dijo mi hermosa Buzzy secando sus lagrimas- por eso te amo tanto.

POV LIONEL

“Y en sueños confunde la muerte, la vida: recuerda y olvida, suspira, respira con hórrido afán”. José De Espronceda

Jamás había temido a la muerte, hasta ayer. Jamás me había negado a la muerte hasta ayer.

Ayer la vi llorar por mí. Ayer la vi llorar por mi muerte. Ayer deseé no morirme. Ayer deseé vivir…vivir por ella. Vivir para que ninguna lagrima derramen sus ojos. Vivir para que su dulce sonrisa no desaparezca de su rostro.

Hoy deseo escapar, huir. No causarle más dolor a la gente que quiero. Necesito volar hacia mi sepultura sin escuchar llantos que me reclaman a la vida.

“Jamás te olvidaré, amiga mía

Seré tu ángel

Por toda la eternidad

Secaré tus lágrimas 

En cada ráfaga de viento

Mi hermosa Myrtle…”

Coloqué la nota en un pequeño sobre que rezaba “Para Jovi” y lo entregué a la señora Ganfisd.

-Se lo daré a la niña, joven- me aseguró sonriendo.

-Muchas gracias- le dije- que ande bien- le deseé entregándole las llaves de la casa.

-cuídese joven- pidió la señora palmeando mi hombro derecho. Asentí con la cabeza y sin más subí al taxi, alejándome así para siempre de Forks, alejándome de mis amigas, alejándome de mi amada y llorona princesa, mi Myrtle, alejándome de lo único de me invitaba a anhelar la vida.