-¡Hola! ¿Edward?- pregunta una voz masculina tras el celular- ¿Cómo estás, man? Soy Emmett.

Inspiro un poco de aire y carraspeo.

-Hey Emmett, amigo. Bien ¿Tú?- pregunto frunciendo el ceño- ¡Qué sorpresa!

-Je sí, sé que he estado algo perdido pero regresé- anuncia tras soltar una alegre carcajada- y con muy buenas noticias…

-¿Sí? ¿Cuáles?- pregunto aun dormido.

-Te conseguí trabajo- informa- bueno, al menos una entrevista de trabajo- rectifica- pero ya eres recomendado por mí eh, eso es gran cosa hermano- alardea riendo.

Un trabajo…wow eso es genial…pero mmm viniendo de Emmett ¿Qué tipo de trabajo podría ser? Recuerdo cuando me propuso juntar dinero para comprar el telescopio de mi Buzzy, saliendo con chicas ricas…

-Mmmm… ¿Qué trabajo, Emmett?- pregunto desconfiado- sabes perfectamente que…-comienzo a advertirle.

-Hey tranquilo, amigo- me interrumpe aun riendo- no se trata de mujeres.

-¿Y de qué se trata?-pregunto impaciente.

-¿Recuerdas que te he platicado en varias ocasiones acerca de mi amigo Jacob?-pregunta.

Trato de recordar…Jacob…mmm…

-El que jugaba rugby, que tiene mucho dinero- me recuerda.

-Ah, sí- admito- ¿Y qué hay con él?

-Bueno, resulta que me contó que su hermana anda necesitando un chofer…y bueno pues le hablé de ti- me comunica.

¿Chofer de una ricachona? Mmm…bueno peor es nada. Además estoy muy endeudado por lo del anillo de Jovi.

-Ok- acepto- gracias… ¿Cuándo es la entrevista?- pregunto bostezando y levantándome de la cama.

-Hoy por la tarde, a las 17 hs- informa alegremente- más te vale que vayas eh- amenaza riendo.

-Sí, iré- aseguro, sin estar demasiado seguro…

-Bien, bueno amigo…te dejo- dice luego de un fuerte estornudo.

-Salud, deberías cuidarte, Emmett…dejar un poco esas salidas nocturnas…- comienzo a regañarlo amigablemente.

-Uh, no empieces padre- rezonga Emmett riendo- un abrazo hermano- se despide- nos estamos viendo.

-Ok, gracias por lo del trabajo- digo lavándome la cara- un abrazo.

Luego de cepillar mis dientes y vestirme, me dirijo a la cocina a preparar mi desayuno.

En la sala no hay nadie. Observo la hora: 8 de la mañana. Mamá y papá…en el trabajo. Y Rosalie seguramente durmiendo. Últimamente ha estado faltando mucho a la facultad…desconozco el motivo, pero lo averiguaré.

Abro la puerta de la lacena buscando algo comestible…pero lo único que encuentro es un paquete de galletitas rancio, y cereales. Tiro las galletitas al tacho de basura, malhumorado, y digiero rápidamente los cereales, por suerte había leche en la heladera.

-¿Hay algo para desayunar?-pregunta de pronto Rosalie, envuelta en una bata vieja.

Ni siquiera me limito a levantar la vista del bol de cereales.

-T e guarde algo de leche y cereales- le informo enfadado. Ni si quiera sé con quien estoy enojado. Nadie tiene la culpa de la pobreza por la que está pasando mi familia. Mamá se interna horas en el salón de belleza, trabajando como burra; y papá en la construcción. Y aun así apenas alcanza para pagar esa maldita hipoteca…y todo por culpa del tío Alfred, maldito estafador.

-Ya estoy cansada de los malditos cereales- suelta mi hermana refunfuñando.

-Lo sé, me pasa lo mismo- digo encogiéndome de hombros- pero no debemos ser malagradecidos- añado mirándola a los ojos.

Rosalie baja la mirada.

-En la facultad me han pedido más libros- informa apesadumbrada- no me animo a pedirle dinero a papá- reconoce- odio ser pobre- finaliza entre dientes.

-Yo te los compraré- le aseguro- sólo dame tiempo- ruego.

-¿Ya conseguiste trabajo?-pregunta sonriendo.

-Creo que sí- digo, y refutándome, añado- va, al menos una entrevista de trabajo.

-¡Eso es genial!- exclama mi hermana, abrazándome.

-Interesada- suelto riendo, mientras me libro de sus empalagosos besos.

Se une a mis risas.

-Anoche me encontré a Jasper en el bar de la esquina- comenta- y me contó el chisme- suelta irónicamente.

-¿Qué chisme?- pregunto sin comprender.

-Tu soñado compromiso con esa muerta de hambre- masculla con sarcasmo.

Y sin darme cuenta, doy un fuerte golpe en la mesa.

-¡Te he dicho mil veces que no le llames así!- grito furioso- ¿Me escuchaste?

-No tienes dinero para comprar mis libros pero sí para regalarle anillito a esa ¿no?- lanza frenética.

Torso el gesto, tratando de calmarme y sin más salgo de la casa, dando un fuerte portazo tras de mí.

No entiendo por qué Rosalie es así… por qué odia tanto a mi novia. Por qué odia tanto la vida que nos tocó. Además, si lo que le molesta es la pobreza, cabe decir que Jovi está en mejores condiciones económicas que nosotros…

Ya estoy cansado de sus malos tratos. Mi hermana no cambia más, es tan interesada y caprichosa…

Camino hasta La Push, en busca de paz… en busca de un lugar tranquilo donde poder pensar y acomodar mis ideas.

Me siento arriba de un inmenso árbol caído. La hierba está mojada. El aire es frío, sobre todo allí a orillas de la playa.

Pasa una hora y aun continúan los mismos pensamientos en mi cabeza: dinero, trabajo, Rosalie, mi Buzzy…

¿Buzzy? -pregunto para mis adentros, tratando de visualizar si la chica sentada en aquella lejana roca es ella.

Observo que a su lado, corre un pequeño cachorro blanco. Sí es ella junto a Bon (yo le puse ese nombre al perro…jugándole una broma a Buzzy por lo de Jovi…el perro es Bon y ella Jovi…”Bon Jovi”…jaja)

Corro hacia las rocas con dificultad, hace mucho frío.

Cuando estoy a escasos pasos de ella, decido ir de puntillas para asustarla…

-¡Buuuu!- grito tocando su espalda.

Pega un grito, asustada y deja caer un pequeño sobre blanco.

Lo tomo, antes de que se embarre.

-Hey soy yo- le informo entre risas.

Me golpea con ambos puños. ¡Qué dinamita!

-Eh, era broma- me defiendo riendo. Sonríe.

-¿Qué haces aquí?- pregunto dándole un tierno beso en sus labios.

-Eh- vacila nerviosa, sus ojos se posan en el sobre que yace en mis manos y se tensa repentinamente.

-Ah sí…- digo comprendiendo la situación- se te cayó- le informo devolviéndole el sobre. Lo toma rápidamente.

-¿A quién le escribiste?- preguntó extrañado.

Jovi se tensa aun más ante mi pregunta, luego una lagrima recorre su rostro…antes de darme tiempo a reaccionar, me hace señal con la cabeza para que tome asiento a su lado.

Sin emitir palabra y sin dejar de mirarla a los ojos, hago lo que me pide.

Inhala aire, observa las grandes olas de las playa y comienza a hablar entrecortadamente…

-¿Recuerdas que mi madre murió hace tres años ahogada en el mar, cuando un barco pesquero destrozo su bote, y jamás lograron hallar su cuerpo?- pregunta atónita mirando el mar. Asiento con la cabeza- Bien pues…hace tres años que le escribo cartas. Todos los domingos a las 10 de la mañana- explica.

-Todos los domingos a las 10 de la mañana ustedes tomaban su bote y salían a navegar- digo aspirando aire profundamente.

-Así es- coincide mirándome por fin a los ojos- sólo vengo aquí todos los domingos y lanzo la carta al mar, para que pueda leerla- explica sin poder contener las lagrimas.

La abrazo fuerte y beso su cabeza, tratando de extraer todo ese dolor.

-Hoy es la primera vez que le he fallado a mi madre…- admite sollozando entre mis brazos- ayer fuimos de picnic y con lo sucedido- explica mostrándome el anillo y dejando escapar una dulce sonrisa- pase horas contándole a la abuela y a Jane el acontecimiento…cuando me di cuenta ya eran las 11 de la noche y la abuela me prohibió salir- continua- no he podido venir a traerle la carta a mi madre…

-Pero se la trajiste hoy, amor- digo consolándola.

-Lo sé- admite, ya más calmada- y sé que no se ofenderá, porque ayer fui muy feliz y eso es lo que ella desea- agrega sonriendo, mientras una ultima lagrima resbala por su rostro.

La beso delicadamente y aguardamos silencio.

-¿Cómo estuvo tu despertar hoy?- pregunta escapando de mis brazos.

-Bien- miento ocultándole el episodio con Rosalie- Emmett me ha conseguido trabajo.

-¿Sí?- pregunta sonriendo- ¡Wow! ¡Esa es una buena noticia!- exclama palmeando mi hombro derecho.

-Sí- admito sonriendo- es para cubrir el cargo de chofer- explico.

-¡Qué bien!- me felicita- serás el chofer más guapo del mundo- asegura feliz.

-Pero es sólo una entrevista- le comunico- a las 5 de la tarde debo ir.

Sonríe.

-Iré a las 4 de la tarde a tu casa así te deseo buena suerte y te ayudo a elegir una vestimenta adecuada para tu primer día de trabajo- me comunica sonriendo al tiempo que se pone de pie.

-Como no, señora- acepto sonriendo.

-Bien, ahora vamos- dice estirando sus brazos para ayudarme a levantarme- mi abuela no sabe que falté a la universidad…

Caminamos lentamente sobre la verde espesura. Verde como la esperanza de una vida mejor que nacía en mi corazón.