Words With Friends (+18)

Autor: nicoli
Género: + 18
Fecha Creación: 23/07/2013
Fecha Actualización: 04/11/2014
Finalizado: NO
Votos: 19
Comentarios: 47
Visitas: 57878
Capítulos: 29

Bella Swan está enamorada de la estrella de cine Edward Cullen. Ambos comparten la misma pasión por un juego. Podrán conectarse a través de Words With Friends y ser más que amigos? El tiempo lo dirá.


Bueno aquí estoy con una nueva traducción y esta vez en conjunto ya que carlarobpatt4ever están traduciendo el punto de vista de Edward, ese fic se llama Words With Strangers, el link es este: Words With Strangers (+18). Os dejo el summary:

La estrella de cine Edward Cullen está harto de las mujeres y está concentrado en su carrera. Una extraña lo encuentra via WWF. ¿Podrán sus palabras cambiar su pensamiento?

Esta historia, al igual que primero y diez (+18), son de Nolebucgrl, la cual nos ha dado su permiso. La historia original la podéis encontrar aquí:

Words with Friends Chapter 1 Name, a twilight fanfic | FanFiction

…..............................................................

 También os invito a pasaros por mi otro fic Primero y Diez (+18). Un beso!!

Primero y Diez (+18)

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 25: No Words At All

No pude dormir. Cada vez que cerraba los ojos veía a Edward y Jane o a Alice enfadada. Sus palabras resonaron en mi cabeza, diciéndome una y otra vez que no podía mantener a nadie cerca. Eso era cierto. Primero Tyler, luego Edward. Era estúpida. Tenía que fijarme en chicos frikis que pisaran el mismo suelo que yo. Mejor no.

Soy masoquista y navegué por internet, encontré fotos de Edward y Jane en la alfombra roja. Ya había aficionados que empezaban a crear sitios web dedicados a ellos dos. Cada uno con la misma imagen de él tocándola la mejilla. También fotos en el interior, incluyendo un abrazo y un beso en la mejilla, por no mencionar las numerosas sonrisas. Me pusieron enferma. Había rumores de que se habían ido luego a una fiesta. O que había estado con Irina el día anterior. ¡Me lo imaginaba! Cerré mi ordenador porque no necesitaba ver o escuchar nada más. Fui una estúpida por no mantenerme al día con los cotilleos mientras hablaba con él. Creía que era suficiente para él. Lo que pasaba era que era tonta.

Oí cerrarse la puerta del apartamento y vi que era el momento de ir a clase y claramente no iba a ir. Alice no me había esperado. Era muy duro, nunca había estado más de un día sin hablarla.

¿Y por qué había llamado a Colin? No quería salir con él. Lo llamaría luego y le diría que estaba borracha o algo así.

Mi teléfono sonó, y como era gilipollas lo cogí. Tenía que ser él...

Edward: Buenos días para ti, chica atrevida. Ocho días más y tendré mis manos sobre tus nalgas. Definitivamente sabes la respuesta a esa pregunta. Te estás ganando tu castigo de una manera muy impresionante.

Deja de castigarme, Edward. Verte con Jane ya fue demasiado doloroso.

Dejé mi teléfono a un lado. Si pensaba que podía venir así después de haber estado con otra lo tenía claro. Mierda, puede que siga aún con ella en la cama y me esté enviando mensajes a escondidas. Me levanté y me lavé los dientes, tenía los ojos inyectados en sangre. Encantadora...

Mi teléfono volvió a sonar y corrí hacia él porque era patética

Edward: ¿Estás ocupada, hermosa? Me preguntaba si me concedías el honor de ser mi cita el sábado a la noche. Estaba pensando que podíamos ver una película juntos por teléfono. Podemos ver alguna en la cual alguien recibe nalgadas como tú recibirás pronto.

¿De verdad, Edward? ¿No crees que tu calendario está demasiado lleno? Que te jodan. A este juego podían jugar dos. Lo que te vale a ti a mi también.

Yo: Lo siento, tengo una cita el sábado por la noche. Supongo que le tendrás que pedir a alguien más.

Veamos como te lo tomas.

Edward:Bueno, si estás ocupada con las chicas o algo, ¿qué te parece el viernes por la noche?

Ah, claro, mi cita tenía que ser con mis amigas mientras los suyos eran con las magníficas estrellas de Hollywood. Di lo que piensas realmente de mí, Edward.

Yo: Dije que tenía una cita, no planes con las chicas. Estoy segura que tú estás más que familiarizado con el concepto de cita. Vestirte bien, salir por la noche a la cuidad con una hermosa mujer, o un hombre apuesto. Una cita.

Estás muy familiarizado con el concepto, Edward. Sólo tenemos que ver lo que pasó anoche. ¿Cómo se atreve a preguntarme si quería ver una película con él, algo que me hubiera encantado hacer, mientras tiene algo con Jane o con Dios sabe quién más?

No hubo respuesta durante unos minutos, así que tal vez se enfadó. Se lo merecía. Entonces el teléfono soñó, era él. Lo miré fijamente, preguntándome si debería molestarme en contestar. Nunca sabría lo que diría a menos que lo hiciera.

-Hola.- Bueno, pretendía sonar confiada.

-¿Bella? Soy Edward.

¿Y quién más podría ser? Me eché a reír.

-Sé quien eres.- Ahora sí que lo sé, Edward Cullen

-Estoy confundido.- Dijo. Por supuesto que lo estaba. Pensó que podría tenerme como pastel y se lo podría comer, ¿por qué había pensado en esa analogía? Ahora tenía que conseguir un pastel grande de chocolate. Tal vez Rose me conseguía uno.

-No estoy segura qué te confunde.- ¿Uno de tus juguetes no coopera? Sólo tienes que llamar a otro. Seguramente las tienes en marcación rápida.

-Creí que teníamos…- Se interrumpió y maldijo en voz baja.- Mira, Bella, quiero decir, creí que tú y yo íbamos a decidir qué éramos la próxima semana. Creo que no sé por qué…¿Por qué saldrás con alguien más?

Claro que no. ¿Por qué iba a estar en casa esperando para recoger migas?

-¿No lo sabes, Edward?

Hubo una larga pausa

-No, no lo sé. Como dije, estoy confundido.

Se acabo todo esto, no podía hacerme sentir culpable por tener una cita cuando él tuvo una anoche.

-Lo que está bien para ti está bien para mí.- Le dije.

-¿Qué quieres decir con eso?

Era hora de la verdad. No había esperado que sería así, pero no podía guardar más silencio. No iba a sentarme y ver cómo se repetía lo de Tyler.

-Quiero decir, lo sé, Edward.

-¿Saber qué, Bella?

¿Era siempre tan despistado?

-Sé quien eres, Edward Cullen, y sé donde estuviste anoche y con quién.

Hubo otra larga pausa.

- Ok así que lo sabes. Iba a prepararme para decírtelo y esperaba que lo entendieras…

¡Ja!

-¿Entender? Por supuesto, lo entiendo, Edward. Tú eres una gran estrella de cine que necesita una novia estrella de cine. Yo te doy diversión mientras tú estás estancado con la perra de tu ex, pero ahora que estás en casa, tienes que vivir de la imagen. Felicitaciones para ti. No me interesa.- O no quiero que lo haga.

-No, Bella. No estoy seguro cuando lo descubriste pero tienes que saber que todo entre nosotros fue real. Jane no es mi novia.

Jaja no, eso sí que no. ¿Siempre mira a sus amigas como si fueran todo su mundo? Solté un bufido.

-¿De verdad? Sabes, estoy diciéndome eso desde anoche, cuando te vi salir de la limusina y sostener su mano y pasar su brazo alrededor de ella y sostenerla tan fuerte. Casi me lo creo. Pero luego las cámaras tomaron ese pequeño momento tan íntimo que ustedes dos tuvieron y vi la mirada en tu rostro, Edward. No puedes decirme que no la amas.- Cerré los ojos y la imagen de ellos dos me volvió a atacar. Pero necesitaba aferrarme a ella. No iba a dejar romperme.

-¡Bella, no es así! Mira, ayúdame un poquito aquí. Mi mente no puede comprender todo. Cuando… ¿cómo lo supiste?-Sonaba casi frenético. Era un increíble actor. Seguro que conseguiría un Oscar muy pronto.

Bueno, ya que todo salía a la luz, iba a hablar. Me odiará, yo le odio y podremos seguir con nuestras vidas. Dios, ¿por qué esto tiene que ser tan doloroso?

-Ah, ¿para qué molestarme en pretender? Debería habértelo dicho hace tiempo y alejarte. Tal vez si lo hubiera dicho, no estaría doliendo tanto.

-Bella...

Ahora o nunca

-Siempre lo supe, Edward.- Esperé su respuesta. Me dolía la tripa y sentí ganas de llorar de nuevo, pero no iba a darle mis lágrimas. No se las merecía.

-¿Siempre supiste qué? ¿Quién era? ¿Cómo?

Aquí vamos de nuevo.

-¿Recuerdas el día que comenzamos a hablar?

-Sí.

Sonaba raro, vacilante quizás. No como mi Edward. Aunque, la verdad, es que nunca había sido mío.

-La noche anterior estuviste en Letterman y le dijiste que jugabas WWF. Alice decidió buscarte. Ella eligió un nombre que sabía que no te encontraría y yo decidí buscarte también.

Y todo explotó en mi cara, por todos los lados. Nunca debí haberle buscado.

-¿Eres una acosadora?

¿Una acosadora? Vete a la mierda, Edward Cullen. Pensé que eras mejor. No voy a agachar la cabeza y recoger las sobras de nadie.

-No estoy acampando afuera de tu puta casa, Edward. No soy una acosadora. Sabía mucho de ti. Leía tus entrevistas. Sólo pensé en intentar con tu dibujo animado favorito y tu número favorito y funcionó.

-¿Por qué? ¿Por qué querías encontrarme? ¿Qué pensabas ganar de mí? ¿Tú qué? ¿Querías que me enamorara de ti? ¿Reírte sobre mí con tus amigas? ¿Venderle información a la prensa? ¿Qué, Bella?- Estaba enfadado conmigo. Sabía que iba a ser así. Mi rabia me dejó y ahora me dolía. Dolía mucho.

-Sólo quería conocerte.- Todo había sido por eso. Nunca supe que iba a sentir esto por él. Fui estúpida. ¡Qué sorpresa!

Su risa era amarga y dura.

-Bueno, supongo que tuviste tu deseo.

-Sí, supongo que sí.- Y comprendí que los deseos era cosas de los cuentos de hadas. Sabía que no le tenía que dar mi corazón, pero lo hice y me quedé sin nada.

-Espero haber superado tus expectativas.

Lo hiciste. Ahora nadie podrá sobrepasarlas.

-Las excediste, por un tiempo. Ahora ya no. No sé por qué pensé que esto iba a ser diferente a lo de Tyler.

-¿Así que Tyler es verdadero? ¿Qué más era verdadero, Bella? ¿Nada?

¿Cómo se atreve? ¿Creía que me había inventado toda esa mierda? Si quería comportarse como un idiota, misión cumplida.

-Yo… no. Tú no darás vuelta esto a tu favor. ¿Qué pasó con lo de "nunca te engañaría, Bella"?

-Supongo que ambos somos mentirosos.

Sus palabras me atravesaron como cuchillos. No creía que nada podría afectarme más que verlo con Jane, pero había confirmado lo peor. Una parte de mí, una muy en el fondo, tenía la esperanza de que todo fuera mentira y que hubiera exagerado. Dios, que ingenua era.

-Supongo.

-Parece que no hay más nada que decir. Si vas a la prensa con algo de esto…- Vamos, ¿enserio pensaba eso de mí?

Me reí, porque ¿qué otra cosa podía hacer?

-No tengo intención en hacer nada de eso.

-Bien. Diviértete en tu cita, Bella.

Ni siquiera le importaba. Claro que no.

-Diviértete con Jane, Edward.

No había más que decirse por lo que colgué antes de que las lágrimas corrieran por mi rostro de nuevo. Me había estado mintiendo a mí misma cuando me dije que no iba a llorar nunca más. En este momento sentí como si no pudiera parar. El temperamento que había conseguido en la llamada me había abandonado y lo único que quedaba dentro de mí era un sentimiento de vacío.

Oí cómo la puerta se abría y pedí a Dios que fuera Rose. Abrí mi puerta y ella gritó de sorpresa.

-¡Joder, Bella! ¿Tenías que...- se interrumpió cuando vio mi cara y dejó caer su bolso para correr hacia mí.- ¿Qué te ha pasado?

Me enterré en sus brazos y lloré en su hombro. Me abrazó con fuerza y me frotó la espalda.

-Todo irá bien. Te lo prometo.

Eso me hizo reír.

-Nunca nada estará bien.- Levanté la cabeza y limpié mis ojos mientras me cogía de los hombros y me miraba fijamente.

-¿Qué ha pasado, Bella? No has estado llorando toda la noche por él, ¿verdad?

No, se trataban de nuevas lágrimas.

-Sólo una parte. Estas son por otra cosa.

-¿Por qué?- Me condujo a mi habitación y nos sentó en el extremo de la cama.

Me quedé mirando su camisa púrpura mojada.

-Te he manchado la camisa. Lo siento.

Me cogió la muñeca.

-Bella, eso no es importante. Lo que es importante es que parece que tu mejor amiga murió, lo que sé que no es verdad porque estoy aquí. Dime qué te ha pasado.- Echó un vistazo a mi ordenador, que estaba en la cama.- No habrás estado mirando fotos de Edward y Jane, ¿verdad?- La miré con aire culpable y negó con la cabeza.- Joder, Bella. Sabes que en esos sitios sólo cuentan mentiras. ¿Por qué te has hecho esto?

Sollocé. La pena era que en esto tenían toda la razón.

-No malinterpretaron nada.

-¿Cómo lo sabes?- Sus ojos se abrieron.- ¿Has hablado con él?

Asentí con la cabeza lentamente.

-Si.

-Mierda. ¿Qué le has dicho? ¿Qué te ha dicho?

Se iba a enfadar.

-Se lo conté, Rose.

Soltó una sarta de palabrotas, cada una más impresionante que la anterior.

-Así que, en vez de pasar otro buen rato con él, ¿le dijiste que estabas molesta con él y otra choca? No tienes que llorar por eso.- Empecé a llorar más fuerte y ella suspiró- Bella, cálmate. No puedo ayudarte si no me cuentas lo que pasó.

Negué con la cabeza.

-No puedes hacerlo de todas formas, Rose. Ya está todo dicho.

-Vamos a ver si es así. Cuéntame todo, de principio a final.

Bien.

-Me envió un mensaje muy bonito contestándome al último que le envié yo ayer, coqueteando. No le respondí, porque sabía que si lo hacía, no iba a salir nada bueno de eso.- Cogí un Kleenex y me sequé los ojos.

Rose soltó un bufido.

-No me digas... ¿Entonces?

Sentí el calor en mi sangre por los recuerdos. Eso era bueno. No quería volverme loca.

-Entonces él me envió otro preguntándome si podíamos tener una cita el sábado por la noche viendo una película por teléfono juntos.

Asintió con la cabeza.

-Eso parece estar bien.

-¡Claro que si! ¡Pero me molestó! ¡Me invitó a salir cuando Jane seguramente siguiera tumbada en su cama!

Rose levantó una ceja.

-Estás suponiendo muchas cosas, Bella.

-¡Rose! ¡Se supone que debes estar de mi lado!

Me tomó la mano.

-Siempre estoy de tu lado, Bella. Ya lo sabes. Pero, a veces, estar de tu lado significa tener que hacerte ver lo que has hecho mal.

Maldita sea su lógica y ella.

-Está bien. Bueno, entonces sí, me aceleré con las conclusiones, me enfadé y le respondí.

Suspiró.

-¿Qué le dijiste?

-Le dije que ya tenía una cita el sábado por la noche.

Se echó a reír.

-Bien jugado. Darle celos con una buena mentira. Me gusta.

Me mordí el labio.

-No es una mentira. Tengo una cita el sábado.

Rose me miró fijamente.

Joder, Bella, ¿qué has hecho?

Mierda.

-Yo... llamé a Colin anoche y le pregunté si estaba libre.

-Joder, sabía que no debía dejarte sola. ¿Por qué hiciste eso?- Me miró.

Alcé las manos.

-¡No lo sé! Eso mismo me pregunté a mi misma después. Me imaginé que era algo bueno.

Suspiró.

-Bella, eso lo haría yo si no me importara nada el chico que me jodió, o si quiero que le de en la cara. Difícilmente le alcanzará a Edward cuando vive en California.

-Saliste la noche siguiente a enterarte de lo de Royce.- Sólo tenía esa mano.

-Claro que lo hice. Pero no estaba enamorada de Royce.

-Yo no estoy en...- Me callé y asintió.

-Claro que sí. Estás enamorada de él y él de ti.- No, no, no lo está.- No sacudas así la cabeza. Sé lo que he visto y lo que he leído. Ese chico está enamorado de ti, no de Jane ni ninguna otra.

Tal vez fuera antes. Ahora no.

-Ahora no lo está.

Negó con la cabeza.

-Cuéntame el resto.

-Después de decirle lo de la cita, me llamó.

-Claro que sí- respondió.- Porque le importas.

-Claro, lo que tu digas. De todas formas, me dijo que pensaba que teníamos algún tipo de conexión, lo que es ridículo cuando fue él el primero en saltársela.- Rose se quedó mirándome, así que seguí.- No paraba de decir que estaba confundido hasta que se lo conté.

Rose gimió.

-¿Y cómo lo hiciste?

-Le dije que sabía quién era y lo que había estado haciendo la noche anterior.

Negó con la cabeza.

-Muy bien. ¿Qué te dijo?

-Trató de explicarse, dijo que esperaba que lo entendiera y le dije que entendía que necesitara a una novia famosa y que yo era sólo una chica con la que podía follar y olvidarse.

-Oh, joder, ¿en serio dijiste eso?

Me encogí de hombros.

-No lo sé. Creo que un poco menos grosero, pero al fin y al cabo eso.

-¿Y luego?

-Intentó decirme que sólo eran amigos y le dije que los amigos no se tocaban y se miraban entre sí como lo había hecho con Jane.

-Bella, no sabes lo que has visto.

Cogí mi ordenador y lo abrí. La página web que había estado buscando, estaba aún abierta.

-¡Esto! Esto es lo que vi, Rose. ¡No me digas que lo malinterpreté!

Echó un vistazo a la pantalla y luego la cerró.

-El contexto lo es todo, Bella. ¿No te enseñan sobre leer entre líneas y los significados ocultos?

Me eché a reír.

-No me digas eso, Rose. Sé lo que vi.

-Está bien.- Levantó las manos.- ¿Qué dijo a eso?

-Dijo que eso no era así y luego me preguntó cómo lo sabía.

Los labios de Rose se fruncieron.

-¿Y que le dijiste?

-Le dije que siempre lo supe, que lo busqué después de su aparición en Letterman y que le encontré.

-¿Qué dijo?- preguntó ahora con tono resignado. Finalmente se había eco de la desesperación de la situación.

-Me llamó acosadora.

Sus ojos se estrecharon.

-¿Qué hizo qué?

-¡Eso dijo!- Grité.- Me llamó maldito acosadora y le dije que no estaba en la puerta de su casa ni siguiendo todos sus movimientos.

-Bien hecho.

-Si. Entonces me preguntó por qué lo hice y le dije que sólo quería conocerlo. Se rió y me preguntó y se lo iba a contar a la prensa.

La ira se hizo más profunda en Rose.

-¿Te conocía? ¿Cómo ha podido pensar en eso?

Sentí las lagrimas de nuevo.

-También pensaba que me inventé lo de Tyler.

-¡¿Qué?!- Gritó.- ¿Quién haría algo así?

-La perdedora que cree que soy acosándole, supongo.

-No eres una perdedora. Y no eres un acosador. Le voy a cantar las cuarenta. ¿Cómo se atreve?

Tomé consuelo en el hecho de que ella estaba completamente de mi lado.

-Hay algo peor. Después de contarle lo de Tyler, le dije que no quería que volviera a pasar. Me dijo que nunca me engañaría y mira lo que ha hecho.- Esperó con expectación.- Dijo que parecía ser que los dos eramos unos mentirosos.

-Oh, Bella.- Me envolvió en sus brazos de nuevo.- Lo siento mucho. No te lo merecías. Me gusta pensar que sólo está enfadado, pero...

-No, Rose, lo dijo en serio. Ya ves. Ahora me odia y está contento de estar con Jay e Irina y a saber quién más. Me dijo que me divirtiera con mi cita y le dije que hiciera lo mismo con Jane.

Me abrazó mientras lloraba un poco más. Dios, ¿cuando me había empezado a comportar como un puto bebé? Me aparté y limpié mis lágrimas.

-Lo siento por las vacaciones de semana santa.

Rodó los ojos.

-No te preocupes por eso. Ya veremos lo que hacemos.

Me levanté.

-Tengo que lavarme la cara.

Se echó a reír.

-Si, hazlo. Después necesitas descansar.

-Dudo que pueda.- Entré en mi cuarto de baño y me lavé la cara y cepillé el pelo. Volví y vi a Rose sosteniendo mi teléfono.

-¿Qué haces?

-Nada.- Su voz era demasiado suave.

-Rose, no. No le llames. No quiero aumentar esto.

-¿Qué más podría pasar, Bella?

Dudaba que algo peor, pero aún así.

-Por favor. Déjalo en paz. Por mi. No quiero ni necesito que me llame y me grite. Si le hubiera dicho desde el principio que sabía quién era, nunca hubiéramos llegado a este punto.

-Te ha hecho daño-, respondió ella, con voz enfadada.

-Si. Y le mentí, tenía razón sobre eso. Se acabó, Rose. Han pasado tres semanas en mi vida, no años, como Tyler. Lo superaré.

-¿Con Colin?- preguntó.- ¿De verdad vas a salir con él?

Me dejé caer en mi cama.- No lo sé. Me desperté pensando en cancelarlo, pero ¿por qué no ir? No es que tenga nada mejor que hacer. He jodido todo, Edward, Alice... nunca debí haber intentado encontrarle.

Negó con la cabeza.

-No, Bella. Incluso si realmente acabó, valió la pena. Era bueno para ti.- Fruncí el ceño ante eso.- Te ha sacado de tu concha. La vieja Bella pasó meses evitando chicos y era anti-social después de lo de Tyler. Esto demuestra que no vas a dejar que un hombre te hunda. Creo que no estás preparada, pero me siento orgullosa de que no te revuelques.

El final. Esas palabras hicieron eco en mi mente y peleaba con las lágrimas que volvían a intentar derramarse. Sabía que todo había terminado.

-Es solo una noche, ¿no? Y no tengo que casarme con él. Sólo tengo que soportar una cena.

Rose se echó a reír.

-Suenas como si fueras a ir al dentista.

Me sentía así.

-Es lo mismo.

Soltó un bufido.

-No, no lo es, lo que demuestra que no estás lista. Deshazte de Colin y salgamos, nosotras dos.

-¿No puedo tirarme a decenas de hombres? Se supone que me hará sentir mejor, ¿no?

Sonrió.

-Sólo media docena, como mucho.- La golpeé e intenté reírme. No funcionó, pero lo intenté.- Podríamos ir a cenar y luego ver una película.

Negué con la cabeza, recordando que si las cosas hubiesen sido diferentes, estaría viendo una con Edward.

-No quiero ir. Eso me recuerda cosas.- Era ridículo y Rose resopló.

-No te voy a presionar, pero te vendría bien. Además ya verás como todo se arregla.

La miré fijamente.

-¿Has estado escuchando toda la historia?

-Si. Tu estabas enfadada y él se enfadó cuando le atacaste y le revelaste que lo sabías de la peor manera posible. Tal vez después de que os calméis podáis hablar y explicaros mejor y tu le podrías dar una oportunidad con lo de Jane.

Ya lo sabía.

-Claro, Rose.

Sonrió y se levantó.

-Vamos. Me muero de hambre y tu necesitas descansar. Luego vuelves para dormir que tienes bolsas en los ojos.

-Gracias,- murmuré.

-Hey, ¿alguna vez me he equivocado?

Negué con la cabeza.

-No.

-Entonces confía en mí ahora. Todo saldrá bien. Ya verás.

-Rose, no puedo creer en eso.

Su sonrisa se volvió casi perversa.

-Ahora lo preparo todo.

-No... lo que estés pensando hacer, no lo hagas.

-No te preocupes, Bella. Es sólo el desayuno.- Miró a su reloj.- O el almuerzo.

Cogí mi ropa y la miré.

-¿Sólo comer?

-Comer y una siesta. Como ya te dije. Vamos, muévete.

No confiaba en ella, pero ¿qué más podía hacer? Me llevé el teléfono por si tenía pensado llamar a Edward. Se rió.

-Vamos.

 

-Ya voy.- No tenía ganas. Pero era mejor que quedarse en casa y llorar hasta morir.

Capítulo 24: Coy Capítulo 26: A Rose with Thorns

 
14438024 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10756 usuarios